RESCATA MI CORAZÓN
Capítulo 8: "Revelación"
El festival de otoño de Bahía Aventura empezaría pronto, y todos se encontraban entusiasmados. Rinslet llevaba algunos días trabajando junto a la granjera Yumi con los preparativos, ya que la alcaldesa la había contratado para preparar pan de calabaza para la festividad, y ningún productor era mejor que la pareja de granjeros: Al y Yumi. Chase y Marshall ayudaban a recolectar las manzanas de los árboles como todos los años, mientras Rin ayudaba a la mayor con la cosecha de calabazas.
-Sin duda eres la mejor, mira que hermosas calabazas has cultivado. - Dijo Rinslet con una sonrisa, emocionada de ver la bella apariencia del ingrediente principal para su producción. - ¡Estoy segura de que será un éxito! -
-Yo también lo creo! - Apoyó Yumi, cargando una calabaza para llevarla al granero. - Ya quiero probar tus deliciosos panes de calabaza. -
-Bueno, serás mi catadora principal entonces. - Dijo Rin con una risita, imitando las acciones de la granjera. - Será mi primer evento en Bahía Aventura, no puedo creer que tendré una pequeña participación como colaboradora. -
-Tu trabajo duro se está recompensando, los sacrificios están dando resultados finalmente. - Dijo Yumi con una sonrisa, mirándola de reojo. - Poco a poco irás mejorando y, quién sabe, tal vez el próximo año tú estés liderando el área de comida para el festival. -
-Oh, vamos, todavía me falta demasiado para llegar a eso. - Respondió Rinslet, apenada. - Además, le debo mucho de lo que he logrado a Ryder y los Paw Patrol, me han ayudado en cada problema que he tenido hasta ahora. -
-Bueno, podrías llevarles unas tartas especiales de manzana como agradecimiento, con gusto te regalo algo de fruta para eso. - Sugirió Yumi, dejando la calabaza en el suelo del granero. - ¿Qué dices? -
-Muchas gracias, Yumi. - Agradeció la castaña, bajando de igual manera la calabaza en sus manos. - Me agrada la idea. -
-Entonces toma una canasta de manzanas y ve a casa, yo terminaré aquí. - Apoyó, acariciando la cabeza de la menor.
-¡Sí! - Asintió, corriendo hacia las canastas de fruta para seleccionar una. - "No he hablado con Ryder desde el día de la fogata…quizá sea una buena oportunidad para verlo." - Pensó, emocionada de poder conversar nuevamente con su amigo. - ¡Marshall, Chase, nos vemos después! - Se despidió, corriendo hacia la salida.
Regresó a casa llena de entusiasmo, quería preparar la mejor tarta para Ryder y los Paw Patrol. Le costó un poco llegar por la distancia, pero logró hacerlo a buena hora. Por alguna razón, giró su rostro hacia la veterinaria de Katie, notando que Ryder estaba ahí conversando con ella, no le pareció nada extraño, ya que desde el día de la fogata el castaño se había vuelto más cercano a la rubia. Por otro lado, el líder de los Paw Patrol se había alejado de Rinslet, quien, aún si había sido su petición tomar un poco de distancia, se sentía triste de ver qué cada día estaban más lejos uno del otro.
Se había perdido en sus pensamientos que no notó en qué momento Katie y Ryder se habían acercado a ella, por lo que se asustó al sentir que la chica tocaba su hombro con suavidad.
-¡Ah! - Gritó la castaña, encogiéndose de hombros mientras soltaba la canasta, dejándola caer en el suelo. - ¡Katie! ¡Me asustaste! -
-Perdona, te llamé desde la otra acera, pero no respondiste. - Se disculpó la rubia, ayudándola a guardar las manzanas en la canasta. - ¿Estuviste de nuevo con Yumi? -
-Sí, queremos aprovechar todo el tiempo posible. - Respondió Rinslet, intentando juntar toda la fruta.
-¿Estás trabajando con la granjera Yumi? - Preguntó Ryder, ayudando a ambas chicas.
-Rinslet participará en el Festival de Otoño, ¿no sabías? - Cuestionó Katie, mirándolo confundida.
-No…no sabía. - Respondió el castaño, guardando la última manzana.
-Sólo haré unos panes con las calabazas de Yumi por pedido de la alcaldesa, no es la gran cosa. - Explicó Rin, tomando la canasta y poniéndose de pie.
-Oh, entiendo. - Dijo el chico, levantándose.
-¿Acaso no han hablado últimamente? - Preguntó curiosa Katie, mirándolos a ambos.
-No desde el día de la fiesta en la playa. - Respondió Ryder, mirando a Rinslet de reojo.
-¿Por qué? - Cuestionó la rubia, sin entender la situación.
-Tengo que irme. - Interrumpió Rinslet, dando media vuelta y corriendo hacia su casa.
-¡Rin, espera! - Exclamó Katie, pero fue ignorada por la chica. - ¿Sucedió algo entre ustedes? Solían ser muy cercanos… -
-Rinslet siente que la gente malinterpreta nuestra cercanía, y no quiere causar malentendidos. - Respondió Ryder, desviando la mirada. - Yo no tenía ningún problema con eso, pero a ella parece afectarle mucho y no quiero incomodarla. -
-Oh…entiendo. - Murmuró Katie, entendiendo que era por ella que Rinslet se había distanciado de él. - Yo hablaré con ella, estoy segura de que la convenceré. -
-¿Estás segura? No quiero que tengan problemas por mi culpa. - Dijo el castaño, algo indeciso.
-Descuida, no los habrá. - Insistió la rubia, colocando su mano en el hombro de Ryder.
En ese momento el Pup-pad del joven sonó, indicando que alguien necesitaba su ayuda.
-Hola alcaldesa, ¿en qué puedo ayudarla? - Preguntó de manera educada, mirando a la mujer del otro lado de la llamada.
-¡Ryder! ¡Gallileta está atrapada en la campana, necesitamos la ayuda de los Paw Patrol urgentemente! - Respondió la alcaldesa Goodway, al borde de una crisis ansiosa.
-No se preocupe alcaldesa, vamos para allá. - Afirmó el castaño, cortando la llamada. - Tengo que irme, nos vemos luego. -
-¡Con cuidado! - Lo despidió Katie, viéndolo subir a su todo terreno para regresar a toda prisa al cuartel. - ¿Estaré haciendo lo correcto? - Murmuró bajando la mirada, soltando un suspiro. - ¿Sería lo mejor? - Se cuestionó, mirando de reojo la casa de Rinslet. - No perderé nada. - Dijo para sí misma, regresando a su tienda.
[...]
Rinslet miraba las tartas de manzana acomodadas sobre la mesa, indecisa de llevarlas o no al cuartel de los Paw Patrol.
-Extraño conversar con Ryder, pero estar cerca de él cada vez se siente más incómodo. - Dijo en voz baja, recargando su rostro en la mesa. - Pero no es que vaya a verlo sólo a él…los cachorros estarán ahí también, así que en teoría no estaríamos solos… ¿Verdad? - Cuestionó al aire, como si alguien pudiera darle una respuesta. - Es mejor que los lleve…de lo contrario habría desperdiciado la fruta que Yumi me regaló… - Agregó, soltando un suspiro y poniéndose de pie.
Alguien tocó a la puerta en ese momento, llamando su atención. Caminó hacia la entrada para abrir, reconociendo a la persona del otro lado.
-¿Cowart? - Preguntó sorprendida, reconociendo al hombre que la había orientado desde la muerte de su madre. - ¿Qué haces aquí? ¿En qué puedo ayudarte? -
-Vengo a darte una noticia, aunque no sé cómo la tomarás. - Respondió el hombre mirándola fijamente. Su apariencia era la de alguien de 35 años, tenía cabello negro, ojos marrones y piel pálida, vestía un elegante traje azul marino con una camisa blanca debajo y zapatos negros. - ¿Puedo pasar? -
-Adelante, pasa. - Dijo la joven, dándole paso a su hogar y cerrando la puerta detrás de él. - ¿Te gustaría algo de tomar? -
-Agua, por favor. - Asintió el hombre, sentándose en el sofá mientras abría su maletín, buscando unos papeles en su interior.
-Aquí tienes. - Agregó la chica, entregándole un vaso con agua antes de sentarse a su lado.
-Gracias. - Dijo Cowart, terminando el agua de un solo trago y dejando el vaso en la mesita frente a él. - Bien, el motivo de mi visita es que, gracias al investigador que contratamos, logramos encontrar información respecto a tu familia paterna. -
-¿De verdad? - Preguntó curiosa y, a la vez, nerviosa. - ¿Qué saben sobre ellos? -
-Lo suficiente. - Respondió el abogado, mostrándole unos documentos. - Encontramos una coincidencia de ADN con un criminal en la cárcel, no es de tu padre, pero si de un familiar cercano. - Explicó, mostrando los resultados en las hojas. - Todavía no hemos comparado el ADN porque necesitamos una prueba voluntaria con la persona, pero todo parece indicar que eres hija del único hermano de ese criminal. -
-¿Su único hermano…? - Murmuró, preocupada. - ¿Saben quién es? -
Cowart asintió. - Creemos que eres hija del alcalde Humdinger de Fondo Brumoso, una ciudad pequeña no muy lejana a Bahía Aventura. -
-¡¿Qué?! - Gritó alterada, poniéndose de pie. - No, no, no, no, ¡definitivamente no! ¡Ese hombre NO puede ser mi padre! - Replicó, negando frenéticamente con la cabeza.
-¿Lo conoces? - Preguntó curioso el abogado, cruzando las piernas.
-Es un hombre desagradable, siempre está causando problemas por aquí. - Explicó Rinslet, cruzando los brazos mientras desviaba la mirada.
-Bueno, ya que legalmente no tienes algún familiar, la corte te dejó vivir sola bajo mi tutela. - Dijo Cowart, aclarando su garganta. - El investigador privado lo he contratado por pedido tuyo de manera extraoficial, así que dejaré que decidas si quieres que solicitemos la prueba de paternidad con el alcalde Humdinger o no. -
-No, no quiero. - Respondió, negando con la cabeza. - Aún si pudiera ser mi padre, no quiero tenerlo en mi vida. - Explicó, mirando al abogado. - Solamente quería saber si tenía una familia paterna, ya lo sé, no necesito nada más de ellos. -
-¿Estás segura? - Cuestionó el mayor, sin dejar de verla.
-Sí, totalmente. - Asintió, bajando la mirada. - Nunca se interesó en mí desde el momento en que abandonó a mi madre cuando estaba embarazada, conocer su identidad no cambia el hecho de que me dejó. -
Cowart la miró en silencio unos segundos. - Entiendo. - Murmuró, guardando sus documentos. - Entonces no hay nada más qué hacer aquí. - Dijo, cerrando su maletín. - ¿Hay algún hotel cerca? Mi autobús sale dentro de 5 días. -
-Puedes quedarte aquí si gustas, tengo una habitación disponible. - Sugirió Rinslet, tomando una canasta para meter las tartas de manzana dentro. - Después de todo eres mi tutor legal, Cowart. - Agregó, dejando una tarta en la mesa. - Puedes instalarte en ese cuarto, yo saldré un momento. -
-De acuerdo, muchas gracias. - Respondió Cowart, poniéndose de pie.
-La tarta es para ti, puedes tomar lo que necesites de la alacena. - Dijo la castaña, abriendo la puerta. - Nos vemos más tarde. - Se despidió, saliendo de la casa.
-Sigue exigiéndose demasiado a sí misma como siempre. - Murmuró el hombre para sí mismo, llevando su equipaje ligero hacia la habitación que Rinslet le había señalado. El lugar, a diferencia del resto de la casa, estaba bastante polvoriento y abandonado, solo había una cama con una sábana y una vieja almohada, que supuso estaban ahí desde que ella se había mudado. - Esa niña todavía necesitaba mucho de ti, Less. - Dijo en voz baja, mirando una foto de Rinslet y su madre que estaba colgada al lado de la puerta de la habitación. - La dejaste sola demasiado pronto. -
Rinslet caminó a paso rápido hacia el cuartel de los Paw Patrol casi de manera inconsciente, aunque una parte de ella seguía creyendo que no era buena idea ir ahí. Antes de darse cuenta, estaba en el terreno de la torre, desde donde podía observar a los cachorros corriendo por todos lados huyendo de Chase, parecían estar jugando a "los congelados". Respiró hondo para tomar valor, pero una voz detrás de ella la asustó repentinamente, haciendo que soltara la canasta.
-¡Wah! - Gritó aterrada, pero logrando tomar nuevamente la cesta antes de que cayera al suelo.
-Lo siento, no quería asustarte. - Se disculpó Ryder, apenado. - Te estaba llamando, pero no me escuchaste. -
-Sí, caminaba distraída, últimamente me pasa seguido. - Respondió, soltando un suspiro. - Lamento la forma en que me fui esta mañana, no quise ser grosera. -
-Descuida, no estoy molesto. - Dijo el castaño, con una sonrisa amable. - Mientras tú estés bien, no tengo nada de qué preocuparme. -
-Sí, bueno…no sé si esté del todo bien. - Soltó de forma inconsciente, arrepintiéndose de inmediato por lo dicho después de notar la expresión preocupada de Ryder.
-¿Sucede algo? - Preguntó, claramente angustiado por ella.
-El abogado que me ha asesorado desde la muerte de mi madre está quedándose por un par de días en mi casa, vino a traerme unos documentos y, bueno, necesitaba dónde quedarse. - Explicó, intentando omitir el verdadero motivo de la visita de Cowart. - Cosas sobre mi caso, nada relevante. - Mintió, desviando la mirada. - Como sea, les traje unas tartas de manzana a los cachorros y a ti. - Dijo, entregándole la canasta. - Una muestra de agradecimiento por todo lo que me han ayudado desde que llegué. -
-Gracias, no tenías que molestarte, ese es nuestro trabajo después de todo. - Respondió Ryder, tomando la cesta con tartas. - Ven, vamos adentro para probarlas junto a los demás. -
-Me gustaría quedarme, pero tengo algo qué hacer. - Negó amablemente, rascando su mejilla ligeramente nerviosa. - Espero que las disfruten, saluda a todos de mi parte. - Se despidió, comenzando a correr de regreso.
-¡Espera! - Exclamó, pero ella lo ignoró. - Se fue… - Murmuró, mirando las tartas.
-"Tengo que saber…" - Pensó Rinslet, tomando una dirección diferente a la del puente que la llevaría a Bahía Aventura.
Continuó caminando a paso acelerado, siguiendo en dirección hacia donde Ryder alguna vez le había comentado que era Fondo Brumoso. Al igual que Bahía Aventura, era una ciudad pequeña rodeada de mar, con la diferencia de que su clima solía ser siempre nublado y húmedo. Había dos maneras de llegar: por agua y por tierra, siendo el segundo el camino más largo.
Era la primera ocasión que iría a ese lugar, por lo que no conocía del todo la forma de llegar. Distraída en sus pensamientos, dio una mala pisada y terminó resbalando hacia un risco, pero logró sostenerse de la orilla con algo de dificultad. Observó que debajo de ella había un peldaño de roca, por lo que se balanceó con cuidado para dejarse caer sobre él. Un gemido salió de sus labios cuando sintió un dolor punzante en su tobillo, producto de la fuerza con la que su cuerpo había caído.
-Bien…creo que necesito ayuda. - Murmuró agitada, intentando no moverse mucho por miedo a caerse. Comenzó a revisar sus bolsillos, recordando que había salido tan rápido de su casa que no había tomado su celular. - Por un demonio, lo que me faltaba… - Dijo frustrada, dejando salir un gruñido. Miró la placa que colgaba de su collar, recordando que tenía un comunicador enlazado al pup-pad del rescatista de Bahía Aventura. - Rinslet a Ryder… - Murmuró, encendiendo la comunicación.
-¿Rinslet? Aquí Ryder. - Respondió la voz del castaño desde la bocina del comunicador. - ¿Qué pasa? -
-Estaba caminando por el bosque hacia Fondo Brumoso y accidentalmente caí por un risco…ahora estoy atrapada en un peldaño de roca y no puedo subir o bajar. - Explicó, tratando de no ver hacia abajo, realmente odiaba las alturas.
-¿Dónde estás exactamente? - Cuestionó el chico, con voz claramente llena de confusión.
-¡No lo sé, cerca de Fondo Brumoso quizá! ¡Solo vengan y sáquenme de aquí que estoy a punto de sufrir un colapso nervioso! - Replicó Rinslet, cerrando sus ojos con fuerza, tratando de contener el dolor en su tobillo. - Por favor… -
-De acuerdo, buscaré la ubicación de tu comunicador, ¡vamos para allá! - Dijo, cortando la comunicación.
-Genial…ahora a esperar… - Murmuró, recargando la cabeza en la pared. - ¿Este día podría ser peor…? - Cuestionó con un bufido.
Un trueno sonó en el ambiente, al mismo tiempo que el cielo comenzaba a nublarse. La lluvia cayó casi al instante como un helado balde de agua sobre ella, una clara forma de la vida de decirle que sí, podía ser peor.
-Yo y mi bocota… - Murmuró Rinslet frustrada, intentando cubrirse (en vano) con su chaqueta de la lluvia.
A pesar del ruido en el ambiente, pudo escuchar a la lejanía el sonido de unos vehículos. "Están aquí" pensó aliviada, reconociendo las sirenas de la ambulancia de Marshall y la patrulla de Chase, las hélices del helicóptero de Skye y el sonido del todo terreno de Ryder.
-¡RYDER! - Gritó con todas sus fuerzas, esperando que la encontraran con mayor facilidad.
-¡¿Rinslet?! - La llamó el chico, bajando de su todo terreno para asomarse desde la orilla con cuidado. - ¿Te encuentras bien? -
-Creo que me torcí el tobillo, pero estoy bien. - Respondió ella, mirándolo con dificultad por el agua que caía por su rostro.
-Ryder, la zona es muy empinada y no puedo acercarme con mi helicóptero. - Explicó Skye por el comunicador.
-Skye, necesito tu gancho, lo ataremos a la grúa de Chase para que él me baje. - Ordenó el chico, caminando hacia el pastor alemán. - Marshall, espera aquí, necesitaré que revises a Rinslet en cuanto la suba. -
-¡Entendido! - Asintió el dálmata, parado al lado de su ambulancia.
La cachorra obedeció y bajó lo suficiente para que Ryder pudiera tomar la cuerda de su gancho y atarla en la grúa de Chase. El castaño tomó la punta del gancho y lo ajustó alrededor de su cintura como un arnés, asegurándose de que todo estuviera firme en los agarres.
-Bien, bájame ahora, Chase. - Indicó el chico, parado en la orilla del risco.
-Ten cuidado, Ryder, está muy húmedo el suelo. - Dijo el cachorro, activando su grúa para que comenzara a desenredarse poco a poco, permitiendo que Ryder bajara por la ladera hacia donde Rinslet se encontraba.
-¡Ya llegué! - Informó el chico cuando pisó el peldaño con seguridad, para que el pastor alemán detuviera la grúa. - Rinslet, ¿Estás bien? ¿Cómo caíste aquí? -
-Caminaba hacia Fondo Brumoso, di un mal paso y caí. - Respondió, agachando la mirada, el agua en sus ojos le impedía ver con claridad.
-¿A Fondo Brumoso? - Cuestionó sorprendido, nunca imaginó que ella tuviera algo qué hacer allá. Notó que la expresión de la chica se volvió triste, lo que lo confundió aún más. - ¿Estás bien, Rinslet? -
-¡No, no estoy bien! ¡Odio todo esto! - Exclamó con voz quebrada, al borde de las lágrimas. - Todo iba bien, ¡¿no podía seguir así?! - Replicó, apretando la chaqueta con sus manos. - ¡Primero nos distanciamos, y ahora viene Cowart a decirme que mi padre es Humdinger…! -
-Espera, ¿qué? - Interrumpió Ryder, incrédulo. - ¿El alcalde Humdinger…es tu padre? -
Rinslet lo miró de reojo, arrepintiéndose de haberlo dicho en voz alta. Las lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos, nunca era capaz de contener sus sentimientos cuando se encontraba con él. Quiso saltar a sus brazos como siempre, pero recordar a Katie la hizo detenerse, apretó sus puños sobre sus rodillas frustrada, extrañando al castaño.
-No sé qué tan dura sea la noticia sobre tu padre para ti, pero quiero decirte algo. - Agregó Ryder, mirándola con una sonrisa. - Me distancié de ti porque me lo pediste y yo respeto tu decisión, pero incluso si vuelves a alejarte de mí después, yo siempre estaré aquí para ti cuando me necesites. -
-Ryder… - Murmuró sorprendida, viéndolo fijamente a pesar de su visión borrosa. - ¿Por qué…? -
El chico agrandó su sonrisa, la tomó del brazo y la atrajo hacia él con un movimiento suave para abrazarla.
-Porque somos amigos. - Respondió Ryder, soltando una risita.
Rinslet se acurrucó en su pecho, encontrando la calidez que tanto la tranquilizaba a pesar de la ropa mojada y la helada lluvia.
-"Ah…esto es malo." - Pensó Rinslet, rodeando la espalda de Ryder con sus brazos. - "A este paso, creo que yo también…" -
-¡Ryder! ¿Está todo bien? - Preguntó Skye desde la orilla del risco, preocupada por el tiempo que había pasado.
-¡Todo bien, no se preocupen! - Respondió Ryder, poniéndose de pie. - Bueno, hora de subir. - Dijo, tomando a Rinslet en sus brazos estilo princesa, haciendo que se sonrojara. - Sujétate fuerte, será un viaje un poco rudo. -
-Sí. - Asintió Rinslet, abrazada del cuello de Ryder.
-¡Muy bien, Chase, súbenos ahora! - Ordenó Ryder, escuchando como el pastor alemán ladraba en respuesta.
La grúa comenzó a retraerse poco a poco, permitiendo que Ryder comenzara a escalar de regreso a la cima. Caminaba con sumo cuidado debido a la lluvia y al peso extra con el que subía, tenía miedo de caer, pero no dijo nada al respecto. Una vez en la cima, Skye los ayudó a subir con seguridad, mientras que Marshall se acercó para asegurarse de que todos estuvieran bien.
-Ya estás a salvo, Rinslet. - Dijo Skye, mirándola con una sonrisa.
-Gracias a todos. - Respondió la castaña, sonriendo con dulzura.
-Sube a mi ambulancia, te revisaré en el cuartel, esta zona empieza a ser peligrosa. - Sugirió el dálmata, abriendo la parte trasera de su vehículo.
Ryder llevó a la joven hasta la ambulancia, acomodándola con cuidado dentro. Rinslet se tuvo que acomodar de forma fetal para que todo su cuerpo entrara en el compacto vehículo y el cachorro pudiera cerrar las puertas. Todos volvieron a subir a sus respectivos transportes y regresaron al cuartel de los Paw Patrol a toda prisa, no querían que el mal clima empeorara mientras seguían en la calle.
¡YAHALLO! xHimemikoYukix aquí~
¡Nuevo capítulo! Bueno...estoy segura que nadie esperaba que Rinslet fuera hija del alcalde Humdinger ¿verdad? XD Ella tampoco tomó muy bien la noticia... ¿Qué pasará después de esto? Ryder tan lindo como siempre :'3 ¡espero sus teorías!
¡Dudas, opiniones y comentarios son bien recibidos!
¡NOS LEEMOS!
