¡Hola, de nuevo!. Voy a publicar los primeros doce capítulos de la temporada seis que son los que tengo casi terminados. Me faltarían los siguientes seis que se refieren al arco de "Lauren" (Terminaré en el último en que aparece el personaje de Emily). Mi intención no es continuar con la temporada siete (ya hice eso una vez con "El largo camino a casa" y no me apetece hacerlo de nuevo). Lo que si puede que haga es una historia nueva que sería la continuación y final de "Momentos furtivos", pero que no seguiría los capítulos de la temporada 7. A medida que avanzo es cada vez más complicado porque tengo que revisar lo que ya he escrito para intentar mantener cierta coherencia... En algún capítulo hago referencia a otros escritos anteriormente, y lo advertiré al principio por si alguien no lo recuerda.
Algunos capítulos, como éste, podrían tener clasificación M (nada explícito)
Como siempre, gracias por leer.
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6X01 LA NOCHE MÁS LARGA
"Kristin me pidió que te dijera que lamenta haberte obligado a hacerle la promesa a su hermano. Dijo que no fue justo. ¿Quieres contarme qué te hizo prometer?"
"Que nunca permitiría que algo le sucediera a Ellie"
"Ella tiene razón… No es justo"
"¿Y desde cuándo lo que hacemos aquí es justo?"
(Emily y Morgan)
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Emily lo encontró junto a la máquina de café de la Comisaría. Estaba preocupada por cómo le había afectado a Morgan la muerte de Spicer, la agresión a Kristin y el secuestro de la pequeña Ellie. No había podido hablar con él a solas, pero era evidente su frustración y su enfado.
Se acercó a él, y colocó su mano sobre su hombro.
— Kristin me pidió que te dijera que lamenta haberte obligado a hacerle la promesa a su hermano. Dijo que no fue justo. ¿Quieres contarme qué te hizo prometer?
Le habló suavemente, intentando que se calmara. Todo en su cuerpo destilaba tensión e ira contenida.
— Que nunca permitiría que algo le sucediera a Ellie— Confesó él. Con Hotch se había desahogado en gran parte, y con García había descargado parte de su enojo hasta el punto de levantarle la voz, pero era la primera vez que respondía con relativa tranquilidad sobre ello.
— Guau…— Se sorprendió Emily— Ella tiene razón. No es justo.
Emily hizo aquella apreciación con cautela. Morgan posiblemente se estaba reprimiendo precisamente porque se trataba de ella, pero en el fondo parecía que estaba a punto de estallar. Emily no quería que, afectado como estaba, tomase una decisión errónea y actuara precipitadamente.
Ojalá hubiera podido abrazarlo en aquel instante, pero estaban a la vista de todos, y no sabía si podría limitarse a ofrecerle un abrazo de compañeros de trabajo. Derek estaba terriblemente magullado, el sudes lo había golpeado con violencia. En otras circunstancias posiblemente Hotch lo habría obligado a ir al hospital, pero tal y como estaban las cosas nadie habría podido convencerlo de que lo hiciera.
Morgan la miró con la amargura reflejada en su rostro
— ¿Y desde cuándo lo que hacemos aquí es justo?
Luego simplemente abandonó el lugar.
Emily no estaba segura de cómo actuar. No quería presionarlo, pero al mismo tiempo, le dolía verlo sufrir de aquel modo. No sabía si era un error seguirlo, pero fue lo que hizo. Lo alcanzó unos metros más allá, y después de comprobar que nadie del equipo los veía, lo tomó de la mano y lo condujo hasta un pequeño almacén de material, convenientemente alejado de la zona más concurrida.
Contra todo pronóstico, Morgan se dejó guiar.
Una vez en el interior del almacén, Emily cerró la puerta para tener un poco más de intimidad.
— Emily…— Comenzó a decir Morgan.
Había tratado de no explotar con ella como lo había hecho con Hotch y con García, pero estaba claro que aquello no le había bastado a Emily.
— No es tu culpa— Dijo ella antes de que Morgan pudiera ofrecerle ninguna excusa— Hiciste lo que pudiste para salvarlos— Ya protegidos de miradas indiscretas, Emily se atrevió a acariciarle el rostro— Derek, perfectamente pudo haberte matado a ti también… ¿Lo entiendes?
Si lo razonaba por supuesto que Morgan lo comprendía, pero todo estaba demasiado reciente como para aceptarlo. Sus emociones aún estaban a flor de piel, y sabía que aquella angustia no se le pasaría hasta que detuviera al sudes.
Esa era una de las verdades que no podía negar. La otra era que Emily sólo trataba de ayudarlo.
— Lo sé… — Admitió — Es que nada de esto tiene sentido.
Se le hizo un nudo de la garganta, y en su rostro se reflejó la profunda desolación que sentía.
— Ven aquí— Emily tiró suavemente de él, y lo envolvió en un abrazo. Morgan reposó su cabeza sobre su hombro, y respondió a su abrazo estrechándola con fuerza— Tranquilo. Todo saldrá bien. Lo atraparemos.
Permanecieron así hasta que su respiración se pausó, y su cuerpo se relajó. Cuando finalmente se separaron, mantuvieron sus manos unidas, y sus ojos fijos el uno en el otro.
— A veces me pregunto qué haría sin ti— Declaró él en un arrebato de sinceridad— Siento que siempre fuiste tú… Que siempre te esperé a ti…
Definitivamente Emily no estaba preparada para aquella demostración emocional. Suponía que posiblemente fuera producto de su estado de ánimo, pero al mismo tiempo parecía demasiado honesto en sus palabras. El hecho era que habían regresado juntos pero sin profundizar demasiado en sus sentimientos. Ese había sido el error que habían cometido la primera vez, y ambos habían optado por disfrutar de su relación sin cuestionarse nada más allá.
Pero por otro lado, tampoco era el momento de hacerle partícipe de sus dudas. No en la situación tan frágil en la que se encontraba Morgan.
Y entonces ella lo besó.
Y no lo hizo sólo porque no supiera qué contestar, sino porque fue su respuesta natural en aquel instante.
Sin embargo, lo que había comenzado con un roce en los labios, provocó una reacción inesperada en Morgan, que la tomó por la cintura y la presionó contra la puerta, en una especie de búsqueda de consuelo febril que Emily sin duda le habría permitido si no hubieran estado rodeados de agentes de policía.
Su erección se hizo evidente casi al instante. Normalmente, Emily habría hecho alguna broma al respecto, pero el caso era que lo que estaba ocurriendo en aquel pequeño espacio era una auténtica imprudencia que podría costarles una sanción disciplinaria o algo peor.
— Derek, no…— Dijo, apartándolo con delicadeza— No podemos hacer esto aquí…
Derek suspiró, aceptando que ella tenía razón. Dio un paso atrás, y se frotó la frente, tratando de recuperar el control de su respiración. ¿Qué había estado a punto de hacer?
— Lo siento…— Se disculpó— No sé qué me pasó…
Y en realidad, no lo sabía. Simplemente su cuerpo había tomado las riendas de sus emociones incontroladas. Por aquel tipo de cosas era por lo que existían las normas contra la confraternización entre compañeros de trabajo.
En lugar de enfadarse, Emily le dirigió una mirada comprensiva.
Se acercó a él y le acarició el hombro.
— No tienes que disculparte— Le aseguró ella— Las situaciones límite no suelen ser compatibles con las decisiones correctas… Esto no tiene importancia— Continuó intentando tranquilizarlo— Lo importante es que no hagas ninguna tontería ahí fuera, ¿de acuerdo? Sé que quieres atraparlo, Derek, pero tienes que encontrar la forma de atenerte al procedimiento.
— Y también la forma de mantenerme profesional en el trabajo— Añadió él, avergonzado de su conducta.
Emily sonrió.
— Sí, estaría bien… Imagínate que hubiera entrado Reid de pronto. La excusa de la batería de mi coche no te funcionaría— Bromeó.
Morgan se quedó en silencio.
— La verdad, no estoy seguro de que aún funcione— Confesó. Era algo a lo que había estado dándole vueltas, no al tema de esa excusa en particular, sino a cómo a veces notaba algunas miradas extrañas por parte del equipo.
Se dio cuenta tarde de que había sido un mal momento para revelar sus impresiones.
Emily parecía alarmada.
— ¿Qué estás diciendo? ¿Reid lo sabe?
Morgan no había pensado específicamente en Reid, pero sí, era uno de los implicados.
— No lo sé… En realidad quizás sólo sean paranoias mías. No te preocupes.
Pero Emily ya estaba preocupada.
— Derek, si se enteran… Sabes lo que pasará…
Sí, Morgan tenía una idea aproximada de las posibles consecuencias y ninguna de ellas era de su agrado. Esta vez, fue él quien la abrazó, tratando de calmarla.
— Oye, no me hagas caso. Seguro que no es nada. Tendremos más cuidado, ¿vale?
Emily deseó creerle, pero lo cierto era que ella también tenía dudas al respecto. Que Morgan lo verbalizara sólo las había hecho más reales. En su caso, sus sospechas venían sobre todo de J.J., que había presenciado actitudes extrañas entre ellos en más de una ocasión.
— Vale…— Dijo ella, sin demasiado convencimiento.
Pero aun conviviendo con el miedo a ser descubiertos, ni por un segundo ninguno de los dos se planteó terminar de nuevo con su relación.
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