¡Holaaaa! Si, aparecí y muy apenada les pido mil disculpas por la demora, he estado con otras cosas y las musas decidieron escapar... Al menos ellas pueden salir. Pero En mi defensa éste es un capitulo bastante largo, me atrevería a decir que es el más largo hasta ahora y ya queda menos para que esta historia llegue a su fin, les agradezco infinitamente el que se detengan a leer mis locuras y sobre todo sus comentarios, para mi son el combustible que me hace poner el trasero en la silla y escribir como si no hubiese un mañana.

Declaimer: Los personajes de este fanfic no son de mi autoría, sólo la historia lo es.


Capítulo VI

¿De que huyes? Si lo que llevas dentro, te seguirá donde vayas.

Ya mañana arreglaría otra vez las cosas con Xiao

Claro, que fácil ¿No?

Bufé mientras partía un par de huevos y los agregaba a la mezcla de panqueques, no había podido pegar un ojo después de darle el jarabe de la tos a Shaoran, el par de horas que había dormido sirvieron para que mi embotado cerebro comprendiera lo que había pasado y eso fue suficiente para espantarme el sueño, el buen ánimo y el optimismo.

No me cabía duda de que anoche estaba agotada y más atolondrada que nunca porque, de haber estado con mis cinco sentidos en normal funcionamiento, no me habría pasado por la cabeza hacer semejante cosa ¡Había besado a Shaoran! Entre sus delirios, sin su consentimiento… La culpa bullía en mí como la espuma y el hecho de que me hubiese gustado tanto sólo empeoraba las cosas

¿Qué me había pasado? ¡Yo no era así!

Tan sólo bastaba ponerme en su lugar para sentir vergüenza y rechazo hacía mi propio comportamiento… Si alguien me hubiese besado mientras dormía le habría asentado un buen porrazo, así de arisca era y venía a hacerle eso que yo detestaba a mi mejor amigo.

-Tengo que decírselo- Murmuré mientras terminaba de batir todo y ponía a calentar el sartén para cocinar la mezcla.

La cosa era ¿Cómo se lo decía? y aún más importante ¿Cómo reaccionaría él? Estaba claro que no era igual de rarito que yo, de seguro no lo tomaría en cuenta, pero tenía mucho temor a que las cosas entre nosotros se pusieran extrañas, si dejaba mi imaginación volar, hasta podría verlo dejando de hablarme por haber abusado de su confianza de esa forma…

¿Y si se iba de la casa?

Los nervios me tensaron el estómago.

-Calma- me dije a mi misma, conocía a Shaoran y poniendo en contexto su carácter y la situación en sí misma… era muy probable que se riera de mí y le restara importancia, él no haría algo como irse o enojarse pero ¿Qué pensaría sobre mis motivos?

Ya de por sí trataba de no enredarlo en mis locuras para no afectar su percepción de mí, que no pensara que me faltaba un tornillo, pero ahora mi estupidez echaría a la basura todo ese esfuerzo, él creería que yo estaba demente o peor.. Tendría la misma opinión de Meiling.

"No necesitas un psicólogo Kinomoto, necesitas buscarte un buen novio ¡Y montártelo de una santa vez por todas! así perderás el miedo"

Eso me decía cada que vez que podía… No me resultaba ofensivo pues teníamos la confianza para ese tipo de comentarios, era algo así como nuestra broma personal, pero que Shaoran lo creyera para mí sería muy humillante.

La única certeza que tenía en ese momento era que estaba hecha un lio, por un lado la culpa de haber actuado en contra de mis principios y por el otro las cosquillas en el estómago cada vez que lo recordaba… No podía evitar sonreír pero ¿Por qué? Era demasiado contradictorio para ser normal…

¿De eso se trataban los placeres culposos?

Te gusta algo y lo disfrutas pero sabes que está mal y luego te sientes como una mierda.

Como fuese, tenía que hablarlo con él, debía tragarme los nervios y decírselo.

Eso era lo correcto, así que para practicar mi discurso me pare erguida y respiré profundo, lo miraría a los ojos y le diría:

-Shaoran…-

-Dime-

-¡Hoe!-

Sólo atiné a dar un brinco cual gato histérico y claro, al tener el cucharon lleno de mezcla, fue inevitable que parte de la masa acabara en mi pijama, lo miré colérica.

-¡Vas a provocarme un infarto!- Chillé sintiendo el corazón en la garganta.

Sus risotadas resonaban por toda la estancia ¡Era un idiota! Tome el repasador húmedo y se lo arroje con toda mi mala leche.

-¡Oye!-

-Eso te pasa por asustarme - Refunfuñe tratando de apaciguar mis nervios, las manos me temblaban, había estado a punto de confesarle mi pecado sin saberlo… ¿Cuánto llevaría escuchándome?

Enrojecí

-No lo hice con esa intención, me llamaste nada más entré, pensé que me habías oído - Se defendió -¿Estabas pensando en mí?

Bien, no había escuchado nada. Ahora disimula Sakura.

-Claro que estaba pensando en ti so memo, debo tomarte la temperatura- Mentí con descaro.

-Ya veo, no debes preocuparte, me siento mucho mejor- Me aseguró con una bonita sonrisa… No pude evitar sentir mis orejas arder mientras se acercaba.

Contrólate, se va a dar cuenta.

-Déjame ayudarte- Pidió haciéndose con la espátula y echándome a un lado, no me atreví a contradecirlo porque el jodido pegote de mezcla que aterrizó sobre mi pijama estaba poniéndose frio y baboso, necesitaba un cambio de ropa.

La excusa perfecta para huir de ahí.

Cuando estuve en la seguridad de mi habitación fui derechita a buscar otro pijama y de salida pase por el baño para refrescarme la cara y quitarme la sensación pegajosa que quedó en la piel de mi pecho, el espejo frente a mí hizo evidentes ojeras que se formaban debajo de mis ojos y también la palidez en mi semblante… Normal teniendo en cuenta de que había dormido muy poco pero sin duda valió la pena, mi mejor amigo estaba mucho mejor y de muy buen ánimo…

Cuando volví a la cocina me di cuenta de que ya casi había terminado y estaba sirviendo el chocolate caliente en las tazas.

¿Tanto me demoré?

Pero lo entendí todo cuando me percaté de que usaba una segunda sartén, claro, hacía dos al mismo tiempo, muy ingenioso.

-Pensé que dormirías un poco más- Murmure sentándome en el desayunador, ya más calmada pude fijarme en su aspecto, no tenía ojeras y su piel estaba radiante como siempre, aún conservaba la nariz enrojecida y una leve tos, al menos ya no habían indicios de fiebre, lo que sin duda indicaba que estaba recuperándose.

-Estoy acostumbrado a levantarme temprano los días de semana-

Asentí

También me fijé en que tenía la misma ropa de ayer con la diferencia de que había optado por cubrirse con una camiseta, lo agradecí secretamente por la incómoda tarea que tenía por delante… En este momento lo que menos necesitaba era una visión directa de su trabajado torso.

Agradecimos la comida y permanecimos en silencio, supongo que cada uno tenía cosas en qué pensar, en mi caso escogiendo las palabras precisas que me permitieran aclararlo todo sin ponerme en evidencia…

-¿Dormiste muy mal?- Lo escuche preguntar de pronto, lo miré sin entender. –Es que luces cansada-

-Ah sí, gracias- Respondí irónica –Habría dormido bien si alguien no hubiese estado pateándome la cabeza toda la noche-

Enarcó una ceja

- Yo jamás pateo – Respondió ofendido –Además tendría que ser contorsionista para patearte la cabeza ¿No crees? -

- Dormí hacia abajo para no incomodarte- Le explique –Y claro que pateas dormido ¿Qué estarías soñando?- Lo pinche y su reacción fue digna de fotografiar, sus mejillas enrojecieron y se ahogó con el Chocolate, no pude evitar reír… a veces era tan fácil sacarlo de sus casillas.

-¿Ha… Hable dormido otra vez?- preguntó nervioso.

Negué mientras recordaba nuestro pequeño desliz, no pude evitar tragar pesado.

Hicimos de todo menos hablar.

-¿Sakura?- Cuestionó preocupado y cuando lo miré supe que había llegado el momento, tome aire varias veces… Necesitaba valor.

-Xiao yo… que…quería decirte algo- Murmuré enterrando la vista en mis panqueques ¿Había pensado mirarlo a los ojos?

¡Imposible! Incluso las palabras que había estado escogiendo se esfumaron de mi mente en una nube de humo…

-¿Qué…?-

-Antes que nada quiero disculparme contigo, yo… actué de la manera más vil y… y no me siento orgullosa, entendería si dejaras de hablarme porque hice algo horrible, soy un monstruo…

-Sakura- Me interrumpió mientras sentía como me tomaba de la barbilla para que lo enfrentara ¿Por qué tenía esa costumbre? Era como si viéndome a los ojos pudiese leerme la mente o algo así, fue imposible no enrojecer con esa forma tan intensa de mirarme– No te entiendo nada ¿De qué estás hablando?- Cuestionó con el ceño fruncido levemente.

Bien, no estaba enojado…

No aún.

-Ayer yo…- Suspire ¿Por qué era tan difícil mirarlo a los ojos y decirle que lo había besado?

Bueno vamos de nuevo.

–Bien, verás ayer…-

-¿Ayer que?-

Cerré los ojos, si continuaba viendo esos bonitos orbes ámbar no lo diría nunca.

-Te besé- Solté en un susurró, por suerte estaba cerca.

Sólo hubo silencio, ni una maldición, ni una carcajada… ¡Nada!

Como buena gallina abrí un ojo para tantear la situación y se me paró la respiración ante su mirada inquisitiva… Joder, era tan penetrante que no me atreví a mover un pelo, sabía que esa cabeza estaba trabajando a mil por hora.

¿Qué estaría conjeturando?

-¿Por qué?- Fue lo único que dijo mientras yo trataba de juntar todas las partes que había deshecho con su modo de mirarme.

Porque me gustas

-Porque fui maldita al nacer con una curiosidad que siempre me mete en problemas, por eso-

Podría jurar que vi como algo en su cabeza hizo el Click y automáticamente una sonrisa apagada apareció.

Indiscutiblemente no estaba molesto pero su gesto no me tranquilizó, al contrario, me sentí mucho más inquieta.

-¿Fue por nuestra conversación de ayer verdad?- Concluyó soltándome para ir a dejar los platos en la mesada.

-Mmhmm- Confirmé

-¿Ese fue el crimen tan horrible?- Ironizó, me levante para ayudarle con los platos sucios.

-No me siento bien ¿Sabes?- Murmuré tratando de transmitirle mis sentimientos, necesitaba que entendiera que para mí no era tan sencillo -Creo que fue un abuso de mi parte y lo lamento-

Lo escuche suspirar mientras se cruzaba de brazos, parecía muy tenso.

-Lo entiendo y no voy a negarte que me sorprendiste, pero… no puedo verlo como algo monstruoso, es… normal que sientas curiosidad hacía algo que no has hecho.-

Su tranquilidad era impresionante, algo en mi corazón me decía que no estaba siendo del todo honesto con sus palabras, tal vez era su lenguaje corporal o ese tono tan "sosegado"

-¿De verdad no estas molesto Lobito? No quiero que las cosas se pongan… raras entre nosotros- Inquirí desconfiada.

-Descuida- Dijo finalmente con una mueca –No tienen que ponerse raras, finalmente sólo somos amigos ¿no?- Se encogió de hombros –No es como si yo te gustara ¿Verdad Sakura?- Bromeó con una sonrisita de suficiencia pero esos ámbares me escudriñaban como si de alguna manera estuviese buscando una respuesta no verbal.

Esa pregunta me descolocó porque no estaba en todos los escenarios que mi mente había imaginado, no tenía una frase armada para responderle, eso hizo que el muro que usaba para protegerme creciera a niveles alarmantes, sentí como un vacío se apoderaba de mi estómago y mi cuerpo se puso rígido en segundos, pude notar que la cerca electrificada aumentó su potencia y me preparé para el mismo maldito discurso…

¿Por qué siempre terminaba en lo mismo?

-¿Cómo vas a gustarme Li? Eres mi mejor amigo- Puse los ojos en blanco mientras me concentraba en enjabonar los platos –Si te besé fue sólo por…por curiosidad… Por saber lo que se sentía- Concluí

-Ya veo- Murmuró. Aún sin verlo pude adivinar que esa sonrisita de autosuficiencia se había ampliado –Pero no quiero que te lleves la impresión equivocada y ya que no sientes nada por mi ¿Por qué no repetimos?- Gire la cabeza tan rápido que casi me parto el cuello, estaba atónita y sólo pude detectar un aire desafiante en sus gestos, me sacó de mí misma, él no me había creído una sola palabra.

¿Por qué? Todos los hacían.

No pude evitar mirarlo confundida -¿Por qué querrías hacerlo otra vez?-

-Porque estaba dormido, no quiero que pienses que soy tan mal besador como Takahashi- Respondió despreocupadamente sin quitar esa sonrisita molesta.

-Oh, no lo eres… Créeme- Susurré con las orejas calientes. –A… Además ya te dije que las… las cosas pueden ponerse raras.- Repetí rezando para que fuese suficiente y desistiera.

Su risa me aflojo las piernas, estaba por comenzar a hiperventilar ¿Por qué quería besarme? ¿Pretendía comprobar que no me gustaba? Me sentía dividida, por un lado estaba luchando por negarme y no delatarme y por el otro, su propuesta me resultaba muy atractiva, estaba impaciente por probar sus labios otra vez.

-Y yo creo que no se pondrán raras, no sientes nada por mi ¿O es que me estas mintiendo Kinomoto?- preguntó con sorna

¡Maldición! Lo sabe

¡Shaoran lo sabe!

-No, no te estoy mintiendo- Dije entre dientes mientras mis traidoras mejillas ardían nuevamente, joder… Creía que desplomaría en cualquier momento, la tensión podía cortarse con un cuchillo… Necesitaba terminar con todo eso.

¡Era una situación absurda!

Enjuague mis manos rápidamente y las seque con el repasador que yacía sobre la cocina, me paré frente a él, su mirada me escrutaba pero estaba decidida a no dejarle ver mucho más.

-Si lo que quieres es un beso, te daré un jodido beso-

Me paré de puntitas para estar a su nivel, me apoye un poco en su pecho ignorando las mariposas en mi estómago y rápidamente junte mis labios con los suyos, fue un besito veloz, corto e inocente…

Y a pesar de eso estaba por desmayarme.

-¿Lo ves?- Dije con un hilo de voz.

Y juró que se me doblaron las rodillas cuando su mirada se tornó seductora, rodeó mi cintura con sus brazos de una forma tan segura que era como si lo hubiésemos hecho cientos de veces, no dejaba esa sonrisita de lado y esta vez sus llamativos orbes dorados se enfocaron en mis labios… Jamás había visto esa expresión tan incitante en su rostro, algo en él activó todas mis terminaciones nerviosas… ¡Maldición! me sentí como un conejito acorralado por un lobo… Un lobo enorme y majestuoso de ojos dorados que estaba dispuesto a comerme.

Y yo quería que lo hiciera

-¿A eso llamas beso Sakura?- susurró a centímetros de mí, no pude evitar un estremecimiento.

Tuve que cerrar los ojos, no podía resistirlo más.

Iba a desmayarme…

Sólo percibí como su mano se enredó en mi cabello enviando un escalofrío por todo mi cuerpo, para luego torturarme con pequeños roces que no hacían más que aumentar mis ganas de besarlo.

Era una dulce tortura, estuve a punto de quejarme cuando finalmente sentí como me tomaba, juro que quise con todo mi ser actuar con dignidad, quise permanecer serena, como si no estuviese sucediendo nada relevante ¡pero era imposible! Sus labios eran tan suaves, húmedos y sensuales… Un jadeo involuntario salió de mí y con una exquisitez delirante sentí su lengua acariciar mi labio inferior… era como si estuviese pidiendo permiso y todo mi ser vibró, necesitaba aquel contacto de manera más profunda así que entreabrí mis labios para explorarnos por segunda vez.

Si pensé que el beso de la noche anterior había sido increíble… éste era glorioso, sus labios se movían con picardía, su lengua coqueteaba con la mía con descaro, no pude mantenerme tranquila por mucho tiempo y me entregué… rodee su cuello con mis brazos en un intento por sentirlo más cerca y esta vez fue él quien jadeó, el corazón se me iba a salir del pecho de tanta felicidad.

¿Yo había provocado eso?

Sentí su cuerpo empotrarme contra el lavaplatos y noté como mis pechos se aplastaban contra el suyo, él inquietante calor nació desde lo más profundo de mi bajo vientre y se extendió por todo mi cuerpo.

Otro jadeo…

Shaoran se sentía tan increíble contra mí, nuestras lenguas danzaban en un baile sensual que me llenaba de una sensación placentera, deliciosa… Podría hacer esto durante toda mi vida.

Pero como dicen: lo bueno dura poco.

Pronto la intensidad fue bajando y supe que todo estaba terminando… El pensamiento de que jamás volvería a probar sus labios me dolía…

Al separarnos volvimos a juntar nuestros labios un par de veces más, en una silenciosa despedida, no quería que terminara… Dejándome lleva por un impulso mordí suavemente su labio inferior, con la esperanza de que volviese a reavivar todo.

No pude evitar reír cuando gimió sorprendido.

-Maldición Kinomoto ¿en dónde aprendiste a hacer eso?- Preguntó sonrojado mientras trataba de meterle aire a sus pulmones, yo no estaba mucho mejor.

Me encogí de hombros – Instinto le dicen… ¿Y bien?-.

-¿Y bien?-

-¿Qué tal lo hice?- Pregunté para cortar con toda la jodida tensión y calmarme de una vez.

Sonrió con suficiencia.

-Nada mal pequeña saltamontes, por suerte no te dejaste influenciar por Takahashi- comentó saliendo de la cocina, lo seguí entre avergonzada y ofendida.

-¡Que no somos nada!... fue una sola vez-

-Como sea… iré a recostarme un rato.- Murmuró caminando hasta su habitación –Por cierto ¿A qué hora vas al festival?-

-¿Eh? No voy a dejarte aquí sólo- Dije clavando mi mirada en su espalda –Pensé en ver algunas películas… podemos pedir una pizza-

-Ni hablar debes ir, yo estoy bien-

-No voy a dejarte solo, además… Tommy va con Eriol, Chiharu con Takashi… todos estarán en parejas, haría mal tercio… ¿Tan difícil es ver películas conmigo?-

-No tienes una idea- Susurró, lo miré ofendida

-La que debería quejarse soy yo…Escoges las más sonsas-

-Como sea… te acompañaré al festival, avísame cuando te estés alistando- Y sin decir más se encerró en su habitación.

Lo miré atónita pero no dije nada y me encerré en mi habitación, cuando cerré la puerta dejé que mis emociones fluyeran… Las piernas se me aflojaron y di con el trasero en el piso, tome un cojín de la cama y apoyándolo contra mi cara grite.

Shaoran Li iba a acabar con la poca cordura que me quedaba… Me gustaba más de lo que imaginaba, sentía todo mi cuerpo hormiguear ¿Y ahora qué?

*-*-*-* Unas horas después *-*-*-*

Aunque dormí gran parte de la tarde aún tenía tiempo de sobra para alistarme, el festival daba inicio a partir de las cinco, sin embargo, no era sino hasta las siete que el ambiente empezaba a avivarse.

Elegí con esmero mi guardarropa atreviéndome a sacar una bonita blusa negra que me había reglado Tommy junto a una falda larga entallada, jamás la había usado y tal vez jamás la hubiese comprado de no ser porque Tomoyo y Shaoran insistieron, ya luego de fijarme bien terminé amando el estampado de rosas rojas, además según mis amigos resaltaba mis curvas.

Me calcé mis sandalias de plataforma de corcho, esto me añadía unos buenos centímetros de altura muy útiles para respirar en medio de muchedumbres y los accesorios que hacían juego con la falda, todo en color rojo. Por ultimo apliqué un poco de fijador en los tirabuzones que me había hecho en las puntas del cabello.

Sólo me faltaba un maquillaje sencillo.

Salí de mi habitación y con rapidez me acerque hasta la puerta de mi adorado tormento para avisarle que ya estaba alistándome, su respuesta del otro lado me hizo saber que también estaba en lo mismo, así que me encerré en el baño para terminar con mi tarea.

Unos minutos después me contemplaba en el espejo, estaba algo cohibida, tenía en mis manos un labial carmesí que quedaría muy bien con el atuendo, pero algo me decía que no estaría bien… Si, solía usar a veces ese labial pero hoy justo después de lo que había ocurrido con Shaoran ¿Sería muy descarado? ¿Pensaría que me estaba insinuando?

No había escogido mi guardarropa por él, de hecho tenía días con ese conjunto en la mente y el labial formaba parte de todo pero ¿Y si pensaba eso?

En otras circunstancias lo habría usado sin dudar...

Bah ¿Qué más daba? no permitiría que las cosas se pusieran raras entre nosotros así que con esa firme convicción lo apliqué sin pensar demasiado, no podía empezar a actuar con incomodidad o a dudar tanto porque entonces sí, nuestra amistad se iría al garete.

Con un último vistazo decidí salir del baño, iba muy concentrada en terminar de ajustar la pretina de mi falda cuando mi mejor amigo me dejó sin palabras…

mmm, amo ese perfume.

Aproveche que estaba distraído con su celular para echarle un vistazo, estaba sencillamente espectacular, listo para ser la portada de alguna revista. Siempre había alabado su buen gusto al vestir pero hoy lucía especialmente atractivo… Era difícil de explicar pero tenía un aura que transmitía hombría, sensualidad y clase, todo al mismo tiempo.

Su vestimenta era casual, llevaba un jean azul claro desgastado con un par de roturas en la rodilla y por fuera una camisa azul índigo de manga larga ajustada a su trabajado torso, zapatillas blancas pulcras, su inseparable reloj plateado en la muñeca izquierda y colgando en su brazo un largo abrigo negro.

Suspiré… ¿Por qué tenía que ser tan guapo?

-¿Nos vamos?-

Levantó el rostro mortalmente serio e inmediatamente me sonroje, enarcó una ceja y sus ojos fueron con sorpresa desde mi rostro hacia mis pies y de regreso.

-¿Qué sucede? ¿Está mal?- Pregunté cohibida mirando con más atención mi aspecto, sólo escuche su carraspeo.

-Lo siento es que…- Suspiró mientras un brillo de determinación aparecía en sus ojos- Estas preciosa Sakura- murmuró al fin con una dulce sonrisa, trague pesado mientras sentía mis mejillas arder otra vez… No eran halagos típicos de Shaoran, mi corazón empezó a galopar como loco y de pronto apareció esa tensión nuevamente.

Necesitaba cortar con todo el rollo cursi ¡pero ya!

-Es decir que normalmente estoy mal vestida- Murmuré tratando de bromear–Muchas gracias Li- Ironicé

-¿Eh?… yo no quería…-

Me reí, había funcionado.

-Es broma lobito, tú también luces muy bien, vas a enloquecer a tus admiradoras- Murmuré alzando las cejas sugestivamente para picarlo.

Bufó

-¿No quieres quedarte a ver películas?- Sugirió

-Que gracioso- Dije con sorna mientras tomaba las llaves de mi auto y caminábamos hacía el estacionamiento. –Por cierto ¿Te había dicho que de toda tu excéntrica colección de perfumes ese es mi favorito?-

Su melodiosa risa lleno el espacio.

-Sí, me lo has hecho saber un par de veces.-

-Porque es cierto, un día de estos me colaré a tu habitación para quitarte un poco, es adictiva-

-Cuando quieras-

Las calles de Tokio brillaban con cientos de lámparas de papel y adornos coloridos rindiendo homenaje al otoño, era un espectáculo simplemente hermoso, tuvimos que dejar el auto a un par de cuadras de distancia porque todos los estacionamientos de la universidad fueron destinados a las ferias, escenarios y áreas de esparcimiento, sin embargo la distancia que nos separaba del festival fue muy amena y hermosa dada la efusividad de las personas y los hermosos adornos.

Había muchos niños, jóvenes, adultos y ancianos, todos sonrientes y entusiasmados, sin distinciones de edad. Era maravilloso el contraste de luces y el efecto que tenían al ser acompañadas con el sonido de los tambores, conforme estábamos más cerca, más podía distinguirse, era inevitable no sonreír y llenarse de energía.

Las calles estaban cerradas por la gran afluencia de personas, era impresionante ver lo que normalmente sería una amplia calle transitada con vehículos, ahora repleta sólo de transeúntes, algunos con trajes tradicionales y otros con enormes lámparas y artilugios vistosos, todo formaba parte del festival.

Para ingresar a la universidad recorrimos una ancha carretera de asfalto y dado que los edificios de las facultades se encontraban sobre un par de colinas, era inevitable que el paisaje mostrara muchos árboles y vegetación a cada lado del camino, usualmente hacíamos este trayecto en automóvil por lo que no pude evitar sentirme extraña al recorrerlo a pie, sobre todo porque conforme nos acercábamos al primer edificio correspondiente a la facultad de ingeniería, la aglomeración de personas se hacía cada vez mayor, al punto de no poder moverte en ninguna dirección a menos que la persona de adelante avanzara.

A pesar de haberme calzado unas sandalias de diez centímetros de plataforma, mi estatura no era suficiente para poner ver el panorama desde arriba, empezaba a sentirme frustrada.

-Hoeee ¿Desde cuándo vienen tantas personas?- Me quejé mientras recibía un pisotón. –¡Ouch! Xiao, vamos hacia la…- Me giré para verlo pero no lograba localizarlo ¿En dónde se había metido?

¡Estaba a mi lado hace un segundo!

-¡¿Xiao?!-

Intente moverme hacia adelante pero era muy complicado, así que dándome por vencida intente girarme para regresar a la entrada y buscar un mejor camino, en el proceso miré en todas las direcciones para intentar dar con mi mejor amigo, hasta que sentí unos cálidos dedo entrelazarse con los míos, luego vi con unos ojos ámbar preciosos.

Mi corazón se aceleró.

-¡No te separes de mí!- Gritó para hacerse oír entre el bullicio empezando a tirar de mi mano con firmeza, no sabía cómo lo lograba pero se abría camino entre la multitud y claro, él al menos veía hacía donde se dirigía.

Conforme avanzábamos la música se hacía más y más fuerte ¿Y cómo no? Sobre el imponente escenario había por lo menos una docena de músicos con enormes tambores creando una melodía hermosa y potente, era maravillosa la forma en la que se coordinaban para crear una coreografía hipnotizante, a eso se debía la aglomeración en ese punto.

Iba dando tumbos y pasitos cortos, saltitos y lo que fuese para no pisar a nadie o tropezar, Xiao se movía con rapidez y agilidad lo que hacía muy difícil seguirle la marcha, pero me fijé que en todo momento se giraba a mirarme y mantenía firme su agarre, mi corazón corría a toda velocidad y mis mejillas no podían más del sonrojo, el calor que desprendían nuestras manos entrelazadas era avasallante, me resultaba totalmente imposible concebir la idea de que tan sólo un roce o un acto tan sencillo como aquel, pudiese alterar cada minúsculo nervio de mi cuerpo.

Tuve que concentrarme en mi entorno y sobre todo en mis pasos para no dejarme llevar por los pensamientos traidores, esos que se atrevían a crear imágenes de Shaoran y yo en una actitud más… cariñosa, tal vez eso me hizo más consciente de las miraditas que me lanzaban las chicas a nuestro alrededor, muchas suspiraban al ver a mi amigo y luego se desinflaban al verme tomada de su mano, otras directamente me miraban desafiantes y algunas hasta con burla… Era divertido ver la confusión pintada en sus caras, si supieran que éramos simplemente amigos.

También fui consciente de la mirada de algunos sujetos, aunque esas últimas prefería ignorarlas.

Cuando dejamos el escenario atrás, el tumulto fue disminuyendo, fue un alivio sentirme libre otra vez.

-¿Sabes en donde estarán los demás?- Le pregunté a Shaoran conforme pasábamos por los primeros puestos de comida, el olor a carne asada era exquisito, no podía esperar para probar toda esas delicias, sentía mi estómago retorcerse pues no habíamos comido nada más desde el desayuno.

-Están cerca de la zona deportiva- Respondió disminuyendo el paso, noté mi corazón acelerarse al observar que a pesar de no haber tantas personas como al inicio, su mano permanecía firme enredada con la mía y pese a todas las alarmas que se dispararon en mi cabeza, de alguna forma me sentía bien estando así… Pero no era correcto, todos los estudiantes de la universidad estaban concentrados en el festival y aquello aunque fuese una tontería, podía levantar rumores, sobre todo tratándose de shaoran, el chico que salía con Tsukishiro y toda la historia que había detrás de éste último.

Con disimulo intente deshacerme de su mano con la excusa de mirar más de cerca unas hermosas cestas de mimbre con decenas de castañas en su interior, pero no salió como esperaba, al contrario, se desvió conmigo.

-¿Quieres probar algunas?- Pregunto inocente.

-No, está bien- Murmuré decidiendo ser clara, estaba totalmente resuelta a que las cosas entre nosotros fueran como siempre, después de aquel beso todo debía seguir igual y él no estaba colaborando con mi pobre corazón.

-Es que creo que la gente puede empezar a hablar si sigues tomándome de la mano de esa forma- Dije con simpleza, su ceño se frunció levemente mostrando su desacuerdo.

-¿Desde cuándo te importa lo que digan los demás?- inquirió arqueando una ceja.

-Pues en realidad no me importa pero…-

-Me alegra, entonces vamos por este lado-

Y así continuamos, yo protestando porque cualquiera pensaría que estábamos en una cita o algo así y él ignorándome por completo.

Sera cabezota.

-¡Sakurita!- La inconfundible voz de mi amiga me hizo girar para luego sentir como me abrazaba, sólo entonces la mano de Shaoran libero la mía y a pesar de que era lo que había querido desde hace un momento jamás me había sentido más abandonada, de alguna forma era como si nuestras manos estuviesen diseñadas para estar unidas y el simple hecho de separarlas fuese algo indebido.

Lo dicho, una pequeña parte de mi ya estaba haciendo ilusiones con algo imposible.

-¡Estas preciosa! pareces una muñequita y veo que vienes bien acompañada ¿Acaso nuestro Shaoran te vistió esta noche?- susurró con picardía, no pude evitar ponerme colorada al ver que su flamante novio escuchaba todo y nos sonreía con complicidad.

-Me vestí yo solita gracias- Refunfuñe para luego fijarme en que como siempre ella lucía hermosa, llevaba un vestido de cuello halter en color turquesa, la falda era amplia y le llegaba un poco por debajo de las rodillas, pude notar que sus ojos lucían aún más violetas con ese color. –Tu eres la que deslumbra tommy- Mi amiga se sonrojo haciéndome reír.

-Ambas lucen encantadoras esta noche- Murmuró Eriol haciéndome poner como farolito, aún no lograba adaptarme a su galanteo pero dejé de prestarle atención al reconocer una suave y melodiosa voz…

Me giré para ver a los recién llegados Tsukishiro y Takashi entretenidos conversando con Shaoran.

Eriol y Tomoyo los saludaron sonrientes y aunque trate de imitarlos lo mejor que pude, la presencia del ¿amigo? de Shaoran me fastidió.

-Naoko y Chiharu nos pidieron esperarlas aquí, luego podemos ir a recorrer los puestos de comida- Comentó Takashi recibiendo un asentimiento general, por suerte las chicas no tardaron mucho, así que enseguida iniciamos en recorrido entre las diversas áreas gastronómicas que conformaban la feria.

No fue hasta un rato después que decidimos comer, yo pedí un delicioso kuri gohan, se trata de un plato de arroz blanco con castañas asadas, decidí acompañarlo con un suculento guiso de pollo y setas Matsutake.

-Brindemos por esta deliciosa cena entre amigos- Ofreció Eriol levantando su bebida, todos tomamos las nuestras y brindamos agradeciendo la buena comida y sobre todo la grata compañía, la noche apenas empezaba.

-¿Te queda espacio todavía?- Preguntó Shaoran divertido después de algunos minutos caminando, nosotros nos habíamos desviado un poco hacia el área de los postres, mientras que los demás se acomodaron en unos asientos improvisados a reposar la comida.

Asentí

- Créeme, haré un espacio si encuentro esas deliciosas castañas con chocolate-

-¿Estas segura de que era por aquí?- Preguntó nuevamente deteniendo su paso para mirar alrededor.

-Sí, olían delicioso…- Murmuré fijándome nuevamente en los puestos –Ahora no podré comer muchas pero llevare unas cuantas para mañana.-

-Por cierto, ya que hablas de mañana yo necesitaba consultarte algo-

Su tono titubeante me hizo prestarle toda la atención, ya encontraría esas escurridizas castañas.

-¿Qué sucede?-

Se llevó una mano a la cabeza para alborotarse el cabello - Es que quiero proponerle a Yukito que vaya a casa mañana para adelantar unas cosas, necesitaba consultarlo primero contigo- murmuró mirándome significativamente, estaba confundida

¿Desde cuándo me preguntaba para ir a casa a estudiar con Tsuk..?

Oh… No sólo iba a estudiar e irse.

-¿Quieres decir que se quedará?- Cuestioné extrañada, eso sí que era nuevo.

-Sólo si no te incomoda- Se apresuró a aclarar –El internet de la zona donde vive ha estado fallando desde la tormenta y así no podemos progresar con nada-

Suspiré

No podía negarme, sería una tontería hacerlo…

-Bien pero… dormirá en el sofá cama- murmuré mirándolo con severidad, para luego recibir una sonrisa traviesa de su parte, un calorcito reconfortante se instaló en mi pecho y aunque no me agradaba demasiado la idea, Tsukishiro era… alguien muy importante para Xiao y debía empezar a hacer las paces con esa idea, mientras más rápido yo lo asumiera menos probabilidades habrían de que mis sentimientos hacía él tomaran fuerza, aún estaba a tiempo.

-Hecho- accedió mientras reanudábamos nuestra búsqueda.

El olor a chocolate fue lo que nos guio hasta finalmente dar con el ansiado puestito, para mi sorpresa, había una enorme fuente de chocolate y bañaban todo frente a tus ojos, no sólo habían castañas, también podían verse nueces, fresas y toda una variedad de frutas.

No pude evitar reír al ver la cara de mi amigo, babearía en cualquier momento, no conocía a nadie más adicto al chocolate.

Cuando la primera castaña estuvo lista le cedí el honor de probarla, su carita de felicidad era algo que me llenaba el corazón de alegría, a veces me era difícil comprender como de alguna forma mis emociones estaban tan conectadas con Shaoran, algo me decía que iba más allá del hecho de que fuese mi mejor amigo y…

Estaba tan metida en mis cavilaciones que no vi venir el tibió postre hasta que chocó contra mis labios, por un momento miré los ojos dorados en busca de alguna respuesta y pude atisbar en ellos una mezcla de ternura e intensidad, no pude hacer más que separar mis labios para recibir de sus dedos la castaña bañada en chocolate, con ese gesto mi interior se revolucionó, sentía mi rostro arder y a pesar de estar tan avergonzada no fui capaz de retirar mi mirada de esos hermosos orbes ámbar.

-¿Esta rico?- Preguntó con esa dulzura que me desarmaba, solo pude asentir totalmente idiotizada.

Señorita, aquí tiene- Escuche decir a la señora que amablemente nos tendía una pequeña bandejita con otro exquisito bombón de castaña, lo tomé entre mis dedos y por alguna razón que no quise analizar en el momento se lo ofrecí, tal y como él lo había hecho conmigo… Cuando lo tomó entre sus labios sin apartar su mirada de la mía, las sensaciones fueron avasallantes, de pronto se había formado un ambiente tan íntimo que me dejó sin respiración.

-¿Te gustó?- Cuestioné al fin saliendo de mi fascinación

-Mucho- Respondió con una sonrisita ladeada, ¿Por qué de repente sentía que no estaba hablando del chocolate?

Tuve que pestañear varias veces para aclarar mis ideas ¿Qué estábamos haciendo?

Parecíamos una jodida parejita de enamorados.

Ignorando olímpicamente mis orejas ardiendo y todas las sensaciones que me invadían, decidí ponerle fin a todo el rollo, me di la vuelta para encarar a la señora que con esmero preparaba más bombones y le pedí unos para llevar, Shaoran me imitó y conforme veíamos todo el proceso de elaboración logre distraerme, por lo que mis sentimientos volvieron a su lugar.

Era un alivio que el ambiente hubiese vuelto a ser tan relajado como siempre.

-¿De verdad vas a comértelas todas?- Inquirí mientras regresábamos con los demás.

-No son todas para mí, voy a compartirlas-

- ¿Con quién?- Inquirí curiosa.

-Son las favoritas de mi abuela, hoy recibí una carta de la universidad de Hong Kong, así que viajaré la próxima semana- aclaró con simpleza.

-¿Enserio?... ¿Ya está listo todo el papeleo?- pregunté gratamente sorprendida y es que había sido toda una odisea para Shaoran poder poner todos sus documentos en regla.

Sonrió animado

-Sí, dicen que mi expediente ya está listo para ser retirado, debo consignarlo lo antes posible aquí o de lo contrario tendré que cursar esas materias nuevamente.- Murmuró haciendo un mohín, no pude evitar saltarle encima sabía mejor que nadie lo estresante que había sido todo para él, cursó parte de su carrera en Hong Kong en secreto hasta que tomó la decisión de continuar en Japón con el apoyo de sus tíos, este era quizás el paso más importante para poder cumplir su sueño.

-¡Estoy muy feliz por ti! ¿Hablarás con tus padres?-

Su semblante se tornó un poco serio pero asintió con determinación.

-A pesar de que nos queda mucho por hacer, creo que es la oportunidad para hacerlo-.

-Me gustaría estar contigo apoyándote pero estoy segura de que todo va a salir bien, te escribiré todos los días para darte ánimo-

-Te lo agradezco mucho- Murmuro sonriendo con dulzura –Por cierto ¿Cuándo se termina tu semestre?-

-Tendremos libre desde el Miércoles, entre lunes y martes tengo dos finales- Explique con una mueca.

-Yo debo irme el martes – susurró pensativo y se mantuvo así por unos segundos, estuve a punto de ofrecerme a ayudarlo con lo que necesitara cuando me miró con esa ternura que me dejaba en blanco -¿Y si vienes conmigo?-

-¿A dónde?- Pregunté estupefacta, su risa fue música para mis oídos.

-A Hong Kong… una vez me dijiste que querías conocerlo-

-Pe…pero ya compraste tu boleto, sales el Martes y yo..-

-Puedes tomar un vuelo el miércoles, yo iría a recogerte al aeropuerto- Se escogió de hombros. –El vuelo dura unas cuatro horas, no debes preocuparte por el pasaje ni por el alojamiento, nos quedaremos en mi casa, eres mi invitada-

-Me encantaría pero… ¿No seré una molestia? Hablaras con tus padres sobre tus proyectos, sobre lo que quieres…-

Suspiró

-Precisamente, por eso… yo…- Su seño se frunció y titubeo un momento, como si no estuviese seguro de lo que estaba diciendo, lo miré con más atención –Te necesito conmigo- murmuró bajito, no pude evitar sonreír enternecida.

-Sigo pensando que voy sobrando pero me encantaría conocer tu país, así que te voy a apoyar… con una condición- terminé, su expresión fue de absoluta sorpresa.

- ¿Qué condición?-

-Que yo cubriré mis gastos- declaré extendiéndole la mano, puso los ojos en blanco.

-Serás…- Bufó mientras la estrechaba y un brillito malicioso aparecía en sus ámbares. –Como quieras-

No tardamos demasiado en dirigirnos a la facultad de ingeniería donde la tarima era el foco de toda la atención, ahora mismo una banda de música pop hacía saltar a los más jóvenes, nos mantuvimos a una gran distancia del escenario, sobre todo porque las aglomeraciones no nos hacían mucha gracia, pero desde donde estábamos podíamos ver el espectáculo y sobre todo distinguir de manera más tranquila todas las armonías de las canciones, sin duda teníamos un sitio privilegiado.

Yo permanecí sentada en las mesas exteriores del cafetín de la facultad, éste permanecía cerrado y al igual que yo, muchas otras personas prefirieron disfrutar del espectáculo lo más cómodamente.

Mi mirada vagaba hacia unos metros más adelante donde varias parejas de baile danzaban al ritmo de las animadas canciones, mis amigos estaban en ese grupo, entre ellos había una pareja que destacaba, se trataba de Eriol y Tomoyo, ambos transmitían esa seguridad y magia que tanto caracterizaba su relación.

No pude evitar sonreír ante los gestos robóticos e incómodos del ojiazul mientras su novia lo animaba a moverse, no era un secreto para nadie que el chico tuviese dos pies izquierdos pero parecía no importarles, Tomoyo sonreía y se movía con gracia para incitarlo a seguirla mientras que Eriol ponía su mayor esfuerzo antes de enrojecer y parar para mirar a su alrededor y asegurarse de que no era observado, en una de esas nuestras miradas se encontraron y correspondí la sonrisa que ambos me dedicaron.

- ¿En qué piensas?- Di un pequeño salto al distinguir su voz aterciopelada tan cerca, una ínfima parte de mi estaba resentida con él por haberme dejado sola para irse con Tsukishiro a quien sabe dónde.

Pero mi parte sensata sabía que era lo más normal dadas las circunstancias, así que suspiré para sacar esas ideas absurdas de mi cabeza y me centre en lo que había estado viendo.

-¿No te parece que la relación de Tommy y Eriol es muy especial?-

-Si- Estuvo de acuerdo -Se a lo que te refieres pero sin desmeritar creo que las relaciones de pareja en general tienen un toque distintivo, eso las hace únicas- Explicó mientras yo me fijaba en Chiharu y Takashi o en las muchas parejas que bailaban en ese momento.

-Tienes razón, aunque sigo creyendo que fueron hechos el uno para el otro, se complementan de una forma casi mágica- Suspiré ilusionada - Algún día espero poder encontrar alguien con quién formar una relación así- confesé melancólica.

- Estoy seguro de que así será-

-¿Y tú?-

-¿Eh? ¿Yo?- Asentí para que continuara

-¿Te gustaría estar en una relación con alguien?- Me expliqué

Pareció pensarlo por un momento

- Pues, si, también quisiera formar algo muy especial con mi persona más querida-

Sonreí por inercia porque mi interior estaba contrayéndose, él ya había encontrado el amor y eso dolía...

Dolía mucho.

Suspiré

-¿Sabes? Me da mucha curiosidad por saber cómo eres de novio, ¿Has tenido pareja? –

Sonrió divertido

-¿Te había dicho alguna vez que eres una cotilla? – Preguntó alborotándome el cabello, me quejé sin poder evitar reír. – He tenido algunas parejas en el pasado, nada serio por supuesto- Aclaró –Pero nunca me había planteado eso, no sabría qué responderte-

-Yo si me hago una idea- murmuré tratando de escoger las palabras adecuadas para picarlo -Creo que eres excesivamente serio, malhumorado, celoso…- enumeré.

-¡Oye!- Se quejó dándome un empujoncito con su hombro, reí.

-Pero al mismo tiempo, muy protector…-

-¿Protector?- Inquirió confundido.

-Sí, creo que es tu rasgo más distintivo... Con las personas que te importan claro, conmigo siempre lo has sido. Y también te imagino muy dulce, cariñoso y atento- termine con una sonrisa esta vez sincera

-Tal vez esté de acuerdo con lo de protector pero ¿dulce y cariñoso?-Se burló.

Puse los ojos en blanco

-Ay por favor no sé a quién pretendes engañar- lo contradije -Ambos sabemos que en público eres serio, que muchas veces no sabes expresar tus sentimientos pero estoy segura de que en la intimidad eres un amor, el chico más cariñoso y tierno del mundo-

- ¿En la intimidad?- cuestiono con una sonrisita picara.

Y allí supe lo mal que había donado eso, me apresure a aclararlo sin poder evitar mi sonrojo.

- Me refiero a cuando estás a solas con tu pareja... Pe… ¡Pero no haciendo nada de eso que te imaginas! yo... Quiero decir fuera de miradas curiosas... Bah, tú me entendiste- Aclaré sintiendo mis orejas arder, no pude mirarlo a la cara.

¿En la intimidad? ¡Qué cosas digo!

Solo escuché su melodiosa risa.

-¿Y tú Sakura? ¿Cómo serías de novia?-

No pude evitar suspirar con tristeza, a diferencia de él, yo sí lo había pensado muchas veces antes y mis conclusiones no eran las mejores, sin duda daría todo de mi para que esa persona especial fuese feliz cada segundo a mi lado pero también… era consciente de que habían muchos fantasmas que me harían las cosas muy complicadas, además ¿Quién tendría la paciencia para soportar mis rarezas? ¿Quién me daría el tiempo y el espacio que necesitaba para… para esas cosas que hacen las parejas? Algo en mi me decía que podía herir mucho al chico que estuviese conmigo e inevitablemente se alejaría, al final terminarían dejándome por estar tan rota.

Pero eso no se lo diría, no quería un sermón ni era mi intención dar lástima así que opte por la versión resumida.

-En realidad no tengo idea, jamás he tenido un novio así que- Me encogí de hombros justo cuando una canción conocida empezó a sonar, la escuchaba a diario en la radio de camino a la universidad.

Sentí su mano entrelazar la mía y pronto fuimos envueltos en esa tensión que se había formado desde el momento en el que nos besamos, mi corazón empezó una rápida carrera y el vuelco en el estómago me hizo tragar pesado.

No me lo estas poniendo nada fácil lobito ¿Por qué estás siendo tan cariñoso?

-Yo te ...-

-¡Ven! vamos a bailar ¡Amo esa canción!- grite nerviosa mientras arrastraba a un quejica Shaoran hasta donde estaban los demás.

Necesitaba romper con toda esa cursilería.


¿De que huyes Sakurita? jajaja

Bueno, hasta aqui el capitulo de hoy pero les tengo una sorpresita, resulta que el capitulo es mucho más largo de lo que pensé así que para no hacerlo demasiado tedioso decidí cortarlo en dos partes, así que ahí les va el septimo :D

¡Muchas gracias por leer!