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Llevaba un buen tiempo escuchando ese ritmo estridente, que empezaba aceleradamente y luego se detenía.
Poco después retumbaba en sus oídos, era una experiencia nueva para el… perdió noción del tiempo, la música que suele deleitarle es la que se incluye en el Top Ten, algo que le gusta a casi toda la gente de su edad. Se dijo a si mismo porque nunca antes había explorado mas allá de sus narices, en realidad se había perdido de algo bastante bueno.
Personas como Camus son duramente juzgadas sin antes conocerles, por primera vez se pregunto ¿por qué, ¿qué culpa tiene ese chico de ser un blanco etiquetable, ¿Cuál es el crimen?... vestirse de negro y saber de lo que habla en clase, o tal vez el hecho de que sus compañeros murmuraran que andaba en una nube la mayoría del tiempo.
Por inercia Milo recordó una frase que Leobardo dijo alguna vez.
"¡Malditos chupasangre, todos son iguales, buscando un rincón a la sombra para elevarse… y con su estúpido estado de luto."
No entendió el rencor con el que Leobardo escupió sus palabras aquella vez…
Él solo seguía el juego, pero… ¿por qué?.
Tal vez Leobardo tuvo una mala experiencia con alguien parecido a Malkavian, y de esa forma creo un mecanismo de defensa ahuyentando a personas similares. Es la teoría que Milo se estaba formulando.
Una llamada telefónica lo saco de sus cavilaciones, su instinto le dijo que probablemente era la persona que esperaba, levanto la bocina ansiosamente…
.- ¿bebé, eres tú?
Silencio…
.-… ¿amor?
.-…eh… hola
Una tímida voz le saludaba al otro lado de la línea.
.-soy yo, Malkavian…
.-ah, lo siento, creí que…
.-era tu novia –completó Camus
Solo hablaba para recordarte… ¿puedes traer el libro del renacimiento?
.-El de tapa azul?
.-Sí ese.
El sonido repetitivo de la bocina en estado desocupado dejo pensativo a Milo, el chico colgó demasiado rápido, parece que lo hizo a propósito.
Acomodó el auricular en su posición original y tomo el libro, para dirigirse a la casa de Camus.
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Su cuarto era un caos, zapatos por aquí, ropa por allá, algunos colores y lienzos esparcidos por el piso…
Tomo todo entre sus brazos y lo arrincono en el closet, antes de que esa montaña se le viniera encima.
Necesitaban espacio para trabajar, era eso y además su habitación no es muy grande que digamos.
Alguien llamo a la puerta mientras terminaba de cerrar el sobresaturado mueble. Se dirigió a la entrada sacudiéndose el polvo que había adquirido y abrió.
.-Hola
Camus saludó con una mirada colocándose a un lado para hacerle pasar.
.-¿A qué huele? –preguntó con curiosidad el recién llegado.
.-Es incienso, sirve para la concentración. Hoy faltaste a clases, pensé que no vendrías.
.-tuve un contratiempo… mencionaron algo sobre mi?
.-Bueno… (decía mientras se dirigían a su habitación) Shapiro me regaño porque no presentamos el avance juntos.
.-Olvidé como se pone…
.-Descuida, no nos perjudico mucho.
Milo tomo asiento en la cama del pelirrojo mientras éste acercaba una silla aproximándose a su nivel, el Rubio sacó el libro grande de tapa azul para entregarlo a Camus.
.-Gracias
Milo esperaba concentrarse, el incienso estaba haciendo efecto, sintió que la atmósfera le llenaba de paz, el ambiente era propicio y una suave brisa se inmiscuía por la ventana… cerró los ojos por un momento.
Camus levanto la vista del libro que acababa de abrir, para admirar ese rostro, que no estaba consciente de la atención prestada, el estético semblante parecía estar totalmente relajado, respirando ese humo embriagador y ligero, si tan solo tuviera un lápiz a la mano…
Era demasiado tentador, Milo ya empezaba a abrir los párpados, percatándose de aquello el pelirrojo volvió su vista a los temas renacentistas…
Lo que a Milo "despertó" fue que experimentaba ciertos movimientos sobre la punta de su zapato derecho, bajó la vista maquinado por la curiosidad…y enseguida sacudió la extremidad enfrentándose con una alimaña enorme …
.-que es eso …? – dijo señalando hacia su zapato
Camus retiro la vista de lo que "leía" para ver lo que señalaba el Rubio impacientemente.
.-ah, es Chewi, mi tarántula…
"Hey, te estaba buscando" .- tomo a su mascota retirándola del pie de Milo haciendo el ademán de hablarle.
.-¿Chewi! (Milo soltó una bocanada de aire antes contenida) un perro seria más… normal, ¿no crees?
.-detesto a los perros… ¿quieres tocarla?
Su compañero miró algo inseguro aquel arácnido
.-No pica ni muerde – añadió Camus
.- …bueno .-accedió el otro después de pensarlo un poco
.-caminara por tu brazo, sólo relájate
El pelirrojo ayudo a Milo subiendo la manga de la camisa.
Tomo el brazo y lo extendió colocando a Chewi sobre el dorso de la mano, el animalejo comenzó a subir poco a poco por el brazo, Milo sintió unas ligeras cosquillas, la tarántula hizo su trayectoria llegando al hombro… después las patas avanzaron cadenciosamente hacia el cuello… Milo empezó a temblar.
Un cosquilleo debajo de su camisa le advirtió que el arácnido entró por dentro de la prenda, poniéndose en contacto con la piel del pecho.
.-a ah- titubeo un poco incomodo
"¿estás seguro de que no pica?"
Camus se dio cuenta de lo que ocurría…
.-espera… no te muevas
Se aproximo a su compañero sentándose en la cama y comenzó a desabrochar rápidamente los botones de la camisa, mientras Milo se mantenía inmóvil, esperando que el animalejo no llegara a los pantalones.
Camus abrió la camisa, ahora Chewi caminaba por el estomago de Milo, aproximó su mano en un intento de coger al animalejo, pero este fue mas intrépido desviándose hacia arriba… Camus toco la morena piel en su lugar.
De pronto, pudo apreciar el bien formado torso de su compañero… su piel era tersa al tacto… los surcos de su plano abdomen se pronunciaban en marcadas líneas… llegando hasta…
¡¿Qué estaba haciendo!
Trago saliva esperando no sonrojarse ante la visión que tenia enfrente…
En un momento la alarma de su cerebro se encendió abruptamente, sintió a sus mejillas encenderse, detestaba que pasara eso… pero, involuntariamente lo estaba tocando, ahora subió la mano derecha al hombro de Milo, donde Chewi encontró un refugio. Finalmente pareció haberse quedado quieta, el pelirrojo la tomo rápidamente, mientras Milo seguía inmóvil ante la petición.
.-ya… la tengo
Camus respiro aliviado, aun más por el hecho de que su huésped empezara a abotonarse la camisa que por la gran hazaña de haber atrapado a su mascota.
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"Te estas alejando mucho de mi"
Las palabras que había pronunciado para si misma chocaban en su mente creando un eco… ¿Por qué verlo correr ya no era igual, sentía un vacío inmenso…
La pista de atletismo era el lugar donde lo conoció, su cuerpo adquiría una velocidad que dejaba a la mayoría detrás y boqueando por aire, prefería a esos atletas que tenían una vida privilegiada en cuanto al resto del alumnado, ella lo veía así: si rechazó la propuesta de ser la novia de Vincent en un principio, era porque se estaba guardando para Milo, aunque ella nunca se lo dijo, Milo supo que su amigo cercano trato de cortejarla antes que él mismo, eso no le parecía un problema, contrario a las mujeres… los chicos no dejarían de hablarse por entablar una relación con el objeto de afecto de alguno de sus camaradas.
No recuerda que fue exactamente lo que la atrajo de él, en realidad fue fácil, ella acepto pensando en la posibilidad de establecer una alianza con la familia del muchacho, una estirpe de abolengo, buenas costumbres, y sus padres no estarían mas de acuerdo con la decisión.
Aunque aun eran demasiado jóvenes para casarse, debido a sus diecisiete años, mantenía la esperanza ilusoria de poder realizarlo algún día…
Aun seguimos siendo novios, pero tal vez sea mejor darnos un tiempo.
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La carrera que se realizará la próxima semana es la excusa perfecta para mantenerlo aquí, tal vez el hecho de concentrarse en los estudios lo estaba desviando de las actividades físicas. Era cierto, ese trabajo de literatura era demasiado absorbente, y el entrenador ya le había llamado la atención por faltar a las ultimas dos prácticas. Los chicos del equipo también se preguntaban cual era la verdadera razón de ausencia por parte del Rubio en esa actividad extracurricular, en la que se desempeñaba mejor que nadie.
.- campeón, no nos vas a decir que te la pasas quemándote las pestañas con ese raro, ¿verdad?
Uriel le dio un golpe juguetón a Milo en las costillas, a lo que el otro contra ataco con una llave, doblándole el brazo contra la espalda.
.-AH!
YA! ESTA BIEN, ME RINDO! ME RINDO!
.-no aguantas nada…
Milo se dirigió a tomar una toalla para secar el agua escurriendo de sus cabellos, el área de las duchas de chicos recientemente se transformaba en el área de confesiones…
.-Yo puedo apostarte, que la verdadera razón, por la que Milo falta, es que prefiere ejercitarse con Elisa…jeje
Vincent le guiño un ojo a su amigo desde el otro lado del vestidor.
Milo pasando de largo ese comentario agregó,
.-Y tu que nos dices Vinnie, alguna nena por ahí?
.-Uff.. montones, la semana pasada lo hice con Amelia, Lunes… Martes, Miércoles… el Jueves con Jenny… el Viernes con…
.-ya, ya entendimos
El resto de los chicos se carcajearon ante la lista de aquel que cada vez crecía mas, no por nada lo de Milo y Elisa, no le afectó en lo más mínimo.
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Era un nuevo y soleado día, el timbre de la próxima clase causo un estrepitoso ruido, haciendo renegar a varios jóvenes que se rebelaban contra los estudios, la pandilla de Milo estaba ahí, todos sentados alrededor de una mesa circular, fuera de la cafetería.
Milo se levanto con renuencia, siendo el primero en ponerse de pie, a lo lejos, vio al chico con el que compartía sus tardes, ese muchacho solitario le transmitía algo, no sabia que… por un loco instinto quiso captar su atención así, de una manera espontánea. Lo saludo con una mano en el aire esperando que aquella mirada lejana le correspondiera el gesto.
.-Desde cuando saludas a ese tonto Milo?- pregunto Leobardo captando esa acción sin que el otro se diera cuenta.
.-Ahm, de que hablas?
.- pensé que estabas con nosotros… no vas a dejarte influenciar por ese chupasangre, ¿o si?
Milo
pensó un poco su respuesta, ¿qué tenia de malo
un saludo informal con Malkavian, ¿Por qué tanto
desprecio por parte de Leobardo?
Entonces su respuesta, se
transformo en pregunta, algo que deseaba saber desde el momento en
que lo conoció.
.-siempre me he preguntado…
¿Por qué lo odias tanto ?
.- que "por que lo odio tanto", ¿Qué clase de pregunta es esa Milo, claro que lo odio, pienso que personas como el, no deberían ni estar junto a nosotros, en esta escuela, mirándonos a la cara… me dan asco, los repudio, simplemente son inferiores… el hecho de que te toco hacer un proyecto con ese, parece que te esta afectando…
.- Me voy, no puedo llegar tarde a esta clase..
.-desde cuando tan "nerdo" ? lo ven chicos, se nos esta "volteando"… -agrego Leobardo con soberbia.
Milo no presto atención a lo último que dijo, y dejo al grupo, lo matarían si faltaba una vez mas, eso definitivamente seria un gran cero en su expediente…
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El día de clases paso como cualquier otro, igual de pesado y repetitivamente rutinario, excepto por una cosa…
Milo le saludo… ¿o era su imaginación?
Todo este día había valido la pena, por el solo hecho de captar la atención de Milo… porque sintió que era importante para alguien después de tanto tiempo, la idea de atrapar la mirada de Milo era algo muy esperanzador… un momento, ¿esperanzador?
¿Esperanzador para qué?
Milo tiene novia, y al parecer la adora, o eso deja ver… Camus pudo ser feliz solo en su mente, ese chico Rubio le gusta, mas claro no podría ser… le gusta tanto su físico como la manera en la que parece dejar escapar su inteligencia estando tantas tardes a su lado.
Su cerebro es lo que mas llego a impresionarlo, Camus llego a pensar que su coeficiente intelectual era equivalente al de una patata, pero que equivocado estaba, Milo era inteligente, es inteligente… pero lo oculta muy bien.
Como siempre, esta tarde se encuentra solo en casa, sin su madre, antes de prepararse algo de comer, decide meterse a la ducha, el clima esta cálido y quema, así que una buena opción es refrescarse de esa forma.
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El agua caía empapando su roja cabellera… mojándola por completo, lo que estaba destinado a cumplir con el propósito de relajarlo, hacia todo lo contrario…
Su memoria arrastraba consigo la imagen de Milo, no podía sacárselo de la mente…
… sus ojos, su cabello… su sonrisa, su cuerpo moreno… sus abdominales… fue increíble no haberse quedado boquiabierto el día que lo tocó por accidente…
Imaginó como seria sentir ese cuerpo sobre el suyo, jadeante… desnudo… amándolo con fiereza.
Sus cabellos ensortijados moviéndose al vaivén de sus embestidas…
Y el debajo… siguiendo aquel compás, inundado de placer a mas no poder mientras ambos adquirían mas calor en esa atmósfera salvaje…
Su cuerpo mojado reaccionó por instinto, excitándose ante esos pensamientos lujuriosos.
Su cerebro continuaba fantaseando… sintiendo la piel del otro, besándola, mordiéndola… algo que no tenía restricción dentro de su cabeza.
Bajo su mano hasta atrapar lo que guardaba entre sus piernas y se acaricio, un gemido suave escapo de sus labios, se acaricio el cuello y dejo a su otra mano jugar ahí debajo retando a su cerebro a imaginar las maravillas que cierto Rubio haría con la boca, recorriendo su piel sin tregua, hasta llegar a los rincones mas ocultos…
Un primer espasmo hizo acto de aparición, mientras repetía al dueño de aquel nombre
.-Milo…
Milo…
---------------- ----------------- ---------------c o n t i n u a r á -------------- ---------------- -------------
