CAPÍTULO 1

ANGELES Y DEMONIOS

Los espíritus del cielo tienen su casa en el cielo y los espíritus de la tierra que fueron engendrados sobre la tierra tienen su casa en la tierra.

Es de noche.

Una noche tormentosa donde nadie se atreve a salir… excepto una persona… un hombre… aparentemente de 24 años pero quién sabe, tal vez me equivoque, lo que no se puede negar son sus ojos, unos ojos de color ámbar que logran traspasar tu cuerpo, un cabello color castaño y rebelde, un aceptable metro con setenta y cinco, una gabardina de color negro y una total desigualdad ante la lluvia o no.

El sujeto camina unas cuatro cuadras hasta llegar a un edificio bastante viejo, se detiene un momento ante la puerta de la casa habitacional y entra sube hasta el segundo piso por las escaleras y entra a su departamento, un lugar deprimente a decir verdad, sucio, vidrios y espejos rotos, algunas partes cubiertas con sangre, sin nada de luz, entre otras cosas.

Se quitó la gabardina y la aventó en una silla que tenía, luego dirigió su vista a una esquina, ahí un hombre estaba recostado sobre la misma desarreglada cama de el primero, un hombre nada extraño para el se encontraba ahí, un hombre nada desagradable, aparentemente de 35 años, cabello negro y corto, atractivo para su edad.

-¿qué haces aquí?- preguntó el primero con un tono molesto

-vaya Shaoran, así es como recibes a tu compañero de toda la vida

El hombre se levantó y se dirigió a Shaoran, era más alto que el aproximadamente el media un metro ochenta y cinco pero al parecer a Shaoran no le importaba eso, no se dejaba intimidar

-te lo volveré a repetir, ¿qué haces aquí?

-sabes, me encantas cuando te enojas, te ves lindo

-me importa poco lo que piensas de mi, dime a qué has venido

-relájate Shao, "él" me envió para saber que es lo que estaba pasando contigo

-desde cuando les preocupa mi seguridad

-no es eso, de hecho no nos importa, solo quiere saber por qué no estas en la batalla, eres uno de los ocho más fuertes de nuestro bando y si no peleas estamos en desventaja y eso no está bien, no pienso perder de nuevo y menos contra esos mimados

-yo tampoco pienso perder Baltasar, no sobreviví a la primera guerra para perder la segunda

-recuerda Shao, tu y yo peleamos juntos en esa guerra, y como siempre fue divertida

-el dolor, el miedo, la muerte, todo eso te divierte ¿no?

-vaya que me conoces bien

-lamentablemente. Entonces ¿qué haces aquí, te aburrió la guerra y traicionará a tu bando, porque si es así "él" te mandará matar y yo con gusto lo haré

-que lu. haga lo que quiera

-entonces eres un traidor

-dime Baltasar, ¿crees que soy un traidor?

-eres de los nuestro ¿no, ¿qué quieres que crea?

-… -Shaoran lo miró fijamente

-…

-estoy buscando algo

-¿y qué es?

-un guerrero, se dice que es tan fuerte como los cuatro líderes enemigos y más fuerte que tú

-que gracioso eres –le decía Baltasar riéndose

-ríete si quieres cuando pelees y mueras me reiré en tu cadáver

-bueno relájate, lo has encontrado

-he estado viendo a alguien

-bien, le diré al jefe lo que haces, nos las arreglaremos sin ti, pero más vale que te des prisa y no dejes que te mates, recuerda que eso lo haré yo – cuando terminó desapareció literalmente

Shaoran se dirigió al buró alado de su cama y tomo un cigarrillo, lo colocó en su boca y este se encendió "solo".

Los relámpagos de las tormentas son algo maravilloso, nos muestran una gama de ilusiones y a la vez nos permiten ver la verdad de las cosas ¿quién sabe distinguirlas, lo que refleja la sombra de Shaoran muestra un ser alado, ¿verdad, mentira, ¿tal vez es un ángel?

Es mediodía

En un pequeño jardín de niños una maestra de hermosos ojos verde, cabello castaño, una hermosa sonrisa y aparentemente de 24 años se encontraba cuidando de sus alumnos

-oiga maestra

-¿qué sucede pequeño?

-es que ese hombre la ha estado viendo desde ya hace un tiempo – dijo el niño señalando a un hombre de ojos color ámbar cruzando la calle

-¿acaso es su novio? – preguntó otra niña

-…- la maestra volteó y vio al hombre, al verlo sonrió y luego dirigió su sonrisa a sus alumnos – si, así es – ¿te gusta?

-si, es muy guapo, que suerte tiene, a mí degustaría tener un novio tan guapo como el suyo

-ya es suficiente –dijo la maestra mientras sonreía – es hora de entrar, vamos

Os niños entraron al salón con otra maestra, la primera se dirigió a la cerca y le hizo una seña a Shaoran para que se acercara, pero este no se movió, ni un músculo, seguía recargado en la pared observándola, así que la maestra salió del jardín, cruzó la calle y se dirigió hasta donde estaba colocándose enfrente de él.

-¿qué haces aquí?

-…

-vamos al menos dime tu nombre

-¿para que lo necesitas?

-necesito saber al menos el nombre de la persona que me ha estado espiando esta semana

-¿así que lo sabías?

-claro que lo sabía, eres muy obvio – le decía mientras sonreía

-a la próxima seré menos obvio Sakura –le dijo

-vaya al menos me llamas por mi nombre- le dio una sonrisa más calida

-¿qué ustedes los ángeles no paran de sonreír?

-¿Qué los demonios nunca lo hacen? – seguí con su sonrisa

-no es algo que te importe

-entonces tampoco lo es para ti. Adiós – dio la vuelta, iba a irse pero giró rápidamente y le depositó un beso en los labios, nada romántico pero a la vista de todos parecía real, luego se acercó a su oído

-si te atreves a atacar aquí con las demás personas lo próximo que recibirás de mi será mi lanza – esta ves Sakura se retiró cruzó la calle de clase mientras Shaoran escupía y se limpiaba los labios

-te estaré esperando a la medianoche en la torre de Tokio - le gritaba Sakura a Shaoran desde el otro lado – veremos de qué lado se inclina la balanza

-pero más vale que vengas sola, esta batalla será solo entre tú y yo

-de acuerdo, es una promesa - Sakura entró al salón con la misma sonrisa

-esto va a ser divertido - decía Shaoran mientras mostraba una sonrisa

Dentro del salón

-¿se portaron bien niños?

-siiii - gritaron los niños en coro

-oiga, ¿estuvo hablando con su novio? –le preguntó una niña

-así es

-van a salir juntos ¿no es cierto?

-si, lo haremos, esta noche

-¿y se besaron? – volvió a preguntar

A esta pregunta Sakura solo contestó con una tierna sonrisa

Continuará…