By Tenshi Lain
Notas en tinta azulada:
Los personajes de Yami no Matsuei son de Yoko Matsushita y los de Gravitation de Maki Murakami (aunque en esta parte solo aparecerá Shuichi y como mucho mencionaré a los demás) Todos lo demás son MÍOS XD
Esta historia contiene Shonen Ai(chicoxchico), además es un Crossover.
¡IMPORTANTE!
A PARTIR DE ESTE CAPÍTULO Y MÁS O MENOS HASTA EL 20, VOY A HABLAR SOBRE ALGO QUE NO APARECE EN EL ÁNIME: El Reino de las Ilusiones (el lugar donde habitan los Dioses Ceremoniales o Shikigamis si preferís). Si solo conocéis el anime o si estáis leyendo el manga pero todavía no habéis llagado al tomo 9 ¡TENED CUIDADO!
Cap. 15
El sol lucía con todo su esplendor, el verano ya había llegado aunque las mañanas y algunas noches seguían siendo bastante frescas.
Claro que la temperatura ambiental no era algo que les preocupara a los ocupantes del laboratorio ¡Bendito aire acondicionado!
- Vale y estos frascos ahí arriba - le decía Watari a Koe mientras le iba pasando pequeñas botellas cerradas con líquidos de todos los colores.
- ¿Quedan mucho más? - preguntó Shuichi sacando la cabeza de uno de los armarios inferiores.
Estaban haciendo el inventario trimestral de los componentes del laboratorio y ya llevaban dos días en ello ¿Cómo se podían amontonar tantos trastos?
- Mmmh... No, un par de armarios más y acabamos - dijo distraídamente Watari mientras tomaba nota del contenido de una caja que había sobre la mesa.
Shuichi suspiró con resignación y siguió con su labor hacía casi un mes que no tenían un trabajo de campo y empezaba a cansarle estar todo el día encerrado en los laboratorios o el despacho. Pensó con un poco de envidio en sus otros compañeros. Terazuma y Wakaba estaban sumidos en una investigación muy delicada de la cual no decían nada, él decía que era alto secreto, ella decía que a su compañero le encantaba darse aires de grandeza. Por ora parte, Tsuzuki y Hisoka trabajaban en el caso de una aparente mansión encantada, aunque de momento no habían tenido grandes resultados...
- ¿Y esto donde va? - preguntó Koe mirando con extrañeza una especie de figura de terracota bastante fea.
- ¡Con que estaba aquí! - dijo alegremente el científico - hacía seis años que la buscaba - Los otros dos rieron levemente.
- Parecéis entretenidos - en la puerta acababa de aparecer Wakaba.
- Buenas tardes - saludó Koe alegremente desde su puesto en las alturas de la estantería.
- Hola. Watari ¿puedes venir un momento? Tengo problema con el ordenador...
- ¿Otra vez? - se sorprendió el científico - Definitivamente hay que convencer a Tatsumi de que renueve los equipos...
- Pues buena suerte... - dijo Shuichi con sorna. No había necesitado mucho tiempo para descubrir lo avaro que era el secretario de la división.
Wakaba y Watari salieron del laboratorio y Shuichi y Koe aprovecharon para darse un descanso. Sí, podían seguir ordenando, pero teniendo en cuenta todo lo que habían visto en el laboratorio del rubio, no querían correr el riesgo de ser atacados por vete a saber que antiguo invento olvidado.
- ¡Es terrible¡Es terrible! - gritaba alguien en el corredor.
Koe y Shuichi se apresuraron a salir y se encontraron con un muy alterado Gushoshin. Movía las manos con rapidez y miraba en todas direcciones espantado.
- ¿Qué ocurre¿que es tan terrible? - preguntó Shuichi. El responsable de la biblioteca se volvió sobresaltado.
- Tsuzuki y Hisoka están atrapados en esa casa y no hay forma de que puedan salir - en su mano había un arrugado papel con la inconfundible caligrafía de Hisoka - ¡Por lo visto el espectro es la propia casa¡si no los sacamos pronto será fatal!
- Gushoshin - dijo Shuichi reuniendo todo el autocontrol del que era capaz para parecer seguro de si mismo -. Ve al despacho y notifícaselo al jefe Konoe, que mande refuerzos. Koe y yo nos adelantaremos.
Este asintió y desapareció volando pasillo arriba. Koe se cogió de la mano de su amo y rápidamente se transportaron ante la famosa casa.
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Un jardín rebosante de maleza, árboles sin podar y césped demasiado crecido... hiedra trepando por las carcomidas paredes... ventanas tapiadas y algunas con los cristales rotos... pintura desconchada y agujeros del tamaño de hipopótamos en el tejado: la típica mansión encantada.
¿Por qué tenían que tener aquel aire misterioso y lúgubre?
Un grito desde el interior de la vieja casona lo sacó de su ensimismamiento.
- ¡Ese era Hisoka! - exclamó Koe preocupada.
Shuichi miró a su alrededor intentando descubrir alguna entrada... entonces vio que las tablas que tapaban una de las ventanas habían sido quitadas parcialmente.
Con cuidado se colaron por la ventana, pero apenas habían dado dos pasos en su interior se detuvieron.
- Por favor ¿que es esto? - murmuró Koe tapándose la nariz con ambas manos intentando no respirar aquel nauseabundo hedor.
- Un cúmulo de maldad - contestó Shuichi también tapándose la nariz. No hacía falta esforzarse mucho para sentir la energía negativa del lugar. En verdad aquello estaba infestado.
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Tsuzuki se sentó en el suelo sobándose la cabeza. Menudo golpe se había llevado...
- ¿Tsuzuki? - llamó Hisoka preocupado mientras lanzando otro pergamino de contención. Pero este tuvo el mismo final que los demás: acabó siendo cenizas.
- Tranquilo estoy bien -le contestó y volvió a mirar a su "enemigo".
El mal se había instalado en aquella casa de forma increíble. Debía de hacer siglos que había empezado a carcomer los cimientos para colarse por cada poro de la estructura.
La opresiva atmósfera que habían sentido al entrar no había sido suficiente aviso para que conocieran la magnitud del mal que moraba aquella casa. Investigaron por todas partes, buscando el centro de aquel desequilibrio que tanto preocupaba al Ministerio. Primero habían escuchado murmullos callados provenientes del interior de la paredes, subieron al piso de arriba y colocaron varios sellos para ir acorralando lentamente a aquel ente o lo que fuera. Después el hedor se había expandido, como una muestra de lucha, pero ellos no se amilanaron y siguieron avanzando. Hasta que finalmente encontraron lo que buscaban.
Dentro de lo que en otro tiempo seguramente fue el dormitorio principal, se encontraba el núcleo de aquella presencia maligna. En un principio le pareció adormecida, pero pronto demostró que no era así. En apenas un parpadeo fueron encerrados en el piso superior. Las puertas dobles que daban a las escaleras fueron trabadas y una pegajosa sustancia negra salió por los bordes sellándolas.
- Creo que no nos dejará salir fácilmente - dijo Tsuzuki sin pensar.
Un aullido desgarrador inundó el piso haciendo que ambos shinigamis se taparan las orejas en un vano intento por protegerse los tímpanos.
- ¡Cállate! - rugió Hisoka lanzando un sello de contención hacía el origen de aquel infernal grito. Pero el papel ardió ante de llegar.
- Esto se pone muy feo... - dijo Tsuzuki observando con atención la puerta entreabierta.
Una masa informe apareció bajo el dintel y lentamente fue adoptando la grotesca forma de una cara contrahecha, la mandíbula desencajada como para que sus gritos fueran aun más desgarradores y en sus ojos vacíos se arremolinaba toda la maldad.
Aquel "ser" lanzó lo que parecían ser látigos de la misma sustancia que había sellado la puerta, pero esta era mucho más sólida y con facilidad rompió por la mitad una mesa que se interpuso en su camino.
- Necesitaremos ayuda... - dijo Tsuzuki - ¡Hisoka cúbreme!
El muchacho asintió e intentó por todos los medios contener a la bestia, para que Tsuzuki pudiera invocar a sus ceremoniales. Pero parecía que el ente maligno no se iba a dejar distraer fácilmente.
De pronto una espesa niebla inundó el lugar, el ente agitó su deforme cabeza como intentando despejarla, la humedad era insoportable.
- ¿Estáis bien?
- ¡Shuichi! - exclamó asombrado Hisoka al ver al pelirrojo a su lado.
- Venimos a ayudaros - dijo la voz de Koe perdida entre la niebla -, los demás llegarán pronto.
- Perfecto -dijo Tsuzuki cerrando los ojos y poniéndose en posición -. Dioses que me protegéis, atended a mi ruego... ¡Tú que atraviesas el aire con el acero de tus colmillos¡Aparece ante mí Byakko!
De pronto una fuerte ráfaga de viento inundó él lugar y de la nada apreció un majestuoso tigre alvino de ojos fieros.
- ¿Pero que...! - exclamó Shuichi asombrado.
- Es Byakko - le dijo Hisoka mientras se protegió los ojos de las ráfagas de viento que producía el Dios del Oeste - uno de los Ceremoniales de Tsuzuki.
- Wow... - fue lo único que atinó a decir el pelirrojo. Estaba impresionado.
Tsuzuki y su dios ceremonial se lanzaron contra aquel ente maligno. Gracias al poder que Byakko ejercía sobre el viento consiguieron hacerlo retroceder de vuelta a la habitación y una vez dentro lo sellaron (no sin que antes Tsuzuki se llevara un par de cortes).
Apenas cerraron la puerta, se aparecieron en la casa los responsables del departamento de Barreras y Prisiones. Ellos se ocuparían de aquel ser y decidirían la mejor manera de exorcizarlo de la casa.
- Buen trabajo - felicitó uno de los recién llegados mientras reforzaba los sellos.
Tsuzuki y Byakko se acercaron a Hisoka y Shuichi, los cuales intentaban abrir las puertas selladas. Finalmente lo consiguieron, aunque Shuichi acabó con el hombro dolorido.
- ¿Estás bien Shuichi? - preguntó Tsuzuki dándole la mano para que se levantara.
- Más o menos - dijo el ex cantante mirando al tigre con admiración.
- Permite que os presente. Shuichi, él es Byakko, uno de mis dioses ceremoniales. Byakko, Shuichi Niwa, el actual compañero de Watari.
- Mucho gusto - dijeron ambos, pero Shuichi notó que faltaba algo allí - ¿Koe? - llamó mirando a su alrededor - ¿Dónde estás?
- ¿A quien busca? - preguntó Byakko con curiosidad al ver al pelirrojo bajar las escaleras llamando a gritos a la tal Koe.
- A su espíritu acompañante - le contestó Tsuzuki mientras le seguían -. Ven y te la presentamos, es un chica muy simpática. Ya verás
Salieron fuera de la casa dejando al equipo de Barreras y Prisiones trabajando. No necesitaron buscar mucho para encontrarlos.
Estaban en un rincón del jardín, con caras bastante serias. Koe estaba pálida y Shuichi la tenía cogida por los hombros para que lo mirara a la cara.
- ¿Pero que pasa? - le oyeron preguntar.
- Nada, solo volvamos a casa por favor... - casi rogaba Koe con desesperación, pero la pequeña se puso aun más pálida al mirar en su dirección. Shuichi se volvió y los miró sin comprender que tenía tan alterada a su normalmente alegre compañera.
Byakko, el dios ceremonial de Tsuzuki, se acercó hasta ellos sin despegar los ojos de Koe. La chica le devolvió la mirada fríamente.
- Kazumi... - susurró el tigre - jamás pense que volvería a verte. Todos creíamos que habías muerto...
- Kazumi está muerta -dijo tajantemente -, yo soy Koe.
Y sin más la pequeña desapareció dejando a tres perplejos shinigamis y a un apesadumbrado dios del viento.
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- ¿Algo nuevo? - preguntó Watari al ver acercarse a su abatido compañero.
- Nada - contestó mientras se dejaba caer pesadamente sobre el banco que tenía al lado - Koe no aparece por ningún lado.
El científico asintió. Hacía horas que la pequeña Ente había desaparecido y no había forma de dar con ella. Hisoka y Tsuzuki habían llegado poco antes con los mismos resultados ¿Donde podía haberse metido?
- Byakko - llamó Tsuzuki tras unos instantes de silencio - ¿Cómo es que conoces a Koe?
- Es un espíritu de viento y niebla, está bajo mi tutela ¿Cómo no iba a conocerla? - dijo el tigre albino con algo de melancolía en la voz.
- Pero ella nació aquí, en el mundo humano - dijo Shuichi - nunca ha estado en el Mundo de las Ilusiones. No puedes conocerla...
- Je... ¿eso os dijo? - preguntó con un tono de voz entre sarcástico y triste - Bueno no me extraña que mintiera con respecto a eso...
- ¿Entonces si que ha estado allí? - inquirió Hisoka.
- Por supuesto. Todos los dioses ceremoniales, entes, espíritus guardianes, etc. han nacido allí. Sin excepciones.
- ¿Entonces por que mintió? - insistió Shuichi - ¿Y por qué la llamaste "Kazumi"?
- Porque ese es el nombre que se le puso al nacer - contestó con simpleza.
- Todo esto no tiene sentido - murmuró Shuichi - A ver ¿Por qué nunca nos a hablado de sus orígenes y por que estaba en el mundo humano¿Qué ocurrió en el Reino de la Ilusiones?
- La vida de Kazumi, no fue muy apacible en el Reino de las Ilusiones. Ella comparte dos elementos: aire y agua. No es la primera con estas características, pero si una de las pocas que rechazaba uno de los dos.
- ¿Rechazaba? - repitió Hisoka.
- Así es. Ella nació de la unión de un ser de viento (su madre) y uno de agua (su padre), pero su padre nunca la reconoció como hija, ni siquiera cuando su madre murió. Por este rechazo, Kazumi siempre desdeñó su habilidad por el agua y lo sustituyó por el control de la niebla. Naturalmente a Soryu no le hizo mucha gracia...
- ¿Qué pinta Soryu en todo esto? - preguntó Hisoka desconcertado.
- Soryu está al cargo de todos los seres de agua y naturalmente el hecho de que Kazumi renegara de sus orígenes le trajo muchos problemas. Ya sabéis que la diplomacia no es el punto fuerte de Soryu - Hisoka bufó con sarcasmo mientras Tsuzuki sonreía condescendiente -, y eso no ayudó con la niña. Cada vez que intentaba que Kazumi reconociera su autoridad, solo conseguía empeorar la situación. Al final se perdieron el respeto mutuamente. La convivencia era un calvario, ni Gembu ni Suzaku ni yo pudimos hacer que firmaran una tregua... hasta que un buen día Kazumi desapareció.
- ¿Así sin más? - dijo Tsuzuki extrañado.
- Sí - todos guardaron silencio por unos instantes.
- Atravesó un agujero de gusano - dijo Shuichi con la mirada fija en el suelo. Los demás lo miraron curiosos -. A Koe la encontramos gracias a una leyenda. En ella se decía que una niña había aparecido un día que una "luna negra" apareció en pleno día. Eso debía ser la salida...
- Y una vez en el mundo humano, decidió hacer borrón y cuenta nueva - finalizó Hisoka.
- Por eso nunca quiere responder a mis preguntas - murmuró Watari recordando como la pequeña evadía cualquier pregunta con respecto a los orígenes de sus poderes.
- Decidme una cosa - preguntó Byakko tras unos instantes de silencio - ¿Es feliz aquí?
- Sí que lo soy... - el grupo se volvió sobresaltado. Allí estaba Koe recargada junto a un cerezo.
- Me alegro entonces - sonrió el tigre.
- No le dirás a nadie que estoy aquí ¿verdad? - Byakko se acercó a ella y acarició su mejilla con el ocico.
- Si es lo que quieres... pero esconderte de Soryu no es una buena solución.
- Yo no me escondo - replicó molesta -, simplemente no quiero volver a verle.
- Como quieras... - dijo sencillamente Byakko antes de empezar a desvanecerse.
- Saluda a todos de mi parte - logró decir Tsuzuki antes de que su ceremonial se fuera.
Siguieron unos instantes de tenso silencio. Finalmente Shuichi se acercó a su espíritu acompañante y le pasó un brazo por encima de los hombros.
- ¿Nos vamos a casa? - le preguntó el pelirrojo con una sonrisa.
- Sí...
- Nos veremos mañana en la oficina.
Shuichi inclinó la cabeza en señal de despedida hacia sus compañeros y sin más se desaparecieron.
- ¿Tú sabías algo de todo esto? - le preguntó Hisoka a Tsuzuki al sentir un leve sentimiento de tristeza por parte de su compañero.
- Escuché un rumor hace tiempo... pero nunca me explicaron los detalles y jamás relacioné a Koe con aquello...
- ¡AAAH! - gritó de pronto Watari con las manos en la cara al más puro estilo 'Solo en casa'.
- ¿Qué? - preguntaron los otros dos asustados.
- ¡No hemos terminado el inventario del lavoratorio!
Un par de suspiros cansados se escucharon en el solitario parque...
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Byakko atravesó los cuatro majestuosos portones... el del Sur, el del Norte, el del Este y el del Oeste, tras unos segundos más de intensa carga eléctrica, llegó al mundo de las ilusiones.
Ante él se alzaba Tenkû, el gran palacio imperial de estilo oriental en el que vivían los Dioses Ceremoniales encargados de guardar y proteger el Mundo de las Ilusiones. Suspiró cansado por el viaje al ingresar en el recinto mientras masajeba sus hombros.
- Bienvenido señor Byakko - dijo una sirvienta con una reverencia. La muchacha vestía un traje azul marino hasta los tobillos, un delantal blanco con puntilla y el cabello azul celeste recogido en dos moños que dejaban ver sus orejas puntiagudas.
- Gracias Yume ¿Alguna novedad?
- El señor Soryu quiere hablar con usted...
- Eso no es novedad - le dijo guiñándole un ojo mientras se dirigía hacia donde suponía que encontraría al dios del Este.
Atravesó los corredores descubiertos y los puentes de madera del gran palacio Tenkû y finalmente llegó al Pabellón de las estrellas. De pie, contemplando los floridos jardines, se alzaba una imponente figura de largos cabellos azules y ropas ceremoniales.
- Buenas tardes Soryu - saludó alegremente Byakko alzando una mano.
- ¿Qué ocurría? - preguntó con su habitual tono seco sin volverse a mirarlo siquiera.
- Nada de que preocuparse - dijo restándole importancia mientras se sentaba en la barandilla del mirador descuidadamente -. Tsuzuki y Hisoka tenían un problemilla con un cúmulo de maldad estancado en una manisión - Soryu frunció el ceño con desagrado y clavó sus fieros ojos en él -. Oye ya sé que no te gusta el chaval, pero al menos dale una oportunidad - Soryu se le acercó y se detuvo ante él -, Hisoka no es mal chico...
- Hueles a niebla - dijo llanamente. Byakko sudó frío, olvidaba el buen olfato del jefe.
- ¿Tú crees? - dijo intentando parecer sorprendido y desconcertado... y fallando miserablemente.
- Kazumi... ¿Has encontrado a Kazumi?
- No exactamente... - dijo Byakko y como quien no quiere la cosa salió por patas de la presencia del gran (y cabreado) Soryu.
Claro que no llegó muy lejos puesto que apenas salió del cubierto tropezó con Taiyô (que descansaba tanquilamente en los escalones haciando de maceta) y calló al suelo con espirales en los ojos.
- Aayyyy... - se lamentaba el dios tigre mientras una sombra amanenazadora se cernía sobre él. Parpadeó intentando recuperar el norte y tragó saliva al ver quien se inclinaba sobre él.
- Byakko... - la voz de Soryu era tan fría y estremecedora que el dios del Oeste deseó con todas tus fuerzas estar en cualquier otra parte - ¿Dónde está esa maldita traidora?
CONTINUARÁ...
Ja estic açí!
¡En abril son las fiestas de mi pueblo n.n! Y yo estaré currando y no las veré ú.ù... por lo mismo, las actualizaciones este mes serán prácticamente nulas (Claro que últimamente tengo la constancia donde yo me sé ¬¬).
Ahora la trama se va a centrar en los Dioses ceremoniales (me moría de ganas de escribir sobre ellos, en los fics apenas aparecen y si lo hacen solo se centran en lo poco que se da a entender de ellos en el anime) y el pasado de Koe. Todos los misterios sobre mi pequeñina Ente se van a desvelar, me da hasta pena... pero bueno, no podía seguir así para siempre.
Muchas gracias a: Dark-san86, Elanor Blackriver, hikaru yuy, AISHITERU-SHUICHI, celine,Yoko y monica gonzalez.
Ja ne!
