Incondicional
Gundam Wing
Por: Val Tao Yuy
Disclaimer: Los personajes de GW no me pertenecen, esto es una historia de fanáticos para fanáticos.
Parings: 1x2, 3x4 y lo que surja.
CÁPITULO 3.
Cerró fuertemente la puerta tras de si. Su corazón estaba totalmente acelerado y su respiración agitada, fuertemente apretaba su pecho intentando en vano acallar todas las emociones que se cernían sobre él.
Sin fuerzas ni ánimos de aparentar nada se desplomo en el frío piso con la cabeza gacha y algunos mechones salidos de su trenza cubriéndolo parte del rostro.
Sentía los labios hinchados y palpitantes, su piel estaba hipersensible, caliente, como si la peor fiebre le hubiera pegado, su mente era un caos y no podía ni cerrar los ojos por que la imagen de aquel salvaje beso volvía a su cabeza atormentándolo aún más.
Entre el calor que lo inundaba pudo sentir algo frío y húmedo recorrer su mejilla... lágrimas, nuevamente ese liquido salado lo llenaba y no tenía fuerzas para detenerlo, no sabía si algún día las tendría y eso lo hacía sentirse miserable y débil.
-Por Dios Duo ¿estas bien, escuche gritos , estaba apunto de llamar a la pol- Las palabras murieron en su boca al ver la escena que ante ella se presentaba, jamás había visto al ojivioleta en ese estado, nisiquiera había cruzado por su cabeza aquella imagen.
Se veía tan triste, tan decepcionado, encerrado en su propio mundo donde tal vez las cosas fueran un poco mejor. Lentamente se acerco a él, con temor de que tan solo con su presencia aquella figura se rompiera en millones de pedazos.
-¿Qué tienes, qué pasa?- Su voz sonó quebrada y su rostro se contrajo en una expresión afligida, con cuidado se arrodillo junto al cuerpo de Duo, estirando una mano para tratar de tocarlo pero desistiendo al instante de su idea.
No emitía sonido alguno, no hacía movimiento alguno, solamente las lagrimas caían una tras otra empapando su rostro, ¿qué haría ahora, ¿qué hacer, lo único que deseaba era volver al pasado, remediar todo aquello que hizo mal y por lo que ahora sufría, mataría por poder volver por que era la única forma que encontraba para solucionar todo aquel alboroto, la única forma que encontraba para recuperar su dignidad.
Giró levemente sus ojos topándose con las nubladas orbes de la pelicorto, rodeo suavemente la espalda de la chica con sus brazos, ella correspondió de inmediato acariciando las húmedas mejillas y en un gesto maternal repetía una y otra vez...
-Todo va estar bien tranquilo ya estoy aquí-Luchaba por que su voz sonara clara, pero le partía el alma ver al siempre sonriente Duo en esas condiciones.
-No...no preguntes, no me preguntes nada por favor- Pequeños sollozos llenaron su garganta y las lágrimas no dejaban de correr por sus mejillas.
-No te preocupes, todo esta bien, todo esta bien-
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Conducía como loco por las semidesiertas calles, su labio aún sangraba un poco pero no podía sentir nada más allá de una tremenda rabia y una profunda desilusión.
Por tercera ocasión en menos de veinte minutos estuvo apunto de ocasionar un accidente por pasarse un alto, pero poco o nada le importo, solo quería huir pensar que todo lo ocurrido anteriormente era un sueño un muy mal sueño.
Golpeó fuertemente el volante de su finísimo automóvil acelerando un poco más dejando que el helado viento limpiara las lágrimas que amenazaban con mojar sus mejillas. Él tenía la culpa de todo, solo él, desde el principio había hecho todo mal, no había expresado sus sentimientos a tiempo y ahora sentía que la vida se le iba junto con el amor de Duo.
Paro el coche en una carretera desolada donde descano su adolorida cabeza en el volante, necesitaba saber que no era tan tarde, que aún tenía una oportunidad.
-Por favor Dios, ayúdame- De la cajuela saco una botella que contenía un fino vodka y sin premeditación la bebió de un jalón dejando que varios hilillos del amargo licor cayeran de manera seductora por entre sus labios, desajusto su corbata y paso una mano por sus cabellos mientras recordaba cuantos años y cuantos errores había cometido en los mismos. Era una basura, no solo había jugado con los sentimientos de Duo y Relena si no también con los suyos propios, merecía eso, sufrir como ahora lo hacía.
Volvió a encender el motor del coche arrancando inmediatamente sin dirección alguna, con los sentidos nublados y los ojos cansados, sin saber como ni cuando llegó a un pútrido barrio donde una imponente y maloliente cantina se alzaba, hombres tirados de borrachos dentro y fuera del local, varias prostitutas ofreciéndose al menor precio, todo se veía tan sucio y erróneo tal y como él.
Pidió una botella de tequila, no era de lo mejor que había probado pero serviría para el propósito que tenía en mente, perder el sentido y no recuperarlo.
Como desearía volver al pasado, cuando todo era fácil y todo lo que importaba eran sus ambiciones y deseos de superación, cuando Duo estaba con él...
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Pasaban de las dos de la mañana y ella seguía ahí, acurrucada en el sofá, esperando como buena esposa abnegada que pretendía ser, con el semblante amable y somnoliento cuando por dentro unos celos y rabia intensos la consumían , harta de que aquel que tanto decía amar le viera la cara de la manera más absurda posible, humillada y con el orgullo derrotado sabía que merecía aquello, peor aún sabía que ella lo había ocasionado pero de nada importaban ahora culpas absurdas , llegaría hasta el final sin importar cuantas veces tuviera que morderse la lengua, sin importar cuantas veces tuviera que acallar sus deseos y pisotear el orgullo del que tanto alardeaba.
Heero siempre había sido suyo y siempre lo sería y no tendría escrúpulos para retenerlo, nunca los había tenido.
Aún recordaba claramente el día en el que dejo su casa y a su familia, en ese tiempo contaba con diez años y todo era demasiado confuso para ella , su madre la había explicado vagamente que ella estaba 'comprometida' con Heero y que algún día tendría que casarse con él , brevemente y con lagrimas en los ojos le dijo que era mejor para ella que conviviera con él y con su familia, le abrazo fuertemente y ella dejo su adorada Inglaterra para vivir en Japón.
Llegó temerosa y sombría, extrañaba tanto a su madre y en la inmensidad de aquella casa no supo que hacer más que llorar, como una niña perdida, fue entonces cuando lo conoció , un niño no más alto que ella de intensos ojos azules elegantemente vestido, él seco sus lágrimas y le tomo la mano llevándola al jardín , grande y majestuoso lleno de flores y hermosas fuentes donde pequeños querubines lanzaban agua por sus diminutas bocas, se sintió un poco mejor.
Los Yuy siempre la trataron bien, le daban una vida de princesa y jamás le hizo falta nada, poco a poco se acostumbro al estilo de vida de la casa que no era muy diferente al que llevaba antes, tenía todo lo que una niña podía desear y sin embargo nunca nada lleno el vacío del abandono de sus padres, era cierto que cada fin de mes tenía una alta suma de dinero en su cuenta, y los regalos en ocasiones especiales nunca faltaban, pero rara vez le llamaban o visitaban, de alguna u otra forma siempre estuvo sola.
Su único consuelo era Heero paulatinamente comenzó a formar una enfermiza dependencia hacia su persona, y aún cuando no entendía muy bien la palabra matrimonio sabía que él siempre estaría ahí para ella , jugaban, hacían travesuras y se divertían como cualquier par de niños, y siempre guardaría en su memoria aquellos momentos.
Pasaron los años y ella pasó de ser una ingenua niña llorona a una hermosa adolescente, a sus quince años era muy bonita , fina y educada, toda una muñeca.
Fue entonces cuando las cosas comenzaron a cambiar, Heero comenzó a tener fuertes discusiones con su padre, se volvió frío y serio , no salía mucho de su habitación y ya no le dedicaba ni una mirada, pensó que con el tiempo las cosas regresarían a la normalidad y entonces podrían comenzar una verdadera relación de pareja, a pesar de el tiempo jamás poso su mirada en otro chico que no fuera Heero, pero él rompió su corazón cuando un día con apenas dieciséis años cumplidos este agarro sus maletas y se fue de la mansión, sin decir a donde ni por qué, con solo una bonita rosa blanca de aquellas que tanto le gustaban como recuerdo de algo que la hacía sentir vacía.
-Creó que ahí fue donde realmente comenzaron mis problemas- Murmuró al viento al recordar que escaso media año después había seguido al ojicobalto a la gran capital de Tokio, donde se encontró con un nombre que jamás olvidaría... Duo Maxwell.
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No tenía noción del tiempo, y cuando a duras penas llegó a su "cálido hogar", no tenía las fuerzas suficientes para bajar del coche y entrar, todo le daba vueltas y veía pasar las cosas en cámara lenta , sabía que estaba totalmente ebrio pero nada le importó, pensaba en todo lo que había pasado ese día y tubo un ataque de histérica risa.
Desalineado e impulsado por la euforia que la risa le ocasionaba camino a la entrada de la mansión en que vivía, estando a punto de estrellar su cara contra el suelo en varias ocasiones. Quien observara esa escena jamás daría crédito a lo que veía, el gran empresario de hielo Heero Yuy cayéndose de borracho, que gran titular sería ese para cualquier periódico .
Dentro de la casa, Relena puso sus sentidos en alerta al escuchar los ruidos que su marido hacía al moverse por la casa, 'demasiado escándalo' pensó cuando se echaba un último vistazo en el espejo y salía a protagonizar el sermón que había preparado. Bajo sigilosamente las escaleras y cuando iba a soltar la primera frase quedo totalmente shokeada.
Heero no solo había llegado tarde a casa, además venía tomado y con una pinta que era mejor no describir, por un momento pensó que había llegado a su limite, pero enseguida se controlo y comenzó con lo que tenía preparado.
-Oh por Dios no puedo creerlo- Exclamó- Son las 5:30 am no había tenido noticia de ti desde que te fuiste con la excusa de algo 'olvidado' en la oficina, además ¡Mirate, acaso esta es la forma de presentarte en tu hogar- Todo estaba en silencio, y solo su voz resonaba en la gran estancia, la habitación se encontraba totalmente en penumbras, exceptuando una pequeña lamparita que titiritaba en la oscuridad.
El ojicobalto no dijo nada, solo estaba recostado en el sillón conteniendo las fuertes ansias que tenía por devolver todo lo que había ingerido, la voz de la rubia solo le sonó más amarga y chillona que de costumbre, no tenía tiempo para eso.
-A donde crees que vas , Heero... ¡Heero! Te estoy hablando- Se sintió totalmente indignada al apreciar que era rotundamente ignorada – HEERO...
-Callate, ¡CALLATE! Y déjame en paz, si sabes el significado de la palabra paz ¿no? O acaso tu cabeza no da para más- Los azules ojos ella se abrieron como platos, y comenzaron a cristalizarse , él nunca le había hablado de aquella manera, mucho menos cuando discutían.
-Estas ebrio, no sabes lo que dices- Dijo en un susurró indignado.
-Ahora es cuando de verdad sé lo que digo-Murmuro frotándose las sienes y subiendo las escaleras intentando no tambalearse demasiado.
Ella solo se quedo pasmada mirando hacia la oscuridad que tenían enfrente,¿qué seguía ahora, su matrimonio se escurría lentamente por el caño y ya no se le ocurría nada para salvarlo, pero no quería, se resistía rotundamente a quedarse de brazos cruzados mientras todo por lo que tanto había luchado se le iba de las manos.
Decidida subió las escaleras, siguiendo el camino que antes el ojicobalto había trazado, su paso era lento y firme, su rostro se mostraba sereno, estaba decidida.
Sin aviso alguno entró en la habitación de Heero, encontrándolo echado boca arriba sobre la amplia cama, su respiración era pausada y rítmica, parecía dormido, sigilosa se acerco a la cama dudando un poco de su siguiente movimiento, con lentitud subió a la cama posicionándose a horcajadas sobre su esposo, mirándolo y no dudando más en acercarse y comenzar a besarlo.
Sintió como alguien empezaba a besarlo fogosamente, hábiles manos recorrían su torso ocasionándole leves oleadas de placer , se sentía en el limbo , claramente sabía que era besado y acariciado pero no era capaz de saber quien lo hacía y donde estaba.
La imagen de Duo llego a su cabeza y llenó su alma de paz, eso era lo que más deseaba, que su Duo estuviera con él para siempre, que lo tocara y besara como solo él sabía hacerlo, la felicidad lo inundo.
Su beso fue bien correspondido y las largas manos del castaño se posesionaron de su cintura , recorriéndola suavemente, como extrañaba eso, que Heero la tomara y le hiciera el amor, cuantos meses habían pasado desde la última vez que había estado así con él, no podía recordarlo. Separo sus labios de los del ojicobalto y comenzó a mordisquear su cuello, escuchando un leve gemidito por parte de este.
-Du..Duo- Todo el éxtasis que inundaba su cuerpo se esfumó con solo escuchar ese nombre, se quedó totalmente inmóvil y no supo si reír, gritar o llorar, todo era mucho peor de lo que había imaginado.
Abrió lentamente sus ojos al dejar de sentir aquellas caricias, un leve mareo lo inundo y cuando pudo enfocar bien su mirada casi vomita.
-Relena- Pronunció demasiado sorprendido para su gusto.
-¿A quién esperabas eh, acaso a la puta trenzada que tienes por amante- Escupió con rabia no pudiendo controlarse.
-Por favor sal de mi habitación, no estoy de humor- suspiró llenándose de paciencia.
-No evadas el tema Heero, ¿por qué, ¿por qué con él?-
-No se de que hablas, así que por favor...-
-POR FAVOR, ¿POR FAVOR QUÉ HEERO, ESTOY ARTA DE DARTELO TODO Y RECIBIR MIERDA A CAMBIO, EHDADO MI VIDA POR ESTE MATRIMONIO Y TU NO PONES SIQUIERA INTERES PARA RESCATARLO- Sus ojos estaban inchados y llenos de lágrimas que se negaba a dejar salir.
-Tienes razón- Después de un largo silencio él se decidió a hablar- Este matrimonio no me interesa más- Estaba decidido, este era el día en que pondría las cartas sobre la mesa, su futuro dependería de ese momento, su futuro y su felicidad-No hay nada qué rescatar...-
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El tiempo había pasado lentamente, habían dejado el frío piso de la entrada por la confortable habitación de Duo, no habían pronunciado palabra desde horas atrás y ella se había dedicado a peinar el largo cabello de su amigo.
Había parado de llorar, sentía que no podía derramar una lágrima más, se sentía extrañamente libre, pero ido a la vez, su mente estaba en blanco y el constante movimiento del cepillo en su cabello lo estaba adormilando.
-¿Hil?-
-Mhn-
-¿Puedo contarte una historia?-
-¿Una historia, de que hablas?- Por alguna extraña razón hablaban en susurros, como si las paredes pudieran escucharlos.
-Si, la historia de cómo mis ojos perdieron la vida- A pesar de las palabras dolorosas su voz sonaba tranquila y en paz.
-No tienes que contármelo, no te sientas en obligación conmigo, yo entiendo que...-
-Pero quiero hacerlo, es todo lo que necesito para estar por completo libre- La mirada violeta era intensa y decidida, debía desahogarse y mirar sin temor su pasado para empezar de nuevo, lo hecho, hecho estaba y jamás podría remediarlo, debía aprender de sus errores.
Miró intensamente a Duo, como preguntándole con la mirada si estaba totalmente seguro, sabía que era un tema difícil para él, no quería verlo lastimado.
-Todo empezó cuando tenía dieciséis años- Comenzó a relatar sintiéndose un poco tonto por la forma en que había comenzado.- Mis padres tenían tres años de haber muerto y vivía con mis tíos, en esos tiempos era un joven muy cerrado, no solía hablar mucho con nadie y en el colegio al que asistía no tenía amigos-
Lo escuchaba atentamente, cada palabra quedaba impresa en su memoria, el rostro del trenzado seguía sereno, pero tenía un rastro de añoranza que lo hacía ver angelical.
-Ese día me tocaba servicio en el salón por lo que, extrañamente llegue temprano, sabes el problema que tengo con la puntualidad- Bromeo un poco para aligerar la mueca de preocupación de la pelicorto, quien al instante soltó una risilla- Para mi era un día como cualquier otro, sin nada interesante o nuevo, cuando llegue al colegio no había muchas personas cerca, era demasiado temprano y solo algunos maestro ya se encontraban ahí, entre al salón esperando hallarlo completamente vacío-Hizo una larga pausa, sentía aquel recuerdo estaba demasiado vívido en su memoria, una punzada de dolor recorrió su alma, y después de un largo suspiro continuó- Pero cuando entre, nada habría preparado para aquellos ojos azules intensos...-
CONTINUARÁ...
N.A: Wajajajaja no estaba muerta solo andaba de parranda! Jajajaja, aquí después de chorrosientos mil años vuelvo con estoy de nuevo con esta actualización que espero no este muy chafita xd!.
De verdad mil perdones por el atraso, no se como disculparme no tengo vergüenza, no e tenido nadita de tiempo, entre la escuela, la parranda y el novio (SI VAL YA TIENE NOVIO WAJAJAJAJA, DESPUÉS DE MIL AÑOS SALIO DE SU MALA RACHA AMOROSA) se me va el tiempo, y luego para acabarla de amolar no tengo Internet en mi casa, así que les transmito desde el cyber que esta... enfrente de mi casa xD!. Prometo actualizar un poco más rápido incluyendo mis otros fanfics, y si vuelvo a atrasarme perdónenme pero eso si jamás dejare mis historias a la mitad.
Bueno chavirules y chavirulas! Espero esto haya sido de su agrado, ya saben, felicitaciones mentadas de madre, dejen RW y apiádense de mi u.u.
Y a los que me leen en FF perdon por el super mega retraso con el cap dos y este, había tenido muchos problemas con la web y no podía actualizar, pero aca esta, mejor tarde k nunk!.
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