RESCATA MI CORAZÓN
Capítulo 15: "Decisiones Egoístas"
Antes de que se diera cuenta, ya estaba frente a la torre de los Paw Patrol. El recorrido parecía haber sido más corto de lo usual a causa de la distracción que le provocaba el pensar en todo lo que estaba a punto de pasar.
Le sorprendió ver a los cachorros y a Ryder despidiéndose de Ace, quien preparaba todo en su avioneta para partir. La pelirroja se despidió con un beso en la mejilla del castaño, quien solamente sonrió y pareció decir "buen viaje", los cachorros movían sus colas emocionados, deseándole lo mejor mientras ella subía en "Amelia", su avioneta, y despegaba al poco tiempo, perdiéndose entre las nubes del cielo.
Rinslet soltó un suspiro de alivio, feliz de saber que esa chica no estaría ahí para causar más incomodidades y, a su vez, para que no supiera de lo que estaba a punto de hacer. Se quedó escondida entre los arbustos, pensando en cómo se llevaría un trozo de ese meteorito sin que Ryder o los cachorros se dieran cuenta. Mientras se encontraba distraída, llegó lo que parecía ser una señal divina: una llamada de emergencia. El Pup-pad del chico sonó, y la voz de una alterada alcaldesa Goodway podía escucharse hasta donde ella se encontraba, sabía que era cuestión de tiempo para que salieran algunos de los Paw Patrol, dejando menos vigilancia en el lugar para poder entrar.
Pasaron unos minutos, y se rio ante la forma irónica por cómo la vida la estaba ayudando: no solamente Ryder había salido en auxilio de la alcaldesa, sino que todos los Paw Patrol lo habían hecho. "Ja…maldita ironía…" Pensó, divertida de cómo parecía tener más suerte para robar que en su vida diaria. "Solamente queda un inconveniente…Perrobot." Se dijo mentalmente, observando que entre todos los ausentes faltaba únicamente un integrante de la Paw Patrol: Perrobot, el invento de Ryder.
Se mantuvo positiva en que lograría obtener el fragmento de meteorito que necesitaba para Harold, después de todo, creía que sería una crueldad del universo sacar a Ryder y los cachorros del cuartel para que Perrobot estuviera justamente en la habitación a la que necesitaba acceder. Tomó un respiro hondo y entró con cautela en la torre, agradecida de que todo estuviera despejado. Subió en el elevador para entrar en la habitación central, llegando finalmente a su objetivo: el meteorito. Lo miró fijamente por unos momentos, debatiéndose internamente en qué era más importante para ella: la confianza de Ryder o evitar que todos en Bahía Aventura la repudiaran. Le dolía bastante hacerle eso al chico del que estaba enamorada y que, al mismo tiempo, había sido su mejor amigo desde el día que había llegado a la ciudad. Todavía no podía entender cómo Harold (un total desconocido) había descubierto su relación sanguínea con los Humdinger, pero sin duda parecería ser alguien peligroso y no podía tomar sus amenazas a la ligera.
Observó el meteorito buscando una manera de obtener un trozo de él, pero no encontraba una respuesta. Planeaba darse por vencida cuando bajó la mirada al suelo y vio un pequeño fragmento tirado. Agradeció al cielo por ayudarla, pensando seriamente en que si todo estaba saliendo tan bien era porque hacía lo correcto. Tomó con un pañuelo que llevaba en su bolsillo el objeto, no sabía exactamente qué podía hacer si lo tocaba así sin más, por lo que decidió tomar precauciones. Suspiró aliviada al ver qué había conseguido lo necesario para mantener callado a Harold, por lo que se apresuró a salir de ahí con el fin de que Ryder o los cachorros pudieran encontrarla en ese lugar y comenzaran a hacer preguntas que no deseaba responder.
-"Lo siento mucho, Ryder…" - Pensó afligida, odiaba ese sentimiento de ocultarle algo a ese chico que había sido su confidente desde el día que llegó a Bahía Aventura, no soportaba el haber sido capaz de robarle con tal de mantener su secreto oculto, pero sabía que era la única manera en que su nueva familia no la perdería jamás. - "Harold vendrá mañana por él…y entonces estaré a salvo." -
Una vez que llegó a su casa, colocó el pedazo de meteorito (que seguía envuelto en el pañuelo) dentro de un alhajero de porcelana que pertenecía a su madre, el cual que atesoraba desde el día de su muerte. Pensó que sería el mejor lugar para guardarlo sin levantar sospechas en caso de tener alguna visita inesperada.
El día pareció correr más lento para ella, una presión en el aire la sofocaba en todo momento, al mismo tiempo que un golpe de calor la atacaba sin piedad. Revisó el clima de la ciudad varias veces en su celular, confirmando que la temperatura era relativamente fresca, y entendió entonces que sus malestares provenían del estrés que sentía ante toda la situación que Harold Humdinger había traído consigo. Intentó distraerse con diferentes cosas, pero simplemente no lograba centrar su mente en lo que hiciera, frustrándose a sí misma cada vez más. El tiempo pasaba de una manera tan lenta que los minutos se sentían como horas, algo que sin duda la hacía sentir peor. Cuando finalmente se dio por vencida ante su sentir con todo lo ocurrido, una luz cálida llegó a tranquilizarla.
-¡Hola, Rin! - Saludó el rubio con una sonrisa dulce mientras recargaba sus brazos sobre el mostrador de la vitrina para mirarla más de cerca. - ¿Día aburrido? -
-Will…qué sorpresa. - Dijo sorprendida, poniéndose de pie mientras intentaba lucir tranquila. - Creí que pasarías todo el día encerrado en tu habitación, Katie me contó que usualmente no veías la luz hasta que terminas de escribir la canción que tenías en mente. - Agregó, imitando la acción del chico para acortar la distancia entre ellos, dejando el mostrador como la "barrera" que los dividía.
-Y te dijo la verdad. - Respondió William con una sonrisa, colocando una de sus manos sobre la de ella. - Pero me inspiraste tanto que la terminé de inmediato. -
-Espera, ¿me escribiste una canción? - Preguntó apenada, sus mejillas se habían tornado de un color rojizo ligero, el cual se intensificó cuando el rubio asintió con esa sonrisa coqueta que le dedicaba cada vez con más frecuencia. - Vaya…no sé qué decir…es la primera vez que alguien hace eso por mí. -
-Bueno, ¿te gustaría escucharla? Me serviría mucho si me dieras tu opinión sincera al respecto, así puedes ayudarme a ver si necesito mejorar algo. - Sugirió Baker, entrelazando sus dedos con los de ella mientras acercaba más su rostro, quedando a pocos centímetros de distancia. - ¿Qué dices? -
-De acuerdo. - Asintió Rinslet, saliendo del mostrador para colocar el letrero de "CERRADO" en la puerta. - Vamos al cuarto. - Dijo, incitando a William que la siguiera, notando por primera vez la guitarra que traía con él. - Vaya, veo que venías preparado como si estuvieras seguro de que diría que sí. -
-Bueno, sabía que dirías que sí, soy irresistible. - Respondió con una sonrisa coqueta, sentándose en el borde de la cama de Rinslet mientras afinaba la guitarra.
-Tonto… - Murmuró con una risita, tomando asiento a un lado de él, observando lo que hacía.
-Es algo corta, pero tiene demasiado significado para mí. - Dijo el rubio con una sonrisa, tomando postura. - ¿Estás lista? - Preguntó mientras la veía de reojo, Rin asintió en silencio, prestando total atención. - Bien, aquí voy… - Murmuró, respirando profundo antes de comenzar.
-Te cuento que me encuentro enamorado, y siento que esta vez es la correcta, te cuento para mí ella es perfecta, con todos sus defectos y pecados. - Empezó a cantar el rubio con una voz suave y con movimientos perfectamente coordinados con la guitarra. Rinslet se sorprendió, era la primera vez que lo escuchaba cantar y sin duda tenía talento para ello. - Sé que con otras yo me he equivocado, sé que he dado contra el mundo y he perdido la esperanza. - Continuó Baker, mirando de reojo sus manos, intentando no cometer ningún error. - Porque aunque llevo cargas del pasado, cuando ella está a mi lado se equilibra la balanza, y nada me cansa… - Tomó un respiro rápido antes de seguir, aprovechando para ver de reojo a la castaña, quien tenía una expresión de asombro y tranquilidad al mismo tiempo, cosa que le provocó ternura. - No pienso dar ni un paso atrás, en el camino que me lleve hacia tus besos, no pienso en eso, se los confieso, hoy me arriesgo a todo sin mirar atrás. - Dirigió su mirada hacia ella con una sonrisa en el rostro, pero sin dejar de tocar o cantar, quería que Rinslet entendiera a la perfección hacia quién iba dedicada esa canción. - Si tú te vas, ya volverás, porque el destino sabe bien qué es lo correcto, y no habrá pretextos de espacio ni tiempo, solo formas nuevas de poder amar… - Recargó una de sus manos en el colchón para apoyarse, seguía observándola fijamente con una sonrisa. - ¿Y bien? -
-Es preciosa, Will… - Murmuró emocionada Rinslet, colocando sus manos en su pecho. - Es tan romántica y dulce al mismo tiempo que dan ganas de llorar…vaya, no sabía que fueras tan bueno cantando y componiendo. -
-Me alegro de que te gustara, tenía miedo de que no te gustara. - Dijo con sinceridad, soltando un suspiro de alivio.
-¡A cualquiera le encantaría, es muy hermosa! - Exclamó, acercándose a él.
-Pero a mí solo me importa que le guste a la persona a quien se la escribí. - Respondió, tomándola de la barbilla con suavidad. - A ti. - Agregó, dándole un beso en la frente, provocando un sonrojo intenso en el rostro de la castaña.
-Will… - Murmuró avergonzada, desviando la mirada mientras intentaba regular los latidos de su corazón, aquella acción la había tomado por sorpresa y los sentimientos que la canción le transmitió no ayudaban en mucho a calmar sus nervios. - Eres muy dulce conmigo…no lo merezco. - Dijo con voz decaída, sintiendo un nudo en la garganta al recordar a Ryder.
-¿Por qué dices eso? - Preguntó William confundido.
-Porque…estoy enamorada de alguien más. - Confesó, mirándolo de reojo. Entendía que William sentía algo por ella, y en el fondo eso la hacía sentirse culpable por estarlo usando para olvidar a su amor prohibido.
-Lo sé. - Respondió el rubio, sorprendiendo a la castaña que se giró a verlo. - Y entiendo que no puedas corresponderme por tener tan solo unos días de conocerme, pero yo te sabré esperar. - Dijo mientras la abrazaba por los hombros, pegándola a su pecho con su mano libre después de dejar la guitarra sobre la cama. - Eres una chica extraordinaria Rin, nunca lo olvides, y si él no puede verlo…yo siempre estaré aquí para ti. -
-Will… - Murmuró con la voz quebrada, sintiendo cómo las lágrimas comenzaban a brotar de sus ojos sin que pudiera evitarlo. - Desearía haberte conocido antes…quizá eso habría evitado que sintiera este dolor en mi corazón… - Dijo entre sollozos, rodeando la cintura del rubio con sus brazos.
William sonrió ante esto y recargó su cabeza sobre la de ella, rodeando su cuerpo con ambos brazos para corresponder el abrazo.
-Gracias por todo, Rin, recordaré cada momento que me regalaste con mucho cariño siempre. - Dijo con voz suave, depositando un beso en la frente de ella antes de retomar la posición que tenía segundos antes. - Eres una chica increíble, no lo olvides. -
-Te extrañaré demasiado cuando te vayas, realmente te he llegado a tener mucho cariño en estos días. - Respondió la castaña, separándose un poco para limpiar sus lágrimas. - Pero espero que la distancia no sea un muro para que sigamos siendo amigos. -
-Siempre seremos amigos, Rin. - Dijo con seguridad en su voz, esbozando una sonrisa. - ¿Te parece bien si hacemos juntos algo de cenar? Pasemos tú y yo solos el resto del día, ¿qué dices? - Sugirió, notando que comenzaba a anochecer.
-¿Y Katie? - Preguntó confundida, recordando a su amiga.
-Yo me encargo de eso. - Respondió Will guiñándole el ojo mientras llamaba a su hermana. - Hola, Kate. - Dijo con una sonrisa, observando a su hermana del otro lado de la pantalla.
-¡Hey, Will! ¿Qué pasa? - Preguntó con curiosidad la rubia, era raro que su hermano la llamara estando ahí en la misma ciudad.
-¿Te importa si me quedo a cenar con Rin a solas? - Agregó con tono sereno y una sonrisa victoriosa, como si ya conociera la respuesta.
-¡Por supuesto que no! Adelante, diviértanse, salúdame a Rin. - Respondió Katie con una sonrisa picarona.
-Gracias, nos vemos más tarde. - Agradeció Will, cortando la llamada y guardando de nuevo su celular. - Problema resuelto. -
-Hasta parece que se pusieron de acuerdo. - Reprochó Rin con los brazos cruzados, soltando una risita. - ¿Qué tienes en mente para la cena? -
-¿Sabes hacer sushi? - Cuestionó el rubio inmediatamente, sin quitar su vista de ella, Rinslet negó con la cabeza. - Bueno, hoy aprenderás. - Agregó, poniéndose de pie y extendiendo su mano hacia ella para ayudarla a hacer lo mismo. - Vayamos a comprar lo necesario antes de que cierren el supermercado. -
-De acuerdo. - Asintió la castaña, tomando su bolsa de mano para guardar su celular y sus llaves, saliendo detrás del mayor.
[...]
Un rato pasó, la noche había caído, pero afortunadamente habían conseguido todo lo necesario. William enseñó con paciencia y calma a Rinslet paso a paso la receta que conocía del platillo, y aunque la cena tardó un tiempo en estar debido a la lentitud de la chica, se sintieron satisfechos al ver el resultado de las clases que Baker le había dado.
Se sentaron a cenar mientras conversaban de sus hobbies, viendo que ambos compartían la afición por el canto y la música, aunque Rinslet no tocaba ningún instrumento en realidad. Las horas corrieron tan rápido que no se percataron de en qué momento se había llegado la medianoche, por lo que William ayudó a limpiar el desorden antes de irse.
-Bueno, supongo que llegó el momento de irme. - Dijo el rubio con un cierto tono afligido en su voz, como si no deseara hacerlo. - Te extrañaré. -
-Pero podemos vernos mañana, ¿no? - Preguntó Rin con una sonrisa, mirándolo fijamente.
Will la miró a los ojos unos segundos antes de contestar. - Sí, nos veremos mañana. - Asintió sin apartar su vista de ella. - Cierra los ojos, tengo algo para ti. -
-Sí… - Murmuró confundida, pero obedeciendo.
Will acercó su rostro lentamente hacia ella para darle un beso en la mejilla, nervioso por una extraña razón, ya que no había sentido algo así la primera vez que lo había hecho. Un ruido de entre los arbustos asustó a Rinslet, quien en un movimiento brusco abrió los ojos solo para encontrarse con la mirada incrédula de Baker, su rostro se sonrojó al igual que el de él cuando se percató que había provocado que sus labios se rozaran en un beso accidental. Ambos retrocedieron unos pasos para separarse mientras tocaban sus labios, se sentían avergonzados por la situación inesperada.
-Lo siento…no quería… - Murmuró Rinslet avergonzada, incapaz de verlo a su rostro. - Yo…yo… -
-Descuida, no fue nada… - Respondió William, mirándola de reojo. Notó una mirada extraña en su rostro, por lo que rápidamente una posibilidad vino a su mente. - Rin… ¿Fue tu primer beso? -
Rinslet lo miró de reojo sonrojada, asintiendo lentamente sin dejar de tocar sus labios con la yema de sus dedos.
-¡Ah, soy un idiota! - Exclamó Will, golpeando su frente con una de sus manos mientras la otra sostenía su guitarra. - Yo solo quería darte un beso en la mejilla, lo juro, ¡jamás fue mi intención robarte tu primer beso! - Se disculpó avergonzado, cubriendo su rostro con su mano. - Perdona…imagino que te hubiera gustado dar tu primer beso con la persona que te gusta y no conmigo… -
-Está bien… - Murmuró Rin con voz temblorosa, llamando la atención del chico. Desvió su mirada hacia un lado mientras el sonrojo se intensificó en sus mejillas, su mano ocultaba parcialmente sus labios. - No me molesta…que hayas sido tú… - Confesó apenada, incapaz de verlo a los ojos. - Además, no puedo estar con esa persona… -
-Ya…ya veo… - Tartamudeó el rubio desviando la mirada, intentando mantener la calma. - Creo que deberías decirle a Katie, merece saberlo. -
-Pe-pero fue un accidente… - Dijo en voz baja, mirándolo de reojo.
-No hablo del beso. - Respondió William, confundiéndola. - Hablo sobre Ryder. -
-¡¿E-Eh…?! - Exclamó sorprendida, ¿tan obvios eran sus sentimientos? - ¿De qué hablas? -
-No intentes mentirme por favor, es demasiado obvio que Ryder es quien te gusta. - La interrumpió el rubio, soltando un suspiro pesado. - Si consideras a Kate como tu amiga, entonces deberías decírselo, sería muy duro para ella enterarse por alguien más. -
Rinslet se quedó en silencio mientras bajaba la mirada, sabía que William tenía toda la razón en sus palabras, cuanto más dejara pasar el tiempo, más difícil sería confesarle a Katie sus sentimientos por Ryder, aun cuando estuviera dispuesta desde el comienzo a no intentar nada con él por respeto a su amiga.
-Sé que tienes miedo de hacerlo, pero ella valorará el que seas honesta ante todo. - Agregó Baker, colocando una mano en el hombro de Rin. - Kate entenderá perfectamente que te hayas enamorado de él, es normal ¿sabes? Los humanos somos capaces de controlar nuestras emociones, pero no podemos controlar nuestros sentimientos, eso incluye a la persona de quien nos enamoramos. - Explicó con una sonrisa, acariciando el cabello castaño de la chica. - Creo que es hora de que vaya a casa, pasa una bonita noche. -
-Sí… - Asintió Weskfield, mirándolo de reojo. - Nos vemos mañana. -
Will la miró por unos segundos y esbozó una sonrisa ligera. - Nos vemos… - Murmuró mientras acariciaba su mejilla con suavidad, como si quisiera grabar cada detalle de ella. - Gracias por todo, Rin. - Agregó, dando media vuelta para irse a su casa.
Rinslet lo vio entrar y después regresó al interior de su hogar para ir a su habitación, cambió la ropa que llevaba puesta por su pijama para meterse a la cama, incapaz de procesar todo lo que había pasado ese día. Dirigió la mirada hacia el alhajero de su madre, recordando que dentro de unas horas Harold aparecería en su panadería para reclamar aquel trozo de meteorito a cambio de su silencio. Deseaba que el chico cumpliera su palabra de verdad, odiaba el hecho de que supiera su secreto porque siempre existía la posibilidad de que volviera para chantajearla con otra cosa. Pensó en la canción que Will había escrito para ella, y no pudo evitar recordar a Ryder y todos los sentimientos que le provocaba. Sabía que necesitaba eliminar ese amor de su interior, pero cada día parecía fortalecerse más, aunque ni siquiera pasara tiempo con él, y eso mismo la hacía sentir la peor persona del mundo por robarle a sus espaldas con tal de cumplir su deseo egoísta de no perder lo que consideraba preciado para ella. Cerró los ojos intentando conciliar el sueño, segura de que aún si se quedara dormida no podría descansar en lo más mínimo.
Por otro lado, en la residencia Baker, William se encontraba recostado en su cama viendo hacia el techo, perdido en aquel momento donde sus labios se unieron a los de Rinslet. Acarició suavemente sus labios con la yema de su dedo, intentando grabar en ellos el tacto que la chica había dejado ahí. Sentía remordimiento por lo que haría al día siguiente, pero trataba de convencerse a sí mismo de que esa era la única manera en que no la lastimaría, aún si era un deseo egoísta de su parte. Cerró sus ojos para dejarse mecer por el sueño, quedándose dormido mientras recordaba el rostro de Rin y el suave beso que habían compartido de manera accidental.
"Todo el mundo tiene un deseo egoísta…el problema está en cuánto daño causarás por llevarlo a cabo."
¡YAHALLO! xHimemikoYukix aquí~
¡Nuevo capítulo! ¿Qué les ha parecido? A que no se esperaban el beso ¿verdad? 7v7 bueno...Rinslet finalmente obtuvo el fragmento de meteorito para Harold, ¿se lo entregará o le dirá lo que sucede a Ryder? ¿Será capaz de contarle sus sentimientos sobre Ryder a Katie? ¿Will se rendirá con Rinslet? ¡Esperen la actualización!
PD: La canción que Will canta se llama "La Correcta" de Morat y Nabález, pero en youtube pueden buscar el cover de Coke Santin de esa canción, dura un minuto y algo, así podrían visualizar a William cantándola con su guitarra oyendo ese cover de fondo jajajaja
¡Dudas, opiniones y comentarios son bien recibidos!
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