PAPÁ
.Los nombres de los personajes no me pertenecen, están basados en la serie de Ranma 1/2 de la grandiosa Rumiko Takahashi.
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Akane me mira a pesar del dolor y yo solo puedo pensar en que estoy totalmente aterrado. La Doctora Yoo, nos ha dicho que el bebé no ha coronado como se esperába, así que en cuestión de minutos, observó a mi esposa con preocupacion y ella me sonríe tratando de calmarme.
Desde que conocí a Akane, se ha convertido en alguien especial en mi vida y no dejo de pensar por qué una mujer como ella (alguien irracional -algunas veces-, celosa, terca, ingenua, dulce, valiente y hermosa), pudo fijarse en mi. Cada mañana, mi corazón palpita como loco solo de percibir su perfume o escuchar su voz al entrar a la habitación para despertarme.
No sé dónde ni cuando fue el momento exacto en el que cambio la relación entre nosotros, pero estoy muy agradecido, ya que eso me hizo estar sujetándole la mano y esperar impaciente a que nazca nuestro primogénito. No quiero perderla y mucho menos al bebé que hemos deseado por cinco largos años.
—Ranma— gruñe distrayendome de mis pensamientos.
—¿Sí?—
—Volvería a repetir todas nuestras aventuras, seguiría el mismo camino si eso es todo lo que se necesita para estar contigo en este momento—
—No es tiempo para bromas, Akane— murmuro entre confundido y asustado por su comentario.
—Te amo mucho, Ranma— gruñó sonriéndome.
—Yo también a tí, Akane— respondo apretando levemente su mano.
—Vamos Akane, necesito que se concentre y puje una vez más— pidió la Doctora.
Akane se esfuerza y no se detiene hasta que la Doctora sonríe satisfecha y el llanto de nuestro bebé resuena en la habitación.
—Akane— le nombro en su oído, ella está muy cansada y parece que está a punto de desmayarse pero aún así me mira y me regala la sonrisa más bonita que le he visto.
—¿Qué pasa?— susurra dándome a entender que me escucha.
—Llama al bebé cómo quieras, no es necesario que también se llame Ranma— Akane se ríe y acaricia mi mejilla.
—Señor Saotome, ¿Le gustaría cargar a su hijo?— pregunta la enfermera cargando una pequeña sabanita de hospital. Extendiendo mis brazos para recibirla, lo acerco hasta el pecho cuando la tengo totalmente en mis manos y suspiró nervioso.
Mi corazón se detiene por unos micro segundos y los tímpanos me comienzan a rechinar. No necesito ver ninguna fotografía para saber que mi bebé tiene el rostro de Akane pero, lo que más me llama la atención es esa diminuta y apenas visible sonrisa, la que he visto por años en el espejo, ¡Esa es mi sonrisa!, Akane extiende su mano y acaricia mi brazo con suavidad.
—Acercamelo Ranma, quiero verlo— susurra emocionada, inclinandome hacia ella, Akane sonríe y besa la mejilla del bebé.
—¿Cómo lo llamarán, señores Saotome?— pregunta la enfermera, lista para anotar el nombre en la pequeña pulsera que lleva en su portapapeles.
—Hiroki Ranma— responde Akane guiñandome el ojo, la enfermera asiente y comienza a escribirlo.
Besándo la frente de Akane por la emoción, le sonrió a la enfermera y acerco a Hiroki para que le sujete la pulsera en su tobillo izquierdo.
—Señor Saotome, debo llevar al bebé a los cuneros para vestirlo, ¿Me acompaña por favor?— pide la misma enfermera, mirando a Akane asustado y preocupado por dejarla sola, ella extiende su mano y me empuja levemente del hombro.
—Ve con ella Papá, te veré en la habitación en un rato— asentí nervioso y seguí a la enfermera fuera de la sala.
Observaba desde atrás de la ventana de los cuneros, la habitación se encontraba casi llena de bebés, pero yo solo sonreía hacia la número 8, donde mi pequeño Hiroki descansaba tranquilamente dormido y vestido con un mameluco amarillo en ella.
El escándalo en el pasillo comenzó a escucharse más cerca y empeoró aún más cuando nuestros padres y amigos llegaron corriendo.
—¡Ranma!— gritaron emocionados, antes de que los dos patriarcas se abalanzaran extasiados sobre mi.
—¿Cuál es la cuna?— preguntaron los demas pegandose al cristal.
—Es la...—
—¡Ahi está mi nieto!— gritó mi mamá interrumpiendome y brincando de la emoción al señalar la octava cuna.
—¡Es hermoso!— gritaron ambos patriarcas, soltandome y liberando algunas lágrimas en el proceso.
—¡Guarden silencio, van a despertar a los bebés!— gruñó una enfermera asomándose por una puerta que daba a la habitación contigua.
—Disculpelos, es el primer nieto de la familia— pedí incómodo a la enfermera. La señorita me sonrió comprensiva y volvió a entrar a la habitación.
—¿Dónde está la madre?, ¿Y Akane?— preguntaron mis amigos preocupados.
—Está descansando en la habitacion—
—¡Voy a verla!— indicó Soun, dando pasos rápidos por el pasillo chocando levemente con una enfermera.
—¡No corra por el pasillo!— indicó la señorita, pero siendo claramente ignorada, ya que los demás, también la empujaron en su carrera al dirigirse a la habitación de Akane.
—¿Señor Saotome?— preguntó otra enfermera asomándose por la puerta de los cuneros.
—Soy yo— respondí al dar un paso en su dirección.
—Ya puede pasar por su bebé, su madre le tiene que dar de comer— agradeciendo a la enfermera, me pongo las protecciones que me entrega y camino hasta el cunero. Sosteniendo al pequeño Hiroki entre mis brazos, camino hacia las habitaciones y me detengo en la puerta, al ver que Akane se encuentra rodeada por nuestra familia.
—¡¿Cómo va a llamarse el bebé?!- preguntaron todos al mismo tiempo.
Encontrándose nuestras miradas, le sonreí levemente y caminando hasta ella para entregarle al bebé, esperé a que les respondiera.
—Hiroki Ranma— repetí con aprecio antes de rodear a Akane con mi brazo izquierdo y acariciar con cariño la cabeza de mi hijo.
—Necesito cargarlo, ¿Puedo?— preguntó mi madre emocionada, Akane extendió sus brazos y dejó que lo levantara.
Sentándome en la cama, aún sosteniendo a mi esposa con el brazo, le besé la sien y disfruté de los gestos y chillidos de emoción de nuestra ruidosa familia.
El taxi se detuvo frente a la residencia, Akane me sonrió y besó mi mejilla cuando la ayudé a bajar del vehículo. Cargando nuestras cosas, giré mi rostro para ver a mis dos personas favoritas y sonreí de lado mientras entreabria la puerta.
—¿Lista, Mamá?— pregunté animado.
—Sí— respondió Akane con una enorme sonrisa.
Entrando por la puerta de la residencia, los dos caminamos a la casa y notamos que toda la familia nos esperaba en el jardín con sonrisas en sus rostros y un enorme letrero colgado que decía: "Hiroki Ranma, Bienvenido a la Familia".
Chan chan... Ni crean que me iba a olvidar escribir el punto de vista de Ranma para este precioso momento. (-‿•)
Jejeje, espero que se encuentren muy bien, ¡Les mando un enorme abrazo, cuídense mucho!
¡Soy Tóxo Kai Bélos, nos leeremos pronto! :)
Posdata: Muchísimas gracias por sus bonitos reviews, me llena el corazón saber que les gusta lo que escribo. \(•.•)/
Pronto subiré actualizaciones de las otras historias, así que... gracias por su infinita paciencia ( ꈍᴗꈍ) ¡Besos a todos!
