"A veces, son en los peores momentos donde conocemos a las mejores personas."
En medio de la noche en ciudad playa justo en aquella casa de playa, dormido el híbrido se revolvía en su cama preso de pesadillas pequeñas perlas de sudor bajaban por su frente todo mientras murmuraba, la gema en su vientre empezó a parpadear a veces emitía una luz fuerte y en otras era tan débil que era difícil distinguirla entre la ropa.
Los murmullos fueron pronto más audibles y entre los movimientos se veía como el chico trataba de soltarse de algo, su respiración empezó a agitarse y entre medio de todo se pudo ver la figura de alguien más alrededor del híbrido.
La figura iba formándose y cuando estaba tomando una forma sólida, esta se disipo dejando a Steven en su lugar aun dormido para que pasados unos minutos este despertara bruscamente.
- ¡AAAaaaahhh! - Grito sudado, viendo su regazo trago saliva y con la respiración temblorosa se dejó caer, su vista estaba en el techo mientras el aire gélido de la noche secaba el sudor impregnado en su piel, temblando ligeramente el híbrido solo pudo sentir la sensación caliente de su gema contra su piel no viendo como brillaba de forma tenue.
-Pesadilla… fue solo una pesadilla…-
[.]
Steven sentía que se avecinaba una migraña gigante mientras escuchaba y veía la manifestación que estaba en la Pizzería de la ciudad las voces enojadas hacían eco mientras recitaban como un canto las palabras.
- ¡¿Queremos a Dewey?!-
- ¡No! -Tragando saliva, el pelinegro tomo su teléfono y abriendo los mensajes con Connie vio con una sensación pesada en pecho como no había respondido ningún mensaje de los que le había mandado, tomando una respiración profunda empezó a teclear.
--Mensaje de Steven—
"No puedo quedarme, están culpando al alcalde por cosas de gemas."
Levantando la vista pudo notar al fin como faltaba una de las gemelas lo que hizo que la sensación en el pecho solo empeorara casi provocándole el vómito. Apretando su celular espero desde lo más profundo, que Connie le contestara para al menos tener un hombro en el que apoyarse.
Un aire frío entro en su espalda lo que lo hizo estremecerse, mordiéndose el interior de su mejilla se alejó de la multitud tratando de calmarse, su gema ardiendo al contacto mientras su mente trataba de ver la forma en que podía arreglar el desastre que había creado.
[.]
Frente al ayuntamiento, se encontraba otro grupo de protesta, todos agitaban carteles a favor de Nanefua mientras que adentro el actual alcalde veía nervioso.
-No lo sé, Universe. Esto no se ve muy bien. – El alcalde Dewey, estaba asustado, nunca había tenido un contrincante, incluso cuando se lanzó como alcalde para su escuela secundaria, aunque tal vez era porque había creado dicho puesto.
- ¿Y qué tal esto? -El híbrido le mostro un cartel que decía "Dewey es grandioso".
-Oh eso se ve mejor, pero creo que necesitare más. Vaya, nunca he tenido un oponente antes, incluso cuando me postulé para alcalde de preparatoria no tuve oposición, quizá porque inventé el cargo. -Dijo viendo la ventana.
-Si tan solo le hubiera avisado de toda esta situación de los raptos, todo estaría bien ahora, realmente lo eche todo a perder. -Dijo Steven con la mirada al piso, sus manos apretando el cartel.
-Tu estas en lo correcto Universe, todo esto es tu culpa, ja. - Tal parecía que ahora la culpa iba a caer en el híbrido, ya que parecía lo más sencillo.
Afuera del lugar y lejos de toda aquella manifestación en un árbol cualquiera, había un ave de color purpura con una gema en el pecho camuflada entre las hojas y ramas escondida, Amatista observaba desde una distancia prudente como Steven hablaba con Dewey. Garnet les dijo que debían de vigilar a Steven, algo pasaba con el debían averiguarlo.
Flashback…
En el cuarto de fundición donde estaban encerradas en burbujas las gemas que alguna vez pelearon en la guerra por la tierra, el magma burbujeante y caliente iluminaba la habitación y el único sonido que había allí era el de las burbujas que salían del pozo.
Frente al pozo, la líder actual de las gemas de cristal lo veía pensativa, la mirada que Steven le había dado por un breve instante…
No era nada como él, algo pasaba estaba segura, pero intentando ir a su visión futura solo veía neblina y estática, entre más intentaba acceder a un futuro relacionado con Steven siempre era lo mismo a tal punto que le generaba dolor de cabeza seguirlo intentando.
Pasos resonaron en la habitación, volteando vio a Perla y Amatista. Ambas la veían entre confundidas y preocupadas, luego de lo ocurrido con el Homeworld siendo eso tan fresco aun en la mente de todos.
- ¿Para qué nos llamaste, Garnet? - Perla había notado que en la fusión algo pasaba y si podía apostar algo era que tenía que ver con el único híbrido del equipo.
-Algo pasa con Steven. -Antes de que alguna de ellas pudiera decir algo, levanto su mano donde estaba la gema de Zafiro callándolas de inmediato. -No, no sé lo que ocurre, algo está pasando que hace que no pueda verlo con mi visión futura. -
- ¿Qué es lo que podemos hacer? - Pregunto la pálida, la sensación de tomar al niño y protegerlo de todo mal estaba en su forma física como lo llego a ser con la madre.
-Mientras trato de volver a acceder a mi visión futura, debemos vigilar a Steven, pero no debe darse cuenta, no queremos que se cierre más. Cada una deberá seguirlo, así cuando sepamos lo que pasa podremos ayudar a Steven. - La implicación estaba clara, cuando descubrieran lo que pasaba podrían proteger a su niño.
Fin Flashback…
En este caso, Amatista rogo ser la que vigilara a Steven. Siguiéndolo no pudo notar nada extraño incluso dudaba que supiera que estaba siendo espiado, tenía una buena distancia que evitaba ser notada por el pelo rizado todo mientras cambiaba de forma a la que más le conviniera.
[.]
Luego de una desastrosa explicación de parte del alcalde, ahora debía de preparar un discurso donde el alcalde tuviera que ganar.
--Más Tarde--
Las estrellas brillaban incandescentes en el cielo, el sonido de las olas chocando y el vaivén perpetuo que tenía con la arena era el único sonido en aquella playa, en el templo justo en el cuarto de Steven había bolas de papeles arrugadas y unos con garabatos y rayones. En su cama Steven estaba con una libreta mientras escribía diligentemente un discurso lo suficientemente bueno para mañana, gruñendo se detuvo y en medio de la oscuridad de su cuarto su mirada se posó en su mesita de noche.
La luz de su cuarto estaba apagada, pero gracias a la luz de la luna, podía ver con claridad todo a su alrededor junto a la botella de licor que estaba en su mesita de noche. Desde que la madre de Paúl le dio aquella canasta con productos de panadería donde disfruto bollos de pan que le supieron de forma celestial, encontró aquella botella de licor que prefirió esconder para si mismo sin saber el porqué.
La luz de la luna le daba un aire misterioso a aquella botella resaltando las letras azules que decían "ABSOLUT VODKA" haciendo que aquellas letras resplandecieran incitándolo a que su atención se quedara en ella, apretando los labios y los objetos en sus manos los soltó para tomar aquella botella.
No queriendo perder el valor la abrió y olisqueo el líquido que había allí, sintió un ligero olor dulce pero no pudo captar más con más valor tomo un sorbo que inmediatamente sintió que tenia la garganta al rojo vivo. El híbrido sintió como si se le quemara la garganta cuando el liquido termino por bajar de ella, en el momento que pudo por fin tragar Steven comenzó a toser mientras una de sus manos iba a su garganta como si pudiera calmar el ardor que tenía, tragando saliva a los pocos segundos el ardor se fue y carraspeando el pelinegro sintió como se sentía más cálido por dentro.
No sintiéndose diferente luego del primer sorbo Steven decidió seguir bebiendo, lento pero seguro se había acabado un poco más de la mitad de la botella, el mitad humano tenia el su rostro totalmente sonrojado, las puntas de sus orejas estaban tomando tonos más rojizos mientras sus ojos estaban cristalizados como si fuera a llorar junto con sus labios que adoptaron tonos rosados por la bebida mientras tenía una sonrisa infantil.
-He…he, he… he he…- Pequeñas risas salieron de la boca del pelo rizado, la botella quedo tirada en una parte del cuarto y el brillo rosado de su gema aumentaba y disminuía cada vez más seguido.
-Hahahaha… ¡HAHAHAHAHAHAHAHAHA! - Las risas pronto se convirtieron en carcajadas, el sonrojo que estaba en la cara de Steven empezó a brillar de forma más fuerte y su expresión se empezó deformarse mientras las lagrimas empezaban a salir, los lloros aumentaron a tal punto que se escuchan por toda la casa.
Entremedio de su llanto, el chico empezó a desgarrarse la garganta en gritos de ira. Su gema estaba ardiendo a tal punto que Steven la sentía quemarle la piel y líneas rosadas empezaron a aparecer desde donde estaba su gema hasta extenderse por el resto de su cuerpo, a las espaldas del peli negro una luz blanca empezó a formarse y una figura sin forma empezó a aparecer detrás de él.
La silueta tomaba una forma humanoide más definida, la figura mostro curvas y una larga cabellera que llegaba hasta su cintura. Aquella silueta cubrió a Steven entre sus brazos en un abrazo que logro que los gritos se detuvieran y se comenzara a calmar, pronto solo quedo que el híbrido temblara mientras aun las lágrimas salían de sus ojos. Aquellas líneas empezaron a desvanecerse y el chico tambaleándose cayo boca abajo en su cama, sintiendo la suavidad de sus sabanas se durmió dejando solo a aquella silueta.
Dicha figura vio fijamente al ahora durmiente chico, estirando su brazo intento acariciar sus rizos, pero solo termino atravesándolo y desapareciéndolo dejando la casa en penumbras total.
[.]
En cierta panadería había un chico pelinegro de cabello liso que estaba con su cabello amarrado y con ropa adecuada para lo que hacía, estaba preparando la mezcla para crear un pastel, sus movimientos eran metódicos para quien había hecho eso toda su vida.
Su mente iba a lo ocurrido con Steven suspirando probo la mezcla y saboreando supo que era hora de llevarla al horno, colocando la temperatura se dispuso a hacer masa para pan mientras el pastel se horneaba, sus ojos bicolores fueron a sus brazos que tenían las cicatrices de lo ocurrido con aquella cosa apretando de más la masa recordó lo cerca que estuvo de morir y lo decidido que estaba Steven de salvarlo.
"- ¿Qué clase de padres dejan que su hijo pelee contra monstruos? –"Pensó frunciendo el ceño sin parar de hornear, si bien había visto que Steven no era alguien normal… ¡Esa era la subestimación del jodido siglo! Steven no era un ser humano normal, pero aun así encontraba preocupante que dos padres dejaran a que su hijo peleara contra monstruos que destruirían la ciudad como si nada.
Una sensación amarga se poso en su estomago y se fue a su paladar, sus manos fueron a la harina y espolvoreo más la masa de forma inconsciente. Steven se veía menor que él, casi de la edad que su hermano menor; imaginar a su hermanito menor contra esas cosas… ¡¿Quién demonios permitiría algo así?!
La forma en la que su mamá lo vio cuando le pregunto sobre eso, era una dolida y melancólica que decía que conocía esa respuesta.
"- Te veías tan cansado… ¿Por qué? –"Sus ojos vieron el techo, la curiosidad estaba allí latiendo y queriendo ser saciada, pero, ¿Qué le impedía conocer a Steven, ahora?
[.]
La multitud estaba reunida viendo al escenario que estaba en la playa, Steven tenia ojeras y sus ojos estaban rojos por lo poco que durmió junto con la resaca que estaba sufriendo, el hibrido relamió sus labios resecos donde lo único que trataba de concentrarse era en que el dolor de cabeza no lo matara. Estaba a una distancia considerable de la multitud que estaba esperando el debate entre Nanefua y Dewey.
El pelinegro vio a la abuela de las gemelas que tenia su mirada directa en él, bajo su mirada se sentía como un niño siendo atrapado en una travesura bajo aquella mirada sintió que de alguna manera ella sabia sobre lo que hizo la noche anterior, nervioso bajo la mirada y se mantuvo distante todo lo que pudo escuchando como básicamente el alcalde cedía su puesto.
Mordiéndose el labio vio resignado eso, algo en su interior le dijo que lo ocurrido con el alcalde era algo que no tenia nada que ver en lo ocurrido, por esta vez decidió que escucharía esa voz. Viendo como le entregaba el puesto y bajaba del escenario, su vista fue a la multitud donde distinguió a los padres de Lars.
Tensándose trato de evitar que lo vieran, su mejilla se calentó ante el recuerdo de su última visita su respiración empezó a acelerarse y sintió su cabeza palpitarle. El corazón latía tan duro que le dolía el pecho y la vista empezó a enturbiársele, la negrura iba a dejarlo ciego hasta que un golpe de electricidad lo hizo volver junto con una voz que gritaba su nombre.
- ¡STEVEN! - La voz de su madre hizo que nervioso viera lo mejor que pudo a todos lados, respirando de forma temblorosa trago saliva y decidió que lo mejor que podía hacer era ir a casa.
- ¡Oye, Steven! - Una voz lo hizo voltear y vio de nuevo a Paúl, sus ojos bicolores brillaron al verlo y deteniéndose dejo que fuera hacia él, el hijo de Greg trato de ignorar las miradas de todos al ver como aquel chico se acercaba a él.
-Es bueno verte de nuevo, la verdad no sabía que estarías viendo el debate, pero… me alegra saber que estas aquí. - El más alto lo vio feliz de verlo nuevamente, algo que hizo sentir al más joven feliz de una manera infantil.
Saber que alguien que no fueran las chicas quería verlo a tal punto de buscarlo lo hizo sentir mejor, era tonto ahora que lo pensaba pero que en realidad lo hizo sentir mucho mejor alegrando su humor sombrío.
-Bueno, en realidad vine a saber si te gustaría pasar el rato, así que, ¿qué dices? - El más alto vio a Steven sonriéndole de manera amigable, algo que hizo a Steven sonreír y a asentir por impulso.
- ¡Genial! ¿Vamos al arcade? Veamos quien consigue más boletos. – Tomando de la mano al más joven se fueron directo al lugar, algo en el interior del pelo rizado se sintió más liviano y más cálido, la sonrisa en su rostro era más real y el brillo en sus ojos más fuerte.
Se sentía bien ser un chico de su edad por un momento.
[.]
El cielo estaba teñido de naranja sobre el azul dando un hermoso ocaso, en ciudad playa había dos pelinegros que salían de Funland riéndose a carcajadas mientras corrían.
- ¡Jajajaja! Pfff… ¿Viste la cara del señor sonrisas? Oh cielos ¡Jajajajajaja! Desearía tener una fotografía de eso. – Paúl estaba sonrojado de la risa, su piel pálida había optado un pequeño tono rojizo de lo mucho que se estaba riendo mientras el híbrido hacía lo mismo solo que él estaba sosteniéndose del estómago.
- ¡Si! ¡Nunca lo vi tan enojado! – Ambos estaban llenos de algodón de azúcar mientras se carcajeaban, el larguirucho estaba riéndose y cuando las risas cesaron el silencio que quedo fue uno cómodo para ambos, ambos caminaron por el muelle disfrutando de la brisa marina.
- Sabes Steven, es genial estar contigo. – El más alto le sonrió al pelo rizado, algo que Steven correspondió al instante sintiéndose a gusto en su compañía, estaba por decir algo cuando…
- ¡Paúl! -Ambos voltearon y vieron a una chica un poco mayor que el mencionado, tenia el cabello castaño y ojos verde bosque, nariz pequeña y respingada y labios delgados de apariencia agradable. Estaba usando una sudadera con capucha celeste, guantes sin dedos y pantalones rotos con zapatos color negro.
- ¿Liza? –La castaña se acerco molesta, sus cejas se juntaron al ver a su hermano y al chico con el que estaba, ambos estaban cubiertos de algodón de azúcar, pero dejando a eso de lado fue a enfrentar a su hermano.
- ¿Dónde has estado? ¿Tienes idea de lo preocupada que estaba? No puedes salir sin avisarle a nadie. -La ojiverde vio a su hermano molesta, el bicolor rodo los ojos y.
- Le dije a mamá que saldría y ella estaba bien con eso, además estoy con alguien sabes. -Señalo al híbrido con la cabeza, quien se mantenía callado incomodo de la confrontación familiar y se puso más nervioso al ver que tenía la atención de la hermana de Paúl.
- ¿Es él…? –
- Si, lo es. Así que no estoy solo, no tienes que preocuparte. -La fémina suspiro y pasando su mano por su cabello cerro los ojos, conocía a su hermano menor mejor que nadie, y seria mejor discutir sobre eso en casa.
- Bien, recuerda llegar antes de la cena. -Volteando a ver a Steven ella suspiro. – Si empieza a volverse molesto, golpéalo en la cabeza eso generalmente lo calma. –
- ¡Oye! –
- Yo… eh… no creo que eso sea necesario. -Steven se rio un poco al ver la sonrisa burlona de aquella chica, era extraño ver esa interacción, pero no en el mal sentido.
- Bien, como sea. Un gusto concerté, visita la panadería y mantén lejos de problemas a mi hermano. -
- ¡Eliza! –
- Adiós~ -Y con eso se fue dejando a su hermano murmurando enojado.
- Ignora lo que te dijo, realmente no soy molesto. -Paúl tenia el rostro rosado mientras veía con el ceño fruncido a donde se fue su hermana.
- E-Esta bien, se ve que es una buena persona. –
- Lo es, solo le gusta molestarme. –
Aun llenos de algodón de azúcar se fueron a la casa de playa para limpiarse, al entrar estaban Perla y Amatista sentadas en el sofá mientras Garnet estaba en la cocina quienes voltearon a ver a la puerta y sonrieron al ver a Steven.
- ¡Steven, volviste! – Perla sonrió mientras dejaba la taza de té en la mesa frente al mueble, Amatista se enderezo y saludo al híbrido.
- Que bueno que volviste, Steven. Perla estaba por ir a buscarte como loca si no volvías. -Dijo la morada burlona, lo le gano una mirada molesta de la pálida.
- ¿Quién es tu amigo, Steven? -Pregunto Perla ignorando al cuarzo, prefería evitar una discusión por el momento.
- Me llamo Paúl, hola. -El pelo liso saludo de forma torpe, no era la primera vez que veía a las gemas de cristal, pero generalmente era de lejos cuando peleaban con monstruos para luego irse, al estar en el mismo lugar que ellas sin monstruos en el medio podía ver sus gemas más de cerca.
- Por cierto, ¿Dónde estabas, Steven? -Pregunto la Perla.
- Sali con Paúl al arcade, deje una nota en el refrigerador. –
- Ooohh, esa. Si me la comí apenas la vi. -Dijo Amatista de forma relajada, lo que comenzó una discusión con Perla sobre comerse las notas de Steven.
- Suficiente las dos, pueden discutir más tarde. -Garnet intervino silenciando a ambas gemas, y la albina al ver mejor al híbrido vio que estaba lleno de algodón de azúcar.
- ¿Por qué los dos están llenos de algodón de azúcar? -
El trio de gemas vio como ambos pelinegros estaban de pies a cabeza llenos de restos de algodón, lo tenían en la ropa e incluso en el cabello.
-La máquina de algodón exploto. Literal. -Contesto el de ojos bicolor, le resultaba aun extraño estar con las que peleaban contra monstruos, pero otra vez, en ciudad playa nunca pasaban cosas normales.
- ¡Genial! –
-No es genial, Amatista, pudieron lastimarse. –
-El único que salió "lastimado" fue el señor sonrisas, quedo lleno de algodón incluso en su cabeza. -Contesto el mayor, ganándose unas cuantas risas de Steven quien resoplo entre risas al recordar eso, incluso el señor sonrisas quedo con un afro multicolor de dicha golosina.
[.]
Kiki veía la pequeña cajita que tenia en sus manos, la morena aun se encontraba pálida y con ojeras, pero se veía mucho mejor que antes. Su mirada estaba en aquella caja que Steven había dejado en su mesa de noche, dudosa quito la cinta rosa que estaba envuelta en la cajita y abriéndola vio un pequeño collar con un girasol de plata en él.
Sacándolo vio una nota y curiosa la tomo y desplegándola la leyó.
"Lamento lo que pasó, entenderé si me odias."
Steven.-
Pequeñas gotas cayeron en el papel, los sollozos apenas contenidos salían de la gemela pizza mientras su mente le recordaba lo ocurrido en la visita del pelinegro, aquella mirada tan herida y dolida que nunca pensó ver en él.
- ¡Kiki! ¿Te duele algo? ¿Necesitas…- Jenny sintió como su hermana la abrazaba mientras sollozaba, la mano de Kiki apretaba con fuerza el collar y la nota estaba arrugada por su agarre de hierro, la culpa estaba aprisionándola, pero su mente estaba en lo que le dijo a Steven.
- Lo lastime, Jenny. Lo lastime demasiado. -
