Holaaa! Es un gusto saludarles de nuevo ¡Espero que hayan tenido una excelente semana!

Perdonen la tardanza, éste capitulo me costo un poco más, sobre todo en la perspectiva de Sakura pero al igual que siempre espero que les guste mucho, las leo siempre y me motivan a seguir moviendo los engranajes de esta loca cabeza, ya saben que es bien recibida cualquier observación o crítica porque creo que es la mejor manera de crecer y aprender.

Muchas gracias por leer, las dejo con un nuevo capitulo, el más largo hasta ahora :D

Declaimer: Los personajes de este fic pertenecen al grupo Clamp, sólo la historia es de mi autoría.


Capítulo V

"Siembra distancia y cosecharás olvido"

Las edificaciones pasaban en un borrón por la ventana del vehículo mientras que el velocímetro marcaba los cien km/h, le gustaba la velocidad, pese a la aversión de muchos a él lo relajaba, le daba la sensación de que volaba sobre el asfalto, además en ese momento su lado sobreprotector le decía que debía llegar pronto a casa, Sakura estuvo enviándole mensajes durante la tarde para comentarle que estaba con Takahashi y todo marchaba bien, eso de alguna forma le produjo cierto alivio porque significaba que el idiota no había intentado nada con ella, pero luego la histeria de Shinomoto y su lloriqueo lo puso de los nervios, las chicas habían averiguado el motivo del escándalo y no hacían más que cuchichear al respecto y él por supuesto estuvo atento todo el rato…

-¿Crees que de verdad se fueron juntos en la motocicleta?- Cuestionaba Naoko

-Es probable, aunque no creo que se le haya insinuado como decía Akiho, Sakura es demasiado… Arisca para hacer algo así- Murmuraba Chiharu –Es un intento de esa arpía por difamarla delante de todos-

Tuvo que estar de acuerdo con eso último, Sakura jamás tendría esas actitudes con ningún chico pero ciertamente Takahashi era de cuidado, a ella le gustaba y además en ese momento estaban solos.

Eso le basto para pasar el resto de la tarde completamente mosqueado, apenas su tutor le dio las últimas recomendaciones para su tesis salió pitando de la universidad, se sintió un poco mal al dejarle todas las correcciones a Yukito, además tampoco había podido llevarlo hasta su casa, pero el muchacho consciente de sentimientos y la inquietud que llevaba consigo desde el día anterior lo animó a tomar la autopista para recortar camino y evitar los treinta semáforos que lo separaban de casa.

Su corazón palpitaba a toda velocidad y una punzada en el estómago lo atormentaba, no se consideraba un celoso controlador, todas las relaciones que había tenido en el pasado le dieron esa certeza, era un chico bastante seguro de sí mismo, tenía la convicción de darle espacio a las personas, detestaba los dramas pero… jamás había sentido algo así por nadie, jamás las manos le sudaron por una chica, jamás se sonrojaba al recibir una sonrisa… Sakura Kinomoto lo inquietó aún sin conocerla, sentía una profunda curiosidad por ella al escuchar las historias de Meiling y cuando la vio por primera vez… supo que esa atolondrada castaña iba a cambiar su vida y no se equivocó.

No pudo evitar sentirse atraído como una mosca a la luz, su sonrisa, su humor negro, la forma en la que lo miraba… Con el tiempo le resultaba más difícil verla como una amiga, poco a poco la confianza que ella iba depositando en él hizo que su relación se estrechara y sin darse cuenta la esmeralda fue colándose en su corazón… Cuando fue consciente de que la quería como mujer ya era demasiado tarde para poner distancia, para cambiar sus sentimientos.

Siempre trató de ser transparente con ella, cada vez que le decía cuanto la quería lo hacía con el corazón en la mano, la quería más de lo que jamás imaginó y por eso… por eso tenía tanto miedo a perderla, a perder la oportunidad de que ella lo viese como hombre y no como un simple amigo…

A veces sentía que no le era indiferente… la forma en la que coqueteaban, su manera de abrazarlo y de mirarlo…

Esas miradas.

Recordó la última vez que lo miró de esa forma, una que sólo ella tenía… Era una mezcla extraña de sensualidad e inocencia, por poco mandó todo a la mierda en el cumpleaños de Mei, después de la pelea de almohadas, pensó con tanta intensidad en besarla, se ahogó en esas preciosas esmeraldas y…

Suspiró

-No vayas por ahí- Se recordó mientras giraba a la izquierda e ingresaba a la calle donde vivía, condujo por unos segundos más hasta que estuvo en el estacionamiento privado del edificio y aparcó al lado del auto de ella, vio con resignación una llamativa motocicleta. Dado que en la mañana se fueron juntos eso indicaba que Shinomoto estaba en lo cierto, Sakura había llegado con Takahashi en esa motocicleta.

Tomó sus cosas con rapidez y agilizó el paso para poder tomar el ascensor, su mente divagaba en lo que prepararía de cena y en si ese sujeto se quedaría a comer con ellos, no le apetecía nada compartir la mesa con ese idiota pero era el invitado de Sakura y lo respetaba.

Con habilidad y pese a la oscuridad del pasillo logro abrir la puerta y la imagen que lo recibió lo dejó helado.

-¿Qué rayos…?- Murmuró mientras su mejor amiga y su invitado separaban sus labios con un molesto sonidito que quedaría grabado en su mente por semanas…

Había escuchado que el corazón humano literalmente podía partirse, siempre pensó que era una analogía sonsa y cursi pero el dolor en su pecho lo hizo dudar, su mirada sólo estaba puesta en ella y parecía en shock…

¿Acaso la habría besado a la fuerza?

-¿Li? ¿Sakura que…?- Pregunto Takahashi entre sorprendido y confundido.

Sólo eso bastó para hacerlo reaccionar, la acidez en su estómago obscureció toda su capacidad de raciocinio, las cosas que llevaba en sus manos cayeron al suelo con un golpe sordo y en dos zancadas lo alcanzó, lo hubiese sujetado del cuello para darle una buena paliza si un cuerpo pequeño y delicado no se hubiese puesto en medio de los dos.

-¡Xiao no!... espera esto no es...-

-¿No es lo que estoy pensando?- Preguntó irónico mirándola con el dolor que sentía, el que ella estuviese protegiendo a ese sujeto le decía claramente que estuvo de acuerdo con toda la escena, una parte de él se sintió aliviada pero por otro lado el escozor no hizo más que aumentar. La desconocía… ¿Ella era la misma muchacha que se sentía incómoda en presencia de ese sujeto? ¿La que le preguntó su opinión de llevarlo a casa? ¿Por qué mierda se estaban besando?

No pudo evitar recordar el escándalo de Shinomoto en el estacionamiento, no era santa de su devoción… de hecho tenía una muy mala opinión de ella pero había que ser un completo miserable para dejarla llorando e irse a besar con otra… Y esa otra era nada más y nada menos que Sakura ¿Es que acaso no lo veía?

¡El tipo era un imbécil que las estaba usando a las dos!

La rabia lo impulsó de nuevo a desquitarse, alguien tenía que parar aquello… Sakura y Shinomoto saldrían lastimadas por ese…

-¡Eres un malnacido!- Rugió tratando de darle alcance -¿Sabes que tu novia está hecha una mierda por tu culpa?- Hiro lo observaba más pálido que un fantasma y corría cual cobarde para refugiarse, Sakura se interpuso nuevamente y con frustración se dijo que no podría hacer nada, no con ella en medio.

-¡Basta Shaoran!-

Takahashi se escondía detrás del pequeño cuerpo de su amiga mientras recogía sus cosas en un estado de nerviosismo total -Sakura yo… lo siento no sabía que tú y Li…-

-Li y yo nada- Le aseguró la castaña con dureza -Sólo compartimos departamento. Y Shaoran- Lo llamó -Hiro ya se iba- Dijo finalmente con una determinación que lo apaciguó un poco, sólo entonces fue consciente del espectáculo que estaba montando y de la crudeza en las palabras de ella… No eran nada, ni siquiera lo había presentado como su amigo…

Eso acabo por destrozarlo.

Con el poco orgullo que le quedaba la miró una última vez, tomó su mochila y fue hasta su habitación sin decir una sola palabra.

Estaba claro que ella jamás lo vería como algo más y ya era hora de aceptarlo, Sakura había empezado a abrir sus alas y sólo era cuestión de tiempo para que encontrara a su persona especial y aunque sabía que Hiro Takahashi no lo era, él no tenía por qué interferir y lo más importante: no tenía por qué enfadarse con ella, finalmente él solito se había metido en ese embrollo… Ella no era responsable de que él se hubiese enamorado como un idiota.

Cuando salió de la ducha tenía en mente llamar a Yukito para coordinar el asunto de las últimas correcciones y echarse a dormir, por primera vez desde que la conoció no tenía el ánimo que requería para fingir que nada ocurría, sonreír y pretender que no se estaba muriendo de los celos.

Necesitaba estar sólo y meditar lo que haría con sus sentimientos, si algo tenía claro era que mientras conviviera con Sakura ese enamoramiento sólo se intensificaría, tal vez ya era hora de ir pensando en mudarse, posiblemente al otro lado de la ciudad… Un lugar donde pudiera estar solo y así poco a poco sacarla de su corazón, conocer a alguien más y seguir adelante.

-¿Ya cenaste?- Escuchó preguntar del otro lado de la línea –Yo estoy famélico, mañana podemos continuar con el capítulo dos…- Decía Yukito.

Shaoran sólo escuchaba y respondía con monosílabos mientras desde su computador buscaba algún restaurant abierto para encargar algo, había olvidado por completo que era su turno de hacer la cena… Al final opto por comida italiana, sabía que era de las preferidas de ella.

-¿Oye estas bien?- Preguntó finalmente su amigo.

Suspiró.

-No, no lo estoy…-

No supo cuánto tiempo había transcurrido, pero decididamente la conversación con Yukito le había servido para serenarse y aunque el dolor en su pecho no había cesado, al menos tenía una idea más clara de todo el panorama.

Se estaba despidiendo del cenizo prometiendo quedarse en su casa al día siguiente para adelantar el programa y hacer las correcciones cuando unos golpes en la puerta llamaron su atención.

-Xiao ¿Puedo pasar?- Escuchó del otro lado.

Su corazón inició una carrera pero paradójicamente él permaneció inmóvil, no quería verla… Eso implicaba tener que fingir para que no notara como se sentía, por el bien de su amistad ella debía seguir pensando en que para él era sólo una amiga, a pesar de todo no quería ponerla en un aprieto o hacerla sentir incómoda.

-Lobito…- Lo llamó nuevamente y eso terminó por convencerlo, soltó una maldición cuando se sonrojó por el sobrenombre, ella pensaba que le molestaba pero nada estaba más lejos de la realidad, ese apodo le removía cada célula de su cuerpo, era imposible negarle algo cuando lo llamaba así y con tanta ternura.

Definitivamente estaba jodido.

Con un ademán abrió la puerta mientras veía su teléfono, le llamó la atención que su pedido aparecía como entregado… Estuvo a punto de escribirle al repartidor cuando vio la bolsa del restaurante afuera, sobre la mesa del comedor.

Sakura pudo leer si inquietud -Acaba de llegar, estaba despidiendo a Hiro así que lo recibí por ti ¿Te molesta?-

Su mirada rehuyó la de ella, incluso ignoro el hecho de que estaba sonrojada y parecía nerviosa, no quería pensar más tonterías… no tenía sentido.

-Descuida, de hecho lo pedí para ti, yo voy a dormir- Estuvo a punto de desearle buenas noches cuando la sintió abalanzarse contra su pecho, si ya estaba hecho un lio por sus sentimientos, aquel gesto fue la gota que rebasó su capacidad interpretativa… En otras circunstancias le habría correspondido, la habría estrechado entre sus brazos mientras disfrutaba de su aroma a fresas, pues amaba esos pequeños momentos donde podía ser espontaneo y mostrarle aunque fuese un poquito de lo que sentía, pero en ese momento no pudo… sólo atinó a apoyar su mano en la delicada espalda en un gestó incluso hasta frío, Sakura lo notó de inmediato y sólo reforzó su abrazo.

-Lo siento, lo siento mucho Xiao, de verdad no quise… -

-No tienes por qué disculparte conmigo- murmuró suspirando inconscientemente el olor a fresas que desprendía su cabello. –Al contrario, yo… siento haber perdido los estribos-

-Sé porque lo hiciste-

Su corazón se saltó un latido ¿Ella lo sabía? ¿Qué era lo que sabía?

-Sé que Hiro tiene novia y en vez de pararlo yo… le seguí el royo. No soy tonta, sé que estuvo mal de nuestra parte pero…

Casi bufó

-Pero él te gusta- Dijo mientras el dolor en su pecho se intensificaba.

-Eso no es…- La escuchó suspirar –Creo que las cosas no son como yo creía…-

Se separó y lo miro con intensidad, como sólo ella lo hacía y esta vez por más que se resistió no pudo evitar engancharse a esos orbes esmeraldas, su corazón empezó otra carrera ¿Cómo podía sentirse tan seducido por una persona y a la vez tan… dolido?

-El punto es que no estuvo bien lo que hicimos y quiero disculparme contigo por… bueno por eso que viste… no fue correcto-

No quiso ni pensar en cómo le hacía sentir sus explicaciones, estaba a punto de colapsar, cada palabra de Sakura era como un aguijonazo directo al estómago, así que simplemente se encogió de hombros para quitarle hierro al asunto y acabar con toda esa absurda conversación.

-En realidad es problema no es "lo que vi", más bien es lo que significa. Ten mucho cuidado con lo que haces… algo me dice que ese sujeto está aprovechándose de la situación, Shinomoto se dio cuenta de que se fueron juntos y estaba histérica. –La vio abrir mucho los ojos, seguramente intuyendo lo que le esperaba –Pero finalmente son tus decisiones y no voy a meterme en tu vida porque solo somos compañeros de departamento ¿no?- Terminó con una sonrisa triste –Que descanses Sakura-

No esperó su respuesta, desapareció tras la puerta y se recostó de ella cuando estuvo cerrada, estaba convencido de que había actuado como un idiota y que ella no se lo merecía pero si quería salvar al menos su amistad con Sakura debía empezar a poner distancia de una buena vez, usar ese dolor como impulso y tratar de olvidarla.

Sakura Pov

El festival de las castañas: Una celebración que se hacía a finales de Octubre para honrar el primer producto de exportación del país. Cada región tenía sus propias tradiciones pero en la capital la gente acostumbraba a poner ferias de comida, artesanía y juegos relacionados con el fruto, de esa forma se incentivaba su consumo y los productores obtenían buenas ganancias.

Habían varios puntos a lo largo de Tokio pero uno de los más concurridos era el de la Universidad central de la cuidad.

La organización estaba a cargo de diferentes comités, estos se dividían por facultades y como yo pertenecía a la de ciencias económicas y no participaría con algún stand de comida o juegos pues, decidí inscribirme para colaborar con la decoración de los edificios, así que ahora mismo estaba colgando de unas altísimas escaleras con un montón de cinta adhesiva en las manos tratando de que el jodido pendón de bienvenida a los puestos de comida se quedara en su lugar… Sentía las gotitas de sudor resbalar por mi frente a pesar de estar al menos a quince grados de temperatura y con una llovizna infernal… francamente era agotador.

La gigantesca tela me cubría gran parte de la visibilidad pero seguía luchando para colgarla, fue después de un rato que me di por vencida, era demasiado pesada para sujetarla sólo con esta cinta. Lo sentía mucho por el director pero iba a abrir unos cuantos agujeros en esa lisa y linda pared, era eso o se quedaban sin bienvenida.

-¿Alguien podría pasarme el martillo y un par de clavos?- Grité desde lo alto de las jodidas escaleras tratando de no prestar mucha atención a la altura…

Madre mía

Después de unos segundos de darle unos cuantos puñetazos a la tela para quitármela del rostro seguí sin respuesta, me fijé en que ninguna de las chicas que habían estado colgando guirnaldas seguía por ahí, me fijé en Akame y después de mi insistencia la muchacha en cuestión manoteo al aire supongo que tratando de decir que aguardara un momento o me callara y continuó pegada al muro exterior…

¿Es enserio?

Mis brazos comenzaban a acalambrarse y no había nadie más que Akame a vista ¿En dónde se habían metido todas?

¡Ni siquiera me sujetaban la jodida escalera!

Me di por vencida, el puto pendón quedó a medio colgar y estaba segura de que se desplomaría en cualquier momento pero el pasillo estaba completamente desierto y nadie me daría lo que necesitaba, baje entre maldiciones sintiendo como el armatoste de metal se sacudía con cada paso mío. Agradecí una vez más de que fuese mi día de Jean, tenis y sudadera, de otra forma ya me habría esquinzado o magullado alguna parte del cuerpo, tenía toda una mañana colgando cosas, corriendo de aquí para allá armando guirnaldas, moviendo escritorios, mesas…

Estaba sudorosa, agotada y de malas pulgas porque además había tenido una semana de mierda

Mire a Akame indignada ¡Ni se había inmutado! Parecía una tonta colgada del muro que daba hacia la facultad de ingeniería, a mí también me gustaba mucho ver la lluvia caer pero no cuando estábamos tan liados…

Conforme avanzaba diciendo improperios por el largo pasillo observaba en el patio a algunas personas en su mayoría hombres armando los stands de comida, eran pequeñas carpas blancas de plástico que ahora estarían empapadas al igual que ellos ¡Pobres! Todo estaba mojado, esperaba que mañana hiciera mejor tiempo o el evento tendría que ser suspendido y habríamos trabajado tan duro por nada, continúe mi caminata hasta el pasillo donde se encontraba el salón principal, por el bullicio supe que aquí estaban todas mis compañeras, probablemente armando más guirnaldas para…

-¿Y esto?-

Me quede como pasmarote mirando como todas las organizadoras y algún que otro organizador de la planta baja permanecían pegados como corronchos al enorme ventanal del salón principal, muchos chillando y armando alboroto por no-se-que-cosa…

Sentí como mis mejillas se inflaban y estuve a punto de decirles unas cuantas cosas cuando Chiharu se acercó al verme.

-Oye, estuve como una idiota colgada pidiendo un…- Protesté

-¡Cierra la boca! ¡Tienes que ver esto!- Y entre empujones y quejas mías llegamos hasta donde estaban todos.

Oh vaya…

Sentí mi boca abrirse, no era de esas chicas que armaba alboroto al ver a algún chico guapo, ya saben… El sexo masculino y yo teníamos unos cuantos problemas pero lo que había al frente no era un chico… Era una escena digna de calendario erótico.

No pude evitar una risita nerviosa, es que era el típico fetiche femenino: Hombres con buen cuerpo trabajando incansablemente bajo la llovizna inclemente, los más atrevidos con el torso desnudo y los más recatados con la ropa totalmente empapada y pegada al cuerpo.

¿Qué podía decir? Estaba de mal humor pero la imagen era impresionante, si Tomoyo estuviese aquí…

Tome mi celular y empecé a hacer algunas fotos consciente de que la distancia no me ayudaba en lo absoluto pero seguro mi amiga querría ver el espectáculo y su edificio estaba del otro lado… Me reclamaría si no le reportaba la inusual situación.

-¿Ese que veo allí es Takashi?- Cuestioné en voz alta para hacerme oír a través de los murmullos y aullidos. Chiharu me miró interrogante así que tuve que señalar e insistir hasta que lo ubicó.

Sus quejas me hicieron reír, claro, ahora que comprobaba que su novio era sometido al escrutinio de todas las chicas presentes ya no parecía tan a gusto con el Show.

Un mensaje de Tommy me confirmo que su novio estaba en ese grupo, según sabía a los chicos de la facultad de ingeniería les correspondía ayudar a armar el escenario donde estarían los músicos del festival, luego me pidió más fotografías, continué burlándome de Chiharu y haciendo las fotos hasta que unos murmullos captaron mi atención.

-¿Qué diseño tendrá? Woah ¡Que espalda!-

-Que lastima, desde aquí no se ve.-

-¡Los hombres tatuados son tan sexys!

¿Qué tatuaje? ¿De quién estaban hablando?

Mi corazón empezó una incesante carrera, sentía como me sudaban las manos mientras trataba de ver al chico del que estaban hablando todas.

¿Sería él?

Tenía sentido, finalmente estaba en la facultad de ingeniería y sus amigos eran parte del comité.

No tardé demasiado en confirmar mis sospechas, ahí estaba el culpable de mi semana de mierda.

Pese a la distancia podía distinguir perfectamente a mi mejor amigo, estaba junto a otro muchacho, ambos parecían sujetar unos enormes listones de madera mientras que otro chico trepado sobre ellos clavaba algo sobre el techo del ya adelantado escenario, una gorra con la visera hacia atrás cubría su bonito cabello chocolate, llevaba un pantalón holgado negro, de esos que usaba para hacer ejercicio y una musculosa blanca, por supuesto que al estar mojada podía distinguirse el enorme lobo que le abarcaba media espalda superior… No pude evitar suspirar.

-Parece que Shaoran está causando impacto- Murmuró Chiharu con una risita que me antojo de lo más molesta.

Bufé indignada

-No es una novedad- Gruñí dejando de sacar fotografías.

-¿Sigue molesto?-

Aunque no me lo decía abiertamente era más que obvio y eso me llevaba por el camino de la amargura porque a pesar de compartir el departamento, se las había ingeniado de maravilla para evitarme durante varios días, salía por la mañana muy temprano y regresaba tarde o simplemente se quedaba con Tsukishiro y en la universidad nunca coincidíamos más que un par de veces para almorzar con todos los demás, llegaba siempre de último y era el primero en irse.

-Se los dije, me está evitando, intenté hablarle en varias ocasiones pero siempre está ocupado, es imposible saber si vendrá a casa o si se queda con su… Tsukishiro ese-

-Ya veo… Al principio pensé que estabas exagerando como siempre- La miré ceñuda -¿Qué? Es cierto, pero me he dado cuenta de que está más alejado de grupo, sin embargo con todos parece el mismo de siempre menos contigo ¿No estará celoso por lo que pasó?- inquirió

Suspiré

-No lo creo… más bien parece irritado con mi actitud, cree que Hiro y yo le estamos jugando sucio a Akiho y teme que ambas salgamos lastimadas o al menos eso me dijo la última vez-

Antes de cerrarme la puerta en las narices.

-Pues llámame loca pero la actitud de Shaoran es la de un hombre herido en su orgullo, si lo sabré yo… Takashi se comportaría igual créeme-.

-Pues serán celos de amigo ya sabes que…-

Puso los ojos en blanco -Si, si, si… Me has dicho que seguramente sale con Tsukishiro pero… no lo sé, hay muchas cosas que no encajan en tu teoría, Shaoran es un chico muy misterioso pero fácil de leer y he visto la forma en la que te mira.- comento moviendo las cejas.

Bufe

-Si Mihara, estás loca-

Mi amiga se limitó a reír para continuar con su tarea de admirar el calendario erótico viviente, yo no pude evitar hacer lo mismo pero más que mirar todo en su conjunto sólo me enfoque en el chico del tatuaje, en cómo siempre parecía tan serio y concentrado en lo que hacía… era endemoniadamente sexy para su propia seguridad, en serio, no pude evitar sentirme frustrada y acongojada por lo que estaba sucediendo entre nosotros, no me gustaba que huyera de mi como si tuviese la peste y mucho menos ahora que…

Suspiré

Ahora que podía admitirme a mí misma que me gustaba, estuve comportándome como una completa tonta con Hiro cuando en realidad mi mejor amigo era el que me provocaba todas estas sensaciones… Mi corazón latía desbocado cuando lo veía, sentía vértigo y nervios cuando estaba cerca pero al mismo tiempo una inmensa paz, sobre todo cuando…

No pude evitar sonrojarme

¿Cuántas veces me había sentido segura entre sus brazos? Habíamos pasado demasiadas cosas juntos. Shaoran era una parte importante en mi vida y no quería que se alejara de mí.

Aunque me gustaba y mucho, estaba plenamente consciente de que era y sería sólo mi mejor amigo, eso estaba bien, no tenía por qué ser algo malo, es decir, ¿A quién no le gustaba Shaoran Li? Ahora mismo tenía cerca de una veintena de chicas y chicos babeando por él y no significaba absolutamente nada… Era una simple atracción que debía aprender a manejar para que las cosas no se pusieran raras entre nosotros, sin embargo antes de eso debía arreglar las cosas, necesitaba a mi Xiao de vuelta…

-¡Chicos!-

-¡El profesor Yoshiyuki viene para acá!- Nos anunció Akame y con eso empezó la histeria colectiva, todos corrimos fuera del aula, aproveche de tomar el martillo y un puñado de clavos para treparme a la escalera y terminar de colgar el jodido pendón.

*-*-*-*-* Unas horas más tarde *-*-*-*-*

¿Por qué tenía que ser tan inoportuna?

Cuando salí de la universidad sólo tenía un poquito de ganas de hacer pis pero ante la idea de devolverme a un edificio solitario y oscuro preferí esperar a llegar a casa y ahí estaba, en pleno ascensor encorvada con la sensación de que no llegaría…

Ay madre

Todo permanecía oscuro por suerte, las luces no eran automáticas y ni loca iba a encenderlas, no señor… Había al menos dos cámaras por pasillo y seguramente los vecinos no dudarían en reírse a mi costa.

-Solo tienes que llegar Sakura ¡Tú puedes!- Me dije para dame ánimo, en cuanto el ascensor abrió sus puertas intente caminar lo más erguida que podía pero no, mientras más encorvada estuviese más aguantaría… Sólo son unos poquitos pasos vamos.

Obligue a mis pies a que me movieran hasta que estuve en la puerta, por alguna extraña razón conforme me acercaba más al glorioso baño mis ganas de hacer pis eran más intensas.

-Piensa en otra cosa, vamos piensa en el festival.-

Respiré profundo varias veces mientras trataba de dar con el agujerito de la llave, en mi mente sólo estaba lo que habíamos hecho para el festival, si… ¡Se puede! No vayas a rendirte… menos aquí en la puerta.

Con dificultad continúe mi camino, paso a pasito hasta que di con el baño…

¡Gracias dios!

-Qué alivio- Suspiré al sentir como mi cuerpo se relajaba, jamás volvería a aguantarme las ganas de nada.

Aproveche mi visita al baño para darme una buena ducha, vaya que la necesitaba, pese al frío había sudado como nunca en la vida y no estaba exagerando.

No dude en activar la calefacción al salir de la ducha, opte por vestirme cómoda, tomé un camisón de algodón, unas braguitas y mis medias más gruesas, después de unos minutos con renovada energía encendí el estéreo para subirme el ánimo ante otra inminente noche solitaria y decidí cocinar algo rico, dadas las condiciones climáticas y mi hambre atroz opte por un ramen.

Rico y rápido sobre todo.

Puse la ollita en la estufa para comenzar por el caldo, saque un par de huevos y verdura, al principio decidí cocinar algo sólo para mí pero… después de pensarlo un ratito tomé el teléfono y le pregunte a mi adorado tormento si vendría a casa, estuve atenta a su respuesta pero jamás llegó. Sin ánimos de preocuparme o enojarme como llevaba haciendo toda la semana opté por hacer un poco más de caldo, si sobraba lo congelaría y me salvaría de tener que cocinar mañana.

La música en el estéreo era bastante animada, tanto que lograba sacarme algún gritito desafinado o un par de pasos de baile, a pesar de no estar con mi mejor ánimo al menos me permitía mantener la cabeza ocupada y no devanarme los sesos pensando en lo que había hablado con Chiharu por la tarde, en definitiva estaba evadiendo el asunto pero estaba cansada, necesitaba distraerme…

-Estoy en casa-

Su voz sonó atenuada por la música pero fue tan profunda que no pude evitar pegar un brinco, la tapa de la olla fue a dar al suelo, por suerte no era de vidrio.

-¿Estas bien?- Cuestionó asomándose por la puerta de la cocina, lo miré después de levantar la escandalosa tapa y no pude evitar recorrerlo de arriba abajo en cuestión de segundos, llevaba la misma ropa de la tarde y ahora que podía apreciarlo más de cerca me sonroje cual colegiala.

Sin duda alguna era jodidamente sexy, incluso seguía mojado…

-Sí, me asustaste es todo- Murmuré fijándome esta vez en su rostro, su mirada estaba vidriosa y sus mejillas enrojecidas, por un momento me pareció que temblaba ligeramente – ¿Tú estás bien? Sigues mojado- Cuestioné acercándome.

-Estoy cansado- Respondió restándole importancia, no le hice caso y me acerque para poner mi mano sobre su cuello, me miró ceñudo y dio un saltito hacía atrás… Como si no quisiera que lo tocara.

No pude evitar poner los ojos en blanco ¿Tan enojado seguía?

-Deja de comportarte como un niño malcriado- Me quejé acercándome esta vez y poniendo mis manos en su cuello, lo sentí estremecerse seguramente por mi tacto frío –Estas ardiendo Li- Le informé

-Normal, pasamos el día mojándonos… voy a darme un baño- No le dije nada más, por suerte estaba preparando suficiente comida para los dos, fui hasta mi habitación para buscar un par de antigripales.

Shaoran era alérgico al ibuprofeno por lo que leí toda la composición del medicamento, ahora sí que estaba enojada, con su actitud arisca hacía mí y con mi propia estupidez, estuve toda la tarde mirándolo trabajar bajo la lluvia y no se me pasó por la mente pasarle una aspirina, era obvio que enfermaría ¿Cuántas veces se había resfriado desde que lo conocía?

Pff

Cuando dejé de escuchar el calentador de agua esperé unos cuantos minutos para que se vistiera, mientras tanto extendí el sofá cama de la sala, no iba a permitir que se encerrara en su habitación, necesitaba vigilar esa fiebre.

Camine hasta su habitación con un vaso de agua y toque un par de veces.

-¿Puedo pasar?- Pregunté tomando la perilla, cuando me confirmo que estaba decente entré.

-No debiste mojarte toda la tarde- Comenté extendiéndole la aspirina y el vaso de agua, los tomó sin chistar, me alegré al notar que ya no parecía tan esquivo así que tome las almohadas, su colcha y ante sus protestas me encaminé hasta la sala para improvisarle una cama.

Vino tras de mi protestando

-Estoy bien, en serio… Ya con la aspirina me sentiré mejor-

-La última vez deliraste- Le recordé terminando mi tarea. –Déjame cuidarte ¿Si? Sé que estas molesto conmigo pero….-

-No estoy molesto contigo- Me interrumpió

Hmmpff ¡Es que tenía una habilidad especial para sacarme de mis casillas!

-¿Ah no? Claro, es impresión mía ¿Verdad?, no has estado evitándome toda la jodida semana- Ironice cruzándome de brazos, pude notar como su mirada me recorría justo como lo había hecho yo en cuanto lo vi y por algún motivo las palabras de Chiharu hicieron eco en mi cabeza…

Hay muchas cosas que no encajan en tu teoría, Shaoran es un chico muy misterioso pero fácil de leer y he visto la forma en la que te mira.

Tonterías

-He estado muy ocupado, te lo dije – Argumentó echándose en el sofá como un niño berrinchudo, tuve que clamar por paciencia mientras me sentaba a su lado.

Llevé mi mano nuevamente a su cuello notando que continuaba ardiendo, tomé el termómetro de la mesa.

-Abre la boca- Le pedí mofándome de su cara de borrego a medio morir, era un poquito dramático cuando se sentía mal… era inevitable no sentir ternura pese a nuestras malas pulgas, se veía tan indefenso.

Hizo lo que le pedí sin chistar así que aprovechando que no podía quejarse por el momento me recosté a su lado.

-Sé que no debería estar diciéndote esto pero de verdad necesito arreglar las cosas contigo lobito- Murmuré abrazándolo, sentí como se tensó pero continúe, el termómetro me daba un par de minutos que no desaprovecharía - Lo de Hiro fue sorpresivo, en realidad no me lo esperaba...- Iba a comenzar a quejarse así que lo mire feo para que mantuviese la boca cerrada, a regañadientes lo hizo

-En serio, no estaba en mis planes y cuando empezó… No lo paré y no lo hice porque pensé en que si quería resultados diferentes, lógicamente tenía que actuar diferente… Xiao enserio, estoy cansada de que las personas que me gustan no puedan acercarse a mí, no quiero que me tengan miedo ni quiero temerles tampoco… No soy una maldita cerca electrificada y estoy cansada de parecerlo. No quise jugarle sucio a Akiho. Ya aclaré todo y no tengo da que ver con Hiro- Terminé tomando el termómetro para fijarme en la temperatura que marcaba.

-¿Vas a negarme que el tipo te gusta?- Cuestionó tras un suspiro cansado.

Lo pensé por un momento ¿Cómo decirle que me gustaba sólo porque se parecía a él?

No había forma en que lo hiciera, no señor.

-¿Tu...? ¿Tu tienes experiencia besando y esas cosas verdad?- Le pregunté volviendo a mi postura inicial, pase mi brazo por su abdomen y apoye mi cabeza en mi mano disponible para poder mirarlo cómodamente… o todo lo cómodo que podía estar dada las circunstancias.

Enarco una ceja pero asintió así que continué

-Pues por lo poco que sé, cuando besas a la persona que te gusta sientes… sientes cosas, ya sabes- Gesticulé tratando de explicarme, parecía entre divertido y confundido – Las famosas mariposas en la panza y bueno… sientes nervios y el corazón se te acelera, te da vértigo y se te calienta el cuerpo… ¡Oye! ¡No te burles de mí! Estoy hablándote enserio- Me queje al escuchar sus carcajadas y la tos, hice nota mental de darle más tarde algún expectorante.

Levantó sus manos en son de paz

-Bien, bien ¿Estas tratando de decirme que sentiste todo eso?- Pregunto esta vez con más seriedad lo que secretamente agradecí, me daba mucha vergüenza hablar de estas cosas…

-Ese es el punto… no sentí nada- Me miró atónito –Fue tan patético que estaba más concentrada en donde poner mis manos o en si debía sacar la lengua también ¿Puedes creerlo?- Esta vez ambos explotamos en risas, sentía mi rostro arder mientras la melodiosa risa de Shaoran me hacía sentir un calorcito en el pecho, volvíamos a ser nosotros mismos.

-No me sorprende que sea tan mal besador, es un fanfarrón… eso dice mucho de su desempeño…-

-¡Xiao!- Me quejé aún más colorada. –Yo era la que no sabía que hacer-

-¿Qué?- Preguntó sonriendo –No fue tu culpa, si fuese bueno besando hubiese sabido como acercarse a ti, como acariciarte para que respondieras por instinto.- murmuró mirándome como siempre, con esa intensidad que ahora me dejaba hipnotizada –Cuando besas a alguien que te gusta simplemente dejas de pensar, te concentras en todas las sensaciones que te recorren el cuerpo y es inevitable actuar instintivamente, de alguna manera siempre sabes que hacer-

-¿Has besado a muchas personas?- Cuestioné repentinamente interesada, el gusanito de la curiosidad empezó a comerme la cabeza, ya me había preguntado antes como besaría Xiao pero ahora era una necesidad saberlo.

Lo vi encogerse de hombros –Los caballeros no tienen memoria –Murmuro, puse los ojos en blanco.

-Por favor, sólo quería saber que tanta experiencia tienes.- Me quejé.

Pareció divertido y ese brillo en sus ojos me hizo saber que atacaría con una de las suyas -¿Por qué tanto interés? ¿Quieres que te enseñe?- cuestionó con voz ronca y juró que de no haber estado acostada me caería de espaldas, ahora era más consciente que nunca del efecto Shaoran, tenía el corazón en la garganta y temí que pudiese escucharlo, la cara me ardía al igual que otras partes del cuerpo…

Que calor, jodida calefacción.

Carraspee para que la voz me saliera decente –Pues deberías, así no estaría pasando vergüenzas por ahí- Respondí mientras me incorporaba para cortar con todo el rollo, no quería que notara lo nerviosa que estaba.

-Tienes casi treinta y nueve de fiebre- Le informé - Voy a servirte un poco de ramen para que luego descanses, por favor no te abrigues tanto para que no te suba más la temperatura ¿Si? –

Lo vi asentir mientras se bajaba el cobertor hasta la cintura dejando todo su trabajado torso al descubierto.

Joder

-Eres un exhibicionista- Me quejé sintiendo nuevamente ese vértigo en el estómago y las mejillas ardiendo al oir su melodiosa risa.

-Y tu una aguafiestas- Se burló encendiendo la televisión, no pude evitar reírme antes de entrar a la cocina a terminar de preparar la cena.

Me mantuve despierta gran parte de la madrugada, Shaoran se quedó dormido poco después de comer, se lo veía agotado y había empezado a sudar mucho, por suerte se mantenía bien hidratado.

El ruido de la lluvia caer cesaba poco a poco y así iba yo perdiendo la consciencia, el sofá cama era bastante cómodo lo que ayudó a que me entregara a los brazos de Morfeo.

No sé cuánto tiempo estuve dormida, pero cuando abrí los ojos me dio la impresión de que recién acababa de cerrarlos… Era como si no hubiese descansado más de tres minutos, a mi lado Shaoran temblaba… Por un momento me asusté y pensé que incluso estaba convulsionando por la fuerza de sus sacudidas pero sólo parecía tener frío, había dejado de sudar así que supuse le habría subido la temperatura otra vez.

Con cuidado de no despertarlo fui por un cuenco con agua fría y un pañuelo, no era una experta pero esto servía para mantener la cabeza fresca, moje el paño y lo puse sobre su frente, me fijé en el reloj y me di cuenta de que habían transcurrido un par de horas, en un par más tendría que darle otra aspirina.

Se quejó mientras yo le retiraba un poco la colcha, no era bueno que estuviese tan cubierto y no había corrientes de aire frio que pudiesen empeorar el resfriado.

-Shh, está bien- Murmuré cambiando el paño.

Pasó un rato hasta que finalmente dejó de temblar, eso me alivió.

-¿Sakura?- Me llamó, lo miré para asegurarme de que aún dormía -Estoy aquí Xiao- Le respondí mientras me acercaba y le acariciaba la mejilla en un intento por tranquilizarlo.

Me acosté a su lado para estar más cerca y con mi dedo índice recorrí con infinita delicadeza su rostro, pasaba por su frente, alrededor de sus ojos, su barbilla, sus mejillas… Cuando era pequeña mi madre solía ayudarme a dormir de esa forma, siempre me había parecido muy relajante y al parecer con él funcionaba.

-Descansa Xiao, mañana vas a sentirte mejor- Susurré convencida de que estaba profundamente dormido.

Con un movimiento inesperado se giró en mi dirección y a pesar de que estaba tan cerquita yo no me moví, me permití ese momento para admirarlo, para fijarme en sus largas pestañas, su nariz enrojecida por el resfriado, sus mejillas sonrojadas y esos labios que ahora mismo estaban entreabiertos y tan rojos con una fruta madura…

Sin proponérmelo recordé sus palabras…

Cuando besas a alguien que te gusta simplemente dejas de pensar, te concentras en todas las sensaciones que te recorren el cuerpo y es inevitable actuar instintivamente, de alguna manera siempre sabes que hacer…

Cuando alguien te gusta y está tan cerca, simplemente dejas de pensar, sólo te concentras en las sensaciones que te provoca, en el calor que te recorre de pies a cabeza y en esas ganas de saber a qué saben sus labios…

Lo que iba a hacer no estaba bien pero… no pude evitarlo.

Me acerque lentamente hasta que mis labios rozaron los suyos con una ínfima caricia y aunque solo fue un roce mínimo sentí como todo mi interior se revolucionaba, no era correcto pero se sentía como si lo fuera.

-Sakura- Jadeó contra mis labios y sentí como el alma se me iba del cuerpo, abrí los ojos asustada ¿Estaba despierto? pero después noté sus labios tomar los míos y sus brazos rodearme con tanta fuerza que todo se volvió confuso, cerré los ojos y dejó de importarme si estaba despierto y si había notado mi desliz…simplemente me deje llevar…

Tomaba mis labios entre los suyos, me pegaba a él, sentí como cada milímetro de nuestros cuerpos entraban en contacto, mi corazón estaba latiendo desbocado y yo me sentía en las nubes. Entreabrí mis labios y él aprovecho para explorar mi boca, su sabor era exquisito, me deleitaba con cada roce, pronto el ardor que nació desde mis entrañas empezó a convertirse en fuego y se extendió por todo mi cuerpo, él me exploraba con habilidad, con sensualidad y yo le respondía con la misma intensidad, el intercambio era exquisito y me encontré deseando más… Más de sus besos, más de Shaoran.

De un momento a otro sentí como sus movimientos demandantes de alguna forma se transformaban en ternura, en un roce suave hasta que finalmente se convirtió en una caricia tal y como había empezado, me concedí unos segundos más de sus labios uniéndolos con los míos en tiernos y cortos besos.

-Xiao- Lo llamé al sentir como su abrazo se aflojaba y como su respiración volvía a estar acompasada.

Me quedé helada al notar que estaba profundamente dormido y que continuaba quejándose y llamándome.

Estas cosas solo pueden pasarme a mí

Me quejé con una sonrisa triste, por un momento pensé que me correspondía… que tal vez yo no le era indiferente y él había querido besarme.

Con suspiro e ignorando olímpicamente la punzada que tenía en el pecho y mis temblores, fui a desinfectar el termómetro y aun dormido me las arregle para que lo aceptara en su boca, esa misma boca tan exquisita que había explorado hace apenas unos minutos.

Me obligue a ser sensata y tras comprobar que seguía en treinta y nueve grados, le coloque otra compresa fría en la frente y me recosté está vez a los pies del sofá cama, no quería pasarme toda la noche resistiendo semejante tentación, además de alguna manera siempre que dormíamos juntos nos la arreglábamos para despertar abrazados.

Me sonroje

Me gustaba entonces y me gustaba ahora… Que lenta había sido, pero no era momento para reproches contra mí misma, estaba hecha polvo, ya mañana arreglaría otra vez las cosas con Xiao, aunque algo me decía que todo había sido parte de sus delirios por la fiebre… Programe la alarma para darle la aspirina a la hora que le correspondía y procuré dormir.

-Te quiero lobito-. Murmuré antes de entregarme otra vez a los brazos de Morfeo.


Pobre Xiao ¿Recordara lo que entre delirios hizo con Sakura?

Esta historia está llegando a su desenlace, una vez más les agradezco por haberme acompañado hasta aqui y dedicarle unos minutos. También les agradezco sus comentarios, para mi es una satisfacción enorme leerlas.

Tenía un par de capítulos sin dejarles adelanto y aunque esto puede cambiar un poco, acá les va un pedacito:

Adelanto:

-¿Quieres decir que se quedará?- Cuestioné sorprendida, eso era nuevo.

-Sólo si no te incomoda- Se apresuró a aclarar - El internet de la zona ha estado fallando desde la tormenta y así no podemos adelantar nada.-

Suspiré

No podía negarme, sería una tontería hacerlo...

-Bien pero... dormirá en el sofá cama-

-¡Eres un hipócrita!- Lo acusé tratando de moderar mi tono, sentía como la acidez me quemaba las entrañas.

Lo vi alborotarse el cabello con frustración -¿De que estas hablando Kinomoto?-

-Te enfadaste conmigo por lo de Hiro y aquí estas... Haciendo tus porquerías con ese...-

-¿De que porquerías hablas? ¡Deja de hablar a medias Maldita sea!-


Uy, esto suena a pelea jajaja ¡Nos leemos la próxima! ¡Un abrazo grande y que tengan una semana soñada!

Gracias por leer 3 3

Marilin.