Capitulo 2: La teoría de Harry
Con todo lo de Ginny se les había hecho tarde para llegar a la clase de herbología. Cuando llegaron ya todos se hallaban alrededor de la profesora, que sujetaba una planta de flores blancas mientras le explicaba a sus alumnos como debía transplantarse. Hermione estaba en el corro, parecía muy interesada en lo que explicaba la señorita Sprout, por un momento les pareció de nuevo la Hermione de siempre. Y solo por un momento porque en cuanto advirtió su presencia los miró con el ceño fruncido como si le molestara su presencia.
-¿Neville, eres tan amable de acercarme esa pequeña pala? –dijo señalándola. La profesora no intentaba disimular que Neville era su favorito. - En seguida – el muchacho se dirigía a la mesa de instrumentos cuando Malfoy le puso la zancadilla y, pese a sus intentos por recobrar el equilibrio vino a caer sobre una de las orquídeas favoritas de la profesora. - Deberías vigilar por donde andas Neville. – Malfoy se carcajeó junto con toda su cuadrilla de Slytherin. -Desgraciado- susurró Harry que había visto muy bien la jugada de Draco, pero no pudo avisar a Neville a tiempo – Pero... ¿Qué demonios...? – Harry señaló hacia el grupo que felicitaba a Draco Malfoy por la broma y a Ron se le quedaron los ojos como platos cuando divisó lo que su amigo le indicaba. Allí estaba Hermione carcajeando también, y le dio una palmada a Malfoy. Pero, ¡si ella odiaba a Malfoy! Neville estaba muy acostumbrado a ser el centro de las bromas de los Slytherin, tenía muy asumido que no era precisamente talentoso. Pero cuando se dio cuenta de que su amiga Hermione Granger participaba de la broma con especial entusiasmo aquello le partió el corazón. Hizo un esfuerzo sobrehumano para que no se le escaparan unas lágrimas y abandonó el aula sin recibir ninguna reprimenda por ello. Sprout se dio cuenta de lo que había turbado tanto al chico y lo dejó marcharse, además le dirigió una mirada a Harry, dándole a entender que lo siguiera y este marchó en su busca. Neville se debía haber dado mucha prisa, porque cuando Harry salió ya no había ni rastro de él, pero enseguida supuso que debía encontrarse en la sala común de Gryffindor, y estaba en lo cierto. Estaba solo, pues a esas horas todo el mundo se hallaba en sus respectivas clases, sentado en uno de los sillones encogido, abrazando sus propias rodillas. En cuanto se dio cuenta de la presencia de Harry lo miró y empezó a hablar de lo ocurrido.
- Sé que no soy precisamente el orgullo de Gryffindor – Harry intentó intervenir, pero un gesto de Longbottom lo detuvo- pero nunca pensé que Hermione pudiera hacer de ello una burla. Ella siempre me ha apoyado, y es una de las cosas que más me ha ayudado a salir adelante. Además, vosotros sois los únicos con los que yo comparto mi secreto. - Lo sé, y ni por un momento pienses esas cosas de ti. No sabes hasta que punto eres importante Neville – Harry recordó las palabras de Dumbledore el pasado año sobre lo relacionados que estaban Neville y él. - No creo que lo entiendas. Después de todo tu estás acostumbrado a ser el centro de atención. - A mi pesar – cuantas veces habría deseado deshacerse de aquella cicatriz que todo el mundo observaba con curiosidad. - En cualquier caso, Harry, eres un orgullo para Gryffindor, el elegido de Dumbledore (aunque él no lo quiera reconocer), y es por eso que Hermione me comprendía tan bien, ella sabe lo que es estar en mi situación. Aunque parece que ahora... - bajó la mirada, pues se avergonzaba de soltar alguna lágrima delante de Harry. El afecto que le tenía a Hermione era mayor de lo que Harry había sospechado, y realmente la actitud de ella lo había destrozado.
Ya no volvieron a la clase de la señorita Sprout, a pesar de que ese día les tocaba doble, se quedaron charlando en la sala común. Cuando se encontró con Ron en el gran comedor este estaba con cara de gran enfado, pero cuando vio a Harry pareció pasársele momentáneamente.
-¿Cómo se encuentra Neville? - Ahora está mejor, parece que le ha afectado bastante lo de Hermione- se sentó al lado de Ron, y echó de menos la presencia de esta – Por cierto ¿Dónde está?- como única respuesta Ron se encogió de hombros. Neville llegó y se sentó junto a ellos y no dejó de interrogar a Ron sobre lo que había dicho la profesora en la clase de herbología. El pobre Ron hacía grandes esfuerzos intentando recordar lo más significativo, pero no consiguió grandes resultados, ya que había estado la mayoría de la clase ocupado vigilando los movimientos de Hermione, que seguía mirando curiosamente la planta que había transplantado Sprout.
- Neville, ¿Cuál es el nombre de la planta que transplantó la señorita Sprout al comienzo de la clase? - Conium Maculatum – respondió intrigado por saber a que se debía aquel repentino interés por aquella planta en especial.
Todos callaron repentinamente cuando vieron aparecer a Hermione que se aproximaba a ellos. Intentaron adivinar algo de arrepentimiento en su rostro, pero al contrario lo único que hallaron fue un gesto de satisfacción. Parecía que estaba contenta por algo. - ¿Qué tal, Harry? – ella le dedicó una fugaz sonrisa a su amigo y luego se sentó enfrente de ellos dispuesta a comer. Actuaba como si nada hubiese sucedido, y aparte de Harry, no le dirigió la palabra a nadie más. Ron la miraba como si en cualquier momento fuera a saltar sobre la mesa y a agarrarla por el cuello hasta que la verdadera Hermione hiciera acto de presencia. De repente una idea surcó la cabeza de Harry. - Ron, ¿Qué tal si subes conmigo a ayudarme con la redacción de Pociones? - Pero si...- se detuvo cuando Harry le propinó un fuerte codazo por debajo de la mesa. Ron llegó jadeando pues Harry había subido a una velocidad de vértigo.
- Magna Columba – dijo Harry, y se abrió el paso a la sala común. Ésta ya estaba ocupada por numerosos Gryffindor que habían acabado la cena y ahora estaban bien estudiando o charlando con sus compañeros- Mejor vamos a la habitación.- Ron asintió y marchó detrás de su amigo. - ¿Qué es lo que pasa?- preguntó nada más cerrar la puerta y haberse cerciorado de que no había nadie más allí. - Creo haber encontrado la explicación al extraño comportamiento de Hermione. -¡Suéltalo!- se impacientó el pelirrojo. - Bueno, ambos estamos de acuerdo en que nuestra amiga nunca se comportaría así, y algo tiene que sucederle ¿no?
- Si, claro, una cosas son las manías de Hermione pero esto se pasa de castaño a oscuro. Jamás pude imaginar un comportamiento así de ella.
- Pues se me ha ocurrido que quizás no sea Hermione.- a aquel comentario siguió una pausa de reflexión.
- Pero si es ella, si no ¿Quién iba a ser, con su mismo aspec...- de repente pareció comprender la teoría de su amigo- ¿Quieres decir que quien quiera que sea tomo una poción multijugos?
- ¡Exacto! – Harry suspiró aliviado pues al parecer su idea no era tan absurda –después de todo no es la primera vez que lo vemos o experimentamos.
- Si claro, eso explicaría su comportamiento. Pero, quien quiere hacerse pasar por Hermione y ¿Por qué?. – una mueca de horror surcó su cara – y en ese caso ¿Dónde está la verdadera Hermione? - Vaya, ¡que estúpido soy! – Harry se golpeó la cabeza a modo de autocastigo- no había pensado en eso.
-¿Bueno, y ahora que hacemos?
- Lo primero es cerciorarnos de que la teoría es cierta, y eso lo haremos con el mapa del merodeador.- Harry se dirigió a su cama, abrió su baúl y tomó la preciada posesión. –Ahora busquemos a "Hermione" –dijo con tono sarcástico.
Bajaron de nuevo al gran comedor entre excitados y nerviosos. No sabían que iba a salir de aquello. ¿Quién se estaba haciendo pasar por Hermione?, y ¿Dónde tenía retenida a Hermione esa persona?. Quien quiera que fuese el culpable lo iba a pagar muy caro. Iban a toda pastilla por el pasillo con la esperanza de que "Hermione" aún estuviera en el gran comedor cuando una desagradable voz les hizo detenerse en seco.
- Vaya, vaya, Weasley ¡Parece que tu novia sangre sucia por fin se ha dado cuenta de cual es el bando ganador! – la repugnante sonrisa de Draco se perfiló entre las penumbras.
- Malfoy- Ron lo taladraba con una mirada asesina – ¡No la llames así! Gusano repugnante, además, no es mi novia. - Claro, ahora sabe valorar lo bueno. Fijándome bien, ha mejorado bastante físicamente, quizás la deje probar el encanto de los Malfoy. –Harry podría jurar que los ojos de Draco brillaban de pura malicia. - ¿Y que vas a hacer, presentarle a tu padre? –fue lo primero que se le ocurrió a Harry antes de que Ron se abalanzara sobre él haciéndoles perder tiempo y probablemente recibiendo un castigo, pues no sabía como Malfoy siempre narraba los acontecimientos de tal manera que acababa siendo en todos la víctima cuando la realidad era muy distinta.- Vamos Ron- le dio un empujoncito al pelirrojo que seguí mirando a Draco Malfoy con gesto agresivo, tras unos instantes el muchacho cedió y siguió a Harry. No quería meterse en líos.
Finalmente llegaron al gran comedor. Empezaron a buscar a Hermione, quizás ella ya no estaba allí. Mientras Harry la buscaba un mano se alzó saludándolo desde la mesa de Ravenclaw, era Cho Chang. Él le hizo un gesto con la cabeza y luego continuó con su búsqueda, la muchacha se sintió ofendida y susurró algo al oído de Marietta Edgecombe.
-Parece que ya no está aquí- le dijo Ron. - Yo tampoco la encuentro, no nos queda más remedio que esperar en la sala común.
Resignados se dirigieron de nuevo al lugar que habían abandonado hacía pocos minutos, pero algo les hizo detenerse. Desde el pasillo de la izquierda llegaban unas voces conocidas. Ambos se miraron y se acercaron con sigilo para no delatar su presencia.
-Querida, no sabes como me alegra este cambio de actitud por tu parte – desde donde estaban pudieron ver a Draco que sujetaba la barbilla de Hermione y le dirigía una sonrisa. ¿Pero acaso Draco no odiaba a Hermione?. Ron apretaba los puños con fuerza y se había puesto muy rojo, entonces Harry señaló el pergamino que llevaba en la mano indicándole que se contuviera pues ese era el momento ideal para llevar a cabo su plan. Lentamente, para no hacer ruido Harry fue desplegando el mapa del merodeador. Mientras, Draco se iba acercando peligrosamente a Hermione, como un cazador que se abalanza sobre su presa. Cuando Harry termino de abrir el mapa y ambos vieron el nombre que figuraba al lado de Draco en el pasillo no pudieron reprimir una exclamación.
Bueno, se que es corto, pero no quería tardar mucho en publicar el segundo capitulo y no me dio tiempo de más. Gracias por los reviews! Espero haberos dejado con la intriga (jeje que mala soy).
Hermiginny13 Gracias, me alegra que te haya gustado y espero que te guste este capitulo. El secreto es... mmm creo que mejor te dejo con la intriga aunque en este capitulo ya se ve algo (¿obvio no?). Actualizaré en cuanto pueda.
Kiomi: muchas gracias, espero que te guste este nuevo capitulo!!.
Bueno, dejadme rewiews please que eso me da ánimos para escribir.
O, si lo preferís mi mail es: climenestrahotmail.com
Con todo lo de Ginny se les había hecho tarde para llegar a la clase de herbología. Cuando llegaron ya todos se hallaban alrededor de la profesora, que sujetaba una planta de flores blancas mientras le explicaba a sus alumnos como debía transplantarse. Hermione estaba en el corro, parecía muy interesada en lo que explicaba la señorita Sprout, por un momento les pareció de nuevo la Hermione de siempre. Y solo por un momento porque en cuanto advirtió su presencia los miró con el ceño fruncido como si le molestara su presencia.
-¿Neville, eres tan amable de acercarme esa pequeña pala? –dijo señalándola. La profesora no intentaba disimular que Neville era su favorito. - En seguida – el muchacho se dirigía a la mesa de instrumentos cuando Malfoy le puso la zancadilla y, pese a sus intentos por recobrar el equilibrio vino a caer sobre una de las orquídeas favoritas de la profesora. - Deberías vigilar por donde andas Neville. – Malfoy se carcajeó junto con toda su cuadrilla de Slytherin. -Desgraciado- susurró Harry que había visto muy bien la jugada de Draco, pero no pudo avisar a Neville a tiempo – Pero... ¿Qué demonios...? – Harry señaló hacia el grupo que felicitaba a Draco Malfoy por la broma y a Ron se le quedaron los ojos como platos cuando divisó lo que su amigo le indicaba. Allí estaba Hermione carcajeando también, y le dio una palmada a Malfoy. Pero, ¡si ella odiaba a Malfoy! Neville estaba muy acostumbrado a ser el centro de las bromas de los Slytherin, tenía muy asumido que no era precisamente talentoso. Pero cuando se dio cuenta de que su amiga Hermione Granger participaba de la broma con especial entusiasmo aquello le partió el corazón. Hizo un esfuerzo sobrehumano para que no se le escaparan unas lágrimas y abandonó el aula sin recibir ninguna reprimenda por ello. Sprout se dio cuenta de lo que había turbado tanto al chico y lo dejó marcharse, además le dirigió una mirada a Harry, dándole a entender que lo siguiera y este marchó en su busca. Neville se debía haber dado mucha prisa, porque cuando Harry salió ya no había ni rastro de él, pero enseguida supuso que debía encontrarse en la sala común de Gryffindor, y estaba en lo cierto. Estaba solo, pues a esas horas todo el mundo se hallaba en sus respectivas clases, sentado en uno de los sillones encogido, abrazando sus propias rodillas. En cuanto se dio cuenta de la presencia de Harry lo miró y empezó a hablar de lo ocurrido.
- Sé que no soy precisamente el orgullo de Gryffindor – Harry intentó intervenir, pero un gesto de Longbottom lo detuvo- pero nunca pensé que Hermione pudiera hacer de ello una burla. Ella siempre me ha apoyado, y es una de las cosas que más me ha ayudado a salir adelante. Además, vosotros sois los únicos con los que yo comparto mi secreto. - Lo sé, y ni por un momento pienses esas cosas de ti. No sabes hasta que punto eres importante Neville – Harry recordó las palabras de Dumbledore el pasado año sobre lo relacionados que estaban Neville y él. - No creo que lo entiendas. Después de todo tu estás acostumbrado a ser el centro de atención. - A mi pesar – cuantas veces habría deseado deshacerse de aquella cicatriz que todo el mundo observaba con curiosidad. - En cualquier caso, Harry, eres un orgullo para Gryffindor, el elegido de Dumbledore (aunque él no lo quiera reconocer), y es por eso que Hermione me comprendía tan bien, ella sabe lo que es estar en mi situación. Aunque parece que ahora... - bajó la mirada, pues se avergonzaba de soltar alguna lágrima delante de Harry. El afecto que le tenía a Hermione era mayor de lo que Harry había sospechado, y realmente la actitud de ella lo había destrozado.
Ya no volvieron a la clase de la señorita Sprout, a pesar de que ese día les tocaba doble, se quedaron charlando en la sala común. Cuando se encontró con Ron en el gran comedor este estaba con cara de gran enfado, pero cuando vio a Harry pareció pasársele momentáneamente.
-¿Cómo se encuentra Neville? - Ahora está mejor, parece que le ha afectado bastante lo de Hermione- se sentó al lado de Ron, y echó de menos la presencia de esta – Por cierto ¿Dónde está?- como única respuesta Ron se encogió de hombros. Neville llegó y se sentó junto a ellos y no dejó de interrogar a Ron sobre lo que había dicho la profesora en la clase de herbología. El pobre Ron hacía grandes esfuerzos intentando recordar lo más significativo, pero no consiguió grandes resultados, ya que había estado la mayoría de la clase ocupado vigilando los movimientos de Hermione, que seguía mirando curiosamente la planta que había transplantado Sprout.
- Neville, ¿Cuál es el nombre de la planta que transplantó la señorita Sprout al comienzo de la clase? - Conium Maculatum – respondió intrigado por saber a que se debía aquel repentino interés por aquella planta en especial.
Todos callaron repentinamente cuando vieron aparecer a Hermione que se aproximaba a ellos. Intentaron adivinar algo de arrepentimiento en su rostro, pero al contrario lo único que hallaron fue un gesto de satisfacción. Parecía que estaba contenta por algo. - ¿Qué tal, Harry? – ella le dedicó una fugaz sonrisa a su amigo y luego se sentó enfrente de ellos dispuesta a comer. Actuaba como si nada hubiese sucedido, y aparte de Harry, no le dirigió la palabra a nadie más. Ron la miraba como si en cualquier momento fuera a saltar sobre la mesa y a agarrarla por el cuello hasta que la verdadera Hermione hiciera acto de presencia. De repente una idea surcó la cabeza de Harry. - Ron, ¿Qué tal si subes conmigo a ayudarme con la redacción de Pociones? - Pero si...- se detuvo cuando Harry le propinó un fuerte codazo por debajo de la mesa. Ron llegó jadeando pues Harry había subido a una velocidad de vértigo.
- Magna Columba – dijo Harry, y se abrió el paso a la sala común. Ésta ya estaba ocupada por numerosos Gryffindor que habían acabado la cena y ahora estaban bien estudiando o charlando con sus compañeros- Mejor vamos a la habitación.- Ron asintió y marchó detrás de su amigo. - ¿Qué es lo que pasa?- preguntó nada más cerrar la puerta y haberse cerciorado de que no había nadie más allí. - Creo haber encontrado la explicación al extraño comportamiento de Hermione. -¡Suéltalo!- se impacientó el pelirrojo. - Bueno, ambos estamos de acuerdo en que nuestra amiga nunca se comportaría así, y algo tiene que sucederle ¿no?
- Si, claro, una cosas son las manías de Hermione pero esto se pasa de castaño a oscuro. Jamás pude imaginar un comportamiento así de ella.
- Pues se me ha ocurrido que quizás no sea Hermione.- a aquel comentario siguió una pausa de reflexión.
- Pero si es ella, si no ¿Quién iba a ser, con su mismo aspec...- de repente pareció comprender la teoría de su amigo- ¿Quieres decir que quien quiera que sea tomo una poción multijugos?
- ¡Exacto! – Harry suspiró aliviado pues al parecer su idea no era tan absurda –después de todo no es la primera vez que lo vemos o experimentamos.
- Si claro, eso explicaría su comportamiento. Pero, quien quiere hacerse pasar por Hermione y ¿Por qué?. – una mueca de horror surcó su cara – y en ese caso ¿Dónde está la verdadera Hermione? - Vaya, ¡que estúpido soy! – Harry se golpeó la cabeza a modo de autocastigo- no había pensado en eso.
-¿Bueno, y ahora que hacemos?
- Lo primero es cerciorarnos de que la teoría es cierta, y eso lo haremos con el mapa del merodeador.- Harry se dirigió a su cama, abrió su baúl y tomó la preciada posesión. –Ahora busquemos a "Hermione" –dijo con tono sarcástico.
Bajaron de nuevo al gran comedor entre excitados y nerviosos. No sabían que iba a salir de aquello. ¿Quién se estaba haciendo pasar por Hermione?, y ¿Dónde tenía retenida a Hermione esa persona?. Quien quiera que fuese el culpable lo iba a pagar muy caro. Iban a toda pastilla por el pasillo con la esperanza de que "Hermione" aún estuviera en el gran comedor cuando una desagradable voz les hizo detenerse en seco.
- Vaya, vaya, Weasley ¡Parece que tu novia sangre sucia por fin se ha dado cuenta de cual es el bando ganador! – la repugnante sonrisa de Draco se perfiló entre las penumbras.
- Malfoy- Ron lo taladraba con una mirada asesina – ¡No la llames así! Gusano repugnante, además, no es mi novia. - Claro, ahora sabe valorar lo bueno. Fijándome bien, ha mejorado bastante físicamente, quizás la deje probar el encanto de los Malfoy. –Harry podría jurar que los ojos de Draco brillaban de pura malicia. - ¿Y que vas a hacer, presentarle a tu padre? –fue lo primero que se le ocurrió a Harry antes de que Ron se abalanzara sobre él haciéndoles perder tiempo y probablemente recibiendo un castigo, pues no sabía como Malfoy siempre narraba los acontecimientos de tal manera que acababa siendo en todos la víctima cuando la realidad era muy distinta.- Vamos Ron- le dio un empujoncito al pelirrojo que seguí mirando a Draco Malfoy con gesto agresivo, tras unos instantes el muchacho cedió y siguió a Harry. No quería meterse en líos.
Finalmente llegaron al gran comedor. Empezaron a buscar a Hermione, quizás ella ya no estaba allí. Mientras Harry la buscaba un mano se alzó saludándolo desde la mesa de Ravenclaw, era Cho Chang. Él le hizo un gesto con la cabeza y luego continuó con su búsqueda, la muchacha se sintió ofendida y susurró algo al oído de Marietta Edgecombe.
-Parece que ya no está aquí- le dijo Ron. - Yo tampoco la encuentro, no nos queda más remedio que esperar en la sala común.
Resignados se dirigieron de nuevo al lugar que habían abandonado hacía pocos minutos, pero algo les hizo detenerse. Desde el pasillo de la izquierda llegaban unas voces conocidas. Ambos se miraron y se acercaron con sigilo para no delatar su presencia.
-Querida, no sabes como me alegra este cambio de actitud por tu parte – desde donde estaban pudieron ver a Draco que sujetaba la barbilla de Hermione y le dirigía una sonrisa. ¿Pero acaso Draco no odiaba a Hermione?. Ron apretaba los puños con fuerza y se había puesto muy rojo, entonces Harry señaló el pergamino que llevaba en la mano indicándole que se contuviera pues ese era el momento ideal para llevar a cabo su plan. Lentamente, para no hacer ruido Harry fue desplegando el mapa del merodeador. Mientras, Draco se iba acercando peligrosamente a Hermione, como un cazador que se abalanza sobre su presa. Cuando Harry termino de abrir el mapa y ambos vieron el nombre que figuraba al lado de Draco en el pasillo no pudieron reprimir una exclamación.
Bueno, se que es corto, pero no quería tardar mucho en publicar el segundo capitulo y no me dio tiempo de más. Gracias por los reviews! Espero haberos dejado con la intriga (jeje que mala soy).
Hermiginny13 Gracias, me alegra que te haya gustado y espero que te guste este capitulo. El secreto es... mmm creo que mejor te dejo con la intriga aunque en este capitulo ya se ve algo (¿obvio no?). Actualizaré en cuanto pueda.
Kiomi: muchas gracias, espero que te guste este nuevo capitulo!!.
Bueno, dejadme rewiews please que eso me da ánimos para escribir.
O, si lo preferís mi mail es: climenestrahotmail.com
