Incondicional
Gundam Wing
Por: Val Tao Yuy
Disclaimer: No poseo a los personajes de GW esta es una historia de fanáticos para fanáticos.
Parings: 1x2 3x4 y lo que surja
Advertencia: Yaoi lime-lemon.
CAPITULO 2.
De sus ojos salían lágrimas silenciosas y de sus labios ligeros sollozos que, a pesar de ser leves en aquella solitaria habitación en penumbras se escuchaban perfectamente.
En la oscuridad de la habitación la estilizada figura de Duo descansaba sobre la cama boca abajo, tratando de reprimir los sollozos con la almohada, estaba completamente desnudo y solo lo cubría una ligera sabana de la cintura para abajo, la brisa se colaba por la ventana del cuarto poniendo sensible su piel por el frío, pero a él no le importaba.
Cuando despertó asía escasa media hora no hubo necesidad de revisar siquiera con la vista la habitación, Heero ya no estaba ahí y él lo sabía, inevitablemente comenzó a llorar, su esperanza y con ella parte de su alma y corazón habían muerto esa noche.
La decisión estaba tomada y con aquélla convicción que lo caracterizaba en sus años de bachillerato se juro a sí mismo que no caería nuevamente, por que sabía perfectamente que lo suyo con Heero solo estaba acabando con su corazón y dignidad poco a poco. También sabía que no sería fácil, el maldito ojicobalto era el amor de su vida, pero tendría que aprender a superarlo, a seguir adelante aunque sus anhelos siempre estuvieran con él.
Dejo de reprimirse y lloro, lloro como hacía tiempo no lloraba, ¿qué más daba? Debía sacar aquella debilidad de su cuerpo para que al momento de enfrentarse con 'él' pudiera soportar, necesitaba sacar aquella debilidad de su cuerpo, de su alma y de su corazón para volver a empezar, y la única forma en que podía liberarse de todo aquel sufrimiento que le estaba envenenado el alma era llorando.
"Las lágrimas purifican", pensó mientras incontables de ellas salían de sus ojos ya un poco hinchados.
Perdió noción del tiempo y del mundo, y después de algunos instantes, no sabría precisar si horas ó minutos se quedó dormido, poco a poco se fue sumiendo en un mundo de sueños y recuerdos, recuerdos de aquellos años tan felices que pasó, cuando no había ensuciado su nombre y su amor al aceptar ser el juguete de Heero.
"Por los concurridos pasillos de aquel colegio, los estudiantes iban y venían cada uno preocupado de sus propios asuntos.
En una pequeña colina que se encontraba en el jardín principal de la institución, una figura se encontraba recargada al tronco de un frondoso árbol, era la figura de un joven de larga cabellera y llamativos ojos que en ese momento se encontraban nublados por algunas lágrimas.
-Claro, no soy nada para él- Se repetía una y otra vez secando las saladas lágrimas de sus orbes.
El timbre que anunciaba la salida sonó cuando el sol se ocultaba por el horizonte y en el cielo se podía apreciar un hermoso atardecer.
Desanimado se encaminó a la puerta del colegio dispuesto a irse a descansar a su casa, en esas estaba cuando alguien lo llamo tocándole el hombro.
Desganado volteo y se sorprendió al ver lo que había frente a él: más de una docena de globos en forma de estrella azules y amarillos flotaba en el aire.
-Toma son tuyos- La persona que los sostenía era su estoico amigo Heero, desconcertado tomo los globos que le eran ofrecidos y el pelicorto mostró una débil sonrisa.
-Pero ¿Por qué?- Cuestiono aún demasiado sorprendido, todo eso parecía un sueño y uno muy bizarro.
-Cómo por que baka pues si es tu cumpleaños!- Le dijo el otro con total naturalidad ocasionando que una enorme sonrisa apareciera en su rostro.
-Pues yo muchas... - Cuando estaba apunto de agradecer Heero lo interrumpió haciéndole la seña de que montara en su espalda.
-Ven que no tengo todo el día, te cargo a tu casa- Y ahora si casi le daba un ataque y sabía que un tic nervioso estaba haciendo mella en su ojo izquierdo.
-Pero... oye el que lleve la cabellera larga no significa que sea una damisela en apuros y... -
-SUBE DE UNA VEZ- Eso ya no era una petición, era una orden, como las que daba el Heero que conocía.
-Bueno ya que- Fingiendo disgusto se monto en la espalda del ojicobalto abrazándose a su cuello.
Todo era tan surrealista, hacía apenas unos instantes se estaba lamentando por que Heero no se preocupaba por él y había olvidado su cumpleaños, y ahora estaba siendo cargado por 'el' hasta su casa, con una docena de globos en la mano que él le había regalado.
Un leve rubor cubrió su rostro y un extraño nerviosismo recorrió su cuerpo.
-Este yo..- Comenzó recargando su cabeza en el hombro de Heero, aspirando el varonil aroma que este desprendía- Heero, te quiero... y mucho- El sonrojo en sus mejillas aumento y tratando de esconder su vergüenza hundió su rostro aún más en el cuello de su acompañante.
-Yo también, baka!- Soltó apenas en un susurro el ojicobalto pero fue perfectamente escuchado por Duo quien sonrió ampliamente y de improviso beso en la mejilla al pelicorto.
Y así siguieron unos minutos más siendo acompañados por la luna que comenzaba a asomarse por el cielo."
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Cuando despertó ya pasada la media tarde instintivamente miró aquella pequeña cicatriz que tenía en su tobillo izquierdo, esa pequeña marca era el recuerdo de una torcedura y cortadura que se hizo justo el día en que cumplía 17 años.
Ese día todo le había salido mal, se había quedado dormido por lo que llego tarde a la escuela siendo reprendido por la rectora del colegio, en su casa nadie había recordado que era su cumpleaños después de todo el solo era un arrimado ahí, para colmo en atletismo había tropezado ocasionándose una torcedura y cortada en el tobillo que le dolió hasta el alma.
Todo parecía ir de mal en peor, Heero nisiquiera se había aparecido para saludarlo o felicitarlo y todo en conjunto lo había hecho sentir miserable.
Pero bien dicen que la vida es como una rueda de la fortuna, por que justo cuando pensaba que estaba viviendo el peor día de su existencia se había cumplido lo que más deseaba, el único regalo que quería para su cumpleaños se había hecho realidad y ese era que Heero estuviera con él y que por lo menos lo felicitara, pero todo fue mejor de lo que hubiera podido imaginar, el ojicobalto lo había sorprendido con más de una docena de globos llamativos y lo había cargado hasta su casa debido a su lesión, todo había sido tan mágico que ese día quedo clasificado como el mejor cumpleaños que jamás hubiera pasado.
Pero ahora esos recuerdos le parecían tan lejanos, tan irreales, no podía entender como todo había cambiado tanto.
El teléfono comenzó a sonar con insistencia, no tenía ánimo de contestar pero quien fura que estuviese llamando no se daría por vencido fácilmente. Hastiado totalmente del sonido del aparato contestó de mala gana.
-Si?-
-Duo perdona si te eh molestado- La voz al otro lado de la línea provocó que el humor del trenzado cambiara en instantes.
-No para nada, no me has molestado en absoluto, nunca lo haces Hil, y a que debo el honor de tu llamada?-
-Pues veras recuerdas que te eh comentado que me habían ofrecido un buen negocio en la ciudad?- La voz de la muchacha se escuchaba algo temblorosa.
-Si claro, en vacaciones comenzarás la mudanza ¿no?-
-Pues es que... ah habido unos cambios y me mudare antes de lo previsto-
"Valla que esta rara" pensó el ojivioleta al escuchar la risita nerviosa de su amiga.
-Que buena noticia, y cuando harás el cambio-
-Pues, Duo sabes de donde te llamo?- Esto descoloco al susodicho de sobremanera.
-Pues, de un teléfono?- Respondió como si fuera el hallazgo más importante del planeta-
-Si eso es obvio pero- Hizo una pausa en lo que cargaba sus pulmones de aire- te llamo del aeropuerto internacional de la ciudad- Soltó de carrerita la pelicorto.
-¡¿QUË, pero por que no me has dicho antes que venías, espérame en la cafetería del aeropuerto que ahora salgo para aya-
-Este, una cosa más... el cambió fue tan apresurado que aún no tengo lugar fijo donde quedarme y quisiera saber si tú podrías... - Las palabras murieron en su boca por que un animado Duo se apresuro a responder.
-Ni que lo digas, espera voy para allá tienes muchas cosas que explicar-
-Jeje, si espero bye!- Y con esto se corto la comunicación.
En cuanto hubo cortado la comunicación con su amiga corrió al baño y se dio la ducha más rápida de su vida, en menos de 20 minutos ya esta listo y aunque su cabello aun estilaba algunas gotitas de agua salió apresurado al estacionamiento del edificio y condució lo más rápido que pudo al aeropuerto.
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La tarde de aquel día era estupenda, la lluvia que había azotado la ciudad el día anterior había favorecido a refrescar el ambiente haciendo el clima propicio para pasar la tarde al aire libre. Eso era justo lo que Quatre había pensado, disfrutar un hermoso día junto a la piscina con su ser más amado.
Había organizado un día de campo en los extensos jardines de su mansión para después disfrutar de la deliciosa agua de la piscina proporcionándole así a su novio toda la tranquilidad que se merecía.
Todo había marchado perfecto, habían merendado entre risitas y besos acaramelados, después habían tomado un poco el sol teniendo él el privilegio de proporcionarle un delicioso masaje a Trowa.
En ese momento se estaban fundiendo en un apasionado beso, el sentado sobre la barra del bar-service y el ojiverde parado delante de él, posesionándose de su cintura.
Uno de ellos, el más pequeño y de frágil apariencia fue el que se apartó de aquel encuentro desconcertando a su compañero, un joven alto y de piel morena.
-¿Qué pasa, te sientes mal?- El pequeño rubio solo negó con la cabeza.
-No es nada, lo siento Trowa pero es este presentimiento que no me deja en paz- Estaban disfrutando un maravilloso momento juntos y él tenía que venir a cagarla con sus presentimientos.
-Es sobre Duo ¿verdad, ¿No hablaste ayer con él?- El ojiverde se cargo de paciencia, conocía a Duo y sabía de la fuerte amistad que lo unía a su chico, pero eso no podía evitar que los celos lo embargaran cuando Quatre se preocupaba de más por el trenzado.
-Si lo hice, pero no sé, aún me siento con esa preocupación- No podía evitar sentirse así por su amigo, sabía que su situación no estaba muy bien y él no podía hacerse de la vista gorda y fingir que nada pasaba.
-Amor, sabes que no puedes resolverle la vida a los demás, además Duo ya es un adulto y seguramente si le pasa algo tu serás el primero en enterarte- Susurraba el moreno en el oído del rubio causándole ligeros estremecimientos – que te parece si mejor nadamos un rato ¿va?- Quatre no pudo ni responder por que en medio de un beso Trowa ya lo cargaba a la piscina.
Trató de perderse en el momento y disfrutar de las caricias que el ojiverde le propiciaba bajo el agua, pero el sentimiento de que las cosas para el trenzado no irían muy bien no salía de su cabeza.
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-Por este momento no puedo atenderte, deja tu mensaje y yo me comunicaré contigo-
-Mierda, ¿dónde te metiste?- Era la quinta vez que llamaba al departamento de Duo y como en las otras cuatro ocasiones nadie le había contestado- El no suele salir los domingos, entonces ¿dónde carajos está?- Su mente creaba un cien mil de teorías de los movimientos de su trenzado, y entre más pensaba peores conclusiones sacaba.
"Solo fue por algo de comer", se repetía a si mismo una y otra vez "y olvido el celular como suele pasarle"
-O esta con Quatre, seguro está con él- Pero no estaba tan convencido de ello.
La noche anterior no había podido expresarle sus sentimientos a Duo como muchas otras noches, y su conciencia por una extraña razón comenzaba a pesar, quería estar con el ojivioleta lo quería solo para él pero mientras siguiera casado eso sería imposible.
Y no era justo, no era justo ni para Duo, ni para Relena ni para él mismo. La decisión estaba tomada, comenzaría los tramites de divorcio pero el problema era como decírselo a la joven, ya antes habían abordado el tema y la rubia se ponía histérica y él siempre cometía el error de sucumbir a sus lloriqueos.
Pero ya no, ya no más, no podía seguir sacrificando su felicidad y su amor por los deseos de Relena, había cometido muchos errores pero aún estaba a tiempo de remediarlos.
Y aquí era donde empezaban las culpas y preguntas ¿Por qué se caso con Relena, ¿Por qué no detuvo a Duo aquel día que se fue, por que no le confeso lo que sentía?. Por idiota por cobarde, por que aún pudiendo palpar todo el amor que le tenía jamás lo quiso aceptar, al principio por miedo y prejuicios inútiles, después por despecho .
Si no hubiera sido tan frío, tan calculador, tan ciego las cosas hubieran sido tan diferentes, pero era hora de cambiar todo y darle un nuevo curso a las cosas.
-Necesito verte, escucharte, ¿donde te has metido?- Desesperado volvió a marcar el número del ojivioleta, recibiendo la misma respuesta.
-Por este momento no puedo atenderte, deja tu mensaje y yo me comunicaré contigo-
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Después de recoger a Hilde en el aeropuerto Duo había llevado a la chica a comer a un no muy lujoso restaurante, desde que se habían encontrado no habían parado de hablar y de 'ponerse al día' con lo referente a sus vidas, omitiendo obviamente algunos detalles sentimentales por parte del trenzado.
Hilde, una simpática y bella joven era algo así como la hermana menor de Duo, se habían conocido en Inglaterra, donde ambos habían estudiado la universidad junto a Quatre, en antaño los tres habían compartido vivienda y no solo eso , sino también parte importante de sus vidas. Cuando acabaron sus años de universitarios habían tomado rumbos diferentes, sin perder nunca la comunicación y el lazo de amistad que los unía .
Ahora almorzaban y recordaban viejos tiempo, el día para el trenzado había corrido muy ameno, y con todo el asunto de la llegada de Hilde, había podido dejar un poco de lado la tristeza que en esos momentos cubría su corazón.
-No sé por qué, pero te noto algo extraño, algo mmm diferente- Comentó la pelicorto cuando terminaron de comer.- Hay algo en ti que no es igual- Aseguró.
-¿Algo en mi, ¿Diferente, serán las arrugas y canas verdes que me ha sacado el trabajar con Zech- Bromeo Duo, no entendía a lo que su amiga se refería.
-No, no me refiero al aspecto físico, además ¿cuáles arrugas, ¿Cuáles canas, eres un exagerado- Aclaro Hilde revolviendo los castaños cabellos del ojivioleta.
-entonces, ¿a qué te refieres?- Cuestiono Duo alzando una ceja.
-Pues, no estoy muy segura, pero tu mirada, es como si le faltara algo- Dijo observando fijamente los ojos del chico- Han perdido... el brillo amatista-
-¿Brillo... amatista?-
-Jajaja, olvídalo el cambio de horario me ah afectado, ¿qué tal si vamos a descansar?- Después de esto tomo del brazo al desconcertado trenzado y lo condujo hacia el auto.
En menos de media hora estuvieron en el edificio donde vivía Duo, la joven quedó maravillada, en verdad era muy bonito y estaba muy bien cuidado, eran por lo menos veinte pisos y desde abajo se podían observar varias terrazas, además que cada apartamento poseía un hermoso balcón que hacía lucir muy bien el conjunto habitacional.
Extrañamente el ojiviolacio había permanecido muy callado, desde que habían salido del restaurante no había pronunciado casi nada, tal vez no debió de hacerle aquel comentario sobre su mirada, desde que se encontró con Duo en el aeropuerto notó un leve tinte de tristeza en su mirada, su intuición le decía que algo fallaba , pero no presionaría al trenzado para que le contara, era mejor darle su espacio y dejarle ser.
-Este... espero que no te moleste el desorden que hallaras dentro del departamento- Comentó Duo saliendo de su mutismo y como si de magia se tratara una sonrisa apareció en sus labios.
-No te preocupes, vengo preparada para todo- Sonrió bajando sus maletas de la cajuela del coche siendo ayudada por su amigo.
Así se sumergieron en una nueva y amena conversación, donde las risas y comentarios jocosos no cesaban. Rápidamente arribaron al piso del trenzado, y recorrieron el ancho pasillo.
-Pero ni creas que yo me haré cargo de toda la limpieza, ya veras como te meto en cintura y...- De súbito el cuerpo de Duo paro en seco a su lado -¿Pasa algo?- Hilde miraba a todos lados tratando de encontrar la razón por la que su amigo había perdido la sonrisa de su rostro, pero sus ojos solo toparon con la figura de un hombre, alto y bien parecido, vestido casual pero elegantemente, el hombre tenía unos ojos azules de hielo que en ese momento se clavaban como dagas sobre ella.
-Hilde, esta es la puerta, adelántate tengo unos asuntos que atender- El tono del trenzado no daba cabida a replicas, así que sin mas tomo las llaves que le eran ofrecidas y entró a la pieza que se le había indicado, aún sintiendo aquellas dagas cobalto sobre ella.
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Violeta y cobalto chocaron con intensidad una vez que Hilde desapareció tras la puerta. Ambas con demasiadas emociones mezcladas, emociones que cabe destacar no eran muy positivas.
Heero estaba que hervía en celos, furia, rabia, que apenas podía contener. ¿Duo había pasado todo el día con esa mujer, el solo imaginarlo su cuerpo temblaba levemente a causa de la ira que se acumulaba en su interior.
-¿Dónde te has metido todo el día?- Siseó el ojicobalto conteniendo lo más posible las emociones que le invadían.
El trenzado no contesto , simplemente sostuvo la fiera mirada que Heero le lanzaba. No se dejaría intimidar y mucho menos se dejaría envolver por lo que fuera que el pelicorto le dijera y/o hiciera.
-Contéstame Duo, donde estuviste, ¡¿CON ELLA!- Gritó perdiendo los estribos y acercándose peligrosamente al cuerpo del trenzado, quien se tensó ligeramente.
El más pequeño no respondía solo sostenía la fría mirada que el otro le lanzaba. Miles de pensamientos e ideas cruzaban por su cabeza, todo era un caos completo.
Un tenso silencio se formo, Heero estaba que mataba a alguien y Duo simplemente no podía poner en orden sus ideas.
-Tenemos que hablar- Menciono parcamente el ojiviolaceo cuando hubo salido un poco de su estupor.
-¿Hablar, de qué, ¿de quien te brinda mejor sexo, esa chiquilla o yo?- Soltó con sarcasmo, furia y un atisbo de rencor .
Los ojos de Duo se abrieron enormemente en sorpresa, el enojo estaba empezando a invadir sus venas ¿Por qué Heero le hablaba de aquella manera, y mejor aún ¿quién se creía que era para tratarlo de puto y en su propia casa?.
En un impulso que no pudo controlar su puño se estrello de lleno en la mejilla de aquel que tanto amaba.
-Eres el menos indicado para habarme de esa manera , lo que haga o deje de hacer es problema MÍO , no tienes nada que reclamarme , mi relación contigo solo es algo de 'sabanas' ¿o no?- Habló a un Heero que sangraba levemente del labio, mientras secaba bruscamente algunas lagrimas que amenazaban con salir.
No recibió respuesta alguna solo sintió como de improviso sus labios eran invadidos violentamente, su cerebro y su cuerpo tardaron algunos segundos en hacer 'clic' , pero cuando eso sucedió puso toda su fuerza de voluntad en apartar aquella boca de la suya, la tarea era algo complicada y no solo por el hecho de que Heero era más alto y fuerte que él, si no por que su propio cuerpo lo traicionaba en aquellos momentos comenzando a sucumbir al salvaje beso del que era victima.
'¿Hasta cuando Duo?', cuando estaba apunto de echar todas sus convicciones por la borda, la conversación con Quatre el día anterior lo despertó de su ensoñación, el no podía, no quería seguir con aquello, ¿aún podía rescatar la poca dignidad que le quedaba?.
Junto todas las fuerzas que le fueron posibles y de un fuerte empujón apartó al ojicobalto de su cuerpo –Ya me cansé , me cansé de todo esto, así que hazme un favor y no me vuelvas a buscar- Sentenció fríamente sintiendo el metálico sabor de la sangre en sus labios.
-Eres mío Duo y lo sabes-Siseó tratando de acercarse nuevamente a la estilizada figura del trenzado.
-No te atrevas , es mejor que te vallas de aquí de una vez, seguramente Relena debe estar esperándote , lárgate y no vuelvas a molestarme- Sentenció para después de lanzarle una mirada cargada de sentimientos encontrados al pelicorto , entrar a su apartamento donde una preocupada Hilde lo esperaba.
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Se quedó unos minutos más en aquel pasillo, observando fijamente la puerta por donde Duo había desaparecido.
¿Quién demonios era aquella mujer, ¿Qué tenía Duo que ver con ella, tenía que hablar con él, necesitaba aclarar todo aquel desastre , pero sabía que aquel no era un buen momento .
Encolerizado subió a su auto que con un rechinar de llantas comenzó a alejarse de aquel edificio, sin ningún rumbo en especifico.
Pero por más que intentaba el extraño presentimiento de que la vida le estaba comenzando a cobrar todos sus errores del pasado, no lo abandonaba.
CONTINUARÁ...
N.A: Bueno aquí tienen el segundo capitulo, el cual espero y sea de su agrado, un enorme perdón por haberme demorado tanto, pero es que mi vida no a querido funcionar bien últimamente o ya tengo exámenes o me rompen el corazón o pero aún me cortan el servicio de Internet.
Pero aquí esta recién salido del horno para ustedes, muchas gracias a todas la bellas niñas que me han dejado RW , han sido mi inspiración para seguir. Así que ya saben duda comentario o reclamo soy toda suya en lo RW.
