Dios está en la Lluvia

La cascada azul ondulaba sobre las almohadas las sábanas, se juntaba y separaban como los ríos del gran océano, a simple vista parecía agua congelada aun así al tocarla era cálida, suave y tan manejable que no es escurría por los dedos al tocarlo, giro el mechón largo de pelo sedoso sobre su garra, enrodándolo como una serpiente, sonreía como un niño jugando con su juguete favorito, el demonio de la radio suspiro amorosamente respirando el olor ligeramente almizclero combinando sus olores y el claro recordatorio de la extenuante actividad que habían hecho por lo que él pudo recordar por bastante tiempo, aunque si era sincero no sabía qué hora o día era y tampoco le importaba podrían haber pasado mil años y el poco le afectaría ahora mismo estaba en el lugar y momento que siempre fantaseo.

Solo que esta vez la fantasía era una realidad…

El suave sonido de la lluvia en la oscuridad del cuarto era una canción de cuna inigualable, combinado con el sonido cambiante que el mismo hacia y la suave respiración de su querida esposa, era otra melodía que era nueva y entrañable, jugo con el mechón de pelo separándolo y volviéndolo a unir, cepillándolo y enrollándolo, había echo esto desde hace horas desde que su amor se durmió, ambos cubiertos por sabanas y almohadas, acostado a su lado, su cabeza descansaba sobre su mano gracias a la altura podía admirarla dormir tranquilamente, realmente era magnifica, ahora que sus grandes alas y sus cuernos ya no estaban, dormía pacíficamente boca abajo abrazando la almohada su cara se hundía ligeramente sobre está dejando ver levemente su rostro tapado por su cabello, le recordó a una escultura de marfil de una diosa griega, su propia diosa personal, río ante el pensamiento aunque no se lo diría por lo menos no ahora, ella aun debía estar sensible por la pérdida de su color de piel.

- ¿Al…estás viéndome dormir? - la voz de su bruja ligeramente ronca lo distrajo de sus pensamientos y sonrió aún más tarareando.

-Tal vez- respondió fingiendo inocencia sin dejar de mirarla y jugar con su cabello.

-Pensé que habíamos superado ese habito- dijo abriendo ligeramente sus ojos apenas se veía un resplandor dorado tapado por su cabello azul, ella sopló el mecho tratando de quitarlo a lo que solo este se levantó y volvió a su lugar, el rio y se lo quito suavemente de su cara acomodándolo detrás de su oreja, ella tarareo en agradecimiento.

-Los viejos hábitos nunca mueren-

-Mmmm… ¿no puedes dormir? ¿Quieres que te de unos de mis venenos para que descanses? – le pregunto levantando ligeramente su cabeza, ah, sus venenos una forma cariñosa de decir remedios, no eran reales o por lo menos los que ella le dio a probar, les dio ese nombre cuando escuchó en una radio novela que daban los fines de semana y ella escuchaba con emoción como una esposa le daba un ¨remedio¨ a su esposo que en realidad era veneno para quedarse con la herencia y así que como modo de broma ella empezó a decirle a sus remedios medicinales que le daba venenos, solo para mantenerlo alerta como decía ella.

-No, no es necesario cariño- respondió masajeando su cabeza para distraerla y convencerla de volver a dormir después de todo ella acababa de morir aun debía de tener por inercia el habito de dormir, aunque ahora no era necesario tal cosa por lo menos no todas las noches y era verdad él no tenía sueño, rara vez dormía, la última vez fue hace un mes y no fueron muchas horas, la única razón por la que no le decía eso era porque sabía que ella como alguien que lo cuidaba y que estudiaba y practicaba medicina no aprobaría.

Tampoco ayudaba que en vida hubiera padecido de insomnio…

-Entonces…shhh, duerme un poco no me hagas levantarme e ir por un somnífero y obligarte a tomarlo, vamos duerme un poco, hazlo por mi ¿sí? – dijo sacando su mano que abrazaba la almohada, la acerco a su cara y cerro sus papados suavemente por él, dejándolo en la oscuridad suspiro y asintió podría intentarlo, no garantizaba que dormiría de verdad, pero podría intentarlo por ella, era increíble que ese truco aun funcionara con él.

En verdad los viejos hábitos nunca mueren…

-Gracias, duerme contigo un poco y si quieres te puedo cantar algo para ayudarte a dormir- dijo ya medio despierta y abrió los ojos mirándola interesado, eso no sonaba mal, le encantaba escucharla cantar y más si él era el único espectador.

-Me gustaría-el respondió y ella asintió sonriéndole.

-Je, bien, déjame pensar…mmm, ¡oh! hace tiempo cuando estaba en Corea pude ver una obra de teatro, había bailarinas y cantantes era como una ópera sobre una leyenda de una deidad, la leyenda de una deificación, al final una mujer y una niña cantaba una canción sobre la rencarnación, ¿te gustaría escucharla? – pregunto suavemente, sintió que sus orejas temblaron realmente sonaba como una buena canción, además ¿deificación? Ojalá hubiera estado con ella para verlo.

-Sí, me encantaría-

-Bien solo déjame traducirla para ti, porque de otro modo no entenderías nada y me gustaría que lo hicieras, pensé en ti cuando la escuché la primera vez- susurró lo último, se levantó y suspiro, pudo sentir su pecho cálido y ligero, susurro un asentimiento, ahora moría por escuchar esa canción.

Tarareo suavemente una tonada dulce y suave, invitándolo a acostarse y taparlo con las sabanas, el obedeció sin quitarle la mirada y la miro realmente ansioso, ahora ella lo miraba desde arriba, una mirada suave, dulce y tranquila, las primeras palabras que salieron de sus labios fueron tan dulces y aun así se sentía melancólicas.

Viajando por nuestros propios caminos,

Saludamos apresuradamente,

Sin despedirnos porque sabíamos,

Que dentro de estos ciclos de renacimiento,

Nos volveríamos a encontrar…

Inconscientemente utilizo algo de su poder para poder grabar su canto, quería poder acompañarla con algo de música, pero no sabía que sería posible usar para poder igualarlo con su voz, supo que no había algo remotamente creado por humanos para hacerlo, era frustrante y fascínate.

Porque sabíamos que el amor de verdad nunca muere,

Bajo un atardecer rojo te vi,

Mientras yo sostenía entre mis manos mis sueños,

Sabía que al final tú me esperarías con una sonrisa…

Ella sonrió mientras cantaba y la imagen de ambos caminando bajo un amanecer rojo resulto como un sueño lejano, ¿cuantas veces lo hicieron en vida? y ahora estaban reunidos de nuevo bajo un cielo rojo, un atardecer eterno, era simbólico, una ironía que solo podría realizarse aquí de nuevo en el lugar del tormento eterno.

El sonido de una voz familiar que te llama te guía hacia adelante,

Que las estrellas de todo el cielo,

Que se elevan y bajan por turnos,

Bendigan a todas las personas sobre las que han brillado...

Ella suavemente paso su mano sobre sus ojos para cerrarlos, se dejó llevar solo para complacerla, llego a una tonada alta que lo hizo temblar sus orejas, puro éxtasis en una sola voz era extraordinario, una maldición y una bendición en una voz, su cuerpo se relajó lentamente como hace tanto que no la hacía, ¿quién lo diría? ¡estaba funcionado! ¡Estaba funcionado!

Con los sueños de tu próxima vida acunados en tus brazos,

Camina hacia un rojo atardecer,

Con la fe de que el amor verdadero nunca morirá,

Porque yo estaré esperándote con una sonrisa…

Agradeció poder quedarse despierto hasta que termino, aun así, escuchó entre sueños un tarareo siguiendo con la canción sin palabras, arrullándolo hasta perderse en la conciencia sintió un toque en su frete suave y cálido.

-Duerme bien amor- fue lo último que escuchó


A la mañana siguiente se despertó fresco y lleno de energía el resultado de una buena noche sin pesadilla alguna ¿quién lo diría?, miro a su lado para ver que su linda bruja aun dormía, bien la dejaría dormir un poco más, peino un poco su cabello y le dio en beso en este, escucho que ella murmuro algo para volver a dormir, el demonio rio por tan adorable respuesta aunque esa fue de las más amables que tuvo cuando su bruja se despertaba de relativo buen humor, nunca fue una persona mañanera, después se levantó sintiendo ahora su cuerpo algo dolido no resulto una sorpresa considerando las extenuantes actividades que hicieron y sabía cuál era la solución: un buen y necesitado baño.

Talvez dejar que su esposa lo provocara tan fácilmente tenía sus consecuencias….

En todo caso él no se arrepentía ni un poco, se sentía verdaderamente satisfecho por primera vez desde que llego aquí, entro al baño dejando la puerta entre abierta solo para dejarle saber a su cariño donde estaba, en caso de que despertara por algún milagro, si eso llegaba pasar aquí de todos los lugares estaba seguro que el infierno colapsaría o por lo menos un circulo o dos, soltó una risa por la broma y se miró en el espejo del baño, la imagen que siempre tenía ahora estaba hecha añicos era todo un lio, su cabello siempre bien arreglado estaba por completo despeinado, mechones de pelo rojo y negro alborotados en todas direcciones, la falta de ropa era evidente sentía su piel y pelaje pegajoso por sudor y otro fluidos, miro su cuello y pecho donde marcas purpuras y rojas lo adornaban justo donde habían estado las marcas de mordidas y disparos que le dieron su fin o por lo menos lo aceleraron, paso sus garras sin tocarlas y ella inevitablemente las vio y les dio un significando diferente ahora, cada vez que las viera pensaría en lo que hicieron y no en su muerte, sintió su cara caliente y no tuvo que ver su reflejo para saber que su cara estaba roja mientras su cola se agitaba alegre.

Estaba seguro que si ella estuviera aquí se reiría y le propondría ponerle otras más, el ruido de un disco rayado sonó y se aclaró la garganta tratando de despejar su mente, el demonio de la radio se sintió de nuevo como un adolescente enamorado alterándose por cada pequeña cosa, tendría de nuevo que aprender a controlarse y más si inevitablemente estarían en público, todo a su tiempo, con un chasquido de su magia la bañera se llenó de agua perfectamente caliente.

Tarareó satisfecho y entro con lentitud dejando que el agua calmara sus molestias, se hundió completamente en el agua y luego salió con el pelo cubriendo su cara lo quito y suspiro aliviado, con una sonrisa relajada se recargo en las paredes de la bañera, sintió el ligero pinchazo de dolor sabiendo que eran los rasguños que le dejo su bruja en su espalda aun no los había revisado pero un poco de agua los adormeció, dejo que su cabeza callera hacia atrás el sonido de un chasquido sonó como si una rama se hubiera roto.

-Un baño por las mañanas y todos tus pesares se irán- recito la palabras de su querida madre le decía ahora entendiendo el significado, tarareo feliz realmente feliz, con un suspiro levanto su cabeza y listo para comenzar su baño, tomo unos de los frascos para lavarse el cabello y vio que en las puntas de sus garras negras estaban manchas de dorado, levanto su ceja extrañado, miro ambas manos y estaban en la mismas condiciones tenia lo que parecía ser pintura dorada en las puntas de sus garras, algo en su mente unió las piezas, eran restos de sangre, la sangre de su esposa, recordó haberla rasguñado anoche…

-Entonces es verdad- susurro sorprendido por descubrir un secreto tan peligroso, había leyendas que decían sobre la sangre de los ángeles era dorada y no roja como los humanos, ni negra como la de los demonios y otros seres infernales, se decía que la sangre de los ángeles era un auténtico tesoro y el más letal de los venenos, una sola gota de esta podría matar incluso a las más poderosa entidad demoniaca en segundos, nunca espero descubrir la verdad y también haber estado tan cerca de una segunda muerte, si la hubiera mordido hubiera sido su fin.

Fue una suerte que incluso en los momentos más pasionales con la necesidad enloquecedora de marcarla no lo hizo…

Rio ante la ironía ahora su esposa era el mayor los peligros para él y al mismo tiempo la droga más adictiva de todas, le sorprendió que sus instintos por más molestos e indeseados que fueran evitaron que la mordiera, algo le gritaba que no lo hiciera y al mismo tiempo algo en su interior quería hacerlo para reclamarla, fue desconcertante que su instintos de demonio y además de ciervo sabían que era peligrosa, debía de huir de ella y la mismo tiempo no quería separarse ni un centímetro, las presencias de los ángeles era de verdad una cosa aterradora, ahora sabia porque tantos demonios débiles eran asesinados en el exterminio, atraídos como moscas por una planta carnívora que internamente temían, hipnotizados por esas auras salvadoras y brillantes que terminaron quemándolos.

-Incluso en esta vida sigue siendo una cazadora en toda regla- el demonio de la radio rio ante la ironía, estaba tan cerca de la muerte y al mismo tiempo de todo aquello que amaba, un paraíso personal que podría acabarlo, debía de hablar de esto con ella, era importante que lo supiera, aunque también se dio cuenta de algo impresiónate, seguramente era el segundo demonio (contando con Lilith) que pudo tener intimidad con un ángel y no morir en el acto, oh, ¡OOOH! ¡La ironía absoluta! ¡La perfecta corrupción! ¡El sacrilegio perfecto!

Tuvo que taparse la boca para evitar soltar una gran carcajada y despertar no solo a su esposa durmiente sino a toda criatura viviente en el pantano, ¿Quién diría que compartiría tantas similitudes con nadie más que la misma reina del infierno? Tuvo que calmarse antes de poder si quiera respirar, una vez más tranquilo suspiro tragándose una carcajada mas, negó chasqueando su lengua juguetonamente, que gran y divina comedia vivía ahora, se quitó una lagrima que amenazaba con salirse de uno de sus ojos y para distraerse comenzó a limpiarse y darse un buen baño, al terminar se secó exhaustivamente, tener un pelaje que repeliera el agua era un sufrimiento más que debía soportar, una de las muchas cosas por las que sus piernas de ciervo estarían mejor con especias y en un horno que en él, aun así, el demonio miro la puerta del baño, estaba realmente agradecido que su esposa no las repudiara, incluso consideraba su cola (su mayor vergüenza) lindo.

Terminó de secarse y mi miro su espalda en el espejo tenia marcas de garras en diferentes partes de su espalda, ya no sangraban y no eran profundas apenas si abrieron la piel dejando líneas finas negras, para su alivio, las heridas causadas por ángeles eran mortales, tardaban días semanas o incluso meses en curarse dependiendo de la herida, por ejemplo la herida de su lengua de la noche anterior si ella no la hubiera curado hubiera tardado días en cerrarse y lo peor de todo no hubiera podido probar bocado, nunca fue herido por un ángel para saberlo exactamente pero había victimas para corroborarlo, talvez su magia podría terminar de curarlo, un aura verde creció en la palma de su mano y la paso por las heridas sintió una quemazón punzante, siseo y de inmediato se detuvo.

Esto no paso cuando ella lo curo…

¿Debía dejar que se curaran solas? ¿o…pedirle a su bruja que lo curara? ¿Era porque la magia demoniaca chocaba contra la suya ahora? por ahora no tenía una respuesta así que decidió dejarlas así después de todo casi no dolían a penas una quemazón, con un movimiento de su mano estuvo vestido en un parpadeo, tarareo complacido, salió del baño donde ella aún seguía dormida sin haberse movido un centímetro, rio y se preparó para despertarla, tatareo una canción y con cuidado masajeo su cabeza cepillando su cabello con sus garras.

-Cariño…dulce corazón, hora de levantarse- dijo lo más suavemente que pudo, la bruja se movió un poco acurrucándose contra la almohada negando a despertase, el demonio de la radio vio la resistencia y siguió intentado divertido.

- ¡Ma sorcière, despierta! ¡Sonríe que un nuevo y brillante día espera! - era clara la mentira cuando el sonido de un trueno se escuchó a lo lejos aun así el sonido de un suspiro y ella levantando su cabeza.

-Mentiroso, bien ya estoy despierta- respondió ella levanto su cara y su pelo cubría toda su cara dejando sobresalir solo su nariz, el rio ante la imagen y le quito el cabello de la cara.

-Sé que, porque estés despierta, no significa que volverás a dormirte en cuanto deje este cuarto- dijo no cayendo en la trampa (ya antes lo hizo) y ella suspiro, abrió sus ojos por fin viéndolo en relativo buen humor.

-Agh, bien, me levanto- respondió levantándose lentamente con pereza, las sabanas cayeron descubriendo su cuerpo desnudo, la bruja bostezo sentándose llevándose su mano a su cuello rascando su nuca, mientras Alastor miro mudo e impresionado su cuerpo… ella…no tenía ni una sola marca, nada ni una herida o cicatriz incluso las marcas que dejo en su cuello y pecho habían desparecido como si nada hubiera pasado anoche, miro sus caderas redondas, nada, los costados estaba inmaculados también ningún daño quedo marcado en su piel, desconcertado parpadeo rápidamente y su cabeza se inclinó se forma antinatural mientras sus ojos se entrecerrados buscando cualquier daño, con el mismo resultado, nada.

¿Por qué?

- ¿Pasa algo Al? - ella le pregunto incluso en su estado adormilado supo que estaba siendo examinada muy detenidamente de inmediato dejo de mirarla y sonrió como si nada pasara.

-Oh… solo creo que debes tomar un baño-dijo lo primero que le vino a la mente y ella levanto su ceja.

- ¿Ooooh tan mal estoy? - pregunto ella en moda de broma a lo que el negó, de hecho, se veía hermosa no hubo momento ni lugar donde no lo fuera.

-Solo creo que dado el historial de nuestra anterior noche te sentaría bien uno-

-Mmmm…buen punto, me siento viscosa en todos lados- ella rio suspirando, él le tendió la mano para ayudarla y ella la tomo como apoyo, se levantó en un movimiento suave y lento.

-Por lo que veo ya estas bañado y cambiado-dijo mirando su apariencia limpia y vestido como siempre a excepción de su saco y guantes su ropa era la misma, el asintió alegre.

-Así es, alguien tiene que estarlo si quería levantarte-

-Buen punto y buen día para ti también, bien, bien se agradece tu sacrificio, ahora si me disculpas señor overlord, voy a tomar un baño- respondió con voz altiva con una sonrisa, dio media vuelta y camino directo hacia el baño.

-Adelante cariño, el agua esta lista-respondió moviendo su mano para llenar la bañera de nuevo con agua caliente.

-Gracias-respondió y saludo con su mano antes de cerrar la puerta, el suspiro y frunció el ceño, otro misterio más que había que resolver, salió de la habitación y esfumo esos pensamientos para después después de todo tenía que preparar el desayuno para ambos, estaba bajando las escaleras bailando y cantando, tarareando la canción que su esposa le había cantado anoche, entro a la cocina justo cuando un borrón oscuro entro debajo de la puerta, era Cheshire, al igual que el tarareaba alegre.

- ¡Miren quien llego! tardaron bastante por lo menos compensaron el tiempo perdido- dijo el demonio de la radio a su sombra que asintió alegre volviendo a fundirse con su cuerpo el cambio le dio un escalofrió y vio como otra sombra entro y tomo forma siendo ahora Nyx, ella lo saludó con eco de risa, le devolvió el saludo y ella siguió su camino escaleras arriba donde estaba su Genevieve tomando un baño y cambiándose.

Entro a la cocina sacando lo necesario para preparar el desayuno mientras ahora los recuerdos de su sombra sobre lo que hizo llego a su mente como imágenes, mostrándole el pantano y todas las cosas divertidas a Nyx, las criaturas que habitaban y debía evitar, para terminar, simplemente jugando entre los árboles y el agua, realmente una divertida sesión de juegos.

Rio al terminar los recuerdos y miro por la ventana, la lluvia aún seguía era tranquila pero como antes no parecía querer detenerse próximamente, que extraño, esto seguramente debía de ser una primicia en las noticias, hablando de noticias, chasque sus dedos y su sombra se elevó.

-Se me olvidaba, trae el periódico del día, debe de haber noticias interesante hoy con esta lluvia- ordeno a su sombra y esta asintió y rápidamente se fue, mientras el sacaba un par de tomates, escuchó unos pies desnudos contra la madera bajar las escaleras, miro la entrada de la cocina para ver a su adorada esposa entrar mientras se trenzaba su cabello, usando un vestido lila que el sabia solía usar cuando planeaba quedarse en casa todo el día o trabajar en su jardín, tenía un cuello cuadrado acentuando su delicado cuello que aún tenían marcas negras como un collar a su alrededor, una cinta más oscura atada debajo de su pecho acentuándolo, las mangas cortas estaban sueltas dándole un aire ligero, ella le sonrió alegremente.

Tan encantadora como siempre…

-Buen día Al- dijo entrando a la concina y dándole un beso rápido en la mejilla, el demonio sintió su mejilla cálida y la toco suavemente se había desacostumbrado tanto a ya no recibir afecto y querer recibirlo continuamente que ahora le resultaba extraño, vio que ella se detuvo y miro por la ventana.

Ella también se dio cuenta de la lluvia que no ah parado…

-Muy buenos días ma sorcière- le respondió dándole un beso en su cien y paso su brazo por su cintura abrazándola.

-Aun llueve, mejor aún, me gustan las mañanas lluviosas en especial cuando sé que no tengo que ir a trabajar con este clima- dijo ella riendo cruzando sus brazos contra el pecho, recargándose e ligeramente contra su costado.

-Coincido contigo- respondió alegre y ella soltó una risa, miro los ingredientes listos que el había sacado para usarlo.

- ¿Entonces preparando el desayuno? ¿te ayudo a prender el horno? –pregunto mirando el horno apagado y asintió.

-Serias un encanto si lo hicieras-

-Bien, voy por un poco de madera- dijo aplaudiendo, abrió la puerta trasera dejando entrar un ligero aire frio, tenían justo bajo un techo a lado de la puerta un montón de madera cortada en troncos para encender el horno, vio que tomo tres y entro de nuevo cerrando la puerta, examino los troncos girando un pedazo en su mano.

-La madera está muy húmeda- dijo y se encogió los hombros, vio que el tronco saco vapor como si se estuviera cocinando, aunque sabía en su lugar que ella le estaba sacando la humedad para que fuera más fácil usarlo, una leña seca significaba un buen fuego, la pequeña puerta del horno se abrió sin que alguien la tocarla y echo el tronco sin vacilar siguió con el otro tronco y el ultimo simplemente al terminar de secarlo con su magia, soplo en un esquina y se prendió un fuego y echo el ultimo tronco junto con los demás y la puerta se cerró en seco.

Se sacudió las manos asintiendo, aun recordaba como en vida cada vez que ella usaba su magia tan fácilmente lo impresionaba, ahora podría hacer lo mismo que ella pero de algún modo cuando ella lo hacía se sentía diferente, aunque tal vez fuera porque una parte de él la admiraba mucho, no solo por su gran manejo de la magia que lo llevo a pedirle ser su maestra si no por otros asuntos, si claro él fue el temido asesino de Nueva Orleans, podía usar con maestría cualquier tipo de cuchillos y otros artefactos punzo cortantes cualquier cosa para acabar con la vida de sus víctimas, por ejemplo un hacha era fácil para cortar huesos y carne…aun así, no podía cortar madera ni aunque su vida (y otra vida) dependiera de ello, aunque nadie lo supiera más que ella no era bueno haciendo ¨tareas de hombres¨ como solían decirles.

En contrario ella era muy buena, con un solo golpe podría partir troncos sin esfuerzo, más de una vez se detenía verla partir la madera para usarla después, encontró que era terriblemente atractiva viéndola usar un hacha con tanta destreza y soltura, aunque descubrió que no solo era su único talento cada vez que algo se rompía ella lo reparaba, las tuberías, un escalón suelto, una silla rota o estantes que chillaban todo lo reparaba ella rápidamente dejándolo mejor que antes incluso dándole un toques más, una parte de él la envidiaba por hacer tantas cosas que se supone él debía saber hacer, ella intento enseñarle y sin embargo todo resultaba en un caos, dejo de intentar aprender cuando un día tratando de cortar madera casi termino decapitándola a ella cuando el hacha se resbalo de sus manos con todo y tronco incluido.

Bien… creo que esto no es para nada lo tuyo, de ahora en adelante yo me encargó de la madera.

Irónicamente resulto ser mas peligroso tratando de cortar madera que persiguiendo a su próxima víctima, más tarde descubrió porque su esposa podría hacer todas esas cosas tan bien, siendo su padre la razón, le conto que antes había trabajado siendo carpintero aunque su sueño era realmente ser boxeador, entrenaba los fines de semana y trabajaba el resto de la semana en la carpintería, de niña a veces la llevaba a su trabajo cuando su madre no podía cuidarla por ella también ir a trabajar y para entretenerla le enseño a hacer carpintería y a cortar madera como hacerlo, además le enseño algo de plomería porque como le decía:

Te ahorras mucho dinero sabiendo arreglarlo que pedirle a alguien que lo haga por ti.

Además de saber por qué ella sabía dar un buen gancho y noquear a cualquiera, realmente estaba agradecido con su suegro por enseñarle tanto a su esposa, aunque estaba el otro lado de la moneda al descubrir un día que ella no podía coser ni siquiera un botón, eso siempre la frustro para diversión de él que nunca mostro si quería seguir vivo.

¡¿Cómo es posible que pueda suturar tejido y piel, pero no pueda con un botón de mierda?!

Recordó verla tratar de verdad manejar un hilo y aguja tratando de coser un botón a su camiseta que se había caído, lo mismo le pasaba con la tela pequeñas roturas que tenían arreglo sin la necesidad de un sastre eran tareas titánica para ella, al final resulto ser que al contrario de ella, su madre le enseño a coser y remendar ropa incluso aunque no lo dijera a nadie hacer bordados, era una tarea relajante en hacerlos cuando era niño con su madre y luego estaba la cocina, también eran lo contrario…no era que su concina fuera mala…era comestible…en el mejor de los casos.

-Listo, ¿ahora que harás? ¿puedo ayudarte o quieres hacerlo solo? – le pregunto sabiendo ella que a veces le gustaba cocinar solo simplemente disfrutándolo, pero esta vez quería su ayuda.

Aunque solo fuera para tenerla lo más cerca posible aún.

Le parecía gracioso habían tenido tanta intimidad anoche que le parecía imposible si no fuera porque ahora eran criaturas sobrenaturales no hubiera sido posible, aun así, quererla junto a él era una necesidad que lo quemaba como lo aliviaba que una vez proba eso nunca querría parar.

-Mmmm…me gustaría un poco de ayuda, ¿te importaría partir la lechuga, el tomate y lo pepinos? -

-Claro, ¿qué planeas cocinar en todo caso? - pregunto siempre curiosa por todo aquello que preparaba, talvez fuera porque ella terminaría comiéndoselo o era por su naturaleza de criatura curiosa.

-Uno de tus favoritos- respondió el simplemente vio como ella frunció el ceño, miro lo ingredientes y luego vio cómo su clara se iluminó.

- ¡No puede ser! ¿es Muffuletta? – dijo adivinando y el asintió contento de que ella adivinara.

-Sí, tengo que volver a ponerte un régimen estricto de alimentación de nuevo así que ¿porque no comenzar con algo fuerte? – le recordó su trato y ella suspiro.

-Eres un ciervo malvado- respondió sonriendo tomando las verduras para lavarlas.

-Lose, pero soy tu ciervo malvado- dijo para molestarla y sonrió aún más cuando funciono.

Ella hizo un tch con su lengua y el rio, comenzaron cocinar en un armónico silencio hasta que el silencio se rompió cuando como costumbre si no hay música hablarían de cualquier cosa.

-Entonces tengo curiosidad habías mencionado que había un overlord que no te agradaba y era un completo bastardo no en tus palabras, pero pude ver claramente que no es tu persona favorita ¿quieres hablar de eso? - pregunto tomándolo con la guardia baja no esperaba a que el inútil de Vox fuera un tema de conversación y menos en un mañana tan agradable, aun así, era típico de ella querer ayudarlo si algo o alguien lo molestaba.

-Cariño… ¿podemos hablar de otra cosa que no sea esa basura parlante? - pregunto decapitando con un fuerte golpe la cabeza del pescado como si fuera una guillotina, ella silbo entendiendo su nivel de desagrado terminado de lavar los tomates que ahora brillaban por el agua.

- ¿Tanto así es el odio?, vaya, vaya, bien, pero sabes que es algo que tendremos que hablar tarde o temprano ¿verdad? No solo de ese overlord, sino de otros overlords- dijo con un tono suave que hizo bajar su enojo, solo un poco.

-Lose, solo…no lo soporto y sé que tú tampoco lo harás, el solo pensamiento de que estés si quiera en el mismo lugar que su desagradable presencia me hace querer arrancarle la cabeza y destrozarla en pedazos por lo menos así por fin cerraría la boca- el desagrado y el enojo por ese patético ser fue grande y más porque él sabía que podía deshacerse de esa basura y no podía, lamentablemente algunos de esa basuras que el hacía llamar programas eran del gusto del mismo Lucifer, fue un burla verdadera en especial cuando lo retaba a un pela y él tenía que contenerse, aunque lo compenso con romperlo un poco valía la pena, aunque…una idea se forma en su cabeza era cruel y brillante era una solución a su problema, en realidad a todos sus problemas y también ¿porque no? a los de su bruja, en palabras del arcángel él no podría matarlo pero nadie dijo que alguien más no lo hiciera, justo a su lado miro a su bruja lavar la lechuga, busco y lo sintió debajo de la imagen de tranquilidad había poder, un poder contenido, caótico, fuerte, oscuro y voraz que podría romper en un chasquido a ese bufón patético, talvez…

Dejar que esa burla de overlord conociera a su encantadora y temperamental bruja no sería una mala idea, el inevitablemente le diría algo que terminaría molestando a su querida esposa y ella por experiencias pasadas sabia no se quedaría callada no aguantaría sus burlas, inevitablemente para la pena de todos menos de el, vería y transmitiría en vivo como su corazón lo destrozaría, no duraría ni una transmisión pero valdría la pena, si bien era una pena no hacerlo con sus propias manos ahora que esa idea se creó en su mente nada le pareció más sublime, perfecto, verla cubierta de sangre negra, mientras que lo fue un cuerpo a penas unido descansaba a sus pies, sus ojos brillantes y fríos como un sol muerto sin pena o arrepentimiento alguno, una expresión vacía y hueca como si haberse desecho de el no significo nada, solo un nombre más en su interminable lista, seria delicioso ver riachuelos negros deslizándose por sus garras que sabía cómo se sentía tenerlas sobre su piel, algo en su pecho se contrajo, eso sonó demasiado bien, por un momento considero que morir por las manos de su esposa sería demasiado bueno para alguien tan patético como Vox.

Una basura como el no merece una muerte tan digna…

Aun así, decidió guardar esa idea para más tarde retomarla y poder idear un plan que la hiciera realidad, una vez que tuviera un plan concreto se lo mencionara a su bruja.

- ¡Ooooh! eso es un 10 completo en la tabla del odio, bien entonces otro tema- una voz alegre y suave lo saco de sus maquinaciones, el asintió agradecido, ahora era momento de tener una verdadera conversación y parecía ser que su bruja tenía muchas historias interesantes que contar, aun así, empezaría con algo inocente.

-Gracias, en todo caso tengo curiosidad sobre algo que mencionaste-

-Mmmm… ¿Qué es? –ella pregunto sin despegar la vista de la lechuga que estaba lavando, los tomates descansaban a un lado secándose para cortarlos mas tarde.

- ¿Cómo es Paris? ¿Es justo como dicen que es la ciudad del amor? – pregunto curioso como alguien que no logro viajar más lejos del su natal Nueva Orleans y sin contar pasar dos semanas de luna de miel en New York para ver el lugar de la infancia de su esposa no podría imaginarse como era viajar al otro continente en un lugar completamente diferente.

-Es…si, en cierto punto si lo es, te hubiera encantado en especial por la noche, la comida también es bastante buena, los museos, Notre Dame los vitrales son una locura, el rio Seine…- le respondió con una mirada brillante y una voz alegre, le explico cada detalle los teatros y las obras que vio en ellos, Palacio de Versalles y su maravillosa arquitectura y sus jardines, lo explicaba como una niña emocionada y extasiada de felicidad, sonrió con ternura solo escucharla así de feliz era suficiente para olvidad cualquier cosa desagradable sus orejas se movían captando cada palabra y sentimiento que las acompañara hasta que ella suspiro.

-Aunque bueno no pude disfrutarlo todo hasta después, unos 10 años después de llegar a Europa- dijo sacando un cuchillo para comenzar a cortarlo todo, el levanto su ceja y la miro confundido.

- ¿Y eso por qué amor? –le pregunto curioso deteniéndose por un momento cuando la felicidad se vaporo de repente.

- ¿Recuerdas que te mencione que extermine a un grupo de cazadores de brujas? -

- ¡Por supuesto! ¿Esa fue la razón? – eso tenía sentido, ella frunció el ceño y tomo un tomate entre sus garras y lo hizo girar.

-Algo así, se hacían llamar Templarios si lose mal nombre, el grupo se formó a partir de la edad media tu sabes quema de brujas y todo eso, desde entonces cazan brujas y les dan un juico que ¡sorpresa!, es una mierda y al final terminaban quemadas o cualquier tipo de muerte dolorosa que se te ocurra en nombre por supuesto dios- comenzó su relato y el rio por supuesto en nombre de dios, que simples palabras pueden desatar tantas calamidades.

- ¡Ha! Por sus puesto que eso siempre salvara tu pútrida alma de estar aquí y la verdad es ¡sorpresa! no es verdad, en fin, continúa querida-

-Bien todo fue en realidad por accidente toparme con un grupo de ellos en camino a mi hotel salve a una bruja de ellos, una de mis hermanas era joven no debía de tener ni 16 años y ellos no solo planeaban amordazarla y llevársela- entendió lo el significado de sus palabras, sintió asco y furia, podía admitir que era un asesino caníbal, le gustaba torturar a su víctimas, pero eso, violar a alguien era lo más bajo que existía, pensar en que en cualquier momento alguna mujer estaba sufriendo de eso era impensable y más porque los dos seres que más amaba eran su madre y su esposa el solo pensamiento de que alguna de ellas pudiera ser víctima de algo tan horrendo le hacía hervir la sangre ningún hombre que se respete jamás haría tales cosas.

Podría ser un monstro, pero incluso el tenia moral para nunca caer tan bajo…

-Asquerosos infelices y conociéndote no lo dejaste ir con una advertencia ¿verdad? – escupió las palabras con furia, aunque incluso si él estaba enojado sabía que su bruja en ese momento su ira no debió de haber tenido límites al verlo, eso le dio un poco de consuelo.

-Oh me conoces bien, efectivamente solo puedo decir que parecieron en la nota roja del día siguiente- dijo cortando el tomate, le jugo rojo mancho las puntas de sus garras, el asintió satisfecho y se preguntó si podría de algún modo conseguir le periódico de ese día solo para ver la primera marca de su bruja en el mundo fuera de nuestro hogar, toda una primicia.

-Maravilloso, ¿entonces es aquí donde comienza la historia? – ahora ansioso por escuchar el resto si esto apenas era el inicio ya quería ver el desenlace, ella asintió sonriendo.

-Sip, me agradeció y me conto que pertenecía aun aquelarre se había separado de ellas, estaba siendo perseguidas por ellos, las habían encontrado y tomaron a varias de sus hermanas y se las habían llevado, ella logro escapar, pero la encontraron-

-Y ellos te encontraron a ti, la ironía-

-Me ahorraron trabajo- suspiro riendo y el rio con ella - en fin, acompañe a la chica de nuevo a su aquelarre y fue ahí donde me contaron toda la historia y… fue espantoso desde hace años mis hermanas han sido perseguidas y cazadas como animales y muchas de ellas no habían echo nada malvado en toda su vida eran practicantes de magia blanca eran buenas nunca molestaron a nadie solo querían vivir en paz y ellos las trataba como menos que humanas- gruño con enojo y un relámpago ilumino el cielo por un momento su silueta se volvió negra dejando sus ojos dorados como círculos de fuego, un escalofrió subió por su espalda mientras una voz en su cabeza le decía: ¡Corre! ¡Peligro! ¡Huye!... Desecho esa voz tan rápido como vino y asintió.

-Mujeres inocentes, torturadas y juzgadas al parecer los tiempos nunca cambian – una verdad cruel pero cierta la historia estaba llena de casos así sin importar el lugar por lo que podía escuchar.

-Sí y fue durante años, no porque no estuviéramos en la maldita edad media significaba que se acabó para ellos, no en su lugar solo actuaba en secreto, tantas mujeres, hermanas, hijas y madres, muertas por sus manos y eso no lo pude tolerar no permitiría que continuaran cazándonos y matándonos por nacer como somos- el sonido de madera siendo apuñalada le hizo mirarla, el cuchillo en su mano ahora estaba encajado en la madera, sus manos formaron puños que temblaban de la ira contenida, la lluvia se volvió torrencial, miro los cambio tanto del clima como de ella, su mente no tardo en juntar los hilo y…en ese momento ella lo miro con una furia fría no era contra el pero aun así eso fue suficiente para mantenerlo congelado en su lugar, por puro control no bajo las orejas en señal de sumisión, aun así el torrente de adrenalina lo dejo delirando hubiera dado lo que fuera por verla cuando descubrió eso y más para saber lo que hizo para solucionarlo, paso su lengua por sus labios y pregunto extasiado.

- ¿Y qué hiciste cariño? –la pregunta rompió la calma y ella le sonrió con un dulce veneno escondido.

-Solo hice lo que ellos hicieron por décadas a mis hermanas, no fue muy difícil saber dónde estaban escondidos esos hijos de puta, fui por ellos al atardecer, en una noche de invierno la nieve se pintó tan hermoso de rojo, ni uno solo sobrevivió, nunca lo esperaron, estaban tan confiados y eso fue lo que los terminó matándolos-

- La confianza mal usada termina matando más que lo venenos-

- Oh, eso suena muy acertado, ¿de dónde lo sacaste? -

-Mi madre siempre me advirtió que jamás debía confiar ciegamente en algo y bueno trate de seguir su consejo-respondió con una sonrisa sincera y cariñosa con la broma oculta de que al parecer seguir ese consejo no fue lo suficiente como para seguir con vida, ella capto la broma y le sonrió asintiendo.

- Tu madre fue una mujer muy sabia-

-Si lo fue… y antes de interrumpirte tan groseramente continua supongo que ese no fue el fin ¿verdad? -

-Oh no, solo fue el comienzo- se aclaró la garganta- cuando todo estuvo echo libere a todas mis hermanas que aún seguían vivas y las lleve de vuelta al aquelarre, se recuperaron de sus heridas, pero eso es algo que nunca olvidas, lo que vi nunca podré olvidarlo y además fue por otro motivo…- evito de nuevo verlo en su lugar miro por la ventana donde la lluvia ahora era más suave como si estuviera a punto de terminar pero la final no lo hizo y dio un suspiro lento y doloroso, eso no presagiaba nada bueno.

- ¿Qué sucedió? –le pregunto suavemente y cuando volvió a mirarlo su mirada era triste brillantes por las lágrimas que parecían querer salir, pero ella se negó a hacerlo.

-Al…cuando eso sucedió no paso ni dos semanas desde que no solo llegue sino también desde que moriste, dolía, todo dolía, la maldición que nos puse, me volvió loca…lo único que me hacía sentir algo fue usar toda la magia que pude para destrozarlos, no matarlos rápido si no destrozarlos, deje que las criaturas que invoque devoraran sus cuerpos y almas, incluso cuando llegue a mi limite seguí… arrasé con todo cuando pude, al volver a mis sentidos recuerdo estar cubierta de sangre y todas la paredes cubiertas con machas rojas gigantescas pero sin cuerpo alguno, todo estaba en silencio nada vivo a mi alrededor y creo que me desmaye porque cuando desperté estaba congelada hasta los huesos en el suelo- soltó una risa dolorosa, volviendo a su tarea de cortar los tomates, sin mirarlo sus labios formaron una línea, el cuchillo volvió a su mano y corto sin detenerse, la mire, en que gran peligro se puso ir ella sola a ese lugar y más en sobrepasar su límite solo una vez vio cuando ella llego al límite, una señal clara era cuando su nariz sangraba y comenzaba a toser sangre, el problema de ella nunca fue porque tuviera un límite de magia que pudiera usar, su magia no tenía limites como si nunca se acabara pero no así su cuerpo, no soportaba usar una gran cantidad de magia continuamente sin descanso, ella le explico que usar magia era como un musculo en cualquier momento sin importar tener magia ilimitada ese musculo terminaría cansándose y sin no parabas se desgarraría.

La imagen de su esposa incluso con toda amenaza eliminada tirada en suelo inconsciente en una fría noche de invierno le lleno el pecho de una culpa dolorosa, porque era su deber cuidarla lo prometió, si él hubiera estado vivo eso no hubiera pasado incluso si ella sobre pasaba sus límites el estaría ahí para evitar que callera y se hiciera más daño.

No estuvo ahí para ayudarla…

No estuvo ahí para evitar que eso le pasara…

-Me recupere en unos días gracias a mis hermanas, pero sabía que lo que había echo tendría consecuencias había iniciado una guerra y debía de actuar rápido, regrese al lugar y descubrí que tenían una biblioteca secreta, aprendí su historia y gracias a unos documentos las ubicaciones de otras bases que tenían esparcidas por todo el mundo, incluso el nombre de sus miembros más importantes, así que decidí tomar el asunto en mis manos como dicen te metes en el hoyo ahora sales por tu cuenta…así que decidí hacerlo…a mi manera por supuesto…- ahora continuaba con su relato más calmada, termino de cortar los vegetales y los acomodo en montones para usarlos más tarde.

-Por ahora como fue un ataque sorpresa no supieron sobre lo que paso varias semanas después ya cuando me había ido por seguridad de mis hermanas, lo cual fue perfecto, era una extraña en esa tierra, nadie sabía de mi existencia y lo usé a mi favor, hice dos ataques sorpresa más, ahora más planificado y supe que debía de dejar que supieran que alguien venia por ellos, recordarles el antiguo miedo por la brujas que moraban en los bosque oscuros y aterrizaban el corazón de los hombres, la figura que los acechaba por las noches, solo deje uno o dos sobrevivientes que luego por las maldiciones que le puse murieron después de dar el mensaje, crearon una leyenda como si no fuera real y solo fuera un monstro imaginario para asustar a los niños antes de dormir, no importo porque les di mi mensaje: estoy aquí y ahora ustedes serán las presas- siguió contando su historia con un tono simple sin emociones le recordó el tono que usaba cuando le enseñaba, todo desde un punto clínico a pesar de la información realmente emociónate.

-Mi historia comenzó con sangre y miedo, bueno el primer nombre que me dieron fue la muerte roja, es una historia graciosa mi primer nombre y no tiene nada que ver con el poema de Poe, en un aquelarre que encontré en mi viaje me dieron cobijo y al saber lo que estaba haciendo me apoyaron, me dieron una capa para protegerme del frio y camuflarme en la nieve, tenía protecciones y bendiciones de todo tipo, sabes por experiencia que nunca debes vestir nada blanco cuando vas a una cacería y bueno al terminar la capa estaba por completo teñida de rojo, no deje que ninguno viera mi rostro pero todos los supervivientes que me vieron solo recordaban mi capa teñida de sangre y me dieron ese nombre- se encogió de hombros y una media sonrisa adorno su rostro.

-Un nombre encantador y adecuado- el demonio le sonrió divertido como podía su bruja contar con tanta falta de emoción algo que si hubiera estado ahí le hubiera llenada de orgullo el corazón, verla aterrorizar a cazadores volviendo a recordarles el por qué debían de temerle a la oscuridad transformándolos en niños aterrados por las noches, cuando se volvieran las presas de criaturas de historias antiguas.

-Gracias, aunque seguí con mis ataque ellos estaba básicamente asustados y paranoicos, preparados para mi llegada inevitable, comenzaron a buscarme para capturarme y matarme, claro eso no funcionaba bien si no sabían a quién buscar sin más descripción que una mujer de capa roja, al interceptar algunos de sus mensajes para saber sus movimientos descubrí hasta qué punto los estaba forzando al límite toda caza de brujas de detuvo para capturarme, lo cual fue un alivio, buscaban desesperados alguna leyenda sobre mí, algunos teorizaron que en realidad era un demonio invocado por una grupo de brujas- ella soltó una risa y el no pudo evitar copiarla ahora viendo en lo que realmente era.

- ¡Ha! Nada más alejado de la realidad-

-Ahora que veo que forma tome lo es, la ironía, pero se complicó durante un tiempo cuando uno logro ver mi rostro por accidente logro escapar, no fue el fin del mundo pero complico un poco las cosas, a este punto mis hermanas corrieron la noticia de mis acciones y a cualquier aquelarre que encontrara fui bienvenida, en cada uno de ellos le fueron agregando más encantamiento a mi capa, para protegerme, todas eran tan amables, curaban mis heridas y me dejaba descansar, claro supongo que eran en agradecimiento por rescatar y vengar a todas las que murieron por ellos, aun así me sentí bien poder ayudarlas a reencontrase, salve a todas las que pude, aunque siento que si hubiera llegado antes hubiera logrado hacer más…- se mordió los labios frustrada mientras sus manos jugaban con el vestido.

La miro con un ligero asombro oculto…a veces se preguntaba: ¿cómo podía existir alguien como ella?, tanto poder, tanta astucia para explotarlo y nada de malicia cruel para usarlo por lo menos no contra ningún inocente, no entendía porque alguien como ella quería tanto ayudar a los demás sin esperar nada a cambio, entendía su sufrimiento y los ayudaba desde las sombras y luego seguía su camino, él nunca podría hacer algo así por un extraño, su empatía y preocupación solo estaba reservadas para un muy selecto grupo de seres y eran en distintas cantidades en el más alto estaban su madre y su esposa, nunca trato, ni sintió apego de ayudar a ningún extraño talvez como todo buen caballero ayudar con una pequeña buena acción pero nada más, de echo era más correcto decir que le gustaba crear discordia y ver el sufrimiento de los demás.

Si el tomara como ejemplo esta situación y ella fuera un completa extraña alentaría crear más la culpa con preguntas y comentarios inocentes como ¿imaginas si hubieras llegado a tiempo? ¿Cuántas se hubieran salvado incluso de ser capturadas si hubieras echo algo antes? ¿Cuántas vidas se perdieron porque no llegaste cuando debías? Las preguntas se amontonaron en su cabeza cada una más cruel que la otra y aun así no tenía ningún deseo de decirlas, todo lo contrario, quería confortarla y aliviar su carga, él sabía que ella hizo mucho más de lo que cualquiera hubiera hecho, siempre lo hacía.

-Lo hiciste, estaban siendo masacradas cariño, detuviste el ciclo, hiciste demasiado por ellas-

-Je, una matriarca me dijo algo parecido, aunque también me advirtió que el camino que estaba tomando era un claro mensaje de suicidio…y sabes ahora que lo pienso talvez lo era…hasta que por fin declare que era inmortal y que no podía morir que todo se me salió de las manos, sabes me concentre tanto de cazar templarios que no estudie la mitología que teníamos la brujas y de las predicciones que teníamos fue realmente vergonzoso…- se tapó la cara y gimió avergonzada.

- ¿Vergonzoso? ¿Por qué? – aun con su cara tapada suspiro y bajo las manos haciendo una mueca no queriendo decirlo, aun así, el tema de que ella hizo todo eso porque buscaba morir se quedó como un tema para sacar después.

-Hay un registro que hace décadas una de nosotras, una vidente pudo ver la llegada de una bruja tan poderosa que podría romper las reglas terrenales, inmortal, que salvaría a nuestras hermanas de la extinción y crearía una época dorada para las brujas de todo el mundo, la llamaron la encarnación de Hécate, la doncella, madre y reina de todas la brujas, la bruja dorada- sus mejillas de sonrojaron y entendió- y también el hecho de que tuviera los ojos dorados no ayudo a disuadirlas de que yo no era ella o me dieran el título, pero al final me lo terminaron dando, creo que fue la fiesta más alocada a la que eh estado, duro días, ahora que los templarios estaban tan concentrados en encontrarme y detuvieron la caza de brujas que literalmente brujas de todo el mundo vieron para celebrar que había una nueva bruja dorada, la verdadera bruja dorada- comenzó a jugar con su trenza no muy cómoda por lo que había dicho, eso era realmente un título muy importante y la ironía de todo era que ella no lo quiso, soltó un risa que se convirtió en un carcajada, las estaciones se combinaron sonando de fondo risas de un público invisible, ella lo miro con la ceja levantada no muy contenta por eso.

- ¿Terminaste ya de burlarte de mí? – pregunto cruzando los brazos sobre su pecho.

-Lo lamento, pero es tan irónico, te dieron un título de leyendas y tu simplemente te avergüenzas de ello cariño a veces eres una cosita tan extraña-

-No es por el título, si no lo que significa tenerlo, me gustaba que antes todas me miraban como iguales como amigas y hermanas y cuando me dieron el dichoso título me veían como si fuera una santa, me trataban como si fuera de la realeza siento que no merezco tal trato, me pregunto si mis antecesoras pasaron por lo mismo-

- ¿Hubo más de una bruja dorada? -

-Si…bueno, dado que hace mucho que fue la predicción se decidió que cada bruja que fuera poderosa, o que hubiera hecho un descubrimiento importante en la magia se le daría el título hasta que murieran… era como equivalente a el premio nobel, o algo así, lo que hace aún más vergonzoso, no sentía que era un título que mereciera, simplemente estaba haciendo esto porque me enojaba el trato que recibían mis hermanas era todo, nunca quise nada a cambio, además el título era pesado… muy pesado- asintió en compresión un título fuera bueno o malo llevaba un responsabilidad y un carga, el mismo como overlord las tenía y a veces había que hacer cosas que no eran necesariamente agradables en su caso tener que hacer juntas anules con los demás overlord para analizar sus situaciones y hacer tratos comerciales entre ellos no era algo que le gustara y más por la presencia de ciertos indeseables en ella.

- ¿Por qué? ¿acaso… estabas obligada a hacer cosas que no querías? –le pregunto y ella abrió sus ojos negando.

- ¡No! …bueno talvez un poco, es solo que bueno las brujas no tenemos una reina o gobernante como tal somos libres, aun así, al darme le título me dieron mucho poder, a donde fuera mi palabra era la ley todas me obedecían sin pesarlo, porque confiaba ciegamente en mí, no quería esa responsabilidad, no soy perfecta si bien hago mis planes con cuidado y tomando todos los factores en cuenta, necesitaba de alguien que me diga que talvez el camino que estoy tomando no es el correcto que alguien no tenga miedo de detenerme, supongo que ahora que lo veo bien siempre supiste como frenarme cuando me estaba yendo por la borda- respondió y le dio una sonrisa cálida que hizo que su pecho se llenara de orgullo y asintió tarareando.

-No fue una tarea fácil, pero logre hacerlo y más cuando te ponías terca en ello-

-Si bueno talvez me ponía un poquito intensa cuando planeo algo-

- ¡Claro! solo un poco, la fábrica de algodón no dice lo mismo-

- ¡Eso fue un accidente!, fue un daño colateral que aún no se realmente como paso eso-

El sabia y se llevó el secreto la tumba y ahora también en la muerte, era mejor que ella siguiera pensando que fue un accidente a que supiera la verdad.

-En fin… entonces retomando tu historia cariño ¿Qué sucedió después? -

-Oh si, bueno no hay mucho más que contar seguí con la tarea de exterminar templario y sus bases destruyendo su historia, riquezas y todo aquello que pudiera, al final cuando el trabajo estuvo echo pude relajarme realmente, decidí volver al inicio y conocer realmente los lugares a los que viaje y gracias mis hermanas pude aprender más artes mágicas de todo el mundo y bueno realmente durante unos años decidí descansar y tener una vida normal durante un tiempo, oh también pude realmente hacer un doctorado en medicina y poder se llamada de verdad doctora tuve un título en físico y todo eso- se encogió los hombros restándole importancia a lo que la miro extasiado.

¡Por fin! fue reconocida por lo que era, todos aquellos a quienes ella trato la consideraba una doctora aun así esos hombre arrogantes que tenían tal título no lo hicieron, no importo cuanto sabia o cuanto pacientes curo y trato, ni importo cuántas vidas salvo nunca fue reconocida como algo más que una buena ayudante, no le sorprendió que ella decidiera hacer de forma clandestina su trabajo, nuca hubo ni un solo doctor que hiciera lo que ella podía lograr, combinando la magia y la medicina logro hacer más de lo que la medicina por sí sola no podía, aun recordaba cuantos pacientes estaba al borde le muerte y ella los curaba, a veces el la ayudo cuando tenía un paciente realmente en un estado delicado, siempre le sorprendió como trataba con tanta amabilidad y cuidado a cada paciente que llegaba a ella, nadie merecía más ese título que ella, se lo había ganado incluso sin un papel que lo presumiera.

- ¡Oh! ¡Felicidades cariño! ya era hora de que te reconocieran como la doctora que eras- exclamo con orgullo y tomo sus manos olvidando lo demás, ella le sonrió reflejando su felicidad.

Ahora si tan solo pudieran restregarles en la cara a esos hombres su título sería perfecto…

Seguro algunos terminaron aquí podría apostarlo…

-Si bueno pude sacar el título en la época de los 70 con un nombre falso y todo eso aun así no se sintió bien ser llamada y reconocida como doctora, saque un doctorado como unas 4 veces después de todo con el paso del tiempo y los avances médicos era necesario actualizarme, tu sabes para hacer la espera más…productiva hasta poder morir, ¿qué más? me cambiaba de nombre y departamento cada pocos años, hubo una época en la que viví en solitario en una cabaña en el bosque, mmm…realmente hice más cosas pero siento que solo buscaba ocupar mi tiempo hasta poder morir, a veces sentía que la espera nunca terminaría- soltó un suspiro de alivio y puso su frente contra la del demonio.

-Y ahora estas aquí, ¿valió la pena la espera? – le pregunto entrelazando sus manos.

-Sin duda y también volví a Nueva Orleans y bueno las cosas cambiaron, pero sigue siendo lo mismo aún sigue siendo nuestro hogar, además eres toda una celebridad hay arriba, aún siguen hablando de ti- eso lo tomo por sorpresa en realidad no había pensado en la fama que debió tener en vida cuando lo descubrieron y no es como si no pudiera averiguarlo era solo que una vez que ya estás muerto la vida anterior ya no tiene importancia era cosa pasada que no podía ser cambiada aun así esa noticia lo tomo por sorpresa.

- ¿De verdad? – ella asintió esperando su reacción.

-Sip y talvez se deba a que como nunca encontraron tu cuerpo todos piensan que huiste a otro lugar y nunca te atraparon- dijo dándole un guiño y las piezas se juntaron, si la policía nunca lo atrapo, si nunca encontraron un cuerpo para el resto del mundo solo había una respuesta: se salió con la suya, huyo y vivió en algún otro lado escondido y murió sin enfrentar un castigo por sus acciones.

- ¡HA! ¡¿De verdad?!, ¡Esplendido! aunque sea todo mentira me gusta que al final tuve la última risa- se volvió una leyenda que nunca se olvidaría, soltó una risotada, hizo girar a su corazón rápidamente y la apretó contra su costado con su mano firme en su cadera, levantó su mano y formo un puño, sentía la victoria por un trabajo bien hecho, aunque no pudo ver sus frutos saber que incluso el tiempo no pudo borrar la marca que dejo.

-En el infierno… pero es algo-puntualizo riendo.

- ¡Exacto!, gracias ma sorcière – deposito un beso en su cien, aunque para que eso sucediera fue el magnífico trabajo de su bruja dejando un último toque para dejar su vida en el misterio y a todo público le gustan los misterios en especial los que nunca se resuelven.

-Por nada, ahora amor volvamos a cocinar que siento que desde hace siglos que no pruebo una Muffuletta como dios manda o bueno… ¿contaran las hamburguesas de pescado y camarón? Porque es lo más cercano que eh comido que se le parezca- ella soltó una risa y el frunció el ceño confundido.

- ¿Qué es una hamburguesa? -


Inusual

Si el demonio de la radio pudiera describir la escena dentro de su hogar seria inusual, en realidad siempre lo fue, tener un bruja como compañera era parte del encanto al ver cosas que se movían sin ser tocadas, que la música del a radio cobrara vida en cualquier momento, ver le fuego de la chimenea encenderse y apagarse por arte de magia, él se acostumbró, incluso se volvió algo familiar y querido, ahora si el mismo pudiera verse desde afuera vería lo ma inusual de todo, un ángel y un demonio desayunado y tomándose de las manos riendo y hablando compartiendo historias y anécdotas, ambos hambrientos por conocer lo que el otro había hecho en ausencia, le recordó un poco a cuando estaba vivos y talvez de una manera no muy romántica buscaba conocerse el uno al otro.

-Entonces yo le dije: si crees que ahí está la próstata ni quiero imaginar donde crees que esta el corazón-

La risa del demonio de la radio resonó acompañado de risas enlatadas.

- ¡Ja! Tan gracioso, me imagino todas las bromas que se puede hacer cuando se tiene un cuerpo abierto frete a ti- ella lo miro y negó.

-Él no estaba bromeando, él lo decía enserio-

Oh

- ¿Y… él se graduó? -

-Sip estaba lado mío cuando nos dieron el diploma-

-Oh-

-Si-

Al final cuando el desayuno había concluido exitosamente, después de limpiar y ordenar la cocina se movieron a la sala donde un sillón negó de dos plazas los esperaba, la chimenea estaba encendida y música suave acompañaba, mientras seguían hablando, habían hecho té y café mientras hablaban y Alastor discretamente hacia aparecer pequeños bocadillos que le ofrecía a su bruja y ella los comía sin pensarlo, si hubiera podido hacer una sonrisa malvada sin que ella sospecha algo lo hubiera hecho, tener pequeños bocadillos que consistían en galletas y emparedados de mermeladas entre comidas era lo adecuado y más cuando sabia los hábitos poco saludables de su esposa al olvidarse de comer, debía de volver a ponerla en un régimen de comidas estrictas de nuevo y nada funcionaba mejor que bocadillos pequeños y fáciles de comer.

-Y fue una sorpresa, no solo es overlord que no odio también es toda una dama encantadora y una buena amiga…-

- ¿Espera dijiste amiga? –ella exclamó sorprendida dejando caer el bocadillo que estaba punto de comer.

- ¿Si? – respondió no muy seguro de su reacción.

- ¡Oh por dios! ¡¿Tienes una amiga?! ¡No me lo creo! ¡Oh! tienes que presentármela ¿Cómo se llama? ¿Es linda? muero por conocerla a puesto que podemos intercambiar tantas historias sobre ti- dijo jadeando tan…emocionada lo tomo de sus hombros y su cara quedo a centímetros de la suya.

- Si y su nombre es Rosie y sí creo que le encantaría conocerte le eh hablado mucho de ti y si es una dama encantadora dirige un emporio de moda todo aquel con un nombre tiene por lo menos una prenda de ropa confeccionada por ella sus confecciones y joyería son únicas incluso la realeza le hace pedidos-respondió rápidamente al interrogatorio y ella lo soltó lanzando un grito de alegría la miro sorprendido y sumamente confundido.

- ¡Oh! también me encantaría conocerla, es un alivio que por fin tengas alguien a quien consideres un amigo- volvió a tranquilizarse, tenía una sonrisa grande aun alegre, radiante, aunque no estaba de acuerdo con lo último.

-Eso no es verdad eres mi primera amiga-

-Si lo sé y luego fui tu pareja y después tu esposa, sí, pero bueno desde que te conozco nunca has tenido a alguien a quien consideraras un amigo, incluso tus compañeros de trabajo que veías básicamente los cinco días de la semana los llamabas solo compañeros o inútiles, es bueno ver que alguien te cuido cuando no estaba, quita un peso de encima eso ¡uf! debo agradecerle a la mujer podría darle un regalo ¿qué le gusta? -

- Le gustan las sales de baño aromáticas y ese no es el punto, nunca me molesto no tener amigos tú y mi madre fueron las únicas conexiones importantes que me importan no necesitaba más-

-Lose, si bien es importante, también es bueno tener ese tipo de conexión de amistad sin romance de por medio que alguien que se preocupe por ti y te cuide las espaldas y que tú quieras cuidarle las espaldas sin sentir que le debes algo, además es alguien con quien puedas hablar y confiar y estoy feliz de que tengas a alguien así-

Inclino su cabeza con un sonrisa suave en su rostro, su cabello azul ahora suelto callo sobre su hombro y levanto su mano acunando suavemente su mejilla, por un momento la imagen de su madre la remplazo, fue en un momento igual a este cuando su madre le prometió que cuando fuera adulto conocería alguien especial con quien querría compartir su vida, era un niño pero desde entonces supo que no necesitaba a nadie más que a su madre, irónicamente para años después las palabras de su madre se hicieran reales ahora las palabras de su esposa también se volvieron realidad tenía una conexión amistosa con alguien, tenía un amiga en la que podía confiar al final.

-Supongo que tienes razón-

-Bien, me alegra escucharlo ya quiero conocer a Rosie debe de tener tantas historias divertidas de ti- dijo con una sonrisa malvada, sudo frio, el entendió el significado de esa sonrisa, el primer pensamiento que le paso por la cabeza fue hablar con Rosie primero antes de que se conocieran.

- ¡Ja! si eso no va a pasar- exclamo tomando un sorbo de café, ella soltó una risa seca.

-Sígueme retando Al mientras más me dicen que no haga algo, más ganas me dan de hacerlo- canto tomando el bocadillo olvidado y recostándose en su lado del sillón sonriéndole.

El día en que llegara eso sería un dolor de cabeza en especial porque sabía que Rosie tampoco podría mantener su boca cerrada, el día en que esas dos se conocieran, se lo comerían vivo.


Era una costumbre que de algún modo u otro ambos siempre volverían a la cocina cuando fuera la hora de volver a llenar sus estómagos en caso del demonio de la radio siempre tenía hambre era su tormento por sus pecados el nunca poder llenarse no importa cuánto comiera, con el tiempo aprendió a controlar su hambre hasta el punto de ignorarla, no desaparecía, pero no estorba en su rutina como en sus primeros días en el infierno.

Ahora para su sorpresa era su esposa quien cocinaba, le había dicho que quería cocinarle algo para variar y mostrarle lo que aprendió, le pregunto si quería ayuda a lo que ella se negó, así que en su lugar la rondaba como un tiburón a su presa al no tener nada más que hacer.

-Reamente huele bien cariño-

-Gracias, lo aprendí de la vecina que tenía cuando estuve en Italia una señora maravillosa, me enseñó a cocinar mejor o por lo menos para que me alimentara decentemente, oh pasta carbonatada, diablos no se cuantos kilos de pasta comí durante el tiempo que me quede ahí, pero sin arrepentimientos-

-Por lo menos sé que en algún momento te alimentaste bien- ella río negando.

- ¡Oh hombre de poca fe!, bien, bien, ve a ver qué haces en lugar de vigilarme y te llamo cuando esto esté listo-

-Hemos estado separados por décadas ¿y ahora me pides que me vaya? –exclamo dramáticamente fingiendo dolor con la mano en su pecho, ella lo miro sin emoción alguna y con el cucharon que estaba usando para revolver la pasta apunto hacia la sala.

-Sí, ahora fuera de la cocina- el gruño levemente no queriendo separarse de ella, pero respetaba que le diera después de tanto una comida preparada por ella y lo acepto.

-Tienes 10 minutos y volveré-

-20 y te rasco las orejas mientras te canto- dijo haciendo una propuesta que no pudo rechazar.

-Bien-acepto con un gruñido cruzando los brazos contra su pecho.

- ¡Trato echo! ahora saca tu linda cola de la cocina- dijo alegre mientras lo tomo de los hombros lo hizo dar media vuelta y lo empujó hacia la salida, al escuchar de nuevo que su cola era linda no puedo evitar sentirse avergonzado.

- ¡No es linda! – grito plantado sus talones en el suelo de madera deteniendo su avance y ella rio negando, soltándolo y volviendo a su trabajo.

- ¡Si lo es! – ella canto alegre y realmente él sabía que si continuaba esa pelea no ganaría y se resignó.

Salió de la cocina sintiendo que ya quería volver a entrar, hasta que un tirón en sus pies lo hizo mirar al suelo, acompañado de un ligero escalofrió, su sombra había vuelto y muy tarde, no se había dado cuenta había estado tan concentrado en ella que no noto cuando su sombra tardo demasiado en ir por el periódico de la mañana, miro el suelo con el ceño fruncido en una pregunta muda a Cheshire, la respuesta que recibió fue en su mente, solo una palabra, pero fue suficiente para alertarlo.

Desastre.

¿Desastre? Miro justo en la puerta justo en el suelo había un montón de papel mojado, se acercó y con su magia lo hizo volver a su estado normal y seco, eran dos periódicos, miro las fechas y parpadeó confundido, dos días, habían estado dos días encerrado, no uno, dos.

¿Cómo era posible? ...la realización le llego de golpe gracias las nubes negras no era posible saber si era de día o de noche, si eso era verdad habían roto por mucho su marca, sintió su rostro caliente habían tenido mucha, mucha, intimidad, miro el primer periódico con una gran fotografía de un cielo negro y lluvia pesada, leyó el título:

¡Lluvia de Mierda!

En grandes letras grandes y negras, de inmediato siguió leyendo viendo las imágenes de calles que ahora eran ríos salvajes llevándose todo a su paso, basura, automóviles y demonios, leyó rápido viendo que los residentes del pentagrama estaba confundidos por la lluvia interminable que caía sobre ellos y no parecía tener fin y después de muchas, muchas, palabras coloridas, se preguntan ¿de dónde venía tal lluvia y cuando pararía?, las calles ahora eran ríos mortales y toda actividad había cesado por ella.

Entonces no solo la lluvia se había limitado al pantano y su hogar, se extendió por todo el pentagrama…

Una tormenta interminable, rápidamente desecho y el periódico y tomo el otro, ahora la imagen era aún peor, la lluvia se extendía ahora a los círculos del infierno, transformándose según el circulo, lloviendo fuego, hielo, un tifón incontrolable, mientras más leía todo se ponía cada vez peor, ahora la tormenta estaba en el sexto circulo y no había señales de que fuera parar, si seguía así llegaría al noveno circulo cubriendo por completo le infierno.

Y solo hay un factor en común…

Y estaba en la cocina tranquilamente cocinando mientras todo el infierno se ahogaba en su lluvia, todo encajaba en el momento en que llego se desato la lluvia, sus emociones se reflejaban en ella, ¡las heridas!, su magia estaba descontrolada, eso explicaba todo, en otro momento se reiría por la ironía, pero ahora que esto involucraba los círculos del infierno y por consecuente no solo a los reyes y nobleza si no también la mismo Lucifer, eso sería un grave problema, supongo que el espectáculo se salió de control.

Es hora de hablar…

Tomo ambos periódicos y entren en la cocina, escucho que tarareaba una canción alegre, se detuvo al verlo entrar la cocina y seguro no habían pasado ni cinco minutos, adiós sus mimos y canciones, pero esto era más importante y de vital importancia de echo.

-Corazón tenemos que hablar- dijo entrando la cocina con el tono de voz más suave y tranquila que pudo, ella lo miro primero alegre y luego de escucharlo preocupada.

-Mmmm…oh… ¿sucedió algo Al? –pregunto dejando de lado la comida.

-Sí, lamentablemente es un asunto muy, muy, problemático- con los periódicos aun en su espalda ella sintió comprendiendo ya atenta.

-Oh, bien adelante entonces, dispara-

-Tienes que ver esto primero- saco los periódicos de su espalda y se los dio, ella los miro sorprendida tomándolos.

- ¡Oh! hay periódicos en el infierno, curioso-dijo alegre mirando la primera plana.

-Y sin filtro, lindo y…wow, Al ¿acaso es así el clima aquí? –leyendo rápidamente las columnas.

-No, no lo es- respondió tranquilo solo unos segundos antes del desastre.

- ¿Entonces esto es nuevo y como me vinculo a esto? – pregunto leyendo el otro ya descubriendo que no le mencionaría algo si no fuera un problema para ambos o alguno de ellos fuera el problema, si no era el entonces por consecuente era ella.

-Cariño la lluvia comenzó justo cuando llegaste y no ha parado desde entonces- miro como su rostro mostro sorpresa, pero permaneció tranquila.

-Sigue-

-Eh visto que la lluvia refleja tus emociones, las heridas que… te cause durante nuestro encuentro intimo se curaron la mañana siguiente sin cicatriz alguna- abrió sus ojos cuando supo exactamente la situación en la que se encontraba.

Sin más miro afuera y luego salió rápidamente de la cocina, la puerta se abrió y salió, quedándose en la seguridad del pórtico de la lluvia, miro las nubes negras como si la viera por primera vez, miro los periódicos y lo dejo caer al suelo, volteó a verlo y el demonio asintió, la bruja levanto su mano y un aura purpura brillo como fuego, abrió su mano y lentamente la cerro formando un puño y la maravilla ocurrió ante sus ojos, la lluvia comenzó a calmarse hasta detenerse las nubes seguían ahí al igual que los relámpagos, ella jadeo asombrada mirando el cielo ahora ni una sola gota cayo, salió del pórtico y camino por el suelo mojado, el la quiso seguir pero ella lo detuvo y negó, con su puño aun cerrado concentrado su magia en detenerse a sí misma, espero como ella pidió en el pórtico ansioso, no lo mostro pero sentía esa presión en el pecho de que algo saldría mal, vio como ella abrió su puño y la lluvia volvió empapándola y lo miro haciendo una mueca de dolor.

- ¡Estoy ocasionando todo esto! -grito por encima de la lluvia y el asintió.

- ¡Si al parecer! -respondió y vio cómo su vestido se empapo pegándose a su piel, su cabello ahora realmente parecía agua combinándose con las gotas de lluvia que caía y se fundía con él, paso su mano por su cabello claramente molesta, vio que apretó sus dientes y un grito enojado se combinó con un relámpago.

- ¡PUTA MADRE! -


-Lluvia de mierda- susurró Ángel mientras miraba por una de las ventanas del hotel, Val va a sacar su mierda por esto, desde hace dos días todo la ciudad estaba desértica nadie salía por miedo ser llevado por las corrientes de agua agresivas y claro si no hay clientes no hay dinero si nadie sale nadie puede ir trabajar y si nadie trabajan significa cero ganancias para Val y eso debía tener furioso a la polilla y no solo ese problema había ocasionada esta jodida lluvia, no, la electricidad fallaba y volvía sin sentido, el wifi se había caído y lo peor de todo estaba atrapado aquí sin poder hacer nada.

Y para empeorar esta mierda aún más sin drogas ni sexo ahora estaba realmente en el puto infierno.

Sabía que solo sería cuestión de tiempo para que Val se hartara y lo mandara a llamar sin importar el riesgo de que se lo llevara la corriente mientras llegara para grabar en los pocos momentos que tenían electricidad y sin importar cuantas cosas salieran mal y no importa cuan bien hiciera su trabajo Valentino se desquitaría con él, ya podía sentir los moretes y heridas incluso su culo palpito y no de buena manera, tembló ligeramente.

La araña se recargo contra la pared tapizada mirando con furia la lluvia como si eso fuera a hacer que se detuviera, a su lado su cerdito Fat Nuggets se froto contra su pierna tratando de llamar su atención, Ángel lo miro y suspiro dándole una sonrisa cargo a su cerdito y le dio unas palmadas en su cabeza con cuernos, se animó un poco, pero como todo no fue suficiente.

Rogaba porque esta lluvia terminara lo antes posible…

Abajo en la recepción del hotel la princesa del infierno, su novia Vaggie, Husk y Niffty estaba jugando cartas para pasar el tiempo a pesar de que la princesa no tenía ni idea de lo que estaba haciendo se divertía, aunque se sentía rara, desde que comenzó la lluvia había sentido algo extraño, sabía que esta lluvia no era normal pero también se sentía casi familiar no sabía por qué o si esto solo era resultado de una de las bromas de su padre que hacia cada cierto tiempo para divertirse no era la primera vez que hacia esas cosas pero esto no sonaba como él.

Quiso llamarle para saber si él era la cusa de eso, pero la señal estaba muerta así que decidió simplemente disfrutar de los días lluvioso pasando tiempo con Vaggie y sus amigos.

-Cariño tu turno- la voz de su novia la saco de trance y sonrió miro sus cartas no muy segura de que hacer y en ese momento un grito resonó en el hotel acompañado del sonido de tacones eso solo podía ser…

- ¡Ángel no corras en los pasillos! - grito Vaggie al verlo correr rápidamente hacia la puerta.

- ¡Perras miren afuera!, ¡Miren afuera! - grito aun con su cerdo en brazos.

De una patada abrió las puertas y afuera la lluvia se había detenido, las nubes aun seguían tapando el cielo rojo pero la lluvia había parado, todos se levantaron y miraron le cielo asombrados.

-Se detuvo-susurró Charlie saliendo afuera del hotel, Ángel dio un grito de júbilo ya planeando irse rápido para compra un poco de droga la próxima máquina expendedora no estaba lejos.

-Aún hay nubes- dijo Vaggie desde la puerta desconfiada de salir.

-Y relámpagos- continuo Niffty a su lado mirando el cielo sonriendo a su lado Husk miro el cielo con fastidio, odiaba la lluvia en especial lo relámpagos tanto estúpido ruido, aun así, era extraño todo era extraño, primero Alastor no había puesto un pie en el hotel desde que comenzó la tormenta, si hacia memoria el predijo que algo pasaría, ¿ese hijo de puta sabía lo que pasaría?

Seguramente él ya sabía que pasaba y de seguro estaba sentado frente alguna chimenea riéndose mientras leía las noticias, siempre se regodeo del sufrimiento de los demás ese bastardo ruidoso, tomo un trago de la botella.

-Muy bien si me disculpan iré por…-antes de que Ángel terminara la frase gotas comenzaron caer del cielo de nuevo torrencialmente, en sus brazos Fat Nuggets chillo emocionado, le gustaban los baños y jugar en el agua, mientras Ángel sentía que se moriría de nuevo grito un par de palabras en italiano que seguro no eran cumplidos y se metió de nuevo al hotel dando taconazos y ahora más enojado porque estaba mojado tardaría horas en secarse menuda mierda.

Mientras tanto Charlie aún seguía afuera empapándose, mirando fascinada la lluvia, se sentía como un baño, olía bien y era refrescante, soltó una risa y giro, comenzando a bailar bajo la lluvia y saltando en los charcos que se formaba rápidamente, se sentía bien, la lluvia se sentía bien como si la limpiara, la dejaba ligera y feliz, comenzó a cantar sintiéndose como una niña de nuevo, nunca jugo en la lluvia su padre nunca se lo permitió, pero ahora lamentó todo lo que se perdió y sonrió.

- ¡Charlie vuelve te estas empapando toda! - grito Vaggie preocupada.

- ¡Vaggie ven, la lluvia se siente bien! - grito de vuelta dando giros y riendo, la risa clara y genuina enternecía Vaggie mirándola como si fuera un ángel bailando bajo la lluvia era hermosa, tan pura y radiante, nunca confió de las cosas hermosas generalmente estas no estaba atadas a nada bueno… a excepción de claro de Charlie, suspiro y negó entro de nuevo al hotel y saco su paraguas blanco y gris, lo abrió y salió a la lluvia por su novia, la vio dar un salto y salpicó un poco de agua, cuando la vio y se calmó la puso debajo del paraguas, la mirada tan brillante de Charlie siempre la dejaba sin palabras.

-Es increíble Vaggie ¿así es la lluvia arriba? – le pregunto siempre tan curiosa por la vida que antes tuvo y el mundo que ella nunca pudo experimentar y aun así quería conocer.

-Si lo es, ven vamos adentro a secarte y te prepararé chocolate caliente-le sonrió dulcemente y tomo su mano fresca y mojada guiándola de nuevo al hotel.

- ¡Oh! pongámosle malvaviscos-aplaudió Charlie antes la idea y Vaggie sonrío asintiendo.

-Claro, todos lo que quieras-


La lluvia por fin había llegado al último circulo, en un balcón dentro de un gran castillo estaba el rey del infierno Lucifer mirando con una sonrisa las nubes negras que cubrían el cielo, su mirada no parecía mostrar ninguna emoción a solo estaba en silencio tranquilo y esperando, el viento trajo consigo un brisa fresca, el arcángel lo supo de inmediato esta lluvia no era normal, no pertenecía a este mundo, le recordó al lugar del cual fue desterrado, un relámpago iluminó el cielo y las gotas cayeron formando una sinfonía antigua, frunció ligeramente el ceño y con su garra atrapo una gota esta quedo suspendida, miro la gota de agua pura y cristalina, sin más la metió en su boca y se sintió fresca, limpia y tenía un sabor único que pudo reconocer que ningún humano o demonio conocería: el sabor de luz de estrellas y caos…pero había algo más… un sabor oculto que le recordó a…

-Lucy te estaba buscando- una voz dulce y suave como la miel sobre panqueques o como la mantequilla derretida, si tuviera corazón hubiera latido a los compases de esa voz, la reconocería donde fuera y las palabras que fueran pronunciadas serían sus órdenes, giro su cabeza rápidamente como un búho con una gran sonrisa para ver a su esposa, la primera mujer, la más hermosa creación que hubiera pisado la tierra, el cielo y por supuesto el infierno, su reina y esposa Lilith.

-Mi Lily ¿Qué haces aquí mi dulce manzana? – pregunto girando todo su cuerpo y acercándose a ella para tomar sus manos entre las suyas tan delicadas y finas, ella le sonrió dándole un beso en la frente.

-Mi concierto se canceló de echo todos lo hicieron hasta nuevo aviso por la lluvia y así que decidí venir- explico mirando la lluvia aun tomados de las manos, el rio alegre.

-Oh, vaya que pena- dijo con fingida pena sonriéndole aún más y ella puso los ojos en blanco y rio suavemente.

-Lucy eres un mal mentiroso- dijo negando con la cabeza sonriendo ante la mentira blanca de su esposo.

-No soy un mal mentiroso, eso solo que no puedo mentirte- respondió encogiéndose los hombros y recargándose en el costado de su esposa, su perfume natural de granadas y flores era relajante.

-Lose y por eso te amo-respondió la reina amorosamente pasando su brazo por los hombros de su pequeño ángel y masajeando su cuello si él fuera un gato ya estaría ronroneando.

- ¿Esta lluvia… de donde es? –le preguntó después de un momento de paz y él se encogió los hombros como si no fuera la gran cosa, aunque supiera los estragos que esta tormenta estaba causando, como lo supuso ella, él no era el responsable de este clima, cada cierto tiempo creaba algún caos en su reino para divertirse, miro la lluvia…bueno por lo menos era mejor que los tonados de fuego de la otra vez.

-Aun no lo sé con seguridad, pero sé que tenemos un invitado- tatareo masajeando su barbilla y eso alerto la reina…un invitado, entonces tampoco tenía que ver con los otros reyes o alguien de la realeza demoniaca.

-Oh, entonces no es ninguno de esos niños llorones- respondió entendiendo, riéndose por como su esposa se refería a los gobernantes de los círculos y el a su lado asintió mientras hacía girar su bastón coronado con la misma manzana que llevo al pecado la humanidad.

- ¡Ja!, no todos intentaron frenar la lluvia en sus respectivos círculos y ninguno tuvo el poder para hacerlo y cuando no lo lograron vinieron a quejarse por ello- su voz sonó cansada y hastiada hundiéndose mas contra su esposa, tan suave y cálida, por lo menos una cosa buena de esto era que ella ahora estaba con él y no tendría que esperar meses para verla de nuevo.

- ¿Y en que resulto eso? – le pregunto curiosa masajeando ahora su hombro para reconfortarlo y como un niño malcriado suspiro satisfecho.

-En qué pensaría una solución, hasta entonces todos están quejándose, pero sin poder salir de sus reinos, en pocas palabras tengo vacaciones-remato con una sonrisa traviesa, la reina lo vio y soltó una risa genuina.

-Ja, ja, ja, Lucy supongo que ahora somos dos-

-En efecto ya las necesitábamos-

-Es verdad- coincidió con él, miro la lluvia, la reina alzo su mano con elegancia y delicadeza, su mano se empapo, giro su muñeca tomando un poco de agua en la palma de su mano, cuando acerco su mano de vuelta ahora a sus labios ella tomo un sorbo y abrió ligeramente sus ojos en sorpresa y felicidad, le recordó a un antiguo lugar, donde esta lluvia era una bendición, le recordó al Edén del que fue expulsada.

- ¿Te gusta? - le pregunto su pequeño ángel y ella asintió sonriendo con nostalgia, miro al cielo recodando.

-Siempre me gusto la lluvia, en especial esta te hacía buscar refugio, muchas veces gracias a esta lluvia podía esconderme y poder estar sola, porque…aunque fuera por unas horas era libre- dijo con cierta tristeza, mirando al cielo recordando, Lucifer siseó con disgusto por todo lo que tuvo que pasar su reina, maldijo a ese patético motón de tierra, el nunca mereció a su Lily, tratando de controlarla todo el tiempo a ¡ella! un ser libre y salvaje, lo mismo por lo que fue expulsada por no querer está más controlada por alguien más que ni siquiera la veía como una igual.

-Y también me recordó a cuando nos conocimos- dijo sacándolo de su hirviente ira, como un soplo de aire, le sonreía dulcemente, ¡oh! talvez su reina no pudiera saborear lo mismo que él, pero pudo sentirlo y relacionarlo, el orgullo lleno su pecho y el recordó de su primer encuentro lleno su mente.

-Me recordó la cielo oscuro y lleno de estrellas donde te conocí- susurro acercando su hermoso rostro al de él, mientras la mano que masajeo su hombro ahora acariciaba su rostro.

- Cuando éramos inocentes y también… nuestro primer beso- la voz suave de la reina del infierno los llevo al pasado, al lugar donde nunca más podrían ir, cuando eran ingenuos y confiados, aunque dulces e inocentes, donde se enamoraron por primera vez y ese amor nunca murió después de todo el dolor y castigo, aún seguían juntos, incluso aunque ese mismo amor fue lo que los hizo caer.

- ¡Lily!... basta querida… me haces… sonrojar- tartamudeó tímido y avergonzado el rey del infierno ahora su piel blanca era tan roja como sus mejillas, Lilith río al ver a su pequeño ángel tan tímido y avergonzado, no pudo evitar compáralo con su hija que también al estar nerviosa y tímida actuaba de la miasma manera de seguro era hija de su padre.

- ¡Como una linda manzana acaramelada! – exclamo riendo por tan adorable respuesta tomado con sus dos manos las mejillas redondas y rojas, masajeándolas en círculos suaves, una risa contenida salía de su esposo, sonriendo contento de todo corazón, por un momento Lilith sintió pena por no poder ver las alas de su pequeña estrella de la mañana, había echo esto antes y sabía que si sus alas estuvieran fuera se agitarían como las de un colibrí rápidas y alegres elevándolo, era una pena en su lugar beso su frente y fue respondida cuando el beso la punta de su nariz, sonriendo amorosamente volvieron a su posición inicial.

Aun ambos riendo como niños mirando la lluvia caer, la reina con un poco de magia invoco una copa de cristal y oro blanco, la saco a la lluvia y vio como las gotas la llenaron hasta la mitad y volvió a tomar un poco del agua, realmente era buena, refrescante y limpia sentía que le llenaba de vida, este tipo de agua seria perfecta para tomar un respiro entre sus conciertos y tuvo una idea, un chasqueo sus dedos y un diablillo llego de inmediato.

- ¿Si su alteza? -

-Quiero que tomen toda el agua que puedan de esta lluvia y guárdela- ordeno tranquilamente agitando el agua en su copa como si fuera vino.

-De inmediato su majestad- así como vino el diablillo se fue, lucifer a su lado miro como su Lily tomaba pequeños sorbos del agua y la volvía a llenar, levanto su ceja curioso.

- ¿Encontraste una nueva bebida favorita? –pregunto viendo como ella termino su segunda copa y volvió a llenarla, ella le sonrió girando sus ojos tímidamente, era un regalo extraño verla así, nunca decía que le gustaba y que no, para que nadie más que el pudiera explotar eso, pero el sabia cuando algo le gustaba como ahora.

-Creo que sí, un regalo así no se desperdicia, no importa de quien sea o con qué propósito, se debe aprovechar lo bueno de todo-dijo girando la copa mientras la acunaba entre sus manos, miro el agua recordando que había dejando su investigación a medias.

-Mmmm…es cierto- asintió de acuerdo con ella.

- ¿Puedo? –pregunto señalando con su mirada la copa y ella sintió.

-Adelante-le dio la copa y tomo un trago ahora con más de una gota, los sabores explotaron en su boca como un pequeño big bang, gracias a eso supo cuál era el sabor que no pudo descifrar la primera vez, un sabor familiar y que hace tanto no sentía, oh

¡Ah! ahora lo sabía cuál era el último sabor que falto descifrar: el sabor del primer rayo del sol al amanecer, la luz en la eterna oscuridad, cálida esperanza, era divinidad… con un ligero toque de lavanda, eso era nuevo, ahora sabía quién era el responsable, sonrió ante la sorpresa.

-Entonces ya que estamos libres pensaba en tener un tiempo a solas no crees Lucy querido- dijo su esposa con una voz ahumada quitándole su sombrero de copa y masajeando su cabello dorado con ternura, se olvidó de todo y tarareó feliz, habían estado mese separados y ya sabía lo que quería hacer.

- ¡Es verdad! podemos ver novelas y comer pay de manzana juntos en el sofá- dijo emocionado con estrellas en sus ojos, Lilith se quedó quieta y parpadeo sorprendida para después suspirar derrotada con una sonrisa, a veces se le olvidaba que a pesar de todo su Lucy a veces podía ser muy inocente, pero la oferta no era mala, talvez más tarde podrían tener una noche de calidad muy necesitada.

-Tenía en mente otra cosa, pero claro, vamos a ponernos cómodos-respondió lista para ponerse algo cómodo acurrucarse con su esposo con una manta mientras el devoraba sus pays de manzana favoritos mirando sus telenovelas, eran pocos los momentos que tenían así desde que se volvieron monarcas y no los cambiaría por nada en el universo.


Diez minutos después de algunos percances y un cambio de ropa con un chasquido de magia, su bruja estaba de nuevo adentro de la casa a salvo de su lluvia, remplazando su ropa mojada por ahora un camisón y su bata mas cómodas, mientras que estaba con la cabeza contra la mesa de la cocina maldiciendo.

-La jodi, realmente la jodi- susurro frustrada, el demonio de la radio trato de no reírse por la situación apreciaba tener la cabeza en su cuerpo muchas gracias, en su lugar invoco una toalla esponjosa y camino hasta ponerse detrás de ella, se la puso sobre la cabeza y comenzó a secar su pelo aun mojado.

- ¡La jodi en grande! ¡Puta madre! ¡Esto no era parte del plan!, se supone que me quedaría aquí hasta que me aclimatara sin llamar la atención de nadie… ¡pero no! tenía que auto sabotearme, mi propia magia me jodio, no me pasaba esto desde que tenía 16, mierda…- levantó su cabeza aun desahogándose mientras él le secaba el pelo, tarareo en un asentimiento.

-Bueno ya no se puede deshacer, lo echo esta echo cariño, solo queda adaptare- respondió masajeando y secando tratando de calmarla.

-Ugh, lose-ella masajeó su frente con la palma de su mano y suspirando irritada.

-Entonces hasta ahora que sabes esto… aunque me sorprende que no te dieras cuenta de lo que estabas ocasionando inconscientemente- termino su trabajo y la tolla mojada despareció, ahora se sentó frete a ella apoyando sus brazos en la mesa y entrelazo sus manos.

-Ya somos dos sorprendidos, créeme, desde que llegue sentí…mi magia extraña, pero no sentí algo más que me dijera que estaba usando magia sin pensarlo- ahora paso una mano por su pelo y este desapareció como un pez en el agua, talvez debió de secar un poco más su pelo, desecho esa detracción y se concentró en el problema frente a ellos.

-Mmmm… ¿nunca te sentiste cansada? ¿O alguna incomodidad? – pregunto realmente preocupado no noto incomodidad o dolor en ella, no se veía decaída, nada le decía que estaba usando todo ese poder.

-No, nada que me alertara de mi fuga de magia por lo menos, menuda situación, Alastor se sinceró ¿qué tan grave es esto? – su tono serio y pesado sus ojos fríamente calculadores lo miraron esperando la respuesta y el suspiro pasando una mano por su barbilla.

-Es una buena pregunta, recuento de daños, veamos: primero esta lluvia seguro esta frenado los negocios de todos los overlord del pentagrama y no deben estar nada contentos, segundo estas técnicamente invadiendo los círculos infernales y a sus gobernantes no les gusta nada eso, como si entraras a su casa sin ser invitada y destrozando el lugar y por ultimo aún no sabemos si Lucifer se está tomando esto con gracia o está también igual de enojado por eso, me atrevo a decir que es más lo primero que lo segundo porque si no fuera así el ya estará aquí buscándote- enumero con sus dedos y ella gimió dejándose caer de nuevo sobre la mesa, esta vez dejo salir una risa.

- ¡Hay dios!, excelente, jodidamente excelente- se levantó de nuevo de la mesa tapándose la cara con sus manos.

-Aunque no todo está perdido mon ange du chaos (mi ángel del caos) porque aún no saben quién esta ocasionado esto, aún tienes tu anonimato contigo cariño y eso por ahora es una ventaja que se bebe aprovechar- eso llamo su atención y ella asintió en silencio ya encerrándose en su mente y planeando el siguiente movimiento.

-Cierto, debo detener esto lo más rápido posible, mientras aun estén en caos, debo encontrar la forma de volver a tener todo mi poder en control- sus dedos traquetearon contra la mesa haciendo un tack, tack con sus garras, seguramente ya ideado cientos de formas de poder hacerlo, pero él tenía otros planes.

-Talvez no tan inmediatamente- interrumpió sus pensamientos y ella levanto su ceja curiosa.

- ¿Qué tienes en mente Al? –le pregunto viendo la sonrisa planificado y malvada que su esposo tenia.

-Si puedo opinar- se aclaró la garganta después de todo solo tenía una oportunidad para convencerla- deja que la lluvia siga, deja que esta tormenta mantenga a todos atrapados por lo menos unos días, una semana cuando mucho, la tormenta llego de repente y cuando se vaya de igual modo, todos estarán tan ocupados y ansiosos por volver a retomar sus vidas que nadie se preguntara el ¿por qué y el quien?, además eso te dará tiempo para solucionar el problema-

-Una semana- dijo mirando la ventana y luego a él, asintió tarareando, realmente no le importaba si todo el inferno se ahogaba, lo que quería era una excusa para quedarse aquí encerrado con ella, tenerla solo para el sin que nade interfiriera, aun no estaba dispuesto a soltarla, aunque tener un plan que cumpliera su capricho y fuera una solución al problema fue brillante.

-Cuando mucho, a no ser… que quieras mantener a todos indefinidamente sufriendo encerrados, como prisioneros y además debo felicitarte estás haciendo un espectáculo más grande del que yo hice al llegar ¡Ja! -

-Si…una semana será, dios, tengo entonces trabajo que hacer, tengo que…- respondió ella aceptando su plan y ahora sabía lo que pasaría se levantaría e iría rápidamente a su estudio y se encerraría durante horas olvidándose de todo, no en su guardia…

-Primero debes comer y luego investigar, después de todo aun tienes cinco grandiosos días por delante- dijo con un tono de voz duro, ella lo miro y luego ver su cara de confusión fue adorable.

- ¿Cinco? –dijo cuándo las cuentas en su mente fallaron, el rio e hizo aparecer los periódicos frente a ella y con su garra le señalo las fechas.

- ¡Ah sí!... olvide mencionar que fueron más de una noche de intimidad lo que tuvimos, nos perdimos dos días en nuestra euforia, mon coeur- exclamo ahora divertido por la reacción de su bruja.

- ¡¿Qué?! –tomo los periódicos y reviso las fechas, se sonrojo para al final soltar una risa.

- ¡Oh!, oh, yo…vaya es…interesante…supongo que con esto rompimos nuestra marca por mucho- tapo su rostro dejando solo sus ojos al descubierto su mirada era feliz y traviesa.

-Si pensé lo mismo, deberíamos celebrar, pero primero debemos comer y luego podrás hacer lo que quieras querida ya sea tomar una copa conmigo o…buscar como detener tu tormentoso problema- ahora estaba negociando con ella, miro sus garras dejando que su oferta fuera escuchada, debía de hacer todo lo posible por distraerla no dudaba de que encontraría la solución al problema en un día o dos y eso no debía permitirlo, la retrasaría todo lo que pudiera.

- ¡Oh ciervo malo!, deja de tentarme si no fueras ya un demonio te diría que eres uno-exclamo divertida bajando los periódicos de su cara dejándolos caer sobre la mesa.

- ¡El demonio de la radio cariño el único y sin igual! – dijo con argullo inflando su pecho.

- ¿Demonio de la radio? –pregunto curiosa ladeando adorablemente su cabeza como un pájaro.

-Si es el nombre que me pusieron después de mi espectáculo- le explico y ella sintió comprendiendo, suspiro y se levantó mirándolo desde arriba con una sonrisa que prometía problemas y él amaba esa sonrisa.

-Te queda, entonces… demonio de la radio que más podrías ofrecerme para olvidar mi problema e irme contigo a tomar unas copas- pregunto jugando con su cabello enrolándolo en su garra, recargo su cara en su hombro su cabello cubrió ligeramente su rostro dándole un aire inocente como una pintura antigua y aun así su sonrisa decía todo lo contrario, estaba jugando con él.

- ¡Oh, oh, oh!, ma sorcière, la pregunta aquí es… ¿que desea tu corazón que pudiera darte y atarte conmigo por toda la eternidad? – se levantó suavemente con movimiento elegante ahora que sabía estaba siendo examinado y él estaba ansioso por darle lo que quería, se acercó a ella y trazo su mejilla con su garra y ella ni siquiera se inmuto, nada de miedo o intimidación eso lo puso eufórico, quería jugar también.

Ella suspiro y se encogió lo hombros sin dar una respuesta, chica lista, nunca le digas aun demonio lo que quieres o él podría ponerlo en tu contra, era una fortuna que él no fuera un demonio de un solo truco, había otras formas de convencerla o por lo menos distraerla, río oscuramente, en ese caso…

La tomo de un movimiento rápido de la cintura no dejaría que tocara el suelo y ella lo sabía, tanta confianza y la dejo colgando mientras le sonreía divertido por este juego, ella rio dejándole hacer lo que quisiera, cuanto poder embriagador, no pudo resistirse y chasqueo sus dedos, la radio se sintonizo en una tonada y la cocina se trasformó en un escenario de teatro antiguo, ella miro con una sonrisa sorprendida el escenario, esto hora de show privado solo para ella…

Tengo un juego que quisiera mostrarte,

Si te digo mi nombre,

Tendrás que jugar conmigo,

He estado aquí por años esperando mi tiempo,

Esperando y llorando,

Hasta poder encontrarte…

La puso de nuevo de pie y bailo a su alrededor susurrando a sus espaldas, promesas dulces, desapareció entre las sombras y apareciendo cuando ella volteaba para verlo, riendo con su espalda tocando su pecho la tomo de las muñecas haciéndola girar y transformando su cómodo camisón y bata en un vestido rojo, de satín, las mangas abombadas y el escote en v mostrando su cuello y clavículas, acentuaba su hermosa figura cuando la falda larga se abrió como una flor con cada movimiento, hermosa, perfecta, un ser divino que ahora bailaba entre sus garras.

Un ángel que le pertenecía a él y solo a él …

Firma sobre la línea,

Y podremos ser amigos,

Estaré aquí contigo hasta que el mundo acabe,

Disfruta de los juguetes que te daré…

- ¡Después de todo solo vives una vez! –exclamo mostrándole uno de los contratos estándares que tenía para cualquiera que desea darle su alma, ella miro el papel que flotaba frente a ella y rio, negó sonriente, sin trato, entonces ¿qué tal un soborno?, le mostro joyas y dinero, fama y amor todo aquellos que los mortales deseaban incluso después de la muerte, ella volvió a negar sin una palabra, por supuesto que sí, nada de eso le importaba o por lo menos uno de ellos ya lo tenía de el mismo.

Y serás mía el día en que mueras,

Tendré mi pago,

Tu alma en eterna esclavitud,

¿Adivinaste nuestro arreglo oscuro?

Un adorable entretenimiento…

Le susurró una advertencia y más promesas, cuando sus sobornos no funcionaron, la hizo girar y volver a sus brazos un baile que deseo fuera eterno bajo los reflectores ella brillaba etérea y aun así alcanzable, era lo más cercano que jamás estaría del cielo y después de todo ¿para que ir a un lugar tan aburrido?, aquí ya tenía todo lo que quería y todo lo que deseo.

Los oscuros deseos que has tendido,

Porque puedes apostar a que los mereces,

No pienses en quien estas lastimando,

Porque así es como yo coqueteo…

Le dio un giño a lo que ella negó riendo, nada la tentaba, que frustración y diversión tratar de ganarse algo tan valioso, entonces si el deseo no funcionaba el miedo seguía lo siguiente en el menú.

Ven a mi mundo,

Mírame un momento,

Soy la pesadilla del lado oscuro de la luna,

Soy tu primer y último recurso,

Así que llámame,

Cuando necesites una mano,

Juega mal tus cartas y te veré muy pronto…

La luz se volvió oscuridad dejando que los colores neón brillaran, la distorsión y su verdadera y aterradora forma aun así tratando de tenerla con el miedo, la luz dorada de sus ojos estaba tranquila, en la oscuridad su pelo brillo como un arrecife tranquilo, en lugar de quedarse quieta y congelada del miedo ella simplemente levanto su ceja haciendo una pregunta: ¿es todo lo que tienes?, ¡el descaro absoluto!, desde que llego nadie más lo había tratado así y… ¡era una maravilla!

Ahora, si el miedo no funcionada… ¿Qué más daba?, una palabras audaces y mordaces disfrazadas de amabilidad podrían interesarla.

Lo lamento,

No quería alarmarte,

Si me pides que me quede lo hare encantado,

Tienes una vida tan pequeña y acogedora,

¿Cómo sobrevives?

- ¡Desearía saberlo! – dejándose llevar, ahora que las luces cubrían la oscuridad volvían a brillar, ella suspiro encogiéndose los hombros negándose a dar una respuesta, entrecerró los ojos, su silencio era tanto un insulto como un reto, aun así, le gustaba un reto un secreto que ella se negaba a decirle.

Pero tienes un adorable pequeño secreto,

¿Estas cansada de sentirte horriblemente pequeña?,

Así que…

La hizo dar giros como una bailarina, sin resistencia se dejó guiar, como una marioneta siendo el quien movía sus hilos y aun así no podía hacerla hablar, vamos cariño solo una palabra no te dañará, dime lo que quieres y será tuyo.

Llámame linda bruja escarlata,

Para hacer un trato,

Porque estas hambrienta por miradas,

¡Quieres ser vista!,

Delicias terrenales que sientes necesitar,

Tu apetito será llenado…

-Seré tu dulce demonio de la radio- declaro dulcemente con un último giro tomando su manos y acicalando su cabeza contra la suya, cuando se dio cuenta de que sus instintos estaba tomando control, agito su cabeza aclarado sus intenciones, convencerla, distraerla, poner piedras en su camino para evitar que llegara a su meta, entonces… ¿Por qué sentía que él no estaba ganando?, intento todo en su libro y no estaba funcionando, tentarla no funciona tanto como la intimidación y una idea le vino a la cabeza, una epifanía, entonces… ¿Por qué no distraerla con divertidos juegos?

Un placer jugar,

Como lo disfrute,

Pero basta con decir que,

Cuando juego yo no pierdo…

Un juego combinado con un reto siempre la ponía de humor, la diversión una droga que ella no podría resistir como un dulce a una linda niña, eso la hizo levantar su ceja ahora curiosa, un brillo de espíritu competitivo brillo en esos ojos, el oro ahora liquido de sus ojos por la emoción la expectativa de la diversión.

¡Fue todo un gas!,

Estoy relámete divertido,

Ten un pensamiento oscuro,

Y estaré a tu lado,

Un susurro casual,

Solo para guiarte…

Ahora que sabía lo que tenía que hacer será tan fácil, ahora que tenía la respuesta, bailo con ella ahora sin prisa, la marioneta volvió la vida volviendo a ser su esposa, ella soltó una risa negando, siguiéndole el paso.

Miraras por encima de tu hombro,

Y me voy,

Así que recuerda esta canción,

¡Y te digo Adieu!

Cuando la última palabra fue dicha, con un chasquido volvieron a estar en la cocina y su lindo vestido desaprecio volviendo a ser lo que era antes fue, un suspiro combinado con una risa sonó.

-Bien, no era necesario el musical, pero fue divertido, aquí va el trato comemos y luego nos tomaremos un momento afuera en el pórtico y beberemos un poco ¿queda tequila? – pregunto y el asintió contento de tener la victoria, con un movimiento de sus garras una botella llena apareció en su mano y ella asintió silbando, tomo la botella viéndola y girándola.

-Toda una botella- dijo complacido porque su plan estuviera funcionando, podría hacer aparecer mas no habría limites, por un segundo recordó que no hace unos días él estaba bebiendo exactamente lo mismo, solo, en su aniversario lamentado no poder estar con ella y ahora…ella estaba aquí, ¿Quién diría que esa noche sería la última vez que bebería solo?, lo giros que daba la vida no dejaban de sorprenderlo.

-Entonces tenemos un trato, te daría la mano, pero como ya has dicho no quiero quedarme sin alma- se separó con una sonrisa y dejo con cuidado la botella sobre la mesa para usarla después,

-Compresible- respondió y se encogió los hombros.

-Bueno ya que estas aquí supongo que podrías ayudarme a terminar la comida- dijo suspirando como si se rindiera y eso lo hizo soltar una risa.

-Pensé que nunca me lo pedirías-exclamo con orgullo y ella giro sus ojos negando.

-Eres tan dramático- dijo y sin más le dio las instrucciones para terminar lo que ella empezó y terminarían ahora juntos, cuantas dulces ironías, lo único que necesita era mantenerla así: distraída tanto como fuera posible, planea disfrutar esos cinco días al máximo y algo tan trivial como su esposa salvando al infierno de ahogarse no sería un obstáculo, por lo menos si él podía evitarlo.


Buen eso es todo por este mes gracias por leer, ahora la trama va a tomar mas rapidez o a menos eso espero, preguntas, comentarios o correciones son bien recibidas entonces nos vemos hasta la próxima ;)

La canción usada esta ve

Alastor's Game- The Living Tombstone

Aunque la modifique un poco para que encajara con el capitulo.