RESCATA MI CORAZÓN
Capítulo 16: "Daño Colateral"
La mañana llegó, pero ella no sentía que hubiera descansado en lo absoluto. Había pasado la noche dando vueltas por su cama, producto de los miles de pensamientos que rondaban por su mente. Cuando sintió que no podía más con la situación, se levantó y caminó directamente a su closet para cambiarse de ropa. Se arregló lo más rápido que pudo, guardó el trozo de meteorito (aún envuelto en el pañuelo) dentro de su bolsa de mano y salió de su casa, dirigiéndose a la residencia Baker. Tocó a la puerta en repetidas ocasiones, hasta que finalmente una somnolienta Katie (aún con su pijama puesta) abrió.
-Buenos días, Rin. - Saludó la rubia, soltando un bostezo. - ¿Qué haces aquí tan temprano? -
-Perdona si te desperté, Katie…me gustaría hablar con Will, ¿te importaría llamarlo? - Preguntó ligeramente avergonzada, mirando de reojo a su amiga, todavía se sentía extraña debido al beso de la noche anterior.
-¿Eh? ¿No te lo dijo? - Cuestionó Katie con sorpresa, el rastro de sueño que quedaba en ella se había disipado.
-¿Decirme qué? - Murmuró Rinslet, por alguna razón aquella pregunta la había hecho tener un mal presentimiento.
-Will tuvo que irse antes de lo esperado, no sé exactamente qué pasó, pero tuvo que adelantar su regreso, se fue en el primer tren esta mañana. - Explicó la chica, soltando un suspiro mientras cruzaba los brazos. - Cuando llamó ayer para avisarme que pasaría el resto del día contigo, supuse que era su forma de despedirse de ti, creí que ya te lo había dicho… -
-No…no lo hizo… - Murmuró la castaña bajando la mirada, las lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos. ¿Por qué se había ido sin despedirse de ella? ¿Por qué no le mencionó nada? Por mucho que se lo preguntaba, no encontraba una respuesta.
Katie miró la expresión de su amiga y sintió una punzada en el corazón, sabía que a su hermano le gustaba Rinslet, por lo que no entendía que se hubiera ido sin decirle nada, él jamás había sido así, ni siquiera con las chicas que no le interesaban en absoluto.
-Sí gustas puedo darte su número para que hables con él. - Sugirió la rubia en un intento de animar a su amiga.
Rinslet negó con la cabeza. - Perdón por despertarte, nos vemos más tarde. - Dijo mientras limpiaba sus lágrimas, dando media vuelta para volver a casa.
-¿Estás segura? - Preguntó Katie, claramente preocupada por ella.
-"No. No estoy segura de nada." - Pensó dentro de ella, girándose a ver a su amiga con una sonrisa. - ¡Sí, nos vemos! ¡Descansa! - Exclamó intentando fingir tranquilidad y retomó su camino hacia su casa, dejando a Katie preocupada en el umbral de su casa.
-Cuídate. - Fue todo lo que salió de la boca de la menor de los Baker antes de volver al interior de su casa, cerrando la puerta. Soltó un suspiro amargo, al mismo tiempo que miraba la puerta de la habitación vacía de su hermano. - ¿Por qué le hiciste eso, Will? ¿Por qué te fuiste antes? ¿Acaso estabas huyendo de Rin por alguna razón que no me has contado? No entiendo nada… - Replicó como si él pudiera escucharla, soltando otro suspiro al no tener respuesta a sus preguntas.
-Adelantó su viaje y se fue sin decirme nada…claro, obtuvo lo que quería de mí y decidió huir para no darme la cara…creí que éramos amigos, vaya idiota fui… - Se dijo Rinslet a sí misma, abrazando con fuerza su peluche mientras estaba tirada en la cama. Tocó con suavidad la placa de su collar, recordando el momento en que Ryder se lo había obsequiado. - Me pregunto si algún día lo perderé…no soportaría que tú me hicieras algo como eso… - Murmuró, cerrando los ojos.
El sonido de la puerta siendo tocada frenéticamente con fuerza la despertó de golpe. No se percató en qué momento se había quedado dormida ni cuánto tiempo pasó, simplemente cerró sus ojos hasta que aquel molesto ruido comenzó. Se puso de pie y caminó hacia la entrada, abriendo la puerta sólo para encontrar a la persona que menos deseaba ver, pero que sabía que era inevitable hacerlo.
-Buenos días, prima. ¿Lo conseguiste? - Preguntó Harold con una sonrisa mientras cruzaba los brazos y clavaba su mirada en ella.
Rin lo miró unos segundos, dudando de su respuesta. - Sí, lo tengo… - Confesó finalmente, bajando la mirada al suelo. - Necesito que me jures por lo que más te importa que nunca dirás nada…y que no volverás a chantajearme con esto jamás. -
-Lo juro, prima, los Humdinger podemos ser malos, pero no traicionamos a los nuestros jamás. - Respondió el rubio con una sonrisa, colocando una mano en su pecho. - A fin de cuentas, ambos compartimos la misma sangre, así que puedes estar tranquila de que nada saldrá de mi boca si me entregas ese trozo del meteorito. -
Rinslet lo miró fijamente, dudando por unos momentos de si se lo entregaría o no. Harold comenzó a insistir y a amenazar nuevamente, ejerciendo presión sobre ella. Se mordió el labio inferior frustrada, y finalmente metió la mano en su bolso de mano, sacando de ahí el pañuelo que contenía el pedazo de meteorito. Apenas lo extendió hacia el rubio, este se lo arrebató de las manos, gritando con victoria mientras sus manos comenzaban a brillar de color amarillo.
-¡Sí, mis poderes de invención regresaron! ¡Ahora puedo volver a construir mi super robot impulsado con un trozo del meteorito para convertirme en el alcalde de todo el mundo! - Exclamó con una risa malvada, creando una especie de patineta voladora. - Gracias, prima, fue un placer hacer tratos contigo. - Dijo con cinismo, subiendo a la patineta y alejándose a toda prisa de ahí.
Rinslet lo miró con preocupación, algo dentro de ella le decía que había tomado la peor decisión, pero ya nada podía hacer…mentira, le quedaba una opción. Pero no le gustaba para nada.
[...]
Las horas pasaron lentamente, y Rinslet intentaba olvidar todo lo sucedido. Una tormenta había azotado Bahía Aventura, un evento bastante raro considerando que apenas unos momentos atrás habían tenido un clima tranquilo. Tenía un mal presentimiento, y a pesar de la fuerte lluvia, finalmente tomó valor para hacer la llamada a la que tanto temía.
-¡Hola, Rinslet! ¿Sucedió algo? - Preguntó amablemente Ryder del otro lado de la pantalla.
-Hola, Ryder…necesito que vengas a verme, debo decirte algo. - Dijo con voz temblorosa, le costaba hablar debido al fuerte golpeteo de su corazón contra su pecho.
-Está diluviando, ¿tiene que ser ahora? - Cuestionó confundido, no le gustaba la expresión en el rostro de la castaña.
-Lo sé, pero de verdad necesito hablar contigo… - Insistió, preocupando aún más más al chico.
-De acuerdo, estaré ahí en unos minutos. - Asintió Ryder, cortando la llamada.
Rinslet se quedó viendo la pantalla de su celular, el temblor en su mano seguía presente, y dudaba que desapareciera pronto.
-Debo decirle…no puedo mentirle, no a él… - Se dijo a sí misma, tratando de convencerse de que había tomado la mejor decisión.
Esperó en el sofá de la entrada a qué Ryder llegara, se sentía nerviosa y asustada, no sabía cómo tomaría la noticia de que había entrado a robar un pedazo de meteorito a su cuartel para dárselo a Harold. La lluvia en el exterior resonaba con fuerza, así que no escuchó el ruido del todo terreno hasta que se detuvo frente a su casa. Apretó inconscientemente la placa de su collar con su mano, esperando a escuchar la puerta.
-¡Rinslet, soy Ryder! - Exclamó el chico, tocando de manera agitada. - ¿Puedo entrar? -
-Sí, pasa. - Respondió ella sin moverse de su lugar.
El castaño abrió la puerta y la cerró rápidamente, estaba totalmente empapado de agua helada, provocando que temblara del frío mientras de abrazaba a sí mismo. Rinslet se puso de pie y le ofreció una toalla, se sentía apenada por haberlo hecho ir con el clima que hacía afuera.
-Perdona… - Se disculpó, bajando la mirada.
Ryder negó con una sonrisa. - No hay problema, dime, ¿por qué necesitabas verme con urgencia? - Preguntó preocupado mientras secaba su cuerpo con la toalla, en ese momento agradeció usar su chaqueta impermeable de manga larga de la Paw Patrol.
-Hice algo horrible, y necesito decírtelo porque me está matando por dentro. - Dijo con voz temblorosa, intentando mantener la tranquilidad pese al mar de emociones que tenía en su interior.
Ryder sonrió suavemente, tomó la mano de Rinslet con dulzura y la guio hacia el sofá para que tomara asiento, sentándose a su lado mientras terminaba de secar su cabello con la toalla.
-Te escucho. - Dijo con una sonrisa, mirándola fijamente.
A pesar de que sus labios se movían, no era capaz de pronunciar palabra alguna. Un nudo en su garganta le impedía hablar, su miedo la estaba consumiendo desde el interior. El pup-pad del chico sonó, cortando el incómodo silencio.
-Hola, alcaldesa, habla Ryder. - Respondió amablemente, mirando a la mujer del otro lado de la pantalla.
-¡Ryder, es una super emergencia! - Exclamó alterada la alcaldesa Goodway, moviendo su brazo libre frenéticamente. - ¡Harold Humdinger volvió con su robot gigante y está desapareciendo los edificios de Bahía Aventura! -
-¡Oh, no! Parece que recuperó sus poderes, pero no se preocupe alcaldesa, ¡ningún robot es demasiado grande para un Paw Patrol! - Respondió Ryder con una sonrisa, cortando la llamada para sacar el compartimiento de su pup-pad donde se encontraban los botones de llamada para emergencia, pero antes de presionarlo fue detenido por Rinslet. - ¿Qué pasa? -
-Ayer que los cachorros y tú salieron a una emergencia…entré al cuartel a robar un trozo del meteorito, y…se lo entregué a Harold… - Confesó, incapaz de verlo al rostro. - Lo siento… -
Ryder no respondió. Simplemente apartó la mano de Rinslet de la suya para presionar el botón, activando la señal en los collares de los cachorros. - Mighty Pups, llamada de alerta. - Anunció, cerrando el compartimento nuevamente y poniéndose de pie. - Tengo que volver al cuartel, ¿eso era todo lo que tenías que decirme? -
-Sí… - Asintió Rinslet, mirándolo de reojo. - Lo lamento mucho…no quería… -
-Hablaremos después de esto, primero tengo que detener a Harold. - Interrumpió Ryder, saliendo de la casa para volver a toda prisa en su cuatrimoto al cuartel a pesar de la tormenta.
El ajetreo en Bahía Aventura podía escucharse entre el ruido de la lluvia, y una punzada la golpeó en el pecho. "Ah…esto apesta…" pensó, soltando una risita irónica. Se puso de pie y tomó una chaqueta impermeable, dispuesta a correr hasta la torre de los Paw Patrol. "Todo esto sucede por mi culpa, debo hacer algo para remediarlo" se dijo a sí misma, corriendo a toda prisa bajo la helada agua que caía sin piedad sobre la ciudad.
Se sorprendió de ver un robot gigante de color morado en el terreno de Ryder, y supuso que ese sería Harold buscando apoderarse del resto del meteorito. Apresuró su paso para llegar lo antes posible, pero el resbaladizo asfalto del puente la hizo caer con fuerza en el suelo, torciendo su tobillo. "Maldita sea…" pensó, poniéndose de pie con dificultad mientras se sostenía del barandal del puente, continuó corriendo a pesar del fuerte dolor que sentía, pero no estaba dispuesta a dejarse vencer por un Humdinger ni por una tormenta.
Conforme se acercaba al cuartel, podía divisar a los cachorros con distintos trajes y usando superpoderes, supuso inmediatamente que serían sus uniformes como "Mighty Pups". Observó a Ryder dando órdenes mientras volaba junto a Skye usando su traje jet rojo, aquel que le había visto usar el día que Ladybird le robó su placa.
-¡Rinslet, cuidado! - Exclamó Marshall repentinamente.
Rinslet reaccionó al grito de Marshall, pero fue tarde para moverse. No se había percatado de lo cerca que estaba del robot de Harold, y que este por poco la golpeaba con su pierna de no ser porque Rubble logró desviarlo a tiempo al empujarlo. No obstante, el robot retrocedió algunos pasos para equilibrarse, tirando en el camino un árbol que estuvo a punto de caer encima de Rinslet, de no ser porque Marshall la empujó para salvarla, quedando atrapado debajo de él.
-¡Marshall! - Gritó Rin angustiada al ver qué el cachorro no salía por ningún lado.
Rubble corrió rápidamente para levantar el árbol con su super fuerza, permitiendo que Rin jalara con ella al cachorro malherido, quien había perdido el conocimiento por el fuerte impacto que recibió.
-¡Oh, no! - Dijo Ryder al ver lo que había sucedido, bajando hacia ellos. - ¡Marshall! ¡Responde, Marshall! – Le llamó, pero fue inútil, no recibió respuesta. – Rinslet, llévalo adentro de la torre, no es seguro que estén aquí. –
-S-Sí. – Asintió ella, tomando al cachorro en sus brazos para levantarse, pero el fuerte dolor en su pierna la hizo caer con fuerza, recibiendo un golpe en la espalda por no amortiguar su caía al haber protegido a Marshall en sus brazos.
-¿Estás herida? – Preguntó, observando su tobillo que se había coloreado de morado por el daño que había recibido. - ¡Mighty Zuma, ven aquí y cuida de Marshall y Rinslet! – Ordenó el castaño, mirando a su cachorro chocolate.
-¡A la orden! – Asintió Zuma, parándose en modo defensivo frente a Rin y el dálmata malherido.
-Gracias. – Dijo Ryder con una sonrisa, volviendo a elevarse en el cielo para ver fijamente a Harold. - ¡Bien! ¡Mighty Pups, hay que sacar el pedazo de meteorito que está en la mochila del robot! -
-¡Entendido, jefe Ryder! - Respondió Chase, corriendo a una super velocidad alrededor de Harold.
-¡Nunca me atraparán! - Exclamó Harold desde un altavoz, comenzando a alejarse en su robot.
-¡Mighty Pups, andando! - Ordenó Ryder, persiguiendo al chico Humdinger junto a los cachorros, a excepción de Marshall que seguía inconsciente en el regazo de Rinslet y Zuma que se había quedado a ayudarla.
Weskfield se sentía horrible ante lo que sucedía. No sabía qué hacer, pero era consciente de que tenía que actuar rápido. Marshall estaba malherido por protegerla, y sin él, que era el médico de los Paw Patrol, no había nadie más para curarlo. Rinslet levantó la vista, encontrando su respuesta: el meteorito. "Él les dio sus poderes…quizá…si lo toco, yo también…" pensó, volviendo a mirar al dálmata, quien seguía inconsciente. "Tengo que intentarlo." Se dijo a sí misma, dispuesta a todo con tal de ayudar al cachorro que siempre estaba ahí para ella.
-¡Zuma, cuida de Marshall! - Exclamó, llamando al labrador, quien corrió hacia ellos rápidamente.
-¿A dónde vas? - Preguntó preocupado, parándose al lado del can bombero. - Estás herida, Ryder dijo que permanecieras aquí por tu seguridad. -
-Lo sé. - Respondió Rinslet, poniéndose de pie con dificultad, todavía le dolía la pierna herida. - Pero debo hacer algo, no puedo quedarme todo el tiempo esperando a que Ryder y ustedes me salven. - Insistió ella, acariciando la cabeza de Zuma. - Cuídalo, volveré pronto. - Finalizó, comenzando a correr con todas sus fuerzas hacia el interior del cuartel, tratando de ignorar las dolorosas punzadas por cada paso.
-Ten cuidado… - Murmuró Zuma, abrazando al cachorro inconsciente con una de sus patas, protegiéndolo con su cuerpo de cualquier cosa. - Yo te protegeré, Marshall. - Dijo en voz baja, mirando cómo todos los demás continuaban luchando contra el robot de Harold.
-Vamos… - Murmuró Rinslet para sí misma, colocándose el chaleco de los Paw Patrol Ryder y atando su cabello en una coleta con el listón de su diadema. - Yo puedo… - Se alentó a sí misma, mirando el meteorito frente a ella. Respiró profundo y extendió su mano hacia él, tocando con cuidado el asteroide. - Por favor…por favor…dame el poder para sanarlo… - Suplicó, pegando su cuerpo a él. - Por favor. - Repitió, pero nada sucedió. Golpeó con fuerza la roca, desesperada por su propia impotencia para ayudar a quienes siempre estaban ahí para ella. Uno de sus golpes hizo que un pequeño fragmento cayera, dejando un pico filoso que cortó la palma de su mano. - ¡Ay! - Gimió adolorida, retrocediendo un paso. Miró el fragmento en el suelo, recordando cómo un pedazo similar a ese le había dado sus poderes a Ladybird y a Harold, pensando en que quizá esa era su respuesta.
Lo recogió del suelo con sumo cuidado y bajó rápidamente por el elevador para dirigirse al taller de Ryder, sabía que necesitaba fijar ese fragmento a ella para que los poderes funcionaran. Le tomó unos minutos encontrar la cinta adhesiva, con la que pegó el pedazo de meteorito a la parte trasera del comunicador en su cuello, sintiendo un golpe eléctrico por todo su cuerpo. Sus manos comenzaron a brillar de color blanco, y tocó con uno de sus dedos la parte herida en su palma, que se curó rápidamente y se desvaneció. Sonrió aliviada con lágrimas en sus ojos, feliz de que su petición hubiera sido escuchada.
Corrió rápidamente hacia afuera del cuartel, notando cómo los rayos de la tormenta eran cada vez más fuertes, provocando que los Mighty Pups perdieran a Harold. Se dirigió hacia Zuma y Marshall, quienes seguían tal cual los había dejado momentos atrás.
-¡Rin, volviste! - Exclamó Zuma, feliz de verla sana y salva. - Los demás están persiguiendo a Harold, ¡está escapando hacia Bahía Aventura! -
-Descuida, pronto los alcanzaremos. - Respondió Rinslet, colocando sus manos sobre el cuerpo de Marshall, el cuál comenzó a brillar con la misma luz blanca de sus manos.
-¿Tienes…poderes? - Preguntó el labrador, sorprendido de lo que veía. - ¿Fuiste a tomar un fragmento del meteorito? -
Rinslet asintió. - Marshall está herido por mi culpa, era lo menos que podía hacer. - Explicó, notando cómo el cachorro comenzaba a despertar. - Ryder y los demás nos necesitan, debemos detener a Harold cueste lo que cueste. -
-Ugh… - Murmuró Marshall, abriendo sus ojos. - ¿Qué…me pasó? -
-¡Marshall, despertaste! - Exclamó Zuma, aliviado de que estuviera funcionando. - Un árbol te cayó encima y perdiste el conocimiento, pero Rin te curó con sus nuevos poderes. -
-¿Obtuviste poderes del meteorito? - Preguntó el dálmata, poniéndose de pie, se sentía como nuevo. - ¡Eso es súper! -
Rinslet sonrió. - Tenía que hacerlo, después de todo, me salvaste. - Dijo, poniéndose de pie. - Vayan por sus vehículos, es hora de ir a apoyar. - Ordenó, regresando al interior del taller.
-¡Woof! - Respondieron ambos, corriendo hacia sus vehículos Mighty para ir a alcanzar a los demás.
-¡Puedes venir conmigo! - Dijo Marshall, buscando a Rinslet con la mirada. - Hay suficiente espacio aquí. -
-Gracias, Marshall. - Respondió la castaña, colocándose el casco que Ryder había hecho para ella. - Te tomaré la palabra, necesitamos llegar lo antes posible con los demás. - Dijo con una sonrisa, subiendo al asiento del copiloto en el bombero Mighty del cachorro, colocándose el cinturón de seguridad. - Bien… ¡Mighty Pups entra en acción! - Exclamó emocionada, haciendo que Marshall y Zuma comenzaran a conducir a toda velocidad luego de que los cachorros aullaron de forma afirmativa y aceleraron para alcanzar a los demás.
"Tengo que arreglar el problema que causé."
¡YAHALLO! xHimemikoYukix aquí~
¡Y llegó al fin la actualización! Tuve un poquito de problemas para escribir este cap, tuve que editarlo bastante, pero creo que quedé satisfecha con el resultado XD ¿Qué les ha parecido? ¿Qué pasará ahora? ¿Por qué Will se fue así de la nada? ¿Cómo reaccionará Ryder con Rinslet por lo que sucedió? ¡Espero sus teorías!
¡Dudas, opiniones y comentarios son bien recibidos!
¡NOS LEEMOS!
