RESCATA MI CORAZÓN

Capítulo 9: "Ryder"

-Bueno, creo que tienes un esguince, no es grave, pero te dolerá unos días. - Diagnosticó Marshall, ladrando para guardar el escáner de rayos X nuevamente en su mochila.

Un trueno resonó fuera, seguido de la luz del rayo en el cielo. Marshall saltó y se escondió rápidamente detrás de Ryder, encontrándose ahí con Rubble, que había pasado exactamente por lo mismo. Todos los demás se rieron de la situación, provocando una risita nerviosa en ambos canes.

-La tormenta todavía no termina, dada tu condición, lo mejor será que duermas aquí. - Sugirió Chase, preocupado por la seguridad de la castaña.

-Sí, Chase tiene razón. - Apoyó Ryder, mirando a Rinslet. - Eso sería lo mejor. -

-Supongo que sí. - Murmuró la castaña, mirando el vendaje (un poco excesivo) que Marshall le había colocado. - ¿Podrías prestarme tu pup-pad un momento? Necesito llamar a Cowart para avisarle. -

-Antes también mencionaste ese nombre… ¿Quién es? - Preguntó curioso, sacando su pup-pad del bolsillo para entregárselo.

-Es mi abogado, y legalmente mi tutor hasta que sea mayor de edad. - Respondió Rin, tomando el comunicador. - Gracias, será solo un momento. - Dijo, buscando su número para llamar a su celular que había dejado en casa. El timbre sonó varias veces antes de que una figura masculina contestara.

-¿Bueno? - Preguntó Cowart del otro lado de la pantalla.

-Hola Cowart, soy yo, Rinslet. - Dijo la chica, soltando una risita nerviosa. - Perdona que te deje solo, pero debido a la tormenta no iré a casa esta noche, no te preocupes, me quedaré con un amigo de confianza. - Explicó, mirando la expresión preocupada del abogado. - Confía en mí, estaré bien. -

-Gracias por avisarme, y tranquila, sólo cuídate mucho por favor. - Respondió él, con cierta preocupación en su rostro. - Seré tu abogado, pero también soy tu tutor y me preocupo por ti. - Agregó Cowart, esbozando una ligera sonrisa. - Tendré el celular a la mano, así que llámame si necesitas cualquier cosa. -

-Sí, buenas noches. - Se despidió la chica, cortando la llamada. - Toma, gracias. - Dijo, entregando el pup-pad de regreso a su dueño. - Bueno, supongo que no tendré que regresar todavía el pijama. - Agregó con una risita, mirando su vestimenta.

Debido a que su ropa había quedado empapada por la lluvia, al momento de llegar al cuartel le habían prestado el típico pijama rojo que usaba siempre que estaba ahí. Marshall la había ayudado a cambiarse de ropa, de manera que ella no se lastimara más antes de que pudiera examinarla.

-Bueno, entonces hoy no puedes replicar, te quedarás en la cama y yo en el sofá. - Dijo Ryder, mirando a los cachorros. - Hoy pueden dormir en la planta baja, no quiero que se mojen. -

-¡Woof! - Respondieron todos.

-Entonces dejemos que Rinslet descanse para que se recupere. - Agregó Zuma, mirando al resto de los cachorros.

-Tienes razón, buenas noches, descansen. - Apoyó Rocky, caminando junto a Zuma al elevador.

Los demás se despidieron de ambos chicos y fueron al elevador para bajar a la planta baja, dónde dormirían calientitos en sus cómodos cojines. Ryder ayudó a Rinslet a recostarse con cuidado en la cama, al mismo tiempo que tomaba una almohada y una sábana para él.

-Buenas noches. - Dijo el castaño, apagando la luz.

-Buenas noches, Ryder. - Respondió Rinslet, mirándolo de reojo pese a la oscuridad. - Gracias por todo. - Murmuró, cerrando los ojos.

El chico acomodó todo en el sofá y se recostó, listo para dormir. Aunque no lo había mencionado, sentía un dolor de cabeza que lo tenía ligeramente mareado, pero esperaba que dormir le ayudara a calmarlo. Cerró sus ojos, dejándose vencer por el sueño.

Para cuando amaneció la tormenta ya había desaparecido. Parecía que sería un día soleado, ya que los rayos brillaban con intensidad. Para los cachorros era algo nuevo que Ryder no se hubiera despertado ya para preparar el desayuno, pero asumieron que seguiría dormido debido a que últimamente habían recibido emergencias nocturnas y, aunque ellos dormían una siesta en el día, su dueño solía mantenerse despierto arreglando los vehículos, listo para cualquier llamada de auxilio. Decidieron que lo mejor era dejarlo descansar, por lo que se organizaron entre todos para servir el desayuno de manera silenciosa, llenando sus cuencos con la bolsa de croquetas que estaba en la cocina.

Rinslet, por su lado, abrió los ojos debido a la luz que se colaba entre las cortinas cerradas. Se sentía un poco mejor, pero el dolor en su tobillo seguía presente, aunque en menor intensidad. Unos leves jadeos que resonaban en el lugar la sorprendieron, por lo que se puso de pie como pudo para buscar el origen de donde provenían. No fue difícil encontrarlo, simplemente bastó con acercarse un poco al sofá dónde Ryder dormía. Le sorprendió ver un sonrojo marcado en sus mejillas y el sudor escurriendo por su frente, los labios del chico estaban ligeramente abiertos y resecos, provocando aquellos pequeños jadeos que se escuchaban.

-¿Ryder…? - Lo llamó, pero no recibió respuesta. Tocó con su mano la frente del chico y después su estómago, corroborando su teoría. - Tiene mucha fiebre… - Murmuró angustiada, no sabía qué hacer. Miró el pup-pad en el suelo y lo tomó, le costó un poco encontrar la sección oculta con el botón de llamada para los comunicadores de los cachorros, el cual no dudó en presionar cuando lo expuso. - Cachorros, emergencia, vengan al dormitorio rápido. - Dijo, esperando que eso fuera suficiente.

Los cachorros salieron del elevador al poco tiempo, formándose en fila como solían hacer cuando tenían una llamada de alerta.

-Paw Patrol listos para la acción. - Anunció Chase, tomando postura erguida.

-Lo siento, no sabía qué más hacer. - Se disculpa Rinslet, mirando al castaño. - Ryder tiene mucha fiebre, no despierta. -

-¡Oh no! - Exclamó Rubble, preocupado.

-Lo revisaré. - Dijo rápidamente Marshall, corriendo hacia él mientras ladraba para sacar el termómetro de su mochila y colocarlo sobre la frente del castaño. - Sí, tiene demasiada fiebre, parece que pescó un resfriado con la lluvia de ayer. -

-Es mi culpa… - Murmuró Rinslet, bajando la mirada. - Si no hubiera ido hacia allá, él no… -

-No es culpa de nadie. - Interrumpió Chase acercándose a ella, mostraba la madurez del cachorro mayor, digna de ser el líder reemplazo de Ryder cuando se encontraba incapacitado. - Lo importante es atenderlo. - Agregó, dando vuelta hacia los demás. - Rubble, Zuma y Rocky, ayúdenme a llevar a Ryder a la cama para que descanse, Skye trae un balde y un trapo limpio, Marshall trae tu kit médico rápido. - Ordenó, intentando mantener la calma en todo momento.

-¡Woof! - Asintieron todos, corriendo a cumplir las tareas que se les habían asignado.

Rinslet observó cómo los cachorros se organizaban para cargar entre todos al chico para llevarlo a la cama, subiéndolo con sumo cuidado. Apretó sus puños frustrada, sintiéndose inútil al no poder hacer nada, sobre todo porque sentía que era su culpa la condición de Ryder.

-Rocky, ¿tienes algo que pueda usar para moverme con más facilidad? - Preguntó la castaña, mirando al cachorro mestizo.

-Creo que tengo unas muletas, ¡ya vuelvo! - Respondió Rocky, corriendo hacia el elevador para bajar mientras Skye y Marshall salían de él con lo que se les había pedido.

-El balde ya está lleno de agua. - Informó Skye, mirando a Chase.

Chase y Marshall tomaron un extremo del trapo dentro del agua para exprimirlo, después el pastor alemán lo llevó hacia la cama para colocarlo en la frente de Ryder.

-Tengo que esperar a que despierte para que tome la medicina, pero ya la tengo aquí. - Agregó el dálmata, acercándose al chico para tomar su temperatura. - Está bajando un poco, debería recuperar el conocimiento en los próximos 30 minutos. -

-¡Woof, las encontré! - Exclamó Rocky desde el elevador, llegando con dos muletas al dormitorio. - Están en buen estado, así que no tendrás problema para caminar con ellas. -

-Gracias, Rocky. - Rinslet le agradeció y tomó las muletas para ponerse de pie, eran un poco incómodas, pero no se quejó. - Bueno, tampoco puedo estar sin hacer nada, bajaré a… - Antes de que pudiera terminar de hablar, el pup-pad de Ryder comenzó a sonar. La chica lo tomó en sus manos y contestó. - Capitán Turbot, hola, buenos días. -

-¿Rinslet? ¿Dónde está Ryder? - Preguntó confundido el capitán, reconociendo a la chica en la videollamada.

-Por el momento se encuentra indispuesto, pero dígame, ¿cuál es su emergencia? - Dijo, manteniendo una sonrisa.

-El Flounder está a la deriva en el mar, la tormenta debió cortar la soga y creo que olvidé bajar el ancla, ¡necesito a los Paw Patrol para recuperar mi barco! - Explicó, moviendo el brazo libre frenéticamente.

-No se alarme, capitán, no hay trabajo difícil para los Paw Patrol. - Dijo, cortando la llamada. - Aunque no tengan líder… - Murmuró, mirando de reojo a Ryder.

-¡Claro que lo hay! - Exclamó Chase, ladrando con fuerza. - ¡Paw Patrol, llamada de alerta! - Dijo, corriendo hacia el elevador.

Todos los cachorros ladraron de forma afirmativa, siguiéndolo al elevador para subir al último piso, donde se encontraba la Sala de Control.

-Se nota que es el segundo al mando. - Murmuró con una risita, dirigiendo la vista hacia Ryder. - Tranquilo, ellos harán bien el trabajo, tú debes descansar. - Dijo en voz baja, caminando hacia el elevador para bajar a la segunda planta. - Iré a preparar una sopa para cuando despiertes, no tardaré. - Agregó, esperando que el castaño pudiera escucharla entre sueños.

-Para esta misión necesitaré a Zuma. - Informó Chase sentado al frente, tomando el lugar de Ryder al lado de la pantalla. - Necesito que uses tu aerodeslizador para acercarte al Flounder por cualquier cosa que pudiera pasar. - Explicó, dirigiendo su vista a la cachorra. - Y Skye, tú llevarás al capitán Turbot con tu arnés para que pueda subir al barco. -

-¡Es hora de volar! - Exclamó Skye, dando una voltereta.

-Marshall, quiero que permanezcas cerca de Ryder, eres nuestro médico, te lo encargo. - Agregó el pastor alemán, mirando al dálmata.

-¡Cuenta conmigo! - Respondió Marshall, erguido.

-Rocky y Rubble, permanezcan aquí en la Sala de Control listos por si llegáramos a necesitarlos. - Prosiguió, viendo a ambos cachorros que ladraron de forma afirmativa. - Yo iré con Zuma y Skye como líder de la misión. - Agregó, poniéndose de pie. - ¡Muy bien! ¡Paw Patrol…! -

-¡Entra en acción! - Completaron los demás.

Chase, Skye y Zuma saltaron al tobogán para bajar por sus vehículos y salir a cumplir su deber. Rubble y Rocky permanecieron sentados frente a la pantalla, esperando cualquier señal que el cachorro mayor pudiera darles. Marshall se despidió de ellos y volvió abajo para cambiar el trapo húmedo de la frente de Ryder por uno limpio, quedándose atento a cualquier cosa sentado cerca de él.

[...]

Ryder abrió los ojos lentamente, un dolor punzante de cabeza lo tenía mareado, así que tardó un poco para aclarar su vista borrosa. Se sentó con cuidado en la cama, observando cómo un paño húmedo caía de su frente sobre sus piernas, y fue hasta ese momento que sintió una mano sosteniendo suavemente la suya. Giró su rostro para encontrar a Rinslet profundamente dormía en una silla, con su cabeza recostada sobre la cama usando uno de sus brazos como almohada mientras que con su otra mano sostenía la de él.

La oscuridad en la habitación le decía que era de noche, probablemente alguna hora de la madrugada. Recorrió el lugar con la mirada, encontrando a Marshall dormido en el suelo al lado de la ventana, todavía vistiendo su uniforme de paramédico. Un rugido en su estómago le avisó lo hambriento que estaba, por lo que intentó soltar su mano del agarre con cuidado de no despertar a la castaña, pero fue en vano.

-Uh… - Murmuró Rinslet abriendo los ojos, levantando la vista. - ¿Ryder? - Le llamó con voz somnolienta, rascando uno de sus ojos. - Me alegro, al fin despertaste. -

-Lo siento, no quería despertarte a ti también. - Se disculpó, hablando en voz baja para no romper el sueño de Marshall. - ¿Cómo te sientes del tobillo? -

-Mejor, Marshall es un buen médico. - Respondió con voz suave, imitando al castaño. - ¿Y tú? ¿Cómo te encuentras? -

-Con mucha hambre. - Dijo con una risita al mismo tiempo que su estómago volvía a rugir.

-Vamos, dejé algo de comer en el refrigerador. - Agregó ella, tomando las muletas para ponerse de pie. - No creas que te dejaré ir solo después de lo que pasó, nos diste un buen susto. -

-Lo siento. - Se disculpó rascando su nuca, ligeramente apenado. - La fiebre es mi debilidad, es muy raro que me enferme, pero cuando sucede es lo peor. - Explicó, colocándose sus pantuflas de Chase para caminar al elevador junto a ella. - ¿Ocurrió algo? -

-Solo un incidente con el bote del capitán Turbot, pero Chase lideró con éxito la misión. - Respondió Rinslet, mirándolo de reojo. - Tienes un gran equipo, Ryder. -

-Sí, lo sé. - Murmuró con una sonrisa de orgullo. - Ellos son todo para mí. -

-Y tú para ellos, hubieras visto cuán preocupados estaban. - Apoyó ella, saliendo del elevador y caminando hacia el refrigerador. - Parecían unos hijos responsables cuidando de su padre. -

-Es una buena manera de describirnos. - Dijo, sentándose frente a la mesa, esperando la comida. - Ellos son mis hijos, y yo su padre. - Aquello le hizo recordar la conversación con Rinslet en el risco, haciendo que sintiera un remordimiento repentino.

-Sí…ojalá todos los padres fueran tan responsables y cariñosos como tú. - Murmuró Rinslet, colocando un plato de sopa frente al castaño. - Cuidado, está caliente. -

-Rinslet…sobre el alcalde Humdinger… - Dijo en voz baja, mirándola de reojo.

-Él me abandonó, aun si hiciéramos una prueba de paternidad que resultara positiva, no cambia en nada que es una desagradable persona. - Interrumpió ella, desviando la mirada. - Por favor, lo que te he contado mantenlo en secreto, no quisiera estar en boca de todos por eso. -

-De acuerdo. - Asintió, sintiendo que estaba tomando la dirección incorrecta, pero no quiso decir nada más al respecto. - Buen provecho. - Dijo, comenzando a comer en silencio. - "Supongo que todos tenemos un punto débil." - Pensó, mirándola de reojo.

El tiempo pareció alentarse por el incómodo silencio, ya que ninguno volvió a decir una palabra. Ryder recogió su plato y lo dejó en el fregadero para volver a la cama en compañía de Rinslet, quien solo parecía estar presente de manera física por su mudez. Tomó su medicina y regresó a dormir en la cama, mientras la chica lo hacía en el sofá.

Algunas horas transcurrieron para que finalmente amaneciera, dando inicio a un nuevo día. La castaña decidió que era hora de volver a casa, apenada por haber dejado solo los últimos dos días a Cowart. Se despidió de los cachorros mientras agradecía su atención en todo ese tiempo y regresó a su hogar con la ayuda de Ryder y su cuatrimoto. El recorrido fue silencioso, lo que comenzó a angustiar al chico, sabía que la noticia de saber que una de las personas más problemáticas que conocían era su padre la había afectado. Le preocupaba que, aun con lo abierta que Rinslet solía ser con él en cuanto a sus sentimientos, ella decidiera no hablar al respecto de ese tema, guardándose todo para sí misma. "El silencio es lo peor que puedes hacer cuando sientes dolor en tu corazón", las palabras de su madre resonaron en su mente, y recordó aquella vez cuando rescató a Skye.

La cockapoo era pequeña e indefensa, corría desesperada entre las calles de Bahía Aventura intentando escapar de un águila que la seguía con intención de devorarla por su tamaño tan diminuto de ese entonces, era el bocadillo perfecto para aquella ave. Recordaba la valentía de Chase, quien no dudó en saltar sobre el águila cuando esta alcanzó a tomar a Skye con sus garras, hiriendo a la cachorrita. Había sido la primera (y, hasta ahora, la única) vez que veía a su pastor alemán pelear en serio, y aunque su pequeño cuerpo había terminado lleno de arañazos y cortes ensangrentados, se convirtió en el ganador de aquella batalla. Marshall y él mismo corrieron a auxiliar a Skye, quien intentó escapar de ellos temerosa, pero algo se lo impedía (una herida, supuso Ryder). Chase, con su labia de "hermano mayor", había logrado convencer a la cachorrita de acompañarlos a la veterinaria que recién Katie comenzaba a liderar, para recibir un buen baño y una revisión médica. Aunque Skye se había mostrado seria y dura todo el tiempo, no se había resistido a la ayuda, e incluso permitió que Ryder la llevara a pasar la noche en la torre.

En ese tiempo el cuartel no era nada en comparación a lo que era ahora, la estructura exterior era casi la misma, salvo que no existía en ese momento el tobogán ni el estacionamiento de las casitas, solamente estaba la compuerta que daba a la cochera, y ahí se encontraban resguardados su todo terreno, la patrulla de Chase y el bombero de Marshall, las primeras versiones de los dos últimos al menos, ya que los vehículos que usaban ahora los había construido con la ayuda de Rocky. Interiormente, la torre de ese entonces apenas estaba decorándose, así que era normal ver a sus padres ahí, ayudándolo en lo que hacía falta.

Nunca olvidaría cómo Skye se removía de forma extraña, pero sin emitir un solo ruido. Recordaba perfectamente cómo su madre se había acercado a la cockapoo con su característica amabilidad (sin duda, una cualidad que él había heredado) e intentó hablar con ella, pero la cachorrita se negó a responder. Fue entonces que su madre dijo aquellas palabras… "El silencio es lo peor que puedes hacer cuando sientes dolor en tu corazón". En ese momento Skye rompió en llanto y saltó a los brazos de su madre, relatando cómo su mamá había fallecido por tener tanto tiempo sin comer, y cuán sola se sentía desde entonces, también reveló que sus costados dolían mucho debido a una herida que el águila le había causado con sus garras, y que Katie no había notado en la revisión. Ahí fue cuando conoció la fuerza de Skye, capaz de soportar su sufrimiento para mostrarse fuerte ante todo, aun cuando en realidad se sentía terriblemente asustada. Cuando se recuperó de sus heridas (y gracias a las atenciones de Marshall y Chase) ella misma le pidió que la adoptara, que sería tan valiente como sus dos cachorros rescatistas. Aceptó sin dudarlo. En su primera misión, luego de verla brincar emocionada junto a los primeros conejitos que tuvieron que sacar de la granja de Yumi y Al, descubrió su pasión: sentir que volaba en el aire. Poco después le regaló su primera mochila con alas, y desde entonces Skye no había dejado de volar como hasta ahora.

Miró a Rinslet por el retrovisor, seguía con la mirada perdida en la nada. Verla así le recordó a la pequeña cockapoo de aquel tiempo: aparentando ser fuerte, aunque por dentro se muriera de dolor. "Está tratando de huir de su temor, solo que en esta ocasión 'el águila' es su padre…" pensó, apretando sin querer su agarre en los manubrios de su todo terreno. "Necesito encontrar ese 'hogar' donde se sienta protegida, solo así dejará de callar su dolor…" se dijo a sí mismo, perdido en sus pensamientos.

-¡CUIDADO…! - El gritó del señor Porter resonó con fuerza, atrayendo la atención de Rinslet.

-¡RYDER! - Gritó Rinslet, despertándolo de su trance, pero fue demasiado tarde para que reaccionara.

Ryder miró al frente y presionó con todas sus fuerzas el freno, pero fue imposible esquivarlo. El movimiento brusco hizo que se sofocara cuando se golpeó la boca del estómago con el tablero de su cuatrimoto, y pudo escuchar el gemido de dolor que emitió Rinslet cuando su pierna vendada chocó con fuerza en el borde del vehículo. Intentaba recuperar el aliento, aun desorientado por lo ocurrido, pero podía escuchar claramente los gritos de la gente que corría a auxiliar a la persona que había golpeado con la defensa de su todo terreno.

-¡¿Qué hiciste, Ryder?! - Preguntó alterada la voz de Katie, al borde de las lágrimas.

Fue entonces que lo vio con claridad…Alex Porter se encontraba inconsciente en el suelo con sangre escurriendo de su nariz. Un escalofrío recorrió su cuerpo, haciéndolo temblar. Por primera vez en su vida no sabía qué hacer o cómo reaccionar, simplemente se quedó congelado sobre su vehículo, viendo cómo todo el mundo hacía lo posible para ayudar al pequeño. No sabía si era real o producto de lo que sentía, pero podía escuchar voces llenas de odio, señalándole como el culpable de lo sucedido.

Rinslet, recuperando la razón después del golpe que había recibido en la cabeza, observó con la visión (ligeramente borrosa) que Ryder se había quedado completamente en shock. La chica, soportando el dolor punzante en todo su cuerpo, se movió por un costado del castaño para extender su brazo y presionar (con sumo esfuerzo) el pup-pad del chico que se encontraba conectado en el tablero del cuatrimoto. Un brillo se emitió de la placa en su cuello, indicando que todos los comunicadores estaban activos.

-Paw Patrol…llamada de alerta…tenemos una emergencia… - Dijo entre jadeos, al momento en que un hilo de sangre comenzó a escurrir desde su frente herida, nublando la visión de su ojo izquierdo.


¡YAHALLO! xHimemikoYukix aquí~

¡Llegó un nuevo capítulo! Bueno...supongo que nadie esperó el final (? ¿Qué pasará con el pobre Alex? ¿Cómo afectará este suceso a Ryder? ¡Espero sus teorías!

¡Dudas, opiniones y comentarios son bien recibidos!

¡NOS LEEMOS!