Jóvenes Magos y la Cámara Secreta
Capítulo 17 Entre sustos y estatuas Parte II
Ya de vuelta al Gran Comedor, se encontraban los cuatro jóvenes recientemente castigados, expuestos a las miradas ansiosas de sus compañeros, o furiosas en el caso de los Gryffindor. Prácticamente, ninguna mesa quería recibir a los arruina puntos del curso de Potter... Extrañamente la excepción era Slpytherin puesto que en aquella casa pocos habían perdido puntos y hasta estaban agradecidos con esos niños por haberlos dejado en primer lugar de puntos con una amplia diferencia de doscientos puntos, así que debido a las necesidades, el grupo de amigos se dirigió a con las lombrices para cenar el festín de Halloween, fueron recibidos entre aplausos y burlas.
—¿Qué creen que hacen ustedes en nuestros terrenos?—se aventuró a intentar echarlos Malfoy, tomando su plato como si se lo fueran a quitar.
—No podemos quedarnos en nuestras mesas.—dijo Kyle sentándose con Julie poniendo a la chica entre él y Cartman.
Los afectados eran Harry, Wendy, Stan, Kyle y Julie, aparentemente Kenny estaba siendo protegido tanto por Craig como por Annie de las burlas y tanto Robert como Bradley habían aceptado los abucheos, o vítores en caso de Leslie a su gemelo. Estaban junto a los de segundo de Slpytherin, la mayoría de los de la casa se alejó a pesar de que continuaron con las celebraciones burlescas, pero los amigos de Cartman se quedaron cerca, acostumbrados ya a esos raritos.
—Veo que vuelves suplicando por mi.—le lanzo Honey a Stan mientras le guiñaba un ojo.
—Cerda, estoy aquí.—le dijo Cartman arqueando la ceja.
—¿Y?—respondió ella alargando un brazo a una jarra de jugo de horchata.
—¿Por qué coqueteas con el amigo de Potter?—le dijo Cartman molesto.
—¿El qué de quién?—dijo Stan molesto, apenas siendo contenido por el propio Gary que intentaba calmarlo—Para tu información yo soy...
— Un don nadie simpatizante de los muggles.—enfatizó Draco con un dedo acusador—¿Cómo osan traer a la sagrada mesa de Slpytherin a... Eso.
—¡Oye!—gritaron tanto Harry, Stan y Kyle ofendidos.
—Mi ricachón amigo aquí presente tiene un punto.—dijo Damien mirando a Gary con su única ceja levantada y negando con la cabeza mientras chasqueaba la lengua.
—Espera, no, gorda, ¿Por qué coqueteaste con el extra ese?—insistió Cartman provocando que su rostro quedara rojo.
—En cambio mi gordo "amigo" carece de uno.—aportó Damien causando que tanto Draco como Honey rieran.
—Heeeey, no soy gordo estoy eh ... Rellenito.—dijo el gordo.
Viendo que no tenían alternativa los del grupito se quedaron junto a los Slpytherin, cosa que molestaba a Gary por las constantes muecas de desagrado que le dedicaban los de aquella casa.
—Siento como si hubiera algo de lo que nos estemos olvidando...—dijo Harry repentinamente.
—¿La dignidad?—se aventuró nuevamente Draco, hoy estaba inspirado.
—Carecen de ella.—le siguió Damien.
—Todos estamos aquí, menos Kenny porque es gay.—dijo Stan antes de abrir los ojos recordando que su amigo efectivamente es gay—Digo no es que sea algo malo... Yo ehh... No tengo nada en contra de los gays y eso eh ...
—No, yo me refiero a una molestia sobre mi hombro... Un ¡Collín!—dijo Harry notando que el niño faltaba.
—¿Extrañas a tu admiradora Potter?—se mofó Malfoy lanzando una risotada.
—¿Qué? ¡No!—se apresuró a señalar Harry—Solo que se siente tan bien no tener a una mosca a mi lado.
—¿Crees que Collín haya sido de los que van a hacerle la broma?—preguntó Stan.
— ¡Oh Dios mío!—gritó Wendy escupiendo parte de su jugo sobre la libreta de Julie—Olvidamos a Karen.
—Somos unos hijos de puta.—afirmó Stan mirando con pericia como una pantalla bajaba de la parte superior del Gran Comedor, una tan grande que permitía ver a todas las casas, localizada justo debajo de las grandes puertas.
Todos aquellos que no eran de primero, o seleccionados por el sombrero fueron teletransportados a las mesas con presteza. Rápidamente notaron la ausencia de Karen y Collín. A la vez que la pantalla se dividía en ocho partes.
Mientras tanto en la biblioteca se encontraba una medio dormida Karen, al lado de otros niños de primero que no se quedaban atrás, dormidos en plenitud mientras un emocionado Collín explicaba en diapositivas porqué Harry Potter era el mago más sorprendente de todos los tiempos.
—Tal vez sea solo por su destreza, pero hagan el favor de ver esta foto.—puso una diapositiva donde Harry se le caía la avena de la boca—Pero logró expulsar esta tenebrosa bruma ardiente de su paladar sin apenas tiempo de reaccionar, es casi mágico.
—Collín... Todos hacemos magia en esta escuela.—dijo Karen tomando su varita—Lumoz.—pronuncio solo para que la punta de la varita comenzara a parpadear—Ah, claro, ahora no quieres funcionar.—dijo dándole un golpe a la varita, provocando que su mano se iluminara.
En el gran comedor saltó una risotada a través de varias mesas, seguido de cuchicheos claramente llamándola ingenua o boba. Kenny se sintió mal al ver que su hermana no le había contado que no era ducha en la magia.
De nuevo en la biblioteca, pareció que hasta Karen estaba a punto de dormirse, cuando todos sus compañeros, exceptuando a Collín desaparecieron como si fueran bruma. Claro que ella no sabía que sus compañeros se habían materializado despertando del letargo en medio del alboroto del Gran Comedor, a la vez que una gran cantidad de otros niños, y su rostro junto al de Collín rellenaban dos de los espacios de la pantalla gigante dividida.
—Estoy casi segura que eso no debía pasar.—dijo Karen viendo su mano luminosa—Collín, ¿Lo hiciste tú?
—¡Solo Harry Potter puede ayudarnos!—dijo entonces Collín apagando el proyector y viendo que en el horizonte se veían rayos naranjas desde la parte superior donde el Sol debía estar a punto de ocultarse—Tu estuviste con él, ¿Qué haría Harry Potter si estuviera aquí ahora mismo?
—Pedirte que dejaras de acosarlo.—dijo rápidamente Karen mirando preocupada los asientos donde sus amigos estaban—Y que intentes ayudarme en buscar pistas de todo lo que paso…—dijo al rendirse pues no había rastro de nada en los asientos.
—¿Eso es todo?—preguntó Collín decepcionado.
Sus cejas hicieron un arco hacia abajo a la vez que cerraba los ojos y llevaba la manga de su túnica a estos. Karen rodó los ojos hacia arriba, se cruzó de brazos y luego infló una de sus mejillas, enserio no quería hacer lo que estaba a punto de hacer, pero si quería de alguna manera descubrir lo que les pasó a sus compañeros, debía de conservar al único que seguía vivo.
—No necesariamente, si conozco lo suficientemente bien a mi hermano…—dijo Karen llevándose un dedo a la boca—Yo diría que él y Harry harían algo bastante estúpido y peligroso para solucionar el problema.
—¡¿Cómo osas decir que algo que haría Harry Potter puede ser estúpido?!—dijo Collín llevándose una mano al pecho y dejando su anterior estado totalmente atrás.
—Hasta tu sabes que venir en el auto volador es una pésima idea.—dijo Karen cruzándose de brazos, y causando más risas en el Gran Comedor.
—Okey, tu ganaste esta.—le dijo Collín molesto mientras se acercaba a la chica con una linterna de aceite—Algo estúpido… Algo peligroso…
Toda esa conversación de él, sin que estuviera siquiera presente, hizo que Harry se pusiera rojo de la vergüenza y ocultara su rostro, y tanto Stanley como Gary vieron de uno a otro lado para que nadie se le acercara, cosa que este agradeció.
—Este año, por ser una ocasión donde tan malos tragos hemos pasado.—habló la directora una vez todas las pantallas divididas fueron silenciadas y solo se veía unos ocho niños de primero navegando por los vacíos pasillos de Hogwarts—Haremos que la broma de este año a pesar de todo, para que nos recuerde que aun en nuestros más oscuros momentos, hay un futuro que brilla frente nuestra y que no todo debe ser seriedad, que antes de los adioses, hay risas.
Dicho esto, los maestros y varios alumnos aplaudieron, aunque la mayoría seguían molestos por la baja de puntos, el hecho de ver cómo algunos niños estaban a punto de ser asustados hasta los huesos, subió la moral un poco.
—¡Que suelten al Super Bogart!—gritó Ariana Dumbledore haciendo sonar unas trompetas que nadie podía estar tocando.
Dicho y hecho, una novena división hizo acto de presencia, no se podía ver nada más que un armario siendo abierto por un fantasma, seguido a un montón de giros en el aire y una risa que heló a todos los presentes, era aquel el ente que iba a aterrarlos, justo como todos los años.
—¿Oíste unas trompetas seguidas de una voz gruesa viniendo de unos pasillos más abajo?—preguntó Karen mientras veía por una de las columnas hacia la barrera de agua—¿O algún otro alumno?
—Deben de estar cenando en el Gran Comedor, hoy es el festín.—dijo Collín saliendo de un armario de limpieza que estaba pegado a una pared muy alta y gruesa, tanto como para que ni siquiera un troll pudiera derribarla.
—¿Qué encontraste?—preguntó Karen viendo que cargaba una especie de carpeta.
—Creo que encontré el armario del señor Filch, encontré los antecedentes de Harry.—dijo Collín abrazando la carpeta mientras la olfateaba—Oh, y te traje la de tu hermano.
—Kenny ya me lo habrá contado… Creo…—dijo Karen viendo la carpeta con curiosidad y arrebatándosela a Collín con rapidez para luego guardarla en su túnica—Pero una releidita no me vendría mal.
—Ya te dijo todo, ¿No?—preguntó extrañado Collín—¿Desconfías de él?
—Sigamos buscando gente Colón.—dijo Karen guiando el camino hacia el Gran Comedor con una expresión seria.
Ellos no sabían que a las orillas del lago dos niñas de primero, una de Wufflepuff y otra de Ravenclaw corrían a toda velocidad debido a que una especie de hombre lagarto habían penetrado la barrera y corrían con los dientes expuestos para comérselas. Atraparon a una, provocando que esa misma chica apareciera en el Gran Comedor y una ráfaga de aplausos se escucharan.
—Están cerradas las puertas.—dijo Collín poniéndose rojo del esfuerzo—¡AHHH!
—Piensa que lo haces por Harry Potter Collín, piénsalo.—le dijo Karen, la cual estaba cruzada de brazos observando como el chico intentaba abrir la puerta del Gran Comedor.
—¡Por Harry Potter!—gritó Collín haciendo mucha fuerza y comenzando a hacer que sus pies retrocedieran mientras que la puerta no se movía—Le he fallado señor, le he fallado a Harry Potter.—dijo bastante triste tirándose al suelo—Soy basura…
—Oh por…—comenzó Karen mientras los dedos de sus manos se tensaban, intentaba no cerrarlas en puños con todas sus fuerzas—Seguramente está cerrada por magia Collín, no podrías abrirlo de maneras no mágicas.
—¡Harry Potter podría!—dijo Collín sin despegar la cabeza del suelo.
Mientras la otra chica que antes había estado al borde de la barrera entró a un aula, donde apareció un espejo en medio de la habitación, se cerró la puerta detrás suya y un chico salió del espejo para llevarla hacia adentro, atrapándola y provocando que apareciera entre gritos desesperados en el Gran Comedor.
—¿Oíste ese grito?—preguntó Karen con el corazón acelerado.
—¿Gritos? ¿Tienes un súper oído o algo así?—dijo Collín levantándose y viendo que no había nada a su alrededor—¿Dónde crees que estén todos?
Pero Karen alcanzó a escuchar como algo se movía en la oscuridad, provocando que sintiera como algo caía a su estómago y estremecía su cuerpo, fuera lo que fuera, no quería descubrir qué era lo que acechaba desde las sombras.
—¡Collín! Deberíamos volver a la torre de Gryffindor, buscar ayuda.—dijo rápidamente tomando la mano del referido—¡No toques las sombras!
Corrió en dirección contraria a la oscuridad que la vigilaba, descubriendo que las luces detrás de ellos se cerraban, cosa que incluso a Collín aterraron e hicieron que ambos salieran con fuerza redoblada por las escaleras que cambian de posición a una de las torres del castillo, donde subieron a una escalera de caracol que terminaba en una habitación grande con una fuente de dos delfines saltando en medio de la habitación.
—¿Por qué un castillo tendría una fuente de delfines?—preguntó Karen molesta.
—Si quieres pasar, la contraseña debes contestar.—dijo la voz de una mujer hermosa en medio de estos, casi angelical—¿Qué vive en una piña debajo del mar e infla su cuerpo?—preguntó un delfín girando su cabeza a los jóvenes.
—¿Bob Esponja?—respondió Collín indeciso.
—Incorrecto.—respondió antes de generar una rampa que lanzó a Collín directo de vuelta por el camino que había venido, escaleras abajo.
—Debe ser una jodida broma…—dijo Karen golpeándose la frente y sabiendo que no tenía nada que perder—Un pez, ya sea payaso o globo, peces de todo tipo viven en el mar.—dijo ella molesta con la estatua por alejar a su carnada directo a la oscuridad.
—Correcto.—los dos delfines se transformaron en escaleras de caracol, provocando que Karen sin pensárselo dos veces o voltear atrás subiera.
Las escaleras se cerraron justo cuando Collín volvió a subir de su caída.
—¿Karen? ¿Karen me estás haciendo una broma? ¿Karen?—preguntó Collín bastante asustado—¿Karen?—dijo con una voz chillona mientras se abrazaba a sí mismo y era alcanzado por la oscuridad.
—Hola Collín.—se acercó a su espalda una voz que lo tranquilizó.
—¡¿Harry Potter?!—dijo impresionado el chico—¡Sabía que usted vendría a salvarme!
—Patético, yo a tu edad ya había montado sobre rinocerontes que dome con mis propias manos.—dijo la figura de Potter, cosa que hizo estallar en carcajadas al Gran Comedor.
—¡Sabía que lo del rinoceronte era verdad!—celebró Collín causando que ese Harry lo viera con asco—¿Sabes qué paso y por qué todos desaparecieron?
—Sí.—contestó a secas la figura—Te odian Collín, todos ellos sienten que robas el espacio de los verdaderos magos.—dijo con toda calma mientras se acercaba, sin notar que la sonrisa de Collín solo se expandía.
—¡Genial! ¡Ahora podré demostrar mi valía a medida que vaya aprendiendo!—dijo emocionado—Gracias señor Harry Potter, juro que no le defraudaré.
—Eres un perdedor.—insistió la figura.
—¿Enserio cree eso?—dijo Collín con duda, provocando que la figura riera maniáticamente—¡Por supuesto que lo cree!—dijo Collín sonriendo—Harry Potter siempre ve la verdad.
El súper bogart estaba sorprendido, en todos sus años jamás había tenido a alguien tan estúpido como para no asustarse con su mayor miedo, así que decidió intentar algo distinto.
—Harry Potter siempre dice la verdad, gracias ehhh… ¿Colón?—preguntó la figura en las sombras dudando—Ese es tu nombre, ¿Verdad?
—Usted ya sabía mi nombre, pero si ocupa que lo cambie…—dijo Collín ligeramente herido por el comentario.
—Perdona, ¿Podrías repetirlo? Me distraje admirando la fuente, hermosa, ¿No?—dijo extendiendo la oscuridad—¿Decías?
—Usted ya sabía mi…
—Nada importante, a decir verdad, ehm… ¿Calvin?—dijo negando con la cabeza y volteando a otro lado.
—Señor…
—Disculpa, ¿Quién eres?—dijo la figura mientras sus ojos brillaban en rojo y Collín era envuelto en oscuridad y gritaba entre llantos de dolor.
Desde la parte superior Karen admiraba la sala común de los Ravenclaw, provocando que en el Gran Comedor se hiciera un escándalo, puesto que había mostrado la forma de entrar a aquella sala. Y se suponía que nadie podía saber. Toda la atención estaba en ella porque era la última y se iba a ir, de la manera más espectacular posible.
—Por un demonio, ese grito fue claramente de Collín.—dijo Karen al poner un mueble encima de la puerta—¿Dónde estaré?
La oscuridad que rodeaba las paredes repentinamente se apoderó de toda la habitación excepto de un círculo alrededor de Karen, la cual creyó ver una luz intensa venir de la parte superior de la habitación.
—¿Qué carajo?—dijo a la vez que la música comenzó a sonar—Oh… No…
"No podía seguir y al final te deje" escuchó la voz de su hermano cantando, pero era imposible Kenny no cantaba, claramente ella estaba alucinando, no podía ser real, no debía ser real.
"Tu corazón no aprendió jamás, esa lección" volvió a escuchar la voz, esta vez de su otro hermano, causando que en el Gran Comedor varios aplaudieran al super bogart por el espectáculo final, a pesar de que Karen estaba temblando del miedo.
"Aún existe ese fuego en ti… ¿Cómo puedes querernos así?" cantaron ambos para salir de la oscuridad y presentarse con los ojos rojos y esmoquin blancos con sombreros de copa negros. Tomándola de los hombros y llevándola por la oscura habitación al ritmo de la música
—¿Qué?—dijo una atoradísima Karen que abría los ojos demasiado y su pulso aceleraba—¡Chicos no me gustan los musicales!
"¡Solo! ¡Siguenos sin preguntar! ¡Vente! ¡Derecho a la oscuridad! Oh oh oh" cantaron ambos devolviéndola al foco, ya vestida también en traje de gala y sujetando un sombrero de copas y moviendo su boca en contra de su voluntad.
"Kenny mío, otra vez igual. Kenny, ¿Cómo ignorarte?" comenzó a cantar provocando que llorara y aun así no podía parar que de su boca salieran palabras armónicas, que la herían.
"Kenny mío, siempre acabo mal. Kenny, odio bruja ser." y terminó dando una voltereta mientras continuaba "Mi corazón rompiste, siempre que me ignoraste. Kenny, de aquí ya quiero partir."
Todos en el Gran Comedor entonaban la canción, pero nadie parecía propagarla más que Craig, el cual gritaba eufórico junto a Annie, definitivamente no le dejarían a Kenny olvidar esto hasta su muerte, e incluso creía que eran capaces de resucitarlo como fantasma.
"Kenny mío, ahora ya lo sé. Kenny, no debí admirarte a ti. Desde que mi casa salí, muy triste me sentí…" cantaba mientras las sombras subían por sus piernas "No te pude contar cuantas veces lloré."
Después repitió un par de líneas que le hicieron eco sus hermanos de sombra que antes la habían vestido para la ocasión y que ahora disfrutaban de verla llorar mientras cantaba el mayor éxito musical de su vida.
"Kenny mío, otra igual." Ahora las sombras casi cubrían su rostro, pero disfrutaban hacer el proceso lento "Kenny, ¿Por qué me trajiste?" Ahora Karen estaba consumida enteramente por la oscuridad "Kenny mío, siempre acabas mal. Kenny, voy a corregirte." Decía ya fuera de sí mientras desaparecía "Mi corazón rompiste, desde que entre aquí estoy triste, Kenny, ya me quiero ir."
"Kenny mío, ahora ya lo sé. Kenny, ya me quiero ir"
Y con esas últimas declaraciones desapareció de la sala común y reapareció en la mesa de Gryffindor entre llantos y temblando totalmente asustada, al mismo tiempo que en la mesa era recibida con canticos de "Kenny mío" y sonaba la repetición de su número musical provocando que Karen comenzara a lagrimear. Ella enserio odiaba los musicales, pero al ver cómo todos sus compañeros reían y jugueteaban con el coro "Kenny mío" no pudo más con todo y salió corriendo despavorida del Gran Comedor entre llantos.
—Creo que nos pasamos un poco…—dijo la Profesora Victoria al ver cómo Karen tropezaba al girar un rellano del pasillo.
—¡Karen!—gritó entonces Kenny siguiendo a su hermana y corriendo a toda la velocidad que podía.
Le siguieron tanto Harry, como Stan, Gary, Wendy, Kyle y sorpresivamente Julie, de alguna manera u otra ese grupo tenía que hacer algo para meterse en problemas, eran como un imán.
Después de pasar por un pasillo que conectaba con el recibidor principal, los chicos se vieron en el dilema que ahora no sabían a dónde ir, Karen había desaparecido de sus radares, y todos estaban ahí parados mientras ella se alejaba.
—¡Stan arriba a la derecha, Gary arriba a la izquierda y Kyle arriba al centro!—señaló Kenny apuntando a las escaleras—¡Harry, tú y Wendy revisen los terrenos afuera! ¡Julie tu ve por el pasillo detrás de las escaleras! ¡Yo seguiré recto!
Todos siguieron sus indicaciones y se separaron buscando a Karen, Kenny agradeció que nadie, tal vez excepto Julie, tuvo dudas de qué hacer, podía contar con ellos pasara lo que pasara. Notó que los pasillos vacíos seguían medio destruidos por el super bogart, seguramente en esa esquina había asustado a ese niño de Slpytherin con los payasos asesinos… ¡Debía concentrarse en Karen! Pero por más que corría, no parecía lograr llegar a ningún lado.
La situación era similar para todos sus amigos, que después de diez minutos de buscar como locos, supieron que donde sea que estuviera Karen, no iban a encontrarla, no sin que ella saliera antes de su escondite.
Pero de repente, escucharon un grito proveniente del segundo piso, era un gato lanzando un maullido de terror. Todas las cabezas voltearon hacia esa dirección, y casi como si se tratase de un impulso de idiotez, siguieron el grito rápidamente, probablemente Karen había pasado por ahí, aterrorizando al gato, sí, posiblemente todo estaba a punto de solucionarse…
El primero que llegó al sitio de origen fue Stan, el cuál se quedó helado al ver la escena que tenía enfrente, rápidamente se le unieron Kyle, Wendy, Harry, Julie y Kenny fue el último en llegar, todos se quedaban petrificados al ver lo que tenían enfrente de ellos. El único que se había podido mover era Stan, para arrodillarse e intentar tocar lo que tenía enfrente.
—¡No lo hagas!—le advirtió Wendy—Stan, no…
—Déjalo.—le dijo Harry tomando a Stan del hombro—Lo siento amigo… Yo no sé…
Todos volvieron a voltear, enfrente suya tenían un pasillo con un montón de cristales rotos de una ventana que daba a los campos del colegio. Toda ornamentada con las clásicas armaduras que colgaban por el colegio, pero de una de estas se encontraba colgando el gato que habían escuchado, el cual se encontraba entumecido en una pose de terror absoluto y con su cola colgaba desde una espada alta.
Si eso hubiera sido todo, no habría pasado nada, otro lunes normal en la escuela, alguna broma que se subió de tono, alguna venganza personal, tomando en cuenta que el gato era claramente el del conserje, pero no, había algo más.
Gary se encontraba en el centro de la habitación totalmente convertido en piedra y en su frente había pintado con algo rojo "impuro". Escucharon los pasos detrás suya y sabían que los problemas apenas habían iniciado.
Continuara…
