Rapsodia de inseguridades

El festival escolar terminó de manera satisfactoria. Tanto nuestra presentación como la coreografía del club de danza recibieron montones de comentarios positivos por parte del público, lo que ayudó a subir nuestra moral con vista al evento venidero en el jardín botánico, evento en el que ahora tenemos nuestros ojos encima, dedicando nuestros ensayos con el fin de perfeccionar las tres piezas que tocaremos en adición a la versión competitiva de Liz.

—¡Atención, por favor! —exclama Yuuko, entrando al salón de música junto a Natsuki, Kabe y el profesor Taki. El silencio llena el aula—. Así me gusta, obedientes—. Unas risas discretas aligeran el ambiente. La presidenta da una palmada al aire antes de proseguir—. Bien, hemos estado debatiendo con el profesor acerca de los solistas en las piezas que tocaremos en el concierto en el jardín botánico. Encontramos una versión de Hometown Sky que, además de los habituales solos de clarinete, flauta, saxofón alto, tuba, trombón y trompeta, también incluye uno de corno francés y uno de bombardino, así que esa será la versión en la que estaremos trabajando. —Veo que Kumiko se encoje en su lugar, supongo que prevé que ella será solista. Estirándome, palmeo su hombro con delicadeza, mostrando mi apoyo—. Esta versión incluye partes de guitarra, de las que se encargará nuestra vicepresidenta. Los solistas serán: Rie Shima en el clarinete.

—Sí, señora.

—Nozomi Kasaki en la flauta.

—¡Entendido!

Nozomi se escucha entusiasmada de tener un último momento estelar antes de su retiro.

—Sumiko Hirao en el saxofón alto.

—¡Sí, señora!

—Mirei Suzuki en la tuba.

—¡Sí, señora!

—Shuuichi Tsukamoto en el trombón.

—¡¿Eh?! —Vaya, el pobre chico no esperaba recibir tal responsabilidad. Yuuko lo mira con expresión seria—. ¡Sí, señora!

La presidenta niega con la cabeza, murmurando algo que, debido a la distancia, no logro escuchar.

—Continuamos con Miru Kishibe en el corno francés.

—¿Sí, señora!

—Kumiko Oumae en el bombardino.

—S… ¡Sí, señora!

Kumiko suspira de forma pesada mientras que Kanade le susurra un "felicidades" algo burlón.

—Y voluntariamente he decidido que yo me encargaré del solo de trompeta. —Algunos comentarios, que van desde la burla al descontento, se dejan escuchar en el salón. Sé que sus palabras fueron una indirecta hacia mí, por aquella discusión que tuvimos en el campamento en la que puse en duda su voluntad de ser primera trompeta—. En otros aspectos, Inoue se encargará de la batería, y quiero hacer un experimento sonoro, así que, de momento, Motomu será el único contrabajista, mientras que Kawashima tocará el bajo eléctrico. ¿Alguna duda?

—¡No, señora! —respondemos a coro.

—Bien, en lo que respecta a Liz, mantendremos la alineación que usamos en el festival escolar, aunque toquemos el arreglo competitivo. Dicha alineación se mantendrá en el tema de Star Wars. Ahora, respecto al Concierto para dos trompetas de Vivaldi, las solistas serán Kousaka y Kohinata.

¿Por qué presiento que esto puede acabar mal? Giro a ver a Yume y la noto pálida. Tal parece que ser solista aún es complicado para ella, lo que me hace preguntar si no es muy pronto para darle esa responsabilidad, aun cuando de un dueto conmigo se trata.

—I-imposible —tartamudea—. No puedo hacerlo, no soy buena en eso.

Veo que está sudando y su respiración se acelera. Temo que esté a punto de tener otro ataque de pánico. Estoy en un conflicto ahora. Parte de mí quiere tocar el concierto para dos trompetas con ella, pero otra parte teme que la presión que esto representa haga que retroceda todo el avance que ha tenido en estas semanas. Estoy tan enfocada en Yume que no noto el momento en que la presidenta llega junto a ella, sacudiéndola con tal fuerza que sus lentes caen al piso.

—¡Mírame! —ordena con voz firme—. Está bien que falles. Lo que está mal es que huyas antes de encarar esos solos.

—Pero…

—Dentro de dos años, cuando estés en tercero, ¿le cederás los solos a alguien que no sea tan bueno como tú? ¿Dejarás de lado la primera silla, aunque te arrepientas si pierden en las competencias? Kitauji apunta a la cima, y es por eso que necesitamos que nos ayudes, Kohinata. —Para sorpresa de todos los que vemos esta escena, Yuuko se pone de rodillas e inclina su cabeza ante Yume—. Por favor.

—Pre-presidenta, levántese, por favor. No soy el tipo de persona ante la que deba inclinarse. Haré lo que pueda, así que levántese, por…

—¿Eso significa que lo harás?

Yume asiente de forma nerviosa mientras que Yuuko tiene una mirada brillante mientras se levanta, sabiendo que se salió con la suya. Kabe se acerca y, tras recoger las gafas de la menor, se las entrega con una gran sonrisa.

—Gracias, señorita Tomoe —murmura Yume sonriendo por cortesía. Luego, suspira—. Creo que la presidenta me va a causar un infarto un día de estos.

—Aun así, tiene razón —comento—. Creo que es mejor que enfrentes tus miedos ahora que no hay nada en juego. Entiendo que no te sientas lista aún, pero no estás sola. Kabe y yo estaremos a tu lado cuando nos necesites.

—Lo sé, y de corazón se los agradezco, pero… —Un nuevo suspiro abandona los labios de la menor—, no sé si pueda avanzar más de donde estoy, teniendo aún presente en mi mente el rostro y las palabras desalentadoras de mi madre.

Kabe y yo intercambiamos miradas preocupadas ante esta nueva información recibida. El daño que esa mujer le hizo a su hija es enorme y, si la voluntad de Yume flaquea, probablemente sea irreparable.


—¿Crees que Yume estará bien, majestad? —pregunta Kumiko mientras caminamos junto a Midori y a Katou camino a la estación del metro—. Tengo la impresión de que aceptó ser solista por la presión de Yuuko y no por su propia voluntad.

—No lo sé. —Suspiro con desgano, ralentizando un poco mi paso—. ¿Escuchaste lo que dijo acerca de su madre? —Kumiko, que también alentó su marcha para caminar a mi lado, asiente con tristeza—. No estoy segura de que ella pueda superar ese trauma, menos aún en las semanas que faltan para el concierto en el jardín botánico. De momento, Kabe y yo estaremos supervisando sus ensayos, pero si no notamos una mejoría, le diremos a Yuuko que sea mi compañera.

—Supongo que es una buena idea. —Una pequeña risilla escapa de sus labios, haciendo que la mire con incredulidad—. Es algo gracioso que tú y Yuuko parece que han cambiado de roles respecto al trato hacia Yume. Antes tú eras la que quería que ella se luciera y ella la protegía, y ahora es al revés.

—Aun así, la presidenta es asombrosa por la forma en que nos ha subido el ánimo en estos días —interviene Katou, cruzando sus manos tras su cabeza.

—Es verdad. Midori sigue impresionándose más y más con ella.

—Cuando todos estaban en shock después de que se anunciaran los resultados, ella no nos dio la espalda. En lo personal, estoy feliz de que Yuuko haya sido nuestra presidenta este año —comento.

—También yo —concede Kumiko.

—Y, aun así, el último representante tenía que ser Ryuusei…

Supongo que en algún momento todos debemos dejar salir nuestra frustración por aquella derrota para lograr pasar la página.

—Ellos hicieron una presentación muy poderosa, como cabría esperar de un colegio masculino. Fue tan impresionante que Midori no podía creer que tuvieran la misma cantidad de integrantes que nosotros. Escuché su presentación del año pasado y son completamente diferentes. No cabe duda de que el profesor Gen-chan es increíble.

Bueno, casi todos. No sé si su pasión por la música hace a Midori percatarse de las fortalezas de sus rivales, o simplemente se deja llevar por su fanatismo hacia el profesor Tsukinaga.

—Ah, eso me recuerda, el apellido del profesor Gen-chan es Tsukinaga, ¿verdad? —pregunta Kumiko.

—Lo es —respondo—. Aunque su apodo se ha hecho tan reconocido que pocas personas lo saben.

—Motomu tiene el mismo apellido y originalmente asistía a Ryuusei. He estado pensando en ello, pero…

—Kumiko —interviene Midori—. Motomu dijo que no tiene ningún familiar que sea músico de bandas sinfónicas cuando se nos unió. Por eso Midori cree que no es necesario que sigas pensando en ello. Motomu es Motomu, nuestro adorable menor. Eso es todo lo que él necesita ser.

Aquí hay algo raro. Pese a que Midori dijo todo eso con su habitual sonrisa, su actitud hacia Tsukinaga se siente algo protectora. Para nadie es un secreto que ella es la persona con la que él mejor se lleva en la escuela, así que es probable que ella sepa más cosas sobre él que los demás. Lo más prudente es no insistir en ello, pero es muy probable que Yume no sea la única que tenga problemas familiares dentro de la escuela. Espero que solo sea que nuestro contrabajista no quiera ser reconocido solo como "el nieto del profesor Gen-chan", sino como alguien con una identidad propia. Después de todo, no cualquiera puede cargar con el peso de ser descendiente de alguien reconocido.


Hometown Sky es un tema para lucir a los músicos. Al estar basado en una canción tradicional, su armonía es relativamente sencilla, y siendo un arreglo de jazz, los solistas tienen cierto margen de improvisación, lo que lo hace divertido de tocar y un tema recurrente en conciertos no competitivos. Pese a ser consciente de esto, Kumiko teme equivocarse, lo que irónicamente está haciendo salir sus fallos, incluso ensayando a solas conmigo en mi casa.

—¿Sabes? Me sentiría más segura si tú hicieras el solo de trompeta en Hometown Sky, majestad —comenta suspirando—. De esta forma, tú opacarías cualquier error que vaya a cometer.

Acaricio con cariño la suave y esponjosa cabellera de mi novia, buscando reconfortarla.

—A mí también me habría gustado ser solista contigo en esa pieza, pero dudo que Yuuko quiera soltar su momento estelar antes de retirarse.

Si bien no era mi intención, mencionar el futuro retiro de Yuuko hace que nuestro buen ánimo flaquee. Saber que, tras el concierto en el jardín botánico, los de tercero nos entregarán el mando a los de segundo nos hace sentir nostálgicos y algo presionados.

—¿Quién crees que pueda suceder a Yuuko en la presidencia? —pregunta Kumiko, mirando al techo.

—No lo sé. Entre nosotros no he visto a alguien con el mismo don de mando y carisma que ella tiene, al menos no en una única persona.

—¿Te ves a ti misma como presidenta, majestad?

Niego con la cabeza.

—Me falta el carisma, y probablemente sea muy impaciente a la hora de exigir resultados. Nunca me he visto dirigiendo a otras personas.

Kumiko da una media sonrisa y asiente.

—Tienes razón. Aunque tienes cierta popularidad entre los de primero, así que no creo que ellos se molesten de tenerte de presidenta.

—De las dos, tú eres la más popular —contraataco. Mi novia se sonroja un poco mientras suelta una risa nerviosa—. Aunque quizás Midori pueda ser una buena presidenta. Su pasión por la música puede jugar a su favor.

—Puede ser, aunque en lo personal, siento que ella encajaría mejor como vicepresidenta.

—Tienes un punto, pero tuvimos a Ogasawara, que a mi parecer tampoco encajaba en el perfil de presidenta. Y admitámoslo, buena parte de su gestión se apoyaba en Asuka.

—Tienes razón. Aunque a Asuka parecía no importarle mucho la banda, el simple hecho de estar presente nos daba confianza de que las cosas saldrían bien. —Kumiko suspira una vez más—. El próximo año será difícil. Es probable que haya nuevos miembros y, si no tenemos un buen líder, puede ser un desastre. No me gustaría que nadie renuncie.

—Estaremos bien. Algo me dice que la persona que sucederá a Yuuko puede darnos una sorpresa y demostrar ser tan buen líder como ella.

Aquí debo admitir que, en parte, esas palabras también las digo para mí misma. Me preocupa el futuro de la banda y que, por un mal liderazgo, no logremos la meta del oro en las nacionales. De momento tengo las manos atadas, así que solo queda confiar en el criterio de Yuuko al elegir a quien la sucederá en el mando.

Continuará…


yami-anna: así es, simplemente Liz

Gracias por leer