Declaimer: Los personajes de éste Fanfic no me pertenecen, sólo la historia es de mi autoria.
Capítulo VII
"¿Como explicarle a mis celos que tu y yo no somos nada?"
El evento estaba llegando a su fin por lo que decidimos dar una última vuelta para que mis amigos adquirieran lo que tenían pendiente, había resultado ser una velada maravillosa y ahora estaba de mejor humor, Tsukishiro se había ido hacía rato y por alguna razón eso me quitaba un enorme peso de los hombros.
Ahora mismo caminaba con mi mejor amiga, con su brazo enganchado al mío, como hacía cuando éramos niñas, tal vez fue esa familiaridad lo que me hizo decirle todo lo que llevaba adentro. Tomoyo era la persona más perceptiva que había conocido en la vida por lo que no me sorprendió cuando se acercó a mí con esa cara de "Lo sé todo"
No tuvo que preguntar ni siquiera, nos conocíamos desde el jardín de infantes y nuestra amistad había pasado pruebas de distancia y un montón de cosas más, si no confiaba en ella ¿En quién lo haría?
-¿Y qué paso después?- Pregunto con un gritito, me escandalicé un poco y no pude evitar mirar a nuestro alrededor, por suerte estaban entretenidos en los puestos de artesanía.
-¡No alces la voz!- La regañe poniendo los ojos en blanco ofuscada ante sus risitas –No pasó nada más- Aclaré –Se encerró en su habitación y yo en la mía, después de eso ha estado comportándose extraño-
-Define extraño- Pidió analítica, debí pensarlo un momento… Necesita ser lo más objetiva posible, de esa forma Tomoyo sacaría una conclusión más objetiva.
-Pues siempre ha sido muy caballeroso y atento conmigo pero hoy está más cariñoso, me ha tomado de la mano varias veces, me abraza, me escolta, me acaba de regalar una flor preciosa… -Suspiré –Incluso me invito a viajar con él a Hong Kong-
Y esa vez no sólo gritó emocionada, también dio varios saltitos.
-¡Tomoyo!- Me quejé en un susurró volviendo a mirar a mi alrededor.
-Dime algo Sakurita ¿Qué sientes por nuestro amigo?- Pregunto rebosante de felicidad, no pude evitar sonrojarme.
-Ya sabes, él… me gusta- susurré mirando a mi amigo en la distancia.
-¿Sólo te gusta o es algo más?- Cuestionó curiosa, traté de pensarlo por un momento pero… No me atrevía a afirmar si era otra cosa
–No lo sé, me atrae y me pone nerviosa pero… sé a qué te refirieres y enamorarse son palabras mayores Tommy- Aclaré
-Ya veo ¿Te has puesto a pensar en que tal vez tú también le gustes?-
Negué
-Él ya tiene a su persona especial, creo que sólo me ve como su amiga-
-Claro- Dijo irónica –Una amiga a la que quiere comerse-
Enrojecí hasta la punta de mis pies
-¡No digas esas cosas! Es absurdo pensar en que pueda gustarle, ya sabes que está saliendo con…-
-¿Cómo lo sabes? ¿Te lo ha dicho? ¿Los has visto?-
Lo pensé por un momento.
-En realidad no directamente…-
- Ya sabes mi opinión, además ninguna de las chicas, ni siquiera Eriol que comparte tanto tiempo con él, piensan que Shaoran sea pareja de Tsukishiro…- Iba a aclararle que aunque así fuese mi amigo era Gay pero pareció percibirlo porque se adelantó –Si, si, si… Ya sé de tu teoría pero sigo pensando igual, además ¿No te has puesto a pensar que tal vez Shaoran sea de mente abierta? Es probable que no le gusten las personas por su género, tal vez sólo le gusten las personas-.
Oh… No pude evitar soltar una risita nerviosa, Tommy era de esas personas, tenía mis dudas pero en el cumpleaños de Mei pude comprobarlo, tanto ella como Shaoran se habían enamorado alguna vez de una chica.
-Es probable- Concedí
-Entonces hazte un favor y déjate llevar-
-¿Qué quieres decir con eso?-
-Que siempre tiendes a sobre pensar todo- Aclaró está vez más seria –Sacas tus conclusiones y actúas sin considerar en que tal vez sean erradas. Si mis suposiciones son correctas que casi siempre lo son...- Alardeo divertida, puse los ojos en blanco –Shaoran va a acercarse más a ti, justo como lo estuvo haciendo hoy y si de verdad te gusta deberías darle el beneficio de la duda, confía más en él y deja que todo fluya.-
-¿Y si su actitud no es porque le guste? ¿Y si nuestra amistad se arruina?-
-Sakura, ya se besaron ¿Qué más da? El cambio es parte de la vida y ya es inevitable que su relación sufre algunas modificaciones, puede que se estreche o que se distancien… No lo sé pero, viendo todo desde afuera creo que debes relajarte y dejar de huir, apaga esa cerca eléctrica y déjalo acercarse. Cambia la fórmula y tendrás resultados distintos.-
-Pero…-
-No tengas miedo a vivir Sakura, el sufrimiento también es parte de este camino, confía en ti y confía en Shaoran… Lo conoces más que yo, deberías saber que jamás te haría daño. Si existe alguna persona capaz de curar tus heridas, es él-
Las palabras de Tomoyo hacían eco en mi cabeza ¿Sería Shaoran la persona que necesitaba?
El sólo pensarlo me alteraba los nervios, mi mente empezó a divagar ¿Cómo sería si Shaoran fuese mi…mi persona especial?
No pude evitar sonreír porque tal vez sería igual a como ha sido desde que lo conozco. Cuando lo describí como novio… Lo hice con base a su comportamiento, detallé cada aspecto de nuestra amistad. Era serio, malhumorado y protector en público, pero cuando estábamos en casa, en nuestra intimidad podía ser divertido, cariñoso, tierno y muchas otras cosas.
Suspiré.
Cambia la fórmula y tendrás resultados distintos.
Un par de horas después ya íbamos camino a casa, de reojo lo miré mientras conducía, su mano tomaba la mía por sobre la palanca de cambios, esta vez él conducía porque mis pies estaban matándome, no era capaz de pisar nada por un buen rato…
-¿Por qué estás tan callada?- Cuestionó mirándome de soslayo mientras pasábamos una intersección.
-Pensaba en lo que hablamos hace rato y en que me duelen los pies-. Murmuré fijando toda mi atención en él.
-Ya veo- Respondió con una pequeña sonrisa -¿Ya sabes cómo serías de novia?- Cuestionó y el ambiente volvió a cargarse, inevitablemente me tensé un poco pero había decidido que no podía estar siempre evadiendo esto, necesitaba descubrir por mí misma lo que sentía y… Si lo que Shaoran y yo teníamos podía convertirse en algo más.
-Algo así, verás… - Dije escogiendo las palabras adecuadas para que no sonara tan mal –Dada mi nula experiencia en los asuntos del corazón, creo que sería un poco torpe- Finalicé
Su risa llenó el espacio.
-Torpe ¿Eso es todo?-
-Muy torpe en realidad- Sonreí divertida -Pero te aseguro que daría todo de mí para que la persona que esté conmigo sea muy feliz en cada momento-
-Eso es lo más importante- Murmuró apretando nuestras manos ahora entrelazadas, una corriente eléctrica me atravesó ante ese gesto tan ínfimo, estaba dejando todo fluir y las sensaciones eran ahora más fuertes.
-Pero creo que serías mucho más que eso Sakura-
Lo miré confundida.
-¿Qué quieres decir?-
-Que tienes muchas cualidades que te hacen un ser humano extraordinario y que además te harían la mejor novia que alguien pudiese tener.- Me sonroje sintiendo mi corazón iniciar una carrera –Estoy seguro de que serías cariñosa, atenta, alegre muy celosa y si, un poco torpe también...-
–¡Oye!- Reí nerviosa.
-Pero también creo que el chico que esté a tu lado estaría encantado de enseñarte las cosas que no sepas hacer, te amaría tanto que no le importaría abrazarte y consolarte cuando las pesadillas no te dejen dormir, también estaría atento de tus cambios de humor- susurró sin apartar su vista del camino –Se deslumbraría cada día con el brillo de tus ojos y se divertiría mucho con tus ocurrencias. Para esa persona… Sería lo más importante el verte sonreír y se preocuparía cada día porque fueras feliz. La persona que esté contigo Sakura, sabría el tesoro que eres y haría hasta lo imposible por ser todo lo que necesitas y más-
No pude articular palabra después de eso, el nudo que tenía en la garganta se liberó y tuve que desviar la vista hasta la ventana, no pude frenar las lágrimas que sentía acariciar mis mejillas… Shaoran sin querer había abierto esa caja donde guardaba uno de mis grandes temores y tal y como hacía siempre supo deshacerlos, cual caballero de brillante armadura trajo la luz para espantar a las sombras con su habilidad para decir siempre lo correcto en el momento justo.
-Ey ¿Estas bien?- Preguntó preocupado mientras apretaba mi mano, no me di cuenta cuando estacionó a un lado de la calle.
No quería mirarlo, de alguna forma me sentí pequeñita y no podía permitir que me viese tan vulnerable, tenía que ser fuerte…
-Sakura- susurró antes de envolverme en sus brazos, a pesar de sentirme segura y a salvo, para mí fue imposible frenar la avalancha de emociones que bullían en mi interior, por primera vez pensé en él como algo más que un amigo, por primera vez me plantee que lo que sentía fuese algo más que sólo atracción y por primera vez pensé que tal vez yo no sería tan mala compañera para mi persona especial…
Trate de ser fuerte, de contener las lágrimas pero no pude. Solloce y me escondí en su pecho, recordando y sacando todos esos fantasmas que ahora me atormentaban, recordando mi frustración cuando alguien me gustaba y debía alejarlo, el odio que sentía al ver a algún hombre y luego el miedo de herir a los que tenían la desdicha de fijarse en mí, la rabia de saber que estaba rota. Todo fluyó hacía afuera con mis lágrimas.
Supe entonces que Shaoran veía algo que ni yo misma había detectado, él me miraba sin esas tinieblas, sin el muro que había puesto tanto empeño en construir, Shaoran logró llegar al núcleo de la verdadera Sakura y eso me caló muy hondo… si él confiaba en mí, yo también debía hacerlo.
En ese momento sobraron las palabras, podía sentir como acariciaba mi cabello y me apretaba contra su pecho, cuando el dolor pasó… Sólo quedó una inmensa paz en mi interior, era como si el llanto hubiese barrido hacia afuera todo eso que me perturbaba, mis sollozos se convirtieron en hipidos y los surcos húmedos en mis mejillas se secaron, dejé de temblar y sólo fui consciente de su exquisito perfume.
Suspiré
-Me gusta tu perfume- Murmuré con voz patosa para romper un poco el hielo, sus brazos aflojaron el agarre para que su mirada pudiese escudriñarme, una bonita sonrisa adornaba su rostro de ángel.
-Lo sé- Murmuró con simplicidad -¿Estas mejor? ¿Dije algo que te incomodara? Si es así lo siento mucho- comentó con un deje de preocupación en sus bonitos ámbares.
Sonreí
-Al contrario, debo darte las gracias porque me ayudaste a ver algo que yo no podía- Confesé recargando nuevamente mi cabeza en su pecho, no era la postura más cómoda dado el reducido espacio de mi auto y la jodida palanca de cambios en medio pero… No quería alejarme de él, ni siquiera quería evitar que el ambiente se cargara, simplemente necesitaba sentir su calorcito, escuchar su corazón y embriagarme con su perfume, para mi total dicha, me cobijo entre sus brazos depositando un suave beso en mi cabeza. –Gracias por ser tan especial conmigo Xiao y perdóname por ser tan llorona... te quiero mucho- susurré
-¿Mucho?- Pregunto dejando otro besito en mi cabeza, reí
No te imaginas cuánto mi lobito.
*-*-*-* Sábado de aseo *-*-*-*
Formaba parte de nuestra rutina, sin importar las ocupaciones de la semana ambos manejábamos nuestro tiempo de manera que los días sábado entre las nueve de la mañana y las doce del mediodía tuviésemos el tiempo suficiente para la limpieza a fondo.
En vista de que Shaoran se estaba recuperando del resfriado nos permitimos comenzar una hora más tarde de lo habitual y le propuse yo hacer las tareas que implicaran lidiar con el polvo y él se encargaría de la limpieza de la cocina y los baños usando una mascarilla para su protección.
Ya teníamos cerca de una hora y media haciendo la limpieza, no me cambié el pijama pues como siempre terminaría hecha un desastre, era experta en tirarme encima cualquier limpiador, además tenía toda la intención de darme un buen baño al acabar con el aseo.
Pasaba el plomero por todas las superficies posibles mientras tarareaba la canción que sonaba en el estéreo, cuando estuve frente a la cómoda de Shaoran no pude evitar entretenerme leyendo sus múltiples productos para el cuidado personal… llamó mi atención que la gran mayoría estaban destinados a la prevención y tratamiento de acné, justamente estaba leyendo lo que según decía la etiqueta, era un astringente que…
-¿Me da un poco del limpiador?- Preguntó con voz amortiguada por la mascarilla protectora -¿Qué haces?-
Me giré con el tónico astringente aún en las manos – Estaba leyendo esto ¿Por qué tienes tantos productos para el acné?-
Lo vi acercarse hasta donde estaba para tomar el desinfectante que yo estaba utilizando para limpiar las superficies.
-Desde los doce he sufrido de acné- respondió simplemente y como era una curiosa de primera no pude evitar mirarlo detenidamente y es que no tenía ni siquiera una marca en el rostro.
No supe en que momento mis manos bajaron un poco su mascarilla y constate lo que ya sabía, tenía el rostro tan liso como el traserito de un bebé.
-No lo parece- comenté pasando mi dedo por la zona T de su cara, estaba completamente libre de imperfecciones, no pude evitar bufar, a diferencia de él, mi zona T era un desastre, sobre todo en esos días del mes, hiciera lo que hiciera siempre estaban ahí.
-Debiste verme en ese entonces, la pubertad fue un golpe duro para mí- Murmuro divertido – Tenia tantos granos que me molestaban en la secundaria, luego todo mejoró con el uso de algunos productos y con el tiempo me acostumbré, las marcas se borraron hace años…-
Su confesión me lleno de pena, podía imaginarme lo crueles que podían ser los adolescentes, a mí jamás me hicieron bullying pero si había presenciado acoso a otros estudiantes.
-Eso explica porque tienes tantos- Murmuré para mí misma -¿Y tú colección de perfumes?- Cuestioné divertida en busca de otra historia que me hiciera conocer su pasado.
-Me agrada oler bien- Dijo encogiéndose de hombros, se fijó en los perfumes que reposaban sobre su cómoda y escogió uno de color azul, la botella simulaba un candado, era un frasco precioso.
-Esta es la que tanto te gusta- Comentó divertido mientras me rociaba un poco en la muñeca, me la lleve a la nariz aspirando el delicioso aroma que me enloquecía, fruncí el ceño al detectar algo, por alguna razón me parecía diferente.
-Es deliciosa pero… creo que no huele igual- comenté tomando el frasquito para fijarme en su nombre-
Protection
-Eso es porque cada persona tiene su propio olor natural, también el aroma del perfume depende del Ph-
-No lo sabía ¿Puedo?- Consulte apuntando su cuello con el perfume, rió divertido dándome su aprobación mientras giraba un poco el rostro. El aroma salió nuevamente haciéndome suspirar, siguiendo un impulso me puse de puntillas y enterré mi nariz en el hueco de su cuello, el éxtasis estalló cuando su fragancia inundo mis sentidos.
-Así me gusta más.- susurré alejándome, -Tu teoría es cierta- Confirmé con solemnidad, lo vi negar con la cabeza mientras dejaba el frasquito en su lugar y me miraba con ese brillito en los ojos, ese que sólo le salía cuando estaba a punto de pincharme.
-Así que dudabas de mi conocimiento- Murmuró acercándose más a mí, el corazón empezó a latirme deprisa mientras que una curiosa sensación de cosquillas apareció en mi estómago…
-Porque me sonó a uno de los inventos de Takashi- Me defendí mirándolo desafiante para molestarlo y acto seguido me arrepentí.
-Ahora pagarás por tu osadía Kinomoto- Y dicho esto sus manos se enredaron en mi cintura y solté una carcajada al sentir las cosquillas en mi pansa.
-¡NO Xiao!- me retorcí para intentar escapar pero fue inútil, no podía hablar y mucho menos respirar, intente forcejear pero me venció fácilmente, así que sin parar de reír y gritarle intenté contraatacar, comencé a apretarle los muslos, sabía que enfocándome allí y en los costados podría vencerlo ¡era más sensible a las cosquillas que yo!
Eso lo hizo trastabillar y caer en la cama, estando a horcajadas sobre su abdomen pude tomar el control y continúe con mi tortura riendo a la par que él, el brillo en sus ojos me hacía sentir más alegre y juguetona.
-¿Te rindes lobito?- Lo molesté esquivando sus intentos por sujetar mis manos.
Las carcajadas le impedían hablar pero negó con la cabeza, en una de esas se impulsó hacía arriba haciéndome perder el control por segundos lo que aprovecho para sujetar mis manos y con un movimiento experto cambiamos papeles, ahora era yo la que estaba bajo su cuerpo y mis manos las sujetaba contra el colchón por encima de mi cabeza, mientras que con su mano libre me hacía cosquillas, yo pataleaba para liberarme así que con rapidez inmovilizó mis piernas con las suyas.
-¿Te rindes cerezo?- Preguntó divertido, yo ya no podía aguantar más y sabía que él podría estar todo el rato en esa misma postura.
-¡S!- Exclamé intentando llenar mis pulmones de aire – ¡Me rindo!- Jadee tosiendo, su mano dejo de hacerme cosquillas y al dejar la tortura atrás fui consciente de que su cuerpo y el mío estaban demasiado cerca.
Ambos respirábamos entrecortadamente, sus ojos me miraban como si quisiera decirme algo y no pude evitar perderme en ellos, no pude evitar estremecerme cuando la mano que antes me hacía cosquillas ahora se posaba en mi mejilla dejándome suaves caricias.
Le sonreí y siguiendo un instinto me impulsé para dejarle un suave beso en la comisura de sus labios, la tensión podía cortarse con un cuchillo y sin embargo no me molestó, debía dejar que las cosas fluyeran.
Cuando me separé su rostro tenía un leve rubor, aquello me produjo una ternura infinita
–Esta vez ganaste lobito tramposo- murmuré divertida mientras él liberaba mis manos.
Lo escuche reír
-Gané limpiamente Cerezo- Respondió incorporándose, me apoye en los codos para poder verlo mejor desde la cama.
–Claro, eres más grande y fuerte que yo, no es justo-
-Eso no lo pensaste cuando estabas sobre mí- Discutió tomando el limpiador y acomodándose la mascarilla que en algún momento había quedado en el suelo. Me sonrojé al recordar la postura que había tomado en mi afán por devolverle las cosquillas.
-Cuando quieras te doy la revancha-
Me quedé sin palabras y él lo sabía por lo que me guiñó el ojo con picardía y salió sin más de la habitación.
Qué vergüenza.
Tsukishiro llegó a la hora de la merienda cargado con bollos y té, por el empaque supuse que los había adquirido en la cafetería de la esquina, no pude negarme a un exquisito bollo de fresas con crema, eran mis favoritos, además una parte de mi empezaba a ver al chico como el amigo de Xiao, esto me ayudó con la incomodidad que sentía en su presencia y aunque continuaba sin darme buena espina, sabía que debía empezar a convivir con él, finalmente se había ganado a pulso un puesto en el grupo, no era nada práctico de mi parte fastidiarme cada vez que estuviese cerca… Viviría amargada.
Además, no me creía capaz de dejarlos mucho tiempo a solas.
Cuando terminamos de merendar ambos se recluyeron en la habitación de Shaoran, por suerte para mí, la puerta se mantuvo abierta toda la tarde, me pareció una buena idea arreglar mis uñas en el sofá de la sala para distraerme mientras ellos trabajaban, a eso le siguió una aburrida película y finalmente cerca de las nueve decidimos ordenar comida china, la tarde había pintado bien y yo estaba muy entusiasmada, tal vez Tomoyo tenía razón y todas mis impresiones sobre Yukito Tsukishiro estuvieron infundadas.
- Esto está delicioso- Alabe mientras terminaba mi ración de chow mein.
Shaoran sonrió -Espera a que pruebes el resto-
Sin duda alguna me encantaba la comida china, era mucho más especiada que la típica japonesa, pero eso la hacía especial y aunque no todos los platos me gustaban, debía admitir que al igual que la italiana la disfrutaba mucho.
-Por cierto ¿Ya compraron sus pasajes?- Cuestionó Tsukishiro, lo miré sorprendida ¿Él sabía que yo iría a Hong Kong?
-Sí, el mío lo compre ayer y Sakura adquirió el suyo hoy-.
-Me alegra mucho que se tomen vacaciones, a veces es necesario distraer la mente.-
-Y que lo digas- Murmuré terminando un rollito primavera -¿Tu harás algo en especial?- Cuestioné mirándolo atenta.
-Sí, iré a visitar a mis abuelos en Osaka-
-Qué bueno, estoy segura de que también vas a descansar… No han sido días fáciles con todo el asunto del proyecto.-
-Y que lo digas- Se quejó Shaoran, todos reímos.
Después de cenar hablamos por un espacio de media hora y los chicos volvieron a lo suyo, esta vez cerrando la puerta de la habitación, decidí no darle demasiada importancia porque recordé que el chico dormiría en la sala.
Siendo muy diligente tomé un par de colchas limpias y le improvisé una cama, le envié un mensaje a Shaoran comentándole que todo estaba listo para que su amigo pudiese dormir en condiciones, respondió agradecido y deseándome dulces sueños, no pude evitar sonreír… Los tendría.
Por mi parte me puse el pijama más abrigado que encontré y decidí ir a la cama, no tenía sueño por lo que me distraje hablando con Tomoyo, mi amiga me invitaba a visitarla al día siguiente pues Meiling estaba quedándose el fin de semana con ella… Según sabía, necesitaba aclarar algunas cosas en Tokio, accedí encantada y prometí llevar algunos dulces.
Dada mi falta de sueño tomé un libro que llevaba leyendo por algunas semanas y lo retomé, no fui consciente del momento en el que me sumergí en ese mundo de dragones, príncipes y princesas con poderes mágicos que llegaban más allá de la imaginación, a veces me encontraba a mí misma deseando haber vivido en esa edad media.
Cuando me fijé en el reloj de mi mesita de noche me sobresalte, ya eran poco más de la una de la madrugada y sólo me di cuenta porque mi vejiga estaba pidiendo liberación desde hace rato.
Resignada me levante a pesar del frío, sería imposible conciliar el sueño en estas circunstancias, retiré los dos cerrojos… Era una exagerada, ya lo sabía pero no me sentía cómoda con un extraño durmiendo en casa.
Camine de puntillas para no hacer ruido y así evitar despertar a Tsukishiro pero mayor fue mi sorpresa al ver que la luz de la sala permanecía encendida y el sofá cama tal y como yo lo había dejado.
¿Seguían encerrados?
Extrañada caminé hasta el baño y cuando estuve lista caminé con cuidado hasta la habitación de mi mejor amigo, las luces estaban encendidas pero a diferencia de hace un momento cuando los dejé ahora el silencio era sepulcral, hasta que un gruñido me hizo dar un brinco.
-Lo siento, no tengo demasiada experiencia en esto- Escuche a mi amigo decir, por un momento mi lado metiche me hizo pegar la oreja de la puerta, era difícil distinguir lo que decían por el zumbido de mi corazón a todo galope.
-Descuida, intenta introducirlo así.- Respondió Tsukishiro.
¿Introducir qué?
Me pregunté sintiendo como el alma se me iba del cuerpo.
-mmm bien ya entré ¿Y ahora qué?- Volvió a preguntar Shaoran, para este momento mi cabeza era todo un lio y mi estómago un desastre, me lleve las manos al pecho para intentar calmarme…
Mierda.
Ellos estaban…
-¡Eso! Ahora déjamelo a mí- Exclamó Tsukishiro y fue todo lo que pude soportar, me alejé de la puerta como si esta quemara y mi cuerpo empezó a temblar con más fuerza, sentía la adrenalina recorrerme entera.
No pude seguir escuchando más.
Salí disparada hacia la cocina para tratar de entender lo que estaba pasando, tal era la carrera que mi dedo meñique del pie de alguna desastrosa forma se estampó con la mochila de Tsukishiro haciendo un ruido tremendo, tuve que tragarme una maldición para no hacer más alboroto.
¡Ay que dolor!
No quise ni mirar el golpe, joder que seguramente se me había fracturado el dedo ¿Qué carajo tenía en esa mochila? ¡¿Ladrillos?!
Cuando llegue a la cocina lo primero que hice fue secar mis lágrimas e intentar respirar profundo, el dolor y la confusión me tenían en shock…
Después de unos segundos mientras me sujetaba el adolorido dedo me dije a mi misma que la escena que estaban protagonizando esos dos, no tenía nada de malo, que eran dos personas que se querían haciendo algo completamente normal.
Pero el dolor en mi pecho y la rabia ante mis ilusiones destrozadas estaban ganando terreno.
En definitiva Shaoran Li no era la persona que yo pensaba o más bien sí y eso me estaba matando porque por un momento me permití pensar que había estado equivocada, que tal vez había una remota posibilidad de que él y yo…
Pero no, los ruidos en la habitación me hacían pensar que tal vez su actitud conmigo ayer fue parte de una actuación, fui su tapadera…
¡Joder!
No tenía ningún derecho asentirme así y yo lo sabía ¡esto era muy frustrante!
Además sentía mi dedito latir, de verdad estaba empezando a pensar que se había roto.
¿Así o más patético?
Continué con mi respiración profunda para calmar los distintos dolores mientras me armaba de valor para mirar el daño que provoco mi tropiezo hasta que su voz me hizo dar un brinco.
-Sakura ¿Qué fue eso?- Preguntó un confundido Shaoran desde la puerta, no me atreví ni siquiera a verlo, tenía tanta rabia y tanto dolor… ¡Y no sólo en el pie!
-Me tropecé- Le dije con voz ahogada.
-¿Estas bien?- Preguntó con aparente preocupación.
-mmm- Respondí girándome para salir de la cocina cojeando con la dignidad que me quedaba, necesitaba tomar aire, tal vez si le escribo a Tomoyo…
-¿Por qué me parece que estas molesta?- Cuestionó impidiéndome el paso, era mucho más alto que yo por lo que tuve que alzar la cabeza para mirarlo.
-No me pasa nada, por favor dame paso.- Le pedí con voz serena, su ceño se frunció y esas dos esmeraldas parecían verme hasta el alma.
-No voy a quitarme de aquí hasta que no me digas que te sucede- Insistió esta vez con firmeza mientras yo veía como hacía un ademán para agacharse- Déjame ver eso- Rogó preocupado pero como reflejo di un par de pasos atrás como pude.
Bufó frustrado
-¿En serio no lo sabes?- Pregunté irónica mientras me abandonaba la poca paciencia que tenía, su semblante cambió a uno mucho más serio y negó con la cabeza,
-¿Acaso es por Yukito?- Preguntó incrédulo –Ayer me dijiste que podía quedarse Sakura, no veo lo malo en eso-
No supe si fue la convicción en sus gestos o que pretendiera hacerse el desentendido pero no pude evitar gritarle lo que pensaba.
-¿Qué no tiene nada de malo?- Pregunté incrédula -¡Eres un Hipócrita!- Lo acuse en susurros, no era mi intención hacer un jodido escándalo, a pesar de que la acidez me quemaba las entrañas.
Lo vi alborotándose el cabello con frustración -¡¿De qué estás hablando Kinomoto?!- Susurró igual.
-Te enfadaste conmigo por lo de Hiro y aquí estas… Haciendo tus porquerías con ese…-
-¿De qué porquerías hablas? ¡Deja de hablar a medias maldita sea!.-
-¡Los escuché! O me vas a negar que estaban… ustedes estaban haciendo eso en tu habitación- exclamé bajito sintiendo mis mejillas arder.
Su rostro me miró como su tuviese tres cabezas y clamando por paciencia se llevó las manos al rostro.
-Sakura… ¿Eso?- Preguntó aparentemente confundido hasta que palideció –Tú te refieres a que él y yo…- Cabeceó para no terminar la frase, tuve que asentir mientras mis ojos se humedecían contra mi voluntad.
-Yo los escuche-
-¡No te entiendo!- Exclamó con desesperación -¿Qué fue lo que escuchaste?-
-Eso no importa..-
-Kinomoto ¿Qué escuchaste?- Repitió colérico, trague pesado… Jamás lo había visto así… ni siquiera cuando ocurrió lo de Hiro.
-Tu… tú le decías que… ¿Vas a negarme que están saliendo? – Pregunté mientras sentía mi vista nublarse – ¿Por que me coqueteas si eres Gay?
Sus ojos se abrieron mucho y lo vi palidecer aún más, ahora quien estaba en Shock era él.
-Shaoran, logré acceder al… Oh, perdonen- Tsukishiro nos miraba alternativamente –Discúlpenme, creo que los interrumpí.- murmuró apenado mientras hacia un ademan para salir de la cocina.
-No te preocupes- Le dije mientras se giraba a verme confundido, aproveche para salir de la cocina a trompicones –Le decía a Shaoran que voy a estar con Tomoyo- terminé tomando mis llaves y las zapatillas que estaban en la puerta, no me giré a mirarlos, cuando cerré la puerta tras de mí, corrí como pude hasta el ascensor y allí trate de calzarme mis zapatos.
Necesitaba tomar aire y aclarar mis ideas, ésta situación se me había salido de las manos.
Y así termina éste séptimo capitulo, no me maten por favor ¡Ahora es que viene lo bueno! Como ya les comenté la historia está llegando a su final, queda un capitulo más por lo que creo que tardaré un poco más en actualizar, sobretodo porque la edición me está costando mucho trabajo. Pero como les digo, sus comentarios son mi motor y agradezco cada una de sus palabras, me gusta recibir criticas para continuar mejorando en algo que me encanta y es terapéutico para mi, les agradezco mucho su apoyo.
¡Nos leemos pronto!
Marilin
