Jóvenes Magos y la Cámara Secreta
Disclaimer.-Ningún personaje me pertenece, excepto Robert, Leslie, los Ocs y el alma del lector. Derecho creativo de los personajes de South Park para Trey Parker y Matt Stone; derecho de inspiración para JK Rowling.
Capítulo 1 ¿Un buen verano?
Ya había pasado un mes entero de vacaciones y los chicos lo dejaban notar a su única y especial manera.
Stan Marsh el chico del gorro de pompón rojo, por ejemplo, había pasado la mayor parte de sus vacaciones contándole a su mejor amigo Gary Harrison, un chico mormón, rubio y de noble actitud; sobre el colegio submarino Hogwarts y sus aventuras que había vivido el ciclo escolar. Aquel día vestía simplemente una playera blanca y jeans, junto a su inseparable gorro azul de pompón rojo.
-Oh, lo hubieras visto, lo desafíe, estaba frente a mí, el que preferimos evitar nombrarlo y yo… Lo desafíe.-dijo Stan dándose crédito, recordando lo que había hecho hace casi un mes.
Estaban él y Gary en la sala de estar de la casa de Harrison, era una casa bastante acogedora, bastante normal en lo que cabría decir, forrada de celeste, y algunos floreros en las ventanas; jugaban videojuegos en la consola de Gary.
-Stan, me lo has contado como cincuenta veces.-le dijo Gary riendo mientras se recostaba aún más en el sillón y miraba como su avatar saltaba más alto en la pantalla y rompía un bloque de ladrillos.
-No es justó, yo quería ese bonus.-dijo Stan moviendo rápidamente el control sin mucho sentido, intentando controlar la magia dentro de sí.
-No es que tengas muchas practica.-dijo Gary riendo tristemente-¿Y entonces dices que tus amigos del colegio vendrán este verano?
-Sí, no puedo esperar…-dijo animadamente Stan presionando más al azar los botones y muriendo en el intento de saltar un obstáculo-Competencia en el ajedrez mágico…
-Oye, yo te gane una partida.-se ofendió Gary.
-¿Entiendes que me ganaste porque Shelley te susurró al oído el movimiento perfecto?-preguntó Stan.
-De tal palo tal astilla.-dijo Gary riendo.
-Idiota, es mi hermana.-dijo Stan con asco, aunque no tanto como cuando la menciono el Halloween pasado.
-Vamos Stan, no puedes ganar.-le dijo Gary llegando al final del mapa y coronándose como ganador del nivel-Yeih.
-Presumido.-Stan se molestó y dejo el control en sus piernas.
-Mira quien habla, el señor "¿Recuerdas cuando me enfrente con el mago tenebroso?"-dijo Gary en tono burlón, provocando un nuevo ataque de risa de su parte.
-Ja ja ja.-Stan volteó a otro lado con los brazos cruzados sin gota de humor en su rostro.
-¡Gary! ¿Qué tipo de juego es ese?-preguntó una mujer pelirroja entrando en la sala de estar bastante preocupada e histérica.
-¿Mario Bros?-contestó Stan sin entender.
-Mira cuanta violencia gráfica, por Dios, ¿Qué clase de juego hacen hoy en día? Tan profanos.-la mujer tomó su biblia mormona intentando buscar un pasaje que dictara lo malo de la situación.
-Mama…-Gary se avergonzó un poco.
-¿Cómo que mama? ¿Qué clase de vocabulario te han enseñado en esa escuela publica?-preguntó la mujer enojada.
-Yo…creo que mi mama me habla…-Stan comenzó a voltear de uno a otro lado sin saber de qué lado posicionarse-Nos vemos luego señora Harrison.
-Deberías aprender de tu amigo Stanley, él habla educadamente.-dijo la mujer tomando por el hombro a Stan Marsh.
Stan y Gary se miraron mutuamente aguantando las ganas de reír, de todas las cosas que podía haber dicho la señora Harrison, lo último que hubieran imaginado fuera que tomara a Stan como ejemplo a seguir, sobre todo considerando que su madre, Sharon Marsh, era una de las mujeres más detestadas del pueblo, casada con un hombre…algo peculiar, Randy Marsh. El punto era que, comparado a Gary, Stan era uno de los peores seres endemoniados, para empezar ni siquiera era cien por ciento humano, era mucho más a un simple humano común y corriente, era un mago.
Un mago que llevaba sus estudios aun, apunto de cursar su segundo año en Hogwarts.
En cambio, Gary, así como su familia, no eran nada más que muggles, personas las cuales no podían usar magia. Cosa curiosa era que sol Gary conocía la realidad de la situación, en cambio la familia de su amigo solo pensaba que era un chico raro, hijo de dos adultos aún más extraños que se iba a un internado desconocido durante el ciclo escolar.
-Sí Gary, ¿Cómo se te ocurre?-Stan finalmente se decidió por el lado de la señora Harrison, ya había costado mucho de por sí que lo dejaran entrar de vez en cuando, a pesar de ser vecinos.
Después de una tremenda reprimenda por parte de la mujer esta castigo a su hijo, y amigo, con cinco minutos de oraciones, para estar conectados con la verdadera diversión... A su manera.
Después de cumplido el castigo Stan salió corriendo derechito a su casa, y Gary para evitar otro regaño de su padre, el cual iba entrando en la casa, lo acompaño.
La casa de Stan, era muy diferente a la que los demás vecinos del adorable pueblo de South Park pudieran acostumbrar, para empezar, no estaba bien cuidado en lo más mínimo, tenía dos pisos, ventanas rotas, césped que alcanzaba hasta la coronilla de Stan y una cerca de hierro oxidada.
O eso parecía hasta que uno entraba dentro del encantamiento fidelio. Pues la verdadera casa de Stan era maravillosa, aunque claro, el pasto en realidad sí cubría hasta la coronilla a Stan, cosa que ya no le importaba mucho, su tejado en lugar de estar construido como el punto cumbre, era la base de la casa, dejando que el resto de la estructura se dividiera en dos secciones, cada una ladeada y conectada por pequeños puentes de madera y soga. Una sección era totalmente de piedra y otra de madera; por lo general la de piedra solía ser donde tenían las cosas más incendiarias, como pociones, hierbas incendiarias, algunos aparatos eléctricos que servían aun con tanta magia involucrada, las varitas mágicas de Stan y Shelley, la cocina, así como el padre Randy Marsh, al cual le acompañaba su esposa Sharon.
En la sección de madera tenían las habitaciones de los niños separadas, una en cada piso, así como la mini biblioteca con cada tesoro de libros que pudieran encontrar, como era habitual esa sala nunca era abierto, más que cuando la señora Marsh deseaba buscar los ingredientes para una poción, finalmente tenían una habitación vacía para el abuelo, padre de Randy, quien prefería no visitarlos, pues, al igual que su hijo, era muggle, y de cierta manera odiaba las cosas mágicas.
En el techo de la casa se cortaban las dos secciones por un piso plano y encima de este se colocó el comedor, cubierto por una fachada de cemento gris.
-Mhh… ¿A qué quieres jugar?-preguntó Stan.
-¿Puedo intentar volar en tu escoba?-preguntó Gary ansioso mirando con recelo la habitación donde las guardaban.
-Ya te dije, los muggles no puedes usar las escobas para volar.-dijo Stan con pésame, provocando decepción en su amigo y cierta mirada de molestia que ocurría cada vez que la palabra "muggle" era mencionada, así que Stan remendó las cosas-Pero nada dice que no te pueda dar una aventón yo.-dijo Stan.
-Oh genial.-Gary se emociono nuevamente y ambos entraron corriendo dentro de la casa de Stan.
A su vez en Los Ángeles, California; un pequeño chico pelirrojo, que usaba ushanka verde y una playera naranja; con múltiples pecas en el rostro, jugaba con unas figuras de acción imponentes e intimidantes ante… ¿Un dragón en miniatura?... No, en realidad eran las muñecas de las ponys más populares de todas, del show My Little Pony, sí un brony, cosa curiosa, siendo que también era mago, y generalmente los magos odiaban las cosas muggles, pero al ser su hermano adoptivo muggle y sus padres tan permisivos con aquel mundo, eso le permitió formar su cariño a esa serie.
En aquella ocasión se encontraba tirado en su cuarto con las figuras de los seis ponis así como sus contrapartes humanas de frente; decía cosas como "Has iniciado una guerra", y a escalas simples intentaba recrear el evento de Marvel "Civil War" con las muñecas ponys…No era un chico muy normal, pero era feliz, Kyle Broflovski así era, y generalmente no le causaba problemas ese gusto, excepto el año cuando se hizo público el secreto en frente de toda la sala común de Ravenclaw…No fue agradable.
Lo que sí generaba problemas eran sus amistades, tan solo el año pasado se había devorado una alga marina para rescatar a la maestra de herbología Victoria de ser secuestrada por las sirenas; peleado contra un monstruo asqueroso de tres cabezas, varios súper Bogarts, entre tantas otras cosas que parecía ridículo que pudiera estar ahí, como todo chico…relativamente normal, jugando con juguetes.
-Mama quiere que bajes.-entró su medio hermano canadiense, con el rostro partido a la mitad y ojos negros y pequeños; Ike.
-En un segundo.-Kyle se levantó de donde estaba y dejó las ponis en sus posiciones-Me hablan justo en el peor momento, cuando Rarity iba a enfrentarse en un concurso de belleza a Twilight humana…-dijo el chico refunfuñando antes de llegar a la sala de estar.
La casa de Kyle Broflovski era un diseño arquitectónico futurista, bastante típico en Los Ángeles, excepto que en este diseño no se contaba una estructura que cada cuarto no estuviera pegado con ningún otro, excepto claro los del primero piso; donde originalmente era una casa muggle, pero a partir del segundo piso los cuartos se comunicaban por pasillos y sin estar a menos de cinco metros de distancia, formando un hexágono de habitaciones, y todas conectadas al centro, las cuales tenían una bajada en caracol a la sala de estar, cocina y comedor.
-¡Buba!-gritó su madre ya desde la mitad de la escalera.
-¿Qué sucede?-preguntó este preocupado.
-¿Cómo tienes que explicar esto?-Sheyla Broflovski sacudió un ejemplar del Quisquilloso entre sus manos, en la portada un extraño garabato de un animal sin forma fija, junto a extrañas persquicias y curiosidades, como "¿Esta bajo el control de los Slarts? Pagina 17-23". "¿Sospecha que su vecino trabaja para los duendes de azúcar? Pagina 32".
-¿El ejemplar del Quisquilloso? Me preguntaba cuando iba a llegar.-dijo Kyle riendo-Julie insistió en que comprara una suscripción… No, enserio, entró en mi dormitorio durante la noche y…
-No es por eso.-dijo la mujer-Sino por esto.-abrió la revista en una de las pagina intermedias, mostrando una media página con un título bastante peculiar:
"Reportajes escolares Lovegood"
-¿Qué significa esto?-preguntó Kyle sin entender.
-Sigue leyendo.-lo invitó su madre
"A partir de la edición de la primera semana de cursos se unirán a las filas de nuestras periodistas, formando tres en conjunto con los anteriores, siendo sus aprendizajes escolares enriquecidos con el mundo del periodismo, siendo estas las pequeñas Lovegood, Julie y Luna, y en una entrevista exclusiva nos informa su padre ambicioso: "Mis pequeñas son bastante imaginativas y creo que podrán manejar bien los artículos iniciales de lo que ocurre en Hogwarts, creemos que no podemos estar completos como revista sin saber el punto de vista de todos los lectores." (al lado se mostraba una foto de dos chicas casi iguales)
Cuando se le pregunto al padre de las menores Lovegood, si sería buena idea contesto: "En realidad ya lo veremos es algo así más como un experimento." Aunque es bien sabido que en el pasado estas chicas habían publicado un par de artículos, uno incluso muy bien investigado sobre el control de los Slarts por la mayor, más detalles en la página 17. (Este mostraba otro dibujo mal hecho, posiblemente de otra criatura extraña)
"Es una oportunidad única, y podre compartirla con mi hermana. "informó Luna Lovegood, pequeña que iniciara su primer año de estudios en Hogwarts este ciclo escolar.
Las pequeñas se encargarán de esta gran responsabilidad, cargando cada dos semanas, como una publicación normal de la revista, algunas interesantes historias.
Nadie parece caber en la duda sobre que este podría ser el rotundo éxito que el Quisquilloso necesita urgentemente, el señor Xenophilius Lovegood negó sobre aquella crisis, pero es un punto que este reportero estará dispuesto a averiguar en posteriores artículos."
Escrito por Xenophilius Lovegood
Kyle por su parte intento contener las ganas internas que tenía por reír, aunque estas no podían simplemente quedarse dentro de él, sabía que el Quisquilloso no era precisamente el periódico con mayor prestigio, pero nunca se imaginó a alguien como Julie como editora…Necesitaba leer ese reportaje de los Slarts.
-Ahmm… ¿Qué ocurre?-preguntó Kyle sin entender por qué el enfado de su madre.
Sheyla giró la hoja, mostrando una foto de Kyle en un pequeño recuadro.
-¿Qué?-preguntó el chico sin entender y comenzando a leer apresuradamente.
"La primera aventura del curso"
"Mi primer curso en Hogwarts ya termino, pero me alegra contar sobre una de las primeras aventuras que rodearon este curso, el cual término de una manera bastante excitante, y tendrán que esperar hasta el último reportaje para descubrir lo que ocurrió, pues es necesario conocer todos los hechos para entender el porqué. Esta aventura se trataba nada más y nada menos que la mismísima maestra de herbología en el colegio Hogwarts, Victoria Sprout fue capturada por una terrible bandada de sirenas, las cuales habitaban el bosque (A veces también llamado arrecife) prohibido de los terrenos de Hogwarts.
Esta fue salvada por nada más y nada menos que Kyle Broflovski, un alumno de primero grado, el cual puso a riesgo su vida probando una de las distintas algas multicolores, las cuales le dieron diferentes …"
Kyle comenzó a entender porque su madre se había escandalizado, realmente él recordaba con detalle la situación y no necesitaba volver a leerla, se habían metido en problemas comiendo unas algas que le habían causado distintos efectos a cada uno de los integrantes del grupo; excepto a él, quien tomó el alga correcta para respirar debajo del agua e intento salvar a la profesora.
Le sorprendió que para corroborar los efectos Julie de hecho hubiera agregado una foto de ella con su cabeza transformada en un caballito de mar... Aún seguía dado miedo.
Lo único que hubiera deseado era que su madre no se topase con aquello, pues precisamente él no le había contado nada sobre sus desventuras ocurridas en Hogwarts el curso pasado…y si su mama se enteraba…Era capaz de mandarle a una escuela muggle y que este aprendiera en casa.
-Ah…Sí…Eso…-dijo Kyle fingiendo acordarse apenas de la situación-Bueno, no termino nadie herido y no considere que…-se iba a excusar el chico, pero fue interrumpido por un grito de su madre.
-¡Nada de nada!-gritó la mujer-¡Pudiste haberte hecho daño!
-Es curioso que lo menciones, porque fíjate que Harry termino extremadamente lastimado, pues su alga…-comenzó Kyle intentando verlo como una anécdota alegre.
-¡Sí lo leí!-gritó ella-Buba, me alegra que tengas amigos, sobre todo a Harry Potter, pero…No te quiero ver en peligro, si te envió al colegio es para que estés a salvo.-dijo la mujer abrazándolo.
-Y eso que aún no te presentó a Penny.-dijo Kyle resignado.
-¿Penny? ¿Quién es? ¿Una chica? ¿Es linda?-preguntó su mama pensando lo que cualquiera hubiera pensado.
-Yiuhhh…-Kyle tan solo de imaginarse una chica con tres…Prefirió dejar hasta ahí la excursión en sus traumáticos recuerdos-Mejor es que no hagas preguntas…
-Pues hasta que no respondas mis preguntas, estas castigado.-le dijo Sheyla Broflovski-No salgas de tu habitación hasta que yo te diga.
-Ahh…-Kyle refunfuño y salió corriendo a su habitación.
Si lograba hacer que Julie no contara sobre otras aventuras donde estaba totalmente involucrado podría mantener su pescuezo a salvo, luego se quedaría el verano en la casa de Stan con sus otros cinco amigos y todo mejoraría.
-Mientras eso pasa…-el chico cerró la puerta de su habitación-¿Cómo te atreves a decir que mi sentido de la moda no es practico?-dijo mientras movía un caballo blanco en contra de una humana morada-Mira esas piedritas, una lavada y puff, se irían…
Dejando a Kyle en su mundo, se encontraba Kenny McCormick en su horrorosa pocilga, la cual se encontraba en un pueblo a mitad de una carretera del desierto de Arizona, el calor del mediodía como era usual se hacía sentir hasta los huesos, y una escases de agua había provocado que dejaran a su familia sin servicio de agua para abastecer a los clientes que sí pagaban el servicio.
-Oh por un carajo…Si tan solo pudiera usar el acuamenti…-dijo Kenny, estaba acostado en su sofá con su parka puesta y apretada…Costumbre que parecía estar a punto de deshidratarlo.
-Kenny, por un carajo, quítate esa estúpida sudadera.-le gritó su adorable madre bajo los efectos del alcohol.
-Nunca lo hare.-le dijo Kenny mostrándole el dedo medio, costumbre que adquirió al volverse amigo de Craig Tucker.
-¡¿Cómo me has hecho pendejo?!-gritó la mujer pelirroja llena de ira y acercándose.
-Mama, mama ¡Para!-le dijo una niña tan solo un año menor a Kenny, llamada Karen McCormick, la hermana preferida de Kenny.
-…-la mujer se había acercado a su hijo para darle una golpiza, cuando se detuvo por la voz de la menor, algo dentro de ella sintió cambiar, como si la cerveza que nublara su juicio se apartara-Oh cielos, per-hip-perdónenme.-la mujer comenzó a llorar cayendo de rodillas-¿Qué diablos estoy-hip-haciendo?
-Lo que siempre sabes hacer.-le dijo Kenny hiriente, levantándose del sofá y saliendo por la puerta, no pudo evitar que (Aun sin tener su varita) se desvaneciera la cerveza del vaso que aún tenía su madre.
-Kenny…No… Perdona-hyp-me.-le gritó su madre intentando levantarse, fallando estrepitosamente.
Karen sin dudarlo fue hasta la puerta y la abrió de golpe, no le sorprendió encontrarse con que Kenny no estaba en ningún sitio visible, la niña para solo tener diez años no era tonta, así que fue caminando a paso apresurado, debido al calor del Sol, hacía donde se encontraba su hermano.
Kenny estaba en un estanque vacío, sin agua ni vida a su alrededor, solo señales de tierra que ya nunca sería capaz de llevar vida a ningún ser vivo, por lo menos no hasta la siguiente temporada de lluvia, varias plantas secas y marchitas mostraban lo que alguna vez había sido su escondite favorito.
-Hola.-le saludó Karen también viendo con cierta lastima aquel lugar-Me gustaba el estanque.
-Cuando pueda hacer magia fuera del colegio le devolveré la vida.-dijo Kenny aun lleno de cólera.
-No podrás resolver todos los problemas del mundo.-le dijo Karen, la cual estaba enterada acerca de lo que ocurrió hace tan solo unos meses cuando Kenny se tragó la Piedra Filosofal para salvarla de las garras de Voldemort.
-No, pero por lo menos los de esta casa sí.-dijo Kenny metiendo su mano en el bolsillo de su short donde estaba su varita.
-Por favor Kenny, ya sabes cómo son, ¿Esperas cambiar eso?-preguntó Karen.
-Espero que no te arruinen a ti… o mi…-dijo el chico tirando una piedra a donde debería estar el agua.
-Este año te acompañare…Me llego mi carta anoche.-dijo la chica intentado darle una buena noticia.
-Te juro que si no te llegaba te metía en mi equipaje.-Kenny abrazó a su hermana felicitándola, aunque al poco tiempo su amargura volvió.
Parecía una estupidez lo que deseaba, el espejo de Oesed le había mostrado una familia feliz, limpia y sin problemas alimenticios, sin embargo, la realidad le había dado un buen golpe; su familia apestaba, su vida también y lo único que lo mantenía vivo eran Karen y la escuela Hogwarts, junto a sus amigos.
-Me dice en la carta que la lista de materiales para el siguiente curso se me enviara a donde quiera que este, pronto...-expresó Karen emocionada.
-Bien, es hora de largarnos de este nido de miseria, has tus maletas Karen.-dijo Kenny-Vamos a visitar a mis amigos.
-¿Cuánto llevo encima?
-Todo.-le contesto Kenny-Iremos a la casa de Stan un rato, luego a comprar las cosas con los fondos que nos den, y luego nos vamos de aquí, no volveremos nunca más.-dijo Kenny muerto de rabia.
-Pues tendrás que hacer maletas solo.-le contestó Karen-Porque yo quiero a mama, a papa y a Kevin tanto como te quiero a ti Kenny. No los abandonare.-le dijo decidida Karen con su mirada fría que significaba "sin reproches"…Kenny pensó que incluso Mierderva McGonagall daba menos miedo.
-Bueno…Tú ganas.-tuvo que ceder Kenny-Pero, sí que vamos a viajar al callejón Diagon.-dijo Kenny tratando de cambiar su semblante serio a uno un poco más alegre-Y podremos pasar una temporada con los Marsh ¿Te acuerdas de ellos?-preguntó Kenny.
-Noooo, ¿Qué va? Fijate que no sé nada de ellos.-Karen uso el mayor sarcasmo que le fue posible-No es como si hubieran sido las mejores semanas de mi vida…
-Jeje.-Kenny rio un poco por la actitud de su hermana-Bien, si no me equivoco Stan me enviara una paloma para invitarme, le preguntare si puedes venir tú también.
-¿Y que hay de Kevin? ¿Podemos decirle que venga?-preguntó Karen emocionada.
-Bueno…ehmm…¿Cómo decirlo?-Kenny quería decir simplemente "No", pero de una manera sutil, cosa que no le vino a la mente.
-Mh… ¿No tenía Stan una hermana mayor de más o menos la edad de Kevin?-preguntó Karen-Vamos, él no ha conocido nada del mundo mágico, no lo dejes con las ganas.-le dijo Karen-Es tu hermano.-termino por decir al ver la mirada de Kenny.
-Está bien, está bien, preguntare si acaso puede venir, pero de una vez te lo digo, ya me estoy arriesgando demasiado contigo.-le explicó Kenny-Además aún tenemos que esperar a que llegue la carta.-lanzó otra piedra nuevamente, provocando que un poco de lodo, salpicando en el proceso a Karen.
-¿Ves? La naturaleza se encargara por su cuenta.-dijo la chica sonriendo.
-Oh, no me hagas empezar…-Kenny revisó esperando no encontrar escorpiones a la redonda.
Mientras aquellos niños esperaban a que la carta de su amigo llegara, estaban otro chico texano, bastante gordo; con un gorro celeste y amarillo; una camisa verde y shorts cafés; Eric era un chico malo y de mal carácter, tragando, como era usual en él, a la vez que disfrutaba un verano sin hacer nada…Típico de los Slpytherin.
-¿Qué?-preguntó viendo al espectador-¿Esperaban que porque a todos les estaba yendo una vida de mierda a mí también me iba a tocar su mismo destino? Por favor, soy Eric T. Cartman, uno de los mejores hechiceros de mi edad y…-sacó un paraguas justo a tiempo que una paloma entraba por la ventana de su casa-¡Estoy preparado engendro del mal!-gritó el chico.
El narrador tiene que admitir que esta decepcionado, Eric parece no haber aprendido nada, la caca de paloma no desaparecerá con un simple paraguas el cual fue devorado por una iguana gigante que lo tomó con su larga lengua.
-Debes de estar bromeando.-dijo Eric a la vez que la iguana salía corriendo despavorida-Bien, ganaste jodido narrador de mierda.
Después de un mes sin aquel castigo, bien merecido, Eric recibió su merecida caca de paloma, a la vez que recibía una llamada por el celular, la cual dejó pasar debido a que fue a tomarse una ducha.
Una vez se secó el cabello tomó el celular, tenía una llamada perdida de Honey, rápidamente regresó la llamada para que no le fuera mal con la chica, Eric esperó a que los sonidos de marcado del celular sonaran antes de que la chica contestara.
-¿Con quién estabas?-preguntó Honey molesta casi gritando.
-Ah…Bañándome.-contestó Cartman con sinceridad.
-¡No me mientas! ¡Estabas con Patty Nelson!-gritó Honey apresurándose a llorar.
-¿Qué? ¿Quién?-preguntó Eric-¿No es esa la novia del pendejo del tourette?-preguntó el chico volviendo a sentarse.
-¡ASÍ QUE LA CONOCES!-Honey tomó su argumento definitivo-¿Cómo te atreves?
-¿Ah?-Eric intentaba relacionar los puntos, pero aquella conversación simplemente no tenía sentido-¿Para qué me habías marcado?
-¡Ahora tratas de cambiar el tema!-gritó Honey molesta.
-Si el tema no tiene sentido, no veo por qué conservarlo.-dijo Eric empezando a molestarse.
-Está bien, te hablaba porque dentro de unos días vamos a cumplir nuestro primer mes de novios…-dijo Honey apenada.
-¿Enserio?-preguntó el chico-Wow…¿Y?
-¿Y? ¿Cómo de que "¿Y?"?-se enojó la chica lanzando al final un grito tan agudo que destrozo la cabeza de la iguana gigante, la cual estaba a punto de comerse a un niño texano, este suspiro, antes de que su cabeza también explotara por la misma causa.
-Bueno ¿Qué tiene de especial?-preguntó Eric sin comprender.
-¡Eres un niño! ¡Y un inmaduro!-gritó Honey fuera de sí.
-¿Qué?
-¡¿Con quién me engañaste?! ¡Dilo ahora mismo! A menos… A menos que sea con ese chico pecoso de Ravenclaw ¿No? ¡Por eso todos te dicen que eres gay! ¡No quise creerlo! ¡No podía creerlo! ¡Pero ahora…ahora…!
-…Vete al carajo.-Eric colgó el teléfono y se acostó en su sofá, tomando de nuevo su tarro de papitas y viendo algunas series de magos.
Finalmente, en el número cuatro de Mapple Avenue, una casa bastante común y simple de dos pisos, vivía un chico pelinegro bastante peculiar. Tenía su habitación desordenada, llena de envoltorios de algunos dulces que había guardado al final del curso pasado en Hogwarts.
Tenía su baúl abierto con una importante tarea para Snaperrison, el maestro más marica y estricto que alguna vez haya tenido, el muy cabrón les había encomendado una redacción sobre los efectos de casi veinte pociones para el verano…El chico dudaba si hacer la tarea o esperar a ir con Stan y pedirle sus apuntes a Wendy…O robarlos en caso de que ella se negara.
Lo cierto era que la mayoría de las pociones ni las conocía, algunas las investigo por Google, eran pociones de nivel de Éxtasis, ósea séptimo grado en el colegio Hogwarts…. ¿Cómo iba Harry Potter a escribir tanto si apenas y tenía ánimos de salir de su habitación?
Cierto es que los Dursley se habían comportado mejor, tío Vernon casi no gritaba "tú", sino que decidía ignorarlo, cosa buena; su tía Petunia cuando preparaba la cena le daba las sobras a Harry, cosa que agradecía, la comida para perro que comía de antes no la iba a extrañar, en lo más mínimo; y finalmente Dudley a veces hasta lo dejaba de molestar cuando estaban en una misma habitación.
Harry estaba consiente que aquellos repentinos cambios no se debían a que tal vez consideraran que fuera un ser humano y que merecía cierto respeto como tal, no, eso hubiera sido humanitario, y los Dursley eran todo menos humanos...O eso prefería pensar Harry. La razón por la cual lo trataban así era el miedo, el miedo a que Harry convirtiera a su primo Dudley en un cerdito…Lo cual no hubiera hecho mucha diferencia entre la realidad.
Su primo Dudley era incluso más gordo que Eric Cartman, al grado que en la escuela a donde iba ya no tenía pupitres lo suficientemente resistentes para que este se sentara. Su padre, tío Vernon era por el contrario un hombre demasiado flaco, casi hasta los huesos, con una cara de bebe, sin ningún rastro de bellos faciales, bastante enojón y siempre calculador, con gran orgullo. Su tía petunia también era bastante flaca, de hecho, en primera estancia la mayoría pensaba que Dudley era el hijo adoptado y Harry el verdadero hijo de los Dursley, en general la mujer tenía una cara bien parecida a la de un caballo, además de bastante insegura de sí misma.
Pero Harry no estaba triste por ellos, no, sino porque ni uno solo de sus amigos le había escrito aquel verano, y ya que no tenía una paloma mensajera le era imposible escribirles a ellos. ¿Qué valor podría tener molestar a Dudley si no podía recibir nada por parte de Stan? Una nota un "¿Cómo te encuentras?" Lo que fuera… Casi parecía como un sueño lejano Hogwarts.
Sus tíos odiaban todo lo relacionado con la magia, lo que lo incluía a él. Y por si fuera poco lo trataban como un animal que no quisieran que estuviera ahí, cosa que no ayudaba mucho a Harry. De no ser por el fragmento del espejo de Oesed que aún conservaba en su baúl de Hogwarts creyó que no hubiera aguantado aquello.
Volvió a tomar los restos del espejo, el reflejo de sus padres lo saludaban en miniatura, con sonrisas idénticas y reconfortantes y luego en menor escala rodeando las partes rotas se encontraban las figuras ya más definidas de sus cinco amigos que ya comenzaba extrañar.
El verano no traía buenas expectativas o futuro para los cinco chicos, pero algo estaban seguros, de que pasara lo que pasara podrían aguantar hasta volver a Hogwarts el primero de septiembre, tan solo faltaban dos meses.
Sin embargo, sus planes estaban a punto de cambiar.
Continuara…
Na.-Si lo estan leyendo desde el fandom de Harry Potter, esta fue una prueba del fic Jovenes Magos, (primera parte la pueden encontrar en mi perfil) Si les gusto este cap 1, pueden seguir este fic, y si quieren leer el anterior (lo cual es medio recomendable) pueden hacerlo. Igual si de repente me da y vuelvo a subir esta historia en el fandom de SOuth Park lo hare, porque, esta historia se concentra más en los chicos de South Park y no tanto en Harry Potter. ¿Porque no lo pongo en crossover?...Pues admitanlo, nadie los lee.
¿Ya tan rápido? La respuesta es sí. ¿Cómo creen que me iba a apartar de una historia que adoro con mi corazón?
Espero les haya gustado la introducción (Puede que este…Sea un poco más largo que el anterior, no lo sé, hay tanto que explorar que las posibilidades son casi infinitas.
Espero sus review (por favor), les agradezco que sigan leyendo esta saga de adaptaciones parodiadas y hasta el siguiente cap. Cha chao.
