Jóvenes Magos y la Cámara Secreta

Capítulo 13 Borgin y Burkes

–¡Oh por Dios, es Harry Potter!

Se escuchó una voz aguda a la vez que una potente luz cegó a ls mitad del comedor.

–¡¡¡TOMA TODO MI DINERO!!!–gritó desesperado Tweek a la vez que lanzaba su cereal a la mesa vecina de los wuaffles y este se estrellaba contra el fantasma del fraile gordo que engulló todo el material al atravesar su cuerpo incorporeo.

El responsable del flash era un niño rubio, apenas tan alto como Wendy sentada y que sujetaba una cámara digital antigua, ni siquiera tenía pantalla dónde ver la foto. El pequeño, emocionado, saltó sobre la mesa y tiró la avena de Gary sobre el susodicho, causando que este saliera gritando "quema" del gran comedor. Stan iba a seguirlo, pero le ganó la carrera Heidi Turner.

–Soy tu mayor admirador.–dijo finalmente el niño para comenzar a agitar la mano de Harry–Collin, Collin Creevey, mis padres eran muggles, hace apenas un mes me entere de la magia, y supe que tu salvaste el mundo de un mago oscuro, ¿Es cierto lo de la cicatriz o lo del rinoceronte?

–¿Rinoceronte?–preguntó extrañado Harry.

–Debí haberlo sabido, los bebes humanos no deberían poder montar rinocerontes, ni siquiera por ser magos excepcionales.–dijo para sí mismo Collin.

–Yo...–intentó hablar Harry.

–¿Esa era tu voz?–preguntó Collin decepcionado–Me la imaginé más masculina, menos afeminada.

Hubo una risotada general en el Gran Comedor, ya que todos veían al niño hablando con Harry de manera desmedida.

–Mi voz no es afeminada...–se intentó defender Harry.

–Sí, sí lo es.–se escuchó un grito de los grados superiores de Slpytherin.

Harry se puso rojo de la vergüenza, y decidió hacerle frente a Collin.

–Collin, yo...

–¡No puede ser! ¡Sabe mi nombre!–gritó el niño casi al borde del extasis y dando saltos de alegría que hicieron reír a casi todo el comedor, hasta en la mesa de maestros.

Aunque las risas pasaron a cuchicheos cuando Collin se quitó su túnica y camiseta, se frotó los pezones y comenzó a correr a lo largo de todo el comedor repitiendo el nombre de Harry.

–Vamonos de aquí...–sugirió Harry a lo que Stan y Wendy asintieron.

Kyle en aquel momento se encontraba en el grupo que trataba de calmar los desvarios de Tweek, cosa que le fastidió, y al ver que sus amigos abandonaban el gran comedor, decidió seguirlos y abandonar a Tweek con el resto de sus amigos de Ravenclaw. Para ese punto el referido escapaba de un Collin descamisado gritando sobre el coste de su memoria y que no lo comiera con su lengua se reptil.

Fuera del gran comedor se encontraban los tres Gryffindor sin voltear atrás y dirigiendose a la torre de gryffindor ya que su siguiente hora tenían libre. Kyle los alcanzó rapidamente y los detuvo.

–Hey, hey, ¿Puedo acompañarlos?–preguntó emocionado.

–No.–dijo Harry complacido–Varita partida, arruinarías nuestro estilo.

Stan y Wendy rieron un poco ante el comentario, Harry solo aspiro lleno de confianza.

–Ahhhh...–se alejó Kyle molesto–¡Mi varita se repondra, pero tu frente no, cara partida!

Las clases que procedieron pasaron con relativa tranquilidad hasta que de nuevo el profesor PC Lockhart volvió a faltar a sus clases de Defensa Contra Magias Oscuras, cosa que muchos alumnos agradecieron, excepto Wendy, ella cargaba siempre a la clase con todos los libros del susodicho, y citaba pasajes del mismo a sus compañeras que estuvieran dispuestas a escucharla.

Las clases de transformaciones conjuntas durante toda la primera semana fueron una tortura para Kenny, a quien la maestra seguía sin creer sobre su capacidad para la transformación de objetos a otros.

Aunque Kyle intentó defender a Kenny un par de clases, rapidamente fue cansándose de aquello, y se hubiera unido a la actitud de Harry de indiferencia, de no ser porque tanto Harry como Kenny solían dejarlo siempre justo al lado de Cartman. Si a eso sumaba su varita descompuesta, la cosa no iba muy bien para el pelirrojo.

–¿Sabes que Hittler fue uno de los pocos muggles que se dieron a respetar?–preguntó a su oído Eric a la vez que uno de los hechizos de Kyle salió rebotando a un espejo y le dio a una lampara de gas en el techo, cosa que hizo estallarla y provocar una especie de soplete con el tubo roto.

Le restaron puntos a Ravenclaw solo por eso. Aunque, y para su suerte, Timmy les ganó unos tantos puntos gracias a que pudo convertir su rana en un boton.

El resro de la semana pasó inadvertida para todos los chicos, excepto para Stan, quien retornaba al Sexy Boxeador para ver como el auto de su mamá y recordando la nota de "Si quieres volver a casa, REGRESA el auto". Se imaginó a si mismo intentando algún truco de magia potente para recuperarlo, pero cada plan que se formaba en su mente era más ridiculo que el anterior.

Pensó en intentar hacer un intercambio con el sexy boxeador, cambiar a Harry, o a Kyle, incluso con preferencia a Cartman o Malfoy.

–Hooooola Stan...–se acercó a su espalda Honey.

–¿Alana?–preguntó Stan extrañado–¿Qué haces tú aquí?

–¿Yooooo?–dijo tomando una mano de Stan, este retiro su mano–Solo, paseaba por ahí y te vi mirando ese tonto arbol...

–Pero nos odiamos, nosotros los grabamos y exhibimos con lo del baron sanguinario, y luego con Penny, sin olvidar que no pienso recordar la clase de Snaperrison ...

–Eso no importa.–aseguró Honey sonriendo dulcemente, lo cual para Stan era vomitivo.

–Dejame, estoy concentrado con el sexy boxea...

–¡¿Qué tiene ese arbol que no tenga yo?!–gritó ella desesperada y comenzando a golpear a Stan.

–¡Hey! ¡No! ¡Para!–salió corriendo de la bestia de Honey quien lo persiguió por medio castillo, hasta que se escondió en un armario dentro de un aula que no alcanzó a ver.

Dentro había alguien, pero le daba igual, esperó a que Honey se fuera por el pasillo, no sin antes verla detenerse a medio pasillo para olfatear el aire. Finalmente pudo respirar tranquilo.

–¿Stan?–escuchó la voz de Gary.

–¿Gary? ¿Qué haces tú aquí?–preguntó a la vez que suspiro tranquilo.

–Me escondo de Heidi.–aseguró Gary temblando–Y todo porque le di un beso...

–¡¿Le diste un beso a Heidi Turner?!–gritó Stan casi provocando que el armario cayera al suelo–Jajaj, felicidades Gary, tendrás una bruja de novia.

–¿No acabas de oír que se volvió loca?–le dijo Gary a la defensiva.

–¿Puedo ser el padrino de bodas?–lo ignoró Stan–¿Qué estoy diciendo?–se detuvo a sí mismo Stan provocando que Gary sonriera–No debería de preguntarlo, soy tu mejor amigo, claro que puedo.

Decía emocionado y con los ojos brillantes, mientras que Gary solo alcanzó a rodarlos. Permanecieron ocultos durante largo rato, durante el cual Gary solo mostraba inconformidad mientras Stan repetía "Tu ya verás, no habrá indeseados en la fiesta porque haremos que los dementores rodeen el perimetro". Por primera vez Gary no quería saber nada del mundo de la magia.

–Mhhh, tu cabello empieza a crecer.–dijo Stan–Eso no es bueno, Butters siempre tiene el cabello del mismo tamaño.

–¿Otra vez la rasuradira mágica?–preguntó Gary–¿No sería más ético solo despertar a Butters?

–De eso nada, el tipo nos estuvo jodiendo todo el año pasado con su estúpida alarma, admito que tiene el sueño muy pesado, preocupantemente pesado a decir verdad...–afirmó Stan–Pero eso no le da carta valida para que me tenga piedad, no hoy, ni nunca dijo Stan.

Gary quedó resignado a suspirar y salir junto a Stan mientras evadían a sus novias ganadas por motivo que no entendían.

Durante la comida se encontraba Kenny acercandose a Karen, la chica apenas y probaba su pastel de carne, cosa que preocupó al referido.

–¿Todo bien Kaka?–se acercó Kenny a su hermana, cerca de ella se encontraba Collin, nuevamente encamisado.

–No me llames así, ya no soy una niña...–dijo ella mirando su plato sin ganas y evadiendo con la mirada a su hermano.

–Para mi seguiras siendo una bebita.–le dijo Kenny dispuesto a abrazarla, pero Karen lo apartó–¿Qué te sucede?

–Seguranente esta así por el efecto de la clase de Snaperrison.–se inmiscuyo Collin–Soy Collin, Collin Creevey.–se presentó–¿No eres tu amigo del apuesto Harry Potter?

–¡Los efectos secundarios! Lo olvide...

Recordó finalmente Kenny que después de la primera clase de pociones todos sintieron un fuerte dolor en su entepierna.

–Cinco horas en la enfermeria, esperandote, ¿Dónde estabas?–dijo con agresividad Karen.

–Creo que en detención...–recordó Kenny–Todo nuestro curso esta en detención gracias a lo del auto.

–Creí que Howarts seria distinto, que tu inas a ser distinto y hablaras más.–dijo ella entrecerrando los ojos y tomando una libreta que tenía frente suya–Pero veo que puedes cambiar el lugar, pero no a la persona.

Y se fue caminando hecha rabia afuera del gran comedor.

–Karen...–se quedó mirandola Kenny .

–Seguri esta en su periodo, leí de eso cusndo aun estaba en una escuela muggle.–dijo Collin emocionado.

Kenny le dió un golpe en el hombro y se levantó para volver a su mesa común.

Mientras Kenny solucionaba sus problemas con su hermana, se encontraban Kyle, Wendy, Julie y Harry caminando por los pasillos del colegio, los dos chicos discutian sobre si los casinos mágicos era facil estafar, o de preferencia robar a uno muggle con simples trucos.

–No creo que hablar de robos a casinos sea algo que deberían hacer.–acertó a decir Wendy.

–Exacto, es mejor aprender sobre los Slarts y su control mental.–afirmó Julie como si hubiera dicho algo inteligente.

–¿Saben qué?–dijo Wendy exasperada–Si van a robar un casino deberían probar la poción multijugos.

–¿La qué de qué?–preguntaron a la vez los chicos.

–La poción multijugos, una poción que les permite cambiar por el cuerpo de otra persona.–dijo Wendy sonriendo–¿Es que no saben de pociones?

Ambos chicos se miraron el uno al otro.

–No.

–¡Ahhh!–gritó Wendy lanzando un maleficio, pero Kyle hizo un hechizo de defensa.

El hechizo de Wendy le dio de lleno a Kyle, quien solo acertó a dar una vuelta en el aire antes de caer al suelo.

–¿Qué demonios hiciste Wendy?–le exigió saber Harry.

–Yo solo le hice un encantamiento Lenguatraba.–dijo ella preocupada y acercandose a Kyle–Hey, hey, ¿Estas bien?

–No...–afirmó el referido–Mi varita lanzó mi hechizo contra mi...

–Pues claro que lo hizo.–afirmó severamente Wendy–¿Cómo se te ocurre usarla?

–No es que tenga muchas opciones.–afirmó Kyle molesto–Hasta en diciembre no podré comprar una nueva, no sin al menos ir al callejon Diagon o al Mars.–afirmó Kyle–Serán unos largos meses...

–O...–lo detuvo Julie–Podrías usar polvos flu.–dijo con simpleza y anotando slgo intelegible en su libreta.

–¿Polvos flu?–preguntaron a la vez Harry y Wendy.

–¡Pues claro! ¿Cómo no lo pense antes, solo ocupamos una chimenea, y si mal no recuerdo, Butters tenía en su baúl.

–¿Eso último como lo sabes?–pregunto Wendy preocupada.

–Me lo dijo en la madriguera de los Marsh.–afirmó Kyle–¿No recuerdan que fue así como llego?

–No suelo prestarle atención a Butters...–afirmó Harry–Puedo traertelos...

–¡Harry!–gritó Wendy.

–¿Qué?–dijo este sobando su oido del grito.

–Eso es robar.–afirmó Wendy severa.

–Le pagare, además si vamos al callejon Diagon podemos traer más que solo la varita de Kyle...

–Sobre eso...–se le acercó Kyle–No tengo dinero, Harry...

–Vaya, vaya, vaya.–dijo este complacido–¿Vuelves arrastrandote ante mí?–hizo una pausa dramatica–Varita partida.

Kyle lo entendió, aunque le dolió seguir el juego.

–T-tengo mi varita partida...–dijo cerrando los ojos.

–Eso quería escuchar.–aseguró Harry satisfecho y acercandose a su amigo–Será tu regalo de navidad.

–Gracias ca... Harry.–respondió Kyle–Bien, necesitaremos los polvos flu de butters y una chimenea, de preferencia vacía.–dijo Kyle animado.

Media hora después ya se encontraban los cuatro reunidos en el aula de encantamientos, diciendole al maestro Flitwick que la usarían para practicar, al ser la mitad amable, este les dejó usar el aula y se llevó lejos al maestro Filtwick, su doble enojon.

–Bien, es hora de ir al callejon antes de que cierren la tienda.–dijo Kyle seguro de si mismo.

–¿No estas en detención precisamente por no seguir las reglas, vas a volver a romperlas?–preguntó Julie distraida.

–Rompere las necesarias para cambiar esta varita.–afirmó con severidad Kyle.

Kyle le explicó rapidamente a Harry y Wendy sobre como usar los polvos flu.

–Sostenme esto.–le pidió a Wendy una bolsita con polvos flu a la vez que Kyle se metía a duras penas en la chimenea–Solo se paran aquí, toman los polvos...–sujetó con fuerza su mano–Y dicen a dónde quieren ir, es facil, sencillo y mágico.–afirmó Kyle orgulloso–Mirenme hacerlo...

–Suerte con eso, cara partida.–rió Harry a montones.

–¡Callate Potter!–saltó cuál fiera Wendy y le dio un puñetazo a Harry con la bolsa de polvos, esparciendolos sobre el cuerpo del chico, Harry salió disparado hacia donde Kyle.

–Diago...–iba a hablar Kyle, pero Harry cubierto en polvo chocó contra él.

–...Nal...–dijo Harry intentando hablar, pero fue muy tarde, la hoguera se encendió en fuego verde y ambos chicos fueron consumidos.

Wendy se quedó hecha furia, intentando golpear el fuego que quedó en residuos.

–¿Porqué tengo animos de golpear a Tweek?–se preguntó Julie levantando su vista de su libreta–Oh, no debe de ser nada...–se dijo a si misma.

–Puto Harry, seguro es el efecto de la poción de Snaperrison.–dijo Wendy molesta–A Gary lo golpeó Heidi, yo a Harry, seguramante Alana a Stan...nhh.–crujía sus dientes de la ira––¡DEBO IR A GOLPEARLO!–grito acercandose nuevamente al fuego y buscando polvos flu.

–Le echaste encima la bolsa a Harry.–dijo Julie con toda tranquilidad, a la vez que dibujaba a Tweek siendo decapitado por una criatura amorfa.

–¡Demonios!

Por su parte Kyle y Harry caían en un abrazo por una espiral verde y azul, llena de chimeneas, cada una hundida hasta ellos. Finalmente ambos cayeron sobre un piso empolvado y se llenaron sus túnicas de hollín.

–¿Dónde estamos?–preguntó Harry atonito–No parece el callejon Diagon...¿Es acaso el callejón Mars?

Kyle miro de uno a otro lado, era una habitación llena de estanterias con objetos claramente mágicos, pero macabros, había una muñeca de porcelana con la cabeza volteada, una sonrisa presente y una mirada que parecía seguirlos al rojo vivo desde su rincón ensombrecido. Algunas ratas iban de uno a otro lado con toda tranquilidad y las luces del techo parecían susurrar ideas suicidas a todo lo que alumbracen.

–Nah, esto es una mansión a comparación de las tiendas en el callejon Mars.–dijo Kyle negando.

Ambos escucharon pasos acercandose desde otra habitación, así que buscaron dónde esconderse, el único sitió que habis disponible era un armario destartalado.

Ambos entraron justo a la vez que un hombre destartalado salia por una puerta que antes hubieran jurado que era pared.

–¿Quién anda ahí?–gritó el vequetrefe, pero al no ver a nadie solo susurro con enojo algo de lo cual solo de entendió "ratas".

El hombre estaba a punto de volver por donde había venido, cuando la campanilla de la puerta de entrada sonó y ambos chicos se apretujaron aun más en el armario.

–Oh, bienvenido, bienvenido Lucius, buen amigo, un placer verte rondar por el callejon Knuckles...–dijo el hombre del negocio.

–No somos amigos Borgin.–afirmó el referido Lucius.

–Es el papa de Malfoy...–dijo Harry en susurro.

–Shh...–lo silenció Kyle.

Ambos espiaron la conversación de los adultos con mucha cautela.

–Me estoy deshaciendo de mucha basura.–dijo el señor Malfoy con naturalidad después de la seca bienvenida y sacando una caja de madera fina.

–Osea, la evidencia incriminatoria.–se mofó ligeramente el comerciante.

–¿Disculpe?–se acercó al escritorio poniendo ambas manos encima y con una mirada fulminante–¿Ha dicho algo usted?

–Nada, solo queria preguntar porque no esta aquí el paquete que él te dejo, ya sabes el dia...

–¡No es de tu incumbencia!

El dueño del local tragó en seco, Kyle y Harry pudieron escuchar desde el armario como el señor Malfoy susurraba algunas palabras, aunque el contenido de estas era inteligible.

–Lucius, él…–dijo haciendo un silencio incomodo–Te encomendó la misión de cuidarlo, ¿Cómo pudiste deshacerte de esa manera de algo que él te encomendó?

–Él ya no esta entre nosotros.–bramó el señor Malfoy–Y no confiaría un artefacto tan peligroso en tus manos, aun si pagaras más que una miseria por este.

Pareció que el señor Borgin sonrió bastante y comenzó a cotizar la deuda del señor Malfoy en voz alta.

–¿Son originales estas Perlas chupa almas?–preguntó Burgin examinandolas mientras lanzaba un soplido de admiración–No sabía que tu "basura" fuera tan potente Lucius...

–A ti no te debería importar si mi basura es, o no, de calidad, tu trabajo es vender...

–Y como vendedor sé apreciar un buen trabajo cuando lo veo.–insistió el tipo.

Una vez el dependiente le pagó s Malfoy lo acordado, y este aceptó de mala gana, hizi un gesto para retirarse, pero el señor Borgin habló.

–Fue un placer hacer negocios contigo Lucius, mientras él no vuelva, tu serás bienvenido a esta tienda para negarlo...

El señor Malfoy parecía a punto de dar media vuelta, pero solo se detuvo un momento y se fue con dignidad, sin siquiera despedirse.

–Creido.–bufó el señor Borgin una vez lo vio desaparecer por la ventanilla.

Kyle y Harry quedaron solos en la habitación, aunque se negaron a salir del armario, no rodeados de tantos artefactos tenebrosos.

–Tenemos que volver a Hogwarts.–bramó Kyle–Si este es el callejon Knuckles significa que estamos en grave peligro...–se detuvo al ver la cara de incredulidad de Harry–Es donde la mayoria de los mortifagos se reu...

Una puerta azotada le hizo callar, el señor Borgin, varita levantada, entró a la habitación.

–Sé que hay alguien aquí.–grito el mercader–Oí voces, y las ratas no pueden hablar a menos que sean Pit.–dijo echando espuma–Y Pit esta muerto...

El señor Borgin pasó al lado del armario, al verlo abierto los chicos sintieron que iba a abrirlo, pero fue todo lo contrario, lo cerró con seguro.

Kyle y Harry quedarom varados a su suerte durante más de media hora entre murmuros del exterior y quejas del señor Borgin sobre los invasores.

–Como quisiera estar en Hogwarts...–dijo Harry cerrando los ojos con fuerza, se escuchaba que alguien abría la puerta, Kyle también cerró los ojos y abrazó a su amigo.

La puerta fue abierta.

–¡¿QUÉ ESTAN HACIENDO EN MI ARMARIO DE POCIONES?!–gritó sorpresivamente Snaperrison.

–¿Profesor?–preguntaron algo aliviados.

–Cincuenta puntos menos a cada casa, para ambos.–sentenció Snaperrison–Y lo espero el domingo en la mañana para su detención, más les vale traer lazos de acero...

–Nunca creí estar tan contento de verlo...–dijo Harry.

–¡LARGO!¡Besense en otro lado!

Y ambos chicos salieron del armario, sentido literal estrictamente, para desgracia de los fans del Kyrry, o Harryle... O cualquier combinación, por cierto, no habiamos roto la cuarta pared en todo lo que va de capítulo, gracias por no notarlo.

Ambos se dirigieron al gran comedor, esquivando a un fanatico Collin en el camino, tenían mucho que contar.

Continuara...