RESCATA MI CORAZÓN

Capítulo 13: "Casualidades"

"¡Ace está aquí!", aquellas palabras habían sido suficiente motivo para apagar la sonrisa en el rostro de Rinslet. Las palabras de Katie acerca de la piloto resonaron en su cabeza como fuertes advertencias, y aunque había respondido de forma afirmativa cuando el chico le preguntó si quería conocer a su amiga, en su interior suplicaba que la tierra se la tragara antes de verla.

-¡Ace, que gusto volver a verte! - Saludó Ryder con una sonrisa, mirando a la joven frente a él.

-Siempre es bueno volver a verlos a todos. - Respondió Ace, acercándose a él. Su cabello era pelirrojo dividido en dos coletas, su tez clara y sus ojos marrones. Su rostro tenía pecas, y resaltaba su atuendo de aviador color azul marino y pantalones rojos. - Vine a dejar una entrega en la granja y decidí pasar unos días aquí, si no te molesta claro. -

-¡Para nada! Sabes que siempre serás bienvenida en el cuartel. - Dijo el castaño, cruzando los brazos.

Rinslet sintió la mirada fija de Ace sobre ella, como si la analizara de pies a cabeza de forma discreta, pero claramente con malas intenciones. Tocó de manera inconsciente su collar, haciendo que la pelirroja se fijara en él.

-¡Qué lindo collar! - Exclamó Ace sonriente, acercándose a ella y tocando la placa. - Se parece a la insignia de los Paw Patrol. -

-De hecho, lo es, yo se lo regalé. - Explicó Ryder, acercándose a ellas. - Ella es Rinslet Weskfield, una buena amiga que llegó hace unos meses a Bahía Aventura. - Agregó, colocando una mano en el hombro de la castaña. - Rinslet, ella es Ace Sorensen, una piloto profesional y la inspiración de Skye. -

-Eso es verdad. - Apoyó Skye, soltando una risita.

-Es un gusto, Ace. - Dijo Rinslet ligeramente nerviosa, extendiendo su mano hacia la piloto.

-Lo mismo digo, Rinslet. - Respondió Ace tomando su mano y apretándola con fuerza, provocando un ligero dolor en la castaña, quien parecía confundida con esta acción. - Oye Ryder, no quiero abusar, pero ¿crees que puedas darme algo de cenar? Me muero de hambre y ya es de noche. -

-¡Claro, Ace! Te prepararemos algo, ¿verdad? - Dijo Ryder mirando a los cachorros, quienes ladraron de manera afirmativa. - ¿Te quedas a cenar? -

-Yo… - Estuvo a punto de responder cuando sintió que era observada, dirigió su vista hacia la pelirroja, quien la miraba fijamente con unos ojos diferentes a los de segundos atrás. Podía sentir una especie de advertencia en su expresión que la hizo sentir incómoda, por lo que negó con la cabeza mientras desviaba la mirada. - No, gracias, lo mejor será que vuelva a casa. -

-¡Oh, qué mal! - Dijo Ace con tono decaído que no concordaba para nada con su expresión de satisfacción. - Lástima que no puedas quedarte con nosotros, ¡ten un buen viaje de regreso! -

-¿Quieres que te lleve? - Preguntó amablemente Ryder, ganando la mirada de la piloto que, si bien no dijo nada, tampoco parecía agradarle la idea.

-Oh, pero eso sería un poco tardado y la verdad es que me gustaría comer algo… - Interrumpió Ace, tocando su estómago.

-Está bien, Ryder, mejor atiende a Ace. - Dijo Rinslet con una sonrisa, mirando al castaño. - Puedo regresar sola a casa. -

-¿Estás segura? - Cuestionó preocupado, dando un paso hacia ella.

Rinslet asintió. - Fue un gusto conocerte, Ace. - Dijo mirando de reojo a la pelirroja, quien la observaba en silencio como si esperara que desapareciera en ese momento. - Nos vemos después. - Se despidió, caminando a paso rápido hacia el elevador, volviendo a la primera planta para irse de ahí.

Observó un avión de colores azul, rojo y amarillo estacionado frente a la torre, supuso que sería propiedad de la piloto. Sentía un nudo en el estómago, producto de la mala vibra que había sentido desde el momento en que se encontró frente a Ace Sorensen, y fue cuando entendió las palabras de Katie aquella vez. "¿En qué me estoy metiendo?" Se preguntó mentalmente, soltando un suspiro pesado. Apresuró su paso para llegar más rápido a su casa, notando al estar cerca que estaba encendida la luz en el hogar de Katie.

Pensó en disculparse con William por la forma en que lo había dejado abandonado, pero al mismo tiempo no quería molestarlo a esas horas. Al final, sin darse cuenta, terminó tocando la puerta, reaccionando solo cuando vio al rubio abrir con una expresión somnolienta, vistiendo únicamente una playera de manga corta amarilla y un short anaranjado, sus pies estaban descalzos y su cabello alborotado le decía que ya se había metido en la cama (probablemente hasta dormido estaba).

-Perdona, no quise molestarte… - Se disculpó mientras baja la mirada.

-Descuida, todavía estaba despierto. - Respondió mientras soltaba un bostezo, pero sin perder su sonrisa. - ¿En qué puedo ayudarte? -

-Quería disculparme por dejarte solo en la playa. - Dijo con la mirada baja, soltando un suspiro. - Fue de mala educación. -

-Tranquila, yo te dije que fueras, y me alegro de ver que está bien. - Respondió Will, apuntando hacia el collar reparado. - No me gustó verte en ese estado. -

-Aun así, quería disculparme… - Insistió, apretando ligeramente sus puños. William notó esto, pero no dijo nada.

-¿Cómo sigue tu brazo? - Preguntó amablemente, mirando el vendaje de la chica. - ¿Todavía te duele? -

Rinslet negó con la cabeza. - Ya está mejor, mañana me quedaré las vendas, supongo. - Explicó con una sonrisa ligera, levantando la vista hacia él. - ¿Puedo pasar? -

-Adelante. - Asintió Will, moviéndose a un lado para dejarla entrar y, sucesivamente, cerrar la puerta detrás de sí. - ¿Gustas cenar algo? -

-No, estoy bien. - Respondió, pero un rugido proveniente de su estómago la delató, haciendo que su rostro se sonrojara de la pena. - Bueno, quizá sí… -

-Vamos a la cocina. - Dijo el rubio con una sonrisa, revisando el refrigerador. - Hice estofado para cenar y me quedó un poco, ¿está bien o prefieres algo más? -

-No, eso está perfecto, muchas gracias. - Respondió Rinslet, ligeramente nerviosa. No era la primera vez que entraba en casa de Katie, pero sí que estaba ahí sola con un chico. Aunque había dormido en la misma habitación que Ryder varias veces, no podía dejar de sentirse nerviosa al estar ahí a solas con William. - "Necesito calmarme, pero ¿cómo? A diferencia de Ryder, William ha sido tan atrevido conmigo desde que nos conocimos que el simple hecho de estar a solas con él me pone nerviosa…" -

-Toma, espero que te guste. - Habló el chico mientras dejaba un plato con comida frente a ella para después sentarse a su lado, recargando los codos en la mesa mientras la veía fijamente.

-Gracias. - Dijo apenada, comenzando a comer. Un ligero temblor en sus manos era perceptible, algo que no pasó desapercibido por el chico.

-No debes estar nerviosa, no te haré nada. - Agregó con voz suave, ganando la mirada de la chica. - Perdóname si he sido imprudente contigo, te prometo que me comportaré apropiadamente a partir de ahora. -

-¡No, no es eso! - Negó rápidamente, bajando la mirada. - Es solo que apenas nos conocemos y, bueno…es un poco extraño que digas cosas como que te gusto o que soy tu tipo de chica… - Explicó, jugando con la cuchara en sus manos. - La verdad es que nunca me habían dicho algo así, y es un poco incómodo porque no sé si solo lo dices para burlarte de mí… -

-Nunca me burlaría de ti. - Interrumpió William con una sonrisa, mirándola fijamente. - Katie me ha hablado tanto de ti que tenías muchas ganas de conocerte, me parecías una chica bastante interesante. - Explicó, bajando ligeramente su mirada, tenía un pequeño sonrojo en sus mejillas y sus dedos tamborileaban en la mesa con nerviosismo. - Y ahora que tuve el placer de conocerte…quizá me digas que soy un exagerado, pero al verte tuve una atracción a primera vista. -

-William… - Murmuró sonrojándose, al tiempo que desviaba la mirada. No sabía qué decir o hacer, jamás había esperado aquella confesión por parte del hermano de su amiga, alguien que no tenía relativamente nada de conocer. Pensó en dejar las cosas claras con Will, pero también se le cruzó por la mente una segunda idea. - "Si me doy la oportunidad de tratarlo…quizá pueda dejar de sentir algo por Ryder…" - Creía que la respuesta que necesitaba para borrar lo que sentía por su amigo estaba frente a ella, y si eso lograba salvar su amistad con Katie, no planeaba dejarla ir. - ¿Puedo llamarte Will? -

-¿Eh? Sí, claro. - Asintió él, confundido por aquella pregunta repentina.

-Bien…entonces, Will… - Dijo con la voz ligeramente temblorosa, mirándolo de reojo con sus mejillas sonrojadas. - ¿Te gustaría ir conmigo mañana a la playa? Escuché que llegarán las tortugas para hacer su nido en Bahía Aventura como todos los años. -

-¿De verdad? - Preguntó sorprendido, Rinslet asintió, provocando una sonrisa en el mayor. - ¡Claro! No tengo ningún problema. -

-Entonces te veré mañana. - Respondió ella con una sonrisa, poniéndose de pie. - Gracias por la comida, pero creo que es hora de volver a casa, ya es tarde. -

-Te acompaño. - Apoyó William, colocándose unas sandalias que estaban cerca de la cocina.

-Pero si vivo aquí al frente. - Dijo Rinslet con una risita, caminando a la puerta a paso lento junto a él. - Entonces… ¿Te veo mañana? -

El rubio asintió. - Te veo mañana. - Respondió, acompañándola hasta la puerta de su casa. - Buenas noches, y bienvenida a casa. -

La castaña soltó una risita. - Buenas noches. - Se despidió, entrando a casa.

William regresó sin decir más a su hogar, pensando en que a pesar de lo directo que había sido, ella no lo había rechazado. - "Mañana regresará Katie, estoy seguro de que la noticia le emocionará." -

Por su parte, Rinslet se cambió de ropa y se metió en la cama. Observaba la misma foto de Ryder y ella en su celular, pensando en que lo mejor para todos era que sus sentimientos por él volvieran a ser los mismos de antes: una amistad especial. No quería sentir que utilizaba a William para su propósito, pero creía fielmente en que si lo intentaba de corazón con él quizá podría funcionar. Dejó el celular de lado y cerró los ojos, imaginando cómo sería su vida junto al hermano de Katie al mismo tiempo que su amiga fuera finalmente correspondida por Ryder. Entre imágenes que parecían ser una mezcla de sentimientos alegres y tristes, finalmente fue vencida por el sueño.

La mañana llegó con una brisa refrescante, indicio de un buen clima. El mar estaba relativamente tranquilo, facilitando el andar de las tortugas hacia Bahía Aventura. Rinslet había despertado a temprana hora por los nervios, sería la primera vez que saldría con William de una manera diferente a la usual y, al mismo tiempo, su amiga llegaría en el tren de la tarde. No había vuelto a hablar con Ryder, pero estaba segura de que Ace seguiría cerca de él.

Baker tocó a la puerta de su casa ligeramente nervioso, siendo recibido por la castaña casi al instante. Aseguraron ambas casas antes de salir en dirección a la playa, entusiasmados de ver la llegada de aquellos animales para hacer sus nidos, un espectáculo único sin duda. Les sorprendió ver tanto el agua como la orilla llena de basura, a los Paw Patrol limpiando con apuro y, lo más extraño, el remolque de Rocky yendo en el mar de un lado al otro arrojando desperdicios sin piedad.

-¿Qué pasa aquí? - Preguntó Rinslet preocupada, acercándose a Chase.

-Los Gatitos Gatastróficos del alcalde Humdinger robaron el remolque de Rocky y están tirando basura por todos lados. - Explicó el pastor alemán preocupado, dirigiendo la vista hacia Ryder y Zuma, quienes intentaban llegar en sus vehículos al remolque para detenerlo. - Y no podemos encontrar a Rocky. -

-¿Rocky desapareció? - Murmuró preocupada, siguiendo la vista del can hacia el frente, observando lo que sucedía en el agua.

-¿Por qué el alcalde de Fondo Brumoso hace ese tipo de cosas? No lo entiendo. - Cuestionó William cruzando los brazos.

-Porque no soporta que alguien tenga algo que él no tiene. - Agregó Marshall, acercándose a ellos. - Como cuando robó los panes de Rinslet. -

-¿De verdad hizo eso? - Preguntó sorprendido el rubio, mirando de reojo a la castaña, quien miraba hacia el frente con una expresión triste y la vista perdida. - ¿Rinslet? -

-¿Por qué él…? - Murmuró inconscientemente, confundiendo a los dos cachorros y al chico que la miraban preocupados.

-¿Estás bien, Rinslet? - Preguntó Marshall angustiado.

-Me siento un poco cansada, será mejor que nos vayamos. - Dijo la chica evadiendo la pregunta, se dio media vuelta y tomó a Will del brazo para llevarlo con ella. Chase y Marshall se vieron mutuamente confundidos por lo que había pasado, pero decidieron volver a su tarea de limpieza en lugar de meterse donde no los llamaban.

Rinslet, por su parte, llevó a William sin rumbo fijo hasta el parque de Bahía Aventura. Baker se mantuvo en silencio, en espera de que la chica dijera algo, lo último que quería era incomodarla.

-Will, ¿puedo confiar en ti? - Preguntó con voz suave, intentando disimular su tristeza.

-Siempre. - Respondió con una sonrisa, colocando su mano con sutileza en el hombro de la castaña. - Yo jamás te traicionaría. -

Rinslet lo miró de reojo por unos momentos, como si se debatiera internamente entre confiar o no en él. Soltó un suspiro y se giró para verlo fijamente mientras apretaba sus puños, una forma de liberar la tensión en su cuerpo.

-Nunca conocí a mi padre porque abandonó a mi mamá cuando supo que estaba embarazada de mí, ni siquiera en una fotografía. - Explicó con la voz temblorosa, tratando de mantenerse calmada. - Cuando mamá falleció por una falla en el corazón me dejó al cuidado de su abogado y el único amigo que tenía, Cowart es mi tutor legal, pero me permite vivir aquí por mi cuenta, y al mismo tiempo me ayudó a contactar un investigador privado para tratar de encontrar a mi padre biológico, tenía la esperanza de poder conocerlo, aunque fuera solo en una fotografía. - Continuó relatando, sus ojos empezaban a cristalizarse por las lágrimas que retenía, pero se mantuvo calmada para seguir hablando. - Hace poco Cowart vino a verme, quería darme la noticia de que habían encontrado a mi padre biológico personalmente… - Dijo con la voz ahogada, recargándose en el pecho de William. - Soy hija del alcalde Humdinger… -

-¿Qué? - Soltó Baker sorprendiendo, mirándola de reojo. - ¿Ese hombre es tu padre? -

Rinslet asintió lentamente mientras sollozaba, Will pudo sentir la humedad en su pecho debido a las lágrimas de la castaña. Esbozó una sonrisa y la abrazó con fuerza, aferrándola a su pecho mientras acariciaba su cabello con delicadeza.

-Puede que lleves su sangre, pero eso no significa que debas cargar la culpa de sus actos, un hijo jamás pagará las consecuencias de lo que hagan sus padres, así que no te atormentes más. - Dijo con voz suave, sin detener su mano. Pudo sentir cómo ella se aferraba más a él, liberando en silencio toda su frustración y tristeza. - Y te prometo que nunca diré nada a nadie. -

-Gracias, Will…no sé qué haría si alguien más lo descubre… - Respondió ella entre sollozos, acurrucada aún con él.

-¿El tío alcalde tiene una hija bastarda…? - Murmuró un chico rubio oculto detrás del tobogán de juegos del parque. Había ido ahí buscando a su tío Humdinger, y por casualidad terminó escuchando la confesión de una joven que no conocía. - Interesante…creo que acabo de encontrar inconscientemente una mina de oro… - Dijo en voz baja con una risa maliciosa, alejándose de ahí con cuidado de no ser descubierto, tenía que ser muy cauteloso si quería usar aquella información en su beneficio. - Primero necesito descubrir quién es ella, esa será la pieza clave para mí nuevo plan… - Agregó para sí mismo, soltando una carcajada mientras salía corriendo hacia el puente de Bahía Aventura, observando cómo Ryder, Rocky y Zuma detenían a su tío y sus gatitos para llevarlos a la isla de la basura, supuso que el alcalde habría hecho nuevamente un complot fallido y eso era parte del castigo que Ryder y los Paw Patrol les había dado para reponer su daño. - ¿Quién iba a pensar que el pasado de mi tío alcalde me serviría algún día? - Dijo entre risas, comenzando a caminar hacia adelante, observando en silencio por unos minutos la torre de los Paw Patrol. - Espérame, iré pronto por ti, mi meteorito. - Murmuró con una sonrisa, continuando su camino en dirección a Fondo Brumoso.

[...]

Después de calmarse, la cita de Rinslet y William continuó con normalidad. El espectáculo de ver llegar a las tortugas por la clara agua del mar sería algo que jamás olvidaría ninguno de los dos, se sentían un poco más cerca uno del otro, una conexión diferente a la que ella sentía al estar junto a Ryder, pero igual de importante para ella.

El celular de Baker sonó poco tiempo después, una llamada entrante de Katie para informar que estaba por llegar a Bahía Aventura en el tren. Ambos chicos se encaminaron a la estación para recibirla, esperando sentados en la banca mientras conversaban anécdotas de su vida, una forma de conocerse cada día más.

El tren llegó a los pocos minutos, y de entre los vagones de pasajeros vieron descender a Katie, quien cargaba una maleta en una mano y la jaula con Callie dentro en otra.

-¡Will! - Exclamó la rubia emocionada, dejando las cosas en el piso para correr a abrazar a su hermano con fuerza. - ¡Te he echado de menos! -

-Y yo a ti, Katie. - Respondió el mayor, correspondiendo el abrazo de su hermana. - Mírate, estás enorme. -

-Tú también. - Agregó Katie, soltando una risita mientras se separaba para verlo. - Incluso tienes una expresión más feliz de lo usual. -

-Eso es gracias a ella. - Dijo, girándose a ver a Rinslet, que se había mantenido unos pasos atrás para no incomodar en el reencuentro.

-¡Rin, viniste! - Exclamó la chica, acercándose a la castaña para abrazarla de igual manera. - Gracias por cuidar de mi hermano, prometo que te recompensaré. -

-Bienvenida, Katie. - Respondió Rinslet con una sonrisa, abrazándola de igual manera. - Y descuida, no tienes que recompensarme nada, tu hermano ha sido muy lindo conmigo. -

-Sabía que se llevarían bien. - Dijo emocionada, mirando a ambos.

-¿Vamos a casa? - Preguntó William con una sonrisa, tomando la maleta y la jaula de Callie en sus manos. - Preparé algo delicioso para comer los tres. -

-Sí, es una estupenda idea. - Apoyó Katie, girándose a ver a Rinslet. - Vas a venir con nosotros, ¿verdad? -

Rinslet se quedó pensativa unos momentos antes de responder. Recordó haber visto a Ryder en la playa con los cachorros y Ace después de que habían salvado el día, observando a las tortugas llegar desde el lado contrario de dónde ella había estado con William. Sentía la necesidad de decirle a su amiga que Ace Sorensen estaba ahí, con Ryder, durmiendo con él en el cuartel, pero no se atrevió a arruinar la felicidad de su amiga al ver de nuevo a su hermano después de tantos años. Decidió callarse, al menos por el resto de ese día, porque sabía que, así como a ella le había afectado ver la forma en que Ace le había robado la atención de Ryder cuando llegó, también afectaría a Katie, y no quería verla sufrir.

-¡Por supuesto, vamos! - Exclamó con una sonrisa, tomando a Katie de la mano para empezar a caminar de regreso a casa de los Baker, siendo seguidas al instante por William.

Los tres caminaban al mismo ritmo, llenándola de preguntas acerca de la abuela y su viaje, entre risas y alegría. Rinslet miró de reojo la torre de los Paw Patrol antes de entrar a casa de sus amigos, pensando en lo mucho que deseaba ver a Ryder en ese momento, y suplicando en su mente que Ace se fuera de Bahía Aventura tan rápido como había llegado para arruinar aquél bello momento que había tenido con el chico que le gustaba.


¡YAHALLO! xHimemikoYukix aquí~

¡Nuevo capítulo! ¡Ojalá les haya gustado este nuevo cap! Bueno, Katie a regresado y William está más cerca que nunca de Rinslet, ¿qué impacto tendrá la presencia de Ace en Bahía Aventura? ¿Qué pasará con Ryder ahora que sus 3 pretendientes están en el mismo lugar? ¡Espero sus teorías!

¡Dudas, opiniones y comentarios son bien recibidos!

¡NOS LEEMOS!