RESCATA MI CORAZÓN

Capítulo 17: "Primer Paso"

Había sido una batalla difícil, pero gracias al esfuerzo de los Mighty Pups lograron retirar y recuperar el fragmento de meteorito que Harold había obtenido, por lo que el chico regresó a Fondo Brumoso frustrado debido al fracaso de su plan para crear su propia ciudad donde ser alcalde, construida a base de robar los edificios de Bahía Aventura con su teletransportador.

Rinslet intentó mantenerse en las sombras, no quería que Harold se diera cuenta de que estaba ayudando a Ryder y los cachorros a vencerlo, no quería arriesgarse a que dijera toda la verdad respecto a su relación sanguínea. Una vez que todo pasó y la calma llegó a Bahía Aventura, la tormenta se disipó para dar paso a un cielo estrellado hermoso, un ambiente que habría disfrutado sin duda en otro momento, pero el temor de escuchar lo que Ryder tenía que decirle después del desastre causado por su culpa era más fuerte.

Los cachorros estaban ayudando a reparar los daños causados por Harold, Rinslet había curado su herida y las de todos los afectados con sus nuevos poderes. Ryder la miraba fijamente, esperando a que la última persona terminara de agradecer a Rinslet antes de irse, dejándolos totalmente solos en el cuartel.

-¿No dirás nada? - Preguntó finalmente la castaña, odiaba sentirse nerviosa mientras él mantenía su vista en ella totalmente callado.

-¿Por qué lo hiciste? - Cuestionó Ryder, cruzando los brazos.

-Harold llegó a mi tienda diciendo que era mi primo…yo ni siquiera lo conocía, y aun así él sabía perfectamente que éramos familia, que yo era…hija del alcalde Humdinger. - Explicó con voz temblorosa, no se había girado a verlo por la vergüenza que sentía. - Me prometió que no diría nada si le entregaba un trozo del meteorito…que sabía que era muy unida a ti, y que por eso no tendría problema en conseguirlo… -

-¿Cuándo dejarás de tenerle miedo a tu pasado? - Preguntó Ryder con voz serena, confundiendo a Rinslet ante aquella cuestión. - Entiendo que temas a que el mundo sepa la verdad sobre el alcalde y tú, pero te estás haciendo más daño a ti misma ocultándolo. - Explicó, dando unos pasos hacia ella para colocar su mano en el hombro de la chica. - Ve todo lo que sucedió por intentar callar a Harold. -

-¡Lo sé, lo entiendo! Pero…es difícil vivir 12 años de tu vida preguntando por qué tú padre te abandonó sin siquiera conocerte y de repente descubrir que esa persona que quisiste conocer es el ser más despreciable que has conocido en los últimos meses. - Replicó, apretando los puños. - Sé que nada justifica lo que hice, y entenderé si no quieres volver a hablar conmigo… -

-Lo único que quiero es que estés bien. - Interrumpió el castaño, colocando una mano en el hombro de Rinslet. - Me importas demasiado y no me gusta ver que te lastimes a ti misma de esa manera. - Explicó, soltando un suspiro. - ¿Crees que Harold cumplirá su promesa? ¿Confías en que no volverá una y otra vez a chantajearte para mantener tu secreto? Le estás dando poder sobre ti y no debería ser así. -

-Tengo miedo, Ryder…no quiero perder a nadie. - Respondió Rinslet entre lágrimas, mirándolo de reojo. - No quiero perder todo de nuevo… -

-No lo harás, estoy seguro. - Afirmó el chico, sonriéndole dulcemente. - Y si alguien te juzga por algo que no decidiste tú, yo estaré a tu lado siempre. - Agregó, limpiando las lágrimas de Rin. - Y puedes quedarte el chaleco, te queda muy bien. -

Rinslet se sonrojó ante aquel comentario inesperado, había olvidado por completo que usaba uno de los chalecos de Ryder que tomó sin autorización.

-Lamento haberlo tomado sin tu permiso. - Se disculpó, agachando la cabeza avergonzada. - Lo hice sin pensar. - Agregó, soltando un suspiro. - ¿No estás enojado conmigo? Quiero decir…entré a robar a tu cuartel… -

Ryder negó con la cabeza. - Decepcionado, sí, abusaste de la confianza que te di al mostrarte cada rincón del cuartel. - Respondió, cruzando los brazos. - Pero no estoy enojado, porque arreglaste tu error cuando te ofreciste a curarlos a todos. -

-Era lo menos que podía hacer después del desastre que Harold causó con mi ayuda. - Agregó decaída, retirando el pedazo de meteorito que había pegado en su placa. - Toma, esto estará más seguro contigo. - Dijo, entregándole el objeto al castaño. - Lamento haberte robado dos veces. -

-Disculpa aceptada. - Respondió con una sonrisa, tomando el fragmento. - Pero podrías pagarme por todos los problemas del día de hoy con unas buenas tartas de manzana. -

-¿Estás chantajeándome? - Cuestionó arqueando una ceja.

-Sí. - Asintió con simpleza, cruzando los brazos. - ¿Algún problema? -

–Eres cruel, pero justo. - Dijo con una sonrisa, observando el cielo. - Es hora de volver a casa, ya es muy tarde. -

-Yo te llevo, vamos. - Sugirió, entrando al cuartel junto a ella para ir hacia la cochera, donde su todo terreno se encontraba. Alistó los cascos y esperó a que ella estuviera segura antes de partir. Rinslet no pudo evitar abrazar a la cintura de Ryder y apoyar su mejilla en uno de los hombros del castaño, sin duda estar así de cerca de él siempre era reconfortante para ella.

-Estoy lista. - Informó, apretando el agarre de sus manos.

-Vamos entonces. - Respondió Ryder, encendiendo su todo terreno y emprendiendo camino hacia Bahía Aventura. - El cielo de la ciudad siempre es más hermoso después de una tormenta. - Dijo con una sonrisa, observando cómo las estrellas resplandecían hermosamente junto a la luna, reflejándose en las calmadas aguas que rodeaban el lugar.

-Sí…es precioso. - Murmuró Rin con suavidad, sonrojándose ligeramente. - "Es un ambiente tan romántico…me pregunto si él lo verá de la misma manera…" -

El recorrido fue más rápido de lo esperado, o así lo sintieron ambos chicos. El joven bajó primero para ayudarla a bajar con cuidado, quedándose en silencio juntos mientras veían el cielo estrellado.

-Es un poco romántico, ¿no crees? - Preguntó Ryder con una sonrisa, girándose a verla.

-Lo mismo estaba pensando. - Apoyó la castaña, correspondiendo la sonrisa. El recuerdo del beso accidental con Will vino a su mente, haciendo que desviara la mirada sin decir nada más.

-Bueno, supongo que eso fue todo por hoy. - Agregó Ryder, subiendo a su cuatrimoto para regresar al cuartel. - Nos vemos después. -

-¡Espera! - Exclamó Rinslet, colocando su mano sobre la de Ryder que estaba encima del manubrio. - En realidad…quiero pedirte un favor. -

-¿Qué cosa? - Cuestionó confundido, mirándola. Rinslet bajó la mirada, pero él podía notar con claridad el rubor en sus mejillas.

-En tres semanas es el festival de Bahía Aventura…y me gustaría participar en el evento de cierre… - Dijo con voz temblorosa, intentando controlar los nervios que sentía.

-¡Eso sería increíble! - Apoyó Ryder con una sonrisa, colocando la mano libre sobre la de ella (que aún se encontraba encima de su otra mano). - ¡Estoy seguro de que lo harás muy bien! -

-Sí, respecto a eso… - Continuó diciendo, respirando profundo antes de seguir. - Qui…quisiera que…que tú… - Tartamudeó, nerviosa. Miró de reojo el rostro de Ryder, quien claramente lucía confundido al no comprender lo que decía. Tomó valor y lo miró fijamente, era ahora o nunca. - ¡¿Podrías cantar conmigo ese día?! - Exclamó, cubriendo con sus manos su rostro sonrojado de la pena. Podía escuchar claramente los latidos de su corazón, y el silencio del castaño le parecía eterno.

-Nunca he cantado en público, pero me gustaría intentarlo contigo. - Respondió Ryder con su característica amabilidad, quitando las manos del rostro de Rinslet para verla. - Sería un honor para mí. -

-¿Lo-Lo dices enserio? - Preguntó, cuestionando si lo que había escuchado era producto de su imaginación.

Ryder asintió con una sonrisa. - Por supuesto, te dije que siempre puedes contar conmigo. -

-¡Muchas gracias, Ryder! - Exclamó emocionada, abrazándolo con fuerza. - ¡Te lo agradezco mucho! -

-No hay nada qué agradecer. - Respondió, correspondiendo el abrazo al tiempo en que sus mejillas se sonrojaban. - Siempre disfruto de pasar tiempo contigo. -

-Qué cosas dices… - Murmuró apenada, separándose de él. - Perdona, me dejé llevar por la emoción. -

-Descuida, no me molesta para nada. - Respondió Ryder, recuperando la compostura.

-Entonces prepararé todo y mañana te buscaré en el cuartel para mostrarte la canción. - Dijo con emoción reflejada en su voz.

-De acuerdo. - Asintió el castaño, acomodándose para partir. - Entonces te veo mañana. -

Rinslet asintió. - Nos vemos. - Agregó con voz suave, dándole un beso en la mejilla. - Buenas noches. - Dijo con una sonrisa, entrando a su casa con rapidez, intentando que Ryder no notara lo roja que se había coloreado su cara.

El castaño tocó su mejilla con la yema de sus dedos, como si intentara encontrar el dulce beso ahí. Sonrió de manera inconsciente, no podía resistirse a lo linda que podía llegar a ser. Se colocó su casco y partió de regreso al cuartel, pensando en que nunca le había llamado la atención cantar en público, apenas lo hacía frente a los cachorros o sus padres, y ahora había aceptado hacerlo frente a toda Bahía Aventura y la televisión por ella. Sí, Rinslet lo estaba cambiando, pero no le molestaba hacerlo.

Por su parte, Rin se encontraba recargada en la puerta de su casa, con las yemas de los dedos tocando suavemente sus labios, recordando el sentir de la mejilla cálida de Ryder. Esbozó una sonrisa encantadora, sintiéndose victoriosa por haber conseguido que aceptara cantar con ella y, como un plus, darle un beso en la mejilla. Se había puesto tan nerviosa que no tuvo el valor de ver el rostro de Ryder, por ello corrió lo más rápido posible para encerrarse y tranquilizar los fuertes latidos de su corazón que resonaban como tambores, o así lo sentía ella.

Nuevamente el recuerdo del beso con William vino a su mente, preguntándose por qué su primer beso no le había provocado la misma felicidad que aquél simple beso en la mejilla que acababa de robarle al castaño. La alegría de su corazón se cortó cuando las palabras de Baker vinieron a su mente: "Creo que deberías decirle a Katie, merece saberlo".

-¿Realmente podría decírselo…? No quiero perderla… - Murmuró para sí misma, soltando un suspiro. - Supongo que es algo inevitable, tendré que hacerlo tarde o temprano… - Dijo en voz baja, levantando la vista hacia el techo. - ¿Por qué te fuiste así, Will? Solo viniste a confundirme y te largaste… -

[...]

Katie se encontraba acostada cuando su celular comenzó a sonar. Extendió la mano hacia la mesita al lado de su cama para tomar el dispositivo, sorprendiéndose al ver el nombre de quien llamaba.

-¡Will! - Exclamó sorprendida, encendiendo la luz de la lámpara al mismo tiempo que aceptaba la videollamada. - Menos mal, estaba preocupada porque no te habías comunicado conmigo en todo el día. -

-Lo siento, tuve un día ocupado buscando un hotel dónde instalarme. - Se disculpó el rubio del otro lado de la pantalla, soltando una leve risita. - ¿Cómo está todo por allá? -

-Fue un día extraño, un robot gigante atacó la ciudad, pero bueno, Ryder y los Mighty Pups salvaron el día. - Explicó Katie con una risita nerviosa, soltando un suspiro. - Estoy decepcionada de ti. -

-¿Uh? Oh…ya lo sabes. - Murmuró con voz decaída, desviando la mirada hacia un lado.

-¿Por qué no te despediste de Rin? La vi muy triste cuando le dije. - Dijo la menor con mirada seria, suspirando nuevamente. - Te desconozco, Will. -

-¿Cuándo hablaste con ella? - Cuestionó el mayor, volviendo la mirada hacia su hermana.

-Hoy vino muy temprano a buscarte, parecía desesperada, le sorprendió mucho la noticia, y la verdad es que yo también estaba sorprendida de ver que Rin no sabía nada. - Explicó Katie, volviendo a recostarse mientras sostenía el celular sobre ella. - Te creí cuando me dijiste que realmente te gustaba, nunca creí que fueras capaz de hacerle algo así. -

-Nunca te mentí. -

-¿Entonces por qué no te despediste de ella? - Reprochó la rubia, incapaz de entender la situación.

-Es complicado… -

-Siempre has sido honesto conmigo, no entiendo por qué esta vez es diferente. - Replicó, girándose para quedar recostada de su lado izquierdo. - ¿Por qué te fuiste tan repentinamente? ¿Qué sucedió entre Rin y tú? -

-Porque se abrió demasiado conmigo, y aunque sospechaba todo desde el primer momento, que ella misma me lo confesara fue un golpe más duro de lo que pensé. - Dijo Will con voz suave, pero con dolor. - Sé que sonará estúpido, más porque literalmente tenía unos cuántos días de haberla conocido en persona, pero…lo que sentí el primer día que me hablaste de ella, y lo que me provocó cuando la vi ese día en la estación…no sé, simplemente es algo que jamás había sentido con nadie, fue…fue amor a primera vista. -

-Will…no sé qué decirte. - Murmuró Katie, se sentía culpable de alguna manera por todo lo que sucedía y no sabía cómo repararlo. - Rin está muy decepcionada, cree que solamente estabas jugando con ella…y siendo sincera, dudo que te perdone. - Agregó, sentándose nuevamente en la cama. - Es muy tímida y muy desconfiada, y si después de abrirse contigo tú le hiciste eso, lamento decirte que no creo que quiera volver a verte. -

Will guardó silencio unos segundos. - Lo sé. - Respondió, soltando un suspiro. - Mantenme al tanto de lo que suceda con Rin, por favor, te llamaré mañana. -

-Sí, buenas noches. - Asintió la rubia, sonriendo dulcemente.

-Buenas noches, te amo hermanita. - Se despidió, cortando la llamada.

Katie devolvió el celular a la mesa y suspiró, la visita corta de su hermano no había salido como ella esperaba. Ahora William estaba herido y Rinslet también, y ella no sabía qué hacer para remediar la situación. Apagó la luz para recostarse nuevamente, quedándose profundamente dormida mientras su mente seguía dándole vueltas a lo sucedido entre su mejor amiga y su hermano.

[...]

Habían pasado dos días. Rosette Sucre había permanecido cerrada debido a que Rinslet y Ryder pasaban desde la mañana hasta tardes horas de la noche encerrados en casa de Weskfield. Nadie sabía qué hacían exactamente, ni siquiera los cachorros o Katie. Bahía Aventura había estado bastante calmada después de lo sucedido con Harold, no había ningún tipo de emergencia que requiriera la atención de los Paw Patrol, un punto a favor de ambos chicos que ensayaban en secreto su actuación para el festival de la ciudad, querían que fuera una sorpresa para todos.

Rinslet se dejó caer agotada en la cama, respirando agitada por el cansancio mientras de su frente escurría sudor. Ryder tomaba agua de un termo y limpiaba el sudor de su rostro con la toalla que estaba colgada en su hombro, usaba solamente la playera blanca de manga larga que solía llevar bajo su uniforme de la Paw Patrol, el cual estaba colgado en el perchero de la habitación.

-Dime algo. - Agregó Rinslet, recargando sus manos en la cama.

-¿Qué cosa? - Preguntó Ryder, mirándola de reojo mientras dejaba el termo encima del buró que estaba al lado de la cama.

-No sé, por eso dije "dime algo". - Respondió ella, encogiéndose de hombros.

-Creí que harías una pregunta. - Replicó el castaño, con una risita nerviosa.

-¿Y por qué tengo que ser yo la que haga preguntas? - Cuestionó la chica, cruzando los brazos. - Eres el genio millonario en esta amistad, ¡resuélvelo! -

-¡¿De dónde sacas que soy millonario?! - Reprochó nervioso, no entendía cómo habían terminado en esa situación. - ¡Nada de lo que dices tiene sentido en primer lugar! -

-Disculpe usted por ser de bajo intelecto. - Bufó, desviando la mirada indignada.

-¡Que no es eso! - Exclamó sin saber qué hacer, Rinslet comenzó a reírse, haciendo que un sonrojo se marcara en el rostro de Ryder. - ¡Deja de reírte, no es gracioso! -

-Molestarte es muy fácil. - Confesó con una risita, incapaz de contenerse. - ¿Crees que todo saldrá bien? -

-Sí, no tienes qué preocuparte. - Respondió, sonriéndole mientras se sentaba a su lado. - Por eso estamos ensayando tanto. -

-Sí, tienes razón. - Asintió, recargando la mejilla en el hombro de Ryder. - Gracias por aceptar hacer esto conmigo. -

-No tienes nada qué agradecer, lo hago con gusto, es emocionante. - Apoyó el castaño, recargando su mejilla en la cabeza de la chica. - Siempre me tranquiliza mucho el pasar tiempo contigo. -

-Lo mismo digo. - Dijo Rinslet, abrazándose al brazo del mayor. - Muchas gracias por todo. -

-Ya te dije que no me agradezcas tanto. - Replicó, dándole un pequeño golpecito en la cabeza.

-Ouch…bien. - Bufó Rin, sobando su cabeza. - Oye, Ryder. -

-Dime. - Respondió él, separándose un poco para verla.

-¿Me llevas a comer pizza con el señor Porter? - Pidió con una sonrisa, mirándolo fijamente a los ojos.

Ryder soltó una risita ante la expresión suplicante de la castaña.

-Vamos entonces. - Respondió sonriente, levantándose para tomar su chaleco y ponérselo nuevamente. - ¿Lista? -

-¡Sí! - Asintió Rinslet, tomando su bolsa para seguirlo fuera de la casa, subiendo al todo terreno junto a él para partir al local del señor Porter.

Weskfield se abrazó a la cintura del chico con fuerza, recargando el rostro en la espalda de Ryder, quien comenzó a conducir a velocidad moderada. Katie observaba todo por la ventana de la veterinaria, soltando un suspiro pesado mientras los veía alejarse hacia el centro de la ciudad.

[...]

-Tío Humdinger, hay algo que tienes que saber. - Dijo Harold entrando a la sala de control donde el alcalde se encontraba alimentando al Equipo Gatástrofe.

-¿Qué sucede, sobrino? - Preguntó el mayor con simpleza, sin dejar lo que hacía.

-¿Conoces a una tal Lesslie Weskfield? - Cuestionó el niño, sentándose en una de las sillas mientras veía a su tío, quien se volteó hacia él rápidamente.

-¿Cómo sabes ese nombre? - Le interrogó Humdinger, acercándose a Harold.

-¿Entonces sí la conoces? - Repitió el menor con una sonrisa.

-Bueno, sí…fue una novia mía cuando era joven. - Respondió el alcalde, ligeramente nervioso. - Pero eso terminó hace años, ¿por qué? -

-Porque estuve haciendo una investigación, y resulta que esa persona es la madre de Rinslet, la niña nueva de Bahía Aventura. - Explicó Harold, sorprendiendo a su tío. - Dime, tío, ¿hace cuánto tiempo exactamente te separaste de esa mujer? Porque esa niña tiene 12 años. -

Humdinger no respondió. Su mirada reflejaba una gran confusión, pero también un profundo temor. Harold sonrió con satisfacción, era más que suficiente prueba para confirmar todo, por lo que decidió hablar nuevamente.

-Verás, tío, hace poco escuché una conversación muy interesante entre esa niña y el chico Baker. - Dijo con una sonrisa, observando sus uñas de manera presunciosa. - Rinslet le contó que después de la muerte de su madre buscó a su padre biológico, y según ella su padre se llama Huber Humdinger. -

-No, eso no puede ser posible… - Murmuró el alcalde, retrocediendo algunos pasos mientras dejaba caer el costal de croquetas al suelo, asustando a los gatitos. - Esa mocosa no puede ser ese bebé, no, no… -

-Espera… ¿Dijiste "bebé"? - Preguntó Harold caminando hacia él. - ¿Entonces si tuviste un bebé con esa mujer? -

Humdinger no respondió, parecía estar perdido en un recuerdo que creía olvidado pero que, en el fondo, le seguía atormentando de la misma forma que la primera vez…


¡YAHALLO! xHimemikoYukix aquí~

Después de tanto tiempo, ¡les traigo una actualización de esta historia! Lamento la tardanza, tuve un bloqueo horrible :c además de que mis responsabilidades aumentaron en mi casa, pero bueno, finalmente está aquí el siguiente capítulo! ¿Qué les ha parecido? ¿Qué estarán practicando Rinslet y Ryder? ¿Estará creciendo algo entre ellos sin que lo sepan? ¿Por qué Will se fue así? Harold no pudo callarse, ¿qué estará recordando Humdinger? ¡Espero sus teorías!

PD: El nombre Huber se lo he dado yo xD si llegan a darle un nombre oficial en las siguientes temporadas de Paw Patrol, lo modificaré.

¡Dudas, opiniones y comentarios son bien recibidos!

¡NOS LEEMOS!