Jóvenes Magos y la Cámara Secreta

Capítulo 16 Entre sustos y estatuas Parte I

—¿En el gran comedor desde la comida?—preguntó Karen bastante intrigada por la reacción de su hermano—¿Para qué?

—Dah…—se acercó Colin a la chica con aires de saber más—Para poder admirar a Harry Potter.—dijo con una sonrisa de par en par.

Se pudo escuchar el suspiro de Harry a la distancia y el claro golpe de la madera siendo estampada por una cabeza en la mesa de Gryffindor.

—No, verás…—intentó persuadirla Kenny, pero rápidamente tanto Stan como Kyle se acercaron a ambos lados.

—Eso será suficiente Kenny.—dijo Kyle con un tono misterioso y tomándolo de un hombro para que este no intentara quedarse.

—A partir de ahora, el tiempo vale oro.—dijo Stan desde el otro lado y también tomándolo del hombro.

—Pero aún no le he…—intentó decir Kenny, pero ambos llevaron a su amigo lejos de su hermanita de primer grado—¡No te…!—intentó gritar inútilmente antes de que lo sentaran en la mesa de los wuaffles.

—Mira sé que estas preocupado por lo del Bogart, pero es la regla no avisarle a los de primero.—le dijo Kyle bastante comprensivo con su amigo.

—Además, aquí está Craig.—dijo Stan tomando la mano de Craig, luego la de Kenny y uniéndolas.

Ambos se pusieron rojos, voltearon a otro lado, aunque les costó un segundo soltar sus manos, terminaron siendo el centro de atención de su amiga Annie.

—¡Ahhhhhhhw!—gritaba ella buscando una cámara entre sus túnicas.

—Mi trabajo aquí está hecho.—dijo Stan separándose de ambos y yéndose de la mesa de los wuaffles al lado de Kyle—Lastima que nada interesante vaya pasar este Halloween.—dijo Stan una vez iban a medio comedor.

—Mhhh… No, la verdad no creo que nada interesante vaya ocurrir para variar.—dijo contento Kyle antes de que fueran interrumpidos porque frente a ellos se apareció la maestra McGonagall, a su lado se encontraban Harry y Gary—Como odio esta historia predecible.

—¿Podrían acompañarme ustedes dos? Tenemos algo que hablar.—y comenzó a llevarlos a los cuatro por los corredores del castillo con un silencio sepulcral—¿Saben? Hablé con Filch recientemente.

—Es un buen hombre.—dijo Gary convencido e intentando de imitar más que nunca su voz de Butters, pero todos negaron al momento.

—¿Cómo te atreves a decir eso?—dijo Stan claramente ofendido—Es obvio que es un viejo mandón, más viejo que…

—Es como unos diez años menor que yo.—repuso McGonagall provocando que Stan se pusiera pálido—Todos ustedes tienen esa costumbre de hablar mucho, ¿No?

—Tenemos que cumplir una cuota de chistes por capítulo.—dijo Harry Potter como si fuera lo más natural.

—Pues esperemos que está vez nos hagan reír.—dijo la maestra parándose frente a una estatua de un grifo—Pastel de limón.

—Yo prefiero granolas de calaba…—comenzó Stan pero la maestra le mandó tal mirada que al instante se quedó callado.

Una escalera de caracol comenzó a descender hasta estar frente a ellos, se montaron encima de la casa del caracol y comenzaron el lento acenso por las escaleras.

—¿A dónde vamos?—preguntó Harry nervioso.

—Buena pregunta señor Potter, no hay duda por qué es el alumno más listo, esta caracola nos lleva directamente al despacho de la directora.—contestó la maestra con simpleza.

—Eso no respondió la pregunta de cara…Harry.—dijo Kyle nervioso.

—Silencio.—pidió la maestra cuando finalmente chocaron con una piedra—Llegamos.

Todos bajaron y se encontraron con el despacho de la directora, lleno de todo tipo de aparatejos extraños, como revistas playboy, una máquina tragamonedas, sapos nadando en el aire y una videocasetera que se reproducía y rebobinaba constantemente, ah claro también una especie de caldero con aguas negras en un estante dorado, pero la trama en este punto es hasta irrelevante.

—Bueno, no esperaba menos de la directora.—dijo Harry tomando la palanca de una de las máquinas y provocando que esta comenzara a girar—¿Tres patos? ¿Qué signif… CUACK?

—Ah, señor Potter debí advertirle sobre… Bueno, da igual.—dijo la maestra al ver a un pato blanco con pico naranja, lentes y una cicatriz en la frente—Niños, no toquen los objetos.

—¿No qué?—rápidamente Stan saco de su boca un aperitivo que estaba en una bolsa denominada dulces, fingiendo que no tenía la boca embarrada.

—¿Ariana?—preguntó rápidamente la maestra, sabiendo que mientras más tiempo los dejase más cosas estúpidas podían pasar, lo cual no es cierto—¡Señor Potter no tiré el recordadero! ¡No es un estanque!—gritó ella histérica, o tal vez sí fuera cierto.

Ante ella se apareció la directora Ariana, la cual resplandecía en una túnica morada llena de hollín, había salido desde el pocito de agua del tal recordadero, provocando que los niños y el pato se asustaran.

—Buenos días alumnos y… ¿Qué hace un pato en mi oficina?—preguntó la directora sorprendida, para luego voltear a la máquina tragamonedas —¿Señor Potter? Pero que atrevimiento, cinco puntos para Gryffindor.

—Cuack.—dijo Harry Pattor provocando que sus amigos rieran.

—Muchos alumnos estarían aterrorizados estando en la dirección, pero veo que ustedes realmente son un caso excepcional, ¿No es así?—dijo la directora bondadosa—Mierderva, ¿Algún motivo particular por el cuál nos reuniste a mí y los niños?

—Por supuesto que hay uno, y muy importante.—dijo la maestra olfateándolos a los tres niños, absteniéndose con el Pato Potter—Alana, ¿Recuerdas lo que todos los maestros te hemos dicho del señor Stotch?

—Ah sí, el buen Butters mejorando sus calificaciones, sí, muy orgullosa.—dijo la directora pacientemente y cerrando los ojos de manera pasible.

Pero apenas mencionó aquello la maestra, tanto Stan, como Kyle y el pato de Harry lanzaron un suspiro de preocupación, para nada sospechoso. Cosa que provocó que la maestra volteara a verlos con cautela. Si esos tres estaban nerviosos, en aquel momento las piernas de Gary se volvían gelatina, casi literalmente, pero no, él no había comido ningún dulce convertidor, sino que sabía bastante bien por qué los habían citado.

—Bueno, tanto yo, como Snaperrison y Filtwick nos ha alegrado tener una especie de mejora en nuestro alumno.—admitió la maestra—Pero una mejora a este nivel de comenzar a tener nociones mágicas, ¿Butters Stotch? Sin ofender señora, pero me parecía bastante improbable el escenario, al menos no así de rápido y por la cara, así que comencé a rastrear los olores de los alumnos y note algo particular.—tomó a Gary del hombro—El señor Stotch no huele como el semestre pasado.—dijo haciendo que este diera un paso hacia adelante.

—¿Nuevo shampoo?—intentó decir Gary forzando su voz demasiado a sonar como la de Butters.

—Y tampoco suena como Butters, es casi como si una persona estuviera suplantando su lugar.—dijo la maestra suspicazmente y tomando de la mano a Gary—Además, pregunté al señor Filch recientemente sobre cómo le había sentado su nuevo asistente, a lo que él respondió que no había nunca llegado un asistente de limpieza.

—¿Asistente de limpieza?—dijeron los tres chicos (graznó, el pato) al momento de escuchar esas palabras.

—¿Ya no recuerdan? Capítulo ocho, párrafo treinta y ocho, cito mis propias palabras "La barrera de Hogwarts ha sido cerrada y por medidas de seguridad no podemos enviarte (al muggle) a casa por aparición hasta el primero de noviembre, hasta entonces dormirá en la habitación de los jóvenes Marsh y Potter…"—se interrumpió a ella misma y luego imitó la voz de Gary—Cool…—volvió a su voz habitual—Dijo en aquel momento el referido muggle y proseguí "Pero tendrá que ser el asistente del señor Filch, dice (Filch) que este castillo necesita más conserjes" terminaré aquí la cita.

—¿Tiene esa memoria fotográfica y no puede recordar que Kenny es el que en verdad…?—pero el pato lo detuvo subiéndose a su ushanka.

—Señor Broflovski, ya le he explicado en reiteradas ocasiones el talento del señor Potter, deje, por favor, de insistir que McCormick tiene habilidades que no he detectado, mi nivel de atención al detalle creo que puede demostrarle eso, pero claro que ese no es el punto, el punto es que ¿Dónde se quedó el pequeño niño muggle si no fue con Filch? ¿Acaso la magia le afectó radioactivamente y ahora es medio mutante? Porque eso se arreglaría fácilmente con la enfermera y…—comenzó a mostrar genuina preocupación.

—Vera yo…—intentó hablar Gary—Yo soy…Butters…—dijo inseguro y volviendo a su antigua voz de los nervios—Oh no…

—Oh, no tiene por qué seguir fingiendo más.—dijo la profesora McGonagall compresiva—Usted no es Butters Stotch, ¿O sí?

—¿Cómo puede descubrir esto y no…?—iba a insistir indignado Kyle, pero Harry lo mandó a callar poniendo una de sus alas en su boca y negando con el pico, no valía la pena.

—¿Es eso cierto?—preguntó la directora poniéndose ahora seria—¿No es acaso usted el señor Stotch?—se podía escuchar el latir de los corazones de todos.

—No.—dijo finalmente Gary agachando la cabeza—Lo he suplantado estos dos meses señoras, al principio no quería, pero…—volteó a ver tanto a Stan como Harry—Después de que lo suplante un día, me gustó tanto que insistí a todos que me dejaran hasta que me descubrieran…Francamente fue sencillo, ni siquiera tuve que intentarlo.—dijo con valor un chiste.

Tanto Harry, Stan y Kyle no parecían poder creer lo que había hecho Gary, se estaba echando él solito la culpa, a pesar de cómo lo habían tratado durante esos meses, obligándolo a hacer algo que él no quería, evadir las reglas, escaparse de su casa, engañar a todos y de pasada romper un montón de códigos morales, a pesar de que habían sido ellos los responsables, él se estaba acusando. Eso solo hizo que Stan tragara en seco, un peso de algo nuevo estaba naciendo en su garganta, no era justo que Gary se llevará todo el castigo, pero cuando intentó hablar en la defensa de su mejor amigo, no pudo.

—¿Sencillo? ¿Fue fácil para un muggle suplantar el lugar de un mago? ¿Cómo?—dijo impactada la profesor Dumbledore.

—Bueno, simplemente tome las ropas de Butters y sus útiles de su equipaje, las use y tome su horario, para el cabello fue usar una rasuradora.—dijo Gary confiado, aunque se veía bastante nervioso por el sudor que salía de sus axilas—En cuanto a los encantamientos fueron complicados, pero las pociones, ohh, mi especialidad.—dijo él tomando de su túnica un libro titulado "Ardillas en las pociones"—Lo compre desde el año pasado, y desde entonces me he vuelto un experto.

—¿Has estado estudiando pociones por tu cuenta?—preguntó Kyle sorprendido—¿A quién le gustan las pociones? Oh claro, ¿Y no estaba prohibida la brujería para los mormones?

Estaba más impactado por el hecho de que le gustara, que por el hecho de que las estudiara. Pero Stan seguía quieto como una estatua.

—Bueno, no era tan difícil, el callejón Diagon está en el pueblo, solo tenía que ahorrar dinero y comprar algún libro, esconderlo de la vigilancia de mis padres y…—intentó explicarse Gary, pero la profesora McGonagall le quitó el libro y comenzó a hojearlo—¿Cómo conoce el callejón Diagon?

—Stan me llevó ahí el primer año, de hecho, ahí conocí a todos.—dijo señalando al resto—Y tome mi decisión.

—Gary…—intentó detenerlo Stan.

—Cuando nadie se fijó, me escondí en el maletero del coche para seguirlos de cerca en el avión, cuando la barrera se cerró tome acción y regrese al maletero al asegurarme de que ellos iban a tomar el auto para ir a Hogwarts, aproveche el estado de Butters para suplantarlo y aquí estamos.

—¡¿Estado?!—gritaron horrorizadas las dos mujeres.

—Oh bueno, está dormido, no es tan malo.—dijo Gary sabiendo que eso las haría enojar más.

—¿Dormido? ¿Y luego pasa el día en la biblioteca, la sala común o…?—dijo la maestra McGonagall ofendida.

—No, no lo entiende.—la detuvo Gary al instante—Butters es de sueño pesado, demasiado pesado, y no se ha despertado…—fue interrumpido.

—¡Pero son las once de la mañana!—dijo la maestra asustada.

—… desde septiembre…

—¡¿DEJARON A BUTTERS DORMIDO DURANTE UN MES?!

—Técnicamente son dos meses tomando en cuenta que mañana comienza noviembre y…—intentó decir Kyle, pero se quedó callado al ver la mirada de ambas.

—¿Es esto enserio señor Potter?—dijo la directora volteando a ver al pato, el cual se quedó quieto en su lugar, volteando a ver a la directora con temor.

—No puedo creerlo, simplemente no…—dijo la profesora McGonagall—Lo lamento mucho, pero esto rompe demasiados estatutos de magia, han cometido crímenes que deberían ser condenados por el Wizengamot con delito capital, han pasado la barrera de la ética por debajo de sus zapatillas y conseguido tantos delitos como para ser mandados a Azkaban directamente, todos y cada uno de ustedes, deberíamos de…—dijo la maestra mientras su rostro se ponía cada vez más rojo.

—Cincuenta puntos menos, a cada uno de los que conocían el secreto.—la interrumpió la directora—Imaginaré que el señor McCormick y su novio, el señor Cartman también.—dijo ella asintiendo y provocando que los puntos bajaran.

—No es mi novio…—intentó decir Kyle por lo bajo, pero fue nuevamente interrumpido.

—Pero Ariana, ¿No oíste todo lo que estos niños han hecho?

—Mi sentencia ha sido declarada.—dijo la directora cerrando los ojos con pena—Les quitaría el Quidditch, pero cómo el principal responsable es aquí el señor… ¿Su apellido?

—Harrison.—dijo Gary tragando en seco, por algún motivo era más aterrador ver a la directora tiste que a McGonagall enojada.

—Bien, señor, usted ha logrado lo que solo veinte muggles han logrado en diez siglos de este colegio, hacerse pasar por magos.—dijo ella suspirando decepcionada—Hay un código muy estricto para esto.—dijo sacando su varita—Tendré que borrarle todas sus memorias referentes a la magia…

—¡¿QUÉ?!—interrumpió Stan con los ojos bien abiertos—¡No puede hacer eso! Es mi mejor amigo.—dijo sin notar que una lágrima se derramaba a su costado—Si le borra su memoria…

—¿No recordaría nada de Stan?—dijo Gary dándose cuenta de su error.

—Efectivamente, nada acerca de la magia.—dijo la directora con tono firme—Mañana, cuando salga de este colegio por aparición, haremos el borrado de memoria a usted y toda su familia.—dijo la directora con tono irreprochable.

—¡No puede hacer eso!—a pesar de la severidad Gary sabía que no tenía nada más que perder.

—Señor Harrison, no podemos permitir que ejemplos como este se vuelvan a repetir, así que disculpe mucho, pero no queda alternativa.—dijo la directora invitándolos a la salida—Disfrute este último día con sus amigos, mañana a primera hora la profesora McGonagall lo buscará.—dijo ella pasiblemente retomando su tono amable, aunque aún serio—Y recuerde, si lo esconden, serán expulsados del colegio.—dijo mirando a todos.

—Directora, debe haber otra manera, no…—intentaba hablar Stan ya sin esconder sus lágrimas.

—Lo siento mucho señor Marsh, pero esto no hubiera pasado si tan solo siguieran las reglas.—dijo la directora agitando la varita y provocando que la puerta se cerrara.

Las dos mujeres mayores se quedaron del otro lado de la puerta, mientras los niños descendían montados en el caracol. Para ese punto solo le quedaba el pico de pato a Harry Potter, pero todos seguían bastante impactados por la noticia.

Al entrar al Gran Comedor, hubo furor extendido, aunque nadie notó su presencia, era como si todos se hubieran vuelto locos de repente.

—Oh no, el superbogart, ¿Otra vez a nosotros?—dijo Kyle comenzando a temblar.

—¡Los puntos!—gritó un Percy, el prefecto de sexto que debería estar calmando la situación, más alterado que nadie—¡Estamos fritos!

Los cuatro chicos se separaron, los tres de la mesa de Gryffindor se dirigieron a sus lugares de siempre, mientras que Kyle fue con su semblante bajo hacia su asiento.

Más tarde se dieron cuenta de lo que había pasado, resultó que las palabras de la directora se cumplieron al pie de la letra, y todos los que conocían el secreto de Gary recibieron cincuenta puntos menos para sus casas, eso incluía a todos los varones de segundo grado de Gryffindor, Wendy, Karen, Kenny, Julie, Luna, Cartman y por algún extraño motivo, Craig Tucker. Causando que la casa de Gryffindor literalmente quedara en números negativos tan bajos que aun siendo todos bien portados en lo que restaba del año, no llegarían ni al cero, cosa que solo había ocurrido una vez en la historia de Hogwarts.

Tanto fue el escándalo que Wendy les armó cuando finalmente se enteró que fue por culpa de ellos mismos lo de los puntos, que tanto Harry, Stan y Gary se subieron a su habitación conjunta, donde Bradley y Robert no tardaron en unírseles.

—¡¿Enserio?!—gritó Bradley azotando la puerta—¿Cómo dejaron que esto pasara?

—Pues simplemente paso.—dijo Stan tirado en su cama.

—Cuack.—intentó explicar Harry, aunque sin mucho éxito, también recostado.

—Ahora Leslie está orgullosa, yiuh.—dijo Robert molesto de eso último y sentándose en la puerta, eso prohibió que muchos alumnos entraran—Predecibles, quieren golpearnos por lo que hicimos.

—Esto no podría ser peor.—dijo Bradley tirándose en su cama.

—El festín de Halloween es en media hora, tendríamos que irnos preparando para no quedar afuera con el superboggart, de nuevo.—dijo Stan tomando a Gary y ayudándolo a levantarse.

—No tengo hambre.—dijeron tanto Robert como Bradley (y un cuack).

—Cuack cuack cuaaack cuk.—dijo Harry Potter señalando con sus dedos, medio emplumados, las desventajas de la ropa de verano en invierno—¡Cuack!—el narrador se disculpa, no habla idioma pato.

—Bien, es esto o quedarnos atrapados con el superboggart.—dijo Stan abriendo la puerta y provocando que media sala común entrará en su habitación les comenzaran a gritar y amenazar.

Fue tanto el descontrol, que hasta las sabanas y colchones comenzaron a volar de un lado a otro. Increíblemente, y a pesar de todo el ruido extremo e incluso caer de bruces al suelo, Butters seguía roncando como un enano.

—¡Arruinaron todo idiotas!—recibieron algún escupitón—¡Son los peores!—gritó uno, tal vez de primero—¡Una desgracia!—gritó una niña.

—Las niñas no pueden entrar al…—intentó marcar Robert, pero rápidamente fue rodeado por un montón de tipos que lo pusieron en el suelo—Ahhh… Había tenido una idea menos violenta de una orgía gay, muchachos…—dijo mostrando una sonrisa por el dolor y causando que todos lo soltaran—Ya no quedan buenos hombres.—dijo negando con la cabeza.

—Suficiente.—dijo Stan—¡Andando!—y se llevó tanto a Harry como Gary de ambos brazos, empujando a la multitud que tenía enfrente con su cabeza.

Aunque hubo mucha pelea al inicio, al final todos los dejaron pasar, sabiendo que no se iban a arrepentir de nada todos esos sin vergüenza. Además, el banquete para la cena de Halloween estaba a punto de iniciar, nadie quería perderse el espectáculo.

Continuara…

Na.-Nuevamente especial de Halloween, dato curioso, es mi festividad menos favorita, pero por algún motivo es cuando más ideas se me ocurren xD