El Amor de un Súcubo

No hay nada más hermoso y noble que la obsesión…

Encontrar algo a lo que no puedas despegarte no importa cuanto lo intentes, sin importar cuánto daño te haga, el dolor es preferible al separarte del aquello porque es peor vivir dolorosamente con ello que vivir sin eso…

Fueron los pensamientos que por la mente del demonio de la radio pasaron, no era una sorpresa para el tener ese tipo de monólogos internos cuando estaba solo, caminado por las calles de su territorio, era una sección del infierno muy diferente a las otras ambientada en la época en la que el vivió, claro eso no era lo único distintivo de esta y era que todo era muy… normal y armonioso, mientras que las calles del resto del pentagrama era un desastre caótico, sucio y oscuro como si fuera la peor parte de cualquier gran ciudad, el territorio del gran demonio de la radio era por mucho a comparación del resto, un grandioso para vivir, las calles estaban limpias e iluminadas, los demonios paseaban con tranquilidad y el sonido de coches y transeúntes era un ruido de fondo no molesto sino más bien agradable el sonido de la vida misma en la ciudad: casi idéntico a cuando estaba vivos incluso en el infierno, pensaban los demonios que visitan o vivían en el lugar, aquí las guerras territoriales no les afectaban en lo más mínimo porque nadie en su sano juicio retaría al demonio de la radio y es que él tenía una reputación que ningún otro Overlord tenía y era que desde su primer día en el lugar literalmente masacro su propia escala hasta el título de Overlord.

Alastor el demonio de la radio daba miedo y eso en el infierno era algo importante, aunque para él era divertido y hasta cierto punto era un orgullo causar eso en cualquiera que se cruzara en su camino también era… tremendamente aburrido, si las primeras décadas fue emocionante, satisfactorio saber que su trabajo de masacrar a los overlords de antaño daba muy buenos frutos, que su mas grande trabajo y obra, fue reconocido y escuchado por miles, pero…

-Ahora, escuchar la misma canción todo el tiempo es aburrido- si era verdad el disfrutaba del miedo que venía con el respeto, pero después de décadas de lo mismo ahora era aburrido, normal, tedioso y no había nada peor que eso.

Claro salir de su territorio eh ir al centro del pentagrama que era una zona neutral se volvió una costumbre para no aburrirse, era un lugar donde siempre pasaba algo, algún caos o pelea en proceso y era un buen entretenimiento o incluso causarlos el mismo era igual de gratificante, pero ...

-Incluso es se volvió aburrido también- por eso estaba tan desesperado por algo que lo sacara de la misma rutina de décadas por eso la idea de un hotel para la absurda idea de rehabilitar pecadores era tan divertida, quería de ver en primera cara el fracaso de cada alma que pensara que podría ser merecedor de algo mejor que el infierno, además ninguno aquí estaba por haber sido una buena persona, incluido el mismo.

Sonrió aún más mientras caminaba por el gran parqué que se encuentran en el centro de su territorio era un lugar tranquilo lleno de árboles y césped verde y perfectamente recortado así como arbustos llenos de perfectas rosas rojas y negras, claro toda esta vegetación era una ilusión que el mismo había creado después de todo aquí nada así podría crecer naturalmente, aun recordaba cuando llego, este lugar era un basurero, claro estaban en le infierno pero eso no ameritaba a vivir como ratas y dejo muy en claro cuando tomo este territorio como suyo que este lugar cambiaria a algo más… presentable .

Nadie puso ni un pero a eso y si alguien se oponía bueno… nunca acababa bien para dicho sujeto, de esa forma su territorio de volvió un lugar envidiable, algo de lo que se sintió orgulloso de llamarlo suyo y sobre todo un lugar en el que cuando su esposa llegara vivirían dignamente, camino sin prisa por el camino lleno de vegetación mirando tranquilamente los árboles, siempre acompañado del sonido cambiante de las estaciones incluso cuando él no hablaba siempre estaba diciendo algo, claro es solo era un aviso de quien estaba cerca y todo demonio del área practicante salía huyendo del lugar…

En su camino se detuvo, miro uno de los rosales donde una rosa negra plenamente abierta tenía ya un pétalo marchito, con un movimiento cuidadoso y suave arranco la flor, esta se marchito por completo y se volvió polvo en cuestión de segundos, claro siendo una ilusión una vez arrancada solo se disolvía, miro el magnífico parque se había esmerado en hacer: arboles grandes y frondosos, arbustos llenos de rosas con sus colores, pasto siempre verde y perfecto, a ella le encantaría verlo, a su bruja siempre le gustaron las plantas no por nada vivieron tan lejos de cualquier vecino entrometido y lejos de la ciudad, claro sus pasatiempos fueron un factor importante más bien fue porque ella tendría un amplio jardín para cuidar, no solo planto cosas para sus brebajes y medicinas si no también solo por el gusto de hacerlo, su jardín fue un espectáculo hermoso, lleno de flores de todos los colores, enredaderas en flor que cubrían la cerca metálica y las plantas de lavanda justo en la entrada de esta, siempre fueron un alivio calmante al volver a casa su jardín parecía más un pedazo del edén en la tierra, le tomo años hacerlo pero valió la pena, ella estaba orgullosa de su jardín y más del sauce que ambos plantaron al comprar la casa al que le puso un encantamiento de protección para que nunca nada le pasara, su jardín siempre fue su orgullo y alegría.

Era por eso que su territorio tenia tantas áreas verdes, no solo para verse bien y de presumir su poder si no porque a ella le gustarían claro si ella lo deseaba podría quitarlas en un segundo, pero la conocía demasiado bien, su esposa no lo querría … Las amaría incluso pondría algunas ideas para más áreas verdes y…

Sin previo aviso sintió un profundo y desgarrador dolor en el pecho, ¡ah! claro la maldición que los ataba ya con las décadas había aprendido a no mostrar indico alguno de que estaba sufriendo dolor eso le funcionó muy bien en enfrentamientos su tolerancia al dolor fue envidiable, muchos en su lugar ya hubieran sucumbido por la maldición de su querida esposa , un tormento siempre presente y silencioso que solo el mismo portador podría activar y con solo un pensamiento era: retorcido, cruel, intimo y extremadamente original, era el sello único de su esposa.

-Como se esperaría de ella- susurro alegremente arrancando otra rosa imperfecta en su obra, el polvo negro bailo en el aire como nieve, alguien más en su lugar ya hubiera navegado hacia la locura eterna pero el no, como prometió aguantaría este castigo hasta su llegada, aunque había veces en que era más difícil manejarlo como el día de su aniversario cuando la maldición tomaba más fuerza, esta maldición prefirió verlo como el mayor gesto de amor que solo tenía el privilegio de tener, cada vez que el dolor lo reprendía imaginaba que ella estaba frente a él con su delicada mano enterrada en su pecho sangrante asfixiando su corazón, implacable y dulcemente, esa imagen siempre lo hizo sonreír, con eso en mente abrazo el dolor en su pecho y lo acepto como una parte de sí mismo que era apreciada y hasta cierto punto obsesiva.

-Después de todo este hilo es lo único que realmente nos une querida- con un movimiento ya instintivo palpo el guardapelo en su bolsillo y con un movimiento enérgico reanudo su caminata hacia uno de sus lugares favoritos y sobre todo a ver a una amiga.

Una amiga algo molesta…

Pero después de todo este tiempo una amiga después de todo, era hora de visitar a Mimzy.


Uno de los muchos lugares más visitados y lujosos del infierno era el cabaret: Luna Roja , era un hermoso lugar para espectáculos musicales día y noche, como la temática del territorio al que pertenecía era todo brillante y oscuro, la propietaria Mimzy a pesar de su apariencia era una jefa exigente que siempre pedía no más que la perfección sus bailarinas, sus meseros, cocineros y todo aquel que trabajara para ella, teniendo unos de los lugares más renombrados del infierno siempre pedía lo mejor, la mejor comida, la mejor bebida, todo debe ser perfecto, en especial porque he visto un cierto demonio de rojo caminado cerca del cabaret, debe demostrarle que elegirla a ella para dirigir este lugar fue su mejor opción y talvez ser algo más…

Mirando el ensayo de un nuevo número que durante meses sus chicas estaban practicando, estaba muy cerca de ser perfecto…

-Bien, otra vez ya tienen el ritmo, ahora coordinen mejor, nadie sale de aquí hasta que esto esté perfecto- sentencio dándole una calada a su cigarrillo y dándole un sorbo a su copa de champagne, ella había trabajado duro para que este lugar tuviera la reputación que tenía: demonios de nombre, overlords e incluso la realeza posición pisado ese lugar y se había ido deseosos de volver a regresar…

Mirando absorta el ensayo buscando el más mínimo error sin percatarse que un demonio se acercó a ella y le susurró al oído unas palabras que hicieron brincar su corazón.

Alastor estaba aquí…

Antes de que pudiera hacer algo, se escuchó el sonido de cambiantes estaciones de radio con un zapateo parecido al de cascos sobre la madera, los clientes que estaban bebiendo tranquilamente se pusieron tensos y evitaron hacer ruidos o incluso voltear a ver a la figura que opaco todo con su aura pesada y oscura… el poder que tenía hacía temblar a cualquiera, el demonio de la radio había llegado…

- ¡Hola querida Mimzy! Tiempo sin verte- dijo el animadamente dando una gran sonrisa afilada, su figura recta, su traje rojo impecable, ese poder que hizo caer a Overlords antiguos era todo lo que ella deseo en alguien, todo un caballero de antaño, poderoso como ningún otro, ella había conocido a muchos hombres, pero a ninguno como el…

- ¡Alastor, cariño bienvenido! ¿una bebida? – pregunto ella rápidamente levantándose de su silla para darle la bienvenida al alto demonio, claro ella en su forma de demonio a penas le llego al estómago, aunque en su vida human tampoco fue mucho más alta, bueno no le importaba ahora su querido Alastor estaba aquí y nada más importaba…

-No me molestaría querida, sería lo de siempre- respondió y le dio un asentimiento, ella de inmediato miro al bar y dio un chasquido y el demonio entendió con un asentimiento.

- ¿Y qué te trae por aquí cariño? -ella le pregunto alegremente y el levanto sus hombros con un elegante movimiento.

-Solo quería ver cómo van las cosas por aquí- dijo ambos se sentaron en la mesa mientras las bailarinas aun seguían haciendo la coreografía, pero ahora más tensas por la llegada del nuevo visitante, Mimzy vio eso y no las culpaba, pero a comparación de ellas Alastor ya no la hacía estremecerse o por lo menos ya no de miedo…

-Tomen cinco minutos chicas- dijo y todas huyeron del escenario a lo que Alastor soltó una risa con interferencia, la bebida de Alastor no tardó en llegar y una vez que dio un sorbo a su bebida sabía que comenzaría la plática.

- ¿Y cómo van las cosas querida, todo bien? - pregunto mirando el lugar, claro todo estaba impecable, paredes blancas de mármol, el piso de azulejos negros y candelabros grandes y brillantes bajo las luces todo con adornos dorados y simétricos intrincados, a sus ojos todo parecía bien, pero las cosas que podrían ir mal son las que no estaban a simple vista.

-Oh por ahora todo bien, el ultimo exterminio me dejo sin varios trabajadores, pero contrate más y están siendo capacitados para que no cometan más errores- respondió ella dándole un sorbo a su bebida y el asintió riendo.

- ¡Oh el exterminio! Que cosa tan divertida, un recordatorio del castigo al que estamos condenados por un dios bastante cuestionable- el respondió riendo con el ruido de risas acompañándolo, ella asintió sonriendo, ¡oh podría verlo por siempre!, suspiro mientras la plática era puramente de negocios fluida y animada, una parte de ella quemaba por tocar su mano lenta y suavemente con un toque coqueto pero la experiencia le había enseñado que a él no le gustaba que lo tocasen, por lo tanto no importaba cuanto quemase por dentro esa necesidad de hacerlo no lo haría, sintió un calor en su vientre ¡oh! las desventajas de ser un súcubo enamorado, ella no era unos de los poderosos súcubos de la corte de Lilith hermosos y seductores como nada en el infierno, ella supuso que había sido ese tipo de demonio por su habilidad de engañar a las personas en vida y más a hombres, siempre fue divertido engañarlos ya fuera en apuestas o por amor y diversión, hasta que por culpa de unos de sus imbéciles amantes termino muerta y cayendo en el infierno…

Se dio cuenta del poco poder que tenía, peor aún no tenía nada ni nadie en un momento de desesperación en que estuvo a punto de gracias sus habilidades de súcubo entrar en el negocio horrible de la pornografía y prostitución que lo encontró a él, su querido Alastor vio que ella tenía potencial para algo más que solo bailar y abrir las piernas para cualquier idiota con dinero, ya fuera por su habilidad de apostadora o por su determinación a hacer las cosas a la perfección le dio el control de este cabaret con la condición que lo volverlo el lugar más elegante y alegre de los nueve círculos de infierno, una vez el trato estuvo echo y con su gran ayuda fue posible esto, aunque el nombre aun la tenía con dudas lo acepto como una petición o más bien orden.

Por supuesto no solo basto en salvarla para enamorase de él, todo lo que era Alastor era irresistible para ella, siempre animado y sonriendo, pero maliciosamente calculador, actuaba como todo un caballero de corazón, pero no tenía en reparos en matar sin distinción, guapo con una voz irresistible, ¡ah! todo el sueño de una chica infernal como ella, claro que no era tonta sabía que muchas otras y otros veían lo mismo que ella pero por más extraño que le parecía nunca lo había visto con una pareja o amante ni nada parecido, siempre estaba solo incluso en eventos importantes siempre estaba sin pareja alguna…

Y eso le dio esperanzas que él se fijara en ella más como compañera, amante o incluso esposa porque a comparación de otras tenía más comunicación con el que ellos, aun cuando muchas cosas seguían siendo un misterio como: ¿de qué forma murió?, ¿de dónde venía todo el poder que tenía siendo el un alma humana?, ¿Cuáles eran sus pasatiempos?, ¿Por qué no le gustaba que lo tocaran?, ¿o porque nunca tenia nadie a su lado?

Eran demasiadas preguntas sin responder lo que lo hacían más misterioso y en su opinión más deseable, él era inalcanzable como uno hermoso rubí cortado a la perfección protegido por una vitrina de caoba pulida, así que ella tomo el primer paso para entrar en su corazón, le propuso jugar un juego como súcubo tenía la habilidad de cambiar de forma y apariencia a la que mejor se adaptara a su víctima para inducirlo a la lujuria, podría volverse una mujer rubia y alta con medidas perfectas por la que cualquier hombre bajaría sus pantalones, o una chica pelirroja con una mirada feroz y seductora las posibilidades eran enormes lo malo era que no importaba cuantas formas tomara Alastor nunca reacciono…si le decían que eran hermosas pero…no sentía nada…

Nada de lujuria o deseo… ¡era estresante!, pero tenía paciencia de encontrar una apariencia que a él le gustara y si esa apariencia le gustaba no tendría problemas en tomarla por el siempre, la sola idea de que la llevara a la cama siempre la ponía mojada y deseosa, ¡no! debía de serenarse tenía que encontrarla…talvez… ¡hoy fuera el día! ¡Podía sentirlo!

-Alastor querido, ¿quisieras jugar antes de irte? –le pregunto Mimzy sonriéndole a lo que Alastor frunció el ceño levemente, pero asintió.

-Está bien querida, después de todo siempre es divertido verte perder en tu propio juego- respondió el divertido a lo que ella dio un puchero, pero sonrió determinada.

-Bien querido, siento que hoy ganare, prepárate para que te deje sin habla-

El demonio de la radio dio una risa de cansancio, sentía algo de pena por Mimzy no entendía que ganaría ella con este juego que le había propuesto, ¿talvez fue por su orgullo como súcubo fue herido porque él no sentía nada por ella sin importar que forma tomara? en ese caso él no tenía la culpa, era solo que nunca le mostro algo que le interesara, claro le mostró hermosas apariencias de múltiples mujeres de todas las tallas, rubias, pelirrojas, castañas, de pelo negro incluso experimento con otros colores como plateado y rojo, con pelo largo, corto, ondulado y lacio, con curvas y no tan curvilíneas, con apariencia frágil casi enfermizas hasta más rellenas y dotas pero no sentía nada… era como ver joyas si eran hermosas pero no sentía deseo por ellas…

Claro talvez fuera porque usaba los entandares de belleza de la época en que habían vivido, donde para los hombres no había nada más hermoso que una chica blanca como el papel, delgada, frágil y rubia y claro los ojos azules nunca faltaron, esa era el tipo de chica que todos los hombres buscaban…

Era una pena que su tipo fuera todo lo contraria a ello, en su momento no supo que tenía un tipo hasta que su esposa le robo el corazón, desde ese momento nada le parecía más hermoso y deseable que su piel morena que si bien era repudiada por ello, ella lo tomo como si fuera una revolución contra todo lo dictado y se enorgullecía de tenerla y de sus raíces…

¡Esta es la piel con la que nací! ¿si me disculpara por tenerla? ¿también tendría que discúlpame por nacer?

Eso siempre predio fuego a su pecho: su chica revolucionaria, su bruja que no tenía miedo a nada ni nadie fuera hombre o mujer todos cayeron cuando cruzaron la línea de su paciencia, esos tontos solo fueron un ejemplo divertido, sintió de nuevo el dolor en su pecho, así que para distraerse miro la nueva apariencia que le mostro Mimzy…

- ¿Y bien? ¿Qué dices? – dijo mostrándome una mujer de pelo negro largo y rizado, ojos verdes grandes eh inocentes, alta y delgada, la mire.

-No, nada- respondió riendo tomando un sorbo de su bebida, Mimzy frunció el ceño, pero de inmediato cambio a otra forma, otra mujer tomo su lugar siendo más una diablesa de piel roja y pelo blanco con ojos rojos, oh eso era nuevo.

Pero igual de inefectivo…

- ¡Oh! ¿estas ampliando tu catalogo querida? – le pregunto y ella asintió, aunque no feliz porque vio que no lo afecto en lo absoluto, nada de deseo ni lujuria…

-Bueno si no funciona lo humano probare con lo demoniaco- respondió decidida y él se encogió los hombro bueno entonces estaría aún más fuera de su tipo, claro no sabía que apariencia tendría su esposa al llegar pero fuera la fuera estaba seguro que no cambiaría lo que sentiría por ella, porque eso era lo que más le faltaba a las mujeres en las que cambiaba Mimzy, esa presencia que atraía tu mirada como una inevitable tormenta que sabias que llegaba pero no podrías hacer nada apara detenerla solo mirar su poder y esconderte, en su caso camino bajo la tormenta dejando que lo empapara hasta los huesos, sin duda alguna fue un gusto cantar y bailar bajo su lluvia.

Aunque a veces se preguntaba… ¿Qué estaría haciendo ahora? Él sabía que era alguien inquieta siempre en movimiento incluso quieta estaba haciendo algo, siempre buscando y aprendiendo, aunque a veces en raros casos se detenía y se encerraba en su mente en absoluto silencio y quietud esos momentos siempre lo preocuparon eh intrigaron ¿Qué pasaba por su mente que la dejaba quieta y silenciosa? ¿Qué hacía que esa tormenta andante se calmara?

Alastor… ¿eres feliz? ¿te… gusta que alguien como yo este a tu lado?

Sus preguntas al despertar de su trance siempre lo tomaron con la guardia baja, pero siempre las respondía o eludía lo mejor que podía, ella se daba cuenta de eso y lo dejaba pasar talvez fuera porque sabía lo incomodaba o no tenía una respuesta inmediata y honesta…

- ¿Alastor? ¡querido ya no puedo más! - la voz de Mimzy lo saco de sus recuerdos mientras el dolor entumecía su pecho, sin desvanecer su sonrisa miro al súcubo cansado y derrotado, bien otro juego que gana sin mover un dedo, cosa graciosa.

- ¿Entonces es todo por hoy Mimzy querida? – pregunto el demonio de la radio aún más sonriente, ya listo para irse, había terminado su bebida y sabía que todo estaba en orden ya no tenía asuntos que atender en el lugar.

- ¡No espera! Yo…quisiera intentarlo una vez más, pero esta vez las reglas cambian- exclamo Mimzy se veía cansada, pero aún más determinada, Alastor la miro, bueno no tenía nada mejor que hacer bien podría gastar un poco más de tiempo antes de irse, se encogió los hombros.

-Bien querida ya que pareces tan determinada y puede que esto sea divertido…pero el tiempo es valioso así que tiene dos intentos más y será todo- sentencio él y ella asintió.

-Yo quisiera hacerte unas preguntas, hasta ahora solo eh caminado en completa oscuridad por lo menos quisiera saber qué tipo de mujer o… ¿Prefieres a los…-

- ¡Oh no! Mimzy mis inclinaciones son hacia las mujeres en eso no estas equivocada- respondió cortando al súcubo, claro era un poco tarde que ella a penas se diera cuenta de que sin información de su parte ella nunca daría en el blanco, más aún sin saber sus preferencias, a veces se preguntaba como seguía jugando esto sin saber si quiera lo básico, bueno no es como si él le hubiera dado alguna pista ni nada parecido, nunca pregunto y el jamás dijo una palabra eso era lo que lo hacía tan divertido a veces molesto pero lo entretenía por lo menos.

-Bien entonces pongo las reglas querida, en cada intento tienes tres preguntas que puedes hacerme no mas no menos ¿te parece justo? - pregunto y el súcubo asintió sonriendo, su sonrisa se volvió malvada claro que el respondería solo faltaba que ella hiciera las preguntas correctas claro…

-Bien…primera pregunta… ¿te gustan altas o bajas? -

-Mmmm…en eso sería un punto medio querida- recordaba bien que su esposa le llegaba a los hombros y a la barbilla si usaba tacones, su estatura siempre la frustro un poco ya que eso le restaba un poco llegar a ser intimidante a sus ojos y sobre todo era igual de entretenido verla tratar de llegar a los estantes más altos de la casa sin ayuda de una escalera o silla, terca como era nunca pedía ayuda…

-Bien eh…segunda pregunta ¿la forma las prefieres demoniacas o más humanas? –

- Humanas-respondió sin vacilar no es como si eso fuera una gran ayuda, pero igual prometió hacerlo, el súcubo asintió se veía que se estaba rebanado su cabeza en busca de buenas preguntas hasta que hizo la primera buena pregunta después de un largo tiempo…

- ¿Te gustan chicas…con piel…blanca? –

- ¡Oh! Primera pregunta interesante querida pero no, no me interesan las chicas de piel blanca-respondió y ella lo miro sorprendida a lo que el sonrió con algo parecido a orgullo, del mismo modo que cuando estaba vivo todos le preguntaron por qué y el simplemente se encogió los hombros, no le importaba el color de la piel, si su esposa hubiera tenido la piel blanca igual la hubiera amado, pero una vez que lo atrapo todo lo que ella era, fue lo más hermoso para él y resulto tener la piel morena así que para él no había nada mejor…

Era así de simple…

-Vaya que gustos tan exóticos tienes querido-respondió ella con el mismo tono que antes todos usaron, eso siempre le causó molestia, no le sorprendía el por qué su bruja siempre estuviera en guardia con el tema de su color de piel, en todo caso siempre fue un gusto encargarse de ellos por ella…

-No soy alguien conformista Mimzy querer lo que todos quieren es aburrido- respondió el con un tono serio y su sonrisa tenía una puntiaguda molestia, el súcubo capto que lo había molestado y siguió prefiriendo dejar el tema, pero tomando nota de ello…

-B-bien, ¿y el cabello como lo prefieres? - dijo a lo que él sonrió ahora con tranquilidad de nuevo, su garra golpeo su barbilla.

-Cabello largo hasta la cintura, lacio y castaño, no claro, oscuro pero brillante- respondió rápidamente recordándola perfectamente… ¡oh! cómo le gustaba tocar y jugar con su cabello sus manos picaron por ello, en las mañanas cuando estaba alborotado aplacarlo un poco cepillándolo entre sus dedos, cuando compartían un baño lavándolo y masajeando su cabeza ella podría jurar que nunca hacia tales ruidos complacientes, pero él sabía la verdad ella amaba esos masajes que le daba y luego los usaba para molestarla por ello por supuesto…

Mimzy no paso de largo lo rápido que contestaba casi como si estuviera describiendo a alguien y no algo, no paso por alto como su tono y sonrisa se volvían más suave y alegre, bien usaría eso, no sabía a quién estaba tomando el como ejemplo, pero si con eso le daba a ella esa sonrisa y ese tono haría lo que fuera esta era su más grande apuesta y se las jugaría todas…

Su primer intento fue algo raro, pero considerando que estaba basado en tres preguntas no se debía espera mucho…

La estatura era el promedio de una mujer normal, el color de piel decidió arriesgarse no por la piel negra si no por otro tono más claro de las pocas mujeres criollas que conoció y el pelo resulto ser tal y como él lo describió, Alastor miro el resultado y levanto una ceja, su sonrisa no mostraba sus dientes, no era un mal trabajo, pero faltaba mucho por agregar, el color de piel fue contra todas sus dudas correcto, la estatura también y el cabello era bastante cercano, nada mal para un primer intento…

-Nada mal querida-respondió el demonio de la radio a lo que Mimzy sonrió complacida ahora era la segunda ronda, debía de hacer preguntas abiertas como había descubierto haciéndolas él le daría más descripciones y eso era lo que más la ayudaría…

- ¿Entonces qué dices de la figura caramelo? - pregunto primero centrándose en el cuerpo lo mas difícil seria la cara ella lo sabía y eso sería lo último que dejaría, espero a que Alastor hablara y cuando hablo no pudo parar, esa sola pregunta desencadeno muchas, muchas descripciones…

Sabía que Alastor era alguien comunicativo y todo un show en donde estuviera, pero ahora parecía más un escultor describiendo como un aprendiz debía hacer una escultura perfecta, tuvo que poner toda su concentración para estar al día con sus instrucciones y fue una tarea titánica…

-Un poco más de carne en esos huesos querida y redondea un poco más las caderas…-

-Las piernas deben ser de alguien que pueda dar una buena carrera por el bosque…-

-Hombros rectos y ligeramente suaves imagina que eres la dueña del lugar y quieres poner en su lugar a alguien, debe de tener un buen porte…-

-Los brazos deben de tener un aire ligero pero capaz de dar una buena pelea…-

-Las manos finas y delicadas, pero agiles y duras con un gran gancho que pueda noquear a cualquiera…-

La boca de Alastor describía tan abiertamente a la mujer que fuera de su tipo que confundía tanto al súcubo no sabía si quería que tomara más la forma de una reina corta cabezas o una ninfa incluso a un boxeador ¿qué era eso de tener un gancho que pueda noquear a cualquiera? ¡¿Qué tipo de mujeres le gustaban?!

Mientras eso pasaba Alastor se la estaba pasando en grande era cierto mientras el dolor de su pecho latía cada vez más crudo, él era más determinado a querer ver lo que causaba ese dolor, quería ver de nuevo a su bruja no importaba si fuera aun ilusión y era divertido ver al súcubo moldearse a su voluntad, al final si buen era bastante cercano al que él conocía faltaba algo…

Eran esas particularidades físicas que tenía, sus costumbres y ese lenguaje florido que cautivaba a cada hombre con el que cruzaba la mirada maldiciéndolos a seguirla y tratar de conseguir su favor claro nunca lo lograban, pero ese no era el punto faltaba esa esencia que tanto amaba…ese espíritu: rebelde, inquieto, inalcanzable, amoroso y cruel…

Tomare tu corazón por completo, solo cierra los ojos y serás mío y a cambio te daré todo mi amor, solo dame tu corazón y te prometo que nunca más estarás solo…

No necesitas pedir algo que ya te pertenece mi querida bruja…

El recuerdo del momento de su caída fue glorioso, agradable y doloroso… parecía más un trato que una típica confesión de amor para su diversión…

-A-alastor querido… ¿y-y el rostro? - su atención fue al súcubo cansado, pero aun de pie, sonrió no era un mal trabajo era aceptable, ahora eso era lo más complicado nunca tuvo que describir un rostro y menos el de ella, tenía que encontrar las palabras correctas para ello, en ese caso no se podía concentrar mirando el de ella, con un movimiento se levantó y le dio la espalda, Mimzy lo miro confundida pero espero, Alastor se concentró en cada recuerdo que tenía y siendo el un locutor de radio las palabras las tenia de sobra solo tenía que conectar ambos…

Con las manos en la espalda camino frente a ella de un lado a otro como un león enjaulado, cuando comenzó a hablar el súcubo rápidamente se concentró en sus descripciones, cara: rasgos dulces y finos, ojos grandes y ligeramente rasgados, labios rosas suaves y llenos, se concentró todo lo que pudo en las descripciones añadidas al igual que el cuerpo, al final cuando el termino se sentó con los ojos mirando al suelo aun sin verla y ella agotada se dejó caer en la silla pero aun permaneciendo en el aspecto que describió, esto había sido lo más difícil que Mimzy debió de haber hecho en toda su existencia como súcubo…

- ¿Y cómo me veo querido? –

- ¡Oh casi lo olvidaba! y el color de ojos dorado, no amarillos como lo de un gato dorados como un gran lingote de oro pulido- dijo Alastor interrumpiéndola, Mimzy ya cansada solo hizo lo que le dijo, aunque en su mente esa extraña petición fue puesta para pensar en ello más tarde…

Alastor miro el suelo negro y brillante, fue algo difícil, pero sentía que había echo una descripción justa a su esposa, bien eso había sido divertido tenía que felicitar esta vez a Mimzy por mucho tiempo ese juego fue molesto y así como sus coqueteos, aunque al inicio insistentes, fueron bajando de intensidad, solo podía verla como una socia comercial, nada más, sería una molestia cuando se diera cuenta que nunca podría corresponder sus afectos solo por eso le seguía el juego pero ya habían terminado y era hora de irse talvez pasar por el hotel y causar algunos problemas no sonaba mal…

Paso rápidamente su mano por su cabello acomodándolo rápidamente, al voltear a ver a Mimzy para despedirse y terminar ese absurdo juego…

Quien lo miro no fue otra que su amada esposa, se quedó congelado con su sonrisa abierta y ojos abiertos en muda sorpresa, se escuchó el sonido de un disco rayado, su cerebro no podía creer lo que veía, era tal y como la recordaba, sentada frente a él mirándolo no enojada como el siempre espero, si no expectante… ¿está enojada? ¿Por qué no está enojada? ¿Por qué no estaba ya usando su excepcionalmente colorido vocabulario en él? ¿acaso estaba esperando que se disculpara? Si era así no podía pensar en nada lo suficiente bueno para compensar todo el dolor que les causo un: lo siento querida fue un desliz, no funcionaría en todo caso se pondría furiosa, no es como si no la hubiera visto furiosa, pero sería la primera vez que él era el foco de esa ira, generalmente fue lo bastante inteligente para solo enojarla y no enfurecerla…

Eso era la representación misma del delicado hilo entre la vida y la muerte…

Y mientras todo el caos mental de su confusión sucedía en su interior otra parte de él estaba solo…admirándola como hace tanto que no lo hacía, era tan hermosa como el día en que murió, ahora ella no estaba llorando frías lágrimas de tristeza y perdida por él, sintió su pecho ligero, todo este tiempo su corazón había estado congelado y entumecido por el dolor, ahora comenzó a latir de nuevo…

Había pasado tanto tiempo, la miro con verdadera adoración bajo la luz cálida, quería tanto pasar sus garras por su cabello suave, quería desesperadamente abrazarla… volver a sentir su cálida presencia y simplemente enterrar su cara en su hombro para llenarse de su olor a lavanda y lluvia tan único de ella, la necesidad de décadas se volvió rápidamente en un deseo voraz y salvaje, un hambre que no sentía desde que estaba vivo, los recuerdos que enterró tan profundamente en su mente traspasaron su mente claros, penetrantes y nítidos, los recuerdos de su piel contra la suya tan cálida y suave bajo sus manos, sus labios suaves y exigentes sobre los suyos volviéndose un lio mojado y jadeante, la forma en que sus cuerpos se amoldaban en perfecta forma como dos piezas rotas y puntiagudas que por alguna extraña broma del destino encajaban juntos sin lastimarse, la gloriosa sensación de estar dentro de ella combinado con el delicioso dolor de sus uñas y dientes clavándose sin piedad en su hombro y espalda que solo lo incitaban a seguir pero sobre todo sus jadeos de placer, felicidad… su nombre repitiéndose como un dulce mantra hasta el inevitable clímax…

Vamos mi amor, por favor… dámelo todo… quiero poder sentirte tan dentro de mí que no… logre saber dónde comienzas tú y donde termino yo…

Su voz resonó en su cabeza dejando su cuerpo hirviendo, necesitado de tacto amoroso, sintió como sus garras perforaban la mesa y su palma sacando sangre, su control, ahora prendía de un delicado hilo su cuerpo ahora estaba listo para actuar se sentía casi del mismo modo antes de iniciar una pelea sangrienta y aunque en estas ocasiones no tenía ningún problema en sangrar seria satisfactorio, su sonrisa creció amenazante y desgarradora mientras salivaba había aprendido que la saliva servía para muchas cosas agradables y más en la intimidad, moría por probar de nuevo su piel… su sabor siempre fue exquisito, recordó como ella se burlaba de sus tendencias caníbales si miedo o critica alguna…

Me pregunto si cuando haces eso quieres solo saborearme o quieres inconscientemente comerme, dime… ¿alguna vez te has preguntado que sabor tendría mi carne?

No sabía por qué ese tono de burla y coqueteo en su voz lo hacía mucho más incitante, claro que la pregunta si paso varias veces por su cabeza, pero siempre la aplastaba y enterraba en lo más profundo de su retorcida mente para nunca se ejecutada, si era cierto que su hambre de carne humana era tan grande hasta el punto de morir por ello, pero la amaba más de lo que quería probar su carne… además sería un movimiento increíblemente suicida querer atacarla de esa manera y más sin planeación adecuada…

Aparto si mirada de su adorado rostro para ver su cuerpo llevaba un vestido rosa que dejaba al descubierto sus hombros mostrando su pecho dando una imagen de corazón con detalles negros y blancos ¿Por qué está usando rosa? La pregunta lo dejo confundido aclarando un poco su cabeza de delirio, claro que ella se veía maravillosa con cualquier cosa que usara, pero… ¿rosa? Recordaba claramente la opinión de su bruja sobre el color… no lo odiaba ella solo pensaba que el color no le sentaba por lo tanto no tenía ni una sola prenda de ese color tenía desde vestidos amarillos con detalles blancos hasta de un azul oscuro casi negro, pero jamás rosa…

¿Entonces porque está usando su bruja un vestido rosa?


Mimzy miro impresionada al demonio de la radio, por fin… ¡Por fin! ¡Logro que Alastor el temido demonio de la radio sintiera lujuria! No pensaba que estuviera viva o despierta para ver eso, quería reír y bailar… ¡lo había logrado! ¡había funcionado! más tarde tomaría un brindis por su victoria incluso por un momento pensó que debía rendirse con eso cuando el por fin la miro después de su última petición que se quedó literalmente sin habla, el sonido de un disco rayado fue lo último que escucho para después sentir una oleada de hambre y lujuria pura y sin adulterar que ella no recordaba haber sentido nunca algo tan fuerte como eso que literalmente la dejo paralizada como una presa que espera al que el cazador termine su sufrimiento miro esa sonrisa malvada pero que prometía cosas sangrientas la dejo sin aliento, escucho que sus garras trituraban la mesa de madera y el ligero olor a sangre llego a su nariz, pero él estaba quieto estático sus estaciones cambiaban rápidamente sin enfocarse en ninguna parecía que estuviera perdiendo la cordura, su instinto le dijo que esperara a que el hiciera un movimiento si no de lo contrario algo pasaría y no sería bueno, no movió ni un musculo en lo que pareció una eternidad hasta que sus ojos bajaron a su cuerpo que de nuevo se escuchó que las estaciones se detuvieron su mirada mostro confusión…

¿Qué? ¿por qué?

Vio que él estaba mirando no su cuerpo como ella hubiera querido o esperado… si no su vestido, su cabeza se inclinó ligeramente como si estuviera preguntándose algo a lo que no encontraba respuesta, miro si vestido no tenía ni una mancha y estaba perfectamente planchado como súcubo su ropa cambiaba al cuerpo que decidiera y aunque debía admitirlo el cuerpo que tenía ahora le sentaba muy bien se veía sensual sin verse vulgar tenía el equilibrio perfecto y aunque el tono de piel no era de su agrado era lo que él le había pedido, hasta que sintió que la lujuria de Alastor comenzaba a bajar….

¡¿Qué?! ¡No! ¡¿Cómo paso esto?!

Sintió miedo de comenzar a perder lo que había ganado antes de siquiera saborear lo que hace tanto había deseado, no podía dejar que esto terminara sin más, así que reunió todo el coraje que tenía y se acercó lentamente a él un beso… solo eso bastaría el volvería a ese estado de lujuria hambrienta y le daría todo lo que tenía y ella lo tomaría sin duda, lo quería, lo necesitaba, solo un poco, solo un beso…


¿Rosa? ¿Por qué rosa? Era raro que ella cambiara de opinión sobre eso, porque cuando ella tomaba una decisión no había forma humana de convencerla de lo contrario, era extraño, muy extraño…mientras su mente buscaba desesperadamente una respuesta a algo tan simple, su cuerpo lentamente se fue enfriando ahora que la atención era dirigida hacia algo más en su parecer interesante…en resolver el enigma que siempre fue su esposa, ella nunca hacia algo si no era por un motivo, pero… ¿Cuál era? ¿Qué le estaba queriendo decir? El necesitaba obtener la respuesta para esta en sintonía, para poder ayudarla si ella lo necesitaba, para poder estar en el mismo nivel… si no podía hacer si quiera eso... ¿Cómo podría considerar que eran iguales? Era por eso que no podía separarse de ella, ¿Dónde más podría encontrar a alguien que pudiera volverlo loco por un simple vestido rosa?

¿Por qué lo haces tan difícil? ...solo pregúntame y divirtámonos

Claro, sería fácil solo rendirse y preguntarle, pero era humillante no poder resolverlo por sí mismos y unirse a su querida bruja en lo que fuera que estuviera planeando hacer en especial siempre se ponía en ese modo cuando planeaba la caída y posterior muerte de alguien, en momentos como ese compartir su pasatiempo con ella era un deleite si bien le gustaba matar solo, también era enormemente divertido tener todas las posibilidades que solo su bruja podía brindarle, en especial porque siempre se le ocurrían formas retorcidas para atrapar a la pobre alma que a él no se le ocurrían, eso era una de las cosas que más extrañaba, salir a cazar con ella…

Ambos aprendieron uno del otro nuevas técnicas y tácticas, métodos que combinado la planeación meticulosa de su esposa y la creativa captura y posterior tortura de su parte fueron infalibles…

¿Sería malo solo por esta vez rendirse y preguntarle?

La negativa llego como una bofetada a esa idea, porque una vez que preguntara seria el momento en que perdería todo el mérito, las cosas buenas tenían que ganarse de otra forma no sería satisfactorio, ¿acaso no fue así como ambos terminaron enamorados y posteriormente casados?

Se sintió como un niño que tenía frente a él la posibilidad de pasar todo un día incluso días de pura diversión, pero todo eso era imposible sin la respuesta a una pregunta, la ya vieja y familiar sensación de frustración lleno su mente, busco desesperadamente la respuesta porque una vez que esta fuera respondida el plan que su bruja planeaba seria revelado poco a poco cada pieza seria revelada como un rompecabezas y cuando él lo resolviera la gran sensación victoria y de satisfacción llegaría a lo que él solo tendría que preguntarle…

¿Cuándo y dónde cariño?

Y con una hermosa sonrisa de ella rebosante de alegría y emoción, seria así como comenzarían con ese juego de presa y depredador, ya podía sentir la emoción de la cacería y el hambre por el premio que sería parte de su posterior cena… claro su bruja no compartía sus gustos alimenticios, pero igual no le molestaban, se sentía afortunado por tener una compañera que no le importara un comino eso, incluso bromeaban entre ellos por eso, aun recordaba varias bromas que su esposa hacia y aun lo hacían reír a carcajadas su sentido del humor retorcidamente oscuro era simplemente la cereza del pastel…

Mientras su mete vagaba por viejos recuerdos sintió que algo se acercaba a él su aversión por el contacto se activó y salió de sus recuerdos enfocándose en quien tenía la osadía y el deseo de muerte claro como para romper su regla de cinco pies de distancia, al mirar vio a su esposa frente a él acercándose a él de inmediato se relajó y su aversión se esfumo, capto de inmediato lo que ella quería hacer…ah un beso eso era lo que quería, se quedó quieto para el inevitable toque, su hambre volvió a ser presente esta vez solo un toque bastaría y su control se rompería, ella debía saberlo y se divertiría con ello no se quejaría ambos lo harían…

Instintivamente cerros los ojos girando ligeramente su cabeza para acomodarse mejor a sus labios y justo en el momento que estaba listo para ella, un olor llego a él…el olor a alcohol y cigarrillos…

No lavanda y lluvia

Como si fuera una máquina y un mecanismo se hubiera activado de inmediato se alejó, su aversión volvió violentamente de inmediato su mano que estaba aún incrustada en la mesa maltrecha con un movimiento violento tomo al súcubo del hombro y la hizo volver a su asiento como una trampa para osos su agarre fue mortal y doloroso las garras se incrustaron en la carne sacando hilos de sangre, mientras el demonio de la radio volvía a reaccionar, todo volvió a su mete aclarándolo, esta no era su esposa porque si lo fuera lo que estaría viendo en su cara no sería sorpresa y miedo, si no ira y sorpresa además ya le estaría dando un buen golpe en la cara, la conocía como la palma de su mano como para saber cómo reaccionara ella a esto…

Ella no era su bruja

Recordó que esto era un juego para Mimzy para probar que podía hacerlo sentir algo y él le había ayudado a hacerlo…

Esta no era su esposa

Era la primera vez en décadas que sentía genuina vergüenza por haber ayudado en un juego tan vulgar, agradeció que ella no estuviera aquí para ver como no solo lo engañaron si no que el ayudo a ser engañado por una ilusión….

Ella no era Genevieve

En ese momento el dolor en su pecho lo golpeo de lleno como un castigo recordándole la verdad que el por un momento quiso olvidar y ahora estaba pagando el precio, sintió un sabor amargo en la boca, el guardapelo en su pecho se sentía pesado y frio, acepto con gratitud el dolor esto era real y no una mera ilusión, ni una mentira bonita y vacía.

Ella no está aquí

Miro ahora enojado no solo a Mimzy que su ilusión se había ido, estaba enojado por su momento de debilidad, le sonrió de una manera cruel y la sintió temblar, ahora que tenía la cabeza sobre sus hombros de nuevo pensó seriamente en matarla por su atrevimiento a casi besarlo, muchos habían hecho menos y en segundos ya era charcos de carne y sangre en el suelo, pero… no lo haría ella aun le era útil y su trabajo traía ganancias, aunque la consideraba una amiga en este momento ya la había tachado de la lista sin vacilar después de este acto no le podía importar menos ahora, así que tomo todo su control y quito de una rápido movimiento su agarre de ella, miro como los agujeros aun sangraban profundamente él sabía que las heridas causadas por overlords tardaba más en sanar por lo menos tardarían días en cerrarse, bien, con un movimiento la sangre se evaporo, se levantó de su asiento y sacudió su traje.

-Bien, me retiro Mimzy gracias por la bebida y sin más contratiempos me retiro- dijo el sin esperar una respuesta o más bien sin querer escucharla y se retiró sin decir más, dejando al súcubo temblando al borde de las lágrimas sin saber que hizo para merecer tal trato.

Alastor camino casi con prisa hacia el hotel sin querer pensar en lo que acababa de pasar, prefería nunca más mencionarlo o hablar de ello, fue un momento de vergüenza y debilidad que no se perdonaría por lo menos en una década o dos talvez en tres o cuatro y sería una anécdota divertida para el mismo pero por ahora no, por ahora estaba disgustado en extremo disgustado, vio su entorno ya no estaba en su territorio si no en el centro del pentagrama bien, entonces… ¿Por qué no… podría des estresarse un poco?

Miro a un gran grupo de demonios agruparse frente a un escenario vacío, pero lo que él vio en verdad fue un montón de ganado listo para el matadero, ¿Quién mejor que el para ese trabajo que el mismo? ¡Sería un entretenimiento grandioso! ... y una buena forma de desahogo, su sonrisa creció demencialmente, invoco su fiel micrófono dando un golpe firme en el suelo, era hora del show, se conectó con su torre de radio para transmitir a todo el pentagrama tan grandioso espectáculo, camino tranquilamente hacia sus presas.

La emoción de la carnicería aplaco el dolor en su pecho y su vergüenza, ¡ah recordaba bien el consejo de su bruja! ... después de todo no era sano guardarse todo en el pecho a veces era bueno dejarlo todo… salir.

De lo contrario terminaría desgarrándote y matándote por dentro.


!Hola de nuevo! y gracias por pasar a leer mi historia y muchas gracias por los comentarios no saben lo mucho que motiva en fin gracias por llegar hasta aquí y esperen nuevos capítulos próximamente hasta la próxima ;)