Capítulo 19: Agente Doble
Aun no había llegado nadie a la sala común, estaban solos Ron y Hermione dormidos plácidamente en el sillón, y un sorprendido Harry que los miraba incrédulo. Esperaba encontrarse a sus amigos enfadados el uno con el otro después de lo que le había contado Hagrid y cual fue su sorpresa al encontrarse con una escena totalmente contraria.
Se planteó la idea de despertarlos para que le contaran que era lo que había pasado, pero aunque sentía gran curiosidad por saberlo, se imaginó lo violento que sería para todos así que, tras unos segundos de reflexión, volvió sobre sus pasos y se dirigió al gran comedor para cenar. Casi todo el mundo estaba acabando para cuando él llegó, y la mayoría se disponían a partir a sus respectivas salas comunes para comentar el día de visita a Hogsmeade o enseñarse unos a otros los artículos que habían adquirido en las diferentes tiendas. Se sentó en el extremo de la mesa de Gryffindor más alejado de los profesores. Como había imaginado Snape no estaba entre ellos, sin embargo el que sí se encontraba era Dumbledore que llevaba semanas sin aparecer en las comidas del colegio. Dirigió su mirada hacia la mesa de Slytherin, Draco aún no había llegado, se preguntaba que estarían haciendo la serpiente y el profesor de pociones. Tratándose de esos dos no podía ser nada bueno.
Un sonido de tacones trotando lo sacó de su ensimismamiento. Se trataba de la profesora McGonagall que parecía muy agitada y se dirigía presurosa por el pasillo central del comedor hacia la mesa de los profesores. Se detuvo delante de Dumbledore y le susurró algo, enseguida el veterano director se levantó de su asiento y con gesto calmado abandonó la estancia. Ningún alumno pareció darle importancia, todos volvieron a charlar y comer animadamente como lo habían estado haciendo antes de la aparición de McGonagall. Todos menos Harry que no paraba de darle vueltas a la cabeza.
Desde el ataque de los mortífagos en el partido de quidditch donde Krum había perdido la vida ya nada había vuelto a ser igual en el colegio. Pero parecía que solo él notaba ese cambio, el resto de los alumnos seguían comportándose igual como si nada hubiera pasado. Dumbledore se ausentaba demasiado y el resto de los profesores se encontraban nerviosos. La mayoría de los días entraban en el aula y dictaban unos ejercicios, luego se disculpaban y volvían a salir de la clase. Algunos hacían la tarea, pero la mayoría de los alumnos se dedicaban simplemente a charlar.
Harry ya no podía aguantar más su curiosidad, ya había tenido que tragársela cuando el profesor Snape lo había mandado al castillo hacía un rato, pero ahora necesitaba enterarse de lo que pasaba. Él no era la clase de persona que vivía feliz en la ignorancia. Siempre se había hecho partícipe de lo que acontecía en Hogwarts y ahora no iba a ser diferente. Siguió la profesora y el director a la manera muggle, es decir, escondiéndose tras las anchas columnas de los pasillos de Hogwarts y avanzando cuando creía que no sería visto. Los profesores andaban a un paso bastante acelerado y los tacones de McGonagall hacían tanto ruido que él apenas debía tener cuidado para no ser escuchado. Por el recorrido que seguían Harry supuso que se dirigían a la enfermería, y como pudo comprobar tras unos instantes no se equivocaba. Primero entró el anciano director y tras el inmediatamente la profesora de transformaciones que no se tomó la molestia de cerrar la puerta para fortuna de Harry.
-¿Cómo se encuentra? – preguntó McGonagall..
-Sigue en el mismo estado que antes – respondió la severa voz de la señora Pomfrey- No he conseguido averiguar las causas. Si no encontramos información sobre como le hirieron será imposible para mí curarlo. A menos que aplique remedios a modo de prueba hasta que alguno de ellos funciones, pero esto sería demasiado peligroso.
-Hagrid sólo dijo que tras escuchar una discusión en el callejón se adentró en este, y se lo encontró así.
Hubo un momento de silencio absoluto. Harry imaginó que estaban los tres reflexionando, a la espera de que alguno encontrara una solución al enigma. El muchacho identificó los pasos de Dumbledore a través de la habitación, Harry sabía que le gustaba deambular mientras pensaba.
-Entonces tendremos que recurrir a métodos de cura al azar- sentenció el director- A menos que el muchacho que se encuentra tras la puerta sepa algo más del asunto.
Harry se ruborizó, continuó algunos segundos agazapado tras la puerta de la enfermería, hasta que se armó de valor para traspasarla y encontrarse frente a frente con la persona que más respetaba en todo el colegio.
-Señor… - empezó a decir Harry. El director había alzado el brazo en señal de que guardara silencio.
-Ahora lo que nos interesa saber, Harry, es si sabes algo acerca del asunto- dijo el anciano con el tono pausado de voz que solía emplear al hablar con él.
Harry miró hacia la única cama de toda la enfermería que estaba ocupada en esos momentos. No hacía una hora que se había topado con ese rostro cetrino, sin embargo la expresión inerte que ahora reflejaba nada tenía que ver con la que un rato antes había contemplado el muchacho. En más de una ocasión había deseado ver a su profesor de pociones en una situación parecida, pero ahora que era real no se sintió para nada satisfecho. Por muy mal que le cayera, Severus Snape no era el tipo de persona que necesitara protección, sabía defenderse a la perfección, y vislumbrar su falibilidad no era una experiencia nada tranquilizante.
-Cuando regresaba de Hogsmeade- empezó Harry - me encontré con Malfoy en actitud sospechosa. Decidí esperar oculto para ver que se disponía a hacer, pero entonces llegó el profesor Snape y me mandó al colegio. La última vez que lo ví se adentraba en el callejón por donde había desaparecido Malfoy- resumió el muchacho.
-Draco Malfoy ¿eh? – Dumbledore no parecía sorprendido, ni mostraba sospechas sobre la certeza del relato de Harry- Minerva, ya que el jefe de la casa Slytherin se encuentra indispuesto, te autorizo a que seas tú quien vaya a buscar al alumno Malfoy a su sala común. Ten, enseña esto en la puerta y no debes tener problemas para entrar.
El director se sacó de entre los pliegues de la túnica un trozo de piedra azul con algo grabado que Harry no alcanzó a ver. La profesora se la guardó rápidamente y dando un ágil giro caminó hacia la puerta.
-Señorita Pompfrey, tome- dijo Dumbledore mientras le daba un frasco a la mujer- esto curará a Severus. Ponga unas gotas en sus labios cada hora. El tiempo que tarde en despertar dependerá de la fuerza del hechizo.
Harry se encontraba confuso¿todo había sido una treta del director para que confesara? Definitivamente podía decirse que era el estilo de Dumbledore, bromista hasta en la adversidad.
-Harry, sígueme hasta mi despacho.
El joven gryffindor obedeció sin rechistar. Ninguno de los dos dijo palabra hasta llegar a la gárgola de piedra donde Dumbledore pronunció la contrasela que haría surgir las escaleras hacia su despacho. Una vez allí el anciano indicó con la mano a Harry que se sentara y carraspeó un poco antes de empezar a hablar.
-Como supongo que ya habréis notado tú, la señorita Granger y por suspuesto el joven Weasley, estos últimos días la situación en Hogwarts no ha sido nada natural.- Harry asintió con la cabeza dejando que su director prosiguiera- Estamos ante un problema muy grave, Harry. Nos hemos enterado por medio de nuestros espías de que los mortífagos pretenden en breve dar un golpe en pleno Londres.
Aquella noticia no sorprendió a Harry, no era la primera vez que los seguidores de Voldemort atacaban en lugares Muggle con el consecuente maremagno que desencadenaban. El ministerio y la orden debían prepararse si ese era el caso, no sólo para intentar evitarlo sino en su caso, para atender a los heridos y modificar la memoria de los testigos.
-Voldemort se encuentra a estas alturas en plena forma y dispuesto a todo. Cierto es que cuenta con menos seguidores que en el pasado, o almenos eso parece, pero eso no le supone un gran problema, el cuenta con el factor sorpresa -en ese momento Dumbledore hizo un pausa y sonrió, Harry supo que el director se guardaba un as en la manga- al menos eso cree él.
-¿Puedo colaborar con la orden?- Harry sentía la inquietud de ayudar en algo, esa oportunidad podría tratarse del final del asesino de sus padres.
-Sabes que no puedo dejarte Harrry- la cara del muchacho enrojeció y se dio cuenta de que apretaba los puños – Mientras estas en Hogwarts tu bienestar es mi responsabilidad, si llegaran solo a herirte fuera del colegio sería un desastre. Aquí aun puedo proporcionarte una cierta seguridad, pero en el exterior… Además, no querrás perderte el partido del Domingo ¿no?.
-¿Será el Domingo entonces? – Dumbledore fingió que se le había escapado tapándose la boca- Si, pero permanece tranquilo, nosotros nos ocuparemos de todo. Por tu parte solo quiero que te ocupes de vencer a Slytherin – se agachó un poco la cabeza y le guiñó un ojo al muchacho.
Tocaron en la puerta y una vez el director hubo autorizado entró la profesora McGonagall seguida de Draco Malfoy, que como era de costumbre lucía una mueca de altivez.
-Gracias Minerva¿puedes ir a hacer la ronda por el castillo?- ella asintió y se marchó.
Desde que Draco se había percatado de la presencia de Harry en la estancia no le había quitado la mirada de encima, como intentándole demostrar su enemistad sin palabras. Harry por su parte le había correspondido aunque por mucho que lo intentara no podía llegar a reflejar ese odio en sus ojos que Malfoy estaba tan acostumbrado a mostrar.
-Cuéntame lo que ha pasado Draco – ordenó Dumbledore, el joven rubio que seguía mirando a Harry dudó- Por Harry no te preocupes- dijo el director adivinando sus pensamientos- sabes que confío plenamente en él.
-Está bien- se resignó el muchacho- Estaba realizando la misión acordada. Le informaba a ella que este Domingo las medidas de seguridad se centrarían en el partido de quidditch y que de momento no sospechaban lo del ataque a la capital muggle. Pero en ese momento ella notó la presencia de alguien y atacó sin que yo pudiera hacer nada sin ver comprometida mi credibilidad.
-Pero lo que no entiendo es como el profesor Severus se expuso así a tal peligro.
-Yo tampoco, supongo que se preocupó por mi seguridad y no quiso dejarme solo por si surgían problemas- respondió Malfoy- aun así la convencí para que se marchara y le dije que yo solucionaría el problema. Cuando vi que llegaba Hagrid y se llevaba al profesor decidí volver al castillo pues no estaba seguro de que ella se hubiera marchado ya, si Hagrid me veía y ella aun no se había ido se iría todo al traste.
-¿Y pudo ver de quien se trataba?- preguntó el director.
-Estoy casi seguro de que no. Desde que lo atacó le dije que huyera pues podía no venir solo, así que ella me embistió para que no sospecharan y se fue. Ni siquiera yo supe que se trataba del profesor Snape hasta que Hagrid lo cogió para llevárselo, todo estaba muy oscuro. – Harry entonces se fijó en que Draco tenía una herida en un costado que le sangraba bastante, aunque no llegaba a ser muy grave.
-Está bien, ahora vete a que la señorita Pompfrey te cure eso – le autorizó el anciano.
Draco caminó hacia la puerta pero antes de salir se volvió para preguntar:
-¿Corre peligro el profesor?
-Tranquilo, la señorita Pompfrey le está administrando el tratamiento adecuado. En unos días se habrá recuperado- lo tranquilizó Dumbledore – Puedes comprobarlo con tus propios ojos en la enfermería.
Malfoy asintió con la cabeza y se marchó definitivamente. Harry miraba estupefacto y a la vez con gesto interrogante al director. No se explicaba lo que estaba pasando¿había depositado Dumbledore su confianza en Draco Malfoy¿De verdad creía lo que le contaba esa víbora?
-Ahora ya lo sabes- le dijo al muchacho que lo miraba con gesto de no comprender- Draco ha ayudado mucho a la Orden. Después de que su padre fuera detenido el profesor Snape nos hizo saber por medio de Draco, que este tenía contactos con los mortífagos. Al parecer su padre siempre quiso que su heredero siguiera los pasos de la familia y lo introdujo desde joven en este grupo. Draco se sintió traicionado, nunca quiso seguir los designios de su padre, pero tampoco pensó seriamente en que Voldemort podría resurgir, estaba tan acostumbrado a oírlo de labios de Lucius que al final para él se había convertido en una promesa vana. Pero finalmente después de todo lo acontecido, los mortífagos requirieron la ayuda de Draco, pues era el espía perfecto dentro del colegio. El muchacho habló con el jefe de su casa y nos comunicó las intenciones de estos, se encontraba bastante asustado. Como no podíamos desvincularlo de los mortífagos sin temer represalias, decidimos que los hiciera creer que trabajaba para ellos mientras realmente trabajaba para nosotros.
Todo lo que había dicho Dumbledore le habría resultado sensato si no se hubiera tratado de Draco Malfoy. Seguía estupefacto ante aquellas declaraciones. ¿Por qué razón Dumbledore le había contado todo aquello?
-No quiero que vuelva a repetirse la situación de hoy, Harry. Mejor no sigas a Malfoy pues podrías acabar como el profesor Snape, o incluso peor. Es por eso que te cuento esto, sé muy bien que desde que entrasteis en Hogwarts Malfoy y tu estáis enemistados, pero no quiero que te dejes llevar por esos sentimientos. Te considero una persona cabal, y sabes muy bien que confío en ti. Espero que no me defraudes- mientras pronunciaba estas últimas palabras el director del colegio se había dirigido hacia la puerta y la había abierto dándole la señal a un anonadado Harry de que era el momento de marcharse. Tras unos instantes el muchacho por fin reaccionó y abandonó el despacho aun dándole vueltas a todo en su cabeza.
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El sonido de su hambriento estómago retumbó por el pasillo, pensó en hacerle una visita a los elfos de las cocinas, pero luego recordó que en la habitación aun le quedaban golosinas con las que matar el hambre, eso siempre que Ron no hubiera descubierto su escondite. Cuando llegó a la sala común ya no quedaba nadie, debían estar agotados por el largo día de visita, pero si para alguien se había hecho agotador el día ese alguien era Harry. Se sentó un momento en uno de los sillones que miraban hacia la chimenea para disfrutar de la soledad y el silencio, y así poder reordenar sus ideas. Sin quererlo recordó cuando se comunicaba con si padrino usando aquella misma chimenea, y una lágrima recorrió su mejilla.
Alguien se sentó a su lado y Harry ocultó rápidamente su rostro para poder secarse las lágrimas que se le habían escapado.
-¿Qué te pasa, Harry? – pudo reconocer la voz de su mejor amigo.
-Oh, nada. Ha sido un día muy largo y estaba recordando a Sirius.
-Entiendo- el pelirrojo agachó la cabeza. Nunca había sabido muy bien que decir en aquellas situaciones, pero a Harry le bastaba que estuviera allí para sentirse un poco mejor.
-No te preocupes Ron, solo me ha sido la nostalgia pero estoy bien.- le dio un puñetazo fingido en el hombro a su amigo, que aparentó que le había dolido y quedó tendido en el sillón.
-¡Me has matado!- rió el pelirrojo- Ahora tu le explicas a mi madre lo que has hecho para dejarla sin su hijo preferido.
Harry no pudo reprimir una carcajada.
-Más bien tu madre me hará una de sus tartas en recompensa por haberla librado de ti.
Ambos empezaron a reír por el comentario de Harry, pero al momento Ron le hizo un gesto a su amigo.
-Si no bajamos la voz ya sabes quien vendrá a reprendernos- le picó un ojo a el moreno. Ambos sabían que Hermione se tomaba muy a pecho sus funciones de prefecta.
Harry asistió y luego mirando a su amigo con curiosidad no disimulada empezó a hablar.
- A propósito de Hermione…..
Respondiendo RR
Alba PG: Hola alba, pues estoy bien (gracias por preguntar ; ) y tu que tal?). siento que en este capitulo no puedas enterarte de que pasa con Herm y Ron, lo he dejado para el próximo.
Eyvie HP: Pobre Draco... cuanto insulto le has lanzado xDDD, (en el fondo se lo merece ; ) )Espero que te haya gustado este capítulo.
Alyssa: Ya ves que el romance aquí aun no se ve. En el proximo capitulo seguirá la conversación entre Harry y Ron (esperemos que nadie los interrumpa xDD) Muchas gracias por leerme, espero que te haya gustado el capítulo.
Muchas gracias por los RR, me dan ánimos para seguir escribiendo así que para cualquiera que este leyendo esto, anímate y dejame uno aunque sea para criticar algun aspecto de la historia.
Hasta el próximo capítulo, que estará listo para la próxima semana!
