NdYune-ô: Yay! Felicítenme! Esta es la primera vez en toda mi vida de escritora en que cumplo con el plazo asignado el capítulo anterior T.T :caen flores del cielo: Gracias! Gracias! XD. Les agradezco q me tengan paciencia, es algo q realmente aprecio :3. Ah, pero les advierto que este y el próximo serán los capítulos MÁS DRAMÁTICOS que haya hecho hasta ahora... sobre todo para Misao, incluso me pregunto si me estoy pasando un poco a caca... .. XD

Ojalá les guste de todas formas :3

Semana Once

-Día cinco-

Las calles resonaban en su jolgorio diario con las risas que bailaban en el aire y en las bocas de todos, como si se celebrase una festividad. Arriba el sol estaba en su punto más alto, saludando a todos con sus rayos, y aunque no había sombras, la suave brisa conseguía refrescar amistosamente las cabezas de la industria humana de Tokio.

La joven fotógrafa caminaba derecho, dirigiéndose al hospital con una ilógica sonrisa y una felicidad reflejada en la forma en que daba cada paso. Llevaba las cámaras por si encontraba algo interesante en el camino. Estaba optimista, convencida además de que no habría nada que pudiera ofuscar su ánimo: esa mañana no había podido resistir llamarlo una vez más cuando el papelito arrugado había caído de su blusa mientras ordenaba. Lo hizo inconscientemente y sin esperanzas, tal como las muchas otras veces desde que comenzaron sus días de angustia hacía ya tres años... sin embargo, esta vez hubo respuesta.

Se llevó una mano empuñada a la boca y soltó una risita de infantil emoción ya frente a las puertas del hospital. Sus náuseas habían estado mejorando, pero aún así quería estar segura, y alentada por Aoshi, esa mañana se había decidido averiguar qué rayos tenía, pues nunca se había intoxicado tan fuerte con algo. De seguro había sido la horrenda comida de Okina.

"-Sí...? Quién es?

Misao tapó su boca con su mano, sin poder creer lo que estaba pasando. ¡Era él! Era la voz de su amigo!

-So... Soujiro-kun? Eres tú? -Preguntó cuando pudo al fin sacar su voz entre ahogados suspiros.

-Misao-chan? Do... dónde conseguiste mi número? -De pronto su voz sonaba llena de consternación.

-Tú me lo diste... Soujiro-kun ¿Dónde estás? Te echo de menos! Por qué no contestabas mis llamadas?

-Yo también te he extrañado, Misao-chan... Cómo están las cosas allá? Cómo están Okina-san y Kaoru-chan? -El joven parecía querer evitar toda respuesta, pero Misao prefirió ignorar ese detalle.

-Bien... todos estamos bien... Ahora soy fotógrafa y tengo buen sueldo... conozco a mucha gente... -Misao, sin poder controlar el quiebre de su voz y el brote de sus lágrimas, por lo que se lanzó a su gran cama que tenía al lado y abrazó una almohada para silenciar sus alegres sollozos.

-Me alegra oír eso... -La tierna voz del joven fue apagada por un hombre que le lanzaba reprimendas. Él puso la mano en el auricular, pero ella pudo distinguir, de todas formas, gritos de enfado que provenían de la boca de su amado amigo, como si discutiera con alguien acaloradamente. -Lo siento, Misao-chan, debo irme... Gracias por llamarme, me has hecho muy feliz.

-No! Espera! Dónde estás? Podemos vernos? -Por un momento la chica pensó en lo obvio de sus sentimientos, pero había abandonado su orgullo desde que sus oídos escucharon aquella voz tras el auricular.

-Mmm... Ya veremos. Cuídate mucho, Misao-chan."

Las manos de la fotógrafa en la sala de espera no podían estar tranquilas, y se enredaban entre ellas, explorando rincones desconocidos de su pelo y de las cámaras, o simplemente uniéndose en las puntas de las yemas una y otra vez. A su mente había venido el recuerdo de su novio. Aquél hombre de ojos profundos, fríos, y manos bruscas pero bondadosas; aquél que siempre se encontraba a su lado, la divertía con sus bromas (o siendo víctimas de las de ella) y la arrullaba en sus momentos de soledad. Su sonrisa se borró por completo. ¿Por qué no mejor lo amaba a él en vez de a Seta...?

Se llevó ambas manos a la frente bruscamente, casi golpeándose, y decidió no pensar. En nada. Ni en el uno ni en el otro. Quería olvidar todo, y borrarlos a los dos. De pronto las náuseas volvían a saludarle.

- ...Y cuando estaba apunto de salvarse, y eso lo sé por su aspecto, el doctor declaró la hora de su muerte y lo dejó ahí.

-Es el colmo! La incompetencia de ese hombre me tiene harta. Qué bueno que lo reemplazarán!

-Sí! En tanto llegue el Doctor Seta-sama todo irá mucho mejor.

-Además he oído que es joven y apuesto, jejeje...

La cabeza de Misao se levantó al instante, desconcertada, y luego de preguntarle al par de enfermeras que habían estado conversando a su lado si se trataba de Soujiro Seta, y de recibir una respuesta afirmativa, volteó con lentitud y hundió la boca en sus manos, para ahogar el estruendoso grito que había aflorado de su alma.

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Kenshin tomó el micrófono con fuerza. Su voz salía cada vez más fuerte y emanaba de su boca melodiosos acordes que envolvían a todos los presentes en el estudio y de la banda, que acompañaba y completaba la endecha del joven, haciéndola sonar en conjunto como una poderosa oleada de emociones sublimemente expresadas.

Sin embargo, todos notaban el gran cambio en la calidad de la voz del artista, imperceptible para quienes no conocían su verdadero canto.

Y es que su mente estaba perdida en lugares ajenos, distantes, solitarios, vacíos, imposibilitándole el concentrarse al cien por ciento en el ensayo. Cada vez que intentaba enfocarse en el lugar y en su trabajo dentro del grupo acudían a su mente los recuerdos de aquella noche en la casa de su amigo Aoshi en que se sintió tan vulnerable. De sus ojos habían brotado lo que la gente conocía como lágrimas; sólo su amigo las había visto, pero lo habían hecho sentirse humillado.

Por otro lado, la causa de aquellas gotas de deshonra era una prostituta; una que había conocido por compromiso y que ahora debía ver por necesidad. En estos momentos se encontraba enojada con él, pues para defenderse a sí mismo al momento de dar explicaciones por el beso de hacía dos semanas, luego de jugar Monopolio, había resuelto inventar que el motivo era el mal momento que estaba pasando con Tomoe, dando a entender que había sido un total error y que ella había sido una especie de repuesto, consolación o hasta entretención, cosa que obviamente la ofendió. "Qué idiota soy", pensó al evocar la escena, y se reprendió a sí mismo por no poder medir lo que decía frente a ella.

En todo caso... quizás era mejor así. Kaoru no le hablaba mucho después de eso, y si consideraba las palabras que Aoshi le había dicho (aparte de las reprimendas por no hablar con Tomoe del asunto desde el principio), si Kaoru (o "ésa chica", como Kenshin se había referido a ella para no mencionar su nombre) se enojaba con él de por vida las cosas irían por buen camino, pues el consejo de su amigo había sido el de tratar por todos los medios de olvidarla, porque cualquiera que lo hiciera sufrir de ese modo no merecía la pena, además, su novia era Tomoe, y ella nunca lo dejaría de querer.

Era cierto, lo mejor era olvidarla y volver al estilo de vida tranquilo y conveniente junto a Tomoe que tanto le gustaba antes, o al menos al que se había ya acostumbrado... "Ojalá fuese tan fácil", pensó. Aoshi lo decía como algo casual, pero él no había tenido que olvidar a nadie, siempre debían olvidarlo las chicas a él (aunque éste también fuese el caso de Kenshin), salvo aquella ocasión cuando iban en preparatoria en que su amigo se había enamorado de la profesora de artes.

Para Kenshin no era ni remotamente fácil. Todas las veces que iba al BRB encontraba nuevas virtudes que él no conocía en aquella prostituta, y que complicaban aún más su objetivo. Por más que lo intentara, salvo contadas ocasiones sin importancia, no podía recordar momentos desagradables junto a ella antes del incidente de la clínica. Siempre que se encontraba con ella se sentía feliz, vivo, emocionado y un sinfín inexplicable de sentimientos y sensaciones más.

Pero estaba decidido. Aquel líquido infame que cayó por sus ojos se transformó en el gatillo que fortaleció tal determinación, y no daría ya paso atrás.

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La mente de Kaoru estaba sumida en un feliz sueño, serena al fin luego de tanto trabajo que hacer. Sin embargo su paz no duró mucho, siendo despertada por un mal presentimiento. Algo estaba a punto de suceder. Abrió los ojos con rapidez y se sentó en su cama (que si bien no era tan cómoda como la del burdel, tan sólo saber que era la suya la hacía sentir en paz), ordenó un poco y revisó todos los cuartos de la desdeñada casa, cerciorándose de que se encontraba sola, y se sentó al fin al borde de la cama, en el cuarto cuya puerta daba una visión directa de la entrada principal de ese hogar. Se sentó a esperar, como siempre hacía cuando tenía esta sensación de angustia, y en todos los casos, sin excepción, acertaba.

Minutos después se sintió un golpe en la puerta principal. Luego otro y otro, cada vez más fuerte. Kaoru sonrió, divertida al comprobar que nuevamente había acertado, y se dirigió a abrir la puerta. Su sonrisa se esfumó.

-Kaoru-chan...!

-Misao-chan? Qué te...?

Antes de poder terminar su pregunta, cargada de ofuscación al ver en el umbral de la puerta el rostro empapado en lágrimas de su amiga, Kaoru se vio abrazada por la pequeña, mientras ésta lloraba con desesperación, como nunca antes la había visto. Ambas se fueron arrodillando en el piso inconscientemente, sin romper el abrazo que las unía.

-Misao-chan, qué tienes? Dímelo por favor, te pasó algo? -La chica seguía llorando sin decir una palabra, y el corazón de su amiga se encogió de tal forma que sus ojos también se humedecieron. -Misao-chan, me estás preocupando... hoy debías ir al hospital, no? Tiene que ver con eso? Dime qué tienes por favor!

Misao asintió con la cabeza y subió su mirada hacia la de Kaoru, inundada en angustia.

-Kaoru-chan... fui al doctor, me hizo algunos exámenes... ¡estoy embarazada...! -Logró articular con dificultad, y volvió a hundirse en sollozos sobre el pecho de su amiga.

La prostituta abrió la boca de forma involuntaria, con los ojos desorbitados, y la cubrió con una mano al instante, sin poder terminar de creer lo que acababa de escuchar.

-Q... qué? Pero cómo? No me digas que tú y Shinomori-san...

-No sé cómo, Kaoru-chan, no sé! Yo nunca he tenido nada con nadie, créeme!

Kaoru hizo silencio, sin saber qué pensar ante las palabras de su amiga. Ella nunca le mentía, de eso estaba segura, así como de su virginidad, pues ella le había prometido decirle cuando encontrara el indicado... pero quedar embarazada sin un coito... era simplemente absurdo.

-Espera, Misao-chan... ¿No me contaste tú el otro día que tú y Shinomori-san fueron a un bar y que despertaron en la madrugada?

-Pero nada pasó! Yo... -Misao se detuvo en seco. Ahora que lo pensaba, no recordaba nada después de que tuviera ese último trago, y se dio cuenta con horror, además, que en cierta forma tenía mucho sentido. Había despertado en un sofá sin recordar nada, se sentía cansada, le dolía levemente la entrepierna al caminar y al ir al baño encontró su ropa interior manchada con sangre. Había pensado que era la menstruación, pero al llegar a la casa y cambiarse notó cómo ya no sangraba, ni al día siguiente, ni al que siguió a éste. Contó el relato a su amiga, temiendo lo peor.

-Pero cuánto habían tomado esa noche, Misao-chan?

-Aoshi estaba en el baño... yo tomé varios vasos, pero ese último fue el peor... y he tomado más otras veces pero nunca he perdido la noción del tiempo! Jamás he caído inconsciente sólo por seis o siete vasos...

-Pues creo que esta vez así fue, Misao-chan, y creo además que al menos uno se aprovechó de eso. Lo más seguro es que alguien debió poner algo en tu vaso.

Misao recordó a los tipos que había conocido mientras su novio estaba en el baño. Ellos le habían dado los tragos... sería posible que había sido violada por uno de ellos...? Volvió a estallar en llanto mientras le contaba a su amiga acerca de esos hombres, y esta vez sentía que su peor pesadilla había sido hecha realidad.

Kaoru veía con angustia a su amiga que lloraba sin consuelo aferrada a su pecho. Ella la conocía bien y sabía lo íntegra que Misao era con el tema, además sabía muy bien lo que tal descubrimiento significaba para ella en estos momentos, luego de que le contase lo que había oído decir a las enfermeras, y no toleraba la idea de que algún idiota le hubiera hecho daño y nublado sus ilusiones. Lloró junto con ella por un momento, abrazándola y acunándola como a una hija. Después de esto se enderezó y secó sus lágrimas para, ya de pie, extender su mano hacia su amigo.

-Vamos, Misao-chan. Esto no quedará así.

Misao se puso de pie, mirando a su amiga confundida, quien le secó las lágrimas y le dio un beso en la frente, para luego partir con ella de la mano con decisión y paso veloz. Misao se alegró de tenerla junto a ella.

-A dónde vamos, Kaoru-chan?

-A ese tal bar, a descubrir de qué va todo esto.

Las amigas caminaron en aquella dirección sin soltar su mano la una de la otra. Y era un lazo que necesitarían posteriormente, pues lo que les esperaba cambiaría más de un destino.

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Llegó al fin la noche. Kenshin se preparó para partir donde Kaoru, que se notaba muy conmocionada desde la tarde. No necesitó tomar aire, como había tenido que hacer los días anteriores, para buscar fuerzas. Ahora estaba decidido y sabía qué era lo correcto. No podía seguir haciendo sufrir a la mujer que tenía al lado y que lo arropaba entre caricias antes de salir.

Al partir en su auto, no era el único siguiendo su vía. Atrás venían sus compañeros Shura y Chô, siguiéndolo sigilosamente, esperando encontrar respuesta a sus dudas, que involucraban a la novia de su cuñado. Habían ya hecho un seguimiento de la joven, y habían descubierto recientemente dónde vivía realmente, cosa que no concordaba con lo que ellos sabían le había dicho a su novio Enishi. Ella era increíblemente pobre, lo que hizo aumentar sus sospechas.

Ambos reían en el auto y conversaban, como si seguir gente se tratara de lo más casual del mundo. Sus personalidades extrañas no tenían ninguna intención de hacer maldades, sólo de husmear, como siempre. De pronto, el auto de su colega paró frente a un "Hotel Bala" (o un nombre parecido. Son conocidos como los hoteles sólo para varones que ofrecen una habitación compacta sólo con una cama, una pequeña televisión y servicios como calefacción, radio, etc, -parecida a las casillas de viajeros del barco de "El Quinto Elemento" XD- y son por lo general rentados sólo por la noche.). Decidieron estacionar a unos metros de él para no ser vistos. Minutos más tarde vieron algo más que les llamó la atención: un hombre vestido como payaso saliendo de un auto alquilado, que hizo a ambos reír.

Shura decidió seguirlo sólo por diversión, pues en tanto veían algo digno de compartir como compañeros de chismes, lo husmeaban, por lo que Chô se quedó en el auto mientras Shura se iba en taxi tras el extraño.

El auto del extraño paró junto a un prostíbulo. Una joven de negros cabellos y ojos azules salió a recibirlo, y le dio un gran abrazo, como si llorara. Shura observó boquiabierta la escena, y casi sin poder respirar se apresuró a llamar a Chô, para que presenciara un espectáculo más interesante que el de su colega.

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NdYune-ô: Sorry! Qué puedo decir, me encanta el drama, y aunq creo q la última escena fue un poco forzada (la escribí directo al pc y si lo hago así nunca me queda como me quedaría haciendo un "bosquejo" primero en mi cuaderno u..u), igual me gustó el capi, aunque haya tenido q borrarle la escena del bar, la de después del bar, la de Aoshi y la de Kaoru y Ken en el BRB, y es que todo eso pasaba en el mismo capi y si lo ponía me dí cuenta de que quedaría muy denso... así q ahora tengo un nuevo capi para la lista, q se alarga cada vez q esto pasa nnU.

Ah, apropo, ME EXPLICO acerca del capi anterior: Me di cuenta de que hubieron pocos q lo entendieron T.T Creo q soy la única q entiende mi masa mutante XD.

1) Cuando Ken va a ver a Kao a la clínica y Eni entra después, no lo reconoce porque KEN ESTA CON SU DISFRAZ, y los únicos q habían sido capaces de saber quién era aún con él puesto habían sido los de la fam de Kao, por aquel "sexto sentido" q poseían...

2) En la última parte, Tomoe recibe una llamada de Aoshi avisándole que Ken va a pasar la noche en su casa, o sea, en casa de AOSHI, no en la de Tomoe... no me imagino llamando a mi amiga avisándole que su novio va a ir a quedarse en su casa esa noche... sólo lo aclaro pq me anduvieron dando opiniones acerca de eso... soy una incomprendida XD.

En fin, espero q haya quedado claro, y para los q piensen lo peor para el futuro de los protagonistas de mi fic, les digo que aunq se vean las cosas negras el sol aún puede salir! (como también puede venir una tormenta aún peor... ;)).

Au Revoir! Grax por leerme, las quiero mucho a todas y felices fiestas! Que pasen un excelente año 2006 cargado de buenas experiencias para todas y en todos los sentidos.

Nos vemos en 2 jueves más! nn

Hestiaseve (Yune-o)

19:04 29-12-2005