Audición dinámica
El cielo lleno de nubes negras, junto con algunas lloviznas espontáneas, augura que hoy será un día difícil. Ver los rostros serios de los demás pasajeros del metro no ayuda en nada para intentar subir nuestros ánimos. Yo sigo segura de mis habilidades, así que mis preocupaciones van dirigidas a otras personas. Por una parte, temo que aquella manía de Kohinata de no mostrar todo su potencial en público haga que ella no pase la audición, algo que a mi parecer es muy injusto, pero tengo las manos atadas en ese sentido. A lo sumo podría darle algunas palabras de aliento antes de que sea su turno. Por otro lado, está la tensa situación entre los bombardinos. Esa especie de disputa entre Kanade y Natsuki pone a Kumiko un poco entre la espada y la pared. Ambas creemos que lo mejor es que ellas dos pasen las audiciones, lo que puede ser difícil para la vicepresidenta. Por supuesto, también me preocupa que toda esa situación afecte el desempeño de mi novia.
—Trata de poner la mente en blanco y pensar solo en las piezas que estamos preparando —aconsejo.
—Lo intentaré. Gracias, majestad.
Kumiko me dedica una fugaz sonrisa antes de volver a la expresión seria que ha tenido desde que nos encontramos en la estación hace unos minutos. Con discreción tomo su mano y le doy un leve apretón, gesto que ella corresponde.
Es inusual ver el salón de música sin la habitual alineación de las sillas. Todos los miembros de la banda estamos de pie, algunos de primero viéndose incómodos, esperando las indicaciones sobre la forma en que se llevarán a cabo las audiciones durante hoy y mañana. Al centro, Natsuki, Yuuko, Kabe y los profesores Taki y Matsumoto conversan, al parecer ultimando detalles de la logística. Tras un par de minutos extra, es la profesora Matsumoto quien toma la palabra.
—El día de hoy nos centraremos en los instrumentos de viento metal y los contrabajos, mientras que mañana será el turno de los vientos de madera y las percusiones. El orden será de los instrumentos más agudos a los más graves, por lo que hoy audicionarán primero las trompetas, luego los cornos franceses, los trombones, los bombardinos, las tubas y por último los contrabajos, mientras que mañana irán primero las flautas, luego los oboes, los saxofones, los clarinetes, los fagotes y al final las percusiones. Las secciones deben permanecer en sus salones en espera de que la señorita Kabe los llame. Pueden practicar y afinar allí, pero no se excedan con su volumen. ¿Está claro?
Un sí colectivo es nuestra respuesta. Tras esto, Kabe nos indica a las trompetas que aguardemos en el pasillo contiguo al salón de música mientras que los demás músicos pueden ir a los salones de sus secciones.
—En cinco minutos iniciamos con las audiciones —añade—. Usen ese tiempo para afinar sus instrumentos. No está demás pedirles que se relajen un poco. Los profesores pueden ser estrictos y un poco gruñones, pero no muerden.
Algunas risas tímidas se oyen en el salón junto al bufido de la profesora Matsumoto. Kumiko ondea su mano hacia mí, despidiéndose mientras se va con el resto de la sección de bajos. Imito su gesto con una sonrisa. Kabe es la última en salir del salón, cerrando la puerta tras de sí mientras revisa unas hojas que lleva en su mano.
—Bien, empezaremos con los de tercero, luego los de segundo y al final los de primero —comenta sin despegar la mirada de las hojas—. Primero la presidenta, luego Junichi Takino, le siguen Yoshisawa, Kousaka, Kohinata, Asakura, Sayaka Takino y finalizamos con Takami. ¿Alguna duda? —Kabe levanta la mirada y nos observa negar con la cabeza—. Bien, por favor acomódense en las sillas en el orden en que serán llamados y afinen de una vez. En esta zona no se podrá tocar una vez que comiencen las audiciones.
Todos obedecemos la indicación dada. Si bien afiné mi trompeta en casa, no está de más hacer una revisión adicional, ya que los cambios de temperatura que sufrió el instrumento de camino acá pudieron haber variado su tono. Una vez rectifico un leve aumento que mi trompeta tenía, hago algunas escalas para calentar mis labios y mis dedos.
Pasados unos minutos, Kabe le indica a Yuuko que ya puede pasar. La presidenta entra al salón y se hace el silencio en el pasillo. A mi lado escucho la agitada respiración de Kohinata y veo de reojo que no deja de mover su pierna izquierda.
—Todo saldrá bien, Kohinata —murmuro—. Aunque no lo creas, eres talentosa, y he sido testigo de lo mucho que te esfuerzas por ser aún mejor de lo que ya eres. Estoy segura que todo ese esfuerzo rendirá fruto una vez que estés ahí adentro.
Si bien ella no dice nada, su respiración se calma y el movimiento de su pierna se detiene. Parece que mis palabras lograron tranquilizarla de una forma u otra. Sonrío y palmeo suavemente su hombro. Desde el salón se oye la trompeta de Yuuko. Está tocando las partes de segunda trompeta de la introducción de Sky y, para ser sincera, no lo hace nada mal. Kohinata musita la melodía de la pieza en perfecta armonía con lo que toca la presidenta. Junichi permanece con los ojos cerrados mientras que su hermanita hace ejercicios de digitación.
Minutos después, Yuuko sale del salón de música, diciéndole a Junichi que puede entrar para su audición.
—¡Lo hiciste muy bien, presidenta! —alaba Takami, precipitándose hacia ella y tomando su mano libre—. Espero poder pasar la audición y tocar contigo en las competencias.
—Gracias, Takami, mucha suerte con tu audición —responde la presidenta con un leve rubor en sus mejillas.
A mi mente llega una escena similar en las audiciones del año pasado, pero siendo Yuuko la aduladora que dirigía sus alabanzas a Kaori. Una risilla se me escapa, algo que la presidenta nota y no parece tomar muy bien, ya que, liberándose del agarre de Takami, se encamina hacia mí.
—¡Deja de burlarte de mí, Kousaka! —ordena tratando de mantener su volumen de voz bajo.
—No me burlo. Lo que pasa es que verlos a ustedes dos me trae recuerdos. Solo falta que Takami te diga que pareces un ángel o algo por el estilo.
Yuuko rueda los ojos. De fondo se oye al mayor de los Takino presentando su audición, yéndose por las partes de tercera trompeta. También se oye el sonido de unos pasos acercándose.
—Deja de compararme con Kaori. Ella y yo somos muy diferentes.
—Claro, tú eres un ángel gruñón —interviene Natsuki, de pie tras la presidenta, quien gira fastidiada hacia ella.
—¡A ti nadie te preguntó! ¿Y se puede saber qué haces aquí? Deberías estar en el salón de la sección de bajos.
—Solo venía a asegurarme de que no hicieras nada relacionado con la logística de las audiciones ahora que terminaste la tuya. Tomoe tiene todo bajo control, así que aprovecha eso para relajarte.
—Ya lo sé. Aun así, como presidenta de la banda, debo cerciorarme de que todo salga bien.
—¿Acaso no confías en Tomoe?
—¡Por supuesto que confío en ella! Para que lo sepas, iré al salón de mi sección a guardar mi trompeta y luego estaré en la biblioteca estudiando para los exámenes de esta semana. ¿Contenta?
Natsuki sonríe. Noto que levanta su mano y la pone a la altura de la cabeza de Yuuko, como si quisiera acariciarla, pero se detiene justo antes de que su piel haga contacto con la cabellera de la presidenta. En vez de esto, palmea su hombro con algo de fuerza.
—Eso está mejor. Pasaré más tarde para verificar que sea así —asegura mientras ambas comienzan a caminar.
—Kousaka, es tu turno —anuncia Yoshisawa saliendo del salón de música tras presentar su audición.
Me sorprendió que la hiciera tocando partes de segunda trompeta, así como lo mucho que ha mejorado desde el año pasado. Veo factible que ella logre pasar la audición esta vez, a diferencia del año pasado. Le agradezco mientras camino hacia el interior del salón de música. Allí se encuentran los profesores Taki y Matsumoto, sentados frente a frente.
—Por favor toma asiento —pide el profesor con voz calmada.
Obedezco de inmediato, sentándome en una silla ubicada a un par de metros de donde ellos se encuentran. Frente a la silla hay un atril, donde pongo las partituras de Liz y Sky.
—Junto con su nombre y grado, por favor confirme su instrumento —ordena la profesora Matsumoto.
—Soy Reina Kousaka, de segundo. Toco la trompeta.
—¿Audicionarás para la primera trompeta? —pregunta el profesor Taki. Asiento en respuesta—. Bien, comencemos con March Sky Blue Dream desde la parte F.
Ubico en mi partitura la parte indicada por el profesor, que es la sección final del tema. En esta parte las trompetas tocan un patrón rítmico que complementa la melodía, para luego hacer una versión extendida del intro y finalmente la melodía principal del tema para concluirlo con un pequeño solo.
—Planeas convertirte en profesional, ¿verdad? —pregunta la profesora Matsumoto.
—Así es. Es un reto que me impuse. No solo quiero ser profesional, quiero ser la mejor trompetista de este país.
—¿Te especializarás en un solo estilo o aprenderás de todo un poco? —interviene el profesor Taki, dejándome sin palabras. Realmente nunca me lo había planteado—. Ser la mejor es algo que se puede decir a la ligera, pero su espectro es muy amplio. Puedes ser la mejor tocando a un compositor en específico, o ser la mejor únicamente en el ámbito académico, o ser catalogada como la mejor por desenvolverte de manera fluida y con maestría en casi cualquier género.
—Aún tienes tiempo para pensarlo —complementa la profesora—, pero si me permites aconsejarte, la música académica es tu fuerte, así que podrías especializarte en ella. Con tu talento y la formación adecuada, podrías terminar tocando con las mejores orquestas del mundo e incluso ser una solista de renombre.
Es muy inusual ver una sonrisa en el rostro normalmente serio de la profesora Matsumoto, tal como la veo en este instante. No es la sonrisa más amplia y brillante que haya visto, pero me hace sentir calmada.
—Lo pensaré. Muchas gracias por sus palabras.
Mi audición continúa con el primer movimiento y la tormenta de Liz, la parte más exigente para las trompetas por esa breve sucesión de staccatos con la que concluye, parte que logro ejecutar a la perfección. Terminada mi audición, agradezco a los profesores por la oportunidad y salgo del salón, llamando a Kohinata para que presente la suya.
Kohinata camina a paso lento y cabizbaja, lo que me causa cierto malestar. Cuando nuestros caminos se cruzan, digo algo que tengo en mente desde hace mucho tiempo, pero solo hasta ahora puedo manifestarle.
—No dejes que tus demonios opaquen tu talento. Si te lo propones, puedes ser mucho mejor que yo.
Kohinata detiene su marcha y me observa fijamente. Sus iris violetas muestran cierto grado de incredulidad, pero también algo de determinación. Asiente y le sonrío en respuesta, reiniciando nuestras marchas en direcciones opuestas.
—¿No cree que exagera un poco al decir que ella podría superarla, señorita Kousaka? —pregunta Asakura al sentarme junto a ella.
—No. Al contrario, estoy segura de que ella puede superarme si se lo propone.
Y espero que se lo proponga.
Pero no parece ser el caso hoy. Está tocando las partes de tercera trompeta. Suspiro con resignación. Me siento frustrada de no saber cómo hacer que Kohinata muestre su talento al mundo. El sonido hace una pausa, de seguro por alguna indicación de los profesores, y tras esta algo cambia. Kohinata ahora toca las partes de primera trompeta con esa solidez que siempre le he escuchado cuando ensaya a solas. Veo de reojo que Asakura está boquiabierta y me permito sonreír.
Al terminar su audición, justo cuando abría la puerta del salón, Kohinata es recibida por aplausos de parte de Asakura, Sayaka, Takami, Kabe y también de mi parte. Fue algo espontáneo y con nuestra mejor intención, pero ella no pareció tomarlo así. Si bien esta vez no huye, su rostro indica que no está cómoda. Kabe y yo detenemos nuestros aplausos cuando notamos eso, algo que los menores imitan a los pocos segundos. Kohinata comienza a caminar, cabizbaja, sin decir una sola palabra.
—Creo que lo mejor es dejarla a solas para que asimile lo que acaba de pasar —comenta Kabe con algo de tristeza en su voz.
Mientras las audiciones de los demás instrumentos siguen su curso, decidí imitar a la presidenta e ir a la biblioteca para estudiar con miras a los exámenes que iniciarán pasado mañana. Yuuko está tan concentrada que ni siquiera notó que me senté frente a ella ni que he estado aquí desde hace unas horas, cuando las trompetas finalizaron sus audiciones. O al menos eso creía hasta que ella hace una pausa para estirarse, ya que no parece sorprenderse de verme.
—¿Cómo terminaron de ir las audiciones de las trompetas, Kousaka?
—Bien, supongo —respondo sin mostrar mucha emoción—. Yoshisawa mejoró bastante desde el año pasado, Kohinata dejó ver algo de su potencial oculto, Sayaka tuvo un par de errores, pero lo hizo bien para ser una novata, su hermano mantuvo su nivel del año pasado, Takami también tuvo un pequeño error en cierta parte, mientras que Asakura tocó bastante bien.
—Ya veo. —Yuuko hace algunas anotaciones en su cuaderno—. ¿Quiénes crees que pasen la audición?
Medito un momento mientras recuerdo lo que escuché de las audiciones.
—Si apostamos a cinco trompetas como el año pasado, estoy segura de que tú, Kohinata y yo lo lograremos. Tengo dudas respecto a quien no lo logre entre Takino el mayor, Yoshisawa y Asakura. Ellos tres están en un nivel similar.
—Vaya, me sorprende que me pongas como opción fija. ¿Qué pasó con la Reina altanera que tanto me menospreció el año pasado?
Me sonrojo levemente ante su comentario, recordando lo mal que nos llevábamos hace un año.
—Esa Reina ha aprendido a conocer mejor a los demás y a reconocer sus virtudes. Realmente lamento cómo se dieron las cosas entre nosotras el año pasado.
Yuuko ríe con suavidad, evitando molestar a los demás alumnos presentes en la biblioteca.
—Éramos tan inmaduras entonces, peleándonos por defender a nuestros crushes. Viéndolo en retrospectiva, es incluso gracioso. Creo que esta "tregua" entre nosotras ya no tiene sentido.
Sus palabras me toman por sorpresa. Me he habituado tanto a convivir con ella que olvidé que estamos en una tregua en pos de lograr el oro en las nacionales este año.
—¿A qué te refieres? —pregunto, algo temerosa de que vuelvan las discusiones entre nosotras.
—¿Te agrado ahora, Reina Kousaka? —cuestiona con seriedad. Asiento y ella sonríe—. Te lo dije antes y te lo repito ahora: he comenzado a considerarte mi amiga, y realmente me gustaría que eso fuese recíproco. ¿Qué dices? ¿Amigas?
Yuuko extiende su mano ante mí. Hacía un tiempo que venía considerando la opción de ser su amiga, así que no puedo desaprovechar esta oportunidad. Con una sonrisa, tomo su mano, dándole un leve apretón.
—Amigas.
No he terminado de decir aquella palabra cuando Kabe se acerca a nosotras, susurrando algo al oído de Yuuko, cuya expresión cambia a una de enfado.
—Esa idiota…
Sin decir más, Yuuko abandona la biblioteca con paso veloz. Kabe y yo la seguimos.
—¿Qué pasó? —pregunto.
—Natsuki interrumpió la audición de Hisaishi. Supuestamente la menor no estaba dando lo mejor de ella y nuestra vicepresidenta lo tomó mal. Argumentando que Hisaishi se sentía mal, le rogó al profesor Taki que le diera una segunda oportunidad más tarde.
—¿Kumiko estaba con ellas?
—Supongo que sí, pero no la vi cuando el profesor me llamó para que hiciera pasar a las tubas para su audición.
Al parecer Kumiko vuelve a estar en medio de una disputa entre dos miembros de la banda. Me sorprende la actitud de Natsuki. Ella no suele actuar de esa manera, y menos cuando sus actos pueden poner en riesgo su permanencia en la banda. ¿Qué la motivó a interrumpir a Kanade?
Yuuko se detiene cerca de la puerta que conduce a los campos deportivos de la escuela. Al alcanzarla, vemos que por ahí están entrando las tres bombardinistas, completamente empapadas por la lluvia que arrecia en este momento.
—¡¿Se puede saber en qué demonios estabas pensando al interrumpir una audición, Natsuki?! —exclama furiosa la presidenta.
—Tenía que hacerlo —responde la vicepresidenta con un tono calmado—. Esta señorita…
—¡No culpes a otros de tus actos!
—Realmente es mi culpa, presidenta —interviene Kanade. Yuuko parece calmarse un poco ante las palabras de la menor—. No quiero tener enemigos aquí, así que creí que lo mejor es que la vicepresidenta pasara la audición y por eso toqué mal a propósito. Fue por eso que la vicepresidenta intervino.
—Así es —complementa Kumiko—. Kanade tuvo un altercado en secundaria y pensaba que las cosas serían similares aquí, pero ya le explicamos que no es así. Nosotros no tenemos problemas en reconocer que alguien menor es mejor, y tampoco hacemos suposiciones sobre realidades que nunca se dieron. Además, existe la posibilidad de que haya tres bombardinos en el grupo competitivo este año, así que ese tipo de "sacrificios" es completamente innecesario.
Yuuko medita la situación un momento. Desde que asumió la presidencia ha querido evitar conflictos dentro de la banda, así que debe sentirse algo frustrada de que algo como lo de Kanade se presentase casi sin que ella se diera cuenta. Afortunadamente Natsuki y Kumiko lograron evitar que pasara a mayores.
—Bien, lo dejaré pasar esta vez. Ahora, vayan y cámbiense de ropa, que pueden resfriarse.
Las tres responden con un sí simultáneo a la orden de la presidenta, quien, con brazos cruzados, las observa marcharse hacia los camerinos. Una vez que están fuera de su vista, suspira susurrando un casi inaudible "buen trabajo, Natsuki".
Continuará…
