Capitulo 16: Los escudos de Hogwarts

- Esas curas son milagrosas, en solo unos minutos los cortes habían desaparecido y ya no me dolía nada- Hermione les explicaba a sus amigos como la enfermera Pompfrey la había curado rápidamente, aunque no era la primera vez que esta había tenido que atender al trío Gryffindor.

Harry y Ron habían ido a visitarla temprano, antes de la hora del desayuno. Pasaron primero por las cocinas donde los elfos domésticos les proporcionaron suficientes golosinas para su "convaleciente" amiga. A Harry le había extrañado bastante no ver a Dobby tampoco en aquella ocasión, pero los elfos se mostraron reticentes a hablar del tema, y como la vez anterior Harry no sacó nada en claro sobre el paradero de su amigo.

- ¿Cuándo podrás salir de aquí?- preguntó Ron a la muchacha.

- Ahora mismo- la señora Pompfrey se encontraba detrás de ellos y se había adelantado a la respuesta de Hermione.

-¡Genial, entonces vamos a desayunar!- la castaña entornó los ojos y dibujó una media sonrisa pues Harry y ella ya no podían con más, se acababan de atiborrar a manjares y el pelirrojo seguía pensando en comida.

- Ronald¿podria soportar tu estómago unos minutos más de espera?- Dumbledore acababa de atravesar la puerta de la enfermería.- Debo hablar contigo y con Hermione sobre lo ocurrido en el vestuario.

- Yo os espero en el comedor- dijo Harry y se marchó dejando al director con sus dos amigos.

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Ron llegó solo al comedor, Harry no había probado bocado pero charlaba con Dean.

- ¿Qué tal con Dumbledore?- le preguntó el moreno..

-Solo quería que le contáramos lo que sucedió ayer, aunque ninguno ha podido explicarlo, yo porque no lo vi y Hermione porque no lo recuerda.

- ¿Y donde se ha quedado ella?

- Está aun con Dumbledore, él me dijo que podía irme pero que tenía algunas cosas más que preguntarle a ella- Ron tomó una tostada y comenzó a untarla mientras continuaba hablando- En realidad hay algo que me resultó extraño en el director.

-¿Qué cosa?- lo interrogó su amigo.

- Bueno, me pareció que no creía nada de lo que Hermione le contaba.

- ¿Qué te hace pensar eso, Ron?- a Harry también le había resultado extraño el relato de su amiga aunque no había comentado aun con nadie sus sospechas.

- Yo… realmente no tengo pruebas, pero me pareció que se mostraba casi divertido ante las explicaciones de ella. Yo diría que el director sabe lo que pasó realmente en aquel vestuario.

- No me sorprendería- reflexionó Harry mientras tomaba nota mental de intentar sacar algo en claro en la próxima clase de oclumancia, o más bien de legeremancia.

Draco Malfoy entraba por la puerta del comedor en aquellos momentos, miró hacia donde estaban sentados Harry y Ron, sonrió. Una sonrisa de Draco no auguraba nada bueno, Harry se quedó atento a la jugada del Slytherin. Cuando el rubio pasó por donde ellos se encontraban tiró el dardo que había de dar en la diana.

- Parece que hoy no os acompaña vuestra amiguita sangre sucia- Ron, al escuchar la voz de la serpiente se giró y quedaron frente a frente. – Me he enterado de que por fin alguien le dio su merecido a esa sabelotodo.

Harry, que estaba alerta sujetó rápidamente a su amigo antes de que este pudiera arremeter contra Malfoy, sabía muy bien que la intención de este era provocar una pelea para perjudicarlos.

- ¡Calla engendro de mortífago!- replicó Ron enojado al volver a caer en el asiento empujado por la mano de Harry- Sé muy bien que estáis implicados en el ataque a Hermione.

El rubio carcajeó falsamente ante el comentario del Gryffindor.

- Admito que me gustaría haber sido el autor del escarmiento- sus ojos brillaban de maldad, Harry sintió en sí mismo la satisfacción del rubio- Sin embargo he de admitir honradamente que no tengo nada que ver.

- ¡Tu no conoces el significado de la palabra honradez!- a Harry le pareció que el Slytherin no mentía, pero sospechaba que sabía algo de todo aquello.

- Es posible- admitió con sorna- De todos modos no me importa lo que vosotros podáis pensar.

Se alejó seguido de sus "guardaespaldas" que se lamentaban porque finalmente no pudieron participar de la pelea.

- Si me hubieses dejado….

- Estarías ahora recibiendo un castigo- se justificó Harry.

- Eso no me habría importado tras la satisfacción de darle a esa serpiente su merecido.

- Nadie le tiene más manía a Malfoy que yo, pero me parece que esta vez dice la verdad. No creo que el fuese el culpable de lo del vestuario- Ron seguía mostrándose escéptico ante el razonamiento de su amigo, pero volvió a concentrarse en su plato aunque lo miró más de lo que probo de él.

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Habían pasado unas semanas de calma… demasiada calma. Harry no había logrado sacar nada en claro sobre lo ocurrido en los vestuarios. Dumbledore había eludido sus preguntas con su maestría habitual para ello y el muchacho al fin se había dado por vencido. Al menos una cosa si había conseguido el Gryffindor, y era hacer grandes progresos en legeremancia y ello se vio reflejado en la oclumancia. Hacía bastante que no sufría una de sus visiones relacionadas con Voldemort y al menos podía descansar tranquilo sin preocuparse de que nada más cerrar los ojos iba a tener horrorosos presagios o quizás farsas que solo lo atormentaban.

- Tus progresos han sido extraordinarios Harry- Dumbledore lo felicitaba con gran satisfacción.

- Le debo mucho señor, ahora ya Voldemort no puede entrar en mi mente.

- Solo te lo debes a ti mismo.

- Señor¿puedo hacerle una pregunta?- Harry intuyó que aquella sería su ultima clase de oclumancia así que era ese momento en el que debía preguntarle sobre Hermione.

- Por supuesto Harry, pregunta lo que quieras- la sonrisa de Dumbledore hizo sospechar al moreno que ya sabía de que se trataba.

- Con todo lo pasado últimamente con Hermione, yo me preguntaba que pensaba usted de todo esto, yo ya no se que pensar.

- Hay otra cosa que en estos momentos te preocupa más¿no es cierto? – Harry lo miró confuso pero finalmente asintió.

- Es cierto, tiene que ver con algo sucedido ayer. Estaba hablando con Ron cuando… sentí algo, una maldad que me quemaba los sentidos… no sé explicarlo.

- No es necesario que me los expliques- lo excusó Dumbledore- Sé exactamente a lo que te refieres y pronto comprenderás que es frecuente experimentar esa sensación.

- Pero yo sentí como si Ron fuera muy malvado, se parecía a lo que sentía cuando Voldemort estaba furioso.

- Eso es porque Ron estaba furioso – el tono de voz del director era tranquilo y pausado como cuando explicaba algo complicado para que Harry lo entendiera- la furia en si misma es maldad no importa de quien venga.

- ¿Intenta decirme que en esos momentos Ron era tan malvado como Voldemort?

- No es la furia lo que hace malvado a Voldemort.

En ese momento sonó la puerta. ¿Quién podría ser? Casi nadie conocía la ubicación de la sala multipropósitos. Harry miró a el director pero este parecía muy tranquilo.

- Adelante- dijo con su fuerte voz.

La puerta se abrió y Harry tuvo que bajar la mirada para ver de quien se trataba.

- ¡Dobby!- exclamó el muchacho. El elfo doméstico le miró brevemente dedicándole una sonrisa, pero enseguida volvió la vista hacia el director y le entregó un sobre que a Harry le pareció bastante raro. Dumbledore caminó hacia un rincón para leerlo, momento que aprovechó Harry para hablar con su amigo el elfo.

-¿Cómo estás Dobby? Llevábamos mucho tiempo sir verte por Hogwarts.

- A Dobby le complace la preocupación de Harry Potter. Señor puede ver usted mismo que Dobby está bien. – Harry lo miró detenidamente y verdaderamente parecía feliz. Harry se alegró de ello.

- ¿Pero donde has estado todo este tiempo? Preguntamos varias veces por ti en las cocinas y ninguno de tus compañeros supo decirnos- Esa era la cuestión que tanto había intrigado a Harry durante el curso y más ahora que se presentaba con aquel misterioso sobre para el director.

El elfo se puso algo nervioso, se agitaba de un lado para otro. Parecía que quería decir algo pero luego no decía nada. Desde el rincón Dumbledore volvió a acercarse y acabó con aquella situación.

- No pasa nada Dobby, Harry puede saber que trabajas con nosotros en la Orden del Fénix – el elfo suspiró aliviado. Era primordial mantener su trabajo para la orden en absoluto secreto, pero Harry era un caso especial, el amigo al cual debía la libertad.

- Dobby no podía decírselo –se lamentó- era secreto señor Harry Potter.

Harry, que temía que empezara a pegarse contra algo como lo mandaban las costumbres de su especie, lo excusó rápidamente.

- No tiene importancia, era un secreto y debías guardarlo, has hecho bien- le guiñó un ojo y el elfo le mostró su dentadura.

- Ahora hemos de irnos Harry. He de partir lo más pronto posible – extendió la mano y en ella se materializó un pergamino que entregó al joven – Si eres tan amable entrégale esto a la profesora McGonagall.

- Por supuesto señor - Dobby se despidió con la mano saliendo antes que el director.

- Y no olvides practicar oclumancia, nuestras clases han terminado. – diciendo esto Dumbledore cerró la puerta dejando a Harry solo con sus pensamientos.

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Toc, toc…

Tocó en la puerta del despacho de su profesora de transformaciones. Tras unos segundos, cuando ya Harry iba a dar media vuelta para buscarla en otro lugar se oyó un "Adelante" desde el interior y el muchacho obedeció. McGonagall se encontraba absorta leyendo algo, tanto que Harry dudó de que se hubiera percatado de su presencia en la estancia. No se atrevió a profanar su concentración así que esperó pacientemente. Tras unos cinco minutos ella levantó la vista y le miró sin verle, se notaba que aun estaba pensando en otra cosa, sin embargo le hizo un gesto a Harry para que se acercara. Tomó el pergamino que el muchacho le ofrecía y cuando el se dio la vuelta y se disponía a marcharse algo le impulsó a hacerle una pregunta a su profesora:

- Señorita McGonagall –dijo.

- Ujum… - susurró ella, estaba leyendo el pergamino y parecía no prestarle mucha atención a su alumno.

- El suceso del otro día… - se detuvo intentando encontrar la manera más sutil de sonsacarle algo a la profesora – Me preocupa que puedan haber extraños o posibles mortífagos adentrandose en Hogwarts.- en ese momento ya ella lo miraba fijamente y había soltado el pergamino sobre el escritorio.

- No tienes de que preocuparte Harry, no hay indicios de que ninguna persona ajena a este colegio haya podido entrar, desde… - ambos se miraron y comprendieron sin necesidad de que la señorita continuara.

Harry tentó a la suerte insistiendo sobre el tema, aun sabiendo que a su profesora de transformaciones no le agradaba en absoluto que se inmiscuyera en asuntos del profesorado.

- Pero entonces la alarma… Nunca antes habíamos escuchado algo así en Hogwarts.

- Bueno, la alarma no saltó porque hubiera un intruso, sino porque alguien practicó la magia en el despacho de Dumbledore pero no necesariamente externo al colegio – Harry se sorprendió aun más por las últimas palabras que acababa de escuchar.

- ¿Y que tipo de magia?- la misión era suicida, McGonagall no contestaría a esa pregunta. Lo anterior debió ser un momento de debilidad.

- Intentaron hacer la copia de uno de los libros del despacho, exactamente una copia del único volumen que existe de "Los escudos de Hogwarts"

Eso quizás era más preocupante que la idea de que alguien ajeno hubiera entrado a Hogwarts, pues significaba que buscaban el medio para romper los escudos y cualquiera pudiera hacerlo. Pero ¿Por qué razón le contaba todo eso tan abiertamente la jefa de la casa Gryffindor? Ella pareció leer la mente del muchacho y contestó a su pregunta sin que la hubiera formulado.

- En situaciones anteriores ya nos has ayudado Potter, te cuento todo esto porque quizás tú desde el lado del alumnado puedas descubrir algo útil en nuestra investigación. Evidentemente no es que quiera acusar a ningún alumno, por supuesto que podría tratarse de un profesor, no debe quedar nadie libre de sospecha. Desgraciadamente en los tiempos que estamos no creo que se trate de una simple travesura.

Harry no podía estar más de acuerdo con las palabras de la profesora. Dudó si contarle lo ocurrido anteriormente con Herminone, ella había tenido un comportamiento extraño, aunque ahora era de lo más normal y tampoco quería acusar a su amiga y menos delante de su profesora favorita, pues seguramente eso haría que McGonagall ya no la viera igual. Decidió no acusar a ninguno de sus compañeros a menos que tuviera pruebas certeras de su culpabilidad. Salió del despacho y se dirigió al gran comedor, donde debían estar sus amigos disfrutando de la cena.

En efecto allí se encontraban ya Ron y Hermione charlando sobre algún castigo de prefectos. Harry se sentó junto a ellos y enseguida dieron el tema por zanjado.

-¿Qué tal las clases Harry? – le pregunto la castaña.

Bien, y puesto que el director no me ha dicho el día que debo volver yo creo que esta ha sido por fin la última – no pudo evitar sonreír. No era que no le interesara aprendes legeremancia y oclumancia, se daba cuenta de lo importante que era en su situación, pero ya no tendría que perderse más entrenamientos por no decir que tendría más tiempo para estudiar también, las clases de este año no eran nada fáciles.

- Pues menos mal, así podremos prepararnos bien el partido contra Slytherin – celebró Ron.

- Por cierto ¿Cuándo es? – preguntó Herminone.

- Dentro de dos domingos – respondió Ron – para este partido me siento más motivado que nunca.

- No me extraña Ron – respondió Harry. El también tenía muchas ganas de vencer a la casa de las serpientes, y en especial a Draco Malfoy.

- Bueno, me voy a mi habitación, hoy me siento especialmente agotada – se despidió Hermione.

- Pues espera que te acompaño – la detuvo Harry – También me encuentro muy cansado.

- Pero Harry… - protestó Ron, que al ver la mirada que le dirigía su mejor amigo no dijo nada más y simplemente se despidió de ambos. Era evidente que Harry no quería dejar que Hermione deambulara sola por el castillo y por eso se marchaba con ella.

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Respondiendo Reviews (con años luz de retraso UU)

Atena: Me alegro que la hayas leido de un tiron, eso significa que te ha gustado. Espero que sigas por la pagina y puedas leer lo que continúa.

Sheila Ruiz: Lo mismo de antes, que espero que sigas por aquí, y bueno, claro que se aclarará todo el embrollo.

Aiko5: Pues lo mismo que a todas, la verdad es que es una pena que lo empezarais a leer cuando lo dejé UU. Pero esta vez prometo terminarlo, ade+ ya apenas queda historia. Muchas gracias por el RR.

Ana María: Buff, que decirte. En este tiempo desaparecida tampoco he podido leer tus fics, tengo que mirarme si los has continuado y sigues por aquí. Pido grandes disculpas, espero que sigas visitando la pagina.

Ophelia Dakker: Tienes que haberme echado maldiciones por no haber seguido el fic UU, pero estuve un tiempo liada y cuando lo quise seguir ya no lo recordaba. Pues como ya he dicho a todas espero que sigas por la pagina y puedas leer la continuación aunque supongo que eso es dificil pues ya no os acordaréis ni de lo que iba.

Bueno, la proxima semana actualización, con un capítulo más emocionante que este, que la verdad es que ha estado un poco aburrido...

Nos leemos!