RESCATA MI CORAZÓN

Capítulo 4: "El Cumpleaños de Marshall"

-¡Llegamos! - Exclamó Marshall, estacionando su camión en su lugar para ayudar a Rinslet a bajar la comida.

Una vez que terminaron de bajar todo el cachorro presionó un botón, haciendo que el camión de bomberos se convirtiera en una casita para perro. Rinslet soltó un silbido del asombro ante aquello y Marshall soltó una risita.

-No sabía que podía hacer eso. - Agregó la castaña, cargando los contenedores con la comida.

-Andando. - Sugirió Marshall, caminando a la delantera para cuidar que nada pudiera ser un obstáculo peligroso para la chica.

Una pequeña serpentina tirada en el suelo hizo que tropezara y terminara rodando hacia el interior del cuartel, enredándose con ella. Rin intentó caminar lo más rápido que podía para asegurarse que estuviera bien el cachorro, pero las luces se encendieron de golpe y todos saltaron de sus lugares reventando lanzadores de confeti.

-¡Sorpresa! - Dijeron todos al unísono, llamando la atención del dálmata. - ¡Feliz cumpleaños, Marshall! -

-¡Amigos, lo recordaron! - Exclamó el cachorro, feliz de ver que todos estaban ahí para él.

-Nunca olvidaríamos tu cumpleaños. - Respondió Ryder, acercándose a él para ayudarlo a desenredarse de aquella serpentina.

-Un momento. - Interrumpió Marshall, mirando a Rinslet, quien era ayudada por Al y Yumi para acomodar los canapés en una mesa. - ¿Entonces estuvimos preparando la comida de mi fiesta todo el día? -

-Fue idea de Rinslet. - Respondió inmediatamente Ryder, ganando la mirada fulminante de la chica.

-Traidor. - Bufó la castaña, sacándole la lengua.

Todos soltaron una carcajada, divertidos por la situación.

-Bueno, ¿qué estamos esperando? - Preguntó Rubble, moviendo su cola rápidamente. - ¡Empecemos con la fiesta! -

Todos gritaron emocionados por la idea, por lo que encendieron la música y disfrutaron del agradable ambiente. Marshall parecía divertirse, algo que hizo sentir a Ryder que había logrado su objetivo.

-Gracias por tu ayuda. - Dijo Ryder con una sonrisa, mirando a Rinslet. - Los canapés quedaron deliciosos. -

-Gracias, tuve un buen ayudante. - Respondió ella, comiendo una tartaleta.

-Hola, Rinslet. - Saludó Katie, acercándose a ellos. - Creo que es la primera vez que tenemos oportunidad de hablar. -

-Es gracioso, ya que vivimos a una esquina de distancia y sueles comprar pan cada mañana en mi casa. - Apoyó Rin, soltando una risita.

-Lo sé. - Dijo la chica rubia, dando un mordisco a su tapa de verduras. - Oye, Ryder, ¿te molesta si te robo la atención de Rinslet un rato? -

-¡Para nada! - Negó Ryder, dando media vuelta. - ¡Diviértanse! - Se despidió, caminando hacia donde estaban los Turbot conversando.

-Y bueno, ¿de qué quieres hablar? - Pregunto la castaña, dando un sorbo al jugo en sus manos.

-Tranquila, solo quiero conocerte más. - Dijo Katie con una sonrisa, notando que se encontraba nerviosa ante su petición. - Cuéntame, ¿cómo fue que conociste a Ryder? -

-Oh, eso. - Murmuró, respirando aliviada. - No es la gran historia, simplemente me ayudó a arreglar el suministro eléctrico de la casa cuando me mudé, la alcaldesa Goodway nos presentó. -

-Oh, entiendo. - Murmuró, terminando el resto de su tapa de una mordida. - Perdona si sueno entrometida, simplemente me da curiosidad saber qué hace a Ryder tan especial para ti. -

-¿Especial? - Cuestionó Rinslet, sin entender sus palabras del todo.

-Sí, quiero decir, es la única persona en Bahía Aventura con la que te he visto conversar y pasar tiempo, normalmente a los demás solo nos saludas y ya. - Explicó Katie, sin perder su sonrisa amable. - Así que me da curiosidad saber el por qué. -

-Solamente es un buen amigo. - Respondió la castaña, sonriendo de manera inconsciente. - Fue muy amable conmigo cuando llegué, se ganó mi confianza desde el día en que me vio vulnerable y me apoyó a pesar de todo. -

-¿Puedo saber qué sucedió? - Preguntó la rubia, curiosa de la historia.

-No me gusta hablar de eso, todavía me hace un poco de daño. - Negó Rinslet, jugando con un mechón de su cabello. - La muerte de mamá todavía es reciente para mí. -

-Perdona, no sabía… - Murmuró Katie, sintiéndose mal de haber preguntado.

-Está bien, no lo sabías. - Respondió, intentando tranquilizarla. - Creo que debo acostumbrarme a que la gente me pregunte por qué estoy sola, ¿no? - Dijo con una sonrisa, tomando los extremos de su vestido para sentarse en el suelo y girándose a ver a Ryder, quien lideraba el concurso de saltos de los cachorros. - Supongo que también me ha ablandado a su manera. -

-¿Puedo preguntarte algo? - Agregó la rubia, sentándose al lado de Rinslet, quien asintió sin dejar de ver lo que hacían Ryder y los canes. - ¿Te interesa Ryder? -

-¿A qué te refieres? - Cuestionó Rin, girándose a verla con cierta confusión en su rostro.

-Sí, ya sabes, de otra manera diferente a la de un amigo. - Respondió Katie, cruzando sus piernas en el suelo.

-¿Te refieres de manera romántica? - Preguntó la castaña, la otra chica asintió algo ansiosa. Rinslet regresó la vista a Ryder, quedándose pensativa unos momentos antes de responder. - No, para nada. - Respondió, escuchando el suspiro de alivio que la otra había soltado. - Admito que es guapo y muy dulce, pero no me interesa de ninguna otra forma, solo somos buenos amigos. - Explicó, regresando la mirada hacia Katie. - Además, siento que no es mi tipo. -

-¿Enserio? - Cuestionó Katie, curiosa por aquella afirmación. - ¿Y cuál es tu tipo? -

-Hmmm… - Murmuró Rin, viendo cómo Marshall dio un salto y tropezó, comenzando a rodar hasta estrellarse contra el vidrio del elevador diciendo su típico "estoy bien". Dejó salir una risita ante la escena, mirando de reojo a la rubia. - Sin duda, alguien que me hiciera reír tanto como Marshall. -

Katie soltó una carcajada ante esa respuesta. - ¿Entonces tu tipo es un cachorro? -

-¡Me refería a su forma de ser! - Replicó Rin avergonzada, sintiendo que habían tergiversado sus palabras. - ¡No precisamente a que sea un cachorro! -

-¡Tranquila, era broma! - Interrumpió Katie, tratando de contener su risa.

Ryder, atraído por los gritos y risas, dirigió su vista hacia el lugar donde las chicas estaban, sonrió de ternura al ver que finalmente Rinslet comenzaba a ser más abierta con las demás personas. "Espero que sean buenas amigas" pensó, llamando la atención de todos con dos aplausos.

-¡Es hora de cortar el pastel! - Exclamó el castaño, caminando hacia donde se encontraba el pastel en forma de camión de bomberos que el señor Porter había hecho. Todos se acercaron rápidamente, dejando el espacio para que Marshall pasara y quedara en el centro, parado en dos patas sobre la mesa viendo cómo su dueño encendía la vela. - Pide un deseo. -

-¡Woof! - Ladró Marshall, girándose a ver a Rinslet. - ¡Rinslet, ven aquí conmigo! - Exclamó, llamándola.

-¿Qué sucede? - Preguntó la chica, acercándose a la mesa donde estaba el dálmata.

-Como también es tu cumpleaños, pensé en que podrías soplar las velas conmigo. - Respondió, moviendo su cola emocionado.

-¿Qué? ¿También cumples años hoy? - Preguntó Ryder, sorprendido. Rinslet asintió, ligeramente apenada. - ¿Por qué no lo dijiste antes? -

-No era importante, además la fiesta sorpresa era para este lindo cachorro. - Respondió ella, acariciando a Marshall.

-¡Vamos, tú también pide un deseo! - Agregó Marshall, cerrando sus ojos por unos segundos y después abriéndolos para soplar la vela.

Todos aplaudieron cuando la llama se apagó con el soplido de la castaña y el cachorro, así que Ryder comenzó a partir el pastel mientras Rinslet y Katie ayudaban a repartirlo entre todos los invitados. La fiesta había sido un éxito.

Entre risas, juegos y pastel, el tiempo pasó volando, y antes de que se dieran cuenta ya había anochecido. Todos los invitados comenzaron a despedirse y a tomar rumbo a sus casas en sus autos, dejando únicamente a Katie, Rin, Ryder y los cachorros en el cuartel, quienes estaban terminando de limpiar.

-Bueno, supongo que es hora de que nos vayamos también. - Dijo Katie, mirando a Ryder. - ¿Nos vamos juntas? - Agregó, girándose a ver a la castaña.

-Sí, claro. - Asintió Rinslet con una sonrisa.

-¿Quieren que las lleve? - Preguntó el chico, caminando hacia ellas. - Aunque no podemos ir los tres en mi todo terreno… -

-Tranquilo, podemos irnos caminando. - Negó Rin con simpleza, no quería que se preocupara.

-Nos vemos después, Ryder. - Se despidió Katie, tomando a Callie en sus brazos. - Hasta luego, cachorros. -

-¡Woof! ¡Nos vemos luego! - Respondieron los cachorros con una sonrisa, sentados al lado de Ryder.

-De acuerdo, tengan mucho cuidado. - Asintió Ryder, colocando las manos en su cintura. - Las veré luego. -

-Rinslet asintió. - Nos vemos pronto. - Agregó, agachándose a la altura de los cachorros. - Espero que me ayudes a cocinar de nuevo algún día, Marshall. -

-¡Woof, claro! - Respondió el cachorro, corriendo hacia ella para darle un lengüetazo en el rostro. - Gracias por todo. -

-No tienes nada qué agradecer, fue un placer. - Dijo con una sonrisa, rascando su cabeza con suavidad. - Descansen, cachorros, los veo después. - Se despidió, poniéndose de pie. - Vamos. -

-Sí. - Asintió Katie, comenzando a caminar de regreso a casa junto a Rinslet.

-¡Adiós! - Exclamó Ryder, despidiéndose antes de regresar al interior del cuartel junto a todos sus cachorros.

-Rin, ¿te puedo decir Rin? - Preguntó Katie, mirando de reojo a la castaña, quien asintió sin problema. - Bueno, Rin, la verdad es que quería hablarte desde hace días, pero no sabía cómo. - Comenzó a explicar, soltando una risita nerviosa. - Eres la única chica en Bahía Aventura de mi edad, y me gustaría tener una amiga con quién hablar. -

-Bueno, ya lo somos. - Respondió Rinslet, sonriéndole. - Nunca he sido buena para socializar, pero puedes contar conmigo para lo que necesites. -

-Gracias, lo aprecio mucho. - Dijo Katie, soltando un suspiro largo. - La verdad es que sí me gustaría tu ayuda. -

-¿En qué puedo ayudarte? - Preguntó con amabilidad. - Haré lo que pueda. -

-Seré sincera contigo, cuando te pregunté si te interesaba Ryder de manera romántica…era porque quería saber si serías mi rival. - Comenzó a explicar, sorprendiendo a Rinslet. - Desde hace años he sentido algo por él, pero soy demasiado tímida para decírselo directamente, lo he intentado de manera sutil, pero no he conseguido nada. - Prosiguió, girándose a ver a la castaña. - Quisiera tener el consejo de una amiga… -

-¡Claro que sí, Katie! - Exclamó Rinslet emocionada, tomándola de las manos. - Te ayudaré en todo lo que pueda, ¡sé que juntas lograremos que Ryder se fije en ti! -

-¿De verdad? - Preguntó la rubia, sorprendida de escuchar aquellas palabras. La castaña asintió emocionada, contagiando su emoción a la chica. - ¡Muchas gracias, Rin! - Exclamó, abrazándola con fuerza. - ¡Muchas gracias! -

Ambas chicas continuaron el camino a casa platicando de la situación actual entre Katie y Ryder para comenzar a planificar los próximos movimientos de la rubia para enamorar al líder de los Paw Patrol. Una vez llegaron se despidieron con una sonrisa, yendo cada una a su casa. Rinslet se cambió por su pijama y se dejó caer en la cama, exhausta por todo el trabajo de ese día.

Miró en su celular las fotos que habían tomado, sintiéndose feliz de saber que contaba con todos en Bahía Aventura ahora, incluso había ganado una nueva amiga, a la que ayudaría sin dudar en todo lo que pudiera. El sonido de una llamada entrante la sorprendió, pero no dudó en contestar al ver de quién provenía.

-Hola, perdona, ¿te desperté? - Preguntó apenado Ryder al otro lado, vestía su pijama azul usual y parecía estar acostado en su cama.

-No, descuida, seguía despierta jugando en el celular. - Respondió Rinslet, sonriéndole suavemente. - ¿En qué puedo ayudarte a esta hora? -

-Bueno, primero que nada, quería felicitarte por tu cumpleaños, lamento no haberlo hecho antes. - Explicó apenado, soltando una risita mientras un leve sonrojo aparecía en su rostro. - Y en segunda, quisiera compensarte por no haberte dado nada hoy. -

-Gracias, y descuida, no tienes que compensarme. - Agregó ella, restándole importancia. - Mi cumpleaños solía ser una fecha especial porque mamá solía pedirlo en su trabajo para estar todo el día conmigo, y sin ella solo es una fecha más en el calendario. -

-No para mí, e insisto en compensarte. - insistió el castaño, aclarando su garganta. - Te espero mañana en la noche aquí en el cuartel, tengo una sorpresa para ti. - Dijo con una sonrisa, el sonrojo en sus mejillas se había intensificado. - Y más te vale no dejarme solito. -

-De acuerdo, de acuerdo, tú ganas. - Respondió ella, rodando los ojos. - Te veo mañana entonces. -

-¡Perfecto! - Exclamó con cierta emoción en su voz, sonriendo con dulzura. - Descansa entonces, ¡nos vemos mañana! -

Rinslet asintió. - Buenas noches, Ryder. Nos vemos. - Se despidió, cortando la llamada.

Sí, Ryder se había convertido en un amigo muy especial para ella, porque sabía hacerla sentir feliz en los buenos y malos momentos. Sabía cómo sacarle una sonrisa aún sin necesitarlo, y también cómo hacerle imposible negarse a algo que él le pidiera con su dulce expresión. Entendía por qué Katie se había enamorado de él, y pensaba que, si su corazón no hubiera estado destrozado por la muerte de su madre, quizá ella también habría caído bajo sus encantos. Aun así, agradecía haberlo conocido, porque era alguien que significaba mucho para ella.

Puso a cargar su celular y se acomodó en la cama, quedándose profundamente dormida al instante mientras abrazaba su peluche. Ese día no tuvo la pesadilla de siempre acerca de la muerte de su madre, sino un sueño dulce y hermoso. Un sueño lleno de risas y felicidad, jugando junto a Ryder, Katie y los Paw Patrol, una voz suave le decía "yo te protegeré", podía jurar que había sido su madre demostrando que seguía a su lado sin importar dónde estuviera.

En la mesita de noche se encontraba una tarjeta de cumpleaños con la inscripción "¡Feliz cumpleaños! Te ama mamá.", era el último regalo que su madre le había dado el año pasado junto a su oso de peluche que tanto adoraba ahora. Sabía que debía seguir adelante por ella, y eso había estado haciendo desde el día en que había tomado la decisión de irse a vivir a Bahía Aventura, y no se arrepentía de haberlo hecho.

Por otro lado, en la torre de los Paw Patrol, Ryder observaba el cielo estrellado desde las enormes ventanas de su dormitorio, planeando en su mente lo que haría para festejar a Rinslet por su cumpleaños. Las ideas parecían llegar una tras otra, lo que impedía que conciliara el sueño pese a lo tarde que era.

-Espero que le guste. - Dijo para sí mismo, metiéndose entre las sábanas para cerrar los ojos, quedándose dormido con una sonrisa de tranquilidad en su rostro.


¡YAHALLO! xHimemikoYukix aquí~

¡Nuevo capítulo! La fiesta de Marshall fue un éxito, pero ¿cuál será la sorpresa que Ryder ha preparado para Rinslet? ¿Cómo avanzará la amistad de Katie y Rin? ¡Espero sus teorías!

¡Dudas, opiniones y comentarios son bien recibidos!

¡NOS LEEMOS!