Capítulo 18¿Qué te gusta quien?

-Me has descubierto –respondió Hermione – no tienes que disculparte por nada. La culpa es mía por no ser sincera desde un principio, pero se trataba de un tema bastante delicado y me daba vergüenza contártelo.

- ¿Vergüenza¿Por qué? – ahora sí que Harry se encontraba intrigado.

-Verás, desde el comienzo de curso han ido sucediendo cosas que nunca imaginé que pasaran – La chica hizo una pausa intentando buscar la mejor manera de explicar lo que tenía que decirle a su amigo – Draco, bueno, empecé a encontrarme a Malfoy frecuentemente en la biblioteca y a menudo venía a preguntarme cosas. Había cambiado tanto su actitud conmigo que yo, aunque al principio recelosa, finalmente empecé a ayudarlo con las clases y lo más sorprendente es que me gustaba hacerlo.

Llegado a este punto de la conversación la Gryffindor hizo una pausa para observar la cara de su compañero, pero Harry la miraba tan relajadamente que ni siquiera podría imaginar todos los pensamientos que asaltaban en esos momentos al moreno.¿Malfoy y Hermione confraternizando, eso era casi como ver a un león y una gacela compartiendo apaciblemente la sombra de un árbol. Pero Hermione se estaba confesando y no podía juzgarla sino escucharla como un verdadero amigo.

- El problema de todo esto es que a pesar del odio que suelo mostrar por los Slytherin en general y por Draco en particular, yo me sentía muy atraída por él- Harry no pudo evitar una expresión de asombro en su cara después de aquellas palabras- Sentía algo así como el síndrome de Estocolmo, un aprecio hacia mi maltratador (al menos lo era en público). Por eso presenciasteis aquella escena en los pasillos, por eso intenté comportarme como una Slytherin aún haciendo daños a amigos como Neville, y… bueno supongo que ya te habrás imaginado que fue con Draco con quien me reuní aquella noche en el bosque.

Cuando terminó de hablar la castaña miraba hacia el suelo con las mejillas sonrojadas. Harry seguía mudo ante aquella increíble confesión. Realmente no sabía que decirle a su amiga, él no era quien para juzgarla, él sabía muy bien que en los asuntos del corazón no mandaba la razón. La muchacha parecía esperar una crítica o palabras de reproche. La situación era bastante tensa, dos personas que habían compartido tanto, y que se habían enfrentado a situaciones de lo más adversas resistiendo y fortaleciéndose así su amistad se encontraban frente a frente sintiendo un nerviosismo más propio de dos desconocidos. Una conocida voz puso fin a aquel incómodo silencio.

- ¡Lo que os habéis perdido!- un excitado Ron había irrumpido en Las Tres Escobas y ahora empujaba a Harry logrando deslizarlo por el banco y haciéndose un hueco a sí mismo para sentarse en él – En Honeydukes están que tiran la casa por la ventana y hay un dos por uno en todos los artículos para los alumnos de Hogwarts.

Harry y Hermione fijaron su vista a la vez en la pequeña y única bolsa que traía su amigo.

-Es una bolsa mágica- aclaró el pelirrojo - ¿o creíais que iba a desaprovechar esta magnífica oportunidad?- las carcajadas de sus amigos sonaron sincronizadas y así en un instante el pelirrojo logró romper la tensión que aún él ignorándolo sus amigos sentían.

Cuando llevaban un rato charlando y habían pedido la segunda ronda de cervezas de mantequilla, apareció Ginny con muchas bolsas, y al divisar a Hermione se le iluminó la cara.

- ¡Mira lo que traigo!- exclamó la pelirroja tan fuerte que además de Hermione la miraba toda la taberna, aunque eso no consiguió abochornarla. La pequeña de los Weasley comenzó a sacar cosas de las bolsas a un ritmo frenético y pedía la aprobación de su amiga, que se la dio en todo excepto en una falda que más bien parecía un cinturón y que cuando la vio Ron parecieron salírsele los ojos de sus órbitas. Le dejó claro a su hermana que mientras el viviera ella no se pondría aquel trozo de tela, cosa que la chica se ofreció gustosamente a remediar.

Se formó una tremenda discusión entre los dos hermanos que atrajo la atención de todo el mundo en el local, hasta que Ginny, que conocía muy bien la cabezonería de su hermano mayor, cedió por fin en gran medida por la vergüenza que sintió cuando se dio cuenta de que eran el centro de atención de todas las miradas.

- Esta bien – dijo seguido de un suspiro – Ya que yo no puedo ponérmela se la regalaré a Hermione- dicho esto fijó los ojos en su hermano mientras le dedicaba una sonrisa maliciosa. El pelirrojo se ponía cada vez más rojo consciente de que su querida hermanita decía eso con la simple intención de fastidiarlo.

Sin embargo Hermione se encontraba tan absorta, tan lejos de aquél lugar, que ni siquiera se dio cuenta de que al final de la discusión se mencionó su nombre. Tampoco pareció darse cuenta de que su mesa cada vez estaba más llena pues poco a poco iban llegando a la taberna compañeros que habían acabado sus compras del día. La muchacha solo dio señales de vida cuando se levantó de la mesa:

- Bueno chicos- se despidió- nos vemos en la cena. Estoy muy cansada y me vuelvo al colegio.

- Yo te acompaño- se ofreció Ron levantándose tambien de su sitio y atrayendo así las miradas de muchos de los que aun permanecían de pie y buscaban un asiento desesperadamente.

- No hace falta que… - Harry no pudo escuchar el final de aquella frase pues Ron había agarrado a Hermione por el brazo y la arrastraba hacia el exterior.

Se quedaba más tranquilo sabiendo que Ron acompañaría a la chica hasta el castillo, pues así la muchacha estaría más protegida. Con los mortífagos por ahí sueltos uno ya no se sentía seguro ni siquiera dentro de Hogwarts, y menos ahora que las ausencias de Dumbledore y otros tantos profesores eran tan largas.

De repente cayó en algo, al igual que Hermione se había sincerado con él podía aprovechar esos momentos a solas con Ron para contarle lo de Draco, y no quería ni imaginar como reaccionaría el impulsivo pelirrojo ante la noticia. Cruzó los dedos para que a su amiga no se le ocurriera la brillante idea de hacerlo o cambiarían las tornas y entonces necesitaría a alguien que la defendiera de Ron.

Una enorme figura acababa de traspasar la puerta del local con serias dificultades. Harry se levantó en seguida y salió a su encuentro.

- ¡Hagrid!- exclamó- ¿Qué haces tu en la zona para menores de la taberna?

-Pues precisamente te buscaba- le respondió el semi-gigante.

- Vaya yo también te quería dar algo que compré para ti.

Cuando vio el libro Hagrid, aquél gigantón sensiblero, no pudo evitar soltar unas lagrimitas y dar un abrazo tan fuerte a Harry que el muchacho pensó que le hundiría las costillas. El Gryffindor omitió el detalle del motivo del regalo, pero se prometió a si mismo obsequiarle a Hagrid cosas como aquella más a menudo.

- Bueno, aun no me has dicho para que me querías- le preguntó.

- Eh, verás… - empezó a hablar su amigo- En realidad venía a la taberna para tomarme una cerveza y relajarme un poco de todo este estress que no me deja dormir- en ese punto Harry se dio cuenta de las enormes ojeras que surcaban la cara de Hagrid, el asunto de los ataques mortifagos y las ausencias de Dumbledore empezaban a hacer verdadera mella en él- pero por el camino me encontré a Ron y Hermione.

- ¿Les ha pasado algo?- preguntó preocupado el chico.

- No, nada grave por supuesto. La cosa es que noté que algo extraño sucedía. Ambos movían mucho los brazos y a pesar de que quedaban pocos metros para que nos cruzáramos parecían no haberse dado cuenta de que yo estaba allí.- Harry dio un gran suspiro, finalmente había ocurrido lo que se temía.- Luego Hermione salió corriendo, creo que lloraba.. Se cruzó conmigo sin dirigirme la palabra, y aunque resulte cómico decirlo, creo que no me vio. Ron se paró un momento a mi lado y me saludó aunque con cara de tristeza, y luego siguió caminando a paso rápido en dirección al castillo.

- Podría decir que me sorprende una discusión entre esos dos – dijo Harry- pero mentiría.

- Me preocupa Hermione¿crees que esté bien?- respondió con gesto de preocupación- Supuse que estaría aquí al no verte con ellos, así que he venido a contártelo todo para que hables con ellos.

- Has hecho bien Hagrid- le dedicó una sonrisa mientras decía esto- Ahora mismo voy para el castillo para enterarme de lo que ha pasado.

- Pues date prisa Harry, creo que se te hace tarde- su amigo tenía mucha razón, sin darse cuenta mientras hablaban el local se había ido vaciando y en esos momentos no quedaba ningún alumno de Hogwarts en él.

- ¡Adios!

- Ten cuidado Harry- le aconsejó- ¡Y muchas gracias por el libro!

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Una vez estuvo en la calle pudo observar algunos alumnos de diferentes casas que caminaban con paso acelerado en dirección al colegio de Magia y Hechicería más prestigioso del mundo mágico. Al parecer no era el único al que la tarde se le había pasado volando.

De repente distinguió a lo lejos una cabeza color platino inconfundible, el Slytherin no parecía tener prisa pero mostraba una actitud sospechosa. Llevaba un paquete bajo el brazo.Harry se detuvo para no llegar a estar al alcance de su vista y así no se percatara de su presencia. Cuando hubieron pasado los últimos chavales y se hubieron perdido tras una curva del camino, Draco miró a ambos lados asegurándose de que no había nadie, Harry se había refugiado entre las sombras de un edificio y en un ángulo de difícil alcance visual para Malfoy.

Después de haberse cerciorado de estar solo, Draco se internò por un callejón oscuro. Era evidente que el Slytherin no tenía planes de volver al colegio. Harry no dudó ni un segundo en seguirlo, salió de entre las sombras apenas el rubio había salido del alcance de su vista, pero cuando llegó a la entrada del callejón donde unos segundos antes había estado uno de sus peores enemigos, alguien le tocó la espalda.

Casi se le sale el corazón por la boca al girarse y ver el sombrío rostro de Severus Snape clavándole los ojos desafiadoramente y con una mueca torcida que Harry no supo si traducir en placer por haberlo pillado o sufrimiento, pues también se lo veía muy cansado.

- Potter, que haces a estas horas fuera del castillo- - susurró.

Se escuchó un ruido proveniente del callejón.

- Vuelve a Hogwarts, es una orden- le mandó su profesor de pociones adentrándose en la oscuridad con tal prisa que incluso se le había olvidado restarle puntos a Gryffindor.

Harry muy a su pesar obedeció, pero no se quedó nada tranquilo con aquella situación. Draco Malfoy estaba tramando algo, y no le sorprendería nada que Snape lo estuviera protegiendo como de costumbre.

Cuando llegó al castillo no fue al Gran Comedor como el resto de sus compañeros, sino que subió a la sala común en busca de sus amigos. Sabía muy bien que después de una discusión con Hermione Ron perdía el apetito, y la muchacha tras discutir con el pelirrojo solía refugiarse en el único lugar donde sabía que no podría molestarla, la habitación de las chicas.

Pero cuando atravesó el cuadro de la señora gorda lo que vió lo sorprendió más que el encuentro con Snape en Hogsmeade. Allí, en el sofá grande de la sala común, a la luz del fuego mágico de la chimenea estaban Ron y Hermione, durmiendo uno en brazos del otro.

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Este capítulo también quedó un poco corto, pero empecé a terminarlo al llegar del trabajo, así que si tiene algun error ortográfico o de edición les ruego que me perdonen, no sé por qué se me empeñó subirlo hoy :P.

Respondiendo reviews!

Chibi-Malfoy: No importaba que el review lo hubieras puesto en el primer capítulo pues me llega igual a mi correo pero aun así muchas gracias incluso por tomarte la molestia de mandarlo dos veces. Me alegran tus RR!

Alyssa: Me alegro mucho de que te haya gustado la historia, y no te preocupes que la historia la continuaré por supuesto, yo espero que la sigas leyendo.

Anabella Black: Muchas gracias por tu RR, espero que sigas leyendo.

Mirermione: Será Hermione mortífaga? Al más puro estilo Rowling no contestaré a esa pregunta :P, me alegro mucho de te guste mi fic. Pobre Ginny¿que te ha hecho? xDDD, yo no es que la odie pero no me pega demasiado con Harry. Aun no sé si verdaderamente hay alguien que me pegue con Harry...

No sé si esta semana volveré a actualizar, pues lo que queda de ésta se presenta movidita, pero prometo intentarlo. En caso de no poder prometo otro capitulo para la próxima. Ya sabeís que a todos los y las que escribimos aquí los Reviews no animan a seguir escribiendo o en su caso y con las críticas a mejorar algunos aspectos de nuestra redacción, así que no os corteis y dejad un Review, nos haréis felices.