Biohazard: G-Work
Por Ezequielhl
Notas:
-Esto &&&&& indica algo que los personajes ven en un televisor y/o cuando termina; lo mismo para un escrito (file).
-Bla (bla) dice, ( ) mientras piensa otra cosa / -'Bla' pensando.
-Acepto tomatazos por las "parejas".
-Quise mezclar dos historias, espero que haya salido bien.
-El formato cursiva es deliberado, ya veran porque ;)
Dejen algo en este ¡No, es broma! Reviews, por favor (críticas de cualquier tipo).
Disclaimer:
Resident Evil es propiedad de Capcom.
Half-Life es propiedad de Valve Software.
Todo lo demás es mío y haré con ello lo que quiera, Muajajajaja.
Esta historia comienza con RE2, en un mundo y sucesos ciertamente diferentes a los que conocen. Dejen que la narración les diga el resto...
Luego de huir de la patrulla que fue aplastada, Leon y Claire habían sido separados por el ardiente rastro marcado por el camión que estalló. Las grandes llamas no podían ocultar sus gritos.
--"¡Claire!"
-"¡Leon!"
-"¡Estoy bien, ve a la comisaría, te veré allí!"
-"¡OK!"
Leon dejó de prestarle atención a los gritos de Claire cuando oyó una motocicleta detrás de él. Se oía como si alguien frenara de golpe y luego acelerara lo más rápido posible. La fuente de esos sonidos era una persona que huía en su moto Ducati, esquivando a los torpemente insistentes caníbales enfermizos.
Apenas Leon se había percatado, el motorista había caído al suelo por un zombi que le alcanzó de un hombro. Al perder el equilibrio cayó con su moto atrapándole su pierna contra el asfalto. El deber llama a Leon.
El policía se abría paso a empujones y balas hasta el caído, rogando llegar a salvarle. Más de cerca pudo ver se trataba de -"una" motorista, por su silueta (tenía un casco puesto que cubría toda su cabeza). Un zombi se acercaba peligrosamente hacia la persona. Leon se exasperó por llegar y logró ser sorprendido por una caníbal enfermiza que avanzaba desde su derecha. Codeó a la hambrienta mujer zombi que casi logra aplicarle un tarascón, llevándose un pedazo del uniforme con su mano fría. Corrió hasta la motociclista y ejecutó de un balazo quemarropa en la sien al cercano atacante, que ya se estaba arrodillando para comer.
-"¡Vamos!"– Leon la tomó del brazo.
Sin darse tiempo a responder, la muchacha motociclista sólo trataba de facilitarle la tarea de salvarla, aferrándosele. Cada uno tomó con su mano el antebrazo del otro. Leon tironeó y ella trataba de deslizarse. Finalmente la liberó, para alzarla y cargarla en su hombro. Los dos corrieron hasta una puerta, por suerte sin precintar.
Dieron con el estacionamiento de la comisaría, donde unos pocos zombis se tambaleaban y gemían esperando un cuello para roer. Corrieron hacia una cabina, ella cojeando por sus heridas. La desesperación con la que casi arrancan el picaporte no servía para abrir la puerta bloqueada. ¿O talvez sí? Dos zombis empezaron a acercarse.
-"¡Dame tu casco!"
La joven se quitó el casco apresuradamente, dejando ver una cabellera rubia que se le deslizaba por los bordes. Leon le hizo entrega de su pistola reglamentaria.
-"¡Cúbreme!" – dicho esto él se puso a martillar la puerta con el casco, más precisamente donde estaba la cerradura.
Ella apuntaba temblorosa a los zombis que ya tenían sus brazos alzados para sujetar la -"comida". Leon machacaba gritando como si fuera karateka mientras la joven disparaba delante de ella a mansalva. Cerraba los ojos por cada bala que salía del cañón manchado de sangre. Finalmente un disparo muy oportuno derribó a un zombi. Al otro no lo mató a tiempo y ya estaba alcanzándola. Un disparo de la mansalva dio en el muslo e hizo que se cayera hacia delante, dejando que sus corroídos brazos la sujetaran de sus piernas. El grito de ella alarmó a Leon, que ya había dañado lo suficiente la puerta. Se dio vuelta, viendo como ella pataleaba desesperada.
-"¡SUELTALA!"
Descendió el casco varias veces contra la cabeza del zombi, hasta que este dejó de moverse. Ahora esos dedos carcomidos que sujetaban a la asustada joven estaban más muertos que antes.
Leon tironea de la mano de su shockeada acompañante para llevársela adentro de la cabina. Pero la adrenalina no termina ahí, ahora la puerta no podía cerrarse, cualquier empujón torpe podía abrirla con facilidad. Leon movió una mesa para bloquearla, y la muchacha trataba de contribuir a la barricada con una silla. Se movían rápido, buscando cosas para apilar. En eso un ruido de rotura se escuchó afuera. La joven pegó una mirada por la ventanilla.
-"¡Entraron!"– gritó ella, revelando su voz a Leon, que la miraba atento.
Ella viro su vista un segundo hacía él, y después lo miro fijo con la expresión del horror de cualquier sobreviviente. Se dio vuelta apresuradamente apuntando al policía.
-"¡Espera¡No dispares!"
No había terminado de decir esto cuando la muchacha ya sostenía la pistola humeante. Un sorpresivo zombi develó su presencia a Leon con el ruido que hacia al caer al suelo. El certero tiro en la frente sacó despedida la gorra de policía.
-"¡Gracias!"– dijo él, salvado por un pelo.
Ella se limitó a asentir con la cabeza y bajar el arma de a poco. Sus brazos y su esbelta figura se movían de arriba abajo, respirando con sus cansados jadeos. Se sentó en la -"barricada" mientras Leon estaba concentrado mirándola, sin percibir que él estaba igual de agitado. El policía vio que aun tenía en su mano el casco de motociclista, impregnado con una sangre viscosa al extremo de estar coagulada. Con un poco de asco lo dejó caer al piso. El sonido contra el suelo alarmó a la joven, haciendo que levantara la mira de pistola en seguida, apuntando frenéticamente a cualquier lado.
-"¡Tranquilízate, fui yo con el casco, es todo!"– gritaba Leon mostrando sus palmas hacia ella por segunda vez.
La muchacha bajó el arma. Se llevó las manos a las caderas, sin soltar la pistola de sus dedos un poco escoriados. Dejó de contener las emociones de la desesperación, y empezó a llorar.
-"Tranquila, todo va a salir bien."
Ella trataba de guardarse sus lamentos para no poner nervioso al policía, pero le costaba mucho. Las imágenes de la pesadilla fluían por su mente: sus amigos siendo atrapados por esas cosas que roían sus cuellos, sus gritos de ayuda y el doloroso abandono como única opción de seguir viviendo. Eran los recuerdos del infernal trecho hasta llegar a su moto e intentar la huida ahora frustrada.
-"¿Tu nombre?"– preguntó Leon luego de contemplarla.
-"Elza... Elza Walker."
-"Bien, escúchame Elza, sé que puedes estar muy asustada con lo de afuera... pero yo soy el policía, dame el ..."
Elza entregó la pistola antes de que Leon pudiera terminar.
-"Bien. Yo voy a cuidar de ti. ¿Te encuentras bien?"
-"Mi pierna... me duele mucho"– tomándose la extremidad con raspones.
Leon vio las magulladuras en la pierna de ella. Sus pantalones cortos dejaban ver en sus piernas heridas que de seguro limitarían su movimiento. Por suerte su campera de mangas largas, parecida a la que usan en las competencias, le protegió bastante bien.
Buscando entre la iluminación tenue de la cabina Leon dio con una gaveta de primeros auxilios. Al revisarla no encontró nada. Era de suponer que su contenidos estarían gastados.
-"¡Mierda!"– azotando la tapa frustrado.
En sus pasos hacia Elza pateó un cilindro en el suelo. Era una bendita botella de alcohol, medio derramada. La levantó apresurado, tratando de salvar el contenido.
-"¡Bien, encontré esto."– se lo mostraba a Elza.
Mientras él revisaba el zombi caído ella se aplicaba el desinfectante arrojándoselo a berbetones por la extensión de sus heridas, sin poder evitar algún fugaz quejido.
-"¿Seguro que estas bien?" – alzando la vista hacia ella.
-"Sí."
El policía encontró una herramienta que aumentaba las posibilidades de supervivencia, una Beretta M92F. Se la entregó a la joven.
-"Ten. No quisiera admitirlo, pero vas a necesitarla..."
-"¿Cómo le quitas el seguro?"–preguntó ella.
Leon le empezó a dar una rápida lección de armas cuando de pronto la barricada empezó a ceder. Las patas de los muebles amontonados resquebrajan contra el suelo. Al parecer todos los zombis de afuera estaban enterados, anunciándose con sus gemidos...
–––––––––––––––––––
-"¡LEON, DESPIERTA POR FAVOR!"– Elza lo sacudía tratando de no tocar los vendajes ensangrentados que ella misma le aplicó.
Se encontraban en una pequeña sala que parecía de control de maquinaria por sus rusticas consolas. La joven estaba muy nerviosa, ya había empezado a sollozar. Hacia como media hora que Leon perdió la conciencia por una herida de bala.
El policía empezó a abrir sus ojos, saliendo de la inconsciencia. En ella volvió a vivir el encuentro de ellos dos como sueño. Sentado en el suelo con la pared como respaldo, al moverse sintió un fuego en el hombro. Era la herida de bala, que no recordaba bien.
-"¿Qué me pasó?"– preguntó con su voz un poco soñolienta.
Elza no respondió, sólo se dejo llevar por un impulso: abrazándolo y reconfortándose, sabiendo que su compañero ya estaba bien. Leon palmeó su espalda, tratando que ese gesto hablara por él. Conteniendo las lagrimas de susto (bueno, ahora de felicidad) ella calmó la curiosidad de Leon.
-"Entramos aquí y una loca en guardapolvo empezó a dispararnos sin razón. Tu te me pusiste en frente y... me salvaste... gracias..."– limpiándose unas ultimas lagrimas.
-"Ni lo menciones... ¿Has visto a Claire?"
Ella negó con la cabeza. Leon veía que los mismos vendajes que el tenía eran parecidos a los que ella tenía en la pierna con raspones. Esa pierna no le permitía correr muy rápido. Sincerándose, de no ser por el coraje de la muchacha con su arma ... sería en cierto modo una carga. De cualquier forma, él sólo quería cumplir con su deber. Daría la vida por sacar de ahí a Elza, Claire y a esa niña huidiza.
-"Veo que conseguiste algo para nuestras heridas..."–Leon trataba de cambiar el tema.– "Vamos a movernos."– trata de ponerse de pie.
Elza se puso de pie y lo tomó de las manos. Empezó a tironear para ayudar a ese alto policía a pararse. Cuando él logró ponerse de pie quedaron frente a frente. Otra vez sus miradas se cruzaban como si estuvieran viendo el alma uno de otro...
-"¿Qué?"– preguntó él.
-"Es... nada."– mirando rápidamente a un costado– -"Ah, sí, conseguí esta llave."
Ella entregó la llave a Leon. Con una revisión al panel de control dieron con que la llave servía para traer de nuevo a un vagón-ascensor de afuera. Salieron con sus armas en alto. Elza estaba más preocupada por apuntar rápido, temía volver a encontrar a esa hostil mujer que les disparó sin razón aparente. Luego de virar en todas direcciones sin encontrar peligro avanzaron un poco. Ella se apoyó en una pared dejando caer su cuerpo hasta el suelo por el cansancio. Mientras Leon asomaba a ver como la plataforma subía constantemente ella se quedó observándolo. Estaba muy aliviada de que él no la haya abandonado y no pudo evitar sonreír a pesar de todo. Desde el segundo reencuentro se esforzó a estar pegada a él como si fuera su sombra, y Leon concordaba a esto con su idealismo de proteger y servir.
La decisión del trío de sobrevivientes de -"separarse para buscar a una niña" fue un plan duro de llevar para ella. Maldijo mil y una veces "esa llave trébol" que le arrojó a Leon por una ventila y que había hecho que se separaran por segunda vez. Desde que llegaron al drenaje no se distanciaron ni un metro, sin embargo los adefesios en forma de arañas gigantes y más zombis no daban respiro ni para preguntar la hora.
Leon le devolvió la mirada a Elza, dejando de lado lo que veía antes. Camino hacia ella, y al ver esa sonrisa en ella sintió que podía entablar una charla:
-"Y... ¿Qué vas a hacer cuando salgas de aquí?"– tratando de despejar sus mentes de la situación traumática que vivían.
-"Me voy a comprar una nueva Ducati, o reparar la anterior. Cuento con que lo caníbales esos no comen motos..."
-"¿A que te dedicas?"– preguntó él.
-"Soy estudiante universitaria. Justo la facultad de Racoon tenía que aceptarme... maldita sea mi suerte."– haciendo un -'no' desganado y mirando hacia abajo.
Leon fingió una risa a los sarcasmos de Elza. De seguro serían mucho más graciosos cuando estuvieran a salvo.
-"Te juro que tendrás una moto nueva. Así sera, de aquí saldremos... todos juntos."
Ella sabía que podía confiar en alguien que se empeñaba tanto en cumplir con el deber de la frase que estaba escrita en las patrullas. Volvió mirándolo fijo, esta vez más penetrantemente.
-"No sé que hubiera sido de mi sin ti..."
-"¿Tu crees tener mala suerte? Este es mi primer día de trabajo."– continuo él.
-"¿En serio?"– dijo ella sin mucha sorpresa.
-"Sí¿puedes creerlo?"
-"¿Qué edad tienes?"
-"¿A que viene esa pregunta?"
Elza frunció el ceño para sacarle la respuesta.
-"Pues, tu dime."– continuó Leon
-"¿26?"
-"Vaya, debo dejar de fumar. En verdad 21¿y tu?"
-"19."
-"¿De donde sacaste ese pendiente?"– mirando el gran pendiente dorado que pendía del cuello de ella.
-"Es de la niña, se le cayó y no me dio tiempo de alcanzarla."
-"...Espero que este bien con Claire."
-"Ella si que es valiente."
-"Tal vez tu eres más inteligente"– le dijo Leon tratando de disimular una sonrisa para alentarla.
-"Y dime... ¿cuanto tiempo estuve..."
-" ¿Inconsciente? Media hora o un poco más"
-'¡Que bueno que estas bien!'– volvía a alentarse Elza en mente.
Al fin la plataforma llegaba, saliendo un vagón como protuberante figura al llegar a la altura donde los dos pasajeros esperaban. Leon se dejo llevar por la ansiedad de -'¡alejarse más!' y avanzó de una buena vez, seguido por Elza por detrás.
Con sólo apretar un botón y soportar una estridente bocina ya estarían descendiendo. Leon se trepó primero y tomó a Elza de los costados para ayudarla a subir. Ella se ruborizó al sentir sus manos protectoras. Finalmente logrando ascender y quedando frente a frente:
-"¿Te sientes bien?"– Leon tocó su frente.
-"No me pasa nada"– le sacó la mano con delicadeza.
Entraron en el furgón al momento que el descenso comenzó. Se sentaron uno al lado de otro y chequeaban su munición. Leon dejó de prestar atención a su Rémington M1100 y miró un momento a la joven a su derecha, sintiendo que debía sacarse una frase del pecho:
-"¿Elza?"
-"Dime." – dijo ella dejando lo que estaba haciendo con las armas.
Leon hizo una pausa corta antes de proseguir. No espera que ella se pusiera tan atenta, dejando ella también sus armas de lado. ¿Realmente era algo tan importante? Para olvidarse de tenerlas preparadas en una situación donde estas no eran prescindibles, pues...
-"No sé cuanto estuve ahí tirado... pero... muchas gracias por cuidarme"
Los ojos castaño claro de ella demostraban que ella podía leer en él algo más que quería decir. Pero el policía se sentiría un poco ridículo al decirlo.
En eso Leon pensaba: '¿Media hora o más?...¿Quedarse ahí tirado media hora o más?' Los zombis no daban tregua y menos tomaban prisioneros. ¿Que esperanza hubiera tenido de sobrevivir a su propia inconsciencia sin alguien que le cubriera? Le era bastante evidente que ella estuvo resguardándolo.
Elza intentó devolver el dialogo a Leon, pero no con cualquier cosa:
-"Son horrendas circunstancias, pero aun así... me alegra haberte conoc..."
Un extraño y tétrico rugido interrumpió a Elza. Un pequeño estremecimiento les dio a ambos saber que la criatura del cable-teleférico había vuelto por más. Unas garras perforaron la pared a la izquierda de Leon.
-"¡CUIDADO!"– gritó el policía.
Se arrojó contra Elza, mandándola cara al suelo junto con él. Las zarpas cortaron fácilmente la pared que ellos usaban como respaldo, salvándose ambos de ser rebanados junto a esa superficie.
De nuevo estaban en el juego de esquivar las garras, pero estas estaban más agresivas y poderosas. Los estrepitosos choques con el metal y las abolladuras les daban aviso de donde no debían pararse. Los disparos a las extremidades que se asomaban ya no parecían tener efecto. Las cinco garras cortaban dibujando líneas que perseguían a los presentes. Huir era cada vez más difícil.
-"¡La defensiva no sirve, voy a salir!"– gritó Leon preparando su escopeta.
Salió haciendo caso omiso de una extraña alarma. Elza lo quiso acompañar, pero no podía abrir la puerta, que se había bloqueado electrónicamente al paso de Leon.
-"¡Leon!"– Ella golpeaba la puerta y jalaba el picaporte.
-"¡No vengas!"– aconsejo él en voz alta.
Luego de unos pasos precavidos afuera el policía se encontraba con un ser de piel roja negruzca, que ya esbozaba más brazos nuevos con garras. Los músculos del monstruo chillaban, y repentinamente este pegó un estirón que le agregó medio metro de altura. Cuando Leon vio como aullaba al aire sabía que lo que seguía era su ataque.
La criatura movió sus brazos hacia atrás, poniéndose en posición para atacar. Empezó a caminar hacia el policía agitando su zarpas, provocando fricciones de fuego al frotar las puntas con el metal. Leon esquivó corriendo hacia atrás, y le disparó. La perdigonada dio de lleno al monstruo, y con toda la nube carmesí desprendida del monstruo este apenas se turbó. El ser puso sus grandes brazos despellejados hacia arriba y con sus garras señalando al cielo se arrojó hacia Leon otra vez. Con un gruñido gutural empezó a tomar aire para juntar energía para ese ataque...
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CLAIRE ESTABA TRANTADO de consolar a Sherry. Apenas recuperó la conciencia la niña empezó a llorar, no sólo de dolor físico. Las dos estaban seguras (por ahora) en ese cuarto de seguridad.
La joven restó atención a unos ruidos de afuera, ya que no se oían sospechosos. Al parecer alguien estaba usando el elevador por donde ellas dos llegaron.
-"Claire..."
-"¡No te esfuerces en hablar, estas ardiendo en fiebre."
-"..."– la niña sólo respiraba entrecortadamente.
Claire encontró una jarra de agua. Sacó una hilacha de la sabana de la cama e hizo un paño húmedo. Luego de eso ella saldría a buscar a quien pudiera ayudar a Sherry: esa tal Annete. Trataba de que la niña no la convenciera de quedarse, pero su sensibilidad y duda le jugaban en contra. -"¿Y si una cosa de esas entraba?" Sherry no estaba en estado de defenderse aunque le dejara un arma, y mucho menos de huir.
-"¡Bingo!"– todo cambió cuando luego de aplicar el paño húmedo revolvió los paneles de la sala.
Era una llave que parecía destornillador, pero era inconfundiblemente de alta tecnología. Y lo mejor de todo, podía sellar la puerta con ella. Ya más segura, ella comenzaría a buscar a la doctora Annete Birkin.
-"Sherry, te vas a poner bien... sólo aguanta."
Claire estaba a punto de azotar la puerta y echarle llave...
-"No me... no me dejes... sola."– apenas podía suplicar.
Claire se paralizó en el umbral al ver como la pequeña hacia un esfuerzo sobrehumano para tan sólo extender una mano suplicante en el aire.
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¡BANG!
El balazo de la Mágnum .50 AE abrió una vertedera de sangre en el fiero ser que intentaba rebanar a Leon. Este se retorció hacia atrás de dolor. Con la sangre saliéndole a berbetones, viró y saltó afuera de la plataforma. La puerta del vagón hizo un ruido de cerradura y la plataforma dejó de descender. Elza salió inmediatamente y bajo con un poco de dolor a cuestas. Buscaba a Leon a los gritos.
-"¡Estoy aquí!"
Elza dio la vuelta al vagón y se reencontró con él.
-"¿Estas bien!"– preguntó ella al divisarlo.
-"Sí, no me tocó."
-"¿Quien¿Qué rayos era!"
-"... olvídalo ¿Por qué se detuvo?"– dibujando un circulo con el dedo.
-"Se sobrecalentó el motor. ¡No vuelvas a despegarte de mí!"
-"¡Yo debería estar diciendo eso!"– dijo Leon para tranquilizar– -"¿Y ahora que haremos?"
Después de curiosear adentro del vagón no dieron con nada que pudiera ayudarlos. Los momentos pasaban lentos y estresantes. Sabían que no podían quedarse quietos ahí, esperando a que alguno de sus tres perseguidores inmortales (sí, tres) los encontrara. Ella se sentó en el banco, haciendo a un lado la metralleta que tenía desde hacia tiempo. Empezó a abrazarse, como si tratara de darse contención a si misma.
-"Tengo miedo... miedo de que todo esto me mate..."
Leon fue hacia ella y se le puso en frente. No dejaría que nada le dañara, ni siquiera la desmoralización.
-"Tranquila, lo has hecho muy bien hasta ahora."– tocándole el hombro.
Elza levantó la vista del suelo. Se quedo mirando a Leon a los ojos.
-"Debo ser una carga."
Leon se conmovió de tristeza, y la sacudió un poco del hombro diciendo:
-"¡Jamás! no te des por vencida. Hemos llegado muy lejos para rendirnos. Busquemos afuera."
Él caminó hacia fuera y Elza lo siguió, tan empeñada en no quedar sola como siempre. Otra vez el caballero la ayudaba a bajar.
-"Debe haber algún sistema de emergencia, una escalera, algo... buscare del otro lado y tu aquí."
Elza asintió con la cabeza, tratando de no reflejar la inseguridad que la invadía. Los dos deambulaban sus vistas, buscando cualquier cosa.
-"¡Aleluya¡Elza, ve a ver esto!"– Leon dio con un ducto y trepó a el.
Justo cuando Leon averiguó que la rendija podía removerse la plataforma tembló. Yendo hacia él, Elza perdió el equilibrio fácilmente por su pierna herida. La grada reempezó con su ruta descendente.
-"¡Mierda!"– Elza se puso de pie rápido y llegó a donde el policía estaba– ¡Leon!
Él estiró su mano hacia abajo y Elza tragó dolor para saltar y tomarla. Ya era muy tarde, apenas se rozaron la punta de los dedos.
-"¡Elza¡Busca a Claire y la niña¡Tu puedes!"
Perdiendo a ese hombre en las alturas, ella hizo lo mejor que podía hacer: entrar al furgón y preparar sus armas para otra travesía solitaria. No quería fallarle a Leon, quien le demostraba una confianza y comprensión que la sostenían moralmente. Quería reencontrarse con él.
Por otro lado, Leon se arrastró adentro del ducto luego de la contemplación. Sorpresivamente este se derribó bajo su peso, y cayó en un recoveco con paredes de metal. Fue hacia la puerta de un ascensor. Luego de frustrarse con los botones empezó a buscar el switch de energía correspondiente para activarlo.
––––––––––––––––
CLAIRE LE HABÍA puesto el chaleco de "Made in Heaven" a Sherry. La niña ya no suplicaba, no podía. La joven esperaba que la suerte que le traía ese chaleco amparara a la chiquilla. Saliendo de nuevo vio como la plataforma descendía nuevamente. Ella sacó su pistola Browning, esperando que no fuera un hostil quien llegaba en el furgón. Caminaba hacia la puerta de tal con la pistola en alto. Las horrendas marcas de garras alrededor se veían a simple vista.
-"¡Dios!"
Repentinamente oyó que la puerta se abría.
-"¿Quien anda ahí?"
-"¿Claire?"
-"¿Elza?"
Claire fue corriendo y se encontró por segunda vez a esa joven. La ultima vez que la vio fue cuando la encontró en el despacho de los STARS junto a Leon. La ayudó a bajar al ver que a ella le costaría por como se agarraba de las barandas, y por esas visibles heridas que sabía le hacían cojear.
-"¿Donde esta Leon?"
-"El esta bien... pero lo perdí de vista... ¿y la niña?"
-"Se llama Sherry. Necesito que cuides de ella mientras yo busco ayuda. Sígueme."
Las dos entraron a la sala de seguridad. Elza corroboró la alta fiebre de Sherry con una típica mano en la frente.
-"Debe ser el virus"– aseguró la rubia.
-"Sí es. Pero sé de alguien que puede ayudarla..."
Elza vio una consola de monitores.
-"(De seguro podría buscar a Leon con ellos) ¡Yo la cuidare¡Tu busca a esa persona!"
Claire se disponía esta vez a comenzar la búsqueda y enfiló a la puerta.
-"¡Espera Claire!"
-"¿Qué?"
-"Si por alguna razón debo dejar a Sherry para socorrer a alguno..."
-"Ten"– Claire le entregó una llave bastante extraña– si te vas sella la puerta.
-'Se ve muy importante'– pensaba Elza al ver esa cosa en su palma.
––––––––––––––––––––
EL ESCOPETAZO DIO vuelta al extraño ser sin pellejo. Se volvió a levantar y poner su cuerpo en la misma posición cuadrúpeda. Otra descarga de la itaca de Leon lo dio vuelta, y el ser gimió de dolor. El policía le descargó dos tiros más cuando estaba panza arriba. Ahora el -"licker" (como lo leyó en el reporte) estaba tan desecho sobre el suelo de metal que ni siquiera se convulsionaba. Su no movimiento por largos segundos dio cuenta a Leon que ya estaba muerto.
-"¿Estiraste la garra, maldito?"– depositando algunos cartuchos en la escopeta.
Caminando hacia un switch que vio a lo lejos, leyó un cartel que estaba justo arriba de un tanque de acero fundido. No le dio importancia. Finalmente cambió la palanca de posición; ahora el ascensor que intentó usar de seguro tendría corriente.
-'Espero que ellas estén bien'– pensaba dando media vuelta.
Pasó por varias zonas de trabajo, subiendo los dos elevadores que lo trajeron hasta allí. Ya ansioso por reencontrarse con ellas tres, empezó a correr hacia el ascensor cuando llegó al pasaje correspondiente. Su impulso de inexperto le valió mal, siendo sorprendido por una mujer rubia en guardapolvo que tenía un arma en una mano y un tubo violeta en la otra.
-"¡Alto!"– le apuntó ella.
-"¡Espere, soy policía!"– dijo el sin tomar una posición que le haría merecer otro balazo.
-"Tu... tu mataste a mi esposo¡Miserable¡Tu debes ser el maldito espía!"
Leon no tenía la menor idea de que hablaba esta mujer con facciones marcadas por el Estrés fuera de lo normal. Juraría que podía ver rastros de lagrimas secas descendiendo en sus mejillas.
-"Baje el arma, sólo quiero ayu..."
-"¡Cállate, no tomaras el virus G, es el legado de mi William..."
La discusión que terminaría con una de las partes muerta fue interrumpida por un estrépito en el techo. De aquí se abrió un agujero detrás del policía que dejo caer un ser enorme. Era por enésima vez el mastodonte de gabardina verde, con su inhumana expresión en el rostro libre de cualquier emoción. Los otros dos intentaron huir por el ascensor, el otro trecho estaba bloqueado por la abominación. La científica llegó antes que Leon y le cerró las puertas automáticas en la cara. Apretar los botones como loco era inútil: "Ascensor en uso, espere por favor".
Leon presentía esos pasos imponentes. Comenzó a disparar al mastodonte apenas este se mostró en el pasillo.
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-"¡No¡Leon!"
Las expresiones de Elza tapaban los quejidos de Sherry. Ella no podía quedarse ahí a ver que el monitor le mostrara lo que temía tanto. Tiró de la palanquilla de la MAC-11, tomó su pistola y una impresión de Mapa de Zona que consiguió. Le rogó calma y resistencia a Sherry y salió corriendo, bloqueando la puerta con la -"llave maestra". Con una rápida vista al mapa viro a un pasillo que le mostraba una puerta de ascensor. Rogaba que Claire se equivocara respecto de que este no funcionaba. Este mismo se lo demostró con un sonido. Ella fue corriendo hasta tal con su metralleta preparada.
-"¿Leon?"– dijo la joven cuando las puertas empezaron a abrirse.
Apenas la puerta se abrió la persona de adentro disparó. El tiro le atravesó el hombro a Elza. La atacante no era otra que la rubia que les disparó la vez anterior. Elza salió un poco impulsada para atrás, pero con coraje se enfrentó. Lanzó una ráfaga con su arma que rebotó y asustó a la científica, dando cuenta del poder de fuego superior de la joven.
-"¡Espere¡me rindo!"– ella levantó sus manos y dejo caer su pistola.
-"¡Maldita seas!"– le gritaba Elza mientras la sacaba a culatazos del ascensor.
La joven ya estaba adentro y la agresora afuera. Elza le apuntó, pero no quería venganza. Había cosas más importantes para acribillar.
-"¡Aléjese o disparo!"
La científica camino para atrás hasta que Elza pateó la pistola de ella hacia fuera, justo cuando las puertas automáticas se empezaron a cerrar. Sin tiempo para conjeturar quien rayos era la joven, Annete Birkin levantó su pistola y se fue por otra puerta.
Elza estaba descendiendo en el ascensor. Sin querer manchaba con sangre la impresión del mapa.
-"¡Con un demonio!"– se quejaba a regañadientes.
Llegó al piso que reconoció como el sector donde su compañero estaba. El escenario mostraba casquillos vacíos en el suelo, manchas rojas por las paredes de proveniencia obvia y un gran agujero en el techo; pero no había cadáver de nadie. Eso esperanzaba a Elza un poco. Pero la manchas de sangre... -'¿El estaría bien?'. Lo averiguaría por si misma.
-'¡Que estés bien Leon¡Por favor aguanta!'
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LEON REVISÓ SUS bolsillos y bandolera, viendo que le quedaban pocos casquillos para su escopeta.
-"Ese maldito me los consumió todos"– se quejó susurrando para él.
Estaba en un cuarto al que llegó moviendo una caja para luego trepar. Vio una gran columna de metal de aspecto moderno, de seguro el reactor que suplía poder a toda la instalación. Caminó unos pasos para verlo mejor, y de vez en cuando tanteaba con su vista al suelo para buscar algún cuerpo que podría tener algo importante o útil. Así había encontrado partes para darle más capacidad y poder a su escopeta recortada. Finalmente resolvió que allí no había nada útil.
-"Al final esta llave rara no me sirve de mucho"– miraba enrarecido esa llave fuera de lo común: "Cuarto del generador".
Sin más la arrojó al aire para que esta cayera detrás de él. Esta pareció hacer un sonido tremendo al caer, incluso el suelo se estremeció un poco. Leon se dio vuelta bastante descreído de que esa cosita hiciera tal ruido y... no había sido la llave sino el Sobrehumano, que llegó de un saltó detrás de él. Antes de que Leon empuñara el obús de su escopeta, el gigante tomó la boca de esta. Disparó y con la descarga peló la manaza gris, pero la palma sangrante siguió aferrando. Esta aplastó el cañón como si fuera chocolate derretido y empujó hacia atrás para golpear a Leon con el respaldo del arma. Luego de arrojar el palo negro deformado a un lado, sacó despedido a Leon de un puñetazo tirandolo contra la pared. El policía quedó aturdido con una pequeña herida que escurría sangre de su cabeza, dibujando una línea en la pared. El mastodonte se acercó mirando fijo al frente como siempre. Ya en la distancia indicada unió sus manos llevándolas hacia atrás para descargarlas y deshacer la cabeza de ese estorbo. En posición...
-"¡Aléjate de él, mal parido!"– se oía con unos disparos que perforaban la espalda del ser.
Era Elza con su MAC-11, tratando de salvar a quien le debía la vida.
El grandote se dio vuelta y encamino hacia ella. Sabía muy bien lo que había venido a buscar, y ya lo tenía en frente.
Elza disparaba sin cesar, sin ni siquiera tratar de apuntar a la cara para cegarlo. Leon se despabila, sacando la Desert Eagle y avanzando un poco para darse un blanco seguro. El mastodonte recibía balacera despiadada por atrás y adelante, sin alterar su paso seguro. A Elza se le acabó la metralleta en medio de la balacera, jalando el gatillo frenéticamente un par de veces. Le tiró la metralleta al titánico ser (todo contaba) y sacó la pistola Beretta M92F.
-"¡Elza¡Por Dios aléjate!"
Ya a un metro de ella el gigante estiró su brazo repentinamente y la atrapa de la campera. Ella siguió tirando con mucho coraje al monstruo mientras este la elevaba. La pistola parecía no tener efecto como siempre, pero era mejor que nada. El grandote le arrancó el pendiente del cuello, justo cuando un balazo de ella abrió una hemorragia en su cuello. Increíblemente lo hizo ceder, pero ya muy tarde. El gigantón la arrojó brutalmente hacía un panel del reactor.
-'NOOOOOOOO'–gritó la mente de Leon.
Casi sintió el dolor al ver "cada cuadro" de cómo Elza era arrojada como un muñeco de trapo hacia la consola de chapa metálica. Pudo sentir un dolor en el alma, de seguro no tan fuerte como el que Elza sintió al impactar ahí, destrozándose su espina como si fuera un palito.
Leon se olvido de la amenaza que se cernía allí delante, queriendo socorrerla. O sea... toda una locura
-"¡HIJO DE PUTA!"– gritaba él corriendo hacia ella disparando con una sola mano, como si fuera un gangster.
El mastodonte se tomaba con el cuello las dos manos, manchando el bendito relicario con su sangre oscura. No paraba de tambalearse para atrás, y las poderosas balas Mágnum lo terminaron de empujar al vacío. Rompió las barandas y cayó una decena de metros hasta un tanque de acero fundido.
-"Bastardo"– el policía dejó salir de su boca sin contemplar el vacío.– -"¡Elza, por Dios!"
Elza no estaba nada bien. El metal deformado donde estaba tendida se incrustaba en su juvenil cuerpo, resultando en puñaladas distribuidas. Todo el panel se estaba bañando en sangre. Ella jadeaba mucho entre lo poco que podía decir, un símbolo de estar perdiendo mucha sangre.
-"¡Te pondrás bien¡Sólo aguanta un poco! Estoy seguro que la salida esta cerca."
-"No puedo ... moverme..."
-"¡Ni hablar¡Vamos¡No me dejes!"
Leon trató de sacar con cuidado su cuerpo de ahí. Sus manos se iban impregnando ligeramente de sangre, dejándola caer sobre su regazo. Elza chocó su cara contra las vendas de Leon. Este la tomó de los costados de la cabeza para suplicarle:
-"¡No te me vayas Elza, por favor!"
Ella estaba muy débil para quejarse, así que sólo podía castigar sus dientes. Con tan poca fuerza en ese momento, solo dolor y frío, sin saber si sería el ultimo, -"pero de seguro así sería" hizo algo que se impulsó en sus sentimientos: levantó la vista y aferró con sus manos al policía para unir sus labios con los de él inesperadamente. Estos chocaron para fundirse. Sellaban sus labios mientras las chispas de electricidad empezaban a brotar del reactor. Ella suponía que iba a morir desde que discernió que su cuerpo estaba bajo un inmenso dolor, mientras Leon... el buen y valiente Leon, le ayudaba a bajar. Aunque no era una buena muerte, esta vendría con su alma en paz: un favor devuelto y el afecto demostrado a ese maravilloso hombre.
Las fuerzas abandonaban a Elza, ya ni siquiera podía aferrarse del hombre del que se enamoró. Así que se dejó caer sobre el cálido abrazo de él.
-"Sálvalas... por favor. Sherry, esta en el..."– Elza empezó a manotear el bolsillo de su campera.
Leon metió mano y sacó una especie de llave ultramoderna. Era el dichoso aparatito para la ruta de escape que se mencionaba en...
-"La secuencia de Autodestrucción ha sido activada. El proceso no puede abortarse. Por favor el personal evacue inmediatamente"
Leon se guardó la llave y cargó a Elza en sus brazos. Debería ser como un témpano en ese momento: -"Mantenerse frío bajo presión". La vida de Elza pendía de un hilo y debía averiguar que fue de Sherry, todo eso en un tiempo limitadísimo. Hizo lo imposible por apurarse a bajar las cajas apiladas, con el cuerpo de ella a cuestas. Entró al ascensor sin soltar a la joven.
Elza seguía sangrando por sus múltiples heridas. Ya estaba empezando a caer bajo el sueño del olvido...
-"¡Por favor no mueras!"– Leon la agitó en sus brazos.
La suplica de Leon la despertó. En eso la radio empezó a titilar. Él dejó que los pies de Elza tocaran el suelo para tener un brazo libre y atender.
-"¡Leon¡Lo lograste¿Qué pasa con Elza?"
-"¡Esta herida!"– dijo Leon viendo la cámara por la cual Claire lo estaría observando.
-"Escúchame, Elza tiene una llave..."
-"Sí la tengo ¿Qué le pasa?"
-"El cuarto a la vuelta del nivel inferior, Sherry esta ahí. ¡Por favor, tienen que salvarla!"
Leon miró a la cámara y mostró su asentimiento a ella. Elza aun mantenía los ojos abiertos.
-"¿Donde estas Claire¿Dónde te encontrare?"
-"No hay tiempo..."– ella calló para retirarse
-"Claire, espera... ¡CLAIRE!"
-"Leon ..."– Elza levantó un poco la cabeza para volver a verle el rostro.
-"Ya falta poco Elza, muy poco..."– el volvía a levantar a Elza con sus dos brazos.
-"Decía... que no sólofue un gusto conocerte ... te amo ..."– alcanzó a decir ella.
-"Tienes que aguantar ... por favor..."
El elevador tembló, indicando su llegada a destino. Leon salió de allí con Elza aun en brazos, esta quedando cabizbaja de nuevo. Al llegar a la puerta que coincidía con la descripción de Claire (además de por ser la única) sentó a Elza al lado de la puerta.
-"Aguanta ahí. Volveré pronto."
Elza pudo lanzar un -"sí" sin aliento.
Abrió con la llave maestra y encontró a la niña huidiza tendida en una cama. No pasó por alto unos cargadores .50 AE en el panel.
-"(Al menos no tengo que intentar atraparla) ¿Sherry!"
La pequeña ni siquiera se despertó. Notó que ardía en fiebre cuando iba a tomarla de los brazos para sacudirla. Entonces la cargó en brazos. La llevó apurado hasta el ascensor y la posó con paciencia en el suelo. Luego corrió a por la otra persona.
-"¡ELZA¡Finalmente nos vamos!– gritaba corriendo hacia ella."
La encontró quieta donde la dejó, mirando para abajo. Sus despeinados mechones de cabello rubio tapaban sus ojos. Su sangre apenas empapaba la pared.
-"¿Elza!"
Leon se le acercó y presintió lo peor: ella había ... había...
Le tomó el pulso, viendo un segundo esos agredidos y delicados nudillos. No había pulso.
-"¡ELZA! Vamos, no nos dejes... ¡no me dejes!"
La joven que se había empeñado en proteger y por la cual tenía un sentimiento mutuo había dejado de respirar.
-"... ¡Por Dios, no!"
Contemplaba el cuerpo de la joven, la cual estaba cabizbaja. Ya todo era evidente, la vida de ella se había extinguido. Leon la acostó en el suelo y empezó un masaje cardiorrespiratorio. Presionaba en su pecho con sus dos palmas abiertas sin resultados, cada vez más desesperado con el paso de tensos momentos. Pasó al siguiente método: respiración boca a boca.
Una explosión dejó caer una enorme viga que aplastó el vagón que estaba más atrás, no tan cerca pero visible. Era una perfecta señal de la inestabilidad creciente de la instalación.
Leon no quería admitirlo, pero la realidad era una sola. Luego de estrechar las manos de ella entre las suyas dejó las de ella juntas y cruzadas sobre el abdomen (una típica posición mortuoria)
-"Adiós, Elza."
Sin poder dejar escapar una lagrima, debería ser fuerte para cumplir su ultima voluntad: salvar a Sherry y a Claire. Salió corriendo sin hacer el minuto de silencio que hubiera querido darle. Al empezar a descender colocó la llave en una ranura. El ordenador de ahí sacó una interrogación.
-"¡Claro que quiero la maldita ruta de escape!"– girando la llave con seguridad.
Luego de eso levantó a la niña del suelo y la retomó en sus brazos.
El ascensor se sacudió un par de veces, pareciendo recolocarse de un pozo a otro. Luego de sentir por segundos la fuerte sensación del desplazamiento de un ascensor rápido llegó a un piso donde se abrió. Las puertas automáticas dejaron ver una bendita vía de escape: un tren. Entró de lado, cuidando la cabeza de Sherry de no chocar con los bordes. Puso a la niña en una banca y se dirigió a la cabina... no había corriente. Hasta había pasado por alto las barreras colocadas.
-'Y van...'
Leon corrió hacia fuera, recordando una verja de allí que daba a unas escaleras. No tenía la maldita llave, así que voló el candado con la potente Deagle .50. Empujó la verja en su apuro.
-"Cinco minutos para la detonación"
Siguiendo carteles de estaciones de energía finalmente dio con un lugar donde se guardaban fusibles de alto voltaje. Por suerte unos guantes de aspecto de protección anti-corriente estaban arriba del contenedor, y no dudo en usarlos. Se llevó los fusibles a una puerta contigua.
-'Ahí esta'– viendo el lugar indicado para los fusibles.
Los encajó de inmediato. Las luces se apagaron y una pantalla mostró el mensaje de la razón. La alarma seguía chillando, agregando tensión al momento.
Un bólido de fuego líquido apareció de un salto en la sala, anunciándose con una explosión. La bola de fuego dejó ver su forma: El maldito asesino de Elza, seguía vivo. Era reconocible por su rostro carente de humanidad y su titánica figura; el resto de su cuerpo estaba bastante cambiado. Tenía una extraña -"cicatriz podría llamarse" en el pecho, y garras florete de aspecto óseo en vez de los anteriores puños cubiertos con guantes. Con acero fundido escurriéndose en su cuerpo creando llamas en él, pegó un aullido gutural y luego tomó una posición de pelea. Empezó a caminar apresuradamente hacía Leon.
El policía, más frustrado que iracundo, no había soltado los interruptores. En menos de un segundo la indestructible abominación se puso en posición de corrida y pegó un impulso.
Leon hizo lo que estaba a su alcance: desenchufó un fusible y lo puso en alto delante de él. Apenas las garras óseas tocaron los conductores el monstruo recibió una descarga de diez mil volts por unos electrizantes segundos. Luego de unas humeantes y destellantes convulsiones salió despedido hacia atrás. Leon sostenía con su guantes salvadores un fusible que intentó recolocar. ¿Podría ser que de alguna forma se hayan alterado y no funcionaran? No, por suerte encajaron. Al fin la suerte lo estaría acompañando.
Inmediatamente luego el policía sacó su Mágnum y empezó a resuplir balas al clip de adentro. Esperaba otro golpe de suerte con la instalación eléctrica. Adentró el clip y apuntó al humeante monstruo por si se levantaba, cosa que ya esperaba. No se marcharía hasta que la electricidad diera una buena señal.
-"Vamos, vamos... Dios quiera que te quedes quietito ahí, bastardo."
Las luces hicieron un ruido extraño al reencenderse, pero el caso es que lo hicieron al fin. Ya todo tenía corriente. Con esto cumplido, Leon avanzaba a la salida sin quitar su mira de su eterno perseguidor, ya bastante desconfiado de que había muerto. Llegó a la salida y dio un portazo. Corrió como loco por las escaleras, sin mantener la Deagle con las dos manos como le habían enseñado en su entrenamiento. Su apuro no hizo que pasara por alto quitar las barreras, aunque para llegar a eso tuvo que descabezar a balazos unos zombis que deambulaban cerca de los controles.
Finalmente estaba en la cabina y bajó las palancas para hacer que el tren avanzara.
-'Pero... Mierda... ¿DONDE ESTA CLAIRE!'
Se olvido de pilotar el tren, obviamente todo era automático. Sacó su cabeza del vehículo y esperó que la joven Claire estuviera por ahí. Así era ... pero el tren ya estaba tomando velocidad.
-"¡CLAIRE, APURATE!"
La joven corría hasta que unos escombros le frenaron el paso.
-"¡CLAIRE¡CLAIRE!"– seguía sacudiendo con su brazo.
Ojala fuera tan fácil...
Leon vio el costado y salvó su cabeza por un segundo de una embestida contra una señal. Se apoyó contra la pared contigua.
-'Carajo'
El panorama era muy malo, sólo el estaba integro... sintiéndose un inútil que pudo haber hecho más. Ni menor idea de la afección que le quitó las fuerzas a la niña, Elza muerta, Claire condenada y de seguro muerta también...
La puerta automática posterior del vagón se movió. Había reaccionado ante... Claire, ella logró llegar.
-"¡Lo lograste!"
-"¿Donde esta Sherry?"
Claire se enteró de la cercana posición de la niña antes de que Leon le señalara con la cabeza. Se abalanzó sobre la pequeña y sacó un extraño tubo de ensayo. Empezó a verter su contenido de color raro en la pequeña boca de la niña.
-"Claire ¿Qué es lo que..."
-"¡Ahora no!"– grito Claire volteando con una mirada dominante– -"¡Anda Sherry! levántate, por favor... levántate..."
Leon sólo podía mirar. Talvez la cruda mirada de Claire lo había dejado en estado de no querer interferir al nerviosismo. Claire tomó a la niña por la espalda y empieza a sacudirla. Seguía suplicándole que se levantara. -'O que viviera', si eso era tan malo como el desmoralizado Leon S. Kennedy pensaba.
En eso el tren tembló y los dos se tiraron al suelo, Claire tratando de cubrir a Sherry de cualquier cosa. Tan empeñada en eso que se llevó a la chiquilla al suelo. Temían que el tren se descarrilara o explotara, pero aguantó. Inmediatamente Claire volvió a sus intentos de reanimación.
La niña empezó a recobrar la conciencia.
-"Claire... ¿Donde ... donde estoy?"
-"¡YEAH¡Gracias al cielo!"– Claire la abrazó.
-"¡Gracias!"– Sherry dijo esto tratando de acomodarse a la situación, y al abrazo.
Luego de separarse del aliviado apretón:
-"Se ve que estas protegida por el cielo."
Una gran calma reemplazó el ultimo momento de tensión en el policía y la joven. Ahora todo había cambiado para Leon... salvo una cosa.
-"¿Y Elza?"– preguntó Claire aun arrodillada, suponiéndola como la piloto del tren.
Leon bajó la vista.
-"Ella... no lo logró."
Claire tomó la misma expresión que el rostro del policía, el rostro que trataba de ver detrás del cabello que señalaba al suelo. Ella no sabía que decir. Leon se tapó la vista con la mano.
-"¿Leon...?"– preguntaba Claire buscándole la mirada.– ¿Estas bien?
Leon negó para si con la cabeza.
-"Terminó"– dijo mirando a las dos sobrevivientes que la acompañaban.
-"No..."
Leon volteó al escuchar la seguridad en la voz de la joven. Ella continuó:
-"... Debo encontrar a mi hermano."
-"Tienes razón... esto es sólo el comienzo."– al terminar de pronunciar, dio la espalda para encaminar a la cabina.
Leon no tuvo voluntad de entrar a la sala de controles. Se apoyó en la puerta que daba a esta y dejó que su espalda deslizara hasta quedar en el suelo. Claire y Sherry presintieron su melancolía al ver su mirada dirigida al suelo, y se le acercaron. El levantó la vista al ver como esas señoritas se le acercaban.
-"Perdón.. enseguida voy a los controles..."
-"No, no es eso..."– aclaraba Claire.
-"..."– el policía descendió su vista de nuevo.
Claire se intranquilizó un poco, y con el tono de voz no muy seguro preguntaría:
-"Leon ¿Qué..."
El tren pegó una sacudida feroz haciendo que las señoritas casi perdieran el equilibrio. La alarma empezó a sonar. Leon se levantó de inmediato cuando todo se estabilizó, ayudando a Sherry a recuperar el equilibrio.
-"Advertencia, peligro biológico detectado. Este tren detonara. Repito: este tren detonara"
-"¿Qué rayos..."– dijo Leon sin decir que salía a chequear afuera.
Al cerrarse detrás de él, la puerta hizo un sonido sutil inconfundible.
-"¿Pero...¡Claire¿Qué pasa allí!"
-"¡No lo sé¡La puerta se bloqueó sola!"
Leon dio vuelta sabiendo que allí afuera no podría encontrar al -"peligro biológico" así que optó por entrar al segundo vagón. Al entrar la bendita puerta detrás de él también se bloqueó.
-'Maldición'
No encontró nada a simple vista de los dos vagones. Caminó un poco con la Desert Eagle en posición. -'Peligro Biológico... ¿Qué podría haber¿Otra araña subdesarrollada, un...'
El techo se rompió en un agujero no muy grande. El polvo y pedazos de metal no ocultaban al peligro: el aun humeante y más afeado mastodonte.
-'Era de esperarse'– pensaba sarcásticamente.
Sin más, antes de que el gran humanoide se pusiera de pie Leon le apuntó con la Mágnum. En el mismo segundo, antes de terminar de tirar del gatillo, el techo arriba del monstruo cedió de inmediato. Cayó de ahí una masa deforme de carne negruzca que tenía tentáculos y una boca de lamprea en el centro, justo sobre el tiránico monstruo anterior. Este último cortaba la masa, tratando de liberarse. Cada uno de los tentáculos arremetía contra las paredes y el mastodonte. Estaba empezando a asimilarlo. Leon contemplaba horrorizado como dos creaciones de la perversa Umbrella se batían a muerte, sin dejar de apuntar.
El mastodonte ya casi estaba estampado contra la boca de lamprea. Un tentáculo lo empujaba poderosamente hacia esa apertura dentada. La lucha encarnizada estaba destruyendo el vagón y comprometiendo la integridad del tren. La masa tentaculada repartía mansalva de golpes a todos lados, abollando morbosamente las superficies metalicas donde sus protuberancias golpeaban Así que Leon eligió un bando y apuntó a la cabeza del que -"tenía cabeza".
-"El juego terminó... para ti."
Una poderosa bala .50 AE dibujó un hoyo rojo en la frente de la abominación humanoide, y esta dejo de moverse. La masa deforme, sin encontrar más resistencia, asimiló el cuerpo inmóvil rápidamente succionándolo y partiendo sus miembros como ramas conforme estos trataban de atravesar esa espeluznante -'abertura bucal'. Ahora quedaban dos, y Leon empezó a disparar sin tener que apuntar mucho a tamaña deformidad. La criatura disparó un tentáculo como arpón para machacar al molesto policía. Este dio en la puerta, removiéndola y dando ruta de escape a Leon.
El joven salió corriendo y se pegó a la puerta de la locomotora, empezando a gritar:
-"¡CLAIRE¡HAY QUE ABANDONAR EL TREN¡DETENLO!"
Volteó un segundo a ver como la monstruosidad estaba atravesando el umbral, haciendo ceder los marcos y el mismo vagón.
-"¡CLAIRE¡HAY QUE SALTAR!"– dijo el trepándose a una escalera.
Arriba del vagón empezó a luchar contra el viento provocado por la velocidad del ferrocarril. Sus manos se aferraban de donde podían, por suerte de una superficie que no era lisa. Se le ocurrió voltear una vez más. Parecía que eso le daba mala suerte... viendo unos tentáculos rojos que buscaban ansiosos, meneándose. Con sus puntas agudas parecían las colas de Satanás.
-"¡Nunca se rinden ¿Verdad?"
Trató de que la tensión no lo amedrentara. Siguió trepando en horizontal y llegó adelante de todo. Dispuesto a saltar de inmediato dentro de la cabina para frenar el avance, abrió la escotilla y se tomó de sus bordes. Encontró a Sherry curioseando en el panel.
-"¡SHERRY¡El botón rojo!"– haciendo esfuerzo para señalar.
La niña descendió su palma contra el interruptor. El tren comenzó a perder velocidad. Las chispas de las vías no podían verse, pero eran abundantes.
-"¡Toma mi mano!"– gritó él metiendo el brazo a la escotilla.
La niña se aferró a él y Leon la elevó de inmediato. Con ella rescatada y el tren casi detenido Leon puso sus pies sobre la parte delantera del tren. Empezó a escalonar el ansiado descenso, ayudando a la chiquilla sin soltarle la mano. Finalmente el tren se inmovilizó por completo, así que saltaron a las vías.
-"¿Donde esta Claire!"– preguntó Leon virando su vista a cualquier lado.
-"¡Justo aquí!"– dijo ella frenando su corrida hacia ellos, haciendo un acto de presencia repentino.
-"¡Bien¡VAMOS!"
Comenzaron una carrera hacia la luz visible del túnel. Era esperanzadora luz solar, no podía ser un tren que venía de frente o un simple farol. La luz de lo que parecía un amanecer bañaba sus cuerpos conforme el trío de sobrevivientes salían. Continuaron hasta quedar a unos doscientos metros del túnel. Voltearon contemplándolo.
-"¡Salimos con tiempo!"– festejó Claire
Al momento de terminar de pronunciar eso vieron como el ducto del tren escupió fuego y humo. La explosión no hizo un eco muy fuerte, pero de seguro la monstruosidad ya estaría muerta.
-"Sherry, fuiste muy valiente."– le felicitó Leon
-"No fue nada, vi como lo hacían en una película."
-"..." – Leon sólo miraba al frente, sin contestar a la niña.–-"Pues ...vamos."
Leon les dio la espalda y empezó a caminar siguiendo las vías
-"¿Qué pasa¿Acaso algo nos sigue?"– bromeó Claire.
Leon no contestó, sólo pensaba en otra cosa, la cual lo hacia sentirse impotente y frustrado.
--'Elza, te juro que van a pagar'
Seguía con su paso sobre los durmientes entre las vías.
-"¡HEY¡espéranos!"– dijeron ambas, empezando a alcanzarle.
No olviden dejar una review, son un aliciente que me inspira. Por cierto... el verdadero formato es mejor, pero la pagina no me acepta los guiones.
