Bombardino conciliador
Los preparativos para nuestro concurso de ensambles están logrando que haya más reuniones con el profesor Taki de las que habría imaginado en esta época del año. Tampoco recuerdo que Yuuko tuviera este tipo de encuentros con él cuando inició su gestión. Claro, el concurso de ensambles es una novedad, así que no debería extrañarme que debamos tener estas "reuniones extra". Justo ahora, Tsukamoto, Kumiko y yo nos dirigimos a una de esas reuniones con el profesor, aunque esta fue solicitada por él hace unos minutos. Al llegar a la sala de profesores, Kumiko toca la puerta para anunciar nuestra entrada.
—Con permiso —habla mientras se asoma a través del marco de la puerta—. ¿Está por aquí el profesor Taki?
—Mis disculpas por hacerlos venir de improviso —dice el profesor, asomándose tras el monitor de su laptop—. Y muchas gracias por su arduo trabajo.
—Profesor, lo noto diferente hoy —comenta mi novia.
En efecto, el profesor Taki luce algo diferente a lo usual al vestir un chaleco de color caqui sobre su camisa blanca. Las temperaturas han bajado en estos días en que nos adentramos en el otoño.
—¿En serio?
—Sí, de alguna forma se ve diferente.
—Quizás sea porque me desperté tarde esta mañana. —Una expresión de vergüenza se aloja en el rostro del profesor mientras dice aquellas palabras—. Estos días hace frío, así que salir de la cama es todo un reto.
—Es verdad, aunque hace un rato estaba algo cálido el ambiente.
—Ya es hora de sacar el kotatsu, ¿no crees?
El kotatsu es una mesa cubierta por una tela gruesa, bajo la que se halla un calentador de ambiente. Es bastante usado en el invierno.
—Sí, tiene razón.
De alguna forma, se siente raro ver al profesor Taki y a Kumiko hablando de forma casual, como si de dos amigos se tratase, aunque no es algo que me moleste. Por el contrario, me agrada verlos así, llevándose bien y con un trato que trasciende el que normalmente tienen profesores y alumnos. Quien sí se nota algo impaciente ahora es Tsukamoto.
—Disculpe, profesor —interviene el chico—. Tengo entendido que nos mandó llamar para hablar sobre el concurso de ensambles.
—Así es. Quiero hablar un poco sobre nuestras audiciones internas.
—¿No decidimos eso ya? Ya sabe, haremos un concierto en nuestro gimnasio.
—Tienes razón. Además, planeo invitar a los padres, así como a alumnos de las primarias y secundarias cercanas. Todo eso está bien, pero quiero que decidamos el método de la audición.
—¿El método? —Tsukamoto ladea su cabeza confundido, y no lo culpo. Yo también tengo dudas al respecto.
—¿No serán usted y la profesora Matsumoto quienes decidan a nuestros representantes durante nuestra competencia interna? —pregunto.
—Al principio pensé que deberíamos hacer eso, pero no quise robar la oportunidad para que todos los estudiantes decidan por sí mismos.
—¿A qué se refiere? —interviene Kumiko.
—Veamos… —El profesor levanta su mano, cerrada en un puño excepto por su dedo índice—. Este concurso de ensambles será la primera prueba para Kitauji. Hasta ahora, todos los miembros actuales de la banda no han experimentado algo como esto antes aquí. Por un lado, ustedes mismos deciden sus miembros, ¿no es así? Pensar con quién te gustaría agruparte es bastante entretenido. —Su dedo del medio se levanta ahora—. En segundo lugar, deciden sus propias piezas. Esto no es como cuando yo decido las piezas para las competencias. Esta vez, todos ustedes deciden qué piezas van a interpretar. Hay que considerar firmemente los puntos fuertes del conjunto y los papeles que desempeñarán los instrumentos. Es un reto espléndido para mostrar sus verdaderas habilidades. —Por último, levanta su dedo anular—. Y luego, en tercer lugar, convertirse en jueces. Usarán sus oídos y votarán con sus manos para decidir quién será su representante. Evaluar la música es un verdadero reto. Por supuesto, todos tenemos nuestras propias preferencias, pero acometer la dificultad de dejarlas a un lado y escuchar objetivamente la música es una experiencia por la que quiero que todos pasen. No mezclar lo que te gusta personalmente y lo que está bien o mal es algo con lo que incluso nosotros, como adultos, tenemos dificultades.
Esas últimas palabras del profesor reabren dentro de mí las cicatrices de nuestro oro simbólico en Kansai, junto con las dudas acerca del criterio de los jueces para determinar que nosotros no teníamos lo suficiente para representar a la región en las nacionales.
—Profesor, ¿qué puntos revisa durante las audiciones? —pregunta Kumiko, mirando con intensidad al profesor.
—Francamente, la habilidad de cada persona. Por supuesto, tengo en cuenta la calidad de las notas que tocan, pero también qué tan en serio toman la técnica a la hora de tocar. Y también su positividad. Alguien que toca con negatividad quizás tenga algo de ansiedad en su mente.
—¿En serio? —intervengo, levantando mi ceja izquierda.
Yume presentó su audición con mucho más que "algo de ansiedad" en su mente y, si bien no mostró todo su potencial, sí logró dar una de las mejores audiciones que he escuchado, así que no me creo del todo que ese criterio de evaluación sea del todo fiable.
—Sin embargo, esto es diferente a las audiciones para el grupo competitivo—retoma el profesor Taki—. Aquí hay que evaluar al ensamble en su conjunto. ¿Cuál fue su intención al elegir su pieza?, ¿La asignación de roles mostró resultados? ¿Sus armonías estaban bien afinadas, equilibradas y presentadas? Las piezas que son encantadoras sin duda conquistan a la gente.
—Habíamos decidido elegir a nuestros representantes por votación —interviene Tsukamoto—. Entonces, ¿de qué quería hablar con nosotros, profesor?
—Respóndanme algo, ¿tomarán en cuenta los votos de los de tercero?
—¿Ellos vendrán al concurso?
—Están invitados a asistir. De hecho, si pueden demostrar que la competencia no influirá en la preparación para sus exámenes, les permitiré participar si así lo desean, aunque les comunicaré que nuestros representantes están limitados a los alumnos de primero y segundo.
No estoy muy de acuerdo con esa idea. En principio, tendríamos en cuenta tanto las opiniones internas dentro de la banda como la de los profesores Taki y Matsumoto, siendo estas las que más peso tendrían, pero incluir a los retirados y dejar fuera a los profesores no es algo que me agrade mucho, aunque no es por nada personal.
—Creo que deberíamos incluir a los de tercero como jueces —expresa Tsukamoto—. Al ser parte del público, podrían tener una opinión más objetiva que la nuestra.
Admito que el chico tiene un punto. La opinión de alguien externo suele ser menos sesgada que la nuestra. De una u otra forma, tendemos a valorar algo en lo que nosotros mismos hemos trabajado por sobre lo de los demás. Sin embargo…
—Preferiría que limitáramos la votación a los de primero y segundo —declaro—. Es posible que las emociones de los retirados sean variables a tener en cuenta. Además, si alguno de ellos participa como músico, de seguro apoyará a su grupo.
El profesor frota su barbilla, al parecer pensando en las opiniones opuestas que Tsukamoto y yo acabamos de expresar.
—Ya veo cómo piensan el vicepresidente y la tambor mayor, pero ¿qué piensas tú, presidenta?
—Uh… Ah… Bueno… —Kumiko permanece dubitativa ante nuestras miradas. Para alguien como ella, acostumbrada a seguir la corriente del grupo, tomar este tipo de decisiones es algo que se le dificulta—. Entonces, ¿por qué no dividimos las votaciones entre los participantes y el público general? Los participantes eligen a nuestros representantes y el ensamble más votado por el público se lleva una felicitación, como en un festival. Las actuaciones que ganan audiciones y las que obtienen aprobación popular son diferentes, ¿cierto? Entonces pensé que eso podría ayudarnos con ambos asuntos… —Kumiko baja el volumen de su voz, mientras junta sus dedos índices a la altura de su pecho—. Ah, solo es una sugerencia.
Sonrío con ternura y palmeo su hombro ante su posición aparentemente conciliadora. Sé que ella lo hizo intentando poner de acuerdo las opiniones encontradas que Tsukamoto y yo tenemos, pero su idea puede ser un arma de doble filo.
—El voto del público será de todos aquellos que asistan a nuestro concurso, ¿verdad? —pregunta el profesor.
—S-sí.
—Entonces diría que es posible que los resultados entre el público y los estudiantes difieran bastante. Y de ser así, ¿no crees que eso causaría malestar dentro de la banda? Me gustaría evitar cualquier situación en la que el evento termine sin que todos estén de acuerdo con los resultados.
—Bueno, tiene razón —concede mi novia.
Esa es el arma de doble filo de la que hablaba. En caso de que nuestras votaciones y las del público difieran, habría discrepancias dentro de la banda que podrían llegar a ser problemáticas, en especial si los ganadores del público desconocen nuestra autoridad y se rebelan.
—¿No creen que estaría bien? —interviene Tsukamoto.
—¿Qué te da esa impresión? —cuestiono.
—Pues, ¿no crees que la gente sabría que es una encuesta escolar? Yo sí creo que entenderían ese aspecto. Además, siento que las personas entenderían que una actuación por diversión y una para una competencia son dos cosas diferentes.
—¿Entonces apruebas la sugerencia de Kumiko, Tsukamoto? —El chico asiente en respuesta a mi pregunta, rascándose su mejilla—. Bien, si tanto la presidenta como el vicepresidente lo dicen, entonces yo también me concentraré en lo bueno de esa idea y no en lo malo. También debemos reunir a los chicos que estén en grupos que no cumplan con las condiciones del Concurso de Ensambles, aparte del número de integrantes. El hecho de tener gente evaluando desde un ángulo diferente sería también una motivación para la banda.
Tanto Kumiko como Tsukamoto me miran estupefactos ante lo que acabo de decir. Admito que no quise estar en desacuerdo con ambos por este tema. De hecho, eventualmente habría terminado apoyando la idea de Kumiko, ya que sus pros superan a sus contras.
—Entiendo —habla el profesor—. Entonces, tras escuchar las opiniones de todos, supongo que procederemos con las votaciones separadas.
—¿Está bien? —pregunta mi novia con cierto tono ilusionado. El profesor asiente.
—Cuanto menos me siento bien con ello. Han considerado lo que es mejor para la mayoría de los miembros, así que creo que es un excelente plan.
—¡Muchas gracias, profesor!
Kumiko acompaña sus palabras con una venia bastante pronunciada. Me es imposible no sonreír con algo de orgullo al ver que la primera sugerencia de mi novia fue aceptada.
—Pues bien, también tengo algunos preparativos de los que ocuparme. Habrá bastantes cosas que atender en cuanto el concurso de ensambles se aproxime, así que hagamos todo lo posible por estar preparados.
—¡Entendido, profesor! —exclamamos los tres al unísono.
Encontrar piezas que incluyan al bombardino está siendo una labor más ardua de la que pensé. Las piezas compuestas para ensambles de vientos metales están bastante enfocadas en trompetas, trombones y tubas, y he visto con más frecuencia al corno francés que al bombardino en alguna que otra pieza que he revisado, aunque también he encontrado piezas hechas para ensambles de bombardinos, lo que va en contra de las reglas del Concurso de Ensambles. Empiezo a suponer que lo mejor para que Kumiko toque en mi ensamble sea usar una pieza de arreglo flexible, pero de repente me topo con una pieza que parece ser la indicada. Compuesta para un ensamble integrado por dos trompetas, dos trombones —aunque uno de ellos puede ser reemplazado por un corno francés—, un bombardino, una tuba y dos percusionistas, Follow me, como se titula esta pieza de Tadashi Adachi, me ha encantado desde sus primeras notas. Aun cuando dura cuatro minutos y medio, todos los instrumentos tienen su momento para destacar. Sin dudarlo, compro las partituras para imprimirlas.
Tomando una hoja y un bolígrafo, comienzo a analizar a los posibles músicos que intentaré reclutar para mi ensamble. Obviamente intentaré reclutar a Kumiko y a Yume, será interesante tocar con ellas dos en un ensamble. También intentaré reclutar a Mirei Suzuki. Tener a la mejor tubista entre los miembros activos de la banda en mi ensamble aumentaría nuestras posibilidades de ganar. Respecto a los trombones… Creo que apostaré por un trombón y el corno francés. Tengo tres opciones en mente para el corno: Michiyo Morimoto, Lala Hitomi y Sanae Yashiki. Las tres tienen cierto grado de experiencia, siendo Morimoto y Yashiki las más talentosas. Ahora bien, ¿jugaría en contra que los tres altos mandos de la banda estemos en un ensamble? Si bien Tsukamoto empezó a tocar el trombón el año pasado, debo admitir que ha hecho grandes progresos. No en vano ha estado en el grupo competitivo en estos dos años. Mis dudas vienen ahora con las percusiones. Hay varios percusionistas talentosos, pero me da la impresión de que están algo especializados en los instrumentos que tocan, y esta pieza requiere que ambos percusionistas toquen varios instrumentos de diferentes tipos. Tengo la sensación de que Junna Inoue es la más versátil de todos, así que intentaré reclutarla y que me recomiende a alguien más.
Continuará…
