Después de una eternidad, traigo un nuevo one shot para las aventuras de Bill Cipher. Lo que sí, el fic lo daré por finalizado, aunque si el Pepe Grillo en mi cabeza me obliga a crear otro texto, lo publicaré de todas formas.

Esta vez, habrá una interesante interacción con la serie Final Space, disponible en Netflix. Es una joya de la animación adulta, con un nivel de animación sobresaliente (tan trabajada como Gravity Falls). Es tan buena que me molesta que tenga tan pocos episodios XD

Sin más, espero lo disfruten.


En un espacio oscuro, fuera de las leyes físicas que dominaban su dimensión, un cubo transparente de tamaño planetario se alzaba en el monótono vacío. Aquel cubo encerraba en su interior a una gigantesca entidad, un ser humanoide de color calipso, con una melena dorada tras su nuca, ojos redondos que emitían un brillo verdoso, 4 brazos y cuernos similares a los de un toro. Su aspecto era intimidante, cosa que complementaba con sus enormes poderes cercanos a lo divino. No obstante, era un ser prudente y racional, respetuoso con las criaturas mortales y sus creaciones.

El ente permanecía hincado en el interior, inmóvil producto de un estado de hibernación eterna. Fue encerrado por seres de su especie, titanes que ansiaban la destrucción de la vida y el dominio total del universo, luego de rebelarse contra ellos.

No obstante, el ente no estaba solo en aquella vacía dimensión, conocida como el Inner Space. Durante un lapso breve de tiempo, tuvo visitas, seres raros que ingresaron por tele transportación.

Bolo —dijo una voz en tono cantado.

El ser que le dirigió la palabra era otra entidad fuera del plano del espacio interno. Se trataba de Bill Cipher, un ser con forma de triángulo dorado volador, un diminuto sombrero de copa, brazos y pies negros y un solo ojo.

»Así que tú eres el titán que arruinó mis planes…

Bill y sus sirvientes estaban confiados de que el titán estaba dormido, por su estado de hibernación.

—El maldito se pudre dentro de ese cubo —dijo Hectorgon.

—¿Por qué no le rayamos insultos, señor Bill? —dijo Chupete.

De pronto, habló una voz de tono profundo:

—Por fin nos conocemos…

Bill y sus secuaces observaron hacia el enorme cubo. Sabían que Bolo era quien les hablaba mediante telepatía. Aunque les tomó de sorpresa que su mente siguiese lúcida, se mantuvieron tranquilos por el cubo que lo encerraba.

—Te atreviste a venir ahora, Bill Cipher —continuó Bolo—, cuando estoy inmóvil para destruirte.

Los sirvientes de Bill miraron intimidados al titán, pero el líder sonrió por su ventajoso escenario.

—Tenía que ver con mi propio ojo que Bolo, el gran titán rebelde, había recibido la eterna condena, como decían los rumores.

—No estaré para siempre aquí, Bill. Cuando salga, serás el primero en perecer bajo mis manos.

—¡Ja Ja Ja Ja! Debí estar en el momento en que te encerraron. Los rumores dicen que Invictus y los demás titanes crearon esta prisión, al mismo tiempo que cerrabas la entrada al Final Space. Cumpliste tu cometido, pero a costa de quedar como un monumento viviente. Es una pena que te hayas olvidado de mí, me diste el camino libre para hacer lo que se me dé la gana.

—Te hice un favor, Bill: Si no hubiese encerrado a Invictus, en estos momentos estarías lamiendo sus botas, al igual que lo hacen tus mascotas.

—¡Oye! —se quejó Bola 8.

No obstante, Bill estiró su brazo izquierdo para detener a su colega.

—Tenía una relación de negocios. Ambos queríamos lo mismo, ambos queríamos alterar las dimensiones para moldearlas a nuestro antojo. Pero tuviste que meterte en nuestros asuntos, si hubieses seguido a Invictus, no estarías aquí, impotente de hacer nada.

—Ni tú ni los titanes somos autoridad para crear o destruir. El universo se creó en perfecta armonía, una que no debe alterarse.

—¿Armonía? ¡Ja! ¿No te das cuenta de la enorme desigualdad que existe entre los distintos seres que lo habitan?

—A diferencia de ti, yo me concentro en el balance, no en desigualdades que no existen.

Bill ya perdía la paciencia. Mientras más hablaba con Bolo, más enfado sentía.

—¿Crees que tienes oportunidad de salir, Bolo? ¿Acaso te ilusionas con destruirme? Que mal, porque vengo justo para quitarte esa esperanza.

Bill apunto al titán con el dedo índice, el cual emitió un brillo cegador. Bill se preparaba para disparar un rayo mortal y así terminar con el prisionero, de una vez por todas.

—Hazlo —dijo el titán—. Obedece a tu amo Invictus. Acaba conmigo, de la misma forma en cómo acabaste con Hercólubus.

El triángulo de un solo ojo sintió cómo su forma visible se alteraba por escuchar el nombre de aquella entidad que traicionó hace eones. Mostró un odio inusitado hacia el titán por sacar un incidente del pasado.

—¡Es tu fin, Bolo! —dijo Bill, confiado de su victoria.

No obstante, Demonio Lámpara de Lava, el secuaz más perceptivo de Bill, notó una inusual tranquilidad en el titán. Algo no andaba bien.

—Eh…. ¡Señor Bill!

—¿Qué quieres, Lámpara de Lava?

—No debería usar su poder con ese titán, no vale la pena.

—¿Qué dices? ¿Y por qué debiese escucharte?

—Es lo que Bolo desea de usted.

Bill lo miró con incredulidad, al igual que sus demás secuaces.

—¿Qué intentas decir?

—Piense: Bolo está confiado en que sobrevivirá al rayo, en especial porque ese cubo de energía absorberá parte de su poder antes de afectarle directamente.

El triángulo se mostraba alterado, se sentía menospreciado porque, según su visión, uno de sus propios secuaces lo tachara de débil.

—¿Crees que no soy capaz de acabar con él?

—Si su energía llegase directo al titán, de seguro lo destruiría. Pero ese cubo, además de prisión, le sirve como escudo. Usará mucho de su poder en destruir la estructura, lo que le dará una alta posibilidad al titán de contraatacar. Además, si lo vence a usted, nosotros no tendremos chance de hacerle frente siquiera.

A pesar de los argumentos de su colega, Bill aumentaba la potencia de la luz en su dedo. No pretendía dejar pasar la oportunidad de destruir a una potencial amenaza como lo era Bolo, que al más mínimo descuido, saldría para destruir sus planes.

El más mínimo descuido…

Para la fortuna de Lámpara de Lava y el resto, que estaba razonando por el argumento, Bill apagó la luz de su dedo. Desistió de sus intenciones contra Bolo.

—Tienes suerte, Bolo. Mi colega te protegió de mi poder.

—Eres un cobarde, Bill —respondió el titán.

—Si logras salir, te esperaré en persona. Espero sea pronto, porque de seguro habré destruido el multiverso tal como lo conoces y no tendrías motivo para pelear.

—No necesito un motivo para destruirte, más que el placer de hacerlo.

—Ja ja ja… Fue un gusto visitarte. Chao.

Mientras Bill y sus secuaces se preparaban para tele transportarse, Bolo aprovechó de decirle a Lámpara de Lava:

—Bien jugado, criatura. Eres la perfecta mascota que se deja someter por su amo.

El aludido lo miró con desprecio, antes de desaparecer del Inner Space.