Un Trago Melancolía
En lo profundo del infierno…
En la recepción de un gran hotel aparentemente abandonado estaba el demonio de la radio, Alastor uno de los overlords más poderosos del infierno, era temido y respetado tanto para cualquier demonio y otros overlords en sí, siempre con una sonrisa dentada, un traje impecable rojo y negro, un actitud alegre, dramática, tan cambiante como las ondas del sonido, podrías verlo cantar y bailar al ritmo de la música, al mismo tiempo que mataba indiscriminadamente, después de todo en el infierno el asesinato era cosa de todo el tiempo ya él le encantaba, el caos, el miedo, el derramamiento de sangre y muerte.
Más si él era el causante de eso…
Pero ahora mismo el, aunque tuviera una sonrisa en su rostro no estaba feliz, si podrías verlo ahora su siempre figura recta y alegre ahora se veía ligeramente encorvada casi cansada, su traje impecable sin una arruga ya sea por cosa de magia u otra cosa era un misterio, ahora no tenía su saco dejándolo a lado usando solo con su camiseta que ya estaba un poco arrugada, su siempre presente sonrisa ahora era más bien pequeña sin mostrar sus dientes puntiagudos, sus ojos rojos medio cerrados miraban la barra de madera con sus garras tamborileando sobre esta y su mentón recargado en la otra, incluso su siempre inseparable micrófono estaba en silencio, apagado, ningún sonido además del tamborilear de las garras contra la madera.
Husker que se suponía debía aquí, hace tiempo estaba en lo que parecía un coma por alcohol barato, mientras que tanto la princesa del infierno como su compañera también estaba dormidas en alguna de las suites y Niffty esa pequeña bola de energía estaba descansando incluso ella lo necesario, mientras Ángel el único ¨ huésped ¨ del hotel estaba afuera trabajando y no regresaría hasta la madrugada del día siguiente, en este momento estaba completamente solo, eso es lo que él quería, solo por hoy y esta noche quería estar solo y en silencio ...
Solo recordando, estaba melancólico como ella le había dicho esa noche de verano, ¡oh que ironía !, el único y gran demonio de la radio, estaba melancólico, en su cabeza la palabra debilidad resonó como un susurro, si ahora mismo para cualquiera el sería un blanco fácil y débil , eso en el infierno era básicamente un aviso de suicidio y más si era alguien de nombre como el, podría haber ido a casa y encerrarse como siempre lo hacía en este mismo día, como cada año desde que había llegado aquí o era mejor decir ¿después de caer aquí?
Incluso la espontanea broma no resulto graciosa, todo sonaba apagado, ¡la ironía !, seguramente si ella lo viera soltaría una risa y negaría al verlo así, su esposa, su bruja, su Genevieve la razón de su nostalgia, hace tiempo había pensado que podría deshacerse de este sentimiento, que podría dejar de amarla, olvidarla, porque aquí el amor era debilidad, incluso en vida lo pensaba, lo que no esperara era el castigo que todos aquí en el infierno tenían por igual, no era posible el olvido, aquí cada pecador podía recordar a la perfección y con lujo de detalle todo su vida pasada, en especial sus pecados, era un método de tortura increíble si el mismo lo pensaba, siempre atormentados por su pasado sin la capacidad de olvidarlo, una tortura mental constante , recordando los días felices y brillantes sin poder volver a ellos,casi le dan ganas de felicitar a Lucifer por tal grandiosa idea, si no fuera porque el mismo también lo sufría y no estaba nada contento con eso…
Y no era porque se arrepintiera de cualquier cosa que hubiera hecho en vida…
En realidad, el si tuviera la opción de volver en el tiempo lo haría de nuevo: casa asesinato, cada derramamiento de sangre, cada grito de terror y ser el quien orquestaba la sinfonía de sufrimiento cubierto de escarlata, ¡sintiéndose tan vivo !, ¡ ¡No! eso jamás lo cambiarían incluso sabiendo que acabaría aquí, lo haría de nuevo con más gusto y por supuesto sin ser atrapado como antes…
O talvez… si había algo de lo que se arrepentía, no pudo cumplir con el único deseo que le había pedido su esposa, ella nunca le pidió ni vestidos, ni joyas, tampoco flores o chocolates tan solo pensar en que ella me pidiera eso le hacía reír y seguramente a ella también le sacaría una risa si supiera eso, ella siempre fue una mujer libre como ninguna otra que hubiera visto, una verdadera bruja al mando de su poder sin miedo a romperse y sobre todo una amante del conocimiento, lo que ella lo obtenía, cualquier obstáculo ido, cualquier bache destruido sin culpa o remordimiento quería aunque si era justa siempre te advertía primero, solo una llamada antes de desatar el infierno en la tierra, ¡Ooh! ¡Eso siempre fue delicioso de ver! ...
La del demonio de la radio sonrisa volvió mostrando sus afilados dientes en una malvada sonrisa, tembló ligeramente, recordaba esos momentos en lo que ella se entregaba a su ira de verdad eran celestiales, sublimes como ver un desastre natural, pero en la comodidad de la distancia, aunque si era sincero muchas veces él también estuvo en el ojo de ese cataclismo, ¡Y aun recordaba bien !, la adrenalina del momento en no saber se había cruzado el limite o no y ella como si fuera un ángel de la muerte terminaría con su vida en ese momento sin piedad ni misericordia, nunca tuvo problemas en que ella tomara su vida, si fuera por su mano estaría gustoso, pero….
-Siempre fue mejor bailar con la muerte-dijo con una sonrisa alegre.
Aprendió algo que ningún otro había hecho, aprendió a tranquilizar la tormenta antes de salir lastimado, fue divertido cuando ya sabía dominar el arte de calmarla y ponerla de buen humor, ella trataría de conservar su estado colérico, pero al final no podría, vería como su orgullo era ligeramente dañado y ella tenía mucho de eso: era una mujer orgullosa y tenía toda la razón de serlo, eso no fue un impedimento para amarla, en todo caso era mejor, porque ganarse el corazón de una bruja tenía un precio: entregarle el alma y corazón, el mejor trato que pudo haber hecho, ¿Por qué tardo tiempo en entender eso al llegar aquí…? ¿Cómo podría olvidarla cuando le entrego todo a ella?
Incluso en el infierno eso no había cambiado…
Esa epifanía lo dejaba siempre en silencio, el saber que incluso en el infierno su alma y amor aun le pertenecía, lo tenía colgando de su meñique incluso aunque pudiera escapar él sabía que nunca lo haría, talvez por eso se arrepentía de no haber cumplido su sueño, ella más que nada quería conocer el mundo, siendo una mujer hambrienta por conocimiento y voluntad de aprender era inevitable salir de nuestra querida Nueva Orleans aunque le dolía sabía que tenía que hacerlo si deseaba cumplir su sueño, sabía que mucho antes de conocernos ella ya tenía planeado tal cosa fue el hecho que le pidiera que la acompañara que fue tan importante, ella podría encontrar ido sola, nadie podría detenerla ni el, ni siquiera el mismo Lucifer de eso estaba seguro pero ella compartir quería su sueño, él no era tonto sabía lo que significaba y acepto de inmediato.
Planearon durante unos años la partida, era difícil ya que en aquel tiempo era locutor de radio y uno bastante solicitado, pero pedir unas vacaciones fue muy complicado y cuando todo estuvo listo para irse en invierno… fue cuando todo se terminó… murió antes de poder cumplir su sueño…
- ¡Ah mi cariño debe estar muy enojada! –Dijo dramáticamente el demonio de la radio ya con una sonrisa pequeña de nuevo, no le preocupaba que estaba enojada, lo que le dolía era haberla decepcionado, su castigo culposo no era por todos los asesinados, ni por el canibalismo, si no por haber decepcionado a su amada esposa por culpa de su descuido, ella siempre se lo advirtió y en su euforia por carne y sangre no la escucho….
Esa vez fue la primera y única vez que la vio llorar…
Eres un idiota impertinente, solo hasta ahora te darías cuenta…
Pudo escuchar su voz en su cabeza enojada si el no tuviera los ojos abiertos hubiera jurado que ella estaba aquí lista para soltar su ira contra él, sabía que se lo había ganado, pero aun así sonreiría como nunca listo para su castigo, aunque ella no lo haría por esta vez se detendría, ella lo vería y sabría que él no estaba bien, la bendición de tener una esposa bruja, sabría que por ahora no era tiempo del castigo, porque hoy era un día especial y que él no se sintió como debería.
El demonio de la radio cerro sus ojos por un momento, escucharía sus pasos ligeros pero firmes y se detendrían antes de llegar a él…
¿Cómo te sientes hoy amor? ¿Feliz, triste o… melancólico?
Ella ya lo sabía, pero quería preguntar solo por educación, incluso me daría tiempo para contestar…
-Ah mi bruja, estoy feliz por escucharte, melancólico por nuestros recuerdos y triste porque tú en realidad no estás aquí- respondió suavemente el demonio, abriendo de nuevo sus ojos, sabía que ella no estaba aquí, pero eso no impidió sentir ese dolor en el pecho porque fuera más una fantasía que sabía no se cumpliría, bien solo por hoy seguiría este juego, solo por esta noche se aferraría a su recuerdo, hasta que no quedara más que enfrentar la realidad, invoco su magia materializando una botella, se podía ver el líquido dorado muy diferente al alcohol barato que solía beber Husker, este líquido tenía un gran valor sentimental, un tesoro que podría disfrutar de su vida pasada, una bebida que según ella le había dicho era buena para estos momentos…
Tequila, le había dicho ella que así se llamaba, venia de la tierra de dónde procedían sus padres, aunque ella nació en New York sintió un gran apego a la tierra de sus padres incluso aunque ella nunca la hubiera visto, la primera vez que lo probo dijo que esta bebida hacia más suave los dolores, encendía la felicidad y ayudaba a sobrellevar la melancolía, tenía razón.
Con otro movimiento de su mano un par vasos pequeños de cristal lo suficiente pequeños para que solo contener un trago, un vaso con jugo de limón y un pequeño plato con sal se materializaron, ella le había enseñado como se preparaba esta bebida y no planeaba beberla de otra forma, algo que considero curioso pero no la cuestiono, tomo uno de los vasos y remojo cuidadosamente el filo de este en el jugo de limón para luego ponerlo sobre la sal, haciendo que esta quedaba pegada únicamente en la orilla del vaso, una vez hecho esto sirvió con cuidado el líquido llenándolo justo antes de tocar la sal, satisfecho miro su obra, era perfecta, hizo lo mismo con el otro vaso y lo puso al lado, listo para un acompañante que no llegaría, pero…
¿Qué clase de esposo no sirve otro vaso para que su esposa lo acompañe?
-Nunca podría pensar en hacer tal cosa amor-respondió riendo un poco, miro al micrófono apagado le dio un toque y este cobro vida encendido con su aura roja, pensó por un momento en el día que ella le presento esta bebida, dijo que la música que combinara con el ánimo que sintió era el acompañamiento perfecto, por un momento el no supo que poner, ella era siempre la que sigue la canción perfecta para la ocasión, él no sabía si era por cuestión de magia o por suerte pero ella siempre daba en la diana, ¿entonces porque no? ...
- Cariño ¿cantarías algo para mí? - le pregunto al micrófono con suavidad y cariño como si fuera ella, algo bueno de ser el demonio de la radio era que podría grabar y reproducir sonidos, cuando quisiera, incluso si estos eran de sus recuerdos solamente.
Aah, ¿en qué momento mi esposo se volvió un gato mimado? ¿Eh? Bien, bien solo por ti…
Esa noche eso fue lo que ella le respondió con un tono de voz suave y gentil a comparación de sus palabras, vestida con un elegante vestido dorado resaltado su figura con un aura única, era una vista magnifica, esa noche le dio muchos regalos, su compañía presente y silenciosa, un alivio liquido casi milagroso… pero en su opinión fue la sonrisa que le dio esa noche… su sonrisa era una de esas raras sonrisas que solo vio cuatro veces en su vida, una sonrisa que parecía entenderle y creer en el tal, como te gustaría que lo entiendan y que creyeran en él, fue por ese misma sonrisa que lo hizo caer por ella sin retorno prometiendo que esa sonrisa solo la vería él y seria dirigida solo para él.
Su micrófono cumplió su orden y entono una tonada triste, tan melancólica como se sentó, dejo que el recuerdo lo absorberiera, podría sentir la noche cálida y ligeramente húmeda gracias al traje que llevaba, los sonidos naturales de grillos acompañaban el ambiente, incluso había luciérnagas en el magnífico jardín de su casa, ambos estaban en el pórtico sentados en sillas tejidas de madera con una pequeña mesita de madera en medio de ellas donde descansaba la botella, el jugo de limón y la sal, compartiendo el momento ... solo acompañándose uno al otro, dentro de la casa sonaba la radio, ella suspiro y entono la primera palabra lenta y suave como si estaba cantando un conjuro en ese momento mi atención se centró en ella y solo para ella, era como una maldición y él era demasiado débil para escapar y como un hombre condenado se quedó…
Hay mi piel, que no haría yo por ti…
Por tener un segundo alejados del mundo y cerquita de mi…
Entono cada palabra sintiéndola profundamente, una canción de amor profundo con una tonada triste una pareja perfecta que combinaba todo lo que sintió cantado por una bruja con la voz de un ángel, tomo de un trago la bebida, el sabor a sal y la amargura del limón se combinaron haciendo florecer un agradable calor en el pecho, relajándome dejando llevar mi mente lejos como un bote en el mar donde lo único que escuchaba era su voz…
Hay amores, que se vuelven resistentes a los daños…
Como el vino que mejora con los años…
Así crece lo que siento yo por ti…
Deseando poder sentir eso más profundamente por siempre, repetí el proceso, dejándome guiar, hasta que ese calor hizo brillar la felicidad de este momento sagrado, la melancolía menguaba hasta solo ser algo nulo y la tristeza era ya algo lejano llevado por la marea…
Hay amores, que parecen que se acaban y florecen…
Y en las noches del otoño reverdecen…
Tal como el amor que siento yo por ti…
Yo por ti…
Por ti…
Como el amor que siento yo por ti.
En el momento que tanto la voz como la melodía terminaron… dos demonios despertaron de su sueño, en la suite del hotel la princesa del infierno despertó había escuchado entre sueños una voz que le recordó a la de su madre y una melodía triste que no conocía , miro aun con el sueño cubriendo su cuerpo el cuarto oscuro, a su lado Vaggie dormía tranquilamente aun, bostezo agudizando su oído, ya no se escuchaba nada.
- ¿Lo habré soñado? - dijo Charlie recordando todas las canciones que su madre cantaba no sonaban así, además no supo lo que la voz estaba diciendo, si hubiera sido latín lo hubiera entendido, incluso el idioma demoniaco siendo el más común, pero… sonó como Vaggie cuando estaba muy enojada, suspiro eso hizo que su novia se volviera hacia ella como si pudiera saber incluso dormida si algo le molestaba.
- ¿Charlie? ¿Qué pasa? -pregunto su novia aun medio dormida, Charlie la miro con ternura incluso dormida sabia cuando algo había atrapado su mente y trataría de ayudarla.
-Perdón ¿te desperté? Oh y escuche que alguien cantaba y me preguntaba si… -
- ¿Qué alguien cantaba? - dijo ella cortando su frase y levantándose ya despierta, Charlie asintió, la mente de Vaggie no tardo en buscar una explicación y lo único que pudo encontrar fue que era Ángel Dust el culpable, ya había pasado antes que había llegado al hotel totalmente borracho, literalmente pateo la puerta de la suite abriéndola y cantando a todo pulmón para que se levantaran, saltando sobre la cama y saltando, sobra decir que eran las cuatro de la mañana y ser despertadas tan bruscamente no fue del agrado de Vaggie quien casi estuvo a punto de arrancarle la cabeza a Ángel, Charlie a tiempo se llevó a Ángel a su habitación y calmarlo para luego volver y tranquilizar a su novia aun furiosa por el comportamiento de Ángel, recordando eso Vaggie rápidamente salió de la cama.
- ¡Ese bastardo! –Grito Veggie enojada invocando su lanza, aun en pijama salió furiosa de la habitación con Charlie detrás de ella tratando de calmarla.
- ¡Veggie tranquila! ... creo que solo fue un sueño… - dijo Charlie, pero eso no paro a Vaggie casi de correr por los pasillos para llegar a la recepción donde seguramente estaría el problema.
- ¡Oh, no esta vez !, ¿no recuerdas lo que paso la otra vez que Ángel llego cantando al hotel? - pregunto y Charlie hizo una mueca al recordarlo y asintió, pero corrió hasta situarse frente a ella y la tomo suavemente de los hombros, le sonrió.
-Sé que aun sigues enojada y no estoy diciendo que lo que hizo Ángel fue bueno, pero vamos a tomar esto con calma y podremos resolverlo ¿está bien? - vio a su novia dándole una miranda esperanzadora y por más que trato de resistirse le devolvió la sonrisa aceptando calmarse y por lo menos tratar… de resolver esta mierda.
Y si el dialogo no funciona bueno ya tenía su lanza lista en todo caso.
Ambas tomándose de la mano caminaron silenciosamente por los pasillos para llegar a la recepción, pero lo que vieron cuando llegaron las tomo por sorpresa….
¿Ahora te sientes, aunque sea un poco mejor, amor?
-Eso fue sublime querida- respondió el demonio de la radio, más sonriente que nunca quería aplaudirle y ovacionarla de pie por tan maravilloso acto, en cambio guardo silencio, guardo esa felicidad en su pecho y giro el pequeño vaso entre sus garras, miro su saco y metió su mano en el interior donde un pequeño bolsillo justo en el pecho estaba su pequeño tesoro, lo escondido era un guardapelo dorado con una ligera cadena brillante parecía nuevo pero viejo por el diseño, claro el no dejaría que este tesoro, el ultimo regalo que ella le dio estaba en nada más que un perfecto estado, miro la inscripción de la tapa:
Genevieve ∙ G ∙ SR
Con cuidado abrió la tapa con la garra de su pulgar y tres de fotos que se corrió eran una ventana al pasado: la primera era de un hombre y una mujer sonrientes tomándose del brazo, los padres de su esposa, los había perdido cuando era pequeña pero aun así ella los amaba de todo corazón, la otra asegurada entre dos pedazos de cristal una mujer de color sentada con una mirada feliz y cara serena, su segunda madre la que la crio y cuido hasta ser la bruja, orgullosa y libre que él amaba, tenía que agradecerle a la mujer por eso y la última fue del día de su boda…
A veces olvidaba como se veía cuando fue humano, aun cuando la foto fuera en blanco y negro podía recordar a un joven con pelo castaño, lentes redondos, usando un traje negro con una pajarita roja, sonriendo felizmente con orgullo como si se hubiera ganado el premio gordo y en verdad era cierto al lado de él estaba una mujer joven, su esposa, hermosa con rasgos dulces y finos, ojos grandes y ligeramente rasgados tenían una mirada felina con un brillo de felicidad en ellos talvez eran sus ojos el único aviso de que ella no era una mujer común, sus ojos tenían un color dorado que parecían brillar como un par de soles dependiendo de su humor, su largo cabello castaño caía en hondas sobre sus hombros, aun cuando recordaba que su cabello era totalmente lacio ahora era ondulado , la magia de las mujeres para transformarse siempre lo sorprendía, tenía un pequeño adorno de flores que sostenía el velo que caía detrás de ella, usando un vestido blanco de encaje floral que resaltaba sobre su piel morena acentuando su figura, en su mano tenía un ramo de lavanda y la otra estaba descansando en el brazo de su yo humano ...
No sabía cuándo había comenzado a tararear, recordando el día de su boda, la sorpresa que le dio cuando le entrego su anillo y vio la inscripción en él, no pudo evitar reír a carcajadas por el ingenio descarado de su esposa, paso el pulgar por el cristal que protegía la foto con cuidado de no rayar el con su garra, soltó un suspiro y tomo lo último de la botella de un trago que quedo esperando esperar en el vaso, la sensación caliente de su pecho paso a su cara y orejas , se sintió cálido y ligero, igual que esa noche y si recordaba bien también en su boda con la diferencia que no recordaba haber tomado nada de alcohol más que para el brindis, no importaba…
- Ma poitrine est vide et saigne ... parce que j'ai donné mon cœur à la sorcière de la lune rouge-
(Mi pecho está vacío y sangrando ... porque le eh dado mi corazón a la bruja de la luna roja)
Oh, las ironías de la vida… si alguien le hubiera dicho cuando era un joven de 20 años que estaría aquí en el infierno melancólico por una mujer se hubiera reído… ¨ el amor es para los débiles ¨ hubiera dicho… había jurado que jamás nadie lo ataría ni física ni sentimentalmente… ¿casarse? ¡Jamás!
Hasta que la conoció y el siendo aún joven, un tonto ingenuo jugo un juego con una bruja, si pudiera ver a su yo joven y vivo se hubiera reído por lo crédulo que había sido, era verdad sabia jugar y había jugado antes con tantos otros , mujeres y hombres ambos caían de una forma u otra el siempre ganaba, pensó que ella sería igual a ellos después de todo ella era joven también, inexperta en donde él era un experto absoluto, se veía inteligente pero no era nada que unas dulces palabras no podría llegar a su corazón y nublar su mente, las mujeres siempre caían por eso, ella no sería diferente… después de todo en este mundo, en este bosque de concreto él era el rey…
Nunca espero que sus dulces palabras nunca movieran su corazón, nunca espero perder en su propio juego porque ingenuamente el creyó que ella estaba jugando su juego cuando en realidad era el quien estaba jugando en su juego, nunca espero que quien creía él era una ingenua gatita fuera en realidad una loba vestida de oveja, nunca creyó que en el momento que decidió jugar con ella ya había perdido y qué forma perdió…
Si el pudiera darle una imagen a su derrota de la misma forma en la que él lo sintió sería muy visceral… y fue una derrota perfecta no lo negaría, hace mucho se había tragado su orgullo para reconocer que fue vencido, la imagen de un orgulloso ciervo jugando con un gatito parecía una buena comparación, el ciervo era orgulloso, seguro de manejar al gatito huraño tan eh inofensivo, el siempre actuó cuando la oportunidad se presentaba esperando a sus víctimas, pero justo cuando el bosque se llenó de la oscuridad de la noche el gatito tomo su verdadera forma, un ciervo que actuaba por oportunidades jamás podría ganarle a una loba que cazaba y creaba sus oportunidades guiando a su presa justo a donde ella quería y por mucho que el ciervo fuera el rey del bosque al final era solo una presa al igual que todos los demás…
En el final de su juego ella tomo su premio, tomar la carne y vida del ciervo que había cazado y al final acorralado hubiera sido lo más compasivo y natural, era una lástima… ella no era alguien misericordiosa o compasiva, no, ella no quería eso y abriendo el pecho del ciervo con dientes y uñas creando un mar rojo que mancho todo, desgarrando carne y hueso, hasta lo que ella quería… su corazón.
Lo tomo como su premio, no quería la carne o la vida del ciervo, se había enamorado del ciervo y decidió tomar algo que él nunca pudiera recuperar, algo que le daría el control de su alma y carne sin la necesidad de consumirlo y al final el ciervo lejos de estar rencoroso o furioso estaba encantado de que esa loba lo amara tal y como él también ya la amaba y así el ciervo con el pecho sangrante acompaño a la loba caminado lado a lado como iguales, consumiendo a cualquier presa en su bosque de concreto.
-Esa sería una metáfora muy acertada-dijo el demonio de la radio riendo, si él había tomado una forma de ciervo al llegar aquí se preguntaba si… todo, todos aquí tomaban la verdadera forma que se ha ganado en vida, eso sin duda sería interesante…
-No puedo esperar para verte de nuevo… mi loba- tomo el vaso que era para ella y sonrió mostrando cada uno de sus dientes en una sonrisa que prometía sangre y muerte… para así comenzar de nuevo nuestro juego solo que esta vez en un territorio nuevo y salvaje, sin ley, ni restricciones, libres como ella siempre quiso que fuéramos.
¡Oh! El caos y las masacres que harían serian gloriosas, claro a ella nunca le gusto matar sin razón, pero él lo haría por ella, nunca le importaría mancharse de sangre si era por ella, por su nombre y causa si ella quería crear un imperio, él le daría todo su poder y recursos sin pensarlo, si ella quería el trono del infierno estaría a su lado para tomarlo juntos siendo imparables como un cataclismo apocalíptico, como siempre debió ser y esta vez no cometería los mismos errores de su vida pasada…
Ya los separados antes y no dejaría que nada ni nadie lo volviera a hacer, el demonio de la radio tomo de un trago lo último que quedaba, nada de ese líquido precioso se desperdiciaría, su espera no será en vano, había aprendido y obtenido más poder del que nunca pudo tener en vida no solo lo había hecho por su diversión y placer masacrar a todos esos overlords y demonios si no para mostrar a todos en el infierno y el mismo que ahora él podía ser su igual y el compañero que ella siempre mereció, jugo bien sus cartas y su premio había sido más de lo que él esperaba, el aire se llenó de estática y el espacio se distorsionada, el vaso en su mano se rompió en mil pedazos, una lluvia de cristal y sangre exploto de su mano, apretando aún más los cristales contra su herida, el demonio de la radio permanecía quieto como una estatua mientras la sangre caía y el espacio se distorsionaba, oscurecía y corrompía, su poder fluía loco y desenfrenado, tal y como él se sintió, el sonido se distorsionaba estática sin control ni sentido…
Ah mi Genevieve, mi esposa, mi bruja, mi amor, la loba que tomo mi corazón dejándome sangrante, enloquecido y más amado de lo que nuca pude esperar…
Lo que sea que quieras yo lo tengo…
Si quieres que sangre, sangrare solo para ti…
Esta locura y todo mi amor… ¿puedes sentirlo, querida?
Regresa a mí y termina este castigo, ¿acaso no eh sufrido lo suficiente por ti, cariño?
Mi dulce bruja te extraño demasiado…
- ¿Alastor? - una voz familiar lo saco de su trance de locura y dolor, como si una estación hubiera sido cambiada abruptamente todo volvió a la normalidad como si nada hubiera pasado, Charlie y Veggie miraron sorprendidas la recepción hace unos segundos todo parecía un caos lleno de estática , oscura con un aura pesada que te paralizaba y te quitándote el aliento y en el centro de todo estaba el demonio de la radio, quieto como una estatua con una mirada roja enloquecida y una sonrisa tan grande que rasgaría su cara, de su puño goteaba sangre cualquier demonio con una pizca de valor por su vida hubiera dado media vuelta y hubiera corrido como si el mismo Lucifer lo estaba persiguiendo, en su lugar Charlie que parecía ser la única de las dos que no estaba en puro shock pudo hablar para tratar de calmar al demonio enloquecido,
-Ah querida… ¿no deberías estar en la cama, aún es muy temprano para un desayuno, no crees? - dijo el apareciendo de repente frente a ellas inclinándose con una sonrisa curiosa y amenazante con uno de sus brazos atrás de su espalda mientras la otra sostenía su fiable micrófono, eso las hizo saltar por un segundo.
Charlie no pudo evitar mirarlo desconcertada era el mismo Alastor de siempre frente a él con su sonrisa afilada y su traje rojo impecable, nada de esa aura de locura y sed de sangre estaba aquí pero sí pudo percibir algo en ese momento fue minúsculo, efímero, pero conocía la sensación: una profunda tristeza…
- ¿Qué mierda acaba de pasar? Toda recepción era un caos- dijo Veggie situándose frente a Charlie como si fuera su escudo, Alastor se encogió los hombros sin dejar de sonreír con un modo más relajado solo para molestarla, si algo había aprendido Charlie era que al demonio de la radio le encantaba molestar constantemente a su novia, pareciera que por momentos su único propósito en el hotel era más bien de molestarla y lo peor de todo era que siempre funcionaba.
- ¿Quién sabe ?, nada raro ha pasado aquí, talvez fue por sus mentes fatigas después de todo es muy temprano y las mentes débiles optar a… imaginar cosas, ¿no? –Respondió mirando a Veggie tarareando acompañado del sonido de voces que asentían su afirmación, Veggie frunció más el ceño sin tragarse su mentira y el insulto levente dirigido a ella.
-Escucha no sé qué mierda estabas haciendo, pero no confió en ninguna mierda que salga de tu boca cabrón, hijo de … - en ese momento la puerta del hotel de abrió de una pata revelando a Ángel Dust sonriendo, pero cansado.
-Hola perras, volví ¡uf! día agotador, ¿Qué hacen todos aquí en lo general nadie está aquí tan temprano? ¿Acaso me perdí una fiesta o algo? - pregunto sonriendo mirando el ambiente tenso, lo cual era extraño si bien desde que el Overlord había decidido ayudar en el hotel era raras las veces que lo veía a estas horas generalmente el solo aparecería en las mañanas y era en la cocina haciendo el desayuno.
-Bienvenido Ángel respondió-Charlie sonriéndole en ese momento Alastor decidió que ya no quería estar en el hotel, lo visto en un momento delicado para él y prefería evitar preguntas molestas así que como buen caballero que era simplemente se iría en silencio con elegancia y evitando conflictos, mientras todos estaban dando saludos él se fundió con las sombras y salió del hotel en segundos, una vez que el cielo oscuro con un aura rojiza lleno su vista soltó un suspiro de alivio, si había algo que podía decir que extrañaba de la superficie era el cielo, también fue lo último que vio antes de morir…
Una vista pacífica y hermosa, el cielo oscuro y despejado de una noche de invierno, la mano que mantenía en su espalda ocultando su tesoro, la relajo y lentamente abriendo su mano, miro el guardapelo de su esposa…
No puedo acompañarte aun a dónde vas, pero… te daré algo de mi…
-Y yo tomare algo de ti… - dijo recitando las últimas palabras que escucho antes de su muerte, recordó estar acostado en el regazo cálido de su esposa desangrándose lentamente, mirando al cielo mientras las frías gotas de sus lágrimas caían sobre su rostro como lluvia , en realidad incluso en ese estado ella no dejaba de verse hermosa, en silencio lloraba su rostro estaba serio, pero sus ojos no dejaban de derramar lágrimas como una forma de revelar lo que en realidad sintió, tristeza, una profunda tristeza…
Sera una maldición para ti y para mi…
-Nuestros recuerdos felices se volverán dolorosos recordatorios de tristeza y perdida- levanto el guardapelo la fina cadena enredada entre sus garras como una telaraña, mirando como este tapaba de su vista de la burla de luna que existía también como sol en este infierno, la vista de su esposa llorando en silencio se quemó en su cerebro moribundo, el frio entumecía cada vez más su cuerpo y la gran pérdida de sangre no ayudaba tampoco, la única fuente de calor y vida era ella, agradecía en silencio que fuera ella la que estaba con él en sus últimos momentos la que lo mantuvo conciencia libre de dolor y con suficiente para despedirse…
Porque al final es el dolor lo que siempre permanecerá en nuestras almas arraigado profundamente…
-Sera un castigo para ti y para mí… cuando el momento llegue, ese mismo dolor me llevara a ti- gentilmente deposito un beso en su frente se sentó como una cálida marca, pese a la situación no quería verla llorando, le gustaba ver a sus víctimas llorar y suplicar por sus vidas, pero… verla a ella llorando no se sintió correcto… no permitiría que así fuera su despedida solo con lágrimas y silencio, quería hacerla sonreír hasta su último momento…
-No llores cariño, no arruines tu belleza - respondió sonriéndole, por suerte, aunque su boca tenía el sabor de su propia sangre y sintió el pecho lleno de plomo asfixiante… aun podía hablar, ella suspiro y frunció el ceño.
Acaso… ¿prefiere que este enojada contigo, gritándote por lo imbécil que eres?
-Si te soy sincero no querida, pero siempre me gusto verte enojada, una vista espectacular y un espectáculo sublime- respondió sonriéndole, ella soltó un suspiro cansado hacia eso cuando su paciencia se estaba agotando rápidamente hacia una ira peligrosa, pero… en lugar de eso sonrió débilmente.
Eres un idiota… supongo que ambos lo somos, tu por ser un idiota descuidado y yo por enamorarme del idiota descuidado ...
-Es una buena forma de verlo amor- respondió aún seguía llorando, por lo menos ahora tenía una sonrisa en su rostro, quería decirle tantas cosas, pero algo le decía que no tendría tiempo para decirle todo lo que quería, era irónico el un presentador de radio… sin tiempo para hablar, se sintió como una broma de muy mal gusto, pero eran las cartas que tenía para jugar y no lo desperdiciaría.
-Es una dicha poder estar juntos en esta noche de invierno tan hermosa querida… yo… gracias- dijo sintiendo lentamente que sus ojos se cerraban tenían tanto sueño, no sentía ya su cuerpo, ella lo miro entendiendo, su sonrisa se volvió más pequeña pero no desapareció, asintió.
-Gracias por… todo, tu tiempo, tu alegría, tu ira, gracias por tu amor y… por robarme el corazón… mi Genevieve… sal y vive tu sueño, prométeme que lo harás y no mires hacia atrás, busca todo aquello que siempre quisiste saber, tómalo, sin culpa porque el mundo es tuyo querida, siempre lo fue y yo te estaré esperando listo para el castigo que se me darás cuando cumplas tu sueño- respondió sonriendo tratando de mantenerse despierto sintiendo que una mano acariciaba su cabello suavemente, lento y amorosamente, por lo mechones mojados.
No esperaba una declaración tan cobarde y menos de mi esposo, prefieres morir que enfrentarme…
- ¿Puedes culparme cariño? ¿Pero acaso no son los mejores castigos lo que se toman su tiempo ?, planificando cada movimiento, cada torcedura, cada corte simplemente aumenta la tortuosa agonía de dolor hasta dar el tan esperado golpe final, solo te estoy dando tiempo cariño soy un hombre paciente si te digo que te esperaría décadas es porque lo hare, te doy mi palabra… ¿o… acaso dudas de mí? -
No, no dudo de ti ... sé que lo harás y sé que eres un hombre de palabra si no lo fueras no estaríamos aquí ... así que supongo que mereces una pequeña prueba del castigo que te espera ...
Antes si quiera reaccionar sintió sus labios contra los suyos vivos y ardientes como si tuviera fiebre, le correspondió lo mejor que pudo en su posición, fue lento, agónicamente lento, suave sintió en su pecho cálido apenas una pequeña flama para aliviar el frio dolor, pero no se quejaría no cuando literalmente estaba al borde de la muerte, por un segundo todo lo que sintió fue a ella, su calor tierno y su piel suave, su aroma a lluvia y lavanda, sentí todo el amor que ella le estaba dando en ese beso, nunca espero que alguien que no fuera su madre le pudiera hacer sentir este tipo de amor, incondicional, libre, crudo, fuerte, pero dulce… quien diría que solo una bruja pudiera hacerte sentir tan amado, incluso si su corazón fue tomado se sintió completo…
De ese modo tan repentino que comenzó, termino, ella exhalo lentamente calentando ligeramente sus labios fríos apenas unos segundos, pero fue exquisito… quería más, siempre quiso más de ella, entonces se dio cuenta de lo que significaba eso…
Sonrió entendiendo la miro tenía una mirada divertida y una sonrisa sincera, sus labios estaban manchados de rojo, su sangre, eso envió a la locura a su mente, el rojo siempre fue su color y ella lo estaba usando para el en honor a su último momento, pero esta imagen, ese beso fue una probada del cielo para alguien que se pudriría en el infierno, algo alcanzable que se volvería inalcanzable, oh que cruel, que hermoso regalo… un castigo digno de ella…
-Gracias, ma belle sorcière - respondió sonriéndole sinceramente, con toda la fuerza que pudo encontrar en su cuerpo levanto su mano que había estado sobre su corazón donde un agujero sangraba como un grifo roto y suavemente acaricio su mejilla con sus nudillos, ella se recargo en su toque cerrando sus ojos verla saborear su toque le dio un vuelco a su corazón agujereado, sus lágrimas comenzó a caer de nuevo, abrió su mano y cubrió su mejilla, tan cálida.
Nunca alguien me agradeció por un beso, pero no negare que se siente bien… Al-Alastor gracias… mi compasión, mi cuerpo y todo mi amor todos los hombres han deseado eso de mí, pero… el único que me busco por mi conocimiento y poder fuiste tú y nunca sentiste la necesidad de darme la espalda siempre que te necesite… yo… yo…
Ella tomo con sus manos la suya sosteniéndola suavemente cerca de su rostro, sin dejar de llorar y sonreírle, él sabía lo que ella quería decir, ambos lo sabían… nunca lo decían, pero lo demostraban cada momento que estábamos juntos nunca dudo de sus sentimientos ni ella de los suyos, pero ahora era necesario decirlo era su turno de hacerlo ella lo había comenzado y era su deber terminarlo por ahora…
-Te amo Genevieve- dijo finalmente se sentó bien decirlo y no demostrarlo o insinuarlo era natural, era irónico descubrir que decirle a alguien que amabas podría sentirse bien… justo en el último momento, ella lo miro sorprendida y soltó una risa ligera pero dolida, suspiro, sus ojos dorados lo miraron con ternura, quería mirarla por siempre, pero sus ojos ya estaban cerrándose, su respiración de estaba volviendo cada vez más lenta, ah al final pudo decírselo por lo menos podría irse con un remordimiento menos…
Este no era un adiós definitivo ambos lo sabían, lo que les dolía era que no estarían juntos por un largo tiempo, no podrían hablar, no podrían tocarse, no podrían si quisiera verso, ella no sería lo primero que vería al despertarse ni lo último que vería la dormir, ya no cantarían ni bailarían juntos, no pelearían juguetonamente como lo hacían siempre, no podrían revelar sus secretos más profundos y sentirse vulnerables sin temer lo que el otro juzgara, no tendrían ese apoyo silencioso de saber que sin necesidad de palabras se apoyarían uno al otro en lo que fuera, cerro lentamente sus ojos en la oscuridad pudo escuchar sus últimas palabras que se quedarían con el…
Te amo Alastor
El demonio de la radio despertó de su trance, el recuerdo era intenso, doloroso, pero incluso aunque eso pasaba todos los años en el mismo día, él nunca se acostumbró, claro eso era parte de la maldición de su querida bruja, el castigo que ambos cargaban tanto en el infierno como en la tierra estaba atados por el dolor ¿acaso no había acción más romántica que esa? Era fácil estar atado a la felicidad a la comodidad y seguridad, pero estar atados por el dolor y la soledad era más intenso eso solo había hecho que su obsesión con volver a verla fuera más intensa y bailando ligeramente en la locura…
-Pero soy un hombre de palabra querida y te esperare pacientemente para el final de mi castigo- sonrió y con cuidado guardo el precioso guardapelo en el bolsillo de su saco, se sacudió ligeramente su tristeza como si fuera polvo y comenzó con su caminata diaria, su sonrisa como siempre adornaba su rostro, actuaría como siempre lo hacía, este solo sería un día más en el infierno.
Hola! y gracias por haber llegado hasta aquí es mi primera historia de Hazbin Hotel y debido a que en el tiempo que esto esta escrito puede no ser 100% fiel al material original así que solo diviértete y disfruten del viaje, cometario son bien recibidos buenos y malos, así que hasta la próxima ;)
