Capítulo 3: Historias problemáticas
Desde que había dejado a Ukyo y Kohaku vigilando a los niños en el árbol, Ukyo con la misión de enterarse de todo lo que pudiera mientras estuviera ahí y sólo contárselo a Senku, sólo se había podido enterar de datos limitados ya que las conversaciones eran, evidentemente, limitadas. Esto sólo confirmaba que sabían perfectamente acerca del oído de Ukyo y que seguramente él estaría enterándose de todo a su alrededor.
Pero, en resumen, habían entendido que: Los niños llevaban con ellos una especie de computador con batería casi ilimitada, en el que parecían ver vídeos que probablemente tenían guardados, como forma de entretenimiento. También se enteraron de que la comida favorita de Shinku y Rin era el ramen, por lo que Senku se encargó de que comieran diversos tipos de ramen como estrategia para intentar sacarles algo de información o acceder al computador que tenían con ellos para enterarse de cómo duraba tanto tiempo la batería. Y el otro hecho interesante del que se enteraron, que hizo a Senku interesarse un poco más, fue que Rin y Shinku eran primas. Pero decidió no intentar atar ningún cabo y esperar a poder hablarles.
Después de que pasaron los cinco días que habían considerado, y ya en ese momento teniendo por fin instalado el computador, es decir, con suficiente entretenimiento para sus aldeanos, Senku sabía que podría hablar con los cuatro niños por fin en persona: era increíble cómo había demostrado la existencia del multiverso y esto lo emocionaba muchísimo. Yuzuriha les había lavado la ropa que traían del futuro y ellos llegarían al laboratorio en poco tiempo, preparó suficiente Senku Cola para tomar con los niños, suponiendo que Elioth sería fácil de convencer con cola, y se sentó a esperar.
Gen, Chrome, Ryusui y Francois habían llegado al laboratorio, también interesados en enterarse de todo.
—¿A qué hora vendrán los chicos del futuro? —preguntó un muy emocionado Ryusui al entrar al laboratorio.
—Pues ya deberían estar por llegar —respondió Senku con fastidio, rascándose el oído con el meñique—. Y no son del futuro, luego de estos cinco días que han pasado aquí puedo confirmar que existe el multiverso, ya que considero que yo no sería un padre tan irresponsable como para dejar a mi hija en el pasado tantos días sin volver a buscarla cuanto antes.
—Es increíble pensar que tendrás una hija, Senku-chan~ —comentó un muy divertido Gen—. Y se parece tanto a ti que no puedo ni imaginarme quién podría ser su madre~ —se burló, probablemente queriendo sacarle información a Senku al respecto.
—Y eso no es asunto tuyo, mentalista. No les preguntaremos nada de sus vidas personales, a menos que ellos quieran decirlo, porque eso podría hacer que nuestro universo sufra una variación en lo que debería ocurrir, y esta variación sería dependiente de algo externo y de nuestras decisiones —regañó Senku con fastidio.
—¡Yo sí quiero saber todo sobre nuestro futuro! ¡Es lo que deseo! —exclamó Ryusui.
—Deseo=Justicia —lo secundó Francois.
—Yo siento temor de enterarme de mi futuro —expuso Chrome, probablemente preocupado por lo que podría ocurrir si decidía preguntarle algo a los niños.
Pero no hablaron por mucho más tiempo, ya que minutos después llegaron Kohaku y Ukyo con los cuatro adolescentes. Elioth, al que ya conocían, miraba hacia todos los presentes con una sonrisa nerviosa. Shinku, a quien también conocían, tenía una sonrisa de genuina emoción, seguramente por descubrir que el multiverso existía, pero al ver a Senku esa sonrisa desapareció. Luego estaba el otro chico, Yasuo, alto y de cabello y ojos castaños, algo fornido y con una mirada relajada, que iba vestido con una camisa holgada y un jean negro, así como unos zapatos de patinador. Finalmente, la más pequeña de edad, aunque más o menos del mismo tamaño de Shinku, una niña de cabello castaño lacio y largo, que llegaba más o menos hasta los glúteos, y llevaba una camiseta ceñida fucsia de tirantes, junto con un short de jean azul claro, además de unas medias de malla negras y zapatos deportivos, esta última niña miraba con prepotencia, y Senku entendió por qué Elioth decía que Rin no debería estar ahí.
—Hola a todos~ —saludó cantarinamente Elioth, rompiendo el hielo—. ¿Qué tal un truco de magia para alivianar las cosas antes de empezar a hablar? ~
—No, gracias, prefiero que vayamos al grano —cortó directamente Senku—. No es necesario que se presenten si no lo desean, ya sabemos que hay un multiverso y ustedes serían de utilidad para facilitarnos las cosas porque lo que hagan aquí sólo nos afectará a nosotros y nosotros estamos de acuerdo con cambiar las cosas para bien —declaró, antes de que alguien más mencionara algo.
—¡Nada me emociona más que saber que el multiverso es real! ¡Nuestras teorías se confirman en este momento! —chilló repentinamente la más pequeña del grupo, con una mirada que reflejaba todo el fuego en su interior—. No me importa presentarme porque no dejaré de existir sólo por presentarme. Soy Ishigami Rin, pero Ishigami porque todos los de la aldea Ishigami pasaron a ser Ishigamis después de que la humanidad empezara a restaurarse y empezaran a trabajar los registros civiles —contó con orgullo.
Aunque Senku primero se había sorprendido de que la niña fuese Ishigami, luego había quedado más que claro que era hija de alguno de los aldeanos y esto quería decir que probablemente él se había casado con alguna aldeana y así era como Rin y Shinku estaban emparentadas.
—Ya-ya… que interesante, pero lo más importante ahora es saber de los Whyman, porque… —empezó Senku antes de que alguien lo detuviera.
—Espera… yo quiero saber quiénes son tus padres —se interesó Kohaku, mirando a Rin con curiosidad.
—Chrome y Ruri —respondió con orgullo Rin, a quien notoriamente no le importaba en lo más mínimo hablar con total sinceridad.
En ese momento hubo un silencio que llevó a un gesto de sorpresa por parte de Ukyo y Senku, que eran los únicos que sabían que Shinku y Rin eran primas, además de un cambio de coloración franco en la cara de Chrome y finalmente un chillido de emoción por parte de Kohaku.
—¡JA! ¡Tengo una sobrina! —Acto seguido apretó fuertemente a Rin ante la mirada de los demás.
—Espera, gorila… no la aprietes tan fuerte —intervino Chrome.
Kohaku soltó a Rin y golpeó a Chrome.
—¡No me llames gorila!
—No se preocupen por mí, soy muy fuerte. Me entrena Tsukasa-sensei y soy campeona invicta de artes marciales desde los cinco años —aclaró la más pequeña asintiendo con emoción.
—También es muy modesta, nuestra pequeña Rin-chan~ —cambió el tema Elioth con una sonrisa, al tiempo que le ponía la mano en la cabeza a Rin—. No vinimos a hablar de ti, Rin-chan~ —la regañó con dulzura y la más pequeña se cruzó de brazos e hizo un puchero enojado—. Shinku-chan… tú eres la que más sabe de temas científicos, así que te toca hablar~.
—Sí-sí, lo que sea —dijo de mala gana Shinku—. Yo no pienso interferir con este universo… ahora sólo quiero volver a casa a dedicarme a mis propias investigaciones porque ya sé que mi papá no va a destruir nuestro futuro y la vida que ya llevamos. Pero ya que me te comprometiste a que diríamos algunas cosas, me limitaré a hablar un poco sobre los Whyman. —Miró con odio a Elioth antes de volverse hacia Senku—. Por lo que entendemos, son una inteligencia artificial con mentalidad de colmena, aunque realmente Medusita se separó de ellos porque eligió quedarse con mi padre a construir la mega artesanía científica, que se suponía que sería una máquina del tiempo, pero evidentemente es una especie de portal entre universos alternos.
—¿Entonces la medusa que tenemos aquí es una especie de rebelde? —preguntó Senku de forma directa.
—Aparentemente, ya que esto fue una decisión que tomó Medusita. Papá, mamá y yo le decimos "Medusa" o "Medusita", de cariño, ya que vive con nosotros y regularmente pasa bastante tiempo con papá y conmigo, aclaro, porque no todos le dicen igual —explicó Shinku llevándose la mano al oído para rascárselo con el meñique con fastidio, lo que le causó mucha gracia a Senku—. En fin… Medusita se enfrentó a los otros Whyman en La Luna y pues después de eso se fueron los demás, manteniendo su comportamiento de colmena y sin separarse, mientras que los astronautas elegidos volvieron a La Tierra y posteriormente empezaron las investigaciones con Medusita. —Esa historia emocionó muchísimo a Senku, aunque no tenían pensado hacer un cohete ida y vuelta, pero supuso que algo cambiaría en las próximas semanas—. ¡Y no la metan en ningún recipiente al vacío para que no se active hablando con su propia voz! O al menos no hasta que sea posible explicarle todo y después permitirle hablar. Por eso necesitábamos hablarle nosotros, contarle del futuro y plantearle nuestra opción, aunque ahora no será necesario —finalizó encogiéndose de hombros.
Senku lo meditó por un momento y definitivamente necesitaban a esos niños para hablarle a la medusa, ya que, por lo que entendía, parecía ser que la inteligencia artificial se emocionaba si le planteaban la posibilidad de hacer proyectos específicos. Todos los demás parecían emocionados y con deseos de preguntar más cosas a los chicos, pero no estaba seguro de que Shinku quisiera responder mucho más, además de que parecía aún enojada con Senku.
—¿Puedo preguntar algo, Shinku-chan? ~ —preguntó de repente Gen con una sonrisa exageradamente dulce.
La niña volteó a mirarlo con cara de aburrimiento.
—No —sentenció rápidamente—, no me manipulan esos trucos de mentalista, no voy a decir nada más.
Después de eso cruzó los brazos en el pecho e hizo un ademán para retirarse, pero Elioth la detuvo tomándola por la muñeca.
—Shinku-chan, sé que eres nuestra súper estratega y todo lo demás, pero… ¿te has puesto a pensar en que no podemos seguir durmiendo en un árbol hasta que nuestros padres nos encuentren? ~ —mencionó el adolescente mirándola con una sonrisa empalagosa y haciendo que ella lo mirara fijamente y luego se sonrojara ligeramente y volteara la mirada.
Shinku bufó con obstinación después de eso y se giró nuevamente hacia Senku con los brazos cruzados y una ligera mirada de odio.
—Entonces tendremos que saber si podemos quedarnos con ustedes y cuál es el costo de ello, porque con mi padre nada es de gratis, así que supongo que esto no era diferente en su versión más joven —expresó finalmente—. ¿Estás feliz ahora, mapachélago tonto? —Se volvió hacia Elioth con una mirada de odio y le sacó la lengua.
—Los mapachélagos no existen, Shinku-chan~ —le respondió Elioth con ligera irritación en su voz, pero ya Shinku se había echado a correr. El chico bufó—. Ve tras ella, Yasuo-chan~ —indicó al chico castaño fortachón, quien asintió y se fue detrás de Shinku—. Perdonen su actitud, se pone un poco temperamental cuando estoy en contra de sus planes, pero no soportaré más días durmiendo en un árbol, soy un chico de ciudad~ —concluyó encogiéndose de hombros.
—A mí me parece es que es un poco malcriada —se limitó a decir Senku rascándose el oído con el meñique.
—No lo es, pero anda sensible porque piensa que el tío Senku no la quiere porque era capaz de sacrificar toda la vida que tenemos actualmente por salvar a los 7 mil millones de habitantes de La Tierra —intervino enojada Rin, quien parecía estar dispuesta a sacar todo su enojo en ese momento.
—Rin-chan~, contén tu furia, por favor, ninguno de nosotros quería perder su vida actual, por eso estamos aquí —la regañó con dulzura Elioth—. Disculpen la molestia de ese par, están enojadas en este momento, pero ellas no suelen ser así, Rin es un poco temperamental y Shinku generalmente es una llorona, pero son buenas niñas, se los prometo~. —Elioth les dedicó una sonrisa exagerada a todos los demás.
Senku lo pensó por un momento y la verdad era que les convenía que esos chiquillos hablaran con la medusa e intentar ganar los favores de todas las medusas y no sólo de una de ellas. Sin embargo, lograr convencer a una mentalidad de colmena no sería nada fácil.
—¡Pueden quedarse en mi casa, Francois los atenderá bien! —exclamó Ryusui adelantándose a los posibles planes de Senku—. ¡Es mi deseo!
—Que buena idea, Ryusui-chan~, así yo también podré ir a interrogar a los niños y no tendrán que convertirse en esclavos de Senku-chan~, especialmente siendo que su hija está enojada con él~. —En ese momento, ese comentario de Gen resultó desagradable para Senku, pero la verdad era que había un punto en el que tenían razón.
Si Shinku estaba enojada con su padre, probablemente no estaría dispuesta a hablar con Senku y lo mejor sería que Francois y Gen los interrogaran, pero por otro lado las estrategias del mentalista probablemente no serían efectivas mientras estuviera Elioth presente, y este no parecía muy interesado en hablar con Gen. Esto hizo inferir a Senku que la relación de Gen con su hijo quizás no era de las mejores, aunque no podía tener certeza de eso, sino que todo lo que estaba pensando el científico en ese momento eran conjeturas.
—Pues hagan lo que quieran —decidió finalmente el científico—. Pero necesito que hagan que la niña confíe en mí para poder trabajar en el Plan Aliarse a Medusa.
Gen y Ryusui saltaron emocionados y fueron con Elioth y a Rin para guiarlos a la casa de Ryusui, seguidos de cerca por Francois, que hizo una reverencia antes de irse. Chrome se despidió diciendo que quería hablar con la pequeña Rin antes de que pudiera decirle algo a Ruri y después sería incómodo para él hablar con su amiga, lo que hizo que Kohaku lo viera con enojo por ser tan cobarde. Y Ukyo mencionó que intentaría encontrar a Shinku y Yasuo para llevarlos a casa de Ryusui. Finalmente quedaron solos Kohaku y Senku por un momento.
—¿Por qué no intentas hablar tú con ella, Senku? —lo interrogó la rubia al quedarse a solas con él.
—Sería un fastidio, no tengo idea de cómo es su relación con el otro Senku y quizás podría opinar desde mi perspectiva en lugar de darle una respuesta acertada —le respondió él intentando fingir indiferencia.
Ella parecía un poco triste ante ese comentario del científico.
—¿Y qué harás si su padre nunca la encuentra? ¿Permitirás que siga sintiendo que no la quería? Ayer cuando hablamos me dijiste que, si el multiverso tiene infinidad de opciones para moverse, existe la posibilidad de que ellos nunca la encuentren… —Kohaku parecía preocupada y un poco triste.
La mirada de Senku se ensombreció por un momento, haciéndolo sentir que realmente tenía que hacer algo para que Shinku no se sintiera del todo mal en medio de esa situación, y más siendo que ahora tendrían que estar en una época que no se adaptaba a lo que ellos estaban acostumbrados, precisamente por la falta de modernidad que parecían haber alcanzado con el tiempo. Esto indicaba que, a su juicio, lo mejor sería hablar con ellos al día siguiente, así que pensaría con calma las cosas. Luego volteó a ver la a la leona.
—¿Acaso te despierta tu instinto maternal, leona? —se burló Senku, mirándola con una sonrisa ladina.
—¡Claro que no! —se quejó ella enrojeciendo—. Y no me llames leona.
—Te llevarás una sorpresa si le preguntas quién es su madre. —Lanzó Senku con diversión—. ¿Por qué no vas tras Ukyo para que te enteres?
Kohaku lo miró confundida, pero al final salió del laboratorio, dejando a Senku solo con sus cavilaciones. Que problemático era el simple hecho de saber que la hija de uno de sus alter ego necesitara atención y que, contra todo pronóstico, él tendría que hacer algo para hacerla sentir bien.
…
Y así termina el Cap 3 de esta historia. Quería que ya por fin conocieran a mis cuatro pequeñines y vieran cómo actúan ellos ante la situación. Como pueden ver, la relación de Shinku y su padre está bastante fracturada por el tema de la máquina del tiempo, ¿o quizás habrá algo más detrás? También pareciera ser que la relación entre Gen y Elioth no es muy buena, ¿no? Pues vamos a ver qué ocurre en los próximos capítulos.
¡Esta historia me encanta! ¡Me está quedando demasiado emocionante!
En fin… les recuerdo que los personajes de Dr. Stone no son míos, sino de Inagaki y Boichi, salvo mis OCs hermosos, que son los cuatro niños y Elise.
En fin, no olviden dejarme comentarios porque esto es lo que me anima a seguir escribiendo. Besitooos y hablamos luego.
