No hay Lugar como el Hogar
Tan acogedor, el calor de otro ser junto al suyo como un sol que lo tranquilizaba dejando su mente flotando en la oscuridad de un sueño tranquilo sin pesadillas, pero también sin sueños, generalmente él no era de los que tenían sueños y si tuvo alguno no lo recuerda, pero aquí se siente lejos de todo y todos por un momento se imaginó dentro de una madriguera de conejo debajo de un campo de lavanda con el leve olor de lluvia que se filtraba de la tierra.
Abrió sus ojos en la oscuridad cubierto por completo por cobijas gracias las muchas que tenían bloqueaban cualquier luz como un capullo, el demonio de la radio sintió algo en su pecho a penas un toque, miro hacia abajo sin querer moverse aun su cuerpo demasiado cómodo para hacerlo, una vista azul lo recibió le recordó al mar en la noche, tranquiló y sereno, recordó haber hecho todo lo que le prometió a su esposa y algo más para al final ambos terminaron durmiendo solo para: "refrescarse" como dijo ella.
Pareciera que cayó en la trampa y terminaron durmiendo una siesta que no sabía que necesitaba, no lo lamentaba si era sincero, cerró los ojos de nuevo queriendo dormir un poco más, pero por más que quiso ya no pudo a lo cual envidio a quienes tenían el don de simplemente dormir cuando ellos quisieran, suspiro pero realmente no quería moverse ni ir a ningún lado, ¿quién diría que el demonio de la radio solo necesitaba una cama y su muy cálida y persuasiva esposa para no querer como un niño jamás levantarse de la cama?
¿Sería eso tan malo?
Durante décadas estuvo siempre en movimiento, siempre despierto buscando cualquier cosa que lo entretuviera, ahora se sentía descansado y tranquilo, más tranquilo de lo que ha estado desde que llego aquí, realmente su bruja hacia magia con él, volvió a abrir los ojos y la miro, sin querer despertarla, su cabeza apenas tocaba su pecho su cuerpo de lado y echa una bola como si quisiera hacerse pequeña y acurrucarse contra él, le recordó a irónicamente un gato y su pose no era muy diferente a la de ella, rodeándola apenas tocando sus piernas con las de ella su brazo colgaba de la curva de costado como si hubiera querido abrazarla en la mitad de su sueño o acercarla más hacia él, cualquiera de las dos era una idea que simplemente no podía evitar realizar ahora que está despierto, con cuidado termino lo que empezó, la rodeo con sus brazos tan cuidadoso como si estuviera manipulando una hermosa e invaluable pieza de cristal o un lobo dormido y rabioso que si no tenía cuidado sentiría los dientes, sabía por experiencia que su bruja no era alguien amable cuando la despertaban sin cuidado.
-Hmmm… Al- murmuro de repente por el movimiento sin despertarse y sus pestañas se agitaron aun con sus ojos cerrados, levanto sus brazos y rodeo su cuello y sus piernas abrazaron su cadera, bien… no esperaba eso, pero lo tomaría como un triunfo no la despertó y la estaba abrazando sonaba como una victoria en su libro.
Se dejó caer de espaldas sintiendo el dulce peso sobre él, al parecer estaba avanzando a pasos agigantados sobre su aversión, esto antes no lo lograron hacerlo hasta semanas después de casarse y compartir cama, esta vez solo tardo una semana, se preguntó si fue por su constante presencia o simplemente que su cuerpo la extraño tanto que dejaba de lado esa anormalidad que tenía, realmente le gustaría saber como funcionaba esta aversión, ella le había explicado que con estudios le dieron nombre a lo que tenía y por qué sucedía, saber que ahora su anomalía como termino llamándole al pasar de los años, también afectaba a otras personas por diferentes razones y situaciones, lo hacía sentirse no tan solo, no mentiría y diría que no se sentía un poco mejor al saberlo, aunque se sentiría mucho mejor al saber que había un "cura" pero como ella dijo era algo mental más que físico y para eso no había un "cura" como tal, un tratamiento o sesiones como el que irónicamente había echo al estar vivos le ayudo sin saber bien que estaban haciendo pero mejoro, pudo verlo en pequeñas cosas que antes le molestaban ahora eran más tolerables casi imperceptibles, estaba mejorando sintiéndose casi normal.
Entonces murió y todo el esfuerzo de ambos se fue a la basura, realmente no solo estaba dolido por la perdida y maldición de su esposa que no quería tener nada que ver con nadie y solo empeoro al ver la depravación en su máximo esplendor (y no de la forma en que el disfrutara) no ayudó mucho tampoco, su aversión por un tiempo lo volvió loco al pesar que esos mismos demonios que antes habían hecho tantas depravaciones sexuales lo tocaran lo hacía sentirse sucio, claro que tocaran su ropa era un cosa distinta podría lavarla (o quemarla) pero su piel era otro tema diferente y sintiendo que perdió años de avance volvió a usar guantes que desde su infancia no lo había echo, realmente todo un retroceso.
Con las décadas mejoro un poco, aun estaba lejos de estar como antes, pero podía manejar mejor los toques, su regla se cinco pies aún estaba en el juego ¿si antes funciono? ¿por qué no ahora?, también trato, en enserio trato de mejorar, aunque fuera un poco, las respiraciones funcionaban tan bien como en vida, solo que… con el tiempo no vio porque debería continuar si no había alguien a quien quisiera particularmente que lo tocara con libertad así que al final solo guardaba esa carta cuando tenía un episodio particularmente malo.
Ahora volviendo a tener a su esposa en el juego estaba de nuevo luchando contra su aversión que cargo en vida y ahora con sus instintos de la otra vida, realmente tenía muchos avances que hacer claro que ahora tenía a alguien para ayudarle y motivarle, a veces se preguntaba de donde sacaba su Genevieve paciencia e ingenio para ayudarle tanto en vida como los recientes acontecimientos mostraron en la otra, realmente sintió que era afortunado.
Otra razón más para casarse tan rápido como fuera posible con su bruja, no se sabía cuán rápido ella volvería a tener el control total de su poder de nuevo, si la conocía bien seria en poco tiempo, talvez días, conociendo a su esposa si tenía un objetivo no había poder que la detuviera, cuando eso sucediera ella inevitablemente saldría del hogar escondido que tenían para salir al verdadero infierno, antes que eso pasara tenía que mover sus piezas para tener todo en orden.
Tenía muchas cosas que hacer y tan poco tiempo y ganas de salir de la cama para hacerlas, suspiro arrastrando una onda suave con ello, palmeo la espalda de su bruja con un mano mientras la otra estaba jugando con mechones de su cabello realmente era adictivo tocarlo.
¿Cómo pudo vivir tanto tiempo sin esto?
No es como si hubiera tenido otra opción, mientras seguía perdido en su cabeza y manteniendo sus manos ocupadas la bruja abrió lentamente sus ojos, en la oscuridad los soles gemelos escanearon con tranquilidad y lentitud que solo alguien recién levantado tendría, suspiro levantando ahora su rostro viendo las lunas rojas también brillando en la oscuridad.
-Hola- susurro con una voz ligeramente ronca.
- ¡Buen día ma belle sorcière! - exclamo claro y alto, tan alegre y lleno de energía, eso se sintió demasiado entusiasta para ella que solo cerro sus ojos por un momento aceptando el golpe de energía mañanera tan crudo, el demonio rio al verlo y la vio suspirar ante ello.
-Buen día a ti también- respondió más tranquila se acercó y beso su frente el tarareo contento al sentir el suave y cálido beso, su cola tan aprisionada contra la cama trato de moverse, volviendo a acostarse contra su pecho.
- ¿Qué hora es? – bostezo la pregunta ahora tan despierta como ella pasando su mano por su cabello perdiéndose en la estela celeste, algo como verla tratar de arreglarse el cabello por las mañanas lo maravillaba hasta el punto de la genuina fascinación y ahora también quería hacer lo mismo.
Sus garras se movieron inquietas tratando de aguantar no tocarla, que deliciosa tortura.
-No lose, creo que aún es de mañana- respondió sin pensarlo ni dejar por un segundo de mirarla.
-Mmmm… ya veo, supongo que si fue una siesta después de todo- respondió riendo ahora dejando su cabello para descansar su cabeza sobre su pecho, los mechones se abrieron como un hermoso abanico.
- ¿Planeabas que durmiéramos todo el día? – pregunto ahora con sus garras arrastrándose entre los mechones de cabello tarareo contento jugando con su premio.
-Tal vez, no sé, pero no me arrepiento de ello- ella respondido riendo sintió las suaves vibraciones en su cuerpo y realmente no le sorprendió su respuesta.
- ¡Ja!, por supuesto que no- respondió siguiéndole el juego y ambos suspiraron tranquilos y calmados.
-Entonces… ¿ahora el infierno ya no está bajo mi lluvia por lo tanto volverán a su vida cotidiana? – ella pregunto rompiendo el silencio primero mientras giraba su garra en su pecho haciendo patrones sin sentido que se sentían bien.
-Sera lo más esperable considerando la semana de encierro que tuvieron, muchos volverán poner sus negocios y a ellos mismos en movimiento tan pronto como sea posible- la respuesta fue, aunque no lo viera obvia, los pecadores eran predecibles, los overlords después de décadas de vigilarlos eran igual de predecibles con sus negocios e "imperios" debían de tener un constante movimiento para mantenerse en el poder y aún más a sus ganancias.
-Entonces tu plan fue como esperabas todos estarán demasiado ocupados volviendo a poner sus vidas en orden para preocuparse por quien o que ocasionó esto…- dijo ella también sabiendo que su plan fue un éxito además de las consecuencias que este ocasiono en el infierno, claro el no tenía un "imperio" como tal, tenía un territorio pero era más independiente que ciertos lugares que necesitaba constantemente chuparle la energía y dinero a los pecadores, por lo tanto a el tanta inactividad no le afectaba mucho.
-Es decir todos deben volver a sus vidas normales ya que estar encerrados tanto tiempo deben de haberlos vuelto locos- continuo y lo miro, el rio ante la imagen de desesperación por volver a la normalidad que le infierno estaba sufriendo y todo por su bruja y lo más gracioso era que ella ni siquiera lo planeo, todo fue accidental.
Ahora me pregunto: ¿qué hubiera pasado si ella lo hubiera echo todo a propósito?...
-Sin duda cariño estuvieron muchos a poco de caer en la locura total- rio ante la imagen y suspiro, aunque sintió que algo no estaba bien porque ella recalco que todos deberían volver a sus atormentadas y patéticas vidas normales.
-Espera… ¿dijiste todos? –pregunto el demonio mirándola quedándose quieto y ella asintió cuando ella decía todos también se refería…
-Aja, es decir tu como overlord como el demonio de la radio sería raro que no estuvieras como todos afuera compensando el tiempo perdido ¿no? – dijo diciéndole lo más obvio que sucedería, pero lo único que no quería hacer, aun no quería irse, él no quería salir de esta cama y de su hogar preferiría ver los horribles shows de imágenes de Vox durante una hora que salir y dejar sola a su bruja, claro estaría ella a salvo y confiaba en que pudiera defenderse sola, aun así…
- ¡Ha! no, claro seria lo esperado, pero no creo que nadie se dé cuenta de mi… ausencia- dijo rápidamente sabiendo que claro era un overlord respetado y temido, todos huían de el con solo verlo o escucharlo, nadie en serio extrañaría no verlo y podrían salir sin miedo, ahora no era por compasión aquello, simplemente… era una excusa buena para no salir y quedarse.
-Entonces sospecharían y si sospechan de ti investigaran y si investigan y comienzan a meterse donde no deben…- comenzó ella a sacar las consecuencias de ello y él también lo sabía, comenzó a maldecir los hábitos que durante décadas se formaron y mantuvo como rutina, salir a dar paseos al mismo tiempo dar a recordar su presencia constante amenazante y latente para todos en el pentagrama, paso una mano por su cara y gruño en solo pensar en que si alguien no lo viera sospecharía de él y por lo tanto investigaría tanto su mansión y torre de radio lo cual era inaceptable pero lo peor de todo es que alguien podría descubrir su verdadero hogar el hecho de que alguien si quiera pusiera un pie en este paraíso oculto le era repugnante.
-Los matare y desmembrare, cada intruso que desee entrometerse en nuestro hogar lo veras cada noche en nuestra cena querida- gruño molesto por la imagen mostrado sus dientes en una amenaza que cumpliría sin fallas, no importaba quien fuera, quien pisara este lugar estaba más que muerto y no le daría una muerte rápida y fácil, lamentaría el momento en que decidió meterse donde no debía.
-Tú lo sabes y yo lo se… sabrán la verdad tarde o temprano, las cosas no permanecen ocultas por mucho tiempo, pero si nadie desconfía de ti, nadie buscara nada, entonces al igual que el resto de infierno tu deberás salir y actuar que odiaste cada segundo de la lluvia porque no podías hacer nada- con una voz tan suave y tranquilizadora trajo su atención como una polilla a la luz su mente se concentró en ella olvidando todo lo demás y si su voz no fuera suficiente la mano que descansaba suavemente en su mejilla para que la mirara fue un ancla perfecta, su voz fue seria y traía la verdad consigo no una que le gustara pero ambos lo sabían no tenían de otra para mantener la fachada era necesario él debía hacer un acto de presencia.
Nunca creyó que la idea de salir y dar un paseo fuera todo menos interesante…
-Vamos es decir es incluso tan… irónico hace días tú mismo estaba intentando desesperadamente impedir que yo saliera y lo "lograste" de una u otra forma no saldré, pero ahora tú mismo debes hacerlo el karma es una cosa taaan divertida- ella rio claramente divertida por la situación echándole en cara que, si bien logro hacer que aun siguiera sin poder salir, eso no se aplicaba ahora a él.
Gruño refunfuñando por ello, la ironía era demasiada para que su bruja lo dejara pasar y más si con ello lo molestaba, de echo había estado gruñendo y enfurruñado cuando ella lo comparo como un gato mojado, no se quejó, pero estaba más que claro que era lo último que quería hacer, hace décadas que él no tenía por qué hacer cosas que no quería, pero como ella decía era necesario mantener una fachada de "normalidad" e irónicamente inocencia sobre la misteriosa lluvia que los enclaustro a todos, casi pudo reírse por ello, desde que llego aquí nunca necesito fingir inocencia sobre algo, se sintió como los viejos tiempos, incluso si estuviera de mejor humor jugaría con el papel de víctima.
Bufo cuando ni eso lograba sacarlo de su mal humor, escucho una risa pequeña, un humano no lo hubiera escuchado gracias a su audición fue clara, sincera y ligera sintió sus orejas estremecerse realmente era un trabajo arduo seguir enojado teniendo a su bruja aquí, era un calmante para su mente y cuerpo, incluso siendo ella la razón de ello, ¿debía simplemente dejarse arrastrar por ella y olvidad su enojo? o ¿tratar de seguir enojado mientras ella disfrutaba de verlo?, no importaba que escogiera el terminaría perdiendo, era… un poco frustrante y refrescante perder sin perder realmente.
-Je, vamos ciervo gruñón espantaras a todas las chicas de la ciudad con ese ceño fruncido y tus dientes afilados, aunque viendo el lado bueno nadie se meterá contigo - una voz alegre lo distrajo de sus pensamientos sintiendo el tono burlón en ella, frunció aún más el ceño ella volteo a verlo sonriéndole divertida.
- Ma sorcière ¿te estas divirtiendo mucho con esto verdad? – pregunto sin preguntar realmente sabiendo la respuesta ella se encogió los hombros soltando una risa.
-Oh no tienes ni idea, pero ¡vamos! podrás salir un poco a tomar un poco de aire, veras como… están las cosas y además podrías ir a ver a Rosie hace mucho que no la vez ¿no? – dijo volviendo a su atención al desayuno que ella había insistido en preparar hoy.
- Supongo que tienes razón quisiera hablar con Rosie y decirle las buenas noticias… además tengo unos encargos importantes que hacerle- respondió cuando su mente hizo un click, podría comenzar a mover las cosas para su boda, él podía hacerla lo más pronto posible y necesitaba no solo la ayuda de Rosie si no también algunos consejos.
-Ve sal y diviértete me quedare aquí y me divertiré también a mi manera- dijo agitando la mano dándole a entender que no se preocupara por ella, talvez se le estaba pegando su curiosidad, pero…
-Hmmm… ¿qué harás cariño? – le pregunto recargando su mejilla en su mano esperando la respuesta.
-Bueno planeaba seguir escribiendo mas de mis hechizos para el grimorio, preparar todo para esta noche para ponerte el sello convertidor y de paso poner en practica mi magia tengo que ver el estado en el que estoy para saber qué medidas tomar- explico tranquilamente y en realidad tenía sentido que ahora comenzara a tratar de volver controlar su magia y desde hace días aún seguía escribiendo nuevas páginas para su grimorio realmente ver todo aquello que aprendió era fascinante y tan útil, aunque también peligroso, el conocimiento era poder nadie mejor que ellos los sabían y más aún si sabían cómo sacarle provecho a tal información, ya estaba ansioso por verlo terminado y poder ponerle sus garras en él, sin duda sería un libro que valdría su peso en oro.
Además, muy pronto gracias a ello los ataques de Vox nunca más serian un problema para él, si había alguien quien podría confiarle ponerle un sello en él esa era su esposa después de todo aprendió todo eso de ella, ya quería ver la cara de ese bufón cuando viera que ninguno de sus ataques surtía efecto en él, sonrió cruelmente ante ello y suspiro volviendo su atención a su bruja.
La miro ahora siendo el quien esperaba, tenía una taza recién echa de café, si bien lo puso un poco de mejor humor, aunque lo que su esposa estaba cocinando para el desayuno sin duda hará que la balanza hacia un buen humor se inclinara peligrosamente, él podría admitir que la cocina de su bruja era cuestionable, pero tenía una especialidad que simplemente encontró inesperada y encantadora.
-Bien está listo, hace tiempo que no los hago, pero sé que no te defraudara- dijo triunfal sosteniendo dos platos en cada mano, dejo uno frente a él, la imagen de un plato con dos grandes emparedados de tres pisos con huevo frito descansando sobre él, con un pequeña ensalada a lado de ellos, realmente a simple vista parecían ser simples emparados pero tenían una diferencia notable además del huevo encima y no dentro cómo se podría esperar, era la combinación de tantos y diferentes ingredientes, tocino, queso, diferentes carnes, jamón, bistec, incluso pollo, en cada piso, lechuga, tomate, cebolla y un ligero toque de salsa picante, el pan tostando ligeramente con mantequilla, era realmente todo un embrollo de diferentes tipos de alimentos juntos era la única forma de describirlo de forma simple, pese a ese revoltijo era realmente un delicia y le sorprendió cuando lo probo lo bueno que era.
Nunca pensó que todos esos ingredientes juntos pudieran ser tan buenos y talvez fuera por la historia detrás de ellos que tenían un valor diferente, una historia que tanto su esposa como el compartieron siendo que ambos sabían lo que era no tener mucho.
Realmente era de esperarse ambos en su niñez simplemente no habían sido muy afortunados económicamente ambos sabían lo que se sentía no poder tener las mejores ropas, la comida más fina o si quiera tener tres comidas al día, sabían lo que significaba poder tener comida en la mesa y aprovecharla al máximo y gracias a eso la madre de su esposa se volvió creativa para mantener a su familia alimentada con lo que pudieran y ahí fue cuando creo algo que el mismo disfruta pero no de la forma en la que espero cuando su esposa le presento una mañana un emparedado que le había enseñado su madre hacer para evitar tener hambre durante un largo tiempo.
Realmente quedo bastante impresionado con lo que le presento y que sin duda se volvió su favorito rápidamente, era simplemente una delicia que dependiendo de lo que tuviera en ese momento seria lo que llevaría de ese modo nunca era el mismo emparedado que antes se le podían agregar o cambiar ingredientes y aun así era un manjar, aunque para su mala suerte solo podría disfrutarlo cuando efectivamente gracias a su trabajo tenía que saltarse comidas como en días festivos o más en concreto en Mardi Gras que para su buena y mala fortuna le pedían ser el presentador que acompañaba durante el festival a las personas hasta altas horas de la mañana, eran noches pesadas y que realmente extrañaba estar con su esposa y pasa el festival con ella, fueron pocas veces que tuvo que hacerlo porque la paga no era una broma.
Admiro la estructura de su desayuno salivando por darle una buena mordida, realmente era vista abundante esta vez tenían de todo y sintió un viejo orgullo en su pecho, vivieron en una época de dificultad económica y realmente llevar comida la mesa suponía un reto para muchos cada día, puede que no fuera exactamente lo mismo para ellos, ambos tenían trabajos que les daban un buen capital no solo para tener un casa y comida en la mesa cada día y darle uno que otro lujo a su esposa, su madre le enseño a que podrían faltarle de todo menos comida después de todo no se puede llenar el estómago de joyas o automóviles, realmente se sintió como un triunfo cuando veía cuanta abundancia tenían a verlo, dejando en el pasado los días en que solo podía comer lo que tenían y rara vez o casi nunca lo que les gustaba realmente supo valorar siendo adulto todas las dificultades tuvo que pasar su madre para criarlo ella sola, realmente fue una mujer excepcional.
-Sabes puedes comerlo no es como si fuera un pintura- la voz alegre de su bruja lo saco de sus recuerdos, levanto su vista para verla sonreírle mientras ponían unas gotas más de salsa picante al suyo con cuidado levanto el pan evitando que el huevo callera, el soltó una risa y ella al terminar le paso la salsa sabiendo que ambos tenían un gusto compartido por las cosas ligeramente más picantes, hizo lo mismo volviendo a ponerlo como estaba.
-No puedes culparme hace tanto que no tenía unos de estos y ahora planeo disfrutarlos como se debe-dijo el demonio tomándolo entre sus garras ansioso y con cuidado para que nada saliera de su lugar
- ¡Oh vamos!, no me digas que desde que llegaste nunca te hiciste un emparedado-dijo ella negándose a creerlo aun cuando ella sabía que era verdad, negando suavemente con su cabeza y sonriendo.
-Una que otra vez, pero no son como los tuyos aún no sé cómo acomodas todo para que todo esto no solo se mantenga en pie si no que todos los sabores se combinen tan bien- dijo mientras evaluaba en donde dar su primera mordida siempre fue la mejor, obtener un poco de todos los ingredientes siempre fue un ejercicio de cálculo y de poder tener una mandíbula flexible más de una vez termino tenido un dolor sordo en las mejillas por abrir su boca más de lo que estaba acostumbrado aunque esta vez que no se arrepintió de tenerlo eso ya no sería el caso.
Las bendiciones de ser un ser demonio ahora más que nunca son útiles…
-Bueno es fácil simplemente lo ordeno primero por gusto, abajo esta lo que no me gusta tanto y arriba lo que más me gusta y después los combino lo que menos me gusta con lo que me gusta es como: me gusta, no me gusta y así, claro también pongo la lechuga, tomate, pepino otras cosas entre ellos como creo que serían buenos y nada más, no tiene una gran ciencia detrás- explico encogiendo de hombros realmente sin saber por qué sus emparedados resultaban ser tan buenos sin esforzase demasiado.
Otro misterio con el que tendría que seguir viviendo, aunque no era uno que le preocupara, su estómago siempre hambriento gruño, eso siempre lo hizo perder la paciencia, sin más espera le dio un gran bocado su boca ahora sin esfuerzo su boca se abrió de un modo que ningún humano podría y sus dientes cortaron todo sin esfuerzo, como tanto lo ansió los sabores se combinaron perfectamente y el pequeño toque de picante fue magnifico, tarareo contento dejándose llevar por el magnífico sabor.
Magnifique…
Délirant…
Las carnes, las verduras frescas y crujientes, la salinidad de huevo, todo estaba equilibrado y perfecto, cuando trago el bocado y estaba por dar otro deseando volver a saborear todo de nuevo cuando sus orejas captaron el sonido de una risa a penas un ligero tono le hizo levantar su mirada.
Su esposa sonreía mordiendo ligeramente con sus dientes blancos sus suaves labios negros, en un gesto que sabía era para no decir algo o soltar una risa, en su mano sostenía la taza de té mientras la otra acunaba su rostro, mirándolo divertida.
-Wow… fue como ver a un cocodrilo tragando a su presa, supongo que ahora ya no tendrás problemas para comértelo- dijo tomando de su té y riendo dulcemente, aunque eso le hizo detenerse por un momento.
¡Alastor! bocados pequeños, un caballero educado nunca haría eso…
Con una voz con una clara reprimenda de su madre hizo eco en su mente y de inmediato se enderezo firme como una tabla de roble, de inmediato con movimiento mecánicos y en automático dejo su comida en el plato con la servilleta se limpió las migajas, la mezcla de vergüenza y saber que había hecho algo que no debía, sintió su nuca caliente y aclaro su garganta en busca de un poco de control.
- Perdona, me eh acostumbrado a simplemente por costumbre abrir mi boca más de lo… educadamente permitido sin pesarlo cuando veo una… comida grande, sé que esa no es una excusa, pero… - comenzó a disculpase por su desliz.
-Vamos no te disculpes, eres un demonio ahora no te avergüences de tus habilidades, si con eso puedes comértelos a gusto, adelante no te reprochare nada y además sé que te gustaron con eso estoy feliz- ella lo corto de inmediato mirándolo como si le hubiera dicho que el cielo era verde y que los cerdos volaban, ciertamente le cielo ahora era rojo y había seres parecidos a cerdos que tenían alas, pero en este caso no importaba, igual que a ella tampoco le importaba su falta de modales de hace unos segundos, ahora gracias a sus palabras se sentido aliviando y asintió.
-Tenlo por seguro que tu creación aún sigue gustando como la primera vez- dijo dándole una de sus mejores sonrisas y ella levanto su taza como si fuera una copa de champan, solo ella podría hacer eso con cualquier cosa y se vería elegante.
- ¡Salud por eso!, bueno ahora ya no sentiré remordimiento por hacértelos viendo como terminabas todo dolido masajeando tu mandíbula para aliviar el dolor- respondió alegre tomando otro sorbo de su te sonriéndole aliviada.
-Fue el tipo de dolor por el cual pasaría sin dudarlo de nuevo querida, valía por completo la pena- respondió con sinceridad y ella soltó una risa, el rio con ella también recordando que luego ella le daba algo de medicina que ya había preparado con anticipación para el dolor sabiendo como terminaba después de su festín.
-Lose por eso seguía haciéndolos además te vez tan contento cuando los comes que siendo egoísta de mi parte es adorable verte cuando tengo la oportunidad- su respuesta con ese tono burlón tan de ella, cariñoso con un leve picor eran tan adictivo como esas pocas gotas de salsa picante que combinaban tan bien con todo, como esa palabra…
Adorable…
Se supone que alguien como el… el temido demonio de la radio, no debería sentirse feliz por ello, nadie nunca había usado esa palabra con él, adorable, lindo, nada de eso lo representaba, claro su madre las uso con el cuándo era un niño porque se supone que los niños debían ser lindos y adorables, incluso cuando era niño esos elogios no eran sus favoritos, cuando creció aceptaba gustoso ser guapo, galán, un caballero, entre mucho más que le gustaba recibir… la única de volvió a decirle lindo y adorable fue su esposa claro cuando lo escucho la primera vez simplemente se sintió sorprendido sabía que no lo dijo para herirlo ni molestarlo, así que solo lo dejo pasar, lo cual solo fue la punta de iceberg lo que le sorprendió más fue que aunque se torcía algo por dentro, en realidad le… gustaba de una manera vergonzosa y que jamás admitiría frente a ella ni nadie si ella se enteraba de eso jamás escuchará el final.
-Cariño te aseguro que soy todo menos adorable-dijo tratando de ocultar su vergüenza con un tono de muy bien fingida herida a su orgullo a lo que ella sin importarle menos soltó una risa.
-Devolviéndote tus palabras solo lo dices porque no te vez, ¡ja! – la respuesta burlona y simple corto toda protesta sabiendo que solo seguirle la corriente sería un esfuerzo inútil, así que solo suspiro con una pequeña sonrisa y fingido cansancio, decidió en silencio digno seguir con su desayuno.
- ¿Bien ya estás listo? – ella le pregunto paciente sabiendo su humor ya ambos ahora en la entrada de su hogar, había terminado el desayuno y era hora de ir al exterior, suspiro sin ganas, pero asintió.
-Solo dame un segundo cariño- con un chasquido de sus dedos y su magia se encargó de terminar de vestirlo con su familiar saco, guantes y monóculo, tarareo complacido ya vestido para salir, se acomodó su saco sobre sus hombros y sacudió el poco de magia que hubiera quedado en él, se sentía un poco extraño volver a usarlo todo después de un tiempo se sentía un poco estrecho.
Mmmm… extraño…
-Oh ¡mírate!, que elegante te vez, listo para salir y comerte a alguien, te queda muy bien el saco- exclamo mirándolo atenta y caminando alrededor de él para verlo mejor desde diferentes ángulos, sin pensarlo su cuerpo se enderezo a toda su altura e hincho su pecho con orgullo, el había recibido tantos tipos de miradas en su vida y no vida, le gustaba que la gente lo mirara, ser el centro de atención, la estrella del espectáculo, que el reflector estuviera iluminándolo, pero… eso no quería decir que todas las miradas le gustaban, lo habían mirado en las últimas décadas con odio, miedo, disgusto, curiosidad, tristeza y el que menos le gustaba era de lujuria descarada que le hacía sentir como si mil arañas caminaran sobre su piel, lo odiaba y le hacían sentir asqueroso.
Repugnante…
Sintió un ligero escalofrió subir por su espalda recordando las veces en que recibía esas miradas de tantos tipos de demonios, era el peor tipo de atención que podía recibir y luego estaba esto, la mirada que lo veía sin intenciones ocultas, tratando de buscar sus puntos débiles, simplemente mirándolo asegurando que su aspecto fuera lo más impecable, solo había recibido ese tipo de miradas de su querida madre y Rosie, después de todo era su sastre oficial.
¡Me encanta!…
Mírame cariño…
¿Te gusta lo que ves?...
Había una diferencia notable cuando era la mirada de su bruja la que lo veía, estar bajo la mirada de esos ojos que podían ver tantas cosas que el no, que podía ver atraves de las mentiras viendo el núcleo desnudo de todo, con ella no podía fingir, él lo sabía y al principio lo odio fervientemente que alguien se atreviera a verlo así, no le gustaba que alguien lo viera tan vulnerable, tan crudo, tan… desnudo, evitaba su mirada tanto como pudiera y cuando ella le robo el corazón esa mirada cambio de una manera que no esperaba.
Descubrió que a pesar de verlo como era realmente, no había una pizca de ella que lo juzgara, nada de rechazo y solo aceptación sincera, miraba el oscuro ser que era, lo que hacía y lo aceptaba, el hecho que supiera la verdad y aun así quisiera estar con él le quito un peso de sus hombros que no sabía lo estaba asfixiando, se sintió tan libre, podría mostrar su peor cara y ella no se echaría atrás, todo lo contrario, estaría parara firme frente a él.
- ¿Te gusta lo que vez cariño? - le pregunto ya no aguantando la pregunta y ella asintió aplaudiendo y dándole un silbido.
-Eres sin duda el demonio más guapo de los nueve círculos, el rojo sin duda es tu color- dijo dándole un pulgar arriba y dándole un guiño, sintió su cola moverse agitaba por el cumplido tan honesto, su sonrisa si era posible se hizo más grande y honesta, ahí estaba esa mirada que le gustaba, le hacía sentirse no como el demonio de la radio si no como el muchacho de Nueva Orleans tan joven, torpe, aunque inteligente y carismático que quería comerse al mundo buscando fama y fortuna, poder y libertad, que amaba cocinar, cantar, bailar y tocar como del mismo modo que amaba derramar sangre y consumir carne humana, su lado más cruel y sanguinario conviviendo con su lado más suave y brillante, todo bajo su mirada dejándolo ser ambos.
- ¡Ha! si ma belle sorcière lo dice supongo que debe ser verdad- exclamo con fingida humildad con una mano en su pecho y ella soltó una risa sin tragarse por un segundo su actuación.
- ¡Oh! Alastor ¡deja de fingir!, ya no diré mas o tu ego me hará salir de la casa por lo grande que es ahora- dijo negando con su cabeza y su sonrisa nunca abandono su hermoso rostro.
-Creo que el ego de cualquiera podría estar igual si la mujer más hermosa del mundo (que es casualmente mi esposa) un cumplido de semejante magnitud- respondió la burla con otra, ahora sabía que estaban jugando, un coqueteo que se formaba tan fácil en ellos como respirar solo se necesitaba un cumplido para que comenzaran y talvez…
Si ambos se entretenían en esto, sería fácil distraerla con ello…
-Dulce hablador, vamos deja de tratar de endulzarme el oído que no te libraras de salir- la bruja corto su plan antes si quiera tomara forma con unas palabras burlonas y dulces.
-Bueno lo intente- respondió con una sonrisa encogiéndose de hombros el demonio sin importarle haber sido descubierto con las manos en la masa.
-Sí, sí y… ¿esto es un monóculo? – ella corto su risa acercándose un poco más a él y toco suavemente con la punta de su garra el borde del monóculo mirándolo ahora curiosa, el asintió recordando que ahora lo tenía puesto.
Y por su pesto su bruja lo noto y ella necesitaba saber el porqué, era una criatura tan linda y curiosa…
-Sí, siempre me parecieron elegantes en vida tiene ese je ne sais pas (no se) de imagen elegante, así que ahora que mis ojos no necesitan gafas tome la oportunidad- explicando, realmente era un pequeño deseo que tuvo y nunca expreso más que a si mismo, después de todo si hubiera tenido en vida el problema en un ojo lo hubiera usado sin dudar, pero ya que ambos estaban defectuosos fue un sueño imposible.
¿Quién diría que solo necesito caer al infierno para cumplir tal capricho?
-Ah, mmm… si tienes razón, das una imagen de hombre rico y elegante- dijo ella asintiendo barriéndolo con su mirada ladeando su cabeza de acuerdo con él.
¿Un hombre rico y elegante?
- ¡JA! cariño soy un hombre rico y elegante-soltó una risotada por tal imagen, mientras miraba sus uñas presumiendo, el no mentía, era inmensamente más rico de lo que podría soñar cuando estaba vivo y claro también era un caballero en toda regla y por supuesto que era elegante, el estatus de overlord tenía muchos benéficos los cuales usaría para darle a su esposa todo lo que ella siempre mereció y mucho, mucho más.
- ¡Oh. Por. Dios! y ¿ahora me vas a decir que todas las noches hacer extravagantes fiestas en tu mansión, conduces carros de lujo y eres un casanova que les compra a sus conquistas joyas para llevarlas a tu cama todas las noches? – soltó una risa que lo desconcertó levanto su ceja y cruzo los brazos sobre su pecho divertida por su respuesta.
¿Ahora de dónde saca su bruja semejantes ideas?
Claro eso era lo que se supone un hombre rico y soltero haría, eso no era nuevo, amoríos, lujos sin fin, fiestas extravagantes y gigantescas, a los ojos de infierno eso era lo que esperaba de él como overlord, cierto dio una que otra fiesta en su mansión para mantener la fachada y reputación, pero nunca fueron muchas y hace años que no hacia una, en todo este tiempo tampoco quiso una pareja que no fuera ella para darle algo parecido a una joya.
-Oh… cariño si bien lo de hacer fiestas es en parte verdad, no tengo intención de comprarle joyas a otra dama que no seas tú y sé que no necesitamos de algo tan banal para tener noches eternas en nuestra cama- respondió bajando su voz haciéndola suave y más profunda sabiendo que usar ese tono con su esposa le daría un golpe crítico, para completar su ataque entrecerró sus ojos y sonrió de forma suave, pudo saborear su triunfo viendo esos ojos brillar, el oro ahora líquido y cálido, su cara mosto sorpresa haciéndola verse de nuevo tan joven e inocentemente dulce, sus mejillas blancas tenían un ligero tinte de color y su boca se abrió ligeramente en asombro, la imagen solo duro un segundo hasta que ella volvió en sí y la joven sonrojada y dulce que tanto adoraba volvía ser su esposa vivaz y burlona.
La vio aclarase la garganta evitando mirarlo, él sonrió aún más al verla tratar de hacer como que no la desarmo por completo.
-Aww, deja de coquetearme o me voy a enamorar de ti, ciervo sin vergüenza- su bruja respondió dándole un pequeño empujón en el pecho, claramente riéndose nerviosa tratando de tragarse su vergüenza.
- Sorcière maléfique (bruja malvada), me estás dando muchas razones para no salir por esa puerta- tarareo tomándola de la cintura y haciéndola girar, ella soltó una risa alegre.
-Lastima…- dijo cuándo la bajo por un momento lo miro a los ojos levanto su mano y suavemente con su garra levanto ligeramente su barbilla como si estuviera examinado su cara buscando algo, una mirada tan profunda de ella como si buscara las respuestas del universo en él, sintiendo como su cuello se calentaba ella simplemente sonrió como si hubiera encontrado lo que quería y era justo lo que deseaba, una mirada de triunfo y una pizca de ternura.
-"Que bonitos ojos tienes"- las palabras que brotaron de sus labios fueron un canto suave cada palabra brotando suavemente detrás del otra, se sintió en un segundo aturdido y embelesado por sus palabras, como tomar una botella entera de coñac de un trago, puro pecado en cada palabra había escuchado tantas veces que el francés era el idioma más seductor de todos… eso lo decía quienes nunca escucharon hablar a su esposa en su lengua materna, unas palabras y podría tener a cualquiera sus pies, palabras que apenas entendía y recordó vagamente mientras su mente borracha recordaba lo poco que aprendió.
Ojos… dijo algo sobre ojos… ¿se refiere a sus ojos?...
A este paso ella va a matarlo con solo eso… también comenzaba a sentirse terriblemente acalorado y con seguridad debía ya estar rojo como un tomate maduro para combinar con su atuendo.
-Arrête mon coeur ou tu me tueras (Detente mi corazón o vas matarme)- susurro rápidamente tratando de parecer que esto no lo había afectado en lo más mínimo y que no estaba punto de perder todo su orgullo y dejarse caer de rodillas para rogarle que terminara con su miseria, ella lo sabía y ya fuera porque tuvo misericordia de él o por la patética cara que debía tener, simplemente rio y negó.
-Bien, bien, solo porque en serio parece que si voy a matarte- respondió y le dio espacio, cuando pudo respirar lejos de su calor y aroma se dio cuenta de lo débil que fue, solo unas palabras y perdió, realmente era malo que ambos supieran cuales eran sus botones del otro.
¡Fui débil!… décadas lejos de ella me volvieron débil a sus encantos…
A este paso me podría pedirme córtame una mano y sin pesarlo solo le preguntaría…
"¿Cuál prefieres querida?"
El demonio de la radio, aun sonrojado maldecía entre dientes mientras refunfuñaba mirando al suelo, siendo observado por la bruja que sonreía al verlo como un niño que había perdido un juego y no estaba contento por ello, ella evito soltar una risa y golpear aún más su ego herido y suspiro.
-Vamos sin pucheros amor, eres un temido overlord tienes que poner una buena cara- su voz con tono pícaro atrajo su atención y la miro, ella le sonreía con los brazos cruzados sobre su pecho y su cabeza ladeada.
Chasqueo su lengua en derrota y aclaro su garganta sabiendo que tenía razón su bruja, miro su imagen y supo lo que le faltaba, con un movimiento de su mano, la magia invoco a su fiel micrófono, se materializo en su mano, aun dormido le dio unos cuantos toques con su garra y este un brillo rojo cobro vida, el ojo se abrió lentamente.
- ¡Buen día jefe! siento que dormí como un cadáver, ¿cuánto tiempo estuve fuera del aire? -exclamo el micrófono con vida, el demonio sonrió asintiendo.
-Buen día amigo mío, fueron siete maravillosos días- le respondió con una sonrisa ganadora, en realidad fueron unos días que marcaron su otra vida para siempre, fueron el principio de algo maravilloso.
- ¡Siete días! ¿jefe que estuvo haciendo durante tanto tiempo? – exclamo con sorpresa sin haberse dado cuenta de la felicidad de su "jefe" y de lo poco que parecía importarle estar fuera del aire durante tanto tiempo, considerando lo fácil que sabía que él se aburría y que ya era lo habitual tener varias transmisiones durante la semana o al día y era alarmante tanto silencio de su parte durante tanto tiempo.
-Oh- la suave exclamación de su esposa la hizo el centro de atención, el demonio vio como el ojo miro a su bruja y se abrió de sorpresa ya fuera porque alguien estuviera aquí en su paraíso oculto o por su hermosa esposa, ella tendía a hacer que muchos tuvieran la misma reacción.
-Oh… jefe ya veo que… ¡consiguió una cita! y siempre dijo que no porque ya estaba esperando a alguien…- respondió entendido para algo que solo tenía un ojo y era un micrófono era asombroso como podría demostrar que estaba asintiendo solemnemente sin siquiera tener una cabeza, Alastor entendió que este tonto estaba entendiendo todo mal y peor aún estaba dándole una imagen a su esposa que no quería que ella tuviera.
-No. seas. tonto, te presento a Genevieve, mi esposa- lo corto antes de que otra cosa más saliera de él y lo giro para una presentación apropiada a su querida bruja, ella mecánicamente le sonrió mirándolo.
-En realidad ahora soy su prometida hasta nuevo anuncio en realidad, un gusto en conocerte- respondió con una voz amable dándole una inclinación de su cabeza educada, claro ella seguía siendo amable con todo aquello que conociera, no hacia distinciones: hombres, mujeres, niños, criaturas del abismo, espíritus y en este caso micrófonos con espíritus acompañantes en ellos.
- ¡Que me hiervan y me sirvan con mantequilla! Si eres la famosa bruja que tanto espero y lloro por décadas…- estuvo a punto de golpearlo contra el suelo para callar su gran e inexistente boca suelta, en su lugar lo silencio con una risa estridente y cortante.
- ¡Bien! ¡Basta…! Detente…- dijo un poco más alto calmándose y agarrando con fuerza el mango de este.
-Oh no déjalo, estaba a punto de decir cosas muy interesantes- intervino su esposa con una sonrisa lobuna sabiendo que algo jugoso estuvo a punto de soltarse, suspiro internamente de alivio porque nada muy revelador fuera descubierto.
- ¡JA! No – respondió dando un golpe seco y rápido en el suelo con la punta del micrófono, le mando una mirada con un claro mensaje:
Cuidado con tu boca o yo la cerrare…
-Entendí el mensaje fuerte y claro jefe, es un gusto conocerla señorita, por fin conozco a quien hace suspirar tanto al jefe- suspiro el micrófono haciendo girar su ojo, dirigiéndose a su esposa de nuevo con tono amable y cortes.
- ¡Ja!, por lo que veo lo has estado acompañando a mi Alastor desde que llego aquí ¿verdad? – soltó una risa divertida y se inclinó para estar a la altura de este.
-Desde su primera trasmisión- respondió el con tanto orgullo que era palpable y alegre, ella asintió.
-Ya veo…. entonces… muchas, muchas gracias por cuidarlo y acompañarlo mientras no estaba- dijo en agradecimiento dándole una de sus mejores sonrisas de esas que podrían derretir inviernos crudos y capturar corazones, una sonrisa amable y radiantemente sincera.
Ambos quedaron deslumbrados por un momento por la imagen, el sincero agradecimiento era ya tan raro en el infierno, tanto como un ángel dándole a un espíritu acompañante las gracias por cuidar de su maestro.
-Oh jefe… si no te casas con la encantadora señorita ahora, alguien te la robara en el segundo que ponga un pie fuera de la casa- fue la declaración que llego su acompáñate despertándose del deslumbramiento, el más acostumbrado a ello asintió ya sabiendo eso.
- ¡JA! quisiera verlos intentarlo- dijo con claro tono de enojo, retaba a cualquiera tratar de quitarle a su Genevieve y cierva agrego amablemente sus instintos a la mezcla, evito hacer una mueca por ello, al parecer comenzar a trabajar con sus instintos de forma más "saludable" resultaría sacando otras cosas a flote.
Parece ser que abrimos la caja de Pandora…
Me pregunto… ¿qué otros horrores saldrán de esto?...
-Ya somos dos- ella dijo también con un tono de reto, dando una sonrisa depredadora, claro reviviendo su historia alguien en vida los separo, tratando de ganarse a su esposa quitándolo a él del mapa, (además ayudo que fuera descubierto como el asesino de Nueva Orleans) lo que no esperaba la patética basura era que su bruja no era un premio que aceptaría gustosa al ganador, por el contrario estaría iracunda, sedienta de sangre y venganza por haberle quitado a su compañero, alguien que era suyo por derecho.
Es una lástima haber muerto sin poder ver como ella me vengaba…
Debió haber sido hermoso…
El demonio de la radio se lamentó profundamente por haberse perdido tal escena, claro ahora tenía más detalles gracias lo que el conto su esposa, pero si le dieran a elegir prefería verlo ya fuera como un espectador invisible tal acto, sintió un escalofrió subir por su espalda por la emoción de ver tal obra.
-Bien ya que las presentaciones y preparaciones esta echas supongo que ya es tiempo de que partas al mundo exterior-
Esas palabras lo hicieron volver en sí y con pesar supo que era verdad, no quería irse, talvez…
-En realidad cariño…- comenzó a idear un plan en su cabeza con rapidez para ser descartado en un segundo.
-Estas poniendo tu trasero fuera de la casa, si lose, te acompaño a la salida- deteniendo su plan lo tomo de la mano y lo jalo hacia la puerta sin problema y ¡vaya! incluso después de la muerte sigue siendo muy fuerte.
-Eso fue grosero de tu parte- gruño sin poder evitar ya dejarse guiar por ella.
-Solo porque sé que estabas a punto de poner otra excusa para evitar salir- dijo suspirando con una mirada de: "¿enserio creías que no lo sabía?"
No sabía si maldecir porque lo conocía tan bien o estar feliz porque sus décadas de separación habían hecho poco por hacerlos olvidar, bufo sabiendo que ya quisiera o no pasaría por esa puerta, su esposa la abrió y la imagen que vieron los dejo sorprendidos, al salir al porche vieron que tanto el jardín como el pantano que los rodeaba estaba cubierto por neblina tan espesa que apenas dejaba ver los aboles como sombras lejanas, dando un aire frio y fantasmal.
- ¡Oh!, lindo y escalofriante- exclamo alegre su esposa recargándose contra el pilar de madera con los brazos cruzados sobre su pecho mirando el paisaje, en silencio el a su lado asintió.
-Supongo que son los restos de tu lluvia- susurro admirando la grandiosa vista, desde que llego aquí a penas si había visto algo parecido a niebla o ¿era más bien humo?, ¡difícil de decir! pero esto, estaban cubiertos por completo realmente ocultos, se sentía un ligero frio en el aire, como volver a su querida Nueva Orleans en los días después de lluvia, la sensación familiar solo lo hizo sonreía más.
-Si tardara un poco en difuminarse todo, incluso aunque tenga básicamente ya todo en control aun quedaran restos, podría quitarla sin es mucha molestia- dijo mirándolo ahora preguntándole si él quería quitar esta maravilla, el negó rápidamente.
- ¡No! es… hermoso hace tanto que no tenía una vista así, incluso si no es molestia ¿podrías dejar el pantano así?, también ayudaría a ocultar mejor nuestro hogar y me gustaría una vista así todas la mañanas-
-Claro se me olvidaba te encantan las mañanas de niebla- ella dijo asintiendo y ambos sabían que no solo era por el buen aspecto del paisaje por el que las mañanas cubiertas de neblina eran su preferidas.
-Por supuesto además ayudaba mucho si decidía salir por un bocadillo- dijo riendo un poco recordando lo bien que aprendió a usar la niebla a su favor para su pasatiempo favorito, ella negó riendo.
- Si ya recuerdo, mientras no manches la alfombra está bien, diviértete puedo apostar que esta niebla estará por todos lados- explico sabiendo el desastre que hizo que esto no se limitaría a el pantano y su hogar, ah entonces…
Será como tenerla conmigo incluso cuando ella no este…
-Bien entonces me voy cariño, ¿hay…algo que necesites o quieras que te traiga? – le pregunto sonriendo ante la posibilidad y ese nuevo pensamiento bajo las escaleras, se detuvo y la miro ahora desde arriba ella le sonreía pensando.
-Sabes de echo si… de regreso ¿podrías traer carne molida? De cualquier tipo está bien, planeo hacerte algo para la cena- la sorpresiva afirmación lo tomo por sorpresa, pero estaba feliz de poder hacer pequeños recados si con eso la hacía feliz.
-Traeré la mejor del pentagrama conozco varias carnicerías que ofrecen muy buena carne- le aseguro con una sonrisa, si había alguien a quien preguntarle en donde conseguir la mejor carne era a él y Rosie, pero eso era aparte…
-Bien, te dejo a ti la elección después de todo sabes más de eso que yo- respondió sonriendo, dejo el pilar y camino hasta estar frente a él, su hermoso ángel lo miraba desde arriba como una guardiana apacible.
Realmente no quiero irme…
- No te preocupes por eso y… ¿algo más? –pregunto solo para alargar más su estancia, ella negó.
-No en realidad solo espero que tengas un lindo día y te diviertas- respondió bajando un escalón, levanto sus manos y tomo su rostro frunciendo ligeramente le ceño.
-Vamos Al piénsalo de este modo mientras más rápido te vayas más rápido volverás- le dijo con una voz suave acariciando sus mejillas, acerco su cuerpo y lo abrazo su cabeza quedando en su pecho, escuchando los latidos lentos y dulces de su corazón.
Tan cálida…
Envuelto en su calor y aroma, estaba en su hogar, la abrazo mecánicamente para acercarla más a él, sentir como sus manos acarician su cabello, entre sus orejas y astas, reconfortándolo calmando su ansiedad, no quería irse, se sentía… como… si la estuviera abandonado otra vez, no es que la primera vez hubiera querido pero en retrospectiva la abandono, no quería hacerlo de nuevo, tenía ese vacío que quemaba en su pecho, ese miedo de irse y volver para descubrir que ella no estaba, ese miedo de apartar su vista de ella por un momento para descubrir que se había desvanecido.
No podía perderla, no de nuevo, trato de meterse la cabeza que ella seguiría aquí cuando volviera, que ella estaría trabajando trascribiendo su conocimiento para hacer su grimorio, estaría a salvo esperándolo… si tan solo hubiera una forma de poder comunicarse con ella…
En su cabeza una idea se encendió, talvez… ahora que tenía control sobre las ondas de radio y sonido eso era posible, recordó la radio de la sala, podría usarla para comunicarse con ella, eso sonaba como una solución temporal, pero era algo.
-Cariño sé que estarás ocupada transcribiendo para tu grimorio y con tu magia, pero me sentiría mejor si pudiéramos comunicarnos en caso de que algo pase, podríamos usar la radio de la sala para poder hablar en caso de que necesites algo-
- ¡Oh!, oh si claro, podría bajar mis cosas a la sala y trabajar desde ahí…-
Antes de siquiera terminara, chasqueo sus dedos e hizo aparecer en la sala una mesa frente al sillón, pilas de hojas, plumas, tintas y una tetera caliente con té y bocadillos, con la chimenea encendida, esperándola cuando ella entrara.
-Listo, también te deje algo para comer mientras no estoy, podrás usar la radio para hablar conmigo o también puedes pedirle cualquier canción que quieras y podrás escucharla- le explico levanto un poco su cabeza para ver su cara, ella lo miro sorprendida y luego soltó una risa.
-Gracias no era necesario, pero lo agradezco, así que, si con esto puedes irme más tranquilo adelante, estaré esperándote aquí y prometo comerme los bocadillos que dejaste- entrecerró su mirada y suspiro recordándole que no estaba libre de su régimen alimenticio, eso lo hizo reír.
-Eso espero, hare lo que tenga que hacer y volveré- le prometió y ella asintió.
-Bien- su bruja susurro, una de sus manos cepillo su pelo lejos de su frente y deposito un beso, el suave y cálido tacto le hizo cosquillas en el estómago, no pudo evitar que una risa escapara, sintiéndose ligero como un globo, ella continúo dándole pequeños besos dulces, en sus mejillas, en la punta de su nariz, hasta sus labios que fue lento y más intenso, como si quisiera condensar en un solo beso todo el amor que sentía y vaya que lo sintió, lo dejo delirando, queriendo más y más, como la criatura hambrienta que era lo quería todo.
Hasta que como todo termino el beso, se separó y pego su frente contra la suya, aun mareado por ello, la miro tratando de ordenar de nuevo sus pensamientos y tener los pies en la tierra.
-Solo te diré que cuando regreses de hacer todo lo que tengas que hacer como overlord y demonio de la radio te daré esto como bienvenida- dijo mordiendo su labio que moría por que fueran sus dientes que hicieran eso, pero entendió el incentivo que quería darle y aun siendo un hombre débil y hambriento ante sus encantos accedió resignado.
-Bien, entonces te veo más tarde cariño- resignado y por su parte sufriendo de la misma forma en la que alguien salía de la cama en una mañana de invierno, mientras se separaban.
-Que tengas un buen día y saluda a Rosie de mi parte o mejor dile que me encantaría conocerla cuando tenga su agenda libre- dijo sacudiendo su saco y acomodando su pajarita como lo hacía cuando estaba por irse a trabajar, el antiguo gesto que reavivo lo hizo sentirse tan querido.
-Le daré tus saludos cariño y estoy seguro que limpiara su agenda solo para conocerte- exclamo sabiendo que eso estaba muy cerca de la verdad, le había hablado tanto de ella a Rosie que sin duda su querida amiga dejaría básicamente su emporio para poder conocer por fin a su esposa.
-Gracias Al, cuídate y… te amo-ella rio asintiendo, había llegado el momento de irse lo sabía ya no podría atrasar más la despedida, además las palabras que dijo: "Te amo" que fácil lo decía, que tan fácil podía decir algo tan verdadero y crudo como respirar, sintió una vieja envidia que creyó haber olvidado, él no podía tan fácilmente decirlo, incluso cuando cada pedazo de su ser lo gritara, podía fácilmente decirle de mil formas lo hermosa que era, alabar su brillante y cruel mente, recitar poemas sobre su dulzura y compresión pero o podía decirle dos simples palabras que tanto peso tenían.
Se prometió que cuando volviera a verla no sería como antes, prometió que desde el día que ella volviera a estar a su lado, le diría cada día lo mucho que la amaba.
Era más fácil decirlo que hacerlo…
Pero hasta ahora solo dos veces logro sacar esas palabras y aunque era más de lo que fue en vida aun sentía que no era suficiente, incluso ahora en ese momento no pudo sacar la fuerza para corresponder, aunque quisiera las palabras se negaban a salir, apretó su agarre contra el mango de su micrófono, varias formas de decírselo pasaron por su cabeza y justo cuando abrió su boca para decir algo, nada, nada salió ni siquiera un chillido de estática, nada más que un sonido blanco cuando se cortaba una transmisión.
Decepcionante…
Tristemente decepcionante, la mezcla de vergüenza e ira lleno su pecho, solo son dos simples palabras, miro a su bruja aun quieta mirándolo con su cabeza ligeramente ladeada en un claro signo de confusión, suspiro derrotado sabiendo que si no lo logro a la primera la segunda no sería mejor lo máximo que saldrían son balbuceos y la tercera bueno… era mejor evitar.
Sabiendo que era mejor olvidar el ridículo intento y solo decir de otra forma lo que quería decir eso funcionaba y se sentía cómodo improvisando, se aclaró la garganta y se enderezo dándole su mejor sonrisa.
- Jusqu'à ce que le soleil se couche ma belle sorcière je te laisse mon coeur et mes voeux, au revoir. (Hasta que el sol se ponga mi hermosa bruja te dejo mi corazón y anhelos, adiós)- le dijo suavemente cada palabra tratando de hacerle saber que esas palabras las sentía cada una como una verdad y como algo más que no podía decir.
Te amo…
Lamento que no pueda decírtelo ahora…
Tal vez fueran sus "sentidos de bruja" como ella solía decirle, que pareció ver lo que intentaba hacer y le sonrió cálidamente asintiendo sabiendo que, aunque no lo dijo con esas palabras la hacían feliz y lo agradecía, realmente no la merecía, la miro por última vez antes de irse, lo viejos hábitos volvían de nuevo, ella se veía radiante, usando una blusa blanca que se veía fresca y ligera, había arremangado las mangas hasta arriba de sus codos y abiertos dos botones mostrando un poco más de piel apenas dejando ver un poco su pecho, usando una de sus faldas favoritas azul oscuro casi negra era lisa y le llegaba casi hasta los tobillos, pies descalzos sobre la madera, el cabello suelto sin peinado alguno era la imagen de alguien relajado y fresco, casi podría verla relajándose en el pórtico tomando limonada bajo el sol de verano abanicándose con el periódico de la mañana.
El también quería estar relajándose en el pórtico tomar limonada y solo ver pasar el día con ella, no concéntrate, trato de esfumar la imagen en su cabeza y dio media vuelta para irse, aunque quisiera todo lo contrario, tomo un poco de su magia para transportarse a su territorio, las sombras lo rodearon justo cuando escuchó que lo llamaba y volteo solo para verla sonreí y agitar su mano con alegría.
- ¡Bon voyage, mi amor! (¡Ten un viaje seguro, mi amor!)- escuchó antes de ser envuelto por la oscuridad, no pudo evitar reír y sentir bajo su saco que su cola se agito por ello.
Un perfecto escenario para un asesinato.
Las calles estaban por completo cubiertas por neblina tan densa que si no se tenía cuidado y una buena visión alguien sin duda terminaría golpeándose contra alguien o algo, a pesar de la fantasmagórica visión se podían ver formas y sombras que se movían, a lo lejos como faros en la oscuridad luces de diferente tamaños y formas, el sonido de conversaciones de vida lo hacían más extraño e interesante, era como estar dentro de una burbuja o una pared invisible, ocultándolo de otros y a ellos de él, era tan familiar la sensación y la vista tan reconfortante, a pesar de las décadas de nula neblina, su mente y cuerpo recordaron perfectamente cómo moverse en tal escenario, como poder sorprender a cualquiera con solo movimientos silenciosos y rápidos, fácilmente podría simplemente quedarse parado justo en la esquina de cualquier calle y alguien sin poder verlo vendría a él.
Tan fácil…
Alastor simplemente rio internamente, recordando las veces que hizo esto, simplemente esperando en silencio hasta que escuchaba pasos calculando que tan cerca estaba de su espacio, con emoción y un cuchillo recién afilado preparado simplemente se escabullía detrás de la víctima, con rápidos movimientos simplemente tapaba la boca de la víctima mientas la otra con un rapido movimiento de cuchillo cortaba la garganta silenciándolo para siempre, silencioso, rápido, simple y perfecto.
Y todo oculto a simple vista por una capa de niebla…
Era como un asesinato a plena vista, tan emocionante y fácil de ocultar…
Tarareo recordando con nostalgia, más tarde lo haría prometió por ahora tenía que darle al pentagrama un recordatorio de su presencia, era necesario para su fachada de victima ignorante, suspiro una bocanada de aire frio aclarando su mente, bien…
- ¡Es hora del espectáculo! -
Y así la ola te miedo invadió de nuevo su territorio después de siete largo días, Alastor decidió divertirse un poco haciendo que algunos corazones dejaran de latir unos segundos, prácticamente jugo con sus víctimas haciendo que la música y sonidos que siempre lo acompañaban anunciando su llegada sonara como un eco tenebroso y lejano, él lo sabía, los demonios que a metros podrían verlo llegar ahora ciegos no sabían lo que llegaba a ellos hasta que prácticamente aparecía ente ellos como una aparición sonriente a centímetros de ellos, podría ver como sus caras sorprendidas soltaban un grito de miedo puro para luego salir huyendo.
La diversión pura de darle a todo aquel que se le cruzara un susto de muerte ¡era todo un gas!, (además no es como si fueran a morir por algo tan insignificante), viajando entres sombras y escondiéndose entre la niebla, distorsionado su propia sombra para que las patéticas victimas creyeran que era un demonio cualquiera y no el demonio de la radio, caían tan fáciles como las moscas a la red de una araña.
Después de escuchar el sexto grito de un demonio cualquiera y mientras le veía salir corriendo como un alma que se la lleva el diablo para perderse en la niebla suspiro sonriente por un trabajo bien hecho, soltó una risa baja acompañado del sonido de aplausos y ovaciones.
- ¡Y con esto concluye nuestro entretenimiento matutino sintonícense mas tarde para un nuevo espectáculo damas y caballeros! - exclamo dando por terminado su diversión, ahora tenía que revisar el estado de su territorio, había visto un poco mientras jugaba, algo de basura acumulada en algunos lugares, uno que otro cuerpo enterrado en ella, camino lentamente mirando a su alrededor no era nada que no se pudiera arreglar rápidamente, al girar una esquina algo corto su paseo, un poste de luz se había roto y caído sobre la tienda de esos molestos televisores, dentro de la tienda todo estaba arruinado y lleno de agua, las molestas cajas estaba arruinadas, rotas y mojadas, completamente negras, sin imágenes pasando sin descanso día y noche, ahora estaban calladas silenciosas como a él le gustaba que permanecieran por siempre, su sonrisa se volvió cruel.
- ¡Oh! que desafortunado accidente, ¡una perdida terrible! - exclamó con felicidad acercándose más al desastre, realmente era la única tienda en su territorio que vendía esos infernales artefactos, aun se pateaba a si mismo por aceptar el trato con Vox cuando este aun no era una molestia, en aquel tiempo parecía un buen negocio, su territorio gozando de cierto estatus era perfecto para poner negocios que podrían florecer sin los constantes robos y sabotajes que podría sufrir del centro del pentagrama, claro poder rentar un local en su territorio tenía un costo el cual Vox había cubierto todo ese tiempo sin falta y él sabía que esa tienda le daba buenos ingresos por lo tanto siempre fue puntual, asquerosamente puntual, nunca le dio la excusa de borrar su tienda del mapa por un pago atrasado y él se lo había advertido, talvez ahora viendo la gran pérdida eso podría cambiar.
Talvez con esto podría sacar Vox de su territorio de una buena vez y para siempre.
Y todo esto gracias a la llegada de mi bruja…
Oh mi querido corazón, tendré que agradecértelo de algún modo…
Soltó un risa y suspiro examinado el glorioso desastre hasta que su mirada se posó sobre unos cables de alta tensión chisporroteaban a centímetros del suelo mojado, solo una mesa rota a penas pobremente unida evitaba la mezcla letal y altamente inflamable, oh…
-No sería una pena si…- susurro caminando mirando la mesa mal trecha, un golpe y esta se derrumbaría sin dudarlo, tarareo mirando el suelo buscando algo y ¡Bingo! un pedazo de madera de considerable tamaño y peso que pareció ser parte de un estante estaba a sus pies, lo tomo y examino.
Perfecto.
Salió del desastre con el trozo de madera en su mano girándolo, lanzándolo al aire, girándolo y aterrizando en su mano, dio media vuelta y siguió su camino tarareando.
-Oh si sería una pena, tantas perdidas sin duda un incendio con esta catastrófica lluvia sería un golpe duro, un golpe…- su mano giro más rápidamente el trozo de madera.
-Muy…- sonrió sabiendo lo que pasaría.
-Muy…- lanzo de nuevo al aire y justo cuando estaba en el aire solo necesito una chispa de su magia.
-Duro- gruño y el trozo de madera salió disparado como si fuera una bala, no necesito mirar para ver y escuchar que impacto justo donde quería, el sonido del chisporroteo furioso y el estallido consecutivo fue música celestial para sus oídos, sonrió mientras tarareaba dando media vuelta para ver su obra, el local estaba en llamas ahora y soltó una risa.
- ¡Ups!, ¡HA! que torpeza de mi parte, ¡Pero que mala suerte! Yo y mis dedos de mantequilla causando un pequeño fuego ¡que alguien llame a los bomberos! ¡traigan agua para este fuego! - exclamo fingiendo lastima y preocupación, poso su mano sobre su pecho actuando con aflicción, el sonido de las sirenas de alarma sonó, pero nadie apareció siendo el quien, hacia reproducir el sonido, miro a su alrededor, suspiro y dejo de tratar fingir que realmente esto le preocupaba.
Sin un alma que lo hubiera visto, sin testigos admiro el fuego durante unos segundos más, este creció rápidamente formando una nube negra que se combinada con la niebla, la ceniza bailaba en el aire y el olor a plástico quemado le picaba la nariz, era magnifico.
- ¡Oh bien! estas desgracias ocurren todo el tiempo- dijo simplemente encogiéndose lo hombros, se sacudió el saco un poco de la ceniza que lo espolvoreaba y dio media vuelta para volver a su camino, tarareo alegre mientras caminaba alejándose cada vez más del incendio, gracias la neblina nadie lo descubrirá hasta que fue muy tarde, lastima ese local era de los más grandes que tenía y estaba en una ubicación beneficiosa, realmente una perdida, tendría que restaurarlo para poder rentarlo a alguien más, nada que un poco de su magia no arreglara, un pequeño inconveniente a pagar para quitarse a esa sanguijuela de su territorio.
Había esperado durante tanto tiempo una excusa para quitar esos asquerosos televisores de su espacio, que prefería perder tan buen lugar por el fuego que seguir con la constante presencia de ese bufón en el, si esa sanguijuela creía que era estúpido estaba equivocado, si era cierto no estaba muy versado en los avances tecnológicos pero se necesitaba estar ciego para ver que, Vox usaba esa misma tecnología para espiarlo y vigilar su territorio, aunque como sonaba poco creativo como dijo su esposa, no lo llamaban el demonio de la T.V por nada, al igual que el con las ondas de sonido y las radios podían escuchar y más de una vez le demostró que podría usarlos para observarlo si creía que él no conectaría los puntos estaba equivocado.
Sintió que se quitó un peso de encima al ver quemarse ese lugar, ahora con eso por fin resuelto tenía que arreglar un poco su territorio de los pequeños desastres que dejo la lluvia, para dejarlo de nuevo como antes entre otros asuntos que atender para luego poder ir a visitar a la querida Rosie y… ¿Por qué no? el hotel, si es que aun seguía en pie en su ausencia.
-Parece ser que tendré una mañana ocupada- suspiro ya cansado por todo el trabajo que tendría que hacer, ahora quería volver a casa con su bruja, realmente necesitaba más días con ella así, solo los dos en su hogar sin responsabilidades ni nadie que los molestara.
Vamos Al piénsalo de este modo mientras más rápido te vayas más rápido volverás…
Las palabras de su corazón resonaron en su cabeza y con ellos decidió hacer su trabajo y asuntos rápido para así volver con ella, con determinación renovada se dispuso a volver restaurar su territorio primero.
-Vaya creo que con esto eh terminado- dijo volviendo a levantar unos de los tantos postes de luz caídos que habían sido derrumbados por el agua, como supuso algo que un poco de magia y concentración no se pudiera solucionar, aunque tedioso era necesario, la luz en las lámparas volvió rápidamente dándole un poco de luz a la oscura calle.
-Nada mal Jefe, el barrio se ve decente de nuevo- lo felicito su micrófono, el asintió satisfecho con su trabajo ahora volvía a verse como un lugar decente.
-La imagen es importante amigo mío, sin eso se parecería más al centro del pentagrama- respondió, había tomado tiempo, pero valió la pena el esfuerzo, después de todo al igual que él su territorio tenía una imagen que mantener, miro a su alrededor todo parecía bien, el camino de luces se perdían con la lejanía como una hilera de luciérnagas, por un momento se sintió como el único ser vivo en el lugar, el leve vacío de soledad lleno su pecho y de inmediato para detenerlo recordó que ahora no estaba solo.
-Y… ¿Cómo está mi Genevieve? –pregunto sin pensarlo, sentía que había pasado mucho tiempo desde su partida y solo quería saber si ella estaba bien.
- ¿Quiere saber qué está haciendo ella? –la pregunta le tomó por sorpresa al micrófono, el ojo se abrió con sorpresa, el demonio frunció el ceño.
- ¡Claro todo el tiempo! –respondió rápidamente sorprendido por la pregunta tan obvia, después de un momento de silencio el hablo con un murmullo de entendimiento.
-Jefe sí que lo hizo caer fuerte la señorita ¿no? – pregunto y el demonio soltó un bufido, sintiendo que se sonrojaba, él lo sabía pero que alguien se lo echara en cara era una cosa diferente, sabiendo que no era posible mentir solo lo acepto.
-No entiendo porque enfatizas lo obvio, solo contesta la pregunta- respondió cortante mirando su micrófono esperando la respuesta que quería.
-En este tiempo parece ser que entro a la cocina y según se escucho dijo que dejaría reposar la masa, ahora no hace mucho descubrió que estoy conectado la radio y me pregunto si podría tocarle algunas canciones mientras transcribía, desde hace tres canciones ha estado trabajando y cantando, tiene talento debo decir-contesto rápidamente sabiendo que estaba pisando suelo frágil, al parecer a su jefe no le gustaba que le recordaran lo tontamente enamorado que estaba de su esposa.
-Ya veo-asintió, no le sorprendió que descubriera que su micrófono estaba conectado a la radio, ella de una u otra forma descubría ese tipo de cosas, su bendita curiosidad la impulsaba a buscar respuestas, bien eso facilitaba las cosas, tampoco era una noticia nueva que la voz de su bruja era hermosa y tenía talento para la música, era una lástima que ella no tenía la intención de adentrase en el mundo del espectáculo, no lo importaba ya que eso lo hacía a él su único y fiel espectador, ahora tenía curiosidad.
-Quiero escucharla, ponla al aire-ordeno a su micrófono agitando su magia.
- ¡A la orden Jefe! –exclamo cumpliendo con su orden, por un momento sus orejas se movieron tratando de captar la onda de sonido, ahora que sus orejas podían funcionar también como auriculares permitiéndole ser el único que escuchara y su micrófono servía para aislar la onda y redirigirla a él, agradeció sus nuevas habilidades.
Y un tarareo dulce y suave acaricio sus orejas, siguiendo un ritmo que reconoció era de la música más moderna que no siempre encontró el gusto, con curiosidad aguardo en silencio y escuchó atentamente.
Murió anoche en mis sueños,
Caminando por las calles,
De algún viejo pueblo fantasma,
Traté de creer…
En Dios y James Dean,
Pero Hollywood se agotó…
Oh, como siempre su canto lo cautivo llevado su mente lejos, tenía un tono tan melancólico, casi triste y aun así enérgico, sintiendo las palabras, transformando un lamento en un llamado.
Vi a todos los santos,
Cerraron las puertas,
No pude entrar…
Caminó en las llamas,
Llamó tu nombre,
Pero no hubo respuesta…
Las tonadas grises se combinaron con el silbido suave ahora parecido al de un ave llorando, sabiendo que nadie la escuchaba, perdida y sola, se sintió transportado la ilusión de un pueblo gris y sin vida, escuchando el silbido dulce a lo lejos, llamándolo.
Y ahora sé que mi corazón es un pueblo fantasma,
Mi corazón es un pueblo fantasma…
La declaración fue de tranquila y triste resignación, entonces… ¿porque sentía la necesidad de bailar con ello?, al ritmo del dolor de la vacía tristeza, chasqueando sus dedos al ritmo de su corazón vacío, ah… ahora podía entenderlo, ese vacío… entendía el significado de ese vacío, el llamado de alguien quien no responderá, la perdida y el dolor crudo.
No queda nadie en el mundo,
Estoy disparando,
No me importa un carajo si me voy,
Abajo, abajo, abajo,
Tengo una voz en mi cabeza que sigue cantando,
¡Ooooh, mi corazón es un pueblo fantasma!
Su voz tomo fuerza con el dolor, sacándolo y formando algo celestial, se encontró tarareando y chasqueando sus dedos al ritmo, cantando con ella, compartiendo el dolor, hipnotizado, al cerrar sus ojos podría verla cantando a su lado con sus ojos cerrados balanceándose con la música tan diferente de su época, pero perfecta para retratar el dolor que ambos sintieron al estar atrapados en un pueblo fantasma lamentando la perdida y llamando a su amor perdido.
Mi corazón es un pueblo fantasma,
¡Ooooh, mi corazón es un pueblo fantasma!,
Dijo, mi corazón…
Mi corazón es un pueblo fantasma,
Mi corazón es un pueblo fantasma.
La voz de su amor se disolvió en la música y con eso el volvió en sí, parpadeo anonadado, wow, hacia tanto que una canción no lo hacía sentirse tan… desnudo, talvez ayudo que fuera por la voz de su bruja, la letra o en sentimiento de esta y ni siquiera le importo que no fuera una de las canciones de su época, le gusto… bastante.
Sin pensarlo ni un segundo comenzó aplaudir y las ovaciones resonaron por las calles vacías como un eco que solo podría ser igualado a la de un teatro lleno.
- ¡Eso fue magnifico! ¡Qué voz! ¡Qué talento! ¡La voz de un ángel y tan bella como una diosa damas y caballeros! – exclamo alto y claro sobre el sonido de la multitud encendida, pudo escuchar un jadeo de sorpresa de sin duda su esposa que sonaba claramente sorprendida.
"¿Qué? ¿Alastor?"
- ¡Hola querida!, lamento la interrupción, pero no pude resistirme- le respondió sin realmente sentirlo, la voz de su esposa sonaba confundida para luego soltar una risa alegre de comprensión.
"¡Oh!, oh esto es genial es como hablar por teléfono, ¡con una radio!, espera… ¿desde hace cuando me has estado escuchando?"
-Lamentablemente solo esta canción – respondió de nuevo volviendo a caminar mientras hablaba con ella, sonrió ante la pregunta con un tono acusador.
"Ah… mmm… bien supongo que debí haberlo esperado, en fin, ¿Cómo va todo?"
-Hasta ahora todo va bien, arreglé unas cuantas cosas, me deshice de una molestia y un poco de limpieza, nada emocionante- le explico sin mucho detalle lo que había hecho desde que salió, escucho que algo se movía, el movimiento de ropa le hizo saber que Genevieve estaba ahora frente la radio, escucho como susurró algo que no pudo entender, hasta que habló con un suspiro que resonaba culpa.
"¿Arreglaste cosas?... Mi lluvia… hizo desastres en tu territorio ¿verdad?"
Nuestro…
Estuvo a punto de decir, si claro el había reclamado ese lugar con violencia y sangre y también paso años haciéndolo un lugar decente y lo mantenía en forma, pero era solo porque quería compartirlo con ella, un territorio basto y próspero en el cual podrían pasear sin problemas ni cuidado, un lugar seguro el cual podrían moldear juntos hacia algo mejor de lo que era, un pedazo del mundo al que nunca más podrían ir, quería darle eso a ella ya fuera para compensar haber perdido su hogar, su futuro y por culpa de su parte, eso no la atenuó al escucharla tan culpable por algo que no fue del todo cierto.
-Sí, solo un poco, nada alarmante cariño, no tienes que preocuparte por nada- dijo como si esos incidentes fuera a penas algo de lo que hablar para calmarla, a lo que ella suspiro cansada.
"Lo siento, mi desastre solo te dio más trabajo"
-No lo sientas además fueron tan pocas que ya eh terminado y solo tomo unas horas, además algo que creí imposible hasta ahora sucedió gracias a tu maravillosa lluvia así que te estoy agradecido por ello- dijo con la esperanza de alegrarla y hacerle ver que no todo fue desastre, aunque solo podía hablar por su territorio y poco lo importaba como estaba todo fuera del suyo.
"¿Algo bueno?"
La incredulidad esperanzadora de su voz lo hizo soltar una risa y tarareo afirmando.
-Si algo maravilloso, me ayudaste a deshacerme de una plaga que ha estado en mi costado durante un tiempo-explico escucho un murmullo de aceptación.
"Oh, supongo que algo bueno salió de este lio"
-Exactamente querida así que no mas culpa, pon una sonrisa en tus labios y sigue cantando como la hermosa ave cantora que eres- dijo alegre para animarla y escucho una risa dulce que acarició sus oídos.
"Bueno si tú lo dices te creeré, bien supongo que ahora si quieres podría cantarte algo para compensar tu trabajo duro y acompañarte un rato"
-Estaría honrado y nada me haría más feliz, mon coeur- respondió posando su mano en su pecho y haciendo una leve reverencia, sabía que ella no la vería, pero algo le decía que ella sabía lo que algo estaba haciendo, lo confirmo al escuchar que ella rio.
"Oh Al, deja de alagarme y bien… ¿alguna solicitud que quieras que cante?"
Eso lo tomo con la guardia baja, tan extraño como era que alguien le preguntara que canción quería, generalmente era al revés, en ese momento cientos de canciones parecieron en su mente, una larga lista, pero ninguna que quiera con urgencia así que opto por algo que nunca pensó que pediría.
- ¿Qué tal sí?... cantas lo quieras, no importa que no sea de nuestros tiempos- propuso mientras seguía su caminata mirando a su alrededor buscando cualquier desperfecto para arreglarlo.
No era una sorpresa que no tuviera cariño por como la música que cambio con el tiempo, creció y vivió con un tipo diferente de ritmo, el cambio que sufrió por el tiempo no fue muy de su gusto, no importa que tan popular fuera y lo mucho que las escuchara nunca logro conectar con ninguna, por eso prefirió encerrarse con lo familiar, claro las criticas a su gustos no se hicieron de esperar, si le dieran un dólar por cada vez que Vox le recordaba lo anticuado que era y que debía dejar su música y modos viejos seria el ser más rico del infierno superando a Lucifer y a Mammon el rey de la codicia por mucho y fue así que fue por despecho se negaba a aceptar que algo tan "moderno" y tan del gusto de esa basura fuera bueno o de su agrado.
Y ahora estaba esta situación, una que sin duda no esperaba tener y tampoco estar secretamente agradecido por ello, sabía que si alguien podría enseñarle algunas piezas más modernas y que podrían gustarle era su bruja, como alguien que vivió en la misma época tenía una curiosidad por como ella que tuvo quisiera o no adaptarse al cambio del tiempo en especial la música, si bien le demostró que había música que fue bastante de su agrado y que no era de sus tiempos.
Aunque jamás lo admitiría (y menos porque eso le daría la razón a Vox) era que sentía una genuina curiosidad por los cambios que sacudieron el mundo de la música, como presentador siempre estuvo al tanto de las novedades, escuchaba antes que nadie las nuevas voces que serían por siempre recordadas, pero ya sea por culpa de las constantes burlas de Vox y su orgullo lamentaba haberse perdido eso, talvez ahora no fuera tarde para comenzar, del mismo modo que el amor volvió a su vida era también hora que su amor por la música lo hiciera.
"Oh… ¿seguro?"
- ¡100% seguro querida! cualquier cosa que quieras además me gusto la canción que cantaste con anterioridad, ya sea por tu voz o su significado me pareció buena- dijo con sinceridad entrando al parque que había dejando intencionalmente para el final para poder relajarse un poco mientras lo arreglaba en caso de que algo hubiera pasado.
"Je, bien tomare tu palabra, si quieres en cualquier caso que pare de cantar dime"
-Oh te puedo asegurar que eso no pasara, no paso antes, no pasara ahora, ni nunca cariño- respondió de inmediato con una risa y un gruñido de advertencia, sabía que todos huían de inmediato al verlo o se congelarían como estatuas y los únicos que podrían hablar con el serian aquellos que buscaban un enfrentamiento o un trato.
Si alguna patética criatura se atreve a interrumpir ese canto será carne muerta y directo a su estómago…
"Solo lo digo por si alguien te habla o algo requiere tu atención completa Al"
Bueno ella tenía un buen punto, suspiro resignado.
-Bien… supongo que sí es un escenario posible- respondió casi logro verla asintiendo sabiendo que ella tenía razón, no necesitaba verla para saberlo, escucho que soltó una risa.
"Bien, si alguna canción no te gusta dime y la cambiare"
-Me parece bien, adelante mon ange, canta para mí-dijo dándole el total control.
"Hmmm… eso me acaba de dar una canción perfecta para la ocasión y… puedo preguntarte… ¿te gusto de verdad la canción?"
La pregunta sonó tímida y algo avergonzada.
- ¿La canción? – respondió con otra pregunta no muy seguro del cambio de humor de su esposa y la escuchó suspirar cansada muy cansada, la necesidad de aparecer en su hogar y querer abrazarla y consolarla que lleno su cuerpo fue intensa.
"Si es decir podría darme una idea de lo que podría gustar, es decir bueno mis gustos si cambiaron un poco y bueno me eh dado cuenta de que tengo una larga lista de canciones que son realmente deprimentes y tristes, no me extraña ya que casi 24/7 estaba en un modo depresión y siendo la masoquista que soy escuchaba ese tipo de canciones solo para ponerle el dedo a la herida"
Ah, eso tenía sentido, no podía decir que no se identificaba con ello, claro para el infierno había tenido siempre que poner una sonrisa eterna y buen humor y felicidad, música alegre y tonadas juguetonas era su día a día, aunque el sintiera todo lo contrario y por dentro su alma estaba herida, triste, cansada y rota por mucho, mucho tiempo, no podría jamás negar que no hizo los mismo que ella, pero eso ya no era así, ahora era diferente en este momento no estaba fingiendo ser feliz o intentar serlo porque estaba total y genuinamente contento y eso ameritaba escuchar algo diferente.
-Ya veo puedo decir lo mismo, aunque claro tenía que hacerle ver al público que me sentía todo lo contrario, pero ahora ya no me siento así y creo que estoy listo para escuchar algo diferente y la canción… me encanto- respondió sinceramente mientras caminaba por el sendero de piedra entre los árboles y arbustos de rosas.
"Si yo también y supongo que es hora de escuchar algo diferente"
-Con toda la razón cariño, no pienses en lo que puede gustarme o no, ahora tu eres la que tiene el control así que solo pon cualquier cosa que te alegre o me diga cómo te sientes ahora- soltó una risa suave al escucharla estar de acuerdo con él, ambos necesitaban dejar atrás las canciones tristes y melancólicas para poder escuchar algo nuevo.
"Bien en ese caso debo tomarme el papel de presentadora más enserio…"
Antes si quiera que pudiera preguntarle a que se refería, la escuchó aclararse su garganta…
"¡Muy buenos días damas y caballeros! hoy hace un precioso día con niebla que cubre todo el infierno… ¡Bienvenidos a la cumbre británica!, los saludo soy Genevieve la bruja que los acompañara hasta que vuelvan a casa y empezamos el día con una canción dedicada de una joven no tan joven a su joven no tan joven esposo y empezamos!"
Quedando por primera vez en décadas sorprendido y sin una palabra que decir, solo pudo soltar una risa, combinada con estática, río hasta que sintió las esquinas de sus ojos humedecerse con lágrimas negras que no dejo caer, las limpió con su pulgar y trato de detenerse sin éxito hasta que su estómago y pecho comenzaron a doler.
"Espero que la risa sea porque hice un buen trabajo y no porque doy tanto asco"
- ¡NO, de ninguna forma mi corazón! Es solo que… nunca espere que nuestros papeles se intercambiaran ¡Y de qué forma!, ¿Quién lo diría? ¡Tienes talento para la radio! ¿Has pensado en algún momento acompañarme en alguna de mis trasmisiones? serias una compañera excelente- tratando de dejar de reír mas no de sonreír calmo a su esposa que no sonaba enojada sino más bien divertida, nunca espero tal muestra de talento innato y sin duda, una vez que las palabras salieron de su boca no pudo evitar querer que ella fuera su copresentadora para acompañarlo durante sus trasmisiones sería algo delicioso de escuchar.
"Si viene de ti lo tomare como un gran cumplido y talvez en un futuro pueda ser tu copresentadora ¿Quién sabe? Después de todo tenemos toda la eternidad para averiguarlo"
-Sin duda el tiempo esta de nuestro lado querida, ahora más que nunca- su pecho de lleno de una cálida sensación como si un sol hubiera nacido en el dejándolo cálido y delirante por mas, soltó una risa respirando el aire frio y fresco.
"Bien dado que tengo la aprobación de un verdadero presentador seguiré con mi segmento y si quieres que pare solo di: pausa"
-Te daría las llaves de mi torre de radio en este momento si estuviera ahí, pero tómalo como una prueba para ver si eres apta para el trabajo adelante ma sorcière, hechiza a tu público y déjalos suplicando por mas-
"Oh Al, lo tomare como un reto"
-Y uno que se cumplirás- respondió a las palabras llenas de diversión de su amor, sabiendo que ella estaba más que dispuesta a darle todo de ella y él estaba más que dispuesto a tomarlo todo… y talvez algo más.
Con ello dejo que ella siguiera con su segmento, mientras era acompañado por su voz y música que pensó jamás disfrutaría, tarareo mientras arreglaba el parque porque una vez que su tarea hubiera terminado iría al emporio de su querida amiga Rosie debía anunciarle las buenas noticias de sus próximas nupcias porque sabía que si había alguien a quién podría dejarle la importante tarea de hacerle su traje y el vestido a su esposa esa sin duda seria ella.
-Muy bien chicas tómense 20 minutos y vayan por un bocadillo- la voz tranquila y suave como la seda atrajo la atención de las demonio caníbal que hasta ese momento habían estado moviendo diferentes tipos de ropa y telas para los encargos de los múltiples clientes que tenia nada más y menos que la más famosa diseñadora del infierno la overlord Rosie quien ahora mismo le sonreía mostrando sus blancos y afilados dientes un sonrisa alegre aunque algo cansada.
- ¡Gracias! ¿Quieres que te tragamos algo también? ¡Oh! Te podríamos traer el corazón sabemos que es tu parte favorita- dijo una de sus chicas suspirando algo cansada pero ansiosa por tomar un descanso de todo el trabajo que se había acumulado por la lluvia.
-Gracias, aunque es una oferta muy amable y tentadora de su parte tendré que rechazarla, vayan y disfruten de su almuerzo me quedare aquí para atender a los clientes así que diviértanse- dijo ella negando suavemente, aunque aún no había probado bocado desde que abrió en la mañana estaba aún lejos de tener hambre además tenía trabajo que hacer y sabía que sus chicas habían estado tanto o más atareadas que ella y merecían un descanso además ella era un overlord tenía muchísima más resistencia que ellas.
-Está bien Rosie ¡volveremos pronto! – dijeron colocando sus batas de trabajo en el perchero y salieron platicando alegremente entre ellas sobre donde poder encontrar un bocadillo, al escucharlas salir por la puerta suspiro algo cansada pero emocionada, si esa lluvia había retrasado algunas cosas pero también fue una inesperada bendición en otras, gracias al tiempo que tuvo sin clientes que atender en su emporio pudo terminar mucho otros trabajos más importantes, después de todo la gala del infierno estaba la vuelta de la esquina y desde hace meses muchos encargos le habían llegado para confeccionar vestidos, trajes, joyas tanto para la nobleza, reyes de los círculos infernales y overlords, decir que tenía mucho trabajo y de muy importante calibre era quedarse corto, siempre pasaba lo mismo cada cierto tiempo en algún evento o gala.
Fue un dolor de cabeza confeccionar tantos tipos de piezas para que encajara con el estilo y colores de sus clientes poderosos y adinerados pero que traía consigo mucho capital para ella, se podría decir que sus dolores de cabeza al terminar valían la pena.
Pensando en cuanto trabajo había terminado la dejaba con un peso menos en sus hombros, si aún tenía trabajo, pero era de una importancia menor que era mil veces más fácil de hacer y ahora que tenía a sus chicas con ella ayudándola solo era cuestión de días para terminar todos los encargos y mandarlos a sus ansiosos clientes, para poder descansar por una temporada porque si tenía que volver a cocer un patrón de diamantes y perlas de nuevo le arrancaría la cabeza a alguien, por un momento la imagen le hizo agua la boca.
-Hmmm… talvez si debí de haber aceptado que trajeran el corazón- murmuro, suspirando por su tarde realización, paso su mano por su corto cabello grisáceo, se sentía extraño no tener su siempre fiel sombrero de copa, pero en momentos como este de mucho trabajo y movimiento cuando estaba atareada y su sombrero resultaba estorboso, bien.
Rosie paso su mano por cuello masajeándolo y con uno movimiento lento de su cabeza los huesos chasquearon resonando en el cuarto vacío, hasta que el silencio apacible fue roto por una tonada lejana trajo su atención, las cuencas negras y vacías de Rosie miraron por las ventanas sintiendo que algo de acercaba, su piel sintió el hielo frio y eléctrico, que reconoció después de décadas desde que sentirlo cada vez que la visitaba.
-Ah, ese chico si no fuera tan buen amigo estaría molesta por ello- dijo soltando una risa, haciendo aparecer su sombrero y sacudiendo su vestido eliminado cualquier arruga o basura, la presentación era importante para recibir a un viejo y buen amigo.
Una vez estuvo segura de que su imagen estaba impecable y no dejar ver que estaba tan cansada espero frente al mostrador a su querido amigo, la música se volvió más fuerte y clara, el chasqueo de cascos contra el suelo como un zapateo de tap, mientras alguien tarareaba tranquilamente, entre la niebla una figura lejana fue tomando una forma más definida hasta que la sombra tomó color y forma, era Alastor quien con los ojos cerrados y sin importarle nada caminaba alegremente como si tuviera todo el tiempo del mundo.
La campana de la puerta al abrirse le dio a Rosie sin pensarlo una sonrisa autentica en su rostro, se alegró de que las chicas hubieran ido a almorzar o ya estaría escuchando un chillido que solo podría ser comparado con el un grupo de adolescentes enamoradas, en su lugar un cálido saludo la recibió.
- ¡Querida Rosie! buen día, amiga mía tanto tiempo sin vernos- exclamó alto y claro el demonio de la radio con su pulcro traje rojo dando una reverencia elegante como un auténtico cabello y sonriendo verdaderamente con una alegría salvaje y un brillo que a Rosie la dejo sorprendida.
Había conocido a Alastor desde hace décadas, lo conocía casi como la palma de su mano y entendía que guardara sus secretos y lo respeto del mismo modo que su amistad, pero lo conocía lo suficiente como para saber que ahora mismo su querido amigo tenía un brillo, que parecía irradiar de él, una alegría que parecía golpearla como un camión de carga a toda velocidad, más que brillar, Alastor estaba radiante como si algo verdaderamente milagroso paso que lo hacía total y verdaderamente feliz como nada en el inferno.
En su mente trato de adivinar que podría ser que lo tuviera así de contento, lo que su mente pudo adivinar que lo tenía tan contento fue …
¿Acaso Vox murió?
Si era así fue una lástima ya había echo su traje para la gala y ahora tendría que guárdalo o venderlo, una lástima si lo hubiera sabido antes no hubiera desperdiciado material y tiempo en terminar ese traje y hubiera hecho otra cosa, lo bueno de pedir el pago por adelantado si no también hubiera sido una pérdida de dinero.
Miro de nuevo a su amigo viéndolo tararear una tonada alegre como un niño, entonces supo que ese tiempo de felicidad era muy diferente a la de alguien quien por fin se había desechó de su rival, no había ese triunfo sanguinario, esa sensación de victoria que había visto tantas veces desde que llego al inferno, no, era… un tipo de felicidad diferente.
-Hola querido tanto tiempo sin ver si quiera tu polvo Al, ¿Cómo has estado? – le pregunto ahora ansiosa por saber aquello que hacía que el famoso y temido demonio de la radio, asesino de overlords lo pusiera con una verdadera sonrisa en su rostro y como amiga moría por saber que tenía tan feliz a su amigo.
-Como un himno para el fin de semana- respondió simplemente soltando una risueña risa suave y alegre, en un segundo su figura se volvió delgada y desapareció para aparecer a centímetros frente a ella, rápidamente la tomo de su cintura y su mano, jalándola para girar en un baile sin música más que su risa, giraron y giraron dejándose llevar por la alegría borracha de su amigo, la música que le mismo producía lleno la habitación y ella no pudo evitar seguirle la corriente y sonreír con él sin poder entender ni un palabra de lo que dijo.
- ¿Pero qué paso que tiene tan de un humor tan delirante querido? -le pregunto a lo que el soltó un suspiro y una serie de risas.
- ¡Oh Rosie!, la vida es una bebida y el amor es una droga y ahora creo de debo de estar a varias millas de altura- canto sin darle una respuesta coherente o por lo menos una que ella pudiera entender.
- ¿Qué? Alastor querido no te entiendo-pregunto sin dejar de sonreír con él por su estado.
-Llego e ilumino mi mundo, cuando estaba tan abajo, cuando me dolía, cuando estaba triste, ella llego y trajo una inundación y derramo una sinfonía- la respuesta que le dio no fue mucho más coherente de echo fue todo lo contrario.
Esta loco…
Claro no estaba solo en ello, nadie podría mantenerse cuerdo durante tanto tiempo en el inferno y ella suponía que alguien como Alastor ya lo había estado antes de caer a este lugar, pero este no era el tipo de locura del cual estaba acostumbrada y se podía esperar de él.
-Una bella y bendita sinfonía, amiga mía no creo en los milagros, pero sin duda no puedo darle otro nombre que no sea ese- continuo con sus delirios riendo hasta que dejaron de girar y suspiro soltándola, ella de parpadeo sorprendida cuando vio la cara de su mejor amigo, tenía una mirada tan suave y dulce.
¡Oh por los fuegos del infierno!
Reconoció esa mirada de inmediato y que la ocasionaba.
Alastor estaba enamorado…
Alastor si estaba loco, pero ahora era un loco enamorado con delirios de amor, por un momento la sorpresa de esa revelación la dejo sin aire y si no hubiera tenido algo de control su boca estaría abierta en un grito silencioso, al parecer Alastor bajo de su nube y al verla su cara supo que en realidad no le había explicado nada.
Se aclaró la garganta soltando un suspiro alegre y paso una mano por su cabello para arreglarlo.
-Lamento mi arrebato, pero te tengo maravillosas noticias-dijo más calmado, pero sin poder esconder en su voz la felicidad que lo embriagaba, parecía más un volcán a punto de explotar de nuevo si no tenia cuidado.
-Oh, ¡oh! Claro querido ¿de qué se trata? – pregunto cuidadosamente para evitar delatar que estaba en shock por el descubrimiento, ¡¿Alastor enamorado?! ¡¿pero de quién?! ¿Cuándo? Y lo más importante ¡¿Cómo?! Su mente se llenó en segundos de cada vez más y más preguntas.
- ¿Es algo personal querida podemos ir a un lugar más privado? y además tengo un encargo que hacerte- la respuesta la despertó un poco de su aturdimiento.
-Claro vamos a mi oficina-dijo rápidamente evitando tomarlo del brazo y arrastrarlo para que le contara todo como una niña emocionada, era una dama hecha y derecha tenía que mantenerse firme y serena.
¿Pero cómo te mantienes firme ante el descubierto que su mejor amigo, y de todas las personas: ¡ALASTOR! ¿Estaba enamorado?
-Las damas primero- dijo ofreciéndole su brazo para acompañarla, ella asintió sonriendo, ambos en silencio pasaron por detrás de la tienda entre telas y mesas, maniquíes para ir al fondo donde una puerta ornamentada de madera negra resguardaba su oficina, una vez entraron se sentaron en el sillón a lado de su escritorio, Alastor hizo aparecer una mesa llena de postres y café a la esperaba para cualquier invitado, ambos se sentaron el sillón, prepararon su café al gusto, el caso de Rosie con azúcar y crema, mientras el silencio eran servidas y preparadas las bebidas Rosie estaba como loca buscando ¿Quién podría ser el ser que logro que él se enamorara? Descarto rápidamente a Mimzy era claro que en todos estos años no importa cuanto lo intentara el súcubo Alastor la veía como todo menos como pareja romántica.
La lista era larga y no tenía muy buenos candidatos.
Y no había uno que por lo menos que no hiciera que ella activamente y pasivamente no quisiera entrometerse en la relación para terminarla porque sabía que terminarían usando o dañando terriblemente a su amigo.
Estaban por un lado los que quería por riqueza, su título de overlord y la reputación que traería ser la pareja del demonio de la radio y luego estaba otros como Vox que aunque actuara como si odiara al ciervo hasta la medula se notaba que actuaba más como un niño de seis años que trataba de traer la atención de la niña que le gustaba y con el único resultado que Alastor no veía eso como un mensaje de: Mírame, si no como una molesta basura que no solo quería tirar y también prenderle fuego, por su bien y el de Alastor decidió callar y dejar eso entre los dos o por lo menos hasta que el magnate de la tecnología por fin creciera y le dijera a la cara de su amigo lo que realmente sentía.
Cuando eso sucediera, ella estaría en primera fila para verlo.
Y luego estaba también como otro gran problema y lo que más la ponía nerviosa y algo asustada, alguien que mostro su atracción y lujuria por su amigo y fue más descarado nada discreto fue para su horror Valentino el overlord de la lujuria que claramente lo veía como un trozo de carne que debía devorar, eso la asqueaba, eso no era amor ni por equivocación, el único amor que sentía el proxeneta era para sí mismo y el dinero, todos lo sabían y más por la muestra de "relación" que decía tener con Vox que si logro atrapar entre sus garras, ella sabía que en cualquier oportunidad que pudiera tener trataría de hacer lo mismo con él.
Y pese a todo Valentino no era tan idiota como parecía, pesara a quien le pesara, todos los overlords sabían que Alastor era el que tenía más poder de ellos y que si él quería los masacraría a todos sin pestañar después de todo ya antes lo había echo y por eso alguien como Valentino y otros deseaba poder amarrar a su querido amigo ya que eso le conseguiría una inmunidad que nadie más en el pentagrama podría tener.
Aun con todos esos problemas frente a ella fue el mismo Alastor que le demostró que era una preocupación inútil, no importara cuando Vox lo molestara, no importaba cuando Valentino tratará de seducirlo con promesas se sexo y tratos, Alastor el primero lo odiaba y el segundo lo asqueaba, no importaba cuantos trataran de acercarse con promesas de amor él nunca las acepto y más bien las ignoro, se podría decir que el termino dejándolo acercarse porque ella no buscaba su amor o poder y además no sentía tracción por los hombres por lo que nació su genuina amistad.
Por más raro que fuera para ella el nunca busco tampoco tener una relación con nadie, jamás lo vio en todo este tiempo con una pareja sentimental o sexual, con el tiempo el mismo Alastor le dijo él porque prefería estar solo…
Pero eso era imposible…
Habían paso décadas y nada…
¿Acaso el….
-Así que como trate tan pobremente de explicarme antes tengo una maravillosa noticia que como mi amiga debes saber y también es para el encargo que quiero pedirte- dijo Alastor sacándola de sus pensamientos y ella asintió tomo un sorbo de su café y lo puso de nuevo en la mesita.
-Adelante querido muero por saber que alborota tu animo- respondió sonriéndole aguantando tomando de las solapas de su traje y sacudirlo violentamente que soltara ya todo el chisme sobre quien había capturado su corazón, lo vio suspirar lentamente como si estuviera cansado y por primera vez se hubiera tomado un descanso.
-Mi esposa…. Rosie, mi Genevieve ha llegado por fin, mi bruja después de décadas de tortuosa espera por fin está de nuevo conmigo y planeamos casarnos de nuevo tan pronto como podamos por eso quería pedirte a ti que nos diseñaras mi traje y su vestido – dijo de nuevo radiante con una sonrisa tan alegre y sincera llena de pura adoración y amor.
Dio un parpadeo atónita por la noticia… de todas las noticas que esperaba nunca espero esa, de los muchos secretos de Alastor que el mismo dejo que conociera fue el de su esposa, su Genevieve, probablemente era la única en el infierno que sabía de ello, incluso Husk como había confirmado ella misma no sabía de su existencia, al parecer Alastor pese a los muchos años de amistad y servicio no le había dado esa confianza al hombre, nunca pregunto por qué y por su respeto a Alastor y su amistad tampoco pregunto o dijo nada.
Aun así, por la forma que el la describió parecía algo más sacado de un cuento, una fantasía, el fantasma del pasado que su amigo se negó a dejar ir, amando con locura su recuerdo e imagen, le compartió la historia de amor que compartieron de ser a penas conocidos a ser amigos y luego amantes para terminar en matrimonio, hasta su trágica separación que sin mucho lujo de detalle Alastor dijo con un dolor poco oculto que jamás quiso que pasaran, así las cosas.
Voy a esperarla Rosie por eso no tengo ni la menor intensión de tener ninguna otra compañera…
Ella entendió a su amigo, en un principio la enterneció que el amor de su amigo por su esposa fuera lo suficiente para no aceptar a nadie más y lo apoyo dándole ánimos cuando el parecía extrañarla unos días más que otros dejándolo desahogarse, fue de las pocas veces que pudo ver esa alegre e imponente figura sumergido en una triste melancolía.
El amor es una maldición amiga mía, una de la cual nunca me arrepentiré incluso si pudiera volver atrás, no cambiaría nada…
Sintiendo pena por su amigo durante años lo animo suavemente en sus momentos más oscuros, solo pasaba en cierto día, pero de igual manera estuvo ahí para animarlo siempre que él quisiera, pero pasaron los años, las décadas y ella no llegaba y por lo que podía asegurar por lo que Alastor le conto ella caería al infierno sin dudarlo, con el tiempo ella temió por su amigo no parecía que ella fuera a llegar y cuando él se diera cuento de ello estaría devastado.
Aun así, la fe que tenía Alastor que solo podría ser igualada por la de un loco fanático religioso porque su amor estaría de nuevo a su lado no flaqueo, admiraba eso de su amigo, pero ella como alguien realista sabía que probablemente eso no pasaría, ningún humano podría vivir tanto tiempo y si ella no estaba aquí entonces estaría en otro lugar… lejos, en un lugar que ellos como demonios jamás podrían pisar, al final decidió guardar silencio esperando que su amigo con el tiempo se diera cuenta de ello, pero ahora con esa noticia simplemente derrumbo todo.
- ¿Tu esposa? - pregunto suavemente aun sin poder aun creérselo.
- ¡La misma! Después de décadas de tortuosa espera y dolor por fin está aquí, llego hace una semana y gracias la lluvia estuvimos encerrados como el resto de infierno, ¡Fue perfecto Rosie!, claro, aunque al principio estaba furiosa- le conto el gran suceso mientras ella en una silenciosa sorpresa lo escuchaba, tantas cosas llenaban su cabeza y todas preguntas que sabía su amigo no le contestaría.
- ¿Furiosa? – pregunto por fin volviendo a estar enfocada ahora que la sorpresa disminuía para poder hacerle ahora preguntas, pero no entendía si tanto esperaron poder reunirse ¿porque ella estaría furiosa?, si esperaron tanto para verse se esperaría felicidad y lágrimas, pero ¿enojo?
-Sí, pero no puedo culparla, me dio una muy buena bofetada, esa mujer sí que sabe darlas- lo vio tocar levemente su mejilla y sonreír de una forma tierna y en sus ojos el orgullo brillo- pero en su defensa me lo tenía bien merecido, la abandoné cuando prometí no hacerlo… ¡Pero eso es ahora parte del pasado! – rápidamente la perdono de cualquier agresión en su contra con una sonrisa alegre como si hubiera sido una travesura divertida, pero ella solo pudo levantar una ceja en confusión.
- ¡Ah! Rosie es tan hermosa como recordaba y ahora con su cambio no pensé que podría serlo aún más, por fin está de vuelta nos reconciliamos y las cosas volvieron a ser como antes, como si nunca nos hubiéramos separado y ahora que estamos de nuevo juntos decidimos casarnos de nuevo pero esta vez planeo darle un agregado que solo podríamos tener aquí- dijo dándole una sonrisa maquiavélica y eso fue lo que aun más la dejo sin palabras, entendió que Alastor no solo planeaba contentarse con tenerla de nuevo a su lado, no, él quería encadenarla a su lado por toda la eternidad y además de entregar el alma solo había otra forma de hacerlo y una más equitativa para ambas partes aun así era un movimiento arriesgado casi suicida si alguien equivocado lo sabía.
- ¿Entonces Alastor tú y… ella? -pregunto temerosa el porque su amigo no estuviera considerando relámete esa opción.
-Sí, planeo unir nuestras almas y para ello no solo quería pedirte que hicieras su vestido si no también quisiera que me informaras más sobre los rituales de unión, después de todo unir dos almas no es algo fácil y ya que tu sabes más que nadie sobre ello quería pedirte tu consejo y guía- dijo las palabras que ella tanto temía con la sonrisa de un loco enamorado.
-Alastor… amigo mío, sabes que en el pasado te apoye en muchas locuras, ¿pero esto Alastor…? ¿sabes lo peligroso que sería si alguien supiera que estas unido al alma de alguien más? en especial por… tu sabes quiénes- dijo Rosie con una clara preocupación en sus palabras a lo que él solo asintió, no estaba escuchando nada que no hubiera pensado con anterioridad, sabia el riesgo de una unión así, en especial si los demás overlords supieran esa información podrían usarla para acabar con el pero también sabía que tanto el cómo su bruja no eran presas fáciles de eliminar incluso con una desventaja como esa.
De hecho, sabía que en cuanto su Genevieve supiera eso le preocuparía cierto, pero también ella encontraría la forma de cómo volver esa fatalidad en su más grande arma, ella tenía la tendencia de volver debilidades en mortíferas ventajas para su gran deleite, sonrió pensando en las magníficas posibilidades, pero al levantar su vista vio que Rosie no parecía estar convencida.
¿Y cómo podría? después de todo era un movimiento suicida y más para seres de poder como ellos…
-Entiendo y aprecio tu preocupación querida Rosie, pero es algo que desde que supe que era posible lograr sin necesidad de recurrir a una esclavitud aberrante, supe que era lo que siempre quise, en especial en un lugar tan peligroso como el infierno y con el peligro de ser exterminados cada año sé que lo único que quiero además de verla segura y feliz es tenerla por siempre a mi lado, además… no puedo perderla de nuevo Rosie, me niego a pasar una eternidad en soledad de nuevo y menos ahora que la tengo de nuevo a mi lado- le explico con calma mirando el líquido negro se su taza supo que su amiga había entendió o se resignó cuando la escucho suspirar.
-Entiendo… y ¿ella sabe del ritual y lo que implicaría? – ella pregunto sabiendo lo delicado que era un paso así, uno que él estaba más que dispuesto a hacer, pero también su bruja debía conocerlo después de todo ella era igual de importante en el ritual.
-No en realidad, no se lo mencione aun, primero quería hablar contigo sobre ello, en todo el pentagrama no hay nadie más que tú que sepa como unir dos almas Rosie por eso quería saber qué tipos de rituales vinculantes, investigue antes por mi cuenta antes, pero debo suponer que hay varios de ellos y cada uno diferente y con variados resultados-
Desde hace décadas gracias a la misma Rosie supo del tipo de ceremonias matrimoniales que se usaban en el infierno, que sin duda despertaron su interés, rituales para unir dos almas sin retorno alguno, unión para toda la eternidad o por lo menos hasta donde había investigado, había tanto que aún era un secreto, después de todo era algo que era exclusivo de la realeza infernal, mientras que el resto del pueblo infernal si quería simplemente hacían lo mismo que ya conocía, intercambiaban anillos, firmaban unos papeles y a veces ni siquiera eso.
Después de todo no importaba para el resto de la población, pero en las altas esferas del inferno era diferente, aunque no muy diferente de la realeza humana pero aquí había mucho más en juego.
Poder, riqueza, estatus y territorio.
No era de extrañar entonces que sus uniones no fueran algo tan simple, incluso sin sentimientos de por medio las uniones debían ser más que unos simples anillos, en lugar se eso era el alma quien ahora jugaba el papel de ello, casi como un trato pero con más libertades aunque también con consecuencias que no era dichas porque podrían alguien usarlas como un arma contra la pareja, había rumores sobre rituales que ataban dos almas de tal forma que si uno moría el otro le seguiría, compartir el dolor del otro literalmente, entre muchas más que parecían ser solo rumores.
Incluso se decía que el mismo Lucifer y Lilith estaban unidos por un ritual vinculante, no se sabía cuál y fue hace tanto tiempo que era imposible saberlo y no era como si la pareja más poderosa de los nueve círculos fuera pregonándolo.
-Así es… Alastor este es… un paso enorme y sin importar cual ritual elijan será permanente, estarán atados por toda la eternidad, sin posibilidad de separarse nunca, el ritual que elijan debe ser con cuidado, algunos debo decir no sé lo que puede resultar, pero si eso es lo que quieres, lo que ambos quieren, tienen todo mi apoyo y será un honor para mí hacer tu traje y el vestido para tu próximamente esposa- la respuesta de Rosie aunque aún algo preocupada por el tono, dio un suspiro y le sonrió con felicidad mostrando sus blancos y afilados dientes.
-Gracias amiga mía, no hay nadie más hábil a quien podría dejarle esa tarea, sé que en tus manos será una obra de arte digna de ambos- con felicidad le devolvió la sonrisa su amiga, no podía pensar en nadie más para vestirlos para un día tan especial.
- ¡Oh Alastor! amigo mío, dulce hablador claro que te ayudare después de todo sería un crimen como tu amiga y modista no hacer que te vieras como un millón de dólares en tu día especial y para eso debes traerme la pieza más importante del evento, necesito tomar sus medidas y saber qué tipo de vestido querrá ella, además me encantaría conocer a tu Genevieve, eh escuchando tanto de ella que siento que ya somos amigas- dijo soltando una risa y tomando un sorbo de su café y el asintió felizmente hasta que las palabras se acentuaron en su mente, dándose cuenta que para que su bruja conociera a Rosie ella debía salir, lo cual el aún no estaba seguro de poder permitir.
-Por supuesto querida, ella… también quiere conocerte, talvez podríamos poner una fecha y hora para que la conocieras ella enfatizo mucho que será cuando tuvieras tu agenda libre de trabajo- dijo con una voz tensa tratando de tragarse la horrible idea de poner a descubierto a su amor ante el infierno sin antes haberse unido, claro la protegería ferozmente no dejaría que nadie si quiera mirara en su dirección si pudiera, ella aun debía ser un secreto a los ojos del infierno, aún era muy pronto, muy pronto para dejarla ir y muy pronto si podía adivinarlo para ella también.
Incluso aunque sea ella, aun no tendrá el control total de su magia…
Aunque es fuerte, aun no se controla y un pequeño desliz podría ser catastrófico, ahora ella más que nunca por horrible que sonora…
Es vulnerable…
-Es una chica encantadora, no tengo tanto trabajo ahora, pero en unos dos días bastara para limpiar mi agenda después de todo hacer un vestido de novia y tu traje me llevara tiempo y mas si quiero que ambos combinen a la perfección sin contar con los accesorios, la joyería si ella quisiera llevar, el tipo de calzado que usaran, tantas cosas por hacer…- la voz de Rosie lo saco de su creciente angustia y cambio de planes, para centrarse en otro asunto igual de importante y menos angustiante también.
Y realmente su mente volvió al pasado a su primera boda, fue algo que tomo meses y no fue un evento complicado, sin muchos lujos, solo lo esencial y necesario, en parte el dinero fue uno de los problemas en aquel tiempo, estaban más ocupados tanto su atención y recursos en construir la casa donde vivirían después de casarse que en la ceremonia en sí.
Recordaba haber usado un traje que compro tres días antes de la ceremonia y le vestido de su esposa estuvo listo ese mismo día, todo ese día se sintió apresurado, emociónate, pero en parte se sentía levemente insatisfactorio, una parte de el deseo haberle dado una boda mejor a su bruja y no algo que solo lograron hacer con lo poco que tenían y con el tiempo que les sobraba.
Esta vez será diferente…
-Cualquier cosa… cualquier cosa que ella pida sin importar que tanto cueste se hará, si ella quiere su vestido cubierto de oro hazlo, encaje, seda, de cualquier color, la joyería más fina, oro, plata, perlas, rubíes, zafiros, esmeraldas, diamantes, no escatimare gastos en consentirla después de todo ¿qué clase de novio seria si no complazco a mi prometida con todo aquello que desee para el gran día? – sonrió complacido recargando su mejilla en su mano mientras la otra hacia girar la taza de café casi vacía, tarareó complacido de ahora poder cumplir con su cometido.
-No, no, solo tendrá lo mejor de lo mejor Rosie nada más y nada menos- rectifico asintiendo, a su lado Rosie asintió sonriendo compartiendo su emoción.
-Por supuesto así se hará, tengo experiencia manejando a novias sin importar que tan exigentes sean siempre terminan encantadas con el producto final, ahora mencionaste querer mi ayuda para el ritual, déjame ver donde deje esos libros, espera aquí querido- dijo Rosie levantándose, Alastor murmuro un asentimiento, mientras estaba dispuesto a esperar y tomar notas sobre los pro y contras de cada ritual para poder tomar una decisión adecuada, los discutiría al llegar a casa con su corazón para tomar una decisión.
Mientras tanto en otro lugar alguien estaba teniendo un día no tan alegre, Charlie siendo propietaria del hotel feliz, lugar para redimir todo aquel pecador que tuviera el deseo de redimirse e ir a un lugar mejor, ese era su deseo y alegría, pero eso no quería decir que sabía cómo manejar un hotel, claro fue criada para ser la siguiente gobernante del inferno cuando su padre quisiera soltar la corona, pero eso no la preparo para saber cómo mantener su proyecto a flote, si no fuera por Vaggie seguro que ni siquiera hubiera sabido cómo empezar, ella siempre fue la que le puso pies a su sueño, sabía que podría confiar en ella, era su soporte y ancla cuando ella quería ir demasiado rápido y la amaba por ello y muchas otras cosas más, con ella a su lado cada día era una aventura divertida.
Pero talvez hoy no fue un día tan… divertido…
El día si ella podía decirlo empezó… no… tan bien fueron una serie de sucesos que simplemente puso al hotel y sus amigos en un estado y de un humor no tan brillante.
Primero despertó sintiendo que algo mojado caía en su frente y cuando eso la despertó se dio cuenta de que el techo de la habitación había una gran mancha de la cual goteaba constantemente, Charlie nunca había visto algo así en su vida.
¿Por qué del techo goteaba agua?
Las gotas caían constantemente sin parecer detenerse y mientras ella se preguntaba de donde venía el agua Vaggie a su lado despertó y justo cuando estaba a punto de decirle los buenos días ella miro las gotas que caían y mojaba la cama cada segundo más, miro el techo y grito sorprendida y luego enojada.
- ¡Charlie cariño te estas mojando!, levántate moveré la cama-
- ¿Vaggie porque cae agua del techo? - le pregunto mientras ambas movían la cama para evitar que se mojara más y ella suspiro.
-Seguro es una fuga, tenemos que ir al techo y revisarlo o a este paso nuestra habitación será una piscina, vistamos y arreglamos esto…- dijo Vaggie mirando le techo mientras masajeaba su nariz justo en ese momento la puerta de la habitación se abrió violentamente mostrando a un Ángel mojado y muy molesto.
- ¡Perras! Puedo soportar mucha mierda: musicales espontáneos a las 7 de mañana- dijo rápidamente con aireada ira apuntando su mirada a Charlie quien se sonrojo por la pena- una lesbiana con problemas de ira… - y su mirada se posó en Vaggie que lo miraba molesta mostrando su punto- pero esto no… ¡ESTO!- ahora se apuntó a él con sus cuatro brazos- literalmente fue despertado porque de mi techo se abrió un agujero del cual una cascada agua me despertó y creme cuando te digo que en este momento no estoy de humor para que algo se corra en mi cara- señaló completamente empapado con una bata rosa de satín que se pegaba a su cuerpo, su pelaje escurría agua y estaba marchito a los ojos de Charlie parecía más un gato de angora mojado y rabioso.
Oh…
Diez minutos después estaban en el cuarto de Ángel viendo el desastre que había sucedido, como Ángel había dicho del techo se había abierto un agujero de considerable tamaño que aun goteaba sobre la cama en la que el antes había estado dormido aún estaba pedazos de madera mojados y parte del techo, mientras veían el desastre Fat Nuggets olisqueaba era una imagen linda para el caótico encuentro.
-Carajo- susurró Vaggie aun en pijama mientras masajeaba sus cienes en un intento por evitar el dolor de cabeza que sabía ella tenía cuando su enojo salía de la línea normal.
-Si lose y… ¿qué harán para arreglar esta mierda? – pregunto Ángel con su primer par de brazos cruzados sobre su pecho y mirando a Charlie.
Claro… ¡Claro! una solución.
Su mente rápidamente busco una solución por lo menos temporal para solucionar el problema de Ángel cuando la respuesta llego a su mente tomo una bocanada de aire y paciencia sabiendo que nadie estaba de humor y ella como líder tenía que poner el ejemplo.
-Nos encargaremos de arreglar esto Ángel qué tal si tú y Nuggets se va a otra habitación que no esté…-se claro la garganta y dándole una solución temporal al problema de Ángel.
- ¿Echo aun mierda? – dijo Ángel con una mueca aun molesto mirándola.
-Seca… y cuando arreglemos todo puedes volver- completo la frase con una sonrisa nerviosa.
-Si claro, vamos bambino, mama aún tiene que reponer sus horas de sueño- dijo con un suspiro cansado, pero ya no tan enojado tomando al cerdito en sus brazos y saliendo del cuarto para entrar al siguiente cerrando la puerta sin mirar atrás.
Y suspiro por el momento aliviada de que esto no acabara en una discusión y miro a Vaggie que le sonreía con orgullo, le devolvió la sonrisa, había echo una solución rápida y buena mientras solucionaban el problema de goteras y un techo roto.
Hoy sería un día ocupado.
Pero… ¡Hey! ya no estaba lloviendo viendo el lado bueno, la lluvia solo hubiera dificultado todo aún más, aunque no negaría que le hubiera gustado una vez más bailar un poco bajo la lluvia, pero el hotel estaba en problemas y era su responsabilidad repararlo, ambas después de eso volvieron a su cuarto y se cambiaron de ropa, cuando estuvieron listas vino el segundo problema de nadie más que la pequeña Niffty.
- ¡Hola! buen día señorita Charlie y señorita Vaggie- dijo con rapidez mirándolas con su gran ojo y una sonrisa algo afilada, Charlie de inmediato le dio una sonrisa alegre.
-Buen día Niffty, ¿Cómo va todo? –
- ¡Oh! Mal, muy mal, terriblemente mal- respondió rápidamente con una sonrisa todo el tiempo, Charlie parpadeo rápidamente ante la respuesta.
-Oh…-solo pudo soltar la princesa antes de que Niffty empezara a hablar.
-Sí, estaba limpiando como todas las mañanas, empecé por la cocina por suerte el señor Alastor la hizo más presentable por lo tanto no fue un gran problema, después en la recepción limpié algunos escombros y tanto polvo, en la alfombra, paredes y cuadros, polvo, polvo y más polvo, sin contar con horribles y escurridizas ratas que encontré, pero huyeron y no logro encontrarlas y…-
-Niffty ¿Qué sucedió? - la corto Vaggie sabiendo que ella podría hablar por horas y tan rápidamente que sería imposible entenderla, pero eso parecía despertarla.
- ¡Oh sí! perdón lo que quería decirles es que nos estamos inundando- dijo disculpándose y soltando la noticia con una gran sonrisa llena de dientes, tanto Charlie como Vaggie tardaron segundos en absorber la noticia para reaccionar.
- ¡¿Inundando?¡- gritaron ambas alarmadas y ella sintió alegremente.
- ¡Si! En poco tiempo si no hacemos algo el hotel tendrá ríos envés de pasillos- contesto ella tarareando mientras veía como ambas intercambiaron una mirada, el cuarto de Ángel y el suyo tenían el mismo problema ahora sabían se extendió por todo el hotel, Charlie estaba más que preocupada el hotel estaba en problemas, tenía que saber que tan mal estaban las cosas para saber qué hacer, le pidió a Niffty que les mostrara y las tres se movieron entre pasillos mirando con horror como todo era un copia exacta o peor que el cuarto de Ángel.
-Y por último esto, sé que en cualquier momento se reventará y será una inundación me pone nerviosa toda el agua que tendré que limpiar después, las alfombras, las paredes, puertas y sin contar las horrendas manchas de humedad…- al final Niffty las llevo a unos de los salones de baile que tenía el hotel y fue ahí donde el corazón de Charlie tembló de miedo, si bien el hotel no estaba en las mejores condiciones, pero Charlie sabía que podría mejorarlo, limpiarlo, pintarlo de miles de colores alegres y ¡brillo! ¡Mucho brillo! y aunque Vaggie dijo que poner brillos era un poco distractor ella talvez después podría convencerla…
¿Después de todo quien no amaba el brillo?
Pero esta imagen le hacía ver que algo de pintura y limpieza no servirían esta vez, si bien el salón de baile había visto mejores años, era el más grande, lleno de polvo y mesas con manteles blancos que ahora eran grises, el hermoso candelabro estaba torcido por la gran protuberancia que crecía del techo y casi tocaba el suelo.
-Parece más un enorme grano a punto de explotar- dijo al final Vaggie acercándose con cuidado, sus pasos salpicaron con el agua que salía a gotas continuas del "grano" del techo, Charlie la siguió y mirar mejor el problema era más grande de cerca y parecía peligrosamente cerca de explotar por el agua acumulada.
Oh no…
Oh, no, no, no ¡NO!...
Esto es malo, muy malo…
- ¿Cómo vas a arreglar esto? - susurro Charlie rebanándose la cabeza pensando cómo solucionar todo el problema que infestaba el hotel, tenía que ser rápido, como Alastor con un chasquido arreglo…. Alastor…
¡Alastor!
Claro si alguien podría solucionar este problema era el, ya lo había demostrado antes en la recepción (haciendo aparecer un bar) pero al final un arreglo, por un momento se sintió por primera vez en el día aliviada, aunque una voz en su cabeza que se parecía mucho a la de Vaggie le dijo que no debía confiar tanto en el famoso demonio de la radio.
Si claro dijo que quería ayudar a dirigirlo, pero también fue bastante claro que lo hacía para ver fracasar a todos los pecadores que entraran, pero eso no pasaría si el hotel estaba en mal estado ¿verdad?
-Bien, gracias Niffty, Charlie y yo desde aquí veremos que hacer- la voz de Vaggie la despertó de su trance.
-Seguro si necesitan algo solo griten- respondió Niffty y salió tan rápidamente seguramente para seguir en su labor de limpieza.
-Cariño esto es mucho, realmente la lluvia no le hizo bien a este lugar es un milagro que esto no sucediera mientras aun llovía- dijo Vaggie viendo con el ceño fruncido el montículo que parecía en cualquier momento reventarse y mojar aún más todo, por un momento pensó en no decirle su idea de pedirle ayuda a Alastor seguro que sería un no rotundo, pero también tenía que intentarlo.
-Si…. Yo Vaggie y si… ¿le pedimos ayuda a Alastor?, esto como dices es mucho y nosotras solas incluso con ayuda de Niffty es mucho-dijo con cuidado y como ella esperaba su novia se erizo al mencionarlo y negó rápidamente.
-No, Charlie sé que él dijo que quería ayudar, pero algo me dice que mientras más ayuda le pidamos algo horrible puede pasar, sé que quieres darle una oportunidad, pero ahora él no está aquí, así que…. ¿porque primero vemos si podemos solucionarlo por nuestra cuenta? – respondió tomándola de sus manos casi suplicándole no pedir ayuda de Alastor si bien la desconfianza de Vaggie tenía una razón Charlie entendió que Alastor sería la última carta a jugar en algún problema y ella asintió sonriéndole para calmarla, bien podrían intentarlo.
-Si intentémoslo y si… no podemos…- dijo, pero sabiendo que esa opción podría tomarse.
-Charlie…- conto Vaggie y ella fue ahora la que tomo sus manos mirándola.
-Solo como última opción pediremos ayuda de Alastor ¿eso está bien? –rogo porque la idea, aunque no la hiciera feliz fuera una opción y pudo ver que ella no parecía gustarle, pero también no rechazándola tan firme como antes.
-Bien, pero solo como último recurso ¿ok? – con un suspiro resignado ella respondió y Charlie asintió sonriéndole.
-Bien ¿entonces… que hacemos primero? –pregunto y Vaggie chasqueo su lengua y miro la bomba de agua y suspiro.
-Creo que ir al techo seguro debe de haber algo ahí que este causando que entre el agua-dijo y Charlie asintió si podían eliminar la fuga y detener el flujo de agua y lo demás seria pan comido.
-Bien… ¡Vamos Vaggie! – exclamo la princesa llena de nuevo de energía y alegría que hizo a Vaggie sonreír contagiada por su ánimo, ambas salieron del salón de baile listas para arreglar cualquier problema que se les pusiera en frente.
Y mientras tanto en la recepción del hotel, tanto Niffty como Husk estaban en la recepción/ bar en caso de Niffty limpiando cada pequeño rincón y en caso de Husk bebiendo como siempre, mirando el vacío y por una vez tranquilamente sin nadie molestando alrededor, tan paz y quietud… ¿era tan jodidamente difícil esto?
Mientras Niffty rebotada de un lado a otro sacudiendo, su oreja se agito y pudo escuchar levemente un zumbido, apenas perceptible pero familiar y supo quién era antes de que esta paz y tranquilidad le fueran arrebatadas, de nuevo, claro ahora que la lluvia se había detenido era una clara señal de que alguien también vendría a molestarlo, gruño y se preparó para todo el jodido ruido que se aproximaba.
Las puertas de un golpe se abrieron relevando al demonio de la radio con una sonrisa gigante, mirando a quienes estaban presentes y soltó una risa oscura, sin rastro de la princesa, ni su compañera ni siquiera de la araña, perfecto.
- ¡Buenos días! mi pequeña dama y Husker amigo mío que gusto volver a verlos y estar de nuevo en la contienda- la voz del presentador se combinó con las hondas cambiando mientras entraba al hotel mirando cómo no había cambiado nada desde su retirada, aunque si era sincero tampoco lo esperaba o importaba.
- ¡Buen día jefe!, mañana bonita y tenebrosa, mucha humedad y también mucho que limpiar-lo saludo Niffty con una energía tan alegre que casi podía rivalizar con la princesa del infierno solo que sin musicales era demasiado temprano y Husk no estaba lo suficiente borracho para soportarlo.
-Si lo que sea, por fin dejas caer tu trasero de ciervo aquí después de una semana- fue la respuesta corta de Husk quien ya estaba resignado por la pérdida de su tranquila mañana, Alastor tarareo inusualmente más alegre de lo normal mientras caminaba hacia la barra y recargaba su brazo en ella, con un tarareo que igualaba su humor, Husk siendo parte gato o bueno 80 % gato tenia los sentidos más finos que cuando era humano lo cuales eran tanto un maldición como una bendición y lo usaba más ocasionalmente para reconocer lo aromas de personas, reconocía el aroma el clásico de aroma de café y menta junto con el hedor de muerte y sangre de Alastor, después de años de estar al servicio de ese loco caníbal no podía ser de otra forma pero… lo que no espero ni en un millón de años era el aroma suave y relajante de lavanda que ahora provenía del mismísimo demonio de la radio.
¡¿Qué mierda?!
Eso casi lo hace escupir el trago de alcohol que había tomado y miro a Alastor de arriba hacia abajo con escrutinio sin creer que algo tan… femenino viniera de ese grandísimo idiota.
-Oh si…. ¡Y qué semana!, amigos míos tantas cosas sucedieron, pero… habrá tiempo para chismes después por ahora tengo algo importante y requiero discreción para ello- dijo negándose a dar más detalles de cualquier cosa retorcida que hubiera estado haciendo durante la tormenta con una energía alegre muy diferente de la que había visto, algo estaba diferente con Alastor y considerando que el hijo de puta era un loco retorcido eso era una gran advertencia.
- ¡Oh! ¿Hay un desastre que tenga que limpiar? – de inmediato Niffty hablo ya sentada en la barra para escuchar todo con atención, generalmente cuando Alastor quería "discreción" para algún trabajo siempre era ella quien debía limpiar cualquier desastre que se hubiera dejando por lo general era sangre o cualquier parte del cuerpo que Alastor no quiso comerse.
En lugar de confirmarlo, darle una dirección y una broma, Alastor simplemente negó riendo suavemente, lo que le dio otra bandera roja a Husk.
-No querida, pero requiero tus servicios en otro lugar fuera del hotel, además no es como si el hotel fuera dejar de caerse en pedazos si dejas de limpiarlo durante unos días- el demonio de la radio con su micrófono señalo el resto de la recepción que se veía claramente tan deteriorado y en ruinas que simplemente era… triste a lo que Niffty asintió sabía que por mucho que limpiara era inevitable que el hotel requería con urgencia algo más que una sacudida y barrida.
- ¡Claro! ¿y que lugar es? – Niffty pregunto dando ligeros saltitos de alegría por mucho que le agradara la señorita Charlie y Vaggie estaba comenzando a cansarse de limpiar siempre los mismos pasillos y habitaciones ya que muchos estaban clausurados por "reparaciones".
-Mi mansión querida, deseo que la limpies de arriba hacia abajo… en especial…- Alastor con un giro de su muñeca un juego de llaves apareció con un tintineo balaceándose entre sus garras y antes de si quiera terminar de hablar Niffty como una víbora a su presa tomo las llaves con un brillo alegre en su ojo casi maniático.
- ¡¿El cuarto de las estrellas?!- pregunto con un chillido de emoción ahora dando saltitos, Husk sin saber porque le emocionaba tanto ese dichoso cuarto guardo la información sobre el reciente pedido de Alastor.
- ¡Por supuesto que sí!, el mismo, sé que lo dejaras reluciente- con igual emoción le respondió a Niffty abriendo sus brazos y riendo con ella, una multitud invisible resonó con alabanzas y aplausos.
- ¡A la orden jefe! – la respuesta enérgica digna de un soldado bien entrenado mientras guardaba las llaves en la bolsa de la falda de su vestido con cuidado, aunque se podía ver como moría (por segunda vez) salir rápidamente para hacer su trabajo, Alastor al ver la emoción creciente de la pequeña soltó una risa baja, la segunda parte de su plan estaba tomando forma para su gran deleite ¿y ahora que seguiría?...
- ¿Alastor? ¡Regresaste! – la voz inconfundiblemente familiar de la heredera de Lucifer resonó a lo que Alastor simplemente entro en personaje, no era realmente difícil después de un tiempo actuar como un cooperativo y entusiasta compañero de trabajo para la muy entusiasta e ingenua princesa, fue pan comido y más porque en realidad disfrutaba la compañía de la pequeña Charlotte era entretenida y era divertido ver su trabajo desesperado por tratar de ver lo mejor en cada demonio.
- ¡Pero por supuesto! Buen día para ti también mi querida y…- exclamo alegremente comenzando con su actuación hasta que la vio entrar la imagen de la siempre radiante y alegre demonio estaba echa un desastre mojado, como si hubiera saltado con todo y ropa a un piscina - Mojada Charlotte- dijo ahora ligeramente sorprendido viendo entrar dando pisadas mojadas por el suelo se le veía cansada y derrotada casi suelta un divertido comentario sobre ello hasta que otra persona entro haciendo que se mordiera la lengua cuando al protectora y compañera sentimental de la princesa entro en las mismas condiciones, soltó una risa.
-Y compañía- termino viendo a Vaggie furiosa, ella al notar su existencia le lanzo una mirada que sin dudad hubiera tenido el poder lo hubiera matado al instante, pero como eso no ocurrió solo sonrió de forma cruel, era hora de divertirse.
-Alastor que alegría que estés aquí- dijo Charlie con una sonrisa aliviada a lo que Alastor simplemente soltó una risotada seca.
- ¡Vaya querida! eres de las pocas personas que podrían decir eso y lamento si mis viejas costumbres me vuelven un ignorante, pero… ¿es alguna tendencia la imagen de empapado hasta los huesos una nueva moda? Es bastante singular debo decir– respondió soltando un comentario que podría ser inocente si no supiera que alguien no se lo tomaría como eso.
- ¿Acaso eres idiota como esto podría ser una moda? – la respuesta rápida y llena de furia de Vaggie solo hizo que el demonio riera por haberla logrado enfadar sin esforzarse nada.
-Vaggie…-la reprendió débilmente Charlie sabiendo que no era por el quien ella estaba preocupada porque sus sentimientos fuera heridos, para él el único ser que tenía el poder de hacer eso o en este caso detenerlo estaba en casa y a kilómetros de aquí.
- ¡Oh querida! eh visto tantos tipos de extrañas modas y estilos al pasar de los años que no me extrañaría que esto… fuera uno, además te queda espléndidamente te vez como un cachorro gruñón esperando desesperadamente a que alguien se apiade y te acoja… aunque creo que eso ya sucedió - dijo con uno tono dulce e inocente para ocultar el veneno en sus palabras como la miel agregada a la belladona para ocultar su mortal propósito y claro que funciono al ver a la polilla erizarse como un gato mostrando sus dientes afilados en un parpadeo en una de sus manos la lanza estaba lista para derramar sangre.
La imagen en si era amenazante incluso empapada solo enfatizaba la ira peligrosamente cerca de la locura y sed de violencia, era su estado natural, el de la ira ciega buscando descargar en cualquier objetivo quemando todo a su paso, Alastor había desarrollado con el tiempo un ojo para descubrir los castigos que los pecadores cargaban, ese punto débil que podría usar para manipular la situación y seres a su voluntad.
En el día a día un pecador normal buscaría esconder del mundo cual era el castigo que cargaba, en caso de el mismo era bastante fácil el hambre infinita que tenía era algo que solo el sabia, lo aprendió a controlar y usarla a su favor, pero no podría decir lo mismo de la pequeña señorita iracunda frente a él, sin mucha observación era claro que su castigo estaba ligado a sus emociones o más bien su ira que rápidamente tomaba control sin que ella pudiera controlarse y más olvidando cualquier advertencia hacia quien estaba atacando tratando de morder más de lo ella podía masticar.
Es en realidad un milagro que aun este viva…
- ¡Vaggie! ... Alastor ambos deben tranquilizarse, emm… en realidad esto no es una moda y lo que paso es que el hotel tiene algunas fugas por la lluvia y Vaggie y yo estábamos tratando de arreglarlas, pero… sucedieron algunos accidentes…- intervino la princesa advirtiendo a ambos que dejaran la pequeña disputa, en su caso se encogió de hombros con una sonrisa sin sentirlo y a su lado la polilla se encogió volviendo en si pareciendo arrepentida para luego volver a poner una cara de enojo aunque ahora más controlado.
- ¡Oh!… vaya acontecimientos tan… desafortunados- respondió con muy bien fingido interés, recargo si mentón en su mano con una sonrisa que ocultaba lo mucho que quería reírse en su cara y gritar:
¡Pero por supuesto! ¡Me alegra saber que al fin te das cuenta!
No había que ser la bombilla más brillante del infierno para ver que este lugar se estaba cayendo a pedazos al parecer desde hace años y el echo de limpiarlo un poco y darle uso no desvanecería la decadencia del lugar, para probar su punto su fina audición pudo captar el sonido de madera rompiéndose y cayendo estrepitosamente en algún lugar del hotel abandonado durante años que el tiempo fue consumiendo y adueñándose de todo dejando solo una cascara de su antiguo brillo era obvio que cualquier inconveniente como una lluvia simplemente hiciera más problemas que no serían fácilmente solucionados, la madera podrida se hincharía como la carne putrefacta del cadáver y sencillamente se desmoronaría sobre sí misma.
Del mismo modo que el sueño de una chiquilla crédula al ver que la realidad destrozaba su sueño como pirañas a la carne fresca.
¿Pero podría culparla?
Era claro que Charlotte era después de todo una niña privilegiada, jamás tuvo que trabajar por algo, viviendo en su jaula de oro y diamantes alejada de cualquier realidad que pudiera dañarla realmente, repugnante, inútil y sobre todo injusto, podría odiarla por ello, el vivir sin preocupación alguna a comparación de cualquiera de los otros pecadores y el mismo sabían cómo era vivir con el pensamiento y preocupación constante de comida, dinero y techo que podrían ser fácilmente perdidos, pero no era culpa de ella no saber del mismo modo que no fue culpa de el mismo nacer y el vivir en la pobreza.
Pero eso lo hizo inteligente, voraz con las oportunidades y astuto para conseguir sus objetivos, escalando entre el lodo de podredumbre hasta la brillante comodidad de los privilegios ganados con sangre, sudor y trabajo duro, la realidad del mundo lo moldeo y la vida le dio sus injustas lecciones, cosa que al parecer a la dulce princesa le faltaba aún más por experimentar, claro su espectáculo televisivo la hizo la burla del infierno, golpe duro que le mostro lo poco que conocía la gente por la que se preocupaba, todo un buen chiste.
Cualquiera decidiría dejar de lado su absurdo sueño y tratar de olvidarse de la humillación, pero ella en su terca faceta de demostrar que ella estaba en lo correcto era que aún seguían aquí.
-Y entonces quería saber si podrías…. ¿Darnos una mano para arreglarlo? – la pregunto tímida y melosamente esperanzadora de Charlotte lo saco de su mente sin preocuparse de haberse perdido toda la palabrería que ella soltó y simplemente soltó una risa.
Por supuesto…
Quería usarlo para resolver su problema después de todo había demostrado que podría hacerlo con solo chasquear los dedos, siendo el bar la dolorosa mancha de algo decente y nuevo en el hotel, pero… ¿Dónde estaría lo divertido si la princesa obtenía una solución mágica a todos sus problemas?
-Hmmm… ya veo sin duda es un problema que requiere una inmediata solución…- dijo fingiendo pensarlo profundamente o que le importaba - pero primero me gustaría saber que tan… extenso es el problema- con una sonrisa que prometía todo menos una solución, pudo ver como la princesa sonreía aliviada pensando que ayudaría de la forma en la que ella creía.
- ¡Claro! Vamos, aunque ten cuidado está un poco… mojado- respondió alegremente, aunque hizo una mueca dolorosa por la última palabra y el soltó una risa negando, hizo girar su micrófono con soltura en una mano acomodándolo en su brazo listo para dar el recorrido.
-Claramente puedo verlo… lidera el camino querida- respondió tarareando, el trio salió de la recepción hacia las entrañas del hotel donde como supuso si antes era un triste intento de hotel ahora era un desastre en potencia hacia la demolición inminente, como supuso el agua de la divina lluvia de su esposa solo había agraviado lo que ya estaba mal, abriéndose paso por las grietas y paredes era un milagro infernal que nada de esto hubiera pasado cuando la lluvia estaba en su pleno apogeo.
Y al final como la cereza del pastel en lo que antes fue un espectacular salón de baile podría describir como el grano más grande que hubiera visto se acercó para verlo mejor y con más detenimiento la necesidad de reventarlo fue casi enloquecedora.
- ¡Vaya! Esto no es algo que se vea todos los días, fascinante-exclamo acercando su garra para pincharlo, pero fue detenido por la misma princesa que pareció ver sus intenciones, levanto su ceja curioso por la interrupción.
-Sí sé que se ve muy mal y quería saber si podrías ayudarnos con esto porque si esto se revienta causara mucho más problemas- dijo frente a él, mecánicamente dio unos pasos atrás para poner distancia, viendo como le suplicaba su ayuda a lo que el simplemente miro la bolsa y negó.
- ¡Ha! no lo dudes que sucederá querida y lamento decepcionarte, pero no tengo experiencia alguna con la plomería así que no sabría cómo podría ayudarte con… esto…- señalo el problema cuando fue interrumpido por el demonio polilla.
- ¡Lo sabía! Charlie tenemos que hacer algo sin su ayuda…- dijo alejando a la princesa de él, tomándola de los hombros y mirándolo con desdén.
-Vaggie… talvez, pero…-continuo ahora Charlie tratando de calmarla y en ese momento que el demonio de la radio fue ignorado como dos padres que discuten dejando al niño sin supervisión, la figura se fundió en las sombras apareciendo justo al lado de la bolsa de agua a punto de reventar, con un brillo de malvada diversión miro la bolsa y luego a sus acompañantes que aun discutían enfrascadas en su disputa que ignoraba que estaba a punto de tener aún más problemas.
La sonrisa se abrió aún más mostrando todos sus dientes, los engranajes de su mente giraron mirando y pensando, si era verdad él no sabía qué hacer con semejante problema, pero había alguien que, si sabría y talvez podría utilizar el hotel para mantenerla ocupada durante un tiempo, mantenerla a salvo de las miradas indiscretas después de todo a su esposa le encantaba ayudar a las causas perdidas y esta era una de ellas.
Pero primero…
- ¿Por qué no damos una imagen más patética solo para estar seguros que ella aceptara? - susurro mirando a su sombra que le devolvió la sonrisa, con lentitud mirando que aún era ignorado se paró al lado de la bolsa donde no será perjudicado por el desastre que crearía, Cheshire se elevó haciéndose más larga, levanto su brazo abriendo la mano mostrando las garras negras soltando una risa estática compartiendo el placer de caos de su dueño.
El demonio de la radio le dio un asentimiento para que actuara y sin más con un tajo limpio y rápido las garras perforaron sin problemas como el cuchillo recién afilado a la tierna carne del cordero, como se esperaba la explosión del agua desbordándose por fin libre, fue un deleite y más porque al parecer había más agua de la que él esperaba y la pequeña ola como un tsunami arraso llevándose todo incluidas a la princesa y su amante en un grito de sorpresa para ser engullidas por el agua y llevadas por la corriente fuera del salón, cuando literalmente fueron llevadas por el agua y Alastor se quedó solo con Cheshire soltó por fin una risa con aplausos incluidos.
- ¡Ases! Había escuchado la frase: déjate llevar por la corriente, ¡pero esto sin duda lo pone en una nueva perspectiva! –soltó a todo pulmón mirando el desastre causado ahora solo quedaba charcos dispersos, algo de madera y cuerpos sin vida de… ¿ratas?
Eso si no lo esperaba…
-Buen trabajo amigo mío, ahora veamos donde encallaron las señoritas-dijo mirando a Cheshire que volvió a ser su sombra sin vida, camino tranquilamente chapoteando por los pasillos mojados guiándose por el desastre ya pensando en la perspectiva de presentarle a su esposa su… "proyecto de caridad", sin duda después de casarse ella desearía conocer el pentagrama y claro podía acompañarla pero no a todos lados, había territorios de otros overlords a los que él no era bienvenido pero este proyecto prometía por lo menos hacer que su atención fueran a lugares menos problemáticos y peligros por lo menos no aun.
Cuando ella estuviera en plena forma y control de su poder con gusto si ella quería podrían tomar algún territorio o deshacerse de algún overlord para mostrar su poder y crearle una reputación o talvez si ella quería ir más lejos tomar el trono del inferno tampoco estaba fuera del plato, sin duda el título de reina del infierno le quedaría como un guante después de todo…
¿No tuvo ya el título de reina de las brujas?
Claro el título por nombre era: "la bruja dorada", pero si veías entre líneas y por la obediencia que pudo escuchar le dieron sus hermanas no era algo que fuera solo gratitud, había algo mas era claro que era otra forma de decirle que ella ahora era su gobernante y protectora, aunque ella lo ignorara o supiera, pero no quería reconocerlo.
- ¡LAS RATAS! ¡Aquí estaban! –
El grito de Niffty lo saco de su mente seguido por el sonido inconfundible de algo afilado apuñalando carne, eso sonó interesante, apresuro su marcha bajo las escaleras que aun escurrían agua y entro a la recepción donde encontró a Niffty con una mirada alegremente maniática con una negra aguja gigante apuñalando los cadáveres de ratas como si fuera a hacerlas brochetas, mientras que tanto Charlotte como Vaggie empapadas hasta los huesos escurrían sus ropas y cabello, entro tarareando.
- ¡Aquí terminaron queridas! temía que tendría que buscarlas por todo el hotel- dijo haciendo parecer unas toallas que le dio amablemente a la princesa mientras que a Vaggie se la lanzo aterrizando en su cara ganándose un gruñido de ira.
-Gracias Alastor, eso fue… inesperado- dijo secándose ignorando que fue el causante del desastre y sonrió por ello.
-Por nada querida y antes de ser interrumpido tan groseramente- le lanzo una mirada a Vaggie quien le respondió con una iracunda- si bien no sé nada sobre plomería se de alguien quien podría ayudar-
- ¡¿Enserio?! Gracias Alastor entonces lo traerás aquí con tu…. ¿magia? – la emoción cruda golpeo a Alastor viendo como la princesa estaba a centímetros de su cara radiante con estrellas en los ojos y podría jurar que vio un arcoíris salir sobre su cabeza.
Ja, si el hiciera eso con su esposa ella le cortaría la cabeza de un tajo, el pensamiento fue rápido y lo suficiente para evitar gruñirle a la princesa por invadir su sagrado espacio personal.
-Ja, no querida lamentablemente no, ella a comparación de la querida Niffty y Husk no tiene un trato conmigo así que esa posibilidad no es viable, pero puedo contarle tu problema y estoy seguro que a ella le encantaría ayudarte- dijo dando cinco pasos lejos de tal emoción invasiva.
-Oh, entonces por favor hazlo dile que sería de gran ayuda- Charlie respondió desinflándose un poco porque el problema no sería solucionado de manera inmediata, pero era mejor que antes ahora Alastor de nuevo traería más personal al hotel y ¿Quién sabe? Talvez… alguien que quisiera ser redimido.
-Creme que lo será, no conozco a nadie mas talentosa que ella, pero por ahora creo que no podría venir de inmediato como sabes por la lluvia ella está ocupada solucionado algunos problemas - respondió no mintiéndole y dejando que creyera lo que ella quería creer.
-Ya veo, supongo que más lugares tuvieron nuestro mismo problema, bien solo espero que pueda venir a nosotros… lo más rápido posible-
-No lo dudes querida si se lo pido créeme que lo hará, pero por ahora…- miro el desastre de "hotel" y luego a la princesa- Creo que el hotel puede aguantar un poco más con solo limpiarlo-
-Supongo, aunque Ángel no estar muy feliz, pero puede convencerlo por ahora de que es una solución temporal y… gracias Alastor por tu ayuda-Charlie suspiro pasando su mano por su brazo mientras se mordía el labio para luego levantar su vista y darle una mirada agradecida al demonio de la radio que casi lo hizo reír por la ironía.
-Oh querida me das demasiado crédito…- respondió alagado soltando una risa cuando otra risa sarcástica lo detuvo.
-Pft, lo sabemos- la voz de Vaggie fue cortante y dura sabiendo que él estaba actuando lejos de caer en la mentira encantadora, a comparación de cierta demonio frente a él.
-Pero la señorita de aquí tiene razón el trabajo aún no está echo y… - chasqueo la lengua algo molesto cuando una idea se formó en su cabeza, una epifanía que tomo forma con ayuda de su mentira (no tan mentira) para poder por fin ir a casa.
Tenía la perfecta excusa para volver temprano sin ser regañado, podría por fin volver a su pedazo de paraíso en el infierno, sintió por primera vez desde que entro al lugar que mostro una verdadera sonrisa, su cola de agito alegre por irse y volver con su cierva.
- ¡¿Que mejor forma de hacerlo que ir ahora mismo con ella?! ¡Bien! me pongo en camino fue bueno verlo a todos de nuevo y seguramente vendré mañana con una respuesta querida Charlotte hasta mañana todos ¡Adieu! –sentía sus pies ligeros y su cuerpo cargado con energía sintiendo un zumbido bajo su piel en su sangre listo para irse sin más dio media vuelta rápidamente caminando hacia la puerta y lanzo una despedida apresurada sin esperar o querer una respuesta ya fuera por educación, pudo escuchar el adiós de Niffty y el gruñido de Husk antes de fundirse con las sombras sin poder esperar tener que hacer la tediosa tarea de tener que llegar a la puerta y abrirla, ya no tenía paciencia para eso.
Cada segundo desperdiciado era un segundo que podría estar de nuevo a su lado y él no era de los que desperdiciaban tiempo, ya no más.
En la recepción pudieron ver anonadados como el demonio de la radio literalmente salió corriendo del hotel.
- ¿Qué mierda prendió fuego en su trasero ahora? - pregunto Vaggie sentándose cansada en uno de los sillones sin preocuparse por mojarlo ahora que la amenaza se había ido.
-No sé, pero espero que pueda traer ayuda lo más pronto posible- respondió Charlie mirando donde hace segundo estuvo Alastor.
-No me fiaría de ello por lo menos no pronto- la respuesta aburrida de Husk puso en alerta a Vaggie si bien tanto el Husk como Niffty fueron entre comillas buenos demonios comparados con Alastor no estaba ansiosa por más personal y menos si este lo traía ese imbécil caníbal.
- ¿Por qué? ¿Sabes de quien estaba hablando Alastor? – la pregunta de Charlie curiosa.
-Difícil de saber- dijo cantarinamente Niffty sacando un trapeador para comenzar a secar el agua para irse a la mansión de Alastor y hacer su nueva tarea.
-Ni una mierda, el tipo conoce a una cantidad de gente impresiónate, pero seguramente no será alguien agradable- la respuesta seguida del último trago de la botella de alcohol fue suficiente para que la cabeza le latiera a Vaggie en una creciente muestra de estrés.
-Oh mierda-grazno palmeando su cabeza con la palma de la mano.
El viaje duro apenas unos minutos pero ¿Qué eran los minutos para los amantes que se convertía en horas contadas para volver a reunirse?, la euforia combinada con el sentimiento de prisa recordaba haber sentido eso tantas veces en vida, el camino de regreso a casa a veces era tan largo estando solo y corto cuando estaba acompañado por su presencia, el concepto del tiempo se ponía aprueba cada día fascinándolo y una vez que salió de la oscuridad la nebulosa vista de su hogar lo hizo calmarse su cuerpo como si hubiera por fin tomando un respiro de aire se relajó, los aromas y sonidos del pantano fue la sinfonía acogedora, antes de poder caminar hacia la puerta con un chasquido suave esta se abrió y como la luna que sale para bendecir con su luz la oscura noche.
El amor de su vida sin levantar su vista del suelo salió de la casa dando un suspiro perdida en sus pensamientos y por un momento se quedos en silencio viéndola simplemente, tranquila sin preocupaciones cerró la puerta y acomodo un mecho de su pelo, como si alguien la hubiera llamado levanto su mirada con rapidez y los ojos dorados lo miraron sorprendida, antes de que sus perfectos labios negros soltaran alguna palabra.
- ¡MON AMOUR! - grito con toda la alegría que su cuerpo había contenido durante todo el día levantando los brazos mientras corría rápidamente hacia ella soltando una carcajada de alegría infinita.
-Al…- sin siquiera dejar que ella aun dejarla hablar llego y la abrazo levantándola y girando aun riendo, enterrando su cara en su pecho, tan cálida, dio una bocanada de su aroma, la esencia de su amor, de su compañera, sintió las manos abrazando su cabeza presionándolo con fuerza aún más contra ella, escucho los latidos del su corazón y deseo por un momento poder entrar en su pecho y descansar dentro de él escuchando por siempre la sinfonía de sus latidos bombeando la sangre dorada en sus venas.
-Muy bien tranquilo cariño, eh… bienvenido a casa y temprano debo decir- la escucho reírse mientras pasaba sus manos por su cabello dándole un masaje relajante, se quedaron así durante un tiempo hasta que la necesidad de querer sentirla disminuyo, pero no desapareció, con todo el gramo de control que tenia se separaron y la bajo al suelo.
-Je, sabes eh tenido muchas cosas corriendo hacia mi antes, pero verte a ti prácticamente queriendo taclearme con una sonrisa de desquiciada felicidad, fue algo nostálgico-
Pudo sentir una carcajada a punto de salir por ello, claro no era la primera vez que hacia esto y durante décadas no lo hizo era liberador y relajante mostrar afecto tan abiertamente sin el peligro que alguien quisiera usarlo para lastimarlo.
-Aguanté todo el día para verte ma sorcière no puedes pedirme que cuando al fin puedo verte no reaccione de eso manera- la respuesta que le dio la hizo reír y con un suspiro su frente toco la suya, ahora mirándose a los ojos ella tarareo aun riendo.
-Bien, bien te lo ganaste además… sono felice perché il mio cuore è tornato a casa- exhalo las últimas palabras en un idioma familiar pero extraño, no tardo en saber cuál era, pero no así lo que decía, ¿Cómo era posible que fuese aún más atractiva cuando hablaba otros idiomas? Gotas de puro pecado en cada palabra si no fuera un ángel el pensaría que era un súcubo.
-Mmmm… ¿italiano? –pregunto adivinado.
-Sip lo que se traduciría a: estoy feliz porque mi corazón a vuelto a casa- respondió y eso lleno su echo de calidez.
-Finalmente vuelvo al lugar al que pertenezco-
-Bienvenido de vuelta a casa Alastor, ahora si recuerdo bien te debo algo por tu buen comportamiento- paso sus brazos por su cuello y se balanceo, el demonio la imito como si ambos iniciaran un baile sin querer hacerlo.
-Ah, lamento mi mala memoria cariño, pero no puedo recordar que era…- dijo fingiendo dándole una sonrisa que había escuchando de Husk clasificándola como: "come mierda"
-Mocoso sin vergüenza- la respuesta de ella fue un pellizco en su oreja derecha a penas una chispa de dolor que lo hizo reír cuando la vio mostrarle una sonrisa traviesa.
- ¡Ha! por supuesto que lo soy, pero tú tienes la culpa me malcriaste por completo debes asumir la responsabilidad- recordándole que gracias a ella se volvió un glotón por tacto amoroso a lo que ella soltó una risa.
-Ja, buena esa… tu madre lloraría al verte así, seguro que te daría una buena reprimenda, pero en mi caso yo tendré un enfoque diferente-
-Oh y ¿qué enfoque podría ser ese? -
-Simplemente darte tanto que al final termines harto de mi- la declaración lo hizo abrir sus ojos se lo hubiera tomado en serio si ella no le estuviera sonriendo con malicia.
-Mi corazón, no creo que eso llegue a pasar nunca-negó con diversión pensando en la idea ridícula de hartarse de ella, sería como pedirle que odiara la música, imposible y estúpido.
-Bueno podría intentarlo, una…- beso su frente lenta y amorosamente –Dos…- beso sus mejillas -Y tres veces hasta que vomites tu propio corazón- y al final lo beso en los labios sintiendo que ahora flotaba uniéndose a ella le devolvió el beso, los latidos de su corazón latieron rápido como si ahora produjera un coctel de drogas haciéndole sentir todo difuso y nítido al tacto, mariposas en el estómago y electricidad en su piel, maravilloso y adictivo y todo con un beso.
¿Cómo podría si quiera pensar en hartarse de esto?
Un caleidoscopio de emociones y sensaciones mezclándose hasta que ella termino el beso y el aun un poco ido por ello soltó una risa pequeña.
- ¿Y luego me abrirías el pecho y lo volverías a poner en su lugar? – pregunto borracho por el beso.
-Nop, porque yo no regreso las cosas que me gano- inclino su cabeza y frunció el ceño negando como si eso fuera lo más lógico del mundo y por supuesto que lo era y estaba más que agradecido por ello.
-Y lo agradezco, ahora entremos tengo tantas cosas que contarte, primero Rosie manda saludos y en dos días podemos ir a visitarla quiere tomar tus medidas para tu vestido de novia y además muere por conocerte…- separándose y tomado control de nuevo la tomo de la cintura para poder entrar al hogar a lo que ella suspiro.
-Alastor dime que no molestaste a tu amiga por la boda, solamente quiero que sea una visita para conocerla, no para darle trabajo- lo regaño negando.
-Cariño, Rosie ama su trabajo y créeme que para ella no es un trabajo si es para nosotros- se defendió a lo que ella al ver que decía la verdad asintió de mala gana.
-Bien te creeré- fue su única respuesta dejando el asunto resuelto.
- ¡Excelente! además tengo otros asuntos que discutir contigo…- Cheshire salió y les abrió la puerta y el demonio como el ángel entraron a la calidez de su hogar.
Si lose, este capítulo tardo mucho más de lo que pensé en salir realmente fue una mezcla entre universidad, cansancio por esta y unas merecidas vacaciones que retrasaron la salida del capítulo y aunque de nuevo estoy ya de nuevo estudiando me tome el tiempo para volver a escribir debo advertir que talvez un capitulo al mes no podría ser posible, pero lo intentare.
Las canciones utilizas en este capítulo tanto mencionadas como usadas fueron:
-Ghost Town, Adam Lambert
-Hymn for the Weeked, Coldplay
Gracias por la espera y nos veremos en la próxima ¡hasta luego! XOXO
