"Ese momento en el que sientes como se colapsan los pulmones, el corazón se cae, las manos se congelan y se acelera la respiración. Ese momento en el que te desilusionas."
Steven tenía los ojos cerrados mientras sentía como el agua fría recorría su cuerpo logrando que por fin se relajara, destensando sus músculos los sintió crujir y un suspiro de alivio salió del pelinegro. Restregando su cara con el jabón sintió con sus dedos como la grasa de bebé que siempre estuvo allí se había ido, no era tan notable pero si se notaba un cambio, el agua le quito la espuma de la cara y con eso se quitó la espuma del rostro.
El olor a shampo de canela lo hizo sentir mucho mejor, cerrando el grifo dejo que su cabello escurriera el agua un momento donde el híbrido volvió a suspirar para después alcanzar una de sus toallas, sus ojos negros fueron a la ropa doblada en el lavamanos. Sabía que estaba solo, pero eso no significaba que se sintiera cómodo estando desnudo en su propio baño, el tiempo que estuvo Peridot allí lo hizo simplemente más cauteloso a la hora de estar desnudo.
Secando su cuerpo y teniendo en extremo cuidado con su gema se vistió, viéndose en el espejo por última vez sonrió como si estuviera con gente.
Sonrió con aquella sonrisa que estaba odiando.
Saliendo vio que no había nadie en la casa, confundido y sin quitar su sonrisa fue a la cocina y vio una caja pequeña y encima de ella había una nota adhesiva amarilla pegada.
"Garnet:- Steven, fuimos a una misión donde una gema corrupta estaba por llegar a un pueblo al otro lado del hemisferio. Lamentamos no llevarte con nosotras pero debíamos ir rápido. Esperamos lo entiendas. –Con amor Garnet 3.
Perla:- Te deje este postre que vi en uno de esos programas de cocina, espero te guste. –Con cariño Perla :)
Amatista:- Tienes suerte que tuvimos que irnos rápido, porque le iba a dar una mordida.- :p"
Dejando la nota de lado abrió la caja para ver un pequeño pastel de chocolate con frambuesas encima, por el olor y lo cálida que estaba la caja significaba que había sido hecho recientemente, volviéndolo a cubrir fue a su cuarto para tomar su mochila hamburguesa.
Iba a ir al auto lavado para tratar de al menos sentirse mejor en compañía de su papá, aun cuando ya habían pasado semanas desde los secuestros y su juicio con las diamantes, la distancia que había entre la ciudad y él cada día era más notoria. Cada vez que iba a la ciudad tenía la sensación de que era observado en todas las direcciones.
Las únicas que no lo notaban eran las chicas, ellas no lo sabían y eso se iba a quedar así, más que suficiente tenían todos luego de lo de Aquamarine y Topaz para agregar sus problemas a la mezcla.
Ya preparado estaba por salir de la casa cuando volteo a ver dónde estaba el postre que la gema pálida le había preparado, mordiendo sus labios pensó en el esfuerzo que Perla le había puesto en aquel postre. Sería muy grosero simplemente despreciarlo así, o al menos esos eran los pensamientos del híbrido, ya que debido al estrés de los hechos recientes había simplemente dejado de comer; comía cuando estaban las chicas pero ahora parecía como si las gemas corruptas de todo el planeta empezaran a aparecer para atacar por todos lados, llegando a que ellas tuvieran que salir casi todo el tiempo dejándolo solo, algo que todos allí odiaban en especial ellas.
Guardando el postre salió, cuando llego a la ciudad sintió como siempre aquel sentimiento de sentirse observado, ignorándolo y con la sonrisa que convencía a cualquiera de que todo estaba bien, cocida a su rostro.
Estando a unos metros del auto lavado vio a su padre de espaldas hablando con alguien, nunca sabría porque pero se escondió detrás de una pared sin ser visto para escuchar la conversación.
-Así que dime viejo, según se han pasado cosas muy intensas aquí, pero prefiero escucharlo directamente de ti. Ese chico tuyo, como era su nombre… bah! No importa, tu hijo estuvo involucrado si no me equivoco, así que dime viejo amigo, como te sientes honestamente.-
Steven frunció el ceño molesto, la voz de ese hombre le resultaba familiar de alguna forma pero no podía ubicar de donde, su gema se estaba calentando cada vez más pero lo ignoro a favor de seguir escuchando. Escucho a su papá suspirar cansado, pero lo que dijo lo dejo cada vez más helado.
-Con todas las cosas que han estado ocurriendo últimamente no puedo evitar arrepentirme de ciertas decisiones que tome.-
-¿Ciertas? Jaja, si claro, ¿Cómo cuáles?- La voz de ese hombre era burlona y le hacía querer que se callara.
-Cuando llegue a esta ciudad pensé que era un paso más para ser una estrella, pero luego me enamore y cuando menos lo espere termine siendo padre.- Steven sintió que había algo más en esas palabras, algo que mientras más lo pensaba menos le gustaba.
-¿A dónde quieres llegar?-
-Cuando estaba con Rose todo eran risas y diversión, pero cuando se fue y tuve que cuidar a Steven las cosas se complicaron, al principio eran agotadoras y aburridas, luego mejoraron un poco pero cuando empezaron todos esos asuntos de gemas las cosas empeoraron mucho.-
Las manos de Steven apretaron la pared, queriendo negar que no estaba por escuchar lo que el pensaba. Su papá no podía… no podía…
-¿Qué quieres decir?-
-Qué me arrepiento de haber tenido a Steven, desde que él llego solo ha causado problemas no es capaz de hacer las mismas cosas que Rose era capaz de lograr, y si lo intenta solo lo empeora. Sé que intenta mejorar pero es mejor que ni siquiera lo intentara, a veces creo que debería tomar mi dinero e irme para jampas volver.-
El aire salió de los pulmones del híbrido, sintió como si Malaquite estuviera triturando su corazón. Los ojos le picaron y la visión se le volvió borrosa, sintió como sus mejillas se le humedecían, su estómago se sentía como si una piedra se hubiera posado allí, los pies los sentía como si tuviera plomo de lo pesados que se sentían.
-¿Y porque no lo has hecho?-
-Si lo hiciera, las gemas me matarían.-
Ya no podía escucharlo más, tragando el nudo en su garganta se fue corriendo, no le importo si lo veían. Como tampoco le importo que se raspara sus rodillas, solo quería estar lo más lejos de allí como fuera posible, las lágrimas nublaron toda su visión y cuando las quito pudo ver que había llegado al parque.
Fue a una de las tantas bancas de piedra y comenzó a llorar, tomo su mochila y la abrazo para al menos tratar de sentir un poco de consuelo, sus mejillas hacían un camino a su barbilla y algunas iban bajando por su garganta hasta perderse más abajo, pero entre sus lamentos Steven no pudo ver que alguien lo había estado observando preocupada.
Jenny estaba viendo como el pelinegro lloraba, a pesar de no ser muy cercana a Steven verlo así era muy doloroso, la hija de Kofi se acercó hasta sentarse y así posar una de sus manos en los hombros del híbrido.
-¡Steven! ¿Qué ocurre?- Verlo así de triste solo le hizo darse cuenta de una cosa, una que no había notado hasta ahora y que le dolía saberlo, pero no era el momento de eso.
Con la visión borrosa por las lágrimas pudo ver con cierta dificultad a la gemela menor de las Pizza, no pudiendo evitarlo la abrazo para así obtener por fin contacto humano. Viendo que estaba muy mal se abstuvo de decir algo y lo abrazo mientras una de sus manos frotaba en círculos su espalda, estuvo consolando a Steven por un buen rato sintiendo cada temblor que salía en cada sollozo.
Cuando por fin se calmó lo apretó contra ella, nunca pensó que vería el día cuando aquel niño dulce se rompería.
-Steven, que paso?- Dijo lo más delicada posible, la vista le rompió el corazón. Steven estaba con los ojos llorosos y había un rastro de lágrimas en sus mejillas.
Separándose de la morena a regañadientes Steven se secó las lágrimas, sorbiendo y viendo como aun la mayor esperaba una respuesta trago saliva pensando rápidamente en una mentira.
-Tuve una fea discusión con las chicas.- Le dijo tratando de sonreírle para así calmarla, supo que no funciono al verla.
Jenny decidió no presionarlo al verlo en ese estado, algo que agradeció profundamente el pelinegro, viéndolo con más detalles noto que estaba muy pálido.
-Steven, porque no comemos una Pizza, eso puede que te ayude a sentirte mejor.- No esperando respuesta tomo al híbrido de la mano y fueron caminando de camino a la Pizzeria.
Ambos iban en silencio, uno sin querer tener una conversación y la otra no sabiendo como iniciarla, el silencio era tenso y pesado, uno que Steven se habría esforzado en romper pero que ahora no le interesaba hacer.
Steven estaba viendo la mano de la morena queriendo apartarla, no porque le desagradara el contacto al contrario le gustaba bastante la calidez que Jenny emanaba, pero quería dejar de sentir aquellas miradas que ahora estaban más intensas. Lo miraban como si fuera una especie de animal peligroso del que solo se necesitaba una excusa para así exterminarlo, la sola comparación solo apretó el nudo que estaba en su estómago.
Apretando la mochila solo cerro los ojos por un momento antes de volver a abrirlos, solo quería ir a casa y estar solo.
Al llegar a la Pizzeria la morena llevo al chico a una mesa apartada donde lo hizo esperarla, quedándose allí Steven trato de distraerse y no pensar en lo que había escuchado. Jenny le explico a su gemela lo que había pasado y esta veía desde la cocina a Steven muy preocupada, luego de lo ocurrido con sus sueños producto del estrés le había tomado mucho cariño y aprecio a Steven, el hecho de que el pasara mucho con esas gemas y ella en el restaurante impidieron que pudiera volverse más cercana a él.
-Oh Steven.-
Cuando el olor a comida llego el pelo rizado vio como Jenny y Kiki le habían traído una de sus favoritas, al verla solo sintió como quería vomitar pero sabía que eso sería muy grosero. Comiendo sin ganas respondía con cierto desgano el intento de charla de Jenny.
-Hola Steven.- Saludo Kiki, la preocupación era visible en su cara, ver la palidez en la general rosada piel de Steven era algo que no le gusto para nada.
El trio tuvo una pequeña platica que termino luego de que Steven terminara de comer, luego de despedirse estaba por irse pero Kiki lo detuvo.
-Steven, lo que sea que te haya pasado quiero que sepas que puedes contar conmigo, al igual que tú lo hiciste con mis sueños.- Lo abrazo para así despedirse, en medio de aquel abrazo Steven había sonreído más sincero y en sus mejillas se habían sonrojado un poco.
Al irse camino lo más rápido posible tratando de irse de la ciudad para simplemente ir a casa, al llegar cerró la puerta con fuerza y se recostó para así poder respirar, viendo que aún estaba solo se dejó caer al suelo para así abrazar sus rodillas hipando volvió a llorar su mente reproducía las palabras de su padre una y otra torturándolo.
Pero Steven de pronto se levantó del suelo, sabiendo que en cualquier momento las chicas iban a volver en cualquier momento y tomando su mochila por inercia fue al baño para llorar en paz, sus sollozos hicieron eco en aquel lugar mientras lo único que hacía era abrazarse para así tratar de sentirse mejor.
Recordando el postre que Perla le había preparado abriendo bruscamente su mochila lo saco, estaba tibio, abriendo la caja decorada con un lazo celeste pudo ver el postre y tomándolo por un momento vio a Perla quien le sonreía dulcemente provocando un pequeño calor en su pecho.
Steven le había dado un enorme mordisco al pastel mientras sus lágrimas seguían saliendo, las gotas saladas caían en la caja donde anteriormente había estado el postre, las gotas saladas se mezclaban con el sabor dulce de aquel dulce manjar. No decía nada, eran sollozos muertos… solo comía aquel postre en silencio.
