"Hay puñales en la sonrisas de los hombres; cuantos más cercanos, más sangrientos."


La negrura era todo lo que podía ver en esos momentos, una oscuridad que lo hacía sentir indefenso y si no fuera porque veía sus manos diría que estaba ciego. El sudor caía al piso donde veía como se creaba una onda, como si donde estuviera parado fuera una especia de líquido negro del que no sabía su profundidad.

Escuchó gruñidos y chillidos que le hicieron sentir escalofríos muy desagradables, lo que había bajo sus pies se empezó a mover por lo que termino cayendo sobre su trasero sintiendo como el "piso" se movía como una cama de agua, los sonidos se intensificaron tanto que empezó a distinguir palabras.

-̪̤̳͑̿͠R̺̣͙̲͚̿̄̔͛͌...̪͌Ȑ̢̟̎...̨̼̽̌Ř̺̥͝o̲͌...̖̻̬̫͋̏̃R̢̧̞̈͌͝o̘͕̰͐͒͐...̺̳̅͠se̘͖̊̓...̛͇̥̋-̺̳̦͇͋̀͘͡

Lo que sea que estuviera en sus pies se empezó a mover mucho, era como estar en el océano, pero estando seco. Los movimientos le impedían ponerse de pie y solo podía ver como de dicho suelo salía una forma negra, no tenía una forma definida solamente era una silueta sin forma que parecía escurrir brea.

Pero aun cuando solo era eso, el híbrido sintió un miedo frio que no lo dejaba moverse al ver como de alguna forma aquella cosa lo veía.

-̻͑R͙̰̃̈́o̧̗̩̼̓͌̅̑...̤͇̂̐Ř̳͔͋o̢̭̘̩̲̎̌̾͒͋s̛̗͇̐̓͜͢ě̢̛̙̘̼̎̕... ̨͉͎̆̕̚͜͠C͔͈̘͆̆̾u͔̞̻̓̊́͘͢...͈͙̦̭̓̕͝C̨̣̳̟̞̎̋̋̚u̪͔̔͂...a͇̪̎̂r̙͖̒̈...̳̿z͍̱̗͒͒͘ȯ̺-̥̦̈̅̈́ͅ

No lo supo, pero ahora lo tenía a centímetros de él y podía sentir como pequeñas gotas de ese alquitrán negro, estaba hiperventilando cuando "eso" empezó a chillar reventándole los tímpanos en el proceso. El sonido era horrible y estaba sintiéndolo incluso en los dientes, podía sentir sus encías sangrar por ello y cuando menos se dio cuenta.

El piso comenzó a tragárselo, intentando volar para no ser tragado por el monstruo, vio sus brazos ser atrapados por ese alquitrán negro. Al levantar la vista vio a esa cosa viscosa a centímetros de su rostro, aquella cosa negra le caía en el rostro más lo único que podía hacer era ver aquel ser deforme que parecía estar hecho de alquitrán. Un terror que no sentía desde el juicio, nació desde su estómago y comenzó a crecer, expandirse hasta terminar por todo su cuerpo. Y, con las pupilas achicadas, vio como esa cosa abría su "boca" para después escuchar el chillido más horrible que pudo haber escuchado.

Era peor que la roca de los lamentos.

La brea de sus brazos comenzó a hundirlo y, luchando a pesar de su absoluto terror sintió como aquella cosa se fundía con él; dejando solo la forma donde el híbrido se hundía lentamente hasta desaparecer.


No podía respirar.

Aquella cosa, estaba en su nariz, boca y en todos lados que pudiera haber en su cuerpo. Era como respirar aceite. Entraba en él y no había forma en que pudiera salir de su sistema.

Se retorció y retorció, desesperado, tratando de ir hacia arriba y, así, respirar. Era como si sus extremidades pesaran una tonelada y no pudiera moverse.

-̧͈̞̰̿̐̎R̹͓̱̂̽̊͗͜ȭ̼̥ṡ͕̖͖͊̽̃ͅe̗̽...̗̜̔ ̛̲̹̰̹̃̉̆͟͡C̤̱̮̘͑̊̋̈́u̿̊͢͜a̳̖̿͐r̩̝͔̰͌͑̈́̕zỏ͙͎̭̰͌̑̕...-͚̪̻̃̓̊

Quería salir. Quería respirar.

-̥̫̇͗̒͟Ȓ̢̯̪̬͆̚̕̚͢o̤̯͍̯̿̓͋̿s͈͋e̲̱̰͋̒͑ ͔̬̩̞̦͒̍͋͞C͚̮̅́͛͟ṵ̾å͎̗̺͋̈r̢̰͖̎͆̾z̦͍͖͉͉̀̑̔̎͆ô̡̯̕...̙̱͓̐̽͞-͉̤̹̼̏̂͂̚

Sus brazos y piernas le quemaban por el esfuerzo, pero no iba a rendirse.

-̧̫͇̋̒̾L̦̼̹̰̊͠͝͞a͍̖̦̼̿̒̀͡ ̯͌̅͢l̗͔̫̾̀̄í̥̗̠̻́̿̀d̨̪̥̀̔̊e̡̛̫̭̺̳͂͆͛̏r͙͌̔͋͟͟ ̥͕͗̕d̨̰̱̟̿̋̊̌̕͜e̢̛͖͞ ̝̊l̡̓a͍̘͐ ̢͚͍̋̑͘ŕ̘̺̬͇͆͐͘ȇ̫̜͙̂̽b̻͉͑͑ẻ͕l̫̯͔͖̆̋̆͠į̳̥̐̂̃ó̧̻̤͎̠̊̽̒́ň̻̲̃͢͞-̆͊͜͟

No podía ver nada, le ardían los ojos y parpadear solo lo empeoraba.

-̖͘D̮̬͓̦̘͂̄̆̓̚ę̖͍̋͞͡s͎̯̽̃t̘̟̣͔͒̍̅r͎̽u̫̹͍̬̐͐͊͘͜͝c̥̈́ṯ̛̛̛̠̮̗̽͝ͅo̹̐r͙̫̊͠à̡̛̘̖̼̋͐ ̈́̌͢ͅdȩ̙̪̫̊̉̓̓ ͎̦̈̚g̤̪̉̚e̩̺͗̀m̡̖̜̙̍̈́̑a̼͊͊͟s̯̼̭̖͂̃͘͡-

¿Esa era una voz? No importaba, ¡tenía que salir de allí!

-͉̪͒̔L̯͞ǎ͚ ẗ͙͕͍͆̆̎͟r͎̫̆̔͟͠ä͚̖̊id̫͗o̘͇̔͗r̠̋ȃ̲̇ͅ-͢͞

Era como un aceite que le quemaba la nariz y garganta, solo necesitaba aire...

-̼͐͜͝¡̪̲͌̓̓͟L̡̙̠̉̏̈́A̧̹͗́ ̺̖̹̬͓̆̽̄͘Ğ̢̛̣̹̝̈́̆̈́͜RA̗͐N̢̟͇̝̋̈́̄͆̋͟ ̡͙̪͋̄̉M̛̯̞̠͂̐̕͢E͓̬̓̄N̮̙̪̬̓̃̓̊T̛̖̫͡IR̥̝͌͒͊ͅƠ̥̘͔̐̕SȂ͎̬̐!͙̖͌͞-͍̭͖̦̘̈̈́̂̿͘

Se sentía demasiado pesado solo quería dormir...

-̠̻͑̋P̢̆i̝̪͍͇͒̚͝͞nk̹͎̆͝ ̧̮̋͛D̤͘i̡͚͐́ã͉̘̻̫̐̕͞ṁ͎o̤̦͋̉nd̥͍͕̐̅̈́...̫̙̱̥̃̆͡͞-̝̩̺̌̉̽ ̭͚̊͗


El sonido del agua cayendo era lo único que podía escuchar, Steven. Tenía la mirada en la tina mientras sentía el agua fría caer por su piel eso le hacía sentir más despierto, lo hacía sentir que de verdad estaba cuerdo. Tomando su shampoo decidió lavarse y así tratar de distraerse de aquella horrible pesadilla, respirando profundo sintió alivio al saber que nada podía dañarlo en esos momentos.

-Eso fue horrible...- Murmuró con los ojos cerrados, sin ver como su gema comenzaba a parpadear antes de detenerse.

Cuando el híbrido salió de la ducha no desayunó, fue directo a ver televisión intentando, olvidar su pesadilla. Para su desgracia, todavía podía ver destellos de ello con solo cerrar los ojos. Podía ver aquella miasma oscura sin forma a centímetros de él, soltando aquel chillido inhumano. De solo recordarlo ya le dolía la cabeza.

Sacudiendo su cabeza, decidió tratar de olvidar su pesadilla con "Amigos llorones del Desayuno". Sin embargo, por mucho que tratara de concentrarse en las figuras animadas de Pera y Mora, no pudo, recordaba partes confusas. Había una voz burlona y un deje de desprecio. Había palabras acusadoras y un horror que lo carcomía entero. Había... El chico chasqueó la lengua. La televisión no ayudaba. Salió fuera.

Tal vez hoy Connie pueda contestar sus mensajes...

En el único auto lavado de Ciudad Playa, el híbrido estaba en una silla ignorando a su alrededor. Mandaba mensajes de texto a la morena que no había visto en un buen rato. Steven Universe podía ser muchas cosas, pero no era alguien que le gustaba la soledad que estaba pasando.

Era como antes de Connie solo que esta vez todos lo evitaban de forma muy activa y le dolía saber que tenían buenas razones de hacerlo.

-Mensaje de Steven.—

Hola Connie, ¿Cómo estas hoy?

Espero que todo esté bien.

Seria genial si me dijeras que lo estás...

Supongo que te extraño

Se que ayer dije "supongo" pero quiero decir

Que te extraño...

"-Soy patético.-" Pensó leyendo sus propios mensajes. Su mano masajeo su sien mientras la impotencia y la ansiedad se apresuraban en aparecer. Necesitaba una respuesta de Connie, realmente la necesitaba. Solo saber que ella pensaba en él le sería suficiente en esos momentos.

Su vista fue a su padre, quien estaba con un auto de una mujer rubia que usaba un sombrero playero. Su piel era pálida y sus ojos de un tono verdoso. Estaba hablando con su papá sobre el mantenimiento del auto, pero era obvio que estaban coqueteando.

"-Nos olvidó...-" Susurro en su cabeza aquella voz que deseaba que fuera parte de su destrozada psique.

"-Nadie nos olvida.-" Pensó moviendo la cabeza, empezaba a tener calor, mucho calor en esos momentos.

Su atención volvió hacia su papá con la rubia. Seguían hablando y, por la risa que ambos dieron parecían estar a gusto con el otro. El tiempo pasaba y pronto Steven empezó a sentirse molesto sin saber porque exactamente. Era una sensación amarga e incómoda que venía desde el centro de su estómago y que subía hacia su paladar dándole un sabor agrio a su lengua que provocaba que arrugara la cara, removiéndose volvió su vista y vio a la mujer colocar su mano en el brazo de su padre provocando que la sensación incomoda incrementara hasta sentir como algo ardía allí.

El sudor empezó a salir y bajar por su frente, su sien palpitaba mientras intentaba calmarse y, así, al menos aparentar algo de normalidad. Tragando saliva hizo una mueca de asco tratando de ignorar el horrible sabor y aquella sensación, pudo seguir en ese estado sino fuera por el grito de su papá.

-¡Ayuda! ¡Agggh! ¡Oye amigo, Stev-o! ¿Quieres ayudar a tu viejo aquí?- El pelinegro, al ver a su padre enredado en una manguera, se levantó y fue a sacarlo de allí.

-Si papá, en un segundo.- Dijo dándole una última mirada a su teléfono donde vio su último mensaje que era un.

-Mensaje de Steven.—

Por favor háblame...

Lanzándose a ayudar al Universe mayor saltó y, tomando la manguera más cercana, la mordió. Liberándolo al fin.

-¿Estas bien? ¿Estás a salvo? ¿Aún me amas?- Realmente el de cabello rizado no supo porque dijo eso último, luego de lo que escucho de él dudaba que lo siguiera amando. Y, si lo hacía, no era como antes.

- Si, por supuesto amigo. Es solo una manguera. Puedo comprar una nueva. Todavía quedan como 9 millones de dólares y qué mejor manera de gastarlos que en mangueras, ¿no?- Dijo Greg, guiñándole el ojo al híbrido, lo que provocó que en el interior de Steven rodara los ojos al escuchar eso en el exterior solo suspiro y volvió a sentarse.

- Si... papá.-

Bing!

Saltando tomó su teléfono y, respirando profundo, vio el mensaje que le habían enviado.

-Mensaje de Ronaldo.-

¡STEVEEEN! ¿Has visto ya la caja de la princesa Koala que te preste hace 3 meses?

-...- Lo único que pudo salir de sus labios fue un suspiro de cansancio y termino por dejar todo su cuerpo en la silla caído, algo que el adulto vio preocupado.

-Oye, ¿está todo bien? Te ves un poco malhumorado.-

-Estoy un poco malhumorado.- Dijo sin dejar de ver su celular, esperando un mensaje de Connie.

-¿Quieres hablar de eso?- La pregunta hizo que el híbrido abriera ligeramente los ojos, mordiendo su labio simplemente supo que estaba fingiendo preocuparse por él.

-Aam, es solo... retrasó espacial de cuando fui al espacio.- Dijo de forma indiferente sin dirigirle una segunda mirada, levantándose se fue del lugar sin dejar de ver su teléfono, solo ganándose una mirada preocupada de su progenitor.

En la casa de la playa, el híbrido se encontraba tallando un plato con la botella de detergente y su vista perdida en el techo, lanzando un suspiro se detuvo por un momento estaba por continuar cuando:

Bing!

-¡Aaaahhh!- Grito asustado, lanzando las cosas en direcciones opuestas. Estaba por tomar el celular cuando se contuvo. -No, hay que vernos tan desesperados...- El pelinegro se hizo el desentendido hasta que se lanzó al aparato a ver el mensaje.

-Mensaje de Ronaldo.-

Solo asumiré por tu silencio que estas inmerso en el inmenso espectáculo Koala, ¿Ya llegaste a la parte donde la princesa Koala y Kangarufus se besan?

Un pequeño tic parecido al de Perla se presentó en el ojo derecho de Steven. Respirando profundo, se tragó su decepción y frustración. Hasta que:

-¡Agghhh!- Estaba pensando seriamente en romper su teléfono.

-¡Steven! ¿Quieres ayudarnos con las compras?- La voz de su papá lo hizo levantar la mirada.

-¡Ya voy papá!- Guardando su celular fue a la sala donde vio a Greg con las gems con bolsas de compras. Por lo que podía ver en las bolsas, vio como en algunas había muchos dulces que le gustaban, algo que lo confundió ya que Perla por lo general escondía esos hasta que fuera necesario sabiendo lo mucho que amaba el azúcar.

-¿Eh? ¿Eh?- Dijo el humano sonriendo, lo que le gano una mirada neutral de su hijo al no saber lo que quería decirle.

-Oye Steven, mira.- La cuarzo tenía las mejillas llenas. Las apretó con los dedos e hizo que saliera un huevo de su boca. -Fresco de granja.-Le dijo con una sonrisa relajada, dejando al híbrido sin saber que pensar siquiera.

-Ehhh, gracias, pero el refrigerador está lleno.- Dijo con su vista en su celular.

-El de esta casa está lleno pero, ¡no el de nuestra casa de vacaciones!- Dijo sacando un pequeño cañón de serpentinas que activo.

-¡Uuuuhhhh, vacaciones!- Las gems se veían emocionadas mientras aplaudían.

-Pensé, ¿por qué gastar dinero en mangueras cuando puedo gastarlo en casas? Así que encontré un lugar para alquilar por el fin de semana.- El castaño mostró su teléfono con la imagen de la casa con 4 estrellas en él.- Volveremos a los viejos días, cuando íbamos de puerta a puerta, pero estos son los nuevos días.- Una de sus manos fue al hombro de su hijo quien, al sentirlo, lo quito de forma sutil, sin quitar su vista de su celular esperando el mensaje de Connie.

-De acuerdo. Bueno que se diviertan.- Dijo indiferente, encogiéndose de hombros ganándose una mirada impactada de Greg.

-¿Ah?, Steven tú también vendrás con nosotros,- Dijo mandándole una mirada a las gemas de cristal. -¡Cof cof!-

-Oh si! Este es el momento perfecto, es decir, con qué frecuencia estamos juntos en el mismo planeta.- Contestó Perla sonriendo mientras abrazaba la bolsa de comestibles, aunque sus pensamientos eran distintos.

"- No lo suficiente. No lo suficiente.-"

-¡Si! Y estarás con tus gemas favoritas y tu papá favorito.- Le siguió Amatista, sonriendo al pelinegro.

"-Ya no creo considerarlo mi papá favorito...-" Pensó desganado Steven sin mirar a nadie. Si era honesto dudaba que pudiera ver a Greg como antes.

-Estoy de acuerdo con Amatista, Steven debes ir,- Añadió la fusión vio al más joven de forma decidida detrás de sus lentes. -no con más entusiasmo, ¡Steven! Son vacaciones.- Levanta el pulgar y le sonrío al chico esperando que aceptara.

-Quiero decir: lo haría, pero estoy muy ocupado con algo importante ahora. -Dijo antes de volver la vista a su teléfono.

-Mensaje de Ronaldo.-

Al final, los Wombats fueron para nada, pero te hacen pensar...

-Iré...- Ni siquiera quería seguir leyendo esos mensajes... tal vez debería bloquear a Ronaldo.

-Accedió.- Dijo la fusión con una sonrisa y moviendo el brazo en señal de victoria.


-Rancho Hogar-


La camioneta se detuvo frente a una cabaña de aspecto acogedor. Greg la miraba con una sonrisa emocionada mientras que Steven, al verla, solo suspiro cansado para luego bajarse de la camioneta.

-¡Aquí esta! Hogar, dulce hogar temporal.- El pelo rizado seguía viendo su teléfono luego de haber salido de la camioneta y, apenas haciendo un sonido de reconocimiento, levantó la vista al ver a Amatista y Garnet meter su cama a la casa.

-¿Esa es mi cama?-

-¡Si! Quiero que estés lo más cómodo posible. Ahora tienes un poco de tiempo en familia. Siento que no lo has tenido en años.-

"-¿Por qué será?-" No lo diría en voz alta pero el pelinegro empezaba a darle algo de razón a aquella voz.

-Sí... quizás...- Dijo indiferente. Esperaba que al menos Connie le mandara un mensaje.

-Este lugar es genial. ¡Tiene uno de esos refrigeradores que dispensan agua! Sin mencionar 4 ventanas y un reloj analógico.-

-Mmm... aquí dice que no podemos usar el dispensador de agua o el reloj, y las ventanas deben mantenerse cerrada en todo momento. También hay que quitarse los zapatos antes de entrar. Hmm- Dijo Perla, leyendo las instrucciones que dejaron los dueños. Su vista fue a los zapatos de al lado del tapete, donde los tomo y los arrojo lejos antes de entrar a la casa.

-Este lugar te va a encantar.- La puerta se abrió de nuevo, Amatista se asomó:

-Oye Greg, ¿invitaste a alguien más? chico de fiesta, de un metro de largo y semi reptiliano.- Dijo con una mirada algo aburrida.

-¿Nooo?-

-Bueeeno, quizás quieras contar a uno más.- Apenas dijo eso se escuchó cosas cayendo al suelo, junto el siseo de una serpiente.

-¡Ah! ¡Invitado! ¡No!- El sonido de cosas cayendo y rompiéndose hicieron que la gema viera a esa dirección.

-Lo prometo, esto será, en verdad, genial.-

"-Entonces no debería tener muchas expectativas.-" Pensó con ironía, sin dejar de mirar su teléfono.

-Es un gran lugar, papá...- Dijo con resignación. Apenas llegaron al lugar y ya quería irse.

La noche empezaba a hacerse presente. El cielo se oscurecía lentamente. El color naranja del ocaso lograba traer presente pequeños tintes rosados. Las estrellas estaban allí, dando un escenario hermoso.

-Venció a Perla una vez, pero ya sabes, somos gemas, así que estará bien.- Dijo el cuarzo con una lata de gaseosa en la mano. El Universe mayor, quien estaba haciendo un asado. Un quejido los hizo voltear y Perla estaba en una silla reclinada, con una bolsa de hielo en su cabeza y con su mano tapando sus ojos.

-No es el dolor, es la sorpresa.- Volvió a quejarse, mientras terminaba por recostar su cabeza en la silla. A su lado, estaba Garnet, en posición de loto, con un cuenco de sopa. La peliblanca y el humano notaron cómo el híbrido estaba lejos de todos, con la mirada fija en su celular.

-Oye Amatista, ¿crees que podrías...?- Comentó señalando a Steven.

-Sí.- Dicho esto, hizo camino hacia Steven. Cuando llegó, se recostó en la camioneta. -Hola, Steven.-

-Hola, Amatista.- Saludo sin voltearse ver.

-Viejo, pueden verse todas las estrellas desde aquí, ¿hermoso, no?- Comento mirando el cielo con una sonrisa relajada.

-Aaaah, no lo sé,- Su atención se fue de su teléfono y vio el cielo. El rosa se fusionaba con el azul, dándole un aspecto hermoso. Las estrellas parpadeaban. -está bien, supongo.- Movió los hombros, indiferente, y su vista volvió a su celular ignorando a la gema.

-Oye, está bien, incluso si no está bien.- Dijo, colocando su mano en el hombro del pelinegro. Él volteó a mirarla confundido por sus palabras.

-¿El cielo?- El rizado miró confundido a su amiga.

-¿Siii?-

-¿Qué?- Ahora estaba más confundido.

- No lo sé. Entonces...- Sus ojos vieron el objeto de la atención del híbrido. -Aah... Entonces, ¿Qué? ¿Estás pegado al teléfono?-

- No- Contestó, sudando algo nervioso. Guardó el teléfono con una sonrisa nerviosa, para luego juntar las manos mientras que Amatista ve a Greg y así levantar los hombros en señal de no saber que hacer ganándose una mirada preocupada del Universe mayor.

Steven aun con su vista pegada al teléfono choco con la puerta hasta que la abrió para salir de la casa, estaba por irse cuando.

-¡Oye, Stev-o!-

Dirigiendo su vista hacia quien lo llamaba, vio a su papá en el jacuzzi de la casa, con Garnet.

-¿Quieres tomar mi lugar? He estado aquí tanto tiempo que voy a convertirme en una pasa.- Dijo sonriendo. Luego le dirigió una mirada a la fusión, y le guiño el ojo.

-Steven, acompañarme. Vuélvete una pasa.- Dijo Garnet.

-De acuerdo, dame un minuto.- Se marchó para poner su celular en una bolsa de plástico y, después, se metió al jacuzzi con la morena.

-Steven, sé que te está molestando.- Las palabras de la líder del equipo hicieron que el híbrido casi entrara en pánico. Aunque, si era honesto, una pequeña parte de él deseaba que ella lo supiera.

La idea de saber que tendría que lidiar con las emociones de las chicas por no haberle dicho era pequeño con saber que ellas lo iban a consolar, ahora todo iba a estar mejor.

-¿Lo sabes? Vaya, sí que lo arruiné, ¿verdad?- El alivio era tan grande que sentía ganas de llorar, y realmente iba a...

-Realmente no hiciste nada. Diamante Rosado era una villana,- Y, tan pronto como el alivio vino, se fue. Ni siquiera sabía porque estaba tan decepcionado. -fue hace 5,750 años. Diamante Rosa estaba devastando el planeta...- Una figura muy grande con una forma de diamante en el vientre sonreía con desestabilizadores en las manos, a su alrededor había gemas listas para pelear contra la diamante.

-Si, lo sé.- La imagen se detuvo y volvió a donde estaba Steven y Garnet.

-Oh...-

-Diamante Rosa era mala. Todo lo malo tenía que suceder para que cosas malas tuvieran que parar.- Dijo de forma monótona. Su mirada se tornó cansada y volvió su atención al teléfono, ignorando a la fusión.

-Oh, bien. Me alegra que lo entiendas.-

Todo quedo en un silencio tenso, dejando a la chica de los lentes con un sabor amargo en la boca.

Ya siendo de día, Steven se encontraba meciéndose en el piso de madera observando algo desesperado su teléfono.

- Vibra, vibra. Al menos sacúdete un poco.-

Dentro de la casa empezó a escuchar voces, curioso fue a la puerta y comenzó a escuchar, teniendo cuidado de no ser descubierto.

-Oigan pueden intentarlo de nuevo.-

-¿Qué se supone que hagamos? Simplemente no quiere hablar de eso...- Dijo la gema morada con los brazos cruzados.

-Pero... sé que no es retraso espacial. Esto es algo de gemas. Saben que no entiendo, no sé nada del planeta madre, no sé nada sobre su sociedad o de cualquier cosa horrible que vio allí. Ustedes tienen que ponerlo en contexto.- Al escuchar a su papá tan frustrado, Steven sintió una leve esperanza de que tal vez... solo tal vez si le importaba.

-Si Steven no nos habla, la ayuda que podemos darle es limitada,- Aunque si bien era cierto que todas intentaron hablar con Steven. Ella aun con su visión futura en tal estado estaba con las manos atadas.

-Dentro de Garnet—

Una luz rojiza parpadeaba, mientras, otra azul hacia lo mismo.

Rubí:- Aun podemos usar mis ideas, no haría daño.-

Zafiro:- Ya dije que no. Ya lo discutimos.-

La razón de esa conversación, era que ellas mismas discutieron por separado sobre que podían hacer para ayudar a Steven, solo que no salió como se esperaba.

Flashback.

En la oscuridad de la noche, justo en el bosque cerca de la casa, las estrellas brillaban y se podía escuchar el ulular de los búhos al lado de un árbol. Había dos gemas discutiendo sobre lo que le pasaba al miembro más joven del equipo. La gema azul estaba sentada en un tronco, mientras su pareja estaba caminando. La segunda daba ideas sobre cómo podían actuar, y con eso me refiero a que rubí las daba y zafiro las rechazaba.

-¿Y si...?- Estaba por decir algo, cuando su pareja la interrumpió.

-No, Rubí. No vamos a secuestrarlo para que nos diga. Sabes que Steven odia que lo secuestren.- Dijo la vidente con voz calmada.

-Bueno, que tal...-

-Tampoco vamos a secuestrar a alguien de la ciudad para obligarlo a hablar, Steven lo descubriría y sabes lo que piensa de eso.- Dijo algo desganada Zafiro. Eso hizo que la gem roja resoplara.

-Y...-

-No.-

-Pero...-

-No vamos a asustar a Steven para que hable. La última vez no nos habló por semanas.- Le recordó.

Ambas estaban de acuerdo en que odiaban ser ignoradas por el híbrido. La última vez que lo hicieron era un niño y no les hablo por 2 semanas. Odiaron esas 2 semanas como nunca.

La roja al ver que se quedó sin ideas exclamó:

-¡Aaaahhh! ¡Se me quemo el cerebro!- Enojada, invocó su manopla donde dio un puñetazo contra el árbol lo que lo hizo temblar para que después que se callera sobre su cabeza el nido de un ave, ganándose la risa de su pareja y que terminara suspirando resignada. Quitándose dicho nido de la cabeza, volteo a ver a su pareja, quien estaba tapándose la boca, evitando que Rubí viera la sonrisa que tenía en la cara.

-Aaahhh...- Suspirando deshizo su guante y preguntó. -¿Sigues sin ver algo?- Pregunto esperando que esta vez la respuesta sea diferente. Sin embargo, cuando vio cómo su pareja volvía a su estado de seriedad, supo que no sería así.

-Aun no puedo ver nada. Cada vez que lo intento mi visión es bloqueada y...- Su mano fue a su cabeza, dando a entender lo que le pasaba. La gema rojiza fue directa hacia su otra mitad, quien acepto el abrazo que esta le daba.

-Significa que...-

-Me temo que sí. Tenemos que hacer eso si queremos acceder a mi visión futura.- Separándose la gema guardiana, comenzó a caminar de un lado a otro.

-No sabemos lo que pasa con Steven. La visión futura de Garnet y la tuya están fallando. Y no podemos ayudar a Steven. ¡Oh esto es fantástico!-

Su grito hizo que, de su cabeza, saliera una llamarada de fuego, lo que hizo que la azul la mirara con una gota de sudor bajando por su mejilla.

-Ay, gema de mis amores.- Dijo la peliazul, negando con la cabeza y viendo cómo continuaba sacando fuego de su cabeza.

Fin Flashback.

-Todos hemos intentado convencerlo excepto por...-La fusión dirigió su mirada a Perla. Aunque en su interior era otra historia.

"Rubí:- Aun podemos usar mis ideas.- Trato de convencerla la gema roja.

Zafiro:- Rubí. No.-

Rubí:- Aaww.- Se quejó."

-¿Yo? Pero... no tengo idea de lo que es planeta madre ahora.- Dijo la muchacha pálida, algo intimidada por la atención que estaba recibiendo.

Steven apretó los labios al ver todo lo que pasaba.

-Perla, por favor.- Rogó el Universe mayor.

-Él sabe que conoces sobre cosas del espacio.- Dijo Amatista, cada gema quería saber que le ocurría al híbrido y si eso significaba hablar del Homeworld iban a hacerlo.

- No te hará daño intentarlo.- Dijo la fusión colocando su mano en el hombro de la Perla. Ésta resopló.

"Rubí:- Tampoco haría daño que yo lo intentara.- Volvió a insistir la gema roja.

Zafiro:- Rubí.-

Rubí:- ¡Oh, vamos!-

Zafiro:- La última vez que lo intentaste, quemaste Roma y les echaron la culpa a los cristianos.- Le recordó la vidente. Y, sintiendo la vergüenza de su pareja supo que su discusión terminó.

Rubí:- Eso fue un accidente...-

Zafiro:- Aun así, mi respuesta es no.-"

La de ojos color cielo aceptó y, ,Steven, al ver que esta iba a salir, regresó rápido a donde estaba, fingiendo mirar su teléfono. Escuchó la puerta abrirse y cerrarse detrás suyo. Después vió a Perla sentarse a su lado.

- Uff, seguro que se está tranquilo aquí, ¿eh?- Comentó de forma forzada la gema.

- Sí...- Contesto de forma desganada el pelinegro. Aparentó que no había escuchado nada de lo que hablaron.

- Así que planeta madre...-

Steven continuaba mirando su celular mientras se mordía la parte interna de sus mejillas.

- Siempre espere que lo vieras algún día, pero pensé que estaría allí contigo. Al ser llevado allí como un prisionero, supongo que fue una experiencia traumática.- La de cabello melocotón miró después al cielo ante eso. Ya se estaba reprochando por haber dicho eso.

"-No lo empeores, Perla.-" Pensó, recordando que debía de ayudar el niño no empeorar su estado.

-Es solo que, Steven, estoy segura de que tienes muchas preguntas y ahora quieres respuestas. Por ejemplo, sobre las diamantes. Hay cosas que son imposibles de explicar, pero yo...- Antes de poder continuar, su mano se posó sobre su boca, evitando que pudiera decir otra cosa. Escalofríos comenzaron a calar en la forma física de la gema. Sintió como su piedra comenzaba a calentarse y a palpitar. Recuerdó de una sonrisa delgada y unos ojos rosas, en forma de rombos. Una voz que decía:

-Por favor, nunca hablemos de esto otra vez. Nadie debe saberlo.-

-Por favor, nunca hablemos de esto otra vez. Nadie debe saberlo.-

-Por favor, nunca hablemos de esto otra vez. Nadie debe saberlo.-

-Nadie debe saberlo.-

-Nadie debe saberlo.-

-Nadie debe saberlo.-

-͚͂Ņ̠͖̦͕̆̿̔͊̋a̟d͓̻̣̖͛̑̎̕ȉ͙ę̡̗̳̃̈̇͠ ͎̞̋̅ḑ̡̢̼̩̂̉͂̀̕e̮̟̫͑͊́b̰̘̖̝͛̏͒́ę͖̒̊ ̼̝͕̂̂̆̾ͅs͚̫̞̣̹̋͌̃́͞a̛͖̥̓b̧̲̏̇e̮̚ṙ̛̻͔̲͔̒̍͜͝ḻo̤̭̔̉.͚̺̦̰̹̇̐̇̄͡-̫̠͖̬͕̉̌̌̌͠

-¡Steven! ¡Yo...!- Su mano volvió a su boca, la fuerza que su propia mano tenía aumentaba mientras trataba de decir algo.

Su gema palpitaba y una migraña que sabía la dejaría en su gema comenzaba aparecer, su piedra se calentaba mucho y solo deseaba soltar su boca para hablar y revelar aquella maldita verdad, la misma que fuera obligada a guardar por aquella gema por la que estaba dispuesta a morir.

-¡Connie me odia!- Grito Steven, totalmente cansado. Eso hizo que Perla le prestara atención y que todo lo que estaba sintiendo se detuviera, bajando su mano.

-¿Qué?- Los demás al escuchar, lo que dijo Steven, salieron de la cabaña.

- ¡No estábamos escuchando!- Dijo Greg, apenas estuvo afuera.

- Aunque continua, Steven.- Dijo la fusión.

- No estoy molesto por lo que paso en el planeta madre, aunque si mucho de eso estaba realmente mal, pero ¡Mi relación con Connie esta aún peor! la deje para ir al planeta madre después de prometer que enfrentaríamos todo juntos. Estoy seguro de que herí sus sentimientos la he llamado, le he escrito toda la semana, pero no ha respondido ni una vez. ¡Connie no volverá a hablarme de nuevo!- Steven había sacado mucho de su sistema, había dicho lo que consideraba lo lastimaba más en esos momentos y con lágrimas en los ojos salió corriendo.

- ¡Steven!- Garnet quería ir detrás de él y consolarlo. Estaba por hacerlo cuando Greg se lo impidió.

-Iré yo a por él. No sé nada sobre el planeta madre, pero sé sobre esto.- Buscándolo por los alrededores grito su nombre. -¡Steven! ¡Steven!- Deteniéndose, el castaño vio, entre unos barriles, la camisa de su hijo.

-Steven no está aquí.- Murmuro triste, deseando desaparecer.

-Oh eso es muy malo. Entonces hablaré con este barril en forma de Steven.-

-Si quieres...-

-Stev-o, si esto era sobre Connie... ¿por qué no dijiste nada antes?- Pregunto el mayor, no viendo como Steven apretaba sus labios.

"-Porque no sabía si te importaría...-" Pensó el pelo rizado.

-Esta avergon- Murmuro algo contra su brazo, algo que Greg no entendió.

-Estabas avergi? avergr? ¿Avergonzado de hablar esto con tu viejo sobre tus problemas?-

-Estaba avergonzado ¡Si! Estaba muy avergonzado. Tú y las gemas, esto sobre Connie y me preguntaba, si sabias lo que paso entonces también te enojarías conmigo.- Dijo el mitad diamante.

-Oh Steven, por supuesto que no me enojare, estoy seguro de que Connie tampoco, bueno al menos estoy seguro de que no te odia. Y que todo eso de entregarse al planeta madre era una situación de alto estrés, en verdad nos preocupaste a todos, yo tampoco lo he superado y, supongo que llevarte a la mitad de la nada para pasar tiempo contigo es mi manera de lidiar con eso. Tal vez alejarse de ti es la manera de Connie.- Steven había comenzado a salir de los barriles escuchando lo que su papá decía.

-Pero lo último que hice fue un montón de textos tontos. Hice una broma extraña sobre el tenis y ni siquiera sé si tiene sentido.-

-Tenis?- Steven le paso su teléfono, mostrándole sus mensajes.

-Ves? No es extraño que no me responda.-

-Ahhhh... Steven aquí no hay nada de señal.- Le dijo mostrándole, su teléfono.

-... ¡¿Qué me estás diciendo?! Tal vez ha estado intentando ponerse en contacto conmigo todo este tiempo y, ¡no lo he visto!- Dijo en pánico tomando al hombre de las mejillas, viendo que, en efecto, no tenía señal.- ¿Y si ella piensa que estoy ignorándola? ¡Papá, tenemos que encontrar señal!-

-De acuerdo!- Abriendo las puertas de la furgoneta, Steven comenzó a decir.

-¡Vamos! ¡Vamos!- Haciéndole señas a las gemas para que subieran.

-¿De acuerdo?- Dijo Perla, subiéndose con las otras.

En el asiento del copiloto y con su celular en la mano, Steven dijo:

-¡Acelera!-

Steven mantuvo su mirada fija en su teléfono tratando de encontrar señal.

-¿Y bien? ¿A dónde vamos?- Preguntó el humano, conduciendo sin rumbo fijo.

-Gira a la derecha!- Desde afuera se veía a la furgoneta doblar a la derecha.- Regresa!- La camioneta comenzó a retroceder, era un milagro que no hubiera autos cerca.- No espera! ¡Continua!- En el celular comenzó a aparecer un poco de señal mientras la camioneta continuaba avanzando, algo que puso a todos nerviosos. Se estaban acercando a un acantilado.

-¡Ya no queda camino amigo!- Dijo nervioso y sudando.

-Solo un poco maaas!- Dijo el híbrido, viendo como estaba cerca de conseguir algo de señal.

-¡Tendré que detenerme!-

-¡Casi la tengo!- Greg ya demasiado asustado, detuvo la camioneta a nada de caer al vacío.

-Uffff-

Steven se quitó el cinturón y se subió encima de la camioneta esperando tener la tan ansiada señal.

-¡Vamos! ¡Vamos! ¡Vamos! ¡Si! ¡Tengo señal!- Dijo contento.

"Nuevo mensaje"

- ¡Ja!- Emocionado abrió el mensaje, sintiendo la decepción aplastarlo.

-Mensaje de Ronaldo-

Steven! cuando no tuve noticias de ti estaba seguro de que un complot nefasto estaba en camino...

Apretó el teléfono, queriendo romperlo, pero, simplemente, dejó de ver sus mensajes. La frustración y las ganas de destrozar algo estaban allí, pero sabía que no ganaría nada con eso.

-¿Y bien?- Dijo Greg, subiendo su cabeza al techo de la camioneta y viendo como Steven estaba cabizbajo.

-No... sin mensajes de Connie.-

El castaño se subió para luego sentarse al lado del chico mientras que Steven recostó su cabeza en sus piernas, cansado, dejando que su atención fuera a las estrellas.

-Saldrás de esta, amigo. Sé que es doloroso ahora, pero, dale tiempo.-

-Lo sé, necesitó dejarlo ir.-

Las gemas se asomaron viendo la escena y la de cabello melocotón dijo:

-¿Hay espacio para 3 más?-

Eso le saco una sonrisa al más joven.

-Siempre.-

Las gemas se subieron y cada una se colocó en una posición diferente encima del techo: Garnet en posición de loto, con los brazos cruzados, Perla sentada sobre sus rodillas y Amatista, acostada.

-¿Bonita noche, cierto?- Dijo Amatista.

Steven las vio y su brillo lo llevo de vuelta al juicio de las diamantes, en ese momento aun estando en peligro letal lo vio en los ojos de Blue, brillaban mucho y aquellas estrellas, le recordaban su mirada de muerte que le dedico. Sabiendo de su odio, que era dirigido únicamente a él no pudo evitar pensar en lo lindos que eran sus ojos, casi tan lindos como cuando Yellow sonrió de aquella manera cuando iba a ejecutarlo.

-Si... lo es.- Y por esos momentos, Steven se sintió en paz.


Los acordes eran desiguales, las notas estaban hechas con nostalgia y, en el único auto lavado de la ciudad, Greg Universe estaba tocando su guitarra, recordando. Recordando rizos enormes y rosados que le causaban cosquillas en el cuello y en el rostro rostro. Recordando ojos negros que tenían una profunda calidez y que atraían a cualquiera hacia ellos, junto con una voz demasiado dulce para ser algo real.

Los recuerdos de una época donde aún tenía cabello en la cabeza, y donde tenía aquel sueño de ser una gran estrella del rock. Un sueño que no pudo cumplirse por haberse quedado allí.

-No es como si no deseara que naciera. No es como si no lo amara. Lo amo, lo amo mucho.- El castaño hablaba solo, sus dedos tocaban los acordes de forma que se podía escuchar una melodía hermosa pero simple. -Steven es la parte más importante de mi vida. Es un pedazo de mí y de ti, Rose.- Sus ojos se cerraron al recordar la sonrisa de aquella gema rosada.

-Pero, a veces, a veces todo es demasiado. Atrapado en este lugar para siempre. Sin hacer gran cosa. Todo esto me supera y, ahora, solo debo esperar a ser llevado por el océano en unos años. Junto con mi cabello, y junto con mis sueños.- El viento sopló, las hojas se movieron y el cabello del hombre siguió el movimiento. Abriendo los ojos vio la guitarra en sus manos recordó una época donde fue joven y tenía sus ojos en la cima del mundo.

-A veces me gusta imaginar, qué hubiera pasado si no te hubiera conocidó. Si hubiera escuchado a Marty y hubiera ido a la siguiente ciudad. Me gustaría pensar que conquisté la cima del mundo.-

Deteniendo la tocada, acaricio la madera del instrumento. Recordó sus conciertos.

-Dicen que es un engaño pensar que un cambio en el pasado mejoraría el presente pero, con este presente, no puedo evitar pensar en lo que pudo haber sido de mis sueños. Y eso es muy deprimente.- Dando un suspiro pesado dejo que sus pensamientos continuaran. En esos momentos podía aprovechar sacar todo de su pecho.

-A veces, simplemente desearía no haberte conocido, Rose. Aunque eso implique que Steven no hubiera nacido...- Dijo eso de la forma más sincera posible, sin saber que su hijo lo había escuchado.

Steven no podía creer lo que escuchaba. Estaba recostado, detrás de un árbol, entre la maleza. Había escuchado claramente cómo su padre, deseaba una vida, un mundo sin él.

-¿Eso es lo que soy para ti?- Apretó los puños mientras temblaba y sentía las lágrimas queriendo salir de sus ojos, pero la tristeza que sentía era opacada por la ira una que estaba por salir.

-Un maldito estorbo. Un clavo en tu camino.- Se dijo entre dientes.

Su gema estaba pulsando contra su cuerpo y podía sentir como se comenzaba a calentar, algo que era ignorado por el pelinegro. La rabia pudo más al final; el chico salió detrás de la maleza y encaró a su padre.

El hombre quedó en silencio. Viéndolo con ojos muy abiertos y asustados, sabiendo que el niño había escuchado lo que dijo.

-Steven...-

-¡¿Es lo que de verdad quieres?!- Le grito, estaba tan cansado de que lo culpen por todo, pero esto...

-Ste...-

-¡¿Crees que quería que esto ocurriera?! ¡¿SER SECUESTRADO?! ¡JUZGADO! ¡CASI MORIR!- Las lágrimas querían salir de sus ojos, pero la ira se lo impedía. Se negaba derramar una lágrima frente a él.

-Steven. No. Espera. Lo que dije fue...- Quería excusarse, convencerlo de que olvidara o lo perdonara por lo que escucho, Steven lo sabía y estaba cansado de eso.

-¡SÉ LO QUE ES! ¡SON TUS DESEOS! ¡UN MUNDO DONDE YO NO TE ESTORBO!- Dolía saber eso, pero ya no podía mentirse. Esta vez fue fuerte y claro. Su papá no lo amaba. Ya no.

-¡Steven! ¡Sabes que eso no es cierto!- El de pelo rizado levanto una mano, y señalando su oreja, exclamo:

-¡TE OÍ!... Te oí...-

La ira y la furia comenzaron a desaparecer de sus rasgos y ahora solo había un semblante triste con ojos vidriosos.

-Fue tu voz...¿Estabas actuando?... No, no lo estabas. Es lo que sientes, te prometo tenerlos en cuenta.- Y, así, se volteó y se fue corriendo del lugar. Ignoró los llamados por parte de su progenitor y dejó que aquellas gotas saladas nublaran su visión.

Cuando ya no pudo escucharlo, comenzó a detenerse y arrodillándose, en la calle comenzó a sollozar. Era de noche y nadie estaba a la vista. Mordiéndose el labio inferior, trato de controlarse, pero no pudo. Dejo que varios quejidos salieran de su garganta sin poder parar. Comenzó a lamentarse ya sin contenerse. En medio de su llanto, sus oídos escucharon algo a lo lejos. Casi pudo ignorarlo, pero despertó su curiosidad.

Tranquilizándose, seco todo rastro de lágrimas y levantándose, fue a ver que era. Cuanto más se acercaba, más podía escuchar el sonido de golpes acompañado de los quejidos de alguien, guiándose por el sonido termino en un callejón oscuro, donde la única fuente de luz era de la luna y allí vio algo que le hizo hervir la sangre.

En dicho callejón había 2 personas, un chico y una chica. Solo que la chica estaba en el suelo y, el varón se cernía sobre ella con el puño en alto listo para golpearla.

-¡¿Acaso crees que voy a dejar que me dejes así?! ¡No me hagas reír!-

Paf!

Una bofetada resonó y Steven sintió mucha ira, la chica se estaba tomando de la mejilla, mientras trataba de hacerse más pequeña.

-Ya te dije que no pienso volver contigo...- Su voz era baja tratando de tener algo de valor frente a su exnovio.

El chico iba a volver a golpearla, pero un escudo rosado pasó cerca de su cara, evitando que pudiera acercarse a ella. Ambos voltearon a ver al híbrido quien estaba enojado viendo al otro.

-¿Qué haces aquí? ¡Esto no te incumbe! ¡Largo!- Le grito al pelo negro, tratando de intimidarlo, algo que no pudo lograr.

-Aléjate de ella.- Dijo serio el gem. Tenía otro escudo en su mano y estaba conteniéndose para no golpear al patán frente a él.

-¡Lárgate de aquí, mocoso!- Iba a golpear chica quien estaba ya de pie. Steven pudo notar los moretones en su cara, lo que lo enojo más. Sin contenerse, se lanzó hacia el chico mayor y le dio un puñetazo en la cara, derribándolo al suelo.

La fémina abrió los ojos al ver eso no evitando la satisfacción de ver a su ex, golpeado y sangrando. Como él llegó a hacerle a ella.

Steven vio al chico tomarse de la nariz y ver cómo le sangraba, no se preocupó por eso. Deshaciendo su escudo le dijo:

-¡No la volverás a golpear nunca o la próxima vez te destrozare la cara!- Viendo que entendió el mensaje, volvió su atención a la chica.

-¿Estas bien?-

-Si... estoy bien.- Ambos salieron del callejón dejando a ese chico en el suelo sangrando y, caminando, sin rumbo la chica hablo.

-Gracias... por lo que hiciste. Gracias.-

Ahora que no estaban en la oscuridad, Steven pudo verla mejor. Era más alta que él. Morena y de ojos chocolate. Tenía el cabello ligeramente rizado y le tapaba el ojo derecho como con Amatista. Tenía labios carnosos con un labial rojo en ellos. Dejando de lado los moretones, era bastante bonita.

-No hay de qué... no podía dejar que te tratara así.- Contestó, sonrojándose ligeramente. Bajó su mirada al piso, algo avergonzado.

-Aun así, debo agradecerte por eso. No sabía que pudo pasarme si tu no hubieras llegado...-

-Steven. Me llamo Steven.- Se presentó dando su mano.

-Bueno, Steven, me llamo María. Un gusto.- Saludó con una pequeña sonrisa en sus labios.


Estaba oscuro.

La única fuente de luz venía de los rayos que surcaban el cielo, iluminando por un breve instante a una figura negra. El árbol más cercano estaba siendo desgarrado por esa misma figura, quien estaba descargando su ira con él, junto con gruñidos y gritos de cólera. Salían desde lo más profundo de su pecho.

-̨̛̺̱͐̽͘͞ͅͅ¡̙̓M͕̜͖̻͐̂̾̚A͟͞Ḽ̢͖̹̎͗͠͞Ḋ͈̰̱͔͗̋̇̾͟I̮̗̒̀C̥̙̣͖̭̈́̐̒͘͡I̦̺͛́ͅÓ̺̒N͎̣̻̭̓̽̒̓! ͎͎̩͐͋̉¡͔̉̌ͅM̡͕̫͂̅̎A̖͑L̡̺̀̊D͎̭̝̍̔̆I̳̿T̟͙̀͞Â̞ ̗̾S̢͕͂͡E̲A̧̖̪͔̋̌̓͑͜͞!̧͕̻́̇̃-̧̞̈̎

Dando un último alarido vio el cielo y exclamo:

-̭̀¡͓̼̆͛S̹̮̈́̀Ȏ̢̌͜͡ͅL͈̱̐̋O͈͞ ͇̮̱͇̈́͂̇͐͒ͅD̙͗Ẽ͜J̲̟̗̇͊͑Á̧̧̛̭͊M̗̋Ȅ̗̻͓̋̐ ̤̼͔́͌̅͟͝S͐͜Ą̫͕̓̓̉L͈̩̰͎̆̌͐͠Ī̬R̟̪̂̅!̫͈͓̊̈́̍̍ͅ-̨̡͚͌̃̇ ͎̔

Y del cielo solo hubo relámpagos y rayos más violentos retumbando, y que intimidarían hasta al más valiente.