Eternity
Nota antes de empezar: Espero que este fic les guste, como ya dije. Y espero que tenga el toque que quiero y les gusta a ustedes también.
Advertencia: Es muy probable que este fic contenga yaoi(sexo salvaje!xDD), y sadomasoquismo. Aun así, antes de que pase pondré advertencia.
Los rayos del sol acariciaban las delicadas y atractivas facciones de un rubio, que en su cara solo demostraba el sentimiento del enojo y es que no era la primera vez que se encontraba peleando, y menos con un maestro. Ya era muy normal que casi todos los días hubiera discusiones entre los maestros y el rubio. Era una persona muy rara, pareciera que tuviera distintas personalidades, o tal ves aquella enfermedad bipolar, que en cualquier momento puede estar feliz de la vida y en segundos esta mas enojado que...
Y es que el no se cree un rebelde, como le decía, pero la verdad todo el mundo lo etiquetaba como rebelde, pero es que el defendía lo que creía y pesaba o simplemente por que no estaba de acuerdo con lo que el maestro le ordenaba, pero habían veces que no servia pelear por que ordenes son ordenes. Obviamente si era un rebelde, pero era tan terco que no lo aceptaba, el dice tener mas cordura que incluso el mismo Kaiba. Honda a veces pensaba que su mejor amigo se drogaba para decir semejantes cosas. Aun que todo lo que decía estaba bien, por que no era como los demás que se dejaba vencer ni aplastar por los demás, el lucha por lo que cree, no es un idiota...al menos no tanto.
¿¡Pero por que yo? ¡Bien se lo puede pedir a otra persona! – decía Jounouchi bastante enojado.
No señor Jounouchi, como usted nunca hace nada y solo causa mas que problemas, ya es hora de que haga algo útil.
¡Con todo respeto pero, tengo vida social! Además yo no tengo la culpa que el bastardo ricachón no haya venido en estos días. –dijo esto ultimo en voz baja.
Pero es muy extraño Katsuya, el nunca se retrasa ni falta y mucho menos tantos días – comento Yugi.
si pero...-
Es una orden señor Jounouchi, y tendrá que obedecer. –interrumpió y antes de que Jouno respondiera, el maestro se marcho.
Argh! Mugre viejo! Pero ya vera...no se quedara esto así, me las voy a cobrar!
Será mejor que te apures, hermano, por que no creo que quieras ir de noche a la mansión. – le sugirió Honda.
¿Por que no? – pregunto Tea (de metiche)
Dicen que algo raro le pasó días después de que el pequeño Mokuba viajara a Europa para estudiar... – respondió Ryo
Si, ya sabes, uno que es rico...- le siguió Bakura.
Tu no tienes dinero ni para comer, Bakura
Cállate Deblin! Contigo nadie esta hablando!
No se estén desviando y díganme que pasa! – exigió Tea ya algo desesperada.
Bueno, el caso es que no sale de la mansión – continuo Bakura nuevamente, mirando a Tea con cara...'malvada'.
Se a convertido en un mounstro!...- agregando Marik.
¿maasss? – pregunto Katsuya asombrado.
Hay, Katsuya... – suspiro Yugi.
Hahaha – solo reía Yami, mientras miraba como Marik, Malik, Ryo y Bakura se encontraban ya en otra parte del salón algo deshabitado, alrededor de Tea asustándole con cuentos inventados, y ella como buena niña idiota e inocente, se la creía.
En otra parte del salón, mas alejados de esa bola mentirosa, estaba Katsuya, Honda, Yugi y Yami hablando y observándoles como fácilmente engañaban a Tea.
No me la creo...- dijo Katsuya
Ni yo. – respondió Honda
Es mejor que te vayas Katsuya, al mal tiempo darle buena cara. – le dijo Yami
...¿qué tiene que ver eso?
Hay Katsuya...como que si te falta cerebro.
Gracias Honda por tu apoyo...
Lo que quiero decir es..que ya te vayas...- Yami no tenia ganas de explicar nada, tenia bastante con la torpe de Tea.
Lo que sea, ya me voy, nos vemos mas tarde!
Hasta luego! – se despidió Yugi.
Antes de salir, Katsuya tomo todas las tareas del Ceo, depositándolas en su mochila, junto con la de el y salió en camino hacia la mansión.
Odiaba el calor, pero se le hacia muy raro que en la mañana hiciera tanto calor. Ahora, ya de tarde empezaba a hacer viento. Su mochila estaba a reventar, incluso ahí tenia su chaqueteen, aun que al iniciar el día pensaba en no llevarlo por el enorme calor que lo abrazaba. Aun que en la mañana pareciera que el sol que se avecinaba quería acabar con la existencia del planeta entero. Jounouchi hasta veía el sol mas cerca de lo normal, pero ahora, las nubes empezaban a ocultar el cielo.
Tengo mucha sed... – murmuró, con paso lento y sin ganas. Estaba tranquilo, y sediento por el calor de hace unos momentos que había desaparecido como por arte de magia. Solo esperaba que Kaiba no empezara a insultarlo o llegaran a los golpes apenas llegando, ya que sin duda alguna explotaría mas rápido de lo común, gracias al calor que se aprovechaba del joven rubio.
Su mochila pesaba, por la cantidad de libros que llevaba, lo único bueno sería que mañana no habría que ir a la escuela, y tenia tiempo para al menos intentar hacer la tarea que tenia.
Sin darse cuenta estaba ya muy cerca de la mansión Kaiba. La verdad no le parecía que hubiera o pasara algo extraño. Se veía como siempre, aun que como ya que estaba oscureciendo, se veía algo tétrica.
Se acerco a al portón y encontró al guardia dormido –y por eso te han de pagar bien, ¿ne? Si fuera así yo también trabajaría para ese bastardo...- se alejo para ver si podría entrar por otra parte, pero al parecer la gran reja que cubría la mansión no acababa.
Mph...estoy empezando a creer que Kaiba creo una reja sin fin...si, siendo uno rico puede hacer lo que quiera.
Sin mas trepo por la reja con gran habilidad, no por nada fue un pandillero de los mas respetados. El camino hacia la entrada era largo, y alrededor cubría un hermoso césped lleno de vida junto con enormes árboles. Se veía que a Kaiba le gustaba la naturaleza, por aquel patio tan grande que poseía alrededor.
Viéndolo así, creo que llegare a ver a Kaiba hasta muy entrada la noche... – decía sin mucho animo, y es que la verdad ya estaba oscuro, pues al salir de la escuela ya era algo tarde.
Al llegar a la puerta toco lentamente, esperando a que alguien le abriera. Una señora de una edad adulta abrió, pelo negro y corto, con su tez blanca y una sonrisa.
Hola! ¿Se le ofrece algo? – pregunto amablemente y al ver al fondo noto que todo estaba en penumbra.
Eetto...vengo a ver a Kaiba. –
El joven Kaiba esta ocupado ahora pero...pase, ¿qué le parece si lo espera para que cenen juntos? Les prometo una cena deliciosa!
Eetto... – pensó en rechazar la invitación, pero sería de mala educación, además igual y pelearían, y hace tiempo que no comía algo delicioso y decente. Mejor aceptar. – esta bien. – finalizo con una gran sonrisa, de esas que tanto agradaban y mostraban confianza.
¡Que bien, pase! – dijo la señora entusiasmada.
...¿Puedo preguntar algo?
Claro!
¿Por qué esta tan feliz de que yo haya aceptado?
Es que vera...el joven Kaiba se la pasa encerrado en su habitación o en la oficina de la mansión, no ve a nadie, casi no come, ni duerme y maneja su empresa desde aquí. Nos preocupa...
¿Les preocupa...?
Si, el es un buen joven, solo teme a que lo lastimen, el tuvo una infancia dolorosa, por eso es así, el que siempre ataca es por que es mas débil, y tiene algo que ocultar, yo lo se, pero no diga que yo se lo dije, si no me despedirá.
No hay problema. – sonrió. - ¿y que les preocupa si de todas formas no comía ni dormía?
Si, lo se, pero ahora es menos.
...¿mucho menos?...Que raro.
A veces ni prueba sus alimentos. Y hay veces que ni si quiera se presenta a comer.
¿y Mokuba lo sabe?
No, no ha hablado con el, se niega a contestar. No se por que.
Jounouchi prefirió no continuar con esa conversación. Caminaron en silencio hacia el gran comedor.
Aun nos encontramos preparando la cena, si gusta esperar aquí, no tardaremos mucho.
Si, esta bien, muchas gracias.
La señora se fue, y el se quedo sentado viendo el enrome comedor. Coloco su mochila en una silla que se encontraba a su lado. Observo lo grande del comedor y pensó que seguramente Kaiba extrañaba bastante a su pequeño hermano, Mokuba, ya que era el único en su vida, y esa solitaria y fría mansión.
Tu corazón ha de estar igual de solitario que tu mansión, Kaiba. Necesitas calor humano, aun que no lo quieras aceptar... - ...bien, era cierto aun que sonara cursi o estúpido, pero era verdad, ¿ne?
Se levanto del asiento y miro detenidamente cada rincón del comedor. Cada pedazo de la mansión tenia pequeños detalles, eso le llamaba mucho la atención, además de que se veía muy bien. Era mas que obvio que Kaiba fue muy exigente al decorar su mansión.
El comedor estaba iluminado por la luz mercurial, que empezaba a ser remplazada por la luz de las velas por una joven. En las mañanas seguramente no necesitaban de ningún tipo de luz, ya que los rayos del sol iluminaban todo a su paso.
Abandono el comedor, observando cada rincón de la mansión, examinando y sorprendiéndose.
Los pasillos eran inmensamente largos, y en las paredes se encontraban hermosos y grandes cuadros. Seguramente eran de pintores famosos, pues Kaiba nunca compraría algo de mala calidad o feo, el solo compra lo mejor y con la mejor calidad. Cada pedazo de la mansión tenia detalles, era increíble que variaran tanto y fueran tan curiosos y lindos, tal ves Kaiba se tardo para ponerle decoraciones a todo su hogar, pero de seguro no se quemo el cerebro pensando en que poner. Aun que si lo ves sin mucho interés no te das cuenta que hay detalles marcados en la pared, en cada pedazo de un pasillo, en los cuadros, incluso en adornos. Muy buen gusto, que tienen los Kaiba.
Subió al segundo piso, con cuidado, aun anonado viendo a su alrededor, viendo lo inmensa que era la mansión. Su vista fue a dar con una puerta que le llamo la atención, y su curiosidad le impedía ir a otro lugar, mas que dirigirse a esa habitación. Camino hacia aquella puerta lentamente, antes de llegar a ella observo una pintura que le llamo mucho la atención, el fondo era negro, había pedazos de planta ya muertos y de un color distinto al hermoso verde que presumen las plantas. Flores y hojas rojas alrededor, dándole un toque algo gótico. Parecía también que otra extraña pintura le cubría en pedazos, en si, la pintura completa era rara pero le gusto bastante. Transmitía un sentimiento de soledad, tristeza pero se sentía bien.
Su vista volvió a aquella puerta, y al moverse para avanzar algo se lo impidió. Volteo a ver cual era el problema y vio como su chaqueteen se había enganchado con unos objetos que posaban en una mesita que se encontraba debajo de la pintura. Mh...¿cuándo se había puesto su chaqueteen? No lo había notado. El frío en la mansión era mas que el de afuera.
Seguramente la piel del CEO era igual o mas fría que la de este hogar. Camino sin mas, aun que el no debería de meterse en la intimidad del mayor de los Kaiba, además de que el debería de estar en el comedor, de seguro no tardan en poner la cena.
Abrió la puerta lentamente y un aroma ya muy conocido lo recibió con los brazos abiertos. Era el olor de Kaiba, ya lo conocía, siempre que se sentaba a su lado el aroma lo envolvía, era imposible no reconocerlo. La habitación estaba muy oscura, y por lo poco que se veía desordenada, esa era la habitación de Kaiba, solo que algo...desordenada. Vaya, ya ni Katsuya la tenia tan así. Se acerco a unas enormes cortinas que a la vista se veían tan suaves, que abrazaban a la ventana para no dejar ver lo que escondían. Se acerco un poco mas a la ventana para mover las cortinas, seguramente la vista era genial, ya que era la habitación del dueño de Kaiba Corp.
Antes de poder tocar las suaves cortinas una voz fría lo detuvo.
"Que perro tan curioso eres...¿extrañaste a tu dueño?"
Nota de la autora:
Bueno, ya acabe el primer eppy oo ya saben de quien se trata el de la voz, pero se que no saben por que no ha ido a la escuela! Hahahaha! Espero que este eppy les haya gustado me retrace algo por que estoe haciendo otros, además de uno de X y dos de Laruku oÔ
Me despido! Se cuidan y mil gracias por leer!
Besos!
