"Las pesadillas no siempre terminan cuando despiertas."


Era una noche fresca en la ciudad, el viento soplaba moviendo los árboles quienes se mecían por la brisa, la luna brillaba menguante y en el templo de las protectoras de la tierra la oscuridad y el silencio predominaban allí donde el único híbrido gema dormía.

La gema de Steven parpadeaba como una vela contra el viento, el híbrido se removía entre sueños y murmuraba palabras difíciles de entender. Quejidos y gemidos empezaron a salir de su boca al mismo tiempo que fruncía el ceño y de las esquinas de sus ojos salían pequeñas lágrimas.

Fuera de la casa se escuchaban el retumbar de las olas, el viento soplaba cada vez más fuerte provocando que el vaivén de las aguas se volviera más violento y que incluso algunas rocas se desprendieran de su lugar.

Unos gritos rompieron el silencio de la playa, en aquella casa de madera ahora Steven se retorcía entre las sabanas mientras gritaba desesperado y con sus lágrimas bajando libremente, su gema brillaba como un faro ahora iluminando la casa hasta llegar su luz rosa a la playa.

La puerta del templo se abrió repentinamente para que Garnet saliera y rápidamente fuera a su cuarto para ver al niño en ese estado, sacudiéndolo trato de despertarlo solo provocando que su estado empeorara, la fusión estaba desesperada; ver así al más joven del equipo solo le recordaba a la impotencia que sintió al ver a sus compañeras y amigas corromperse, pero ver a Steven así era como verlo cuando era un bebé que lloraba sin que pudiera hacer algo para detenerlo.

-Steven. ¡Steven! ¡Steven!- Lo llamo pero viendo que no despertaba desesperada hizo que sus gemas brillaran y usando la energía que salían de estas al brillar, sin quitar sus manos de sus hombros esa energía recorrió al chico que junto el último grito de la líder de las gemas de cristal pudo por fin despertar. - ¡STEVEN DESPIERTA!-

Abriendo los ojos asustado y sudado el pelinegro vio a todos lados buscando algo en la oscuridad, jadeando al ver por fin a la morena sollozo por un momento para después abrazarla desesperado mientras su cuerpo temblaba, Garnet al sentir los temblores del más pequeño correspondió el abrazo tratando de al fin calmarlo. La calidez del abrazo relajo a Steven de tal forma que estaba por volver a dormirse, sabiendo esto la gema separo al chico y pudo ver que estaba ya cerca de irse a los brazos de Morfeo, con sus dedos moviendo su rostro lo despertó un poco.

-Steven, despierta.- Insistió pellizcando ligeramente sus mejillas como cuando era un niño, al verlo fruncir el ceño y abrir más los ojos. –Steven… sabes que siempre puedes hablar conmigo si algo pasa.- Dijo al ver aquel vacío en sus ojos.

Si había algo por el que Garnet se sentía orgullosa con respecto a Steven, era poder leerlo como un libro abierto. Desde niño siempre supo lo que pasaba por su mente, los humanos decían que los ojos eran la ventana del alma y podía creerlo porque con Steven podía ver el alma humana más dulce, pero el como ahora estaban sus ojos.

Era como si aquella dulce y hermosa alma se hubiera desvanecido por completo…

Algo pasaba, y lo iba a averiguar.

-N-No pasa nada, Garnet… estoy bien.- Y con eso se volvió a dormir, siendo su respiración el único sonido.

En aquel cuarto donde se encontraba el único hibrido humano-gema, la ahora líder de las gemas de cristal lloraba en silencio, gotas saladas rodaban hasta perderse en su barbilla y algunas rodando por su cuello hasta perderse de vista, unos pequeños sollozos salieron de su boca mientras las gemas en las palma de sus manos brillaban iluminando un poco el cuarto. Apretando la mandíbula de impotencia la fusión se tensó tanto que cuando, estuvo por hacer un movimiento violento un suave movimiento de Steven la detuvo.

El suspiro que dio el pelinegro entre sueños que la hizo recordarse a quien tenía en brazos, suspirando se calmó, el aliento caliente y húmedo de Steven golpeo su forma física recordándole que debía de dejarlo descansar, el odio recorría su sistema. Dirigido hacia quien fuera que lastimara a su Steven.

"-Si llego a saber quién es, le hare desear jamás haber nacido.-" Pensó la fusión molesta, sus dedos secaban lo que quedaba de las lágrimas en el rostro del chico.


--Al día siguiente--


Steven se miraba agitado frente al espejo, los jadeos salían de su boca mientras las lágrimas corrían por sus mejillas y caían al suelo del baño, el sudor bajaba por su sien y el híbrido solo podía sentir su bilis revolviéndose en su estómago y la culpa estaba sobre sus hombros en un peso que nunca pensó en que sentiría.

El mensaje que le enviaron aun le hacía sentir aquella piedra en su estómago donde, solo se volvía más pesada. Un sollozo escapó de su boca, temblando se encogió hacia el lava manos donde sus manos se apoyaban y lo apretaban tan fuerte que sus nudillos se estaban volviendo blancos.

Su mente reprodujo los ecos de aquella risa maquiavélica que reconocería en cualquier parte junto con los gritos agónicos de ella, quien rogaba piedad y ayuda… su ayuda.

Tenía el rostro caliente y sonrosado, sus ojos estaban fuertemente cerrados y mordía sus labios tan fuerte que sintió el sabor metálico de su propia sangre en su paladar, sus hombros temblaban ante los sollozos pobremente contenidos en el piso del baño estaba su teléfono con un mensaje.

--Mensaje de Jenny—

STEVEN!! NECESITO TU AYUDA, KIKI ME DIJO QUE TIENES PODERES SANADORES! AYER EN LA MADRUGADA KIKI EMPEZO A GRITAR Y A CONVULSIONARSE, LA LLEVAMOS DE EMERGENCIA AL HOSPITAL!!

¡¡TUVO UN INFARTO MIENTRAS DORMIA!!

SE QUE TIENES PODERES SANADORES. ES POR ESO QUE TE RUEGO QUE SANES A MI HERMANITA!!

Steven se recostó más hasta dejar su cara metida en su lavamanos, sus lágrimas caían allí mientras el híbrido se revolvía en la culpa. El recuerdo de los gritos de dolor que rogaban clemencia era demasiado, una arcada lo hizo reaccionar, las ganas de vomitar eran muchas.

Enderezándose fue al inodoro para que así solo sintiera salir su saliva, aun cuando deseaba vomitar de su estómago no salió nada. Poniéndose de pie y respirando profundo trato de calmarse, su corazón golpeaba fuertemente su pecho como si deseara destrozarlo, y su gema estaba recalentándose contra su cuerpo dándole una sensación incomoda.

Abriendo el grifo del lavamanos comenzó a echarse agua fría en la cara, sus pensamientos dirigidos hacia la culpa que lo carcomía de haber lastimado a una amiga. Sus poderes siempre fueron impredecibles pero nunca llegaron al punto de lastimar a alguien, aun en la época en la que todavía no tenía ningún tipo de control sobre ellos lo más grave que hizo fue romper su televisión.

Crack!

Gotas rojas se diluyeron en el agua que salía del grifo, Steven abrió los ojos mientas sus pupilas se achicaban una de sus manos fue a su nariz donde pudo ver con horror como le sangraba la nariz, posando su mirada en el espejo vio como de sus fosas nasales salía aquel liquido escarlata que ahora de su boca bajaba por su barbilla.

Tragando saliva se dispuso a limpiarse, no iba a dejar que las chicas lo vieran así. Limpiando todo rastro de sangre se dispuso a bañarse de una vez por todas, se estaba tardando demasiado y las chicas podrían sospechar.


-Vamos, viejo. Parece que ni siquiera lo estas intentando.- Le dijo burlona Amatista, la morada y el híbrido estaban jugando video juegos siendo la cuarzo quien terminaba ganándole al rizado.

-No sabía que eras tan buena en Súper Smash Brother, Ame.- Le dijo sonriendo el pelinegro, en su cara aquella sonrisa que todos creían y en sus ojos aquel brillo que había comenzado a odiar. Perla los observaba jugar con una sonrisa en silencio, estaba sentada en la cama de Steven al igual que ellos pero dándoles a ambos espacio.

Amaba a Steven, eso era un hecho que todos sabían, aun cuando no entendía sobre lo que se suponía era Steven.

En un principio pensó en el como la prisión de Rose, cuidándolo por obligación a ella. Pero con el tiempo termino amándolo, no porque fuera el hijo de Rose sino porque era Steven, siendo lo que más quería era protegerlo, pero a menudo se preguntaba si lo hacía bien.

Greg le dijo antes que ningún padre o tutor sabía si estaban criando bien a un niño. Pero Perla siempre sintió que no lo hacía bien, porque era una gema; las gemas se crearon sabiendo lo que eran y sabiendo como cumplir su propósito, esa fue parte de la razón por la que la rebelión fue tan difícil. No solo las peleas y las mentiras, porque sabía que cuando todo terminara tendría que ir a un futuro desconocido y crear un nuevo camino sin un diamante que la guiara, eso era aterrador para cualquier gema.

Cuando llego el momento de criar a Steven, simplemente no sabía absolutamente nada de lo que debía hacer. Al principio Steven, no sabía nada en lo absoluto, alguien tenía que enseñarle a hablar, leer, comer. Tratar de seguirle el ritmo al hecho de que estaba envejeciendo no lo hacía más fácil, pero más importante aún él la amaba, no porque fuera una Perla creada para servir sino que la amaba solo por ser ella.

Y amaba a Steven, amaba la forma en la que sus ojos se iluminaban cuando aprendía cosas nuevas. Amaba verlo crecer. Amaba la forma en la que siempre la hacía sentir tan especial aun cuando fuera solo una Perla común.

Aun cuando se pareciera a Rose o a "ella". De alguna manera él le demostraba que era alguien totalmente diferente a ellas.

Pero todo se volvió más doloroso cuando llego el momento de contrale sobre la guerra, deseaba que Steven se hubiera quedado como un niño feliz e inocente para siempre… pero ahora parecía que alguien estaba lastimando a Steven y él no decía nada.

Jamás se sintió tan inútil.

Momentos más tarde, las gemas de cristal se fueron a una misión dejando a regañadientes solo al híbrido quien se despedía de las gems con una sonrisa, cuando la luz del portal se fue junto con las chicas Steven pudo dejar de sonreír, recostándose en el sofá destenso sus mejillas sintiendo el dolor de haber estado sonriendo por mucho tiempo.

-Debo de dejar de sonreír tan seguido, ya me duelen las mejillas.- Dijo mientras trataba de calmar la tensión en su cara, dejando caer su cabeza en uno de los cojines cerro los ojos intentando quitar de su mente todo lo ocurrido.

Paso media hora en esa posición donde el pelinegro se levantó para salir de la casa, se sentía que estaba por asfixiarse si seguía allí un minuto más, sus piernas lo alejaron lo más posible del auto lavado y de la pizzería. Y cuando menos lo espero llego al parque, suspirando fue a la misma banca en la que estaba cuando Jenny lo encontró.

El viento soplaba, algunas hojas caían y en aquella banca donde había una deliciosa sombra que lo refrescaba, respirando profundo recordó los consejos que Garnet le había dado a Stevonnie sobre como dejar la mente en blanco, ignoro la punzada que sintió en el pecho al recordar que Connie no había respondido ninguno de sus mensajes.

Su respiración era tenue y relajada, sus hombros estaban relajados y los ojos del chico estaban cerrado sintiendo la briza pasar por sus rizos dándole una caricia dulce que lo hizo sonreír de forma más honesta.

Boom!

Sobresaltándose por el repentino ruido Steven busco de donde venía, vio como a lo lejos había una nube de polvo que cuando se fue mostro a un chico tirado en el suelo retrocediendo y frente a él había una serpiente gigante de color azul oscuro con picos de color celeste en su cuerpo, poseía ojos de color amarillo con pupila rasgada y grandes dientes afilados blancos que le daban una apariencia mucho más amenazante de la que ya tenía.

Abriendo la boca dejando ver una lengua viperina de color negro rugió, solo que de su boca salió lo que podría considerarse un grito femenino que hizo que varios cristales se rompieran y que Steven sintiera como sus tímpanos querían romperse.

Viendo que aquella serpiente estaba por devorar a aquel chico, el pelo rizado corrió directo a ella y le lanzo su escudo dándole directo en uno de sus ojos lo que hizo que chillara de dolor.

El chico que estaba por ser devorado por aquella gema corrupta abrió los ojos y lo primero que vio fue a un chico más joven que él con un escudo rosa luchando contra aquella cosa, vio como el chico esquivaba los picos de esa cosa, cuando estaba por levantarse noto como sus pies y piernas estaban pegados con hielo.

Steven estaba tiritando un poco al sentir la ráfaga gélida que aquella gem corrupta le había lanzado, gruñendo al sentir el golpe que le dio con la cola salto al verlo intentar barrerlo con esa misma cola, usando esta vez más fuerza le lanzo su escudo directo en la cara dejándolo aturdido invocando otro logro que cayera al suelo.

Jadeando cansado, camino hacia la serpiente que intentaba levantarse y suspirando levanto el escudo para así atravesarlo, dejando solo una gema azul con manchas amarillas tirada en el suelo. Colocándola en una burbuja para que así fuera al templo, desvaneciendo su escudo volteo a ver al chico que había salvado que estaba en el suelo con una mirada que solo podía expresarse como un fanboy conociendo a su ídolo, la sola comparación lo hizo sentir incómodo.

Viéndolo bien, pudo verlo mejor. Tenía la piel pálida, el cabello negro carbón y también era liso, era algo largo por lo que llevaba una pequeña coleta, poseía ojos grises mesclados con azul que resaltaba mucho.

Estaba vestido con una camisa gris y un chaleco con capucha negro que dejaban ver sus brazos que estaban heridos con sangre saliendo, usaba también un pantalón azul desgastado que estaba polvoso y usaba unos zapatos negros. Al verlo bien noto que estaba pegado al suelo con hielo que la gema corrupta había lanzado.

Corriendo hacia el chico primero sano sus brazos, que si bien ya no sangraba y estaba herido dejaron cicatrices en forma de líneas.

-Wow.- La voz del chico lo hizo verlo, y en sus ojos bicolores vio el agradecimiento.

-Eh, ejem… bueno…-

-Gracias.-

-Ni lo menciones.-

Ayudándole a despegar sus piernas, usando su escudo para romper el hielo lo ayudo a pararse donde Steven vio que era más alto que él, probablemente era un poco más alto que Lars.

-Me llamo, Paúl.- Dijo el más alto, su mano extendida para que el híbrido la tomara.

-Steven. Me llamo Steven.- Y con eso ambos se dieron la mano, el viento soplo moviendo la ropa y el cabello de ambos.

La gema de Steven brillo.

Y de pronto… todo cambio.