Jóvenes Magos y la Cámara de los Secretos
Capítulo 2 Un gran cumpleaños
"…Este fin de semana en mi casa." Palabras que recibieron por medio de una corresponsal, junto a tres pergaminos de como Stan Marsh había luchado contra el señor Tenebroso, fueron entregado a la mayoría de sus amigos cercanos justo a finales de Julio, alrededor martes veintiocho.
-Mhhh… Mama ¿Puedo ir?-preguntó Wendy a sus padres una vez les contó sobre la corresponsal.
-Parece que sí nos invitaron, podemos ir…Los tres.-Kenny miró de mala forma a su hermano mayor, este le devolvió la mirada, antes de que ambos sonrieran a Karen.
-Mama sigue enojada por el reportaje de Julie, le pediré permiso a papa.-dijo claramente Kyle.
-¿Y a mí porque me invitan?-preguntó Butters emocionado mientras daba saltitos-Oh Salsichas, le escribiré una carta a Stan diciéndole que sí.
La emoción parecía crecer a momentos cuando en las cartas de respuesta las distintas palomas mensajeras (y el cartero en caso de Wendy y Kenny) le entregaban a Stan las confirmaciones de sus amigos. Provocaba aquello que la casa se pusiera patas arribas pues Shelley también iba a invitar a sus dos amigos.
-¿Y ya te respondió Potter?-preguntó Shelley cargando su escoba-Quiero practicar cuanto antes y enseñarle nuevas estratagemas, te lo advierto mojón, no tendré piedad como en Hogwarts, aquí no hay clases que nos estorben.-dijo Shelley un día a su hermano mientras ambos veían televisión.
-Nop, no ha respondido ninguna sola de mis cartas.-contestó Stan bastante apenado.
-Espero no se intente hacer el difícil.-Shelley tronó sus nudillos.
Mientras tanto lejos de ahí en el pacífico número 4 de Maple Avenue, recién se levantaba entre un montón de papeles regados en una habitación el pequeño Harry Potter, el joven mago que de bebe había sobrevivido a una maldición asesina lanzada por el más terrible mago oscuro de toda la historia mundial, pero que había sido derrotado por un bebe…Y una pandilla de niños hace tan solo un par de meses atrás.
Aquel día Harry visualizó su ventana esperando recibir algo, pero sabía que era imposible esperarlo, no después de que todo el jodido verano sin contacto con ninguno de sus amigos, a pesar de que este mandaba cartas con correo muggle parecía ser que nadie le quería responder. Todos habían ignorado a Potter y lo habían abandonado.
Harry se disponía a desayunar con la cara bastante larga, no sin antes darle una mirada al fragmento de espejo de Oesed que conservaba con trato especial en su baúl. Con mucho cuidado guardo el objeto en cuestión, bajo las escaleras y se sentó en su lugar habitual.
-¿Qué es esto?-preguntó sorprendido al ver que en el lugar donde debía de tener un pedazo de pan duro se encontraban un par de huevos junto a algo de tocino y jugo de naranja ¿Era aquello comida realmente? ¿Sus ojos lo estaban engañando?
-Come algo.-le dijo tía Petunia de mala gana.
-¿Cual es el truco?-preguntó rápidamente Harry.
-Bueno, esta noche no cenaras con nosotros, así que como no quiero dejarte con la tentación de asaltar la nevera te di eso.-Petunia lo miró con odio, Harry sabía que de poder no le daría comida, pero como aquello era ilegal tía Petunia no se atreverá a darle de comer a Harry menos de lo que legalmente le correspondía.
El chico agradeció, provocando una mueca por parte de su tía y primo.
-¿Vas a comerte todo eso tú solo? Ja.-se mofaba el culo gordo, no, no Cartman, Dudley Dursley, la otra ballena asesina en crecimiento.
-No podrías creer, pero puedo con esto y más, ya sabes, donde voy me dan de comer y a montones.-presumió Harry, sabiendo que la había cagado pues su primo se había vuelto histérico.
-¡Llévame contigo! ¡Llévame! ¡Llévame!-pataleaba Dudley la mesa.
-Dudley, cariño, ya te dijimos que no puedes ir a esa fea escuela de…raros.-aseguró tía Petunia.
-¡Pero yo quiero ir! ¡Harry va y yo también iré!-gritaba desesperado.
-Tranquilo Dudley, mira, para calmarte este año te compraremos más regalos que el año pasado.-informó tío Vernon acabando de comer su plato de ensalada.
-Yo no quiero regalos, quiero ir a la escuela de magos.-lloriqueaba Dudley.
-¡Ves lo que le has hecho a tu primo!-regañó tía Petunia con enfado a Harry.
-Yo solo…-intentó justificarse Harry pero sabía que era inútil cuando se trataba de sus tíos, parecía que Dudley estaba celoso desde que Harry había recibido su carta a Hogwarts.
-No cachorrito, no puedes ir a esa escuela de bichos raros.-le dijo su madre.
-Pero no es justo, Harry no puede tener algo que yo no tengo, es injusto totalmente, yo debo tenerlo todo.-dijo Dudley.
-Créeme, te cambiaria con ganas para que hicieras la clase de pociones en mi lugar.-dijo Harry-Aunque posiblemente el maestro te envenene antes de que acabes la primera clase.-dijo imaginando a Snaperrison teniendo que aguantar los mimos de Dudley, se imaginó a su primo convertido en un perro grande y gordo, en el mejor de los casos, o muerto y con espuma en la boca…En el segundo mejor de los casos.
-¡No le hables así a mi hijo!-dijo indignado tío Vernon.
-¿Por qué no?-preguntó Harry sacando su varita del pantalón para limpiarla, aunque su sonrisa demostraba que realmente no la había tomado solo para quitarle la grasa.
-Rhhhh…-tío Vernon se quedó callado al instante, no quería ser atacado con magia por parte de su sobrino, el cual puede que por accidente olvidara contarle a sus tíos que esta prohibido hacer magia fuera del colegio…Solo como accidente, no es que tomara provecho de aquello para escapar de los regaños y que le consiguieran prestar la habitación de huéspedes, no, que va.
-De acuerdo, y ¿Puedo saber porque no cenare con ustedes? Oh amada familia.-Harry fingió felicidad, demasiado forzada.
-¿No sabes que día es hoy acaso?-preguntó tío Vernon indignado.
-Vaya, pensé que no se iban a acord…-comenzó Harry Potter.
-¿Cómo olvidar el trato con los Chang?-contestó tío Vernon enojado-Te falta un tornillo si crees que lo olvidaría, uno más para la cuenta.
Harry rápidamente rodó los ojos, por supuesto, sus tíos no habían celebrado nunca su cumpleaños, en el mejor de los casos solo lo hacían observar como Dudley jugaba con los regalos de su cumpleaños pasado. Irónicamente a pesar de odiar el mundo de la magia, inconscientemente tío Vernon estaba a punto de cerrar trato con Rayan Chang; el padre de Cho Chang, jugadora de Quidditch en el equipo de Ravenclaw.
Harry esperaba con ansías la visita de los Chang, aunque no pudiera hablar con Cho, pero al menos tendría alguien con quien hablar de magia sin que se pusiera histérica, o en todo caso ver algo del mundo mágico, del cual llevaba desconectado un largo rato.
-Creo que deberíamos repasarlo todo, veamos.-tío Vernon hablaba emocionado-Quedamos que a las ocho en punto llegaran los Chang. Petunia ¿tú estarás….?
-En el salón, esperando darle la bienvenida.-aseguró la mujer enseguida.
-Bien, ¿Dudley?
-¡Quiero ir a la escuela de magia! ¡Quiero! ¡Quiero! ¡Quiero!-gritó el chico.
-Excelente.-contestó su padre con una vena morada, seguramente a Harry le tocaría un castigo luego-Solo evita mencionar magia y verán lo estudioso que eres.-luego miró a Harry-¿Y tú?
-Hablare con Cho Chang sobre Quidditch.-dijo Harry monótonamente.
-¡¿Cómo sabes de la hija de los Chang?!-gritó horrorizado tío Vernon.
-Bueno, va un grado por encima mío.-lo hizo, Harry Potter volvió a encender los lloriqueos de Dudley y la vena en la frente de tío Vernon se inflo al grado de parecer una ceja gigante.
Mientras Harry intentaba no reír (intentaba), terminó su desayuno y se levantó, sin decir una palabra más subió de vuelta a su habitación con una sonrisa de par en par, había provocado un conflicto en la mente de su tío, de haberlo hecho hace un año y un día exactamente, no hubiera tenido éxito, pues fue a la medianoche cuando Rubeus Hagrid entró a la fuerza en su vida para decirle que era un mago. Cosa que Harry apreciaba más que nada en aquel mundo.
Lo único que no le gustaba era que si tío Vernon conseguía el contrato se mudaría a una nueva zona, el clima de San Francisco no era tan malo, pero sí se mudaba a Nueva York sería un apartamento, ósea vivir más pegado con los Dursley, que horror.
Así, entre pensamientos entró a su habitación con la ventana abierta, esperaba que en cualquier momento llegara una paloma con una carta, o, aunque solo fuera para cagarle encima (cuidado con lo que deseas Potter, estás jugando con algo mucho mayor a la trama), necesitaba más pruebas de la magia, de sus amigos…Como todo un marica sentimental.
-Oye, pensé que normalmente atacabas a Eric.-dijo Harry ofendido al narrador.
"Usualmente, pero este es un capitulo dedicado únicamente a ti Potter, así que tengo que molestar a alguien…Solo imagina un capítulo sin rupturas de la cuarta pared, destruiríamos el universo…Nuevamente."-espetó el sexy narrador.
-Oh demonios, este lunático no puede darnos paz.-dijo Potter acostándose en su cama, esperando la comida sin hacer nada, como de costumbre.
La noche llego sin que nada más interesante ocurriera, Harry se quedaba mirando hacía la infinita nada de su habitación, preguntándose si debía bajar para hacer enojar a los Dursley o solo hacer mucho ruido desde su habitación, pero antes de que pudiera terminar de meditar escuchó el timbre del recibidor, eran los Chang, lo supo porque escuchó.
-Buenas noches.-la voz de tía Petunia nunca le había agradado cuando se ponía tan amable.
-Un placer conocerla señorita Dursley.-habló el hombre perfectamente aunque con un marcado acento Japonés.
-Sean bienvenidos, pasen, pasen.-tío Vernon los invitaba a pasar haciéndose a un lado, cosa que le fue sencilla con su estructura de palito.
-Muchas gracias.-la señora Chang agradeció con una gran sonrisa también.
-Gracias.-se limitó a decir una chica asiática y pelinegra bastante bajita, tenía unas expresiones japonesas idénticas a las de su padre y no debía superar de los doce o trece años.
Harry decidió escuchar, era posible que los Chang no supieran que él vivía en aquel lugar, pero conociendo como son los magos…Finalmente todos se sentaron, se hicieron las presentaciones, el señor Chang dijo que su hijo mayor no los acompañó porque está terminando unas pruebas para un trabajo muy importante.
-…Si nuestro Dawlish ya es más que un hombre.-lloró la madre llena de orgullo.
-Nuestro Dursley también es precioso.-aseguró tía Petunia-Ya es un hombrecito, va a una escuela cerca de aquí, no me imagino que hare cuando ya no este, usted es muy valiente señora Chang.-dijo Petunia.
Harry conocía esa técnica, seguramente sugerida por tío Vernon, alagar a alguien por cualquier tontería, mientras sonara pomposo y británico, cosa que no solía ir mucho con los Dursley. Por lo menos no en aquella realidad extraña y mezclada sin sentido llena de incoherencias.
-Sí, lo bueno es que aún nos queda Cho, cariño.-la madre de la chica debió de haberla estirado de las mejillas, Harry conocía de sobra ese sonido por tía Marge.
Tío Vernon continuó una afable conversación que lo hacía parecer casi humano, la clave era casi, realmente los Chang para los cinco minutos debieron darse cuenta el tipo de ser humano que era, o si no tenían un gran retraso, Harry continuó escuchando mientras miraba en su baúl ¿Una bomba fétida o mejor fuego dragón instantáneo? Era su dilema en aquel momento, mientras tío Vernon reía, no duraría mucho tiempo aquello.
-La verdad me alegra que vinieran.-dijo tío Vernon-Si les soy sincero pensé que no vendrían.
-No teníamos pensados venir, pero descubrimos que ustedes eran importantes.-aseguró el señor Chang.
-Oh, me halagan.-dijo tío Vernon seguramente avergonzado.
Esa parte era especialmente asquerosa de imaginar para la pobre mente pre puberta del desequilibrado y alocado chico.
-Sí ¿No eran familiares de Harry Potter? Miren que honor.-continuó el señor Chang.
Harry no tuvo la necesidad de esforzarse para imaginar que ocurría, el silencio le confirmaba la cara de incredulidad de tío Vernon, posiblemente juntada con la vena en la frente que solo sacaba si estaba Harry presente; tal vez pálido y evitando hacer una cara de asco. Harry sabía que su odio profundo que sentía a su sobrino se mezclaba con el mal sabor de boca al saber que tal vez una persona que le estaba agradando era mago.
-¿H-h-harry Potter?-preguntó tío Vernon tartamudeando.
-Sí, el gran Harry Potter.-aseguró la mujer-Lo que mi esposa e hija me han contado que ha hecho, es un verdadero héroe, deben estar orgullosos de él.
¡PAF! Directamente en la dignidad de tío Vernon, Harry sabía que si su tío aun no caía desmayado era porque enserio quería ese contrato, el chico intentaba no partirse de risa, pero era una misión imposible de logar, escuchar como su tío entraba en un conflicto interno entre el odio proclamado a su sobrino y sus sueños de un apartamento en Nueva York…Difícil decisión.
-Sí, Harry es agradable.-río Cho-Lo conocí en el colegio, seguro les contó de mí.
¡DOBLE PAF! Ahora para toda la familia, probablemente Dudley estaba rojo de la ira porque le presumieran nuevamente de Hogwarts; tía Petunia debió haber lanzado una mirada de persquicia a Cho, tratando de escanear todo lo que creyera estar mal en ella y la vena de tío Vernon lejos de estar marcada ya debería haber explotado.
-Sí, sí…Orgullosos,-dijo tío Vernon, probablemente luego intentara lavarse la boca por aquellas palabras.
-¿Por qué no está con ustedes?-preguntó el señor Chang.
¡FATALITY! Hubiera sido preferible que le preguntaran como quería suicidarse si saltando de un puente o disparando un arma, aquello hubiera dolido menos para tío Vernon. Su cena deseada se estaba convirtiendo en un cielo-infierno; infierno para ellos, cielo para Harry.
-El chico…Sí, está aquí en esta casa, pero no quiso cenar…-dijo tío Vernon.
-Pero él me conoce, Cho Chang, ¿O es que ya se le comenzó a subir la fama a la cabeza?-preguntó molesta.
-Para nada, solo que si les decía que quería bajar capaz y me encerraban.-Harry bajó harapiento las escaleras mientras saludaba a los Chang feliz, estos se encontraban con buenas galas, en cambio el parecía un vago; ese momento valía oro para Harry. Básicamente si hubiera tenido una cámara digital…Oh esperen, sí la tenía.
-Digan wiski.-incluso mejor de lo que saboreó utilizó la cámara y retrato a su familia que seguía viva.
Dudley lloraba y parecía a punto de iniciar una de las actividades favoritas de Harry, un berrinche; en cambio su tía Petunia parecía estar a punto de desmayarse y, lo más espectacular de todo, tío Vernon forzaba una sonrisa asesina mientras su vena especialmente morada de la frente deleitaba entre estallar o aplastar el cráneo del hombre maduro. Al carajo el espejo de Oesed con sus padres muertos, aquella fotografía la mandaría a hacer posters, estampilla, tono de celular y fondo; donde fuera que pudiera y hasta donde no pudiera, incluso imprimirla para sus lentes y tener la imagen en 3D.
El silencio permaneció durante unos segundos, los Chang realmente no sabían cómo reaccionar a todo ese numerito, en cambio tío Vernon sabía que si hablaba perdía el contrato con los Chang y el llanto de Dudley fue callado por una cinta que consiguió su madre de adivine el espectador porque al narrador le da flojera explicar sus Deus Ex Machine que usa para chistes.
-Entonces ¿Vamos a cenar?-recuperó la compostura tía Petunia.
Rápidamente todos se centraron en el comedor, el cual tenía un asiento menos provocado a que nadie esperaba la visita de Harry, tuvieron que traerle una silla y el chico aprovechó para ponerse al lado de Cho y poder hablar un poco de Quidditch frente a la cara de sus tíos.
-Mi esposa es una bruja, es la mejor de todas para mí, yo solo vendo estos aburridos taladros.-habló el señor Chang mientras comía alegremente, parecía no notar que tío Vernon se había vuelto rojo como un tomate.
-Bueno, los negocios siempre me parecieron emocionantes.-tío Vernon demostró su terquedad a aceptar la magia, así que brindo y el resto le siguió la corriente.
Tardaron hasta comer muy entrada la cena cuando el tema entre Harry y Cho había alcanzado nuevos niveles.
-¿Enserio? ¿Una Snich de verdad? ¡¿Y porque diablos no iniciaste por ahí?!-Cho pareció indignada, cruzándose de brazos.
-Bueno, la tengo en mi cuarto.-dijo Harry-¿Puedo subir a mi habitación?-preguntó a sus tíos con fingida inocencia.
La reacción casi inmediata de tío Vernon hubiera sido gritar un rotundo "¡NO!", tal vez algo peor ahora que se encontraba en aquellas condiciones. Aunque al final de cuentas logro contenerse más.
-Pero date prisa, estamos a punto de servir el postre.-contestó como una persona decente; Harry inevitablemente tomó otra fotografía de aquel único y especial momento que nunca se repetiría.
-Vamos Harry…-lo apresuró Cho levantándose.
-Tendrá que perdonar a los niños, ya saben cómo se ponen si hablas de un deporte en el cual tienen altas probabilidades de matarse.-se mofó la señora Chang-Simplemente se vuelven locos y lo alaban.
-Interesante comportamiento.-dijo tío Vernon con su sonrisa falsa mientras aplastaba su vaso de plástico y le crecía un tic en su ojo izquierdo.
A su vez Harry le daba un pequeño y encantador recorrido a Cho por su casa, le alegraba tener alguien con quien hablar después de un mes sin conexión con el mundo mágico, aunque solo fuera de una compañera un curso avanzado a él y del equipo de Ravenclaw.
-Mira, en esta alacena me encerraron durante diez años de mi vida, a esa rata la llame Gumet; no le gusta que le quiten su comida aun si ya no está comiendo.-aclaró Harry en el tour-Y por la derecha tenemos las escaleras, ahh.-suspiró nostálgicamente-Aun recuerdo cuando Dudley me tiró desde su habitación…Fueron tres carraspeantes ocasiones.
-¿Te gusta hacerte mucho la victima verdad?-preguntó Cho.
-¿Yo? Para nada, solo cuento las cosas tal cual son; ah, mira en aquel recuadro esta la fiesta de cumpleaños número cinco de Dudley, a la cual no fui invitado.-recordó Harry.
-Sí, la victima.-bromeó Cho entrando finalmente al habitación de Harry.
-H-harry P-potter, sama.-dijo una figura de un hombre en miniatura con grandes orejas y cabeza estirada, además de una voz increíblemente chillona, proveniente de una criatura con ojos gigantes y verdes.
-Dobby, me alegro verte; mira si este fuera el original créeme que enojaría, pero debo de enseñarle la Snich a Cho, si no te molesta espera a que el resto se vaya.-le dijo Harry pacientemente mientras abría su baúl y sacaba la bola en cuestión.
Continuara…
Na-La verdad me divertí mucho escribiéndolo, no es lo mejor que he escrito, pero he disfrutado mucho de los Dursley, son como mis personajes favoritos de los libros, su evolución es de las mejores cosas que hay en los libros de HP. Y no sé porque creo que la personalidad sin vergüenza de Harry le viene genial a los Dursley XD
En fin, este es el ultimo capitulo en la sección de Harry Potter, espero que más o menos puedan entederlo si no han leído el anterior fic (¿).
Gracias por leer, dejen review si gustan y nos vemos hasta la siguiente.
