Que me perdonen todos, este es mi primer fic, y tampoco se manejar bien
esto, estoy haciendo una prueba a ver si se publica bien. Espero que os
guste, publicaré lo más pronto que pueda.
EL SECRETO DE HERMIONE GRANGER
Cuando Hermione llegó de las vacaciones de Navidad, a Harry le pareció que andaba muy extraña. Apenas si lo regañaba por no hacer los deberes e irse a entrenar con Ron. No es que echara de menos sus regañinas, pero imaginó que aquello no podía ser nada bueno. -¿No le has notado algo raro a Hermione últimamente? - le preguntó a Ron mientras se dirigían a clase de Pociones.
-Mmm... - Ron hizo una mueca extraña - se lo llevo notando desde hace años Harry - y siguió su camino escaleras abajo. Sin embargo esta respuesta no dejó satisfecho a Harry.
Cuando llegaron a la clase de Snape, Hermione no estaba allí. Aquello sí que era extraño, y fue en ese momento cuando Harry se convenció de que a su amiga le pasaba algo porque ella jamás se habría perdido una clase de Snape sin razón justificada.
-¿Señor Potter? - la desagradable voz de Snape le taladraba el oído, no se había dado cuenta de que lo tenía al lado - ¿podría responder a mi pregunta?
-¿Podría repetirla?, es que no acabo de entenderla - sus ojos se cruzaron fugazmente con los de Severus Snape y esté sonrió maliciosamente.
-Buen intento Potter, cinco puntos menos para Gryffindor - Desde el otro lado de la clase pudo oír la risa de Malfoy, que contestó correctamente las propiedades del diente de león y luego le dirigió una mirada con aire de superioridad.
A Harry le pareció que la clase duraba una eternidad (aunque eso no era nada extraño), sentía esa curiosidad propia de él por saber donde se encontraba Hermione, y cuando la encontrara no se iba a conformar con una excusa barata para explicar su falta a la clase de Pociones. Ya se había librado de él un día antes con "Harry, siempre estás imaginándote cosas cuando la gente no hace lo que tu crees que debe". Ron estaba muy ocupado tomando apuntes y con cara de fastidio; que Hermione faltara a clase tenía mayores consecuencias de las que en un principio hubiera imaginado, pero ya que era ella la que cogía siempre los apuntes y dado que Harry estaba tan meditabundo parecía decidido a hacer el mejor trabajo posible para que su amiga no tuviera que lamentar su falta de asistencia.
Salió a tal velocidad del aula que Ron tuvo que correr para alcanzarlo:
- ¿Tanta hambre tienes?- le preguntó jadeando. -No voy al comedor, he de averiguar donde está Hermione -le respondió- tengo la sospecha de que anda en apuros. -Pues yo voy contigo -afirmó Ron- a mí también me pareció muy extraño que se saltara la clase de Pociones.
Sin decir nada más ambos se dirigieron a la biblioteca, pero cuando llegaron pudieron comprobar que Hermione no se encontraba allí. Tampoco estaba en el exterior así que se dirigieron hacia la sala común de Gryffindor, pero cuando la señora gorda les dejó paso se percataron de que su amiga tampoco se encontraba allí, lo que dejó los dos bastante desanimados, mientras barajaban las posibilidades que les quedaban.
-A no ser que esté en la habitación... - dijo Ron- pero no lo creo, ella solo va a dormir, y aunque estuviera en ella no podríamos subir, ya sabes lo que pasó la última vez.
Harry lo recordaba muy bien, pero cuando estaba a punto de descartar la posibilidad, se le ocurrió que precisamente la habitación de las chicas era el lugar ideal del que disponía Hermione para ocultarse de ellos. Harry nunca hubiera imaginado que ella deseara alguna vez alejarse así, incluso llegando a faltar a una clase. Aquella situación era estúpida y pensaba averiguar de qué se trataba.
-Ron, tenemos que entrar por la ventana- le dijo a su amigo y este lo miró algo confuso- creo que Hermione está ahí. -Pero si ella nunca... protestó. -Si, ya sé, pero creo que su intención es precisamente la de alejarse de nosotros. - Eso es absurdo Harry, Ron no le había dado tanta importancia al asunto como su amigo- Sé que ella y yo discutimos pero al final siempre reconoce que...- Ron calló y se quedó unos instantes pensando, como si sopesara la posibilidad de que lo que Harry argumentaba pudiera tener veracidad. -¿T...Tu crees que ella quiere eso? - Si, ahora sólo nos queda averiguar el por qué.
Fueron hacia los dormitorios de los chicos y cogieron sus escobas. En aquellos momentos todos estaban en el gran comedor, así que el riesgo de que los pillaran era mínimo, aunque a Harry no le parecía que fuera a resultar sospechoso verlos a ambos con sus escobas en ese momento, puesto que habitualmente entrenaban en sus ratos libres. Cuando llegaron al final de la escalera se encontraron con Nick casi decapitado, el fantasma de Gryffindor, que silbaba alegremente una cancioncilla pegadiza.
-¿Como va todo muchachos?- les dijo mientras hacia una leve inclinación de tronco- Un fabuloso día para el quidditch, debéis entrenar bien pues este año he apostado fuerte por nuestro equipo para la copa de las casas. -Eh...si- le respondió Ron- Esperamos no defraudarle porque... -¡No lo haremos!- asintió Harry mientras tiraba con firmeza del brazo de su amigo dando así por finalizada la conversación. No quería entretenerse porque les quedaba poco tiempo hasta que todos empezaran a salir del comedor, y entonces podría verlos algún alumno; más concretamente temía ser visto por Malfoy, que desde que había sido nombrado prefecto vigilaba con lupa a Harry poniendo cualquier excusa para restarle puntos a Gryffindor. Sospechaba que entrar en la habitación de las chicas, además por la ventana, no estaría muy bien visto y más teniendo en cuenta las medidas que habían tomado los fundadores de Howarts para que los alumnos no lo hicieran. Recordó como Hermione les había explicado en una ocasión el por qué de aquella medida, aunque a él no dejó de parecerle absurdo.
Cuando montaron en sus escobas Ron le dirigió una mirada intrigada, como si pretendiera preguntar a su amigo silenciosamente que podían esperar de aquel extraño procedimiento. La respuesta de Harry fue lanzar una patada que lo hizo elevarse dejando atrás a Ron, que no tardó en seguirlo. Llegaron por fin a la ventana pero desde allí Harry no podía ver nada, la cortina estaba corrida como protegiendo la habitación de las miradas indiscretas.
-¡Vaya!- susurró Ron que acababa de llegar a su altura- ¿y ahora que hacemos? Mejor tocamos y... -cuando se decidía a dar unos toques en la ventana para que Hermione les abriera y les diera una explicación de su extraño comportamiento Harry lo agarró con tal fuerza que casi lo tira de la escoba. -¡Harry!- Ron se había quedado pálido ante la posibilidad de caer desde unos quince metros de altura- ¿que haces? - No debemos ponerla sobre aviso de que estamos aquí - Ron lo miraba cada vez más extrañado de su comportamiento pues no parecía encontrar motivo alguno por el que tuvieran que sospechar nada de Hermione Granger, la amiga que siempre les había demostrado su fidelidad. - Tengo un presentimiento, hazme caso, vamos a intentar abrir la ventana. - Alohomora- Harry apuntó con su varita a la cerradura y la hoja de la ventana se abrió hacia fuera. Muy lentamente he intentando no hacer ningún ruido deslizó la cortina hasta que pudo ver lo que ocurrían en la habitación. Dentro no había nadie, salvo una persona sentada en el suelo. Era Hermione, estaba de espaldas a la ventana y pronunciaba unas palabras muy bajito mientras parecía que trituraba algo en un recipiente. -¿Que diablos hace? -le susurró al oído Ron. Como una contestación Harry se encogió de hombros. Tenía tanta idea como su amigo. Parecía que preparaba una poción, pero eso no tenía sentido. ¿Se había saltado la clase de pociones para preparar una poción?.
-¡Hermione!- lo dijo tan alto que Ron se agitó sobre su escoba, casi perdiendo el equilibrio por segunda vez. La muchacha se quedó inmóvil durante un instante y luego giró la cabeza despacio como si temiera aquella voz que la había llamado. Cuando por fin alcanzó a ver a sus amigos, Harry ya estaba dentro de la habitación y Ron estaba pasando por el marco de la ventana. Ella se levantó despacio, mirando nerviosa las cosas que había en el suelo, y se puso delante en un vano intento de ocultarlas. De repente pareció que reaccionara. -¡Harry... Ron!- le temblaba la voz - ¿Que hacéis aquí? ¿Como habéis llegado? ¿Por que... - ¿Que estabas haciendo? - Ron miraba a Hermione con gesto interrogante - No has ido a la clase de Snape y eso que hoy era de las importantes. Pero no te preocupes, -al decir esto se ruborizó- te he cogido los apuntes lo mejor que he podido. - Eso ahora no importa, ¿que estabas haciendo antes de que llegáramos?- a la pregunta de Harry siguieron unos segundos de silencio. - Yo... esto es muy embarazoso para mí. Como ya habréis deducido estaba haciendo una poción. - Si, pero ¿para que? - Bueno Ron, es que, vosotros no preguntáis nunca y ahora queréis saber. No os preocupasteis de lo que habían pasado en verano y es por eso que ahora necesito... Pero ¿por que he de daros ahora explicaciones?- aquella actitud no era normal en ella, nunca había ocultado una acción a sus amigos, más bien siempre había intentado (la mayoría de las veces sin éxito alguno) que Harry y Ron participaran de sus acciones como con el P.E.D.D.O. - Está bien, quizás este año yo no haya estado muy charlatán. Ya sabes que después de... - sintió una punzada de dolor al recordar a su padrino - Pero eso no es motivo para que nos ocultes cosas, somos tus amigos. ¿Tienes algún problema Hermione?, te ayudaremos con lo que sea. - Es que... veréis. En esto no podéis ayudarme. Son cosas de chicas.- ella dio un suspiro como aliviada al ver como en las caras de sus amigos había un asomo de terror. -Ssi, eso es, son cosas de chicas y no os lo puedo contar. - Vale, vale- Harry recordó repentinamente que no había almorzado - entonces vamos a comer. ¿O es que esas "cosas de chicas" no pueden esperar? - Si, claro.
Los tres se dirigieron raudos al comedor. Allí todos actuaban con normalidad, excepto Neville que al verlos acercarse acribilló a preguntas a Hermione sobre su falta de asistencia a la clase de Snape. Al él tampoco le había pasado inadvertida la falta de Hermione y le resultaba tan extraña que la acosó con preguntas hasta que ella se deshizo de él argumentando que había faltado porque le había llegado una lechuza diciendo que su madre estaba enferma, y que no pudo esperar a contestar para interesarse por su estado. - Oh, lo siento - Neville parecía verdaderamente apenado. - Tranquilo, no es nada -dijo mientras le dirigía una sonrisa - conociendo a mi madre habrá exagerado tanto que seguro que no tiene más que un simple resfriado. - En cualquier caso espero que se mejore - Neville se despidió de ellos, pues la siguiente clase era Herbología y esperaba llegar antes para ayudar a la profesora Sprout, algo que ya había tomado por costumbre. Hermione casi no comía, estaba meditabunda y ni siquiera había mencionado nada cuando Harry dijo adrede que no había entendido bien las propiedades de la mandrágora cuando Snape lo había explicado. Ron y Harry se miraron con cara de preocupación, cada vez su amiga se mostraba mas extraña. Entonces a Ron se le ocurrió la prueba definitiva para saber si su amiga estaba realmente mal. - ¿Oye Hermione? - la muchacha tardó en percatarse de que a quien se dirigía era a ella- ¿Cuanto tiempo hace que no tienes noticias de Vicky? - Ron sonrió muy satisfecho por su ingenio, pero tras unos segundos la sonrisa se borró de su cara. Hermione lo miraba extrañada, como si no entendiera el por qué de aquella pregunta. Parecía que no pensaba contestar, aunque finalmente dijo "Emm... ¿por que lo preguntas, Ron?". Éste se puso de pié de un salta y la tomó por los hombros, la miró fijamente y luego la sacudió con más fuerza de la que había pretendido. - ¡Oye, que me haces daño!- Harry se puso también en pie, tomando a su amigo por el hombro para que la soltara. -Harry - le dijo el pelirrojo- ¿has visto? Ella no ha rechistado. -Si Ron, esto es muy raro - Hermione se había marchado de la mesa asustada de la reacción de su amigo- esto cada vez me parece más extraño. Hermione nos oculta algo.
Cuando terminó de comer Harry se sorprendió, pues Ron ya estaba listo. Normalmente tenía que esperar un poco por el, pues a pesar de que comía muy rápido ingería tales cantidades que Harry siempre acababa antes, pero parecía que el repentino cambio de actitud de Hermione le había quitado el apetito.
-¡Hola chicos! - Ginny se acercaba a los muchachos apurando el paso - ¿Tenéis idea de lo que le pasa a Hermione? -¿Tu también se lo has notado? - le respondió su hermano- Dice que son cosas de chicas y no nos quiere contar. -Pero... Hermione siempre me cuenta a mí esas cosas. -¿Ah, si?- Se había encendido una lucecita en los ojos de Ron- entonces sabrás si... - Por favor- Harry lo había interrumpido bastante enojado- No es momento de pensar en eso, si no le ha dicho nada a Ginny quizás solo lo haya puesto como excusa para deshacerse de nosotros en la habitación. - Es que hay algo más. Cuando me la he encontrado en el pasillo y la he saludado ella se ha limitado a dirigirme una mirada fulminante. -Ginny parecía muy dolida, ella y Hermione se habían hecho muy amigas y a pesar de que no asistían al mismo curso había surgido entre ellas una gran complicidad. Esto para ella, que se había criado rodeada de varones, tenía un gran significado. Perder a Hermione significaba perder a su confidente, su consejera... - Vaya- Ron apoyó su mano sobre el hombro de su hermana intentando darle ánimos, pues a ella le habían brotado algunas lágrimas- estoy seguro de que esto debe tener una explicación, no te preocupes. Todos sabemos lo mucho que Hermione te aprecia. Debe haber algún malentendido.
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EL SECRETO DE HERMIONE GRANGER
Cuando Hermione llegó de las vacaciones de Navidad, a Harry le pareció que andaba muy extraña. Apenas si lo regañaba por no hacer los deberes e irse a entrenar con Ron. No es que echara de menos sus regañinas, pero imaginó que aquello no podía ser nada bueno. -¿No le has notado algo raro a Hermione últimamente? - le preguntó a Ron mientras se dirigían a clase de Pociones.
-Mmm... - Ron hizo una mueca extraña - se lo llevo notando desde hace años Harry - y siguió su camino escaleras abajo. Sin embargo esta respuesta no dejó satisfecho a Harry.
Cuando llegaron a la clase de Snape, Hermione no estaba allí. Aquello sí que era extraño, y fue en ese momento cuando Harry se convenció de que a su amiga le pasaba algo porque ella jamás se habría perdido una clase de Snape sin razón justificada.
-¿Señor Potter? - la desagradable voz de Snape le taladraba el oído, no se había dado cuenta de que lo tenía al lado - ¿podría responder a mi pregunta?
-¿Podría repetirla?, es que no acabo de entenderla - sus ojos se cruzaron fugazmente con los de Severus Snape y esté sonrió maliciosamente.
-Buen intento Potter, cinco puntos menos para Gryffindor - Desde el otro lado de la clase pudo oír la risa de Malfoy, que contestó correctamente las propiedades del diente de león y luego le dirigió una mirada con aire de superioridad.
A Harry le pareció que la clase duraba una eternidad (aunque eso no era nada extraño), sentía esa curiosidad propia de él por saber donde se encontraba Hermione, y cuando la encontrara no se iba a conformar con una excusa barata para explicar su falta a la clase de Pociones. Ya se había librado de él un día antes con "Harry, siempre estás imaginándote cosas cuando la gente no hace lo que tu crees que debe". Ron estaba muy ocupado tomando apuntes y con cara de fastidio; que Hermione faltara a clase tenía mayores consecuencias de las que en un principio hubiera imaginado, pero ya que era ella la que cogía siempre los apuntes y dado que Harry estaba tan meditabundo parecía decidido a hacer el mejor trabajo posible para que su amiga no tuviera que lamentar su falta de asistencia.
Salió a tal velocidad del aula que Ron tuvo que correr para alcanzarlo:
- ¿Tanta hambre tienes?- le preguntó jadeando. -No voy al comedor, he de averiguar donde está Hermione -le respondió- tengo la sospecha de que anda en apuros. -Pues yo voy contigo -afirmó Ron- a mí también me pareció muy extraño que se saltara la clase de Pociones.
Sin decir nada más ambos se dirigieron a la biblioteca, pero cuando llegaron pudieron comprobar que Hermione no se encontraba allí. Tampoco estaba en el exterior así que se dirigieron hacia la sala común de Gryffindor, pero cuando la señora gorda les dejó paso se percataron de que su amiga tampoco se encontraba allí, lo que dejó los dos bastante desanimados, mientras barajaban las posibilidades que les quedaban.
-A no ser que esté en la habitación... - dijo Ron- pero no lo creo, ella solo va a dormir, y aunque estuviera en ella no podríamos subir, ya sabes lo que pasó la última vez.
Harry lo recordaba muy bien, pero cuando estaba a punto de descartar la posibilidad, se le ocurrió que precisamente la habitación de las chicas era el lugar ideal del que disponía Hermione para ocultarse de ellos. Harry nunca hubiera imaginado que ella deseara alguna vez alejarse así, incluso llegando a faltar a una clase. Aquella situación era estúpida y pensaba averiguar de qué se trataba.
-Ron, tenemos que entrar por la ventana- le dijo a su amigo y este lo miró algo confuso- creo que Hermione está ahí. -Pero si ella nunca... protestó. -Si, ya sé, pero creo que su intención es precisamente la de alejarse de nosotros. - Eso es absurdo Harry, Ron no le había dado tanta importancia al asunto como su amigo- Sé que ella y yo discutimos pero al final siempre reconoce que...- Ron calló y se quedó unos instantes pensando, como si sopesara la posibilidad de que lo que Harry argumentaba pudiera tener veracidad. -¿T...Tu crees que ella quiere eso? - Si, ahora sólo nos queda averiguar el por qué.
Fueron hacia los dormitorios de los chicos y cogieron sus escobas. En aquellos momentos todos estaban en el gran comedor, así que el riesgo de que los pillaran era mínimo, aunque a Harry no le parecía que fuera a resultar sospechoso verlos a ambos con sus escobas en ese momento, puesto que habitualmente entrenaban en sus ratos libres. Cuando llegaron al final de la escalera se encontraron con Nick casi decapitado, el fantasma de Gryffindor, que silbaba alegremente una cancioncilla pegadiza.
-¿Como va todo muchachos?- les dijo mientras hacia una leve inclinación de tronco- Un fabuloso día para el quidditch, debéis entrenar bien pues este año he apostado fuerte por nuestro equipo para la copa de las casas. -Eh...si- le respondió Ron- Esperamos no defraudarle porque... -¡No lo haremos!- asintió Harry mientras tiraba con firmeza del brazo de su amigo dando así por finalizada la conversación. No quería entretenerse porque les quedaba poco tiempo hasta que todos empezaran a salir del comedor, y entonces podría verlos algún alumno; más concretamente temía ser visto por Malfoy, que desde que había sido nombrado prefecto vigilaba con lupa a Harry poniendo cualquier excusa para restarle puntos a Gryffindor. Sospechaba que entrar en la habitación de las chicas, además por la ventana, no estaría muy bien visto y más teniendo en cuenta las medidas que habían tomado los fundadores de Howarts para que los alumnos no lo hicieran. Recordó como Hermione les había explicado en una ocasión el por qué de aquella medida, aunque a él no dejó de parecerle absurdo.
Cuando montaron en sus escobas Ron le dirigió una mirada intrigada, como si pretendiera preguntar a su amigo silenciosamente que podían esperar de aquel extraño procedimiento. La respuesta de Harry fue lanzar una patada que lo hizo elevarse dejando atrás a Ron, que no tardó en seguirlo. Llegaron por fin a la ventana pero desde allí Harry no podía ver nada, la cortina estaba corrida como protegiendo la habitación de las miradas indiscretas.
-¡Vaya!- susurró Ron que acababa de llegar a su altura- ¿y ahora que hacemos? Mejor tocamos y... -cuando se decidía a dar unos toques en la ventana para que Hermione les abriera y les diera una explicación de su extraño comportamiento Harry lo agarró con tal fuerza que casi lo tira de la escoba. -¡Harry!- Ron se había quedado pálido ante la posibilidad de caer desde unos quince metros de altura- ¿que haces? - No debemos ponerla sobre aviso de que estamos aquí - Ron lo miraba cada vez más extrañado de su comportamiento pues no parecía encontrar motivo alguno por el que tuvieran que sospechar nada de Hermione Granger, la amiga que siempre les había demostrado su fidelidad. - Tengo un presentimiento, hazme caso, vamos a intentar abrir la ventana. - Alohomora- Harry apuntó con su varita a la cerradura y la hoja de la ventana se abrió hacia fuera. Muy lentamente he intentando no hacer ningún ruido deslizó la cortina hasta que pudo ver lo que ocurrían en la habitación. Dentro no había nadie, salvo una persona sentada en el suelo. Era Hermione, estaba de espaldas a la ventana y pronunciaba unas palabras muy bajito mientras parecía que trituraba algo en un recipiente. -¿Que diablos hace? -le susurró al oído Ron. Como una contestación Harry se encogió de hombros. Tenía tanta idea como su amigo. Parecía que preparaba una poción, pero eso no tenía sentido. ¿Se había saltado la clase de pociones para preparar una poción?.
-¡Hermione!- lo dijo tan alto que Ron se agitó sobre su escoba, casi perdiendo el equilibrio por segunda vez. La muchacha se quedó inmóvil durante un instante y luego giró la cabeza despacio como si temiera aquella voz que la había llamado. Cuando por fin alcanzó a ver a sus amigos, Harry ya estaba dentro de la habitación y Ron estaba pasando por el marco de la ventana. Ella se levantó despacio, mirando nerviosa las cosas que había en el suelo, y se puso delante en un vano intento de ocultarlas. De repente pareció que reaccionara. -¡Harry... Ron!- le temblaba la voz - ¿Que hacéis aquí? ¿Como habéis llegado? ¿Por que... - ¿Que estabas haciendo? - Ron miraba a Hermione con gesto interrogante - No has ido a la clase de Snape y eso que hoy era de las importantes. Pero no te preocupes, -al decir esto se ruborizó- te he cogido los apuntes lo mejor que he podido. - Eso ahora no importa, ¿que estabas haciendo antes de que llegáramos?- a la pregunta de Harry siguieron unos segundos de silencio. - Yo... esto es muy embarazoso para mí. Como ya habréis deducido estaba haciendo una poción. - Si, pero ¿para que? - Bueno Ron, es que, vosotros no preguntáis nunca y ahora queréis saber. No os preocupasteis de lo que habían pasado en verano y es por eso que ahora necesito... Pero ¿por que he de daros ahora explicaciones?- aquella actitud no era normal en ella, nunca había ocultado una acción a sus amigos, más bien siempre había intentado (la mayoría de las veces sin éxito alguno) que Harry y Ron participaran de sus acciones como con el P.E.D.D.O. - Está bien, quizás este año yo no haya estado muy charlatán. Ya sabes que después de... - sintió una punzada de dolor al recordar a su padrino - Pero eso no es motivo para que nos ocultes cosas, somos tus amigos. ¿Tienes algún problema Hermione?, te ayudaremos con lo que sea. - Es que... veréis. En esto no podéis ayudarme. Son cosas de chicas.- ella dio un suspiro como aliviada al ver como en las caras de sus amigos había un asomo de terror. -Ssi, eso es, son cosas de chicas y no os lo puedo contar. - Vale, vale- Harry recordó repentinamente que no había almorzado - entonces vamos a comer. ¿O es que esas "cosas de chicas" no pueden esperar? - Si, claro.
Los tres se dirigieron raudos al comedor. Allí todos actuaban con normalidad, excepto Neville que al verlos acercarse acribilló a preguntas a Hermione sobre su falta de asistencia a la clase de Snape. Al él tampoco le había pasado inadvertida la falta de Hermione y le resultaba tan extraña que la acosó con preguntas hasta que ella se deshizo de él argumentando que había faltado porque le había llegado una lechuza diciendo que su madre estaba enferma, y que no pudo esperar a contestar para interesarse por su estado. - Oh, lo siento - Neville parecía verdaderamente apenado. - Tranquilo, no es nada -dijo mientras le dirigía una sonrisa - conociendo a mi madre habrá exagerado tanto que seguro que no tiene más que un simple resfriado. - En cualquier caso espero que se mejore - Neville se despidió de ellos, pues la siguiente clase era Herbología y esperaba llegar antes para ayudar a la profesora Sprout, algo que ya había tomado por costumbre. Hermione casi no comía, estaba meditabunda y ni siquiera había mencionado nada cuando Harry dijo adrede que no había entendido bien las propiedades de la mandrágora cuando Snape lo había explicado. Ron y Harry se miraron con cara de preocupación, cada vez su amiga se mostraba mas extraña. Entonces a Ron se le ocurrió la prueba definitiva para saber si su amiga estaba realmente mal. - ¿Oye Hermione? - la muchacha tardó en percatarse de que a quien se dirigía era a ella- ¿Cuanto tiempo hace que no tienes noticias de Vicky? - Ron sonrió muy satisfecho por su ingenio, pero tras unos segundos la sonrisa se borró de su cara. Hermione lo miraba extrañada, como si no entendiera el por qué de aquella pregunta. Parecía que no pensaba contestar, aunque finalmente dijo "Emm... ¿por que lo preguntas, Ron?". Éste se puso de pié de un salta y la tomó por los hombros, la miró fijamente y luego la sacudió con más fuerza de la que había pretendido. - ¡Oye, que me haces daño!- Harry se puso también en pie, tomando a su amigo por el hombro para que la soltara. -Harry - le dijo el pelirrojo- ¿has visto? Ella no ha rechistado. -Si Ron, esto es muy raro - Hermione se había marchado de la mesa asustada de la reacción de su amigo- esto cada vez me parece más extraño. Hermione nos oculta algo.
Cuando terminó de comer Harry se sorprendió, pues Ron ya estaba listo. Normalmente tenía que esperar un poco por el, pues a pesar de que comía muy rápido ingería tales cantidades que Harry siempre acababa antes, pero parecía que el repentino cambio de actitud de Hermione le había quitado el apetito.
-¡Hola chicos! - Ginny se acercaba a los muchachos apurando el paso - ¿Tenéis idea de lo que le pasa a Hermione? -¿Tu también se lo has notado? - le respondió su hermano- Dice que son cosas de chicas y no nos quiere contar. -Pero... Hermione siempre me cuenta a mí esas cosas. -¿Ah, si?- Se había encendido una lucecita en los ojos de Ron- entonces sabrás si... - Por favor- Harry lo había interrumpido bastante enojado- No es momento de pensar en eso, si no le ha dicho nada a Ginny quizás solo lo haya puesto como excusa para deshacerse de nosotros en la habitación. - Es que hay algo más. Cuando me la he encontrado en el pasillo y la he saludado ella se ha limitado a dirigirme una mirada fulminante. -Ginny parecía muy dolida, ella y Hermione se habían hecho muy amigas y a pesar de que no asistían al mismo curso había surgido entre ellas una gran complicidad. Esto para ella, que se había criado rodeada de varones, tenía un gran significado. Perder a Hermione significaba perder a su confidente, su consejera... - Vaya- Ron apoyó su mano sobre el hombro de su hermana intentando darle ánimos, pues a ella le habían brotado algunas lágrimas- estoy seguro de que esto debe tener una explicación, no te preocupes. Todos sabemos lo mucho que Hermione te aprecia. Debe haber algún malentendido.
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