RESCATA MI CORAZÓN

Capítulo 14: "Familia"

Harold había esperado en la guardia secreta de su tío largas horas, hasta que finalmente el alcalde había regresado de cumplir su castigo en Bahía Aventura. Los gatitos maullaban continuamente y supuso que estarían exigiéndole a su tío por la cena después de tanto trabajo fallido. Decidió esperar a que el hombre terminara de atender a sus mascotas aliadas para preguntarle con total calma sobre aquella chica castaña de la ciudad vecina, necesitaba hacer las preguntas correctas si quería obtener la información exacta que requeriría para su nuevo plan. Espero sentado en la silla de la sala de control, jugando un videojuego en su consola móvil mientras escuchaba a su tío quejarse del ruido de los gatitos.

-¿Cuándo llegaste aquí, sobrino? - Preguntó Humdinger sorprendido al ver a Harold ahí.

-Desde la tarde, pero vi que estabas demasiado ocupado, tío alcalde, por eso vine a esperarte aquí. - Respondió con simpleza el menor, guardando su consola para girarse a ver al adulto. - Oye tío, ¿quién es la chica nueva en Bahía Aventura? -

-Si te refieres a la panadera esa que todo el día está pegada a Ryder y sus cachorros se llama Rinslet o algo así, es una niña huérfana que llegó hace unos meses y ahora parece ser parte de los Paw Patrol también. - Explicó el alcalde, sentándose en la silla al lado de la de su sobrino. - ¿Por qué la pregunta? -

-Por nada, simple curiosidad. - Dijo Harold encogiéndose de hombros, restándole importancia. - ¿Alguna vez has interactuando con ella? -

-Bueno, una vez por casualidad tomé unos panecillos que dejó en la ventana y me los comí, y tiempo después fui a su tienda a reclamar una oferta que hizo, pero no me atendió e incluso me sacó del lugar. - Respondió el alcalde cruzando los brazos, indignado al recordar lo sucedido. - Es muy grosera en lo que a mí respecta. -

-¿Entonces nunca se han llevado bien? - Preguntó curioso, mirándolo de reojo.

-Para nada. - Negó Humdinger, mirando a su sobrino. - ¿Por qué tienes tanto interés en ella? -

-Por nada en especial, solamente que hoy la vi por casualidad, eso es todo. - Dijo, poniéndose de pie. - Saldré a caminar un rato. -

[...]

-¡Quédate a dormir, Rin! - Exclamó Katie emocionada, tomando las manos de su amiga. - ¡Así podremos pasar toda la noche platicando! -

-No quisiera incomodar… - Murmuró la castaña, bajando la mirada.

-Sí lo dices por mí, entonces no tienes nada de qué preocuparte. - Interrumpió William, colocando una mano en el hombro de Weskfield. - Yo estaré en mi habitación, así que puedes quedarte tranquila. -

-Bueno…está bien. - Respondió Rin con una sonrisa, haciendo que Katie gritara emocionada y saltara a abrazarla con fuerza.

-¡Muchas gracias! ¡Esto será divertido! - Agregó la rubia emocionada, separándose un poco de su amiga. - No sabes la falta que me hiciste estos días. -

-Lo mismo digo, Katie, aunque gracias a William no me sentí del todo sola. - Dijo con una sonrisa, mirando al mayor de reojo.

-Bueno, yo iré a dormir, las dejo solas. - Se despidió Will, dándole un beso en la mejilla a su hermana menor. - Buenas noches. -

-Buenas noches, Will. - Respondió Katie con una sonrisa.

-Buenas noches, Rinslet. - Se despidió el mayor, acariciando suavemente la cabeza de la chica. - Hasta mañana. -

-Duerme bien. - Respondió la castaña, viéndolo irse de la habitación de Katie, dejándolas a solas.

-Muy bien, cuéntame. - Dijo la rubia rápidamente, sentándose frente a Rinslet en el suelo. - ¿Qué ha pasado entre Will y tú? -

-¿A qué viene esa pregunta repentina? - Cuestionó la castaña, imitando a Katie.

-Vamos, conozco a mi hermano y noto las miradas que te echa. - Respondió la joven con una sonrisa pícara, cruzando los brazos. - Así que ya dime, ¿qué sucedió? -

Rinslet soltó un suspiro mientras su rostro se sonrojaba. - No me dejarás tranquila hasta que te diga, ¿verdad? - Preguntó, la mirada firme de Katie fue suficiente para responder a su pregunta. - William me dijo que le gusto… -

-¡Lo sabía! - Exclamó la rubia emocionada, dando pequeños saltitos en su lugar. - ¿Y tú? ¿Qué sientes por él? -

-Vamos, Katie, apenas lo conocí, ni siquiera sabía que tenías un hermano. - Respondió Rinslet cruzando los brazos. - Todo esto me ha tomado por sorpresa, además…es la primera vez que un chico me dice que le gusto. -

-¡¿Will se te declaró?! - Repitió Katie con emoción, ahogando un grito entre sus manos que cubrieron rápidamente su rostro. - ¡¿Cómo?! ¡¿Cuándo?! -

–Anoche. - Respondió Rinslet sonrojada, desviando la mirada al suelo. - La verdad no fue gran cosa…solamente dijo que había sentido atracción a primera vista cuando nos conocimos en la estación. -

-Vaya… - Murmuró sorprendida Katie, ladeando un poco la cabeza. - ¿Y tú qué piensas al respecto? -

-Que es demasiado aventado. - Dijo Weskfield con una risita nerviosa, jugando con un mechón de su cabello. - Me contó algunas cosas de su vida…y bueno, se ve que esa labia le ha funcionado con las chicas. -

-A ver, quiero aclarar algo. - Interrumpió la rubia, aclarando su garganta. - No es porque sea mi hermano, sino porque lo conozco a la perfección, y puedo asegurarte que Will no es esa clase de chicos. - Explicó, mirando fijamente a su amiga. - Si ha tenido amigas íntimas, pero nada serio, y mi hermano no es del tipo que ilusiona chicas a diestra y siniestra, suele ser muy directo respecto a lo que piensa de alguien sin importar si puede ser hiriente, prefiere dejar las cosas claras desde el comienzo. - Agregó, tomando la mano de Rin. - Créeme, si Will te ha dicho que se siente atraído por ti es porque es cierto, él jamás jugaría con los sentimientos de nadie, mucho menos los de alguien que sabe que significa mucho para mí. -

-Aun así, es muy pronto para decir que siento algo por él, ¿sabes? Hay muchas cosas…necesito tiempo para conocerlo, eso es todo. - Insistió Rinslet, soltando un suspiro. - Y ya que estamos en el tema…no quise mencionarlo antes, pero creo que es mejor que lo sepas. -

-¿Qué cosa? - Preguntó curiosa la chica, mirándola con una sonrisa.

-Es sobre Ryder… - Dijo, notando cómo la expresión de Katie cambiaba a una preocupada. - Ace Sorensen llegó anoche al cuartel y parece que se estará quedando ahí unos días. -

-Oh… - Murmuró Katie, soltando un suspiro. - No me sorprende, ya había tardado en venir a ver a Ryder. - Explicó, cruzando los brazos. - ¿Ya la conociste? -

-Sí…estaba en el cuartel con Ryder porque me ayudó a reparar el collar que me regaló, fue un momento demasiado incómodo…sentí la mirada de Ace sobre mí en todo momento, como si me estuviera diciendo que me fuera de ahí. - Explicó con la mirada baja, sintiendo un escalofrío recorriendo su columna al recordar aquel día. - La verdad no quería seguir ahí, así que me despedí de Ryder y me fui lo más rápido que pude. -

-Bueno, no puedo decir que me sorprenda, Ace ante todos parece ser una chica dulce y amable, por eso la gente en Bahía Aventura la adora, incluido Ryder y los cachorros. - Dijo Katie mirando a Rinslet fijamente. - Siendo sincera…llegué a creer que quizá era mi mente la que inventaba todas esas miradas y sensaciones extrañas de Ace por celos de que otra chica fuera tan cercana a Ryder…pero ahora que me dices que te ha dado la misma sensación puedo estar segura de que esa chica no es del todo honesta con los demás. -

-Por mi parte, no pienso acercarme al cuartel o a Ryder mientras ella esté en la ciudad, prefiero evitarme un disgusto innecesario. - Agregó Rinslet con un suspiro pesado. - Ryder es un buen amigo, pero no quiero tener problemas con Ace. -

-Te entiendo perfectamente, ¿por qué crees que no le he dicho nada a Ryder respecto a ella? Sería meterme en un problema que estoy casi segura que él no entenderá. - Apoyó Katie, soltando un suspiro. - Simplemente me tacharía de loca y le daría el gusto a Ace de alejarme de Ryder para dejarle el camino libre con él, y por supuesto es algo que tampoco haré. -

Rinslet tragó saliva en seco, preocupada por unos momentos de cómo llegaría a reaccionar Katie si llegase a enterarse de que ella también se había enamorado de Ryder. Le preocupaba que su amistad se terminara y, peor aún, que su mejor amiga pasara a ser su enemiga mortal. No estaba dispuesta a perder su lazo con Katie por un chico, y tampoco quería que William pudiese detestarla por herir a su hermana menor, aunque tuviera pocos días de conocerlo sentía aun así algo por el chico, y no lo perdería a él también por unos sentimientos que estaba más que segura que jamás serían correspondidos.

-¿Te preocupa algo, Rin? - La suave voz de Katie la sacó de sus pensamientos, la rubia tomó su mano con cuidado y esbozó una sonrisa. - Sabes que puedes contarme lo que sea. -

-Es solo que…la alcaldesa Goodway me habló sobre el Festival de Bahía Aventura que será dentro de unas semanas, y me preguntaba si sería buena idea participar en él. - Dijo Rinslet con una sonrisa, intentando desviar el tema, aunque no mentía del todo, de verdad tenía esa duda desde que la alcaldesa le había platicado acerca de ese día de fiesta en la ciudad y la había invitado a participar en el evento de cierre. - Ni siquiera sé qué podría hacer… -

-Podrías cantar alguna canción. - Sugirió Katie con una sonrisa. - Will es un buen cantante y toca bastante bien la guitarra, podrías pedirle ayuda…aunque creo que no se quedará aquí tanto tiempo, debe volver a la escuela. -

-Entonces es una lástima… - Murmuró Rinslet con un suspiro, apoyando las manos en el suelo para estirar la espalda mientras soltaba un jadeo. - Supongo que tendré que pensarlo muy bien antes de comprometerme. - Agregó, un poco más tranquila de haber desviado el tema original de la conversación. - Ya es tarde, deberíamos ir a dormir, debes estar cansada del viaje. -

-Eso sí… - Apoyó Katie mientras soltaba un bostezo. - Vayamos a dormir, mañana seguimos hablando. -

-De acuerdo. - Asintió Rinslet, ayudándola a acomodar todo para dormir juntas en la cama de Katie que, para su suerte, era de tamaño matrimonial y cabían a la perfección en ella. - Buenas noches. - Se despidió apagando la luz, escuchando la misma frase en respuesta por parte de su amiga.

Rinslet se giró para darle la espalda a la rubia mientras tocaba suavemente la placa de su collar para suplir la ausencia de su peluche favorito. Cerró los ojos intentando conciliar el sueño, pero en su lugar solamente venían a su mente cada momento que consideraba "íntimo" entre Ryder y ella: comenzando con la primera noche que pasaron juntos, siguiendo con todas aquellas veces que había terminado llorando en sus brazos, prosiguiendo al día en que el líder de los Paw Patrol había llorado en su pecho y, finalmente, con aquél momento justo antes de la llegada de Ace, cuando había cruzado miradas con el castaño de una manera distinta a la usual. Ese momento en el que había caído en cuenta finalmente sobre sus sentimientos por su amigo, aquél que consideraba su "amor prohibido" por la lealtad hacia Katie.

Apretó los ojos con fuerza intentando alejar aquellas imágenes de su mente y enfocándose únicamente en quedarse dormida, algo que finalmente logró cuando (por algún motivo desconocido) pensó en William y su confesión.

[...]

El día parecía ser tan común como cualquier otro. Ryder había ido a visitar a Katie a la veterinaria para saludarla y preguntarle sobre su viaje, algo que habría hecho feliz a la menor de los Baker si no fuera porque iba en compañía de Ace, quien no perdía oportunidad para meterle "sutilmente" al castaño la idea de ir a pasear por la ciudad en lugar de estar ahí. Zuma, Marshall y Chase parecían darse cuenta de la situación tensa entre ambas chicas, aunque el resto de la Paw Patrol (incluido su líder humano) no parecían percatarse de ello.

William se había recluido en su habitación para escribir una nueva canción que tenía en mente después del sueño que había tenido la noche anterior, decidido a no olvidarla por el significado que tenía en lo que él consideraba "una nueva etapa" en su vida. En "Rosette Sucre" parecía ser un día tranquilo, la venta había sido baja, pero a Rinslet no parecía preocuparle la situación después de que el señor Porter le había pedido su ayuda para realizar un pedido importante con su respectiva remuneración.

La campana de la entrada sonó, haciendo que la castaña se levantara de su lugar de descanso para acercarse a la vitrina con una sonrisa y recibir al cliente recién llegado.

-Bienvenido a Rosette Sucre, ¿en qué puedo ayudarle? - Saludó cortésmente con una sonrisa, notando que era un chico de aproximadamente su edad (o un poco mayor) que no recordaba haber visto antes en la ciudad. -

-Si, creo que puedes ayudarme bastante. - Respondió con una sonrisa cínica que no le gustó para nada a Rinslet, pero ella decidió no comentar nada al respecto. - Quiero un trozo de meteorito. -

-¿Perdona? - Preguntó confundida, ladeando un poco la cabeza. - No vendo algo que se llame así… -

-Eso lo sé, niña torpe. - Dijo con voz despectiva el joven, dejando caer las manos sobre la vitrina con fuerza. - Quiero que me traigas un pedazo del meteorito que tiene Ryder en su cuartel, sé que eres muy cercana a él, así que no te será difícil conseguirlo. -

-No entiendo a qué viene todo esto, pero te pido que te retires de mi tienda. - Agregó Rinslet con molestia, cruzando los brazos. - No me gusta para nada la forma en que me hablas. -

-Yo te hablo como quiera, y si quieres que tu vida siga siendo la misma me obedecerás. - Interrumpió el chico con dureza, mirándola fijamente con una sonrisa de victoria. - Después de todo…no querrás que la gente de Bahía Aventura sepa quién eres en realidad, ¿no es así, prima? -

-¿Q-Qué…? ¿De qué estás hablando? No entiendo nada. - Cuestionó confundida, un mal presentimiento se apoderó de ella casi al instante en que su mirada se cruzó con la de aquel chico y un nudo en la boca de su estómago la hizo estremecer. - ¿Quién eres? -

-Bueno, supongo que es obvio que no me conoces. - Dijo el chico con una risita cínica, cruzando los brazos. - Me llamo Harold Humdinger y, como podrás imaginar, soy el sobrino único de tu papá…es decir, mi tío alcalde. -

Rinslet sintió su sangre helar con aquellas palabras…no solo estaba en presencia de un Humdinger que no conocía, sino que esa misma persona conocía su lazo sanguíneo con ellos. Se cuestionaba cómo era posible eso, estaba segura de que William y Ryder nunca le dirían algo al alcalde Humdinger acerca de su relación padre-hija, por lo que no podía entender cómo Harold, quien se había presentado a sí mismo como su primo único, había descubierto que formaba parte de su familia.

-Vete de aquí… - Dijo con la voz entrecortada, intentando mantener la calma pese a la obvia ansiedad que sentía en ese momento. - Vete. -

-Hmmm…de acuerdo. - Respondió Harold, caminando hacia la salida. - Pero en el momento en que ponga un pie fuera de este lugar todos en Bahía Aventura y Fondo Brumoso sabrán que la linda Rinslet es la hija bastarda de mi tío alcalde. - Amenazó con una sonrisa, mirándola de reojo. - Nos vemos, prima. -

-¡Espera! - Exclamó asustada, haciendo que el rubio se detuviera en seco justo frente a la puerta con su mano sosteniendo la perilla, listo para abrirla en cualquier segundo. - Por favor…no se lo digas a nadie, haré lo que quieras. - Suplicó Rinslet con la mirada baja, apretando los puños con fuerza.

Harold sonrió con malicia. - Muy bien, entonces hagamos un trato. - Habló finalmente, cruzando los brazos. - Consígueme un pedazo del meteorito que tiene Ryder en su cuartel y no le diré a nadie. -

-¿Para qué quieres un pedazo de ese meteorito? - Cuestionó confundida, mirando al rubio.

-¡Eso no te importa! Tú no quieres que yo le diga a nadie que eres la hija bastarda de mi tío Humdinger y yo quiero un fragmento de ese meteorito. - Amenazó, dando un paso hacia ella. - Tráeme lo que quiero y no diré nada, promesa de un Humdinger a otro Humdinger. -

-No soy Humdinger, soy Weskfield. - Replicó Rinslet apretando sus puños, odiaba esa situación, la odiaba como nunca creyó poder odiar algo. - De acuerdo…te daré lo quieres, pero júrame que no dirás nada cuando lo haga. -

-Lo juro. - Respondió Harold levantando la mano. - He visto que eres muy cercana a Ryder y los Paw Patrol, así que no te será difícil conseguirlo. - Agregó, tomando la mano de la castaña con un movimiento rápido, provocando un estremecimiento nada agradable en ella. - El meteorito está guardado en una compuerta detrás de la insignia de la torre, no es difícil encontrarlo, solo necesito un trozo, debe ser pan comido para ti. -

Rinslet asintió con lentitud, le pesaba aceptar sus amenazas, pero sabía que no tenía otra opción. - Te buscaré cuando lo consiga. -

-No, tienes hasta mañana para dármelo, o toda Bahía Aventura se enterará de tu secreto. - Amenazó con una sonrisa desagradable para ella, dando media vuelta. - Nos vemos, prima. - Dijo con una carcajada maliciosa, alejándose de ella y saliendo de la tienda, dejando el eco de su voz en la silenciosa panadería.

-"Los odio…odio a todos los Humdinger, son despreciables." - Pensó frustrada, apretando sus puños de la impotencia que sentía en su interior. No quería robarle a Ryder, pero sabía que no tenía otra opción, nadie la aceptaría de nuevo si se enteraban de su relación con la persona más desagradable que conocían, y ella no quería perder a su nueva familia. - "Ryder dijo que los Mighty Pups provenían de ese meteorito… ¿Acaso Harold será consciente de que le brinda poderes a quien tenga un fragmento? Si ese es el caso, no saldrá nada bueno de un Humdinger con tal poder…pero, si no lo hago…" - Pensó, apretando sus manos contra su rostro. - Odio esto… -

Dirigió la vista hacia el exterior para ver cómo Ryder, Ace y los cachorros salían de la tienda de Katie para regresar al cuartel en un auto conducido por la piloto, o al menos eso parecía por la dirección que habían tomado. Suplicaba al cielo porque Sorensen se fuera de ahí lo antes posible, creyendo que su llegada había sido el inicio de sus problemas, aunque fuera consciente de que no era así. No sabía cómo haría para robar un fragmento del meteorito sin que alguien lo descubriera, no tenía una excusa convincente para querer llevarse consigo un pedazo de esa roca espacial. Pensó en la posibilidad de llegar con Ryder con una sonrisa y decir "oye, Ryder, ¿podrías darme un fragmento de tu meteorito? Mi primo Harold me está amenazando y no tengo otra opción", se rio ante aquella imagen en su mente, se sentía una estúpida por considerar seriamente esa alternativa, y entonces entendió que su situación no podía ser peor.

- "Supongo que es hora de convertirme en toda una Humdinger." - Pensó con ironía mientras soltaba una risita burlesca, todo aquello parecía un chiste de mal gusto. Se retiró el delantal y lo aventó al suelo sin más, cerró la puerta con seguro y caminó a paso lento hacia la torre de los Paw Patrol, pensando en cómo le diría a su amor prohibido que estaba a punto de robarle un pedazo de meteorito para dárselo a alguien que muy seguramente no tenía buenas intenciones. Pero no estaba dispuesta a perder a su nueva familia en Bahía Aventura, no ahora que finalmente comenzaba a tener una vida normal.

Mi vida ahora se resume en que sacrificaré la confianza de Ryder por la amenaza de una familia para mantener a otra…vaya estupidez más absurda.


¡YAHALLO! xHimemikoYukix aquí~

¡Llegó la actualización! Lamento la tardanza, tuve unos problemas en casa :'v pero al fin he terminado este capítulo! Espero que les haya gustado! QwQ ¿Qué hará Rinslet ahora? ¿Realmente le robará el pedazo de meteorito a Ryder para entregárselo a Harold? ¿O estará dispuesta a dejar que todos se enteren de que es hija del alcalde Humdinger? ¡Espero sus teorías!

¡Dudas, opiniones y comentarios son bien recibidos!

¡NOS LEEMOS!