Tú, yo y nosotros
Disclaimer
Todos los personajes le pertenecen a S. Meyer; la historia es mía.
Capítulo 8: Vistazo al pasado
IPOV
Caminé en círculos alrededor de la sala de mi departamento, completamente enojada. Edward me había llamado, avisando que mañana tendría que ir a casa de su madre a disculparse, ¡ a disculparse con esa!
Últimamente sentía que todo lo que había construido a mi alrededor se estaba desmoronando justo enfrente de mis ojos. Edward cada día estaba tomando actitudes más y más raras, todo desde que esas dos chiquillas habían llegado; era como si de pronto nuestra relación hubiese pasado a tercer plano. Al tercero, porque de por sí yo siempre había sido el segundo, detrás de Jared. Antes podía soportarlo, ahora no sabía si estaba dispuesta a hacerlo.
Suspiré frustrada, sentándome en mi sillón y poniendo las manos sobre mi cara. Había estado llorando hasta que decidí que estar como estúpida en mi cama esperando a que Edward cambiara de opinión no serviría de nada. Sabía que él era un hombre maduro; jamás tomaría mi llanto como una búsqueda de condescendencia y no estaba esperando que lo hiciera.
He estado enamorada de Edward Cullen desde un poco antes de cumplir los dieciocho años; por supuesto él en aquel entonces ni siquiera notaba mi presencia. Él era siete años mayor que yo y jamás me había notado, salvo en algunas ocasiones en que su hermana me había llevado a su casa y habíamos coincidido. Yo siempre lo había querido en secreto.
Su familia… bueno, antes de volverme su novia su familia me toleraba, pero nadie me quería explícitamente, sólo me aceptaban por ser la mejor amiga de la menor de los Cullen. A la que empezaron a adorar desde el minuto uno fue a mi hermana mayor, Tanya. Y por supuesto, Edward también la adoró.
Recordaba perfectamente cómo ella se le había metido entre los ojos, mientras yo estaba entre las sombras, demasiado celosa de ella. En ese entonces yo consideraba a Tanya como la peor de las hermanas, ella sabía que yo estaba enamorada de él y aún así lo usó en mi contra.
La cereza del pastel la coronó cuando se embarazó, ¡ella nunca había querido tener hijos, por Dios! Terminó casándose con Edward y me había obligado a estar en ese evento, solo teniendo a Alice para consolarme cuando oí como él decía que aceptaba, con los ojos llenos de amor y esperanza, mirándola de la forma en la que a mí nunca me había mirado.
Así que después de la boda decidí irme muy lejos y empezar mi carrera de modelaje como siempre había planeado, me desaparecí durante los primeros tres años de su matrimonio y su "vida feliz". Ni siquiera me acerqué para el nacimiento de mi sobrino, al cual despreciaba.
Me mantuve lejos hasta que gracias a mi otra hermana, Kate, me enteré que Tanya había dejado a Edward. Ella ni siquiera le había dado explicaciones, simplemente había firmado su divorcio y se había largado, botando a su hijo en el camino. Yo sabía que Tanya nunca había sido la persona más maternal del mundo, pero jamás me imaginé que dejaría todo como si fuera basura.
Cuando regresé, me fui acercando a Edward gradualmente, aún sabiendo que él seguía enamorado de mi hermana. Tuve que ser paciente, acepté todos y cada uno de sus desplantes cuando me hablaba de ella, sequé sus lágrimas y estuve para él hasta que estuvo bien, todo eso hasta que él por fin, después de más de siete años, comenzó a verme de forma distinta.
Y entonces aparecieron los Cullen. Ellos siempre me habían visto con recelo, pero con la ayuda de Alice me había logrado «infiltrar» a la familia, al menos esperando que con el tiempo se dieran cuenta de que yo honestamente amaba a Edward; incluso lo suficiente para querer a Jared, a pesar de que él era hijo de mi hermana. Y no había otra persona que odiara más en el mundo que a Tanya Denali.
Pero ellos jamás me aceptaron, siempre creyeron que la razón del rompimiento de Tanya con Edward había sido mi culpa, cuando yo no había tenido nada que ver. Todos esos chismes entre ellos se intensificaron cuando Edward me pidió que fuera su novia y, por supuesto, yo acepté.
Comenzaron a sacarme lentamente de sus vidas, obligando a Edward a no llevarme a las cenas familiares, a los días importantes, todo eso hasta que prácticamente también lo sacaron a él por defenderme, lo cual había afianzado más mi confianza en él. En eso estaba pensando justamente ahora.
Si él era capaz de defenderme y ponerse en contra de su propia familia, significaba entonces que me quería lo suficiente. Todos los Cullen habían dicho que me le había metido por entre los ojos, y tal vez tenían un poco de razón, pero ellos jamás pudieron ver a través de mí y de mi amor por él.
Ahora estábamos felices, por fin me había pedido matrimonio a pesar de todo por lo que había pasado y, aunque no habíamos fijado fecha ni lo habíamos hecho público, todo se había sentido real. Eso hasta que llegó ella.
Isabella Swan.
No tenía ni una semana en la vida de los Cullen y ya estaba intentando derribar todo lo que con años yo había formado y no estaba dispuesta a aceptarlo; no dejaría que me quitaran a Edward otra vez. Antes prefería morirme.
Miré el teléfono a mi lado, calculando la zona horaria en Londres. Ignorando que sería muy de madrugada, marqué de forma apresurada. Una voz somnolienta me recibió por la línea.
—¿Hola?¿Irina?
Sonreí, relajándome en el sillón.
—Alice, hola.
Alice había sido mi mejor amiga desde la preparatoria; ella sabría que hacer. De todos los Cullen, ella era la más inteligente. Era social, amistosa, un poco cínica a veces pero tenía todas las cualidades que yo había valorado en las personas siempre. Ella siempre había sabido de mi amor por su hermano y me había apoyado cuando lo había recuperado, poniéndose incluso en contra de su familia para defenderme.
Sabía que si había algo que yo no podía resolver, Alice lo haría.
—¿Iri?— el tono de su voz sonó más despierto ahora— ¿Pasa algo? ¿Es Edward? ¿Por qué me hablas tan temprano?
—No pasa nada, tranquila. Apenas son las diez aquí.
—Bueno, aquí son las seis treinta.
Me reí.
—Perdón, Alice. No te llamaría si no te necesitara con urgencia.
—No me has dicho si sucede algo.— Me contestó impaciente. Si había algo de lo que Alice no gozaba, era de la paciencia.
Me reí mentalmente de ese pensamiento.
—Sí sucede, pero no es nada grave, creo. Tal vez estoy exagerando, no lo sé.
—Irina, me vas a volver loca con tantas vueltas que le das.— Pude oír cómo bufaba.
Apreté el teléfono en mi mano nerviosa.
—Es Edward, está… raro.
Eso pareció ser suficiente para tener toda su atención.
—¿Raro? ¿Raro cómo?
Lo analicé durante un segundo y no supe cómo explicarlo sin sonar estúpida.
—Es como si jugara a dos bandos, ¿entiendes? Parece que su mente está conmigo y luego un segundo después cambia de decisión.
—En definitiva no te estoy entendiendo nada.
Suspiré.
—Hay otra mujer.
Oí el jadeo de Alice al otro lado de la línea.
—¡¿Qué dices?!— casi gritó—. No, Irina, debes estar equivocada. Mi hermano jamás haría algo así.
Tal vez exageré un poco.
—Bueno, no me ha engañado aún por lo que sé, pero de que la hay, la hay. Es una amiga de Rosalie que se acaba de mudar.
—Sí, por supuesto que esto tenía que ver con Rosalie— dijo de manera dura. Me contuve el suspiro. Alice y Rosalie no se llevaban exactamente bien desde hacía varios años ya.
—Se llama Isabella Swan— continué, ignorando lo que había dicho—, tiene una hija y se acaban de mudar al edificio de Emmett, sí, como te estás imaginando, viven en el mismo lugar que Edward. Parece que Jared tiene una fijación con la hija de Swan porque están muy juntos, Alice. Acaban de llegar apenas hace como una semana, ¡y Edward ya me plantó una vez por salir con ella! Me estoy volviendo loca.
—No creo que te estés volviendo loca, tienes razón en pensar así.
—Edward parece estar en desacuerdo con eso. Ya sabes que a mí no me gusta pelear con él pero esta semana es lo único que hemos hecho.
—¿Qué es lo que te dijo?
—Aquí es donde viene lo que te digo, no parece seguro con nada. Le dije que dejara de tener contacto con ella, me dijo que sí y luego al segundo viene y me dice que seguirá teniendo amistad con ella por Jared, ¿puedes creerlo?
Me contuve de sacar mi veneno contra el niño. En el fondo sabía que él no tenía la culpa, pero de alguna manera también sentía que la parte de él que era de Tanya estaba peleando por quitarme lo que yo quería, tal como lo había hecho mi hermana.
Apreté los dientes, sintiéndome repentinamente furiosa.
—Eso no suena como algo que Edward haría. Si te prometió algo y no lo está cumpliendo es porque sí es importante lo que me dices.
Suspiré.
—Lo es, no te hubiese llamado para pedirte un consejo de no haber sido así. Perdona la hora yo… estaba muy nerviosa. Mañana irá a la cena Cullen, Alice, ¡sin mí! Porque obviamente yo estoy implícitamente no invitada y ella sí lo está.
Alice jadeó.
—¿Es en serio que Esme hizo eso?
—Lo hizo, Alice, tu hermano, tus padres, tus tíos, llevan meses sacándome de las comidas familiares. A mí y a Edward. Ahora él irá porque ella va.
—No puedo creer que estén tan jodidos— Alice dijo, enojada—. Es sólo porque no estoy ahí, pero sabes que yo te defendería, Iri. No puedo creer que ni eso pueda hacer el idiota de mi hermano.
Bufé.
—Según él no quiere problemas con su familia por el bien de Jared. Yo lo entiendo, Alice, deberás que sí, pero está llegando a un punto donde me está aplastando a mí por sobre todo— lloré, incapaz de contener las lágrimas—. Lo amo y no lo quiero dejar, ya me ha pedido matrimonio, ¿cómo podría dejarlo si es todo lo que siempre he querido? Pero él parece tan desconectado conmigo…
—Ni siquiera te atrevas en querer cancelar la boda.
—Jamás lo haría, lo sabes.
—Mira, mi recomendación con Edward es que no lo trates de la manera en la que lo espera. Has dicho que has peleado con él y no te ha funcionado, ¿cierto? Creo que lo mejor que puedes hacer es unirte al enemigo.
Mis lágrimas pararon de golpe.
—¿Qué?
—Irina, todo esto se reduce a Jared. Si Edward está comenzando a tener emociones por esta mujer que dices, es porque quiere conectar con Jared. Hablé con él el otro día y me dijo precisamente eso, sin embargo, muy concienzudamente no me comentó de la tal Isabella, si no lo hizo es porque es algo que te molesta y sabía que yo te diría.
—Efectivamente, me molesta.
—Exacto, él sabe que está haciendo mal. Entonces, en lugar de enojarte y llorar a su alrededor, intenta acercarte a mi sobrino.
—Alice, Jared me odia. Lo sabes. Lo he intentado de todo, yo…
—Irina— me dijo seria—, Jared no te quiere porque no lo has intentado bien.
—Lo he hecho.— Repliqué.
—No es verdad. Le puedes mentir a todo el mundo, incluso a ti misma, pero no a mí. Yo sé que Jared te recuerda a Tanya y…
—No la menciones, Alice— me enfurecí—. Sabes que no me gusta que la mencionen.
A menos que sea en mi cabeza, pensé amargamente. Tanya estaba siempre presente en mi cabeza desde que me había quitado al amor de mi vida.
—Bien. Sabes que Jared te recuerda a ella y por eso no pones de tu parte. Olvídate de esa mierda, Irina, piensa en que lo haces por Edward y empieza a querer a Jared.
—Yo lo quiero, Alice.
—No lo haces.
Estaba comenzando a ponerme incómoda, después de todo Alice también era tía de Jared y naturalmente ella sí lo quería. Me molestaba que pudiese ver a través de mí.
—Lo intentaré— accedí finalmente.
—Empieza por ahí y no te preocupes; no estarás sola más tiempo.
—¿A qué te refieres?
La línea quedó muerta por unos segundos.
—¿Alice?
—No pensaba decirte, quería que fuera sorpresa para todos, pero bueno, veo que necesitas las buenas nuevas— pude sentir su emoción a través del teléfono; Alice era un pequeño torbellino. Sabía que era algo bueno—. ¡Regreso a Seattle!
Chillé de la emoción.
—¡¿Qué?! ¿Pero cómo? ¿Cuándo?
Sentí que podía llorar de felicidad; mi mejor amiga iba a estar de nuevo conmigo y ella me apoyaría con Edward y su muy, muy insípida familia.
—La pasantía en Londres se acaba a finales de mayo y he decidido no renovarla, llegaré a principios de junio para poder organizar el cumpleaños de mi hermano.
—¡Oh, Alice! Eso es simplemente asombroso— casi grité, desbordando felicidad, pero luego un pensamiento sombrío cruzó por mi cabeza—. Sólo que… bueno, no entiendo. Habías dicho que no regresarías jamás.
Oí a Alice suspirar. Sabía cuánto le dolía comentar el tema de su estadía prolongada el Seattle, sabiendo perfectamente que podía chocarse alguna vez con su exnovio, el cual no había olvidado. Ese hombre era de Alice lo que Edward significaba para mí, así que podía entenderla completamente.
—Lo dije, pero creo que ya pasó suficiente tiempo— me contestó—. Además, ¿él no ha regresado a la ciudad, o sí?
—No, la última vez que lo vi fue hace meses y hasta donde tengo entendido sólo vino de visita por unos días. No creo que tenga planes de regresar.
—¿Lo ves? Estaré bien, Iri. Una vez que regrese pondré a Edward en cintura, ya lo verás.
Reí.
—Eso espero, Al.
—Verás que sí, pero por favor empieza con lo que te dije. Debes dejar salir el rencor que tienes contra Tan… contra tu hermana, para poder empezar a querer a Jared. Él es tu familia después de todo, Irina, y si te casas con Edward lo será aún más.
Suspiré, cruzando mis piernas. Si tan sólo fuera tan fácil.
—Lo intentaré, lo prometo.
—¡Eso!— me felicitó—. Ahora dime, ¿ya tienen fecha para la boda?
Hice una mueca, ese era otro tema que me ponía de los nervios, porque parecía que a pesar de la pedida de mano, las cosas no estaban para nada seguras.
—No, no realmente, supongo que será a mediados del año siguiente… tengo mucho que planear, pero no lo he hecho porque Edward quiere estar seguro de Jared antes de decirle que nos casaremos.
—Con más razón debes hacer lo que te digo. Y no te preocupes, yo aceleraré las cosas en cuanto llegue, para eso soy tu mejor amiga, ¿no?
—Lo sé, Alice, yo… no tengo cómo agradecerte todo lo que haces por mí. Te quiero.
—Yo te quiero más y no tienes nada que agradecer, lo hago porque sé que eres lo mejor para mi hermano— hizo una pausa—. Ahora, ¿te parece si hablamos mejor mañana? Me estoy muriendo de sueño.
Me reí.
—Hablamos al rato, Al. No puedo esperar para verte.
—Yo tampoco, ¡ya los quiero ver a todos!
Negué con la cabeza, divertida por su emoción.
—Adiós, Ali.— Me despedí.
—Adiós, Irina.
Colgué y suspiré, pensando en las palabras de Alice.
Soy lo mejor para Edward, me dije a mí misma. Me lo repetí hasta quedarme dormida.
No soy muy fan de los povs fuera de Ed o Bella pero creo que nos hacía falta una perspectiva más amplia de Irina, ahora ya sabemos qué la mueve y no se la pondrá nada fácil a Bella, menos porque tiene a Alice de su lado y todos sabemos cómo es Alice D: Ahora ya también comprendemos por qué Irina jamás menciona a Tanya y sólo a Kate :)
Gracias por sus comentarios, créanme que leo todos y cada uno de ellos. Este cap va dedicado a aquellos que me preguntaron que qué onda con la relación I/E y explica por qué están juntos, que en mis propias palabras es que a Irina le tocó soportar xd
¡Las quiero! Nos vemos el miércoles :D
SpicyDreams
