Ah pasado tiempo…

Tal vez demasiado tiempo…

Pero incluso durante tanto tiempo este lugar seguía igual talvez algunas casas ya no estaban y otras tenían un color diferente, muchas personas que habían conocido y querido se había ido de este mundo, pero sin duda alguna tenía la misma sensación, los mismos olores y sonidos este era mi hogar Nueva Orleans.

Suspire cansada había echo un largo viaje continuo ya penas con pausas, solo para conocer y explorar y cuando mi curiosidad hubiera sido saciada seguía al siguiente destino, nunca para asentarme ni hacer amigos eso solo sería más doloroso y ya cargaba con suficiente dolor conmigo si era sincera, mi curiosidad y deseo era una razón para viajar, pero el verdadero combustible que me hacía moverme sin parar era para alejarme de este dolor que me había acompañado durante todos estos años, se dice que un corazón roto tardaba mucho en sanar pero para alguien como yo que podía vivir tanto tiempo ¿cuándo exactamente pasaba eso?

Ah, carajo ...

Porque yo aún sintió el dolor muy fresco y este lugar no lo hacía mejor, era como poner sal a una herida aún abierta y sangrante, a veces el dolor parecía más un eco lejano, pero había días malos en que sintió que apenas ayer lo había perdido y con todo el orgullo que tenía me tragaba mis lágrimas…. Ese cabrón hijo de … el dolor y la tristeza se mezclaron con la ira en mi pecho eso como me había dicho mi madre, era una combinación peligrosa y más si era mujer… tome una bocanada de aire tratando de calmarme y bufe.

Cariño, si no fuera tu esposo seguro ya estaría muerto, ¿no?

Su voz sonó tan clara en mi mente como si estaba a mi lado dándome esa sonrisa de mierda picara y burlona que había llegado tanto a amar como odiar y sabía bien lo que le contestaría…

Tenlo por seguro eres un imbécil suertudo…

Podría escuchar como soltaría una carcajada tenue me daría un beso lento y suave en la mejilla, me tomaría por la cintura suavemente, siempre suavemente como si estuviera echa de cristal y temiera romperme, eso siempre para mi mala suerte me hacía enternecerme, después comenzaría a tararear una melodía suave ya balancearnos siendo el comienzo de un baile lento y ¡maldición! le seguiría la corriente él sabía bien cómo hacer que mi enojo se esfumara con un baile y una canción dependiendo de mi nivel de enojo podría ser desde una alegre que podrías escuchar en algún cabaret o una romántica y lenta, para la suerte del bastardo una lenta y suave menguo mi enojo esfumándose mientras me cantaba dulces palabras de amor al oído, su voz,casi nada enojada.

¿Entonces pude apaciguar tu ira, ma belle sorcière?

Preguntaría sonriendo, siempre sonriendo, pero esta vez tenía una sonrisa suave, tierna, una persona normal no sabría ver la diferencia, pero lo había llegado a conocer tanto y tan bien que podía ver el significada de cada una de ellas y esa era una de mis favoritas, claro nunca lo diría en voz alta pero sin duda alguna amaba esa sonrisa la misma que me dio cuando nos casamos, bufe sintiendo mi orgullo ligeramente herido porque supiera como zafarse me mi ira, ya ni siquiera sabía porque me había enojado aunque no dudaba que fuera por culpa del mismo imbécil que tenía frete a mí y que amaba con todo mi corazón.

Eres un cabrón astuto… ten cuidado solo los tontos se meten con brujas…

Diría y le tomaría de su camiseta blanca que yo misma había planchado esta mañana y lo acercaría a mi después de todo él era alto y yo para mi mala suerte baja, el sin resistencia bajaría y le daría un beso suave, sus labios tenían un sabor a café amargo pero que me gustaba, una señal de paz y que ya lo había perdonado, una vez terminado el beso mire esa sonrisa de mierda y superioridad de buscar zafado de algo que hombres antes que él no salieron librados.

¡Oh mon amour! , el peligro vale cada segundo si puedo estar con la bruja más hermosa de toda Nueva Orleans…

Suspire, poniendo los ojos en blanco, el solo se rio y me tomo de la mano guiándome a la cocina donde un olor delicioso y ligeramente picante salía de la cocina, ¡oh y además él había hecho la cena !, el famoso jambalaya de su madre que sabía que me encantaba, este bastardo iba a ser mi muerte, sabia como ponerme furiosa a contenta en cuestión de minutos, solo falto una canción y un baile lento para templarme y comida para ponerme feliz y lo peor de todo era que el hombre sabia cocinar y muy bien, algo más extraño él amaba cocinar algo que no había visto a ningún hombre hacer pero que no odiaba, recordé como algunas veces él se levantaba más temprano para hacernos el desayuno antes de irse a la estación de radio y yo comenzar mi día, casi pude oler el café recién echo y escuchar la tetera silbando, el olor de huevo y tocino frito,entrar a la cocina y verlo tararear una canción alegremente mientras se movía fácilmente por la cocina como si bailara siempre enérgico en la mañana cuando yo no lo era, siempre me molesto por eso diciéndome que debería dejar de escaparme por las noches para bailar bajo la luna llena desnuda en todo caso debe de invitarlo para que viera, todo un asno inteligente a las 5 de la mañana.

Sabes que es muy temprano aun para tus bromas necesito azúcar…

Dije al dejarme caer sin delicadeza alguna en una de las dos sillas que teníamos en la cocina y me acosté en la mesa casi quedándome dormida hay mismo de nuevo, al escuchar su risa supe que me estaba viendo.

Tienes razón no sería un juego limpio si tú no estás en tus cinco sentidos para contrarrestar ...

Solté lo más parecido que tenía a un bufido, en ese momento, escuché como se movía por la cocina hasta que sentí su presencia detrás de mí y su pecho cálido toco mi espalda algo fue left frente a mí en la mesa el suave repiquetear de una taza y el olor del té de manzanilla me atrajo como una polilla a la luz, levanté mi cara justo en el momento que el planto un beso en mi sien.

Cariño, te traigo este sacrificio para levantarte de tu sueño eterno ...

Sonreí y negué tomando con cuidado un sorbo del té, era dulce, tres cucharadas de azúcar y un toque de leche se sentí amada por el simple acto de que el supiera como me gustaba él te era algo ya importante para mí, aunque el funcionaba a base de café y odiaba el azúcar, a veces tomaba con el café para variar un poco, aunque claro endulzaba el café para hacerlo más manejable para mí y aunque el sintiera que arruinaba el café agregándole azúcar y crema por igual una parte de mi sabía que estaba al menos un poco feliz que intentara bajarle un poco mi odio a las cosas amargas.

Bien tu sacrificio ha sido aceptado ¿cuál es tu deseo mortal?

Respondí sonriéndole tomando otro sorbo de mi te, él nos sirvió platos rebosantes de tocino, huevos y una rodaja de pan fresco, él se sentó y fingió pensarlo profundamente con una sonrisa traviesa en la cara.

Solo deseo hablar esta mañana con mi recién levantada y espléndida esposa…

Levante mi ceja frunciendo el ceño, a lo que el soltó una carcajada, por mi reacción: eran las cinco de la mañana y aún estaba en camisón, con mi bata y el pelo revuelto dudaba mucho que fuera yo la esposa esplendida que pido, pero asentí.

Bien, chico listo, pero no me hago responsable de que tu esposa no este de humor tan temprano…

Al terminar solté un bostezo y me estiré escuchando tronaban mis huesos de la espalda y solté un gemido placentero por eso, bien buena forma de comenzar como el día, ahora es tiempo de hacerme cargo de mi idiota esposo y esa eterna sonrisa de gato y sabía exactamente como: si había algo que el detestaba, era que lo tocaran por eso siempre me divertía enormemente ver como mi corazón sufría por coqueteos de chicas y algún que otro chico para mi gran diversión, buscaban tan hambrientos su atención como cachorritos emocionados por un hueso jugoso, el lado de la fama que el aborrecía eran los fanáticos que buscan acercarse al famoso presentador de radio, tocándolo cuando él tenía la regla estricta de cinco pies de distancia claro siempre como un caballero los rechazo.

Nunca tuve la preocupación que él me jugara chueco, después de todo al ver tantas veces que cometían el mismo error querer ser tan agresivos coqueteando descaradamente, nada de sutileza o clase y el odiaba eso y lo mejor cuando comenzaban las insinuaciones sexuales ver su sonrisa petrificada casi haciendo una mueca de asco y el tic nervioso de su ojo derecho casi tratando de mantener la compostura, yo hacía romper a carcajadas de pura risa en el suelo.

Aunque tenía otra peculiaridad que era todo lo contrario si bien la gente y más la que lo conocían sabía que no le gustaba que lo tocaran él no tenía reparo alguno en hacerlo hasta el punto de romper el espacio personal de cualquiera hasta el grado de ser incómodo para todos, su regla era: puedo tocarte, pero tú no puedes tocarme a menos que yo lo quiera, menudo hipócrita, aunque después de todo el tiempo de conocernos, yo lo creí imposible enamorarnos hizo una nueva regla en la que solo únicamente yo estaba incluida.

Yo podía tocarlo cuando quisiera y donde quisiera claro eso cambiaba si estábamos en público o en casa y él podía hacer lo mismo y vaya que sacaba provecho de eso cada momento del día, si antes era invasivo ahora era más una zarigüeya que se había pegado a mi espalda… como un gato que todo el tiempo quiere que los estén acariciando y mimando como si yo no tuviera nada mejor que hacer, pero había aprendido rápido que podía sacar ventaja de eso, él estaba tan hambriento por contacto cariñoso que podía manipularlo a mi antojo…solo de vez en cuando.

Buen día mi amor, gracias por la espléndida comida esta mañana y el delicioso te…

Le diría con una resplandeciente sonrisa claro a él le encantaban los halagos, los acepto asintiendo con una sonrisa aún más grande, me acerque a el lentamente levantando mis manos y sosteniendo su cara dándole pequeños masajes circulares en las mejillas, el cerro sus ojos saboreando mi toque, estaba segura de que si fuera un gato estaría ronroneando, mi sonrisa se volvió malvada si él hubiera mantenido los ojos abiertos podría haberlo visto venir lo que estaba por hacer, lo bese con toda la ternura que pude, el me correspondió rápidamente, deje que fuera dulce, lento, suave y aproveche cuando el abrió levemente sus labios para rápidamente tomar una gran bocanada de aire y selle mis labios con los suyos y sople todo el aire directo a su boca haciendo un ruido estridente, el abrió los ojos y se alejó rápidamente tosiendo, solté un carcajada mientras el recuperaba el aliento y yo también, cuando ambos no recuperamos el me miro frunciendo el ceño pero con una sonrisa tensa, estaba enojado pero al mismo tiempo divertido.

Aww… ¿qué pasa cariño no te gusto mi beso de los buenos días?

Respondí con un tono melosamente dulce y agudo que usaban todas las chicas que querían coquetear con él, dato importante: él lo odiaba, pero me encantaba usarlo para molestarlo, él se estremeció ligeramente seguramente por algún recuerdo escabroso de alguna fanática suya.

Cariño tienes más clase que eso…

Solté una risa seca, claro que tenía clase, la usaba a mi conveniencia y no hacia muchas cosas típicas de señoritas o hacer cosas que una dama decente no haría, era un espíritu libre y él lo sabía, éramos iguales si teníamos clase, pero podríamos fácilmente aventarla por la ventana en el momento que algo interfiriera con aquello que queríamos en mi caso mi libertad, en el caso de mi esposo su pasatiempo.

Bien, lo siento mi cielo, pero debería de molestarte sabes no sería una buena mañana sin eso…

Y le di una sonrisa sincera esta vez, el me miro por un minuto con su ceño fruncido y su eterna sonrisa, suspiro y se encogió los hombros rindiéndose, solté una risa alegre por el rápido perdón que me daba, le tendí mi mano y el la tomo sin dudarlo, dándome una sonrisa con un mensaje: me la cobrare después, querida.

Bien, ya lo esperaba, no sería divertido si no lo hacía, asentí ligeramente y ambos comenzamos a comer con una mano ya que la otra descansaba entrelazada a la suya sobre la mesa, podría sonar estorboso comer con una sola mano y lo era, pero como había aprendido a él le encantaba tocarme constantemente, antes de que se me ocurriera esta idea jugaba con mi cabello mientras comía, pero al terminar descubría que tenía migajas de pan en mi pelo y para evitar atraer pájaros al salir, se me ocurrió esta idea que el acepto gustoso como un niño recibiendo un caramelo.

El resto de la comida paso sin problemas, pero… estaba demasiado silencioso, deje mi tenedor y agite suavemente mi mano como si fuera un titiritero y estaba moviendo los hilos de una marioneta y el radio de la sala se encendió haciendo sonar una canción alegre, asentí, eso está mejor, a mi lado escuché como el tarareaba alegremente con la canción, fue una mañana tranquila, divertida, hasta que acabamos ambos de comer y ya era hora de que él como cualquiera hombre que se respete fuera a trabajar y yo fuera a atender mis asuntos.

Cariño te veo para la cena hoy regreso tarde…

Asentí tarareando, entendiendo por qué llegaría tarde, le sacudí el traje para quitar cualquier pelusa o migajas de pan, era de un café oscuro casi negro, le acomodé su pajarita negra, bien, impecable presentación justo como le gustaba, suspire el abrió la puerta y pude olerlo con solo una brisa, el olor a lluvia, antes de que saliera por la puerta lo tome del brazo, rápidamente tome el paraguas y su gabardina que descansaban en el perchero, el levanto su ceja curioso.

Hoy lloverá, ten cuidado el camino se pone lodoso no seas un idiota impertinente y ve con cuidado…

El miro el cielo estaba azul y limpio sin ninguna nube, pero el no cuestiono y tomo la gabardina junto el paraguas, después de todo él ya sabía antes de casarnos con quien se estaba metiendo, que yo supiera estas cosas ya era común para él, incluso ventajoso según fuera de la situación.

Agradezco tu advertencia amor y seguiré con el corazón tu consejo…

Respondió con una sonrisa traviesa que tenía algo más ahí que simple agradecimiento, le sonreí levante mi mano y empuje sus delicados lentes con armazón dorado hacia atrás para luego trazar su rostro hasta su mentón, me puse de puntas y junte su frente con la mía y recite un pequeño hechizo de protección apenas un susurro sentí que se estremecía al sentir mi poder fluir hacia él, al terminar le di un beso que el correspondió y pude oler su esencia: café y menta pero debajo de eso había algo escondido que solo yo podía notar era el olor a sangre y muerte.

El sonido de una campana me saco de golpe de mis recuerdos tuve que sacudir mi cabeza para volver a enfocarme supe que había llegado al hotel, rápidamente me baje del tranvía, la música y el movimiento me lleno como hace tanto no lo hacia todo diferente pero aún era como antes de una forma extraña pero maravillosa, creo que le hubiera gustado si estuviera aquí, seguí mi camino hasta el hotel, entre a mi habitación y de inmediato me deje caer en la cama, el sonido de las bandas de jazz callejeras fue reconfortante, familiar.

-Eh vuelto, amor mío - susurre como si el pudiera escucharme donde quiera que estuviera, levante mi mano para ver los dos anillos que lo adornaban, uno era de plata y tenía una esmeralda rectangular adornándolo y era antiguo, pero siempre me gustaron las cosas antiguas y el otro era simple anillo dorado, me quedaba un poco grande y siempre jugaba con el cuándo estaba aburrida o nerviosa, me lo quiete y vi la inscripción grabada ya gastada…

G&A ¨Por siempre tuya, suertudo imbécil¨

No pude evitar reírme por la cara que puso tanto el joyero, así como el cuándo vio la inscripción del anillo el día de nuestra boda en especial porque termino riendo a carcajadas por dos minutos hasta pudo que ponerse serio y dejar que le pusiera el anillo, la fecha ya se había borrado por el uso, pero no Necesito leerlo para saberlo.

-Ah es verdad, hoy es nuestro aniversario- dije con un suspiro, miré al techo por un largo tiempo y cerré los ojos sintieron un gran nudo en mi garganta que me impedía tragar y mis ojos comenzaban a picarme, si no fuera por mi orgullo lloraría con todo lo que tenía, pero no lo haría… no hoy…

- ¡Compre sus boletos para el tour de la casa del caníbal de Nueva Orleans! -ese grito de inmediato me saco de la cama y salí al balcón donde un chico promocionaba un tour para visitar la casa del antiguo locutor de radio que resultó ser un asesino caníbal.

-Oh… entonces la reconstruyeron-susurré sorprendida, según recordaba… había sido quemada hasta los cimientos la última vez que estuve aquí y prácticamente huir, ver nuestra casa en llamas fue lo último que vi antes de partir y… el día en que lo perdí .

Vaya mierda de situación, no sabía si estar enojada porque ahora nuestro antiguo hogar era ahora solo una atracción impulsada para saciar el morbo de estúpidos turistas o furiosa porque se atrevieran a perturbar nuestro antiguo santuario.

¡Hijos de puta! ¡¿Cómo se atreven ?! ¡¿No tienen respeto por nada ?!

Sentí como mi poder oscurecía la habitación volviéndola asfixiante y fría, no, no, no tranquilízate todo está bien, no mates a nadie, no incendies nada, todo bien, tranquila, tome varias bocanadas de iré lentas y el ambiente volvió a ser normal, después de todo estaba aquí para atar cabos sueltos del pasado, ¿acaso no sería bueno ir a nuestra casa por última vez?

Después de todo ya era tiempo de terminar con esto, había cumplido mi sueño tal como se lo prometí y ahora lo único que quedaba era volver a reunirme con el… donde quería que estaba, después de todo si conocía bien al bastardo… estaba esperándome.

-Eh vivido demasiado tiempo-me recargue en el barandal de metal negro escuchando la música de jazz era una canción triste de amor, tarare la tonada mirando la calle tan brillante, colorida y viva, era hora de decir adiós…

Hace mucho tiempo mi sueño era viajar por el mundo y descubrir sus secretos, ahora después de haberlo visto y perdido todo, mi único deseo era morir, poner fin a mi existencia eterna.