7. En las sombras
La oscuridad de la noche invadía el pequeño pueblo Hamilton, lugar casi deshabitado por los extraños sucesos ocurridos en él. En la colina cercana al poblado se encontraba la grandiosa mansión de los Riddley, pero que ahora se hallaba semiderruida y una especie de bruma y oscuridad la invadían constantemente.
Dentro de dicha mansión, en un gran salón se dejaban ver numerosos encapuchados arrodillados delante de una especie de trono con dos hombres tapados igual que los demás a los lados. De repente todos los hombres sintieron un gran dolor en su antebrazo izquierdo, muchos levantaron la mirada asustados hacia el trono y en él empezaron a aparecer unas nubes oscuras para luego dar paso a la silueta de un hombre alto y esquelético, con una cara blanca como la cera, la nariz como la de una serpiente y unos fríos ojos rojos como la sangre. Ante los encapuchados había aparecido el Señor Oscuro "Lord Voldemort". Éste comenzó a hablar con una vos desgarradamente flemática:
-Bienvenidos mis queridos mortífagos, nos reunimos hoy aquí para que me informéis de vuestras actividades, bueno ¿Quién es el primero? – preguntó y comenzó a recorrer con una mirada aterradora a los encapuchados, algunos de estos estaban temblando, pero al fin uno de los hombres se levantó y se postuló a hablar con voz palpitante.
-Se…señor, nuestros espías en el este de Europa nos informan que los gigantes están de nuestra parte, que tienen sed de sangre y venganza hacia los magos y muggles.
-Excelente, buen trabajo Avery, aquí te dejo otra misión para ti.- con un movimiento extravagante de su varita apareció un pergamino en las manos del subordinado, que al leerlo dijo:
-Señor no es por desobedecer una orden, pero esta misión es imposible y más ahora.-
-¿imposible? Quiero que sepas que para el Lord Oscuro no hay nada imposible y ahora mi última orden espero que la cumplas- dijo la serpiente humana con cierto enojo en la voz pero con una sonrisa impávida.
-Si mi señor lo que usted me pida.- contestó más asustado que antes.
-¡Quiero que mueras! ¡Avada Kadabra! –
El cuerpo del mortífago cayó al suelo estrepitoso y sin vida.
Voldemort se dirigió a los demás.
-Esto es lo que ocurre al que se le pase por la cabeza contradecirme, ¿queda claro?-amenazó el Lord.
-Si, amo- contestaron todos a la vez.
-Bien, colagusano, infórmame de tu misión.- y uno de los hombres que estaba al lado del trono empezó a hablar con voz chillona.
-Señor, tenemos un problema con los dementores.-
- ¿Un problema? Explícate.- ordenó.
-Si, verá mi señor, nos piden que les dejemos usar en todos sus ataques "el beso".-
-Con que el beso eh, bien diles que lo tienen permitido, pero con una restricción, que sólo ataquen a los muggles y sangres sucia.-dejó claro Voldemort.
- Si mi señor, como usted ordene.-dicho esto colagusano desapareció.
-Bien, continuemos ¿quién se encarga de las acciones contra el ministerio? – preguntó el Lord.
-Yo señor.- dijo uno de los encapuchados.
-Oh, el joven Malfoy, estupendo, dime como van las cosas.-
-Mal señor, necesitamos más tiempo, los aurores no nos dejan en paz.-
-¿Más tiempo? Aquí tienes más tiempo, "Crucio"- gritó.
El joven Malfoy comenzó a retorcerse en el suelo del dolor y sus gritos descuartizaban la noche, la tortura siguió durante unos segundos más.
-Tienes hasta la próxima reunión para traerme buenas noticias o sino acabarás como Avery.-dijo señalando hacia el muerto con su varita.- ¿entendido? –
-Si mi señor, como ordene.- dijo Draco mientras un hilillo de sangre salía por su boca.
-Bueno, ya está bien por hoy, marchad mis mortífagos, marchad hacia la oscuridad y sembrar su semilla por todo el mundo.- ordenó Voldemort. -Magnífico, ahora que estamos solos Snape, ¿Cómo va tu misión? – se interesó en el encapuchado que se encontraba a la izquierda del trono.
-Mi Lord, me temo que los herederos ya están en Hogwarts y que va a ser poco probable que McGonadall los deje salir del castillo.- informó Snape.
- Necesitamos a un infiltrado en el castillo, esa era la misión de Avery, infiltrase en Hogwarts, pero es imposible ahora que está en otro mundo.- dijo en un tono pavorosamente humorístico.- bien Snape, tu nueva tarea es buscar a un espía en el colegio.
-Sí mi Lord. Señor sin parecer entrometido, ¿para qué necesita el mago más poderoso de mundo a unos jóvenes estudiantes? – preguntó extrañado.
-Snape, si no fuera porque eres mi mejor hombre te mataría ahora mismo, ahora desaparece de mi vista antes de que cambie de idea sobre tu futuro.-
-Si mi Lord.- no profundizó en el tema y desapareció, dejando al Lord Oscuro con las manos entrecruzadas y pensando en su siguiente movimiento para dominar los corazones de todo ser viviente.
