Cambios Inesperados
Ese no era el futuro que el esperaba. Lo odio, maldito bastardo...pero aun así, lo quería, era su padre, aun que mucho daño le hizo. Lo vendió como si fuera mercancía, después mataba a los que le había vendido su hijo. Así era como ganaba dinero, para tomar, conseguir mujeres fáciles pero bellas, y algo que comer. Su hijo, el pobre pequeño, de piel blanca y suave, como terciopelo, ojos hermosos y brillantes como esmeraldas, pero enormemente cálidos.
Así creció el, con maltratos de su padre, el los ocultaba. Después de tanto golpe, aun tenia esos ojos llenos de vida, no se habían opacado, aun no. Su cuerpo, delgado, por falta de buena alimentación. Conoció a unos chicos, malos obviamente, pero para esa pequeña criatura no había gente mala. Estos le enseñaron a robar, esto le iba bien para su cuerpo, pues se alimentaba al menos, pero hacia mal, y aun no estaba seguro de eso.
Lloraba mucho, el daño que esos hombres y mujeres le hacían le dolía inmensamente, su cuerpo, la mayoría de las veces salía con muchos daños y sangre. Le dolía al caminar, al moverse. Pero ahora, se encontraba en un barco, con mucha gente, igual que el, eran personas vendidas, ahora el era un esclavo, le pondrían a hacer cosas pesadas, a trabajar para alguien mas. Ahora su padre no podía matar a la persona que compro su hijo, pues eran muchas y le habían pagado muy bien.
Joey Wheeler, 16 años, en un barco grande, mucha gente, la mayoría mal humorada, otros le veían sedientos de que el satisfaga el cuerpo de ellos. ¡Dios! ¿a dónde fue a dar? Tenia miedo, la gente era rara, daba asco, apestaban, ¿qué la gente de ahí nunca tomaban baños? Por Ra!... sabía que si vida era un asco, si ese futuro era como este presente...prefería suicidarse.
-¡Bájense ahora!- grito un tipo gordo y grande, con el ceño fruncido.
Al escuchar esto, varios trabajadores se pusieron al lado del gordo, observando y cuidando que ningún esclavo se escapara. Se decía que con esos tipos ninguno lograba escaparse, y los pocos que trataron murieron. Era obvio que los tipos, al ver que los esclavos, la basura esa, creían haberlos hecho tontos, los mataban, haciéndoles sufrir, para que vieran que ellos no lo eran. Y en verdad, si lo eran, solo que su gran figura, y brutalidad hacia que los demás le teman y le dieran 'respeto'.
Al bajar, como era mucha le gente esclavizada, lo primero que hizo fue agacharse un poco, y después de eso, echarse a correr, lo mas que le dieran sus pies. Un tipo lo alcanzo sin gran esfuerzo y le propino una golpiza, que inmediatamente fue respondida. Joey, después de tantos golpes recibidos en su infancia, se sabia defender. Al dar el golpe, el tipo cayó al suelo herido, le había dado muy fuerte y su nariz se había roto. No desperdicio la oportunidad para escapar y así lo hizo.
Era de tarde, y empezaba a hacer frío, las noches en aquel lugar seguramente eran muy heladas. Joey vestía pocas prendas y muy delgadas. Blancas, casi transparentes y rasgadas. Por ser tan despistado, había ido a topar con uno de los que lo habían comprado. Gran error el haber cruzado aquella pequeña calle. El tipo, parecido al del barco, era grande y gordo, pero le diferenciaban su bigote mal cortado y esos tatuajes, con una voz muy gruesa. Al verlo frente a el, quiso volver a escapar, demasiado tarde, el tipo lo tomo de su poca ropa y al hacerlo voltear lo golpeo duramente, dejándolo inconsciente.
Se sentía muy débil, y agotado. Abrió sus ojos, topándose con una pared húmeda y resbalosa. No sabia que había pasado, miro a su alrededor, pero sus brazos y piernas estaban amarradas por cadenas, no lo dejaban moverse libremente. La habitación se encontraba en penumbras, y su cuerpo adolorido. Al tratar de moverse para liberarse dejo escapar un quejido involuntario. Le ardían algunas partes del cuerpo, y su estomago pedía por comida.
Pequeños rayos plateados le acariciaban dulcemente su cara, dándole cariño, algo que el necesitaba. Por una pequeña ventana vio la luna, nunca la había visto así, se veía hermosa, brillaba como nunca y al parecer le sonreía solo para el. Dándole apoyo para que aquella joven alma siguiera con vida.
Joey sonrío, triste pero sinceramente, deseando un futuro bueno, o al menos alguien en quien confiar, y desahogarse. Descansar y llorar en un hombro. No había tenido un amigo, no tenia familia, no tenia nada. ¿Por qué seguía ahí? Por que deseaba alguien que al menos le tuviese cariño. Por amor. Algo que tal ves no existía, pero la esperanza no se iría.
La mañana llego, un sol brillante alumbraba aquel reino. Un día soleado que los pequeños niños apreciaban, jugaban bajo aquellos rayos tan conocidos y hermosos del sol. El lugar en verdad era hermoso. Personas amables haciendo platica, vendedores de buen carácter, vendiendo lo mejor que tenían en sus pequeños puestos. La gente en verdad era muy amable y buena, todos, seguramente, de muy buen corazón.
Joey caminaba por las calles con unas cadenas es sus pies, y los que tenían esa cadena eran aquellos tipos de mal carácter y apariencia asquerosa. Su estomago gruño, tenia hambre, no había comido desde hace 2 días. En verdad se moría de hambre. Miro la comida de su alrededor, la que vendían los amables señores. Observo la fruta, se veía deliciosa, y su estomago gruñía cada ves mas. El vendedor al ver aquel joven con mirada triste y apariencia algo mala, le ofreció aquella fruta que Joey tanto miraba. Joey quedo asombrado, nadie le había ofrecido algo, nadie le había regalado nada, lo tomo temeroso, y enseguida devoro la fruta. Agradeció al señor con las miradas y sonrisas que solo el joven rubio sabia dar. En verdad la gente tenia buen corazón.
Sintió que lo empujaban, los trabajadores esos empezaban a moverse. Tenia miedo, como cualquier humano que no sabe a donde se dirige, que teme a lo desconocido. No caminaron mucho. Era raro aquel lugar, nunca había visto algo así. Aquel lugar era grande, se veía elegante, la gente venia e iba de aquí para allá, muy ocupadas, sin notar que el mundo giraba a su alrededor.
Caminaron hasta cierto lugar dentro de ese pesado ambiente, al parecer la gente era muy exigente. Una voz fría callo el lugar. Todos enmudecieron para voltear a ver al dueño de aquella voz, que todos conocían, excepto Joey.
Su mirada divagaba por todos lados, como un pequeño niño observando con gran curiosidad el gran mundo que le rodeaba. Sus ojos se posaron en aquella persona de vos fría. Alto, esbelto, cabellera corta, café, ojos hermosamente azules como el zafiro, pero eran algo opacos. Su voz era fría, algo que no entendió Joey el porque. Su rostro era hermoso, sus rasgos finos y delicados. Su vestimenta parecía muy cara y elegante, no le agradaba mucho esa ropa a Joey, pero el se veía genial.
Ese joven, observo a todos los 'compañeros' de Joey, incluyéndolo a el. Después de observar detenidamente a Joey, no le quito la vista de enzima. Ese chico le agrava, pero algo le molestaba, tal ves aquella sincera sonrisa que mostraba. Si era esclavo, ¿por qué razón sonreía?. Todos esos esclavos que se presentaban ante el, era por que el necesitaba algunos, y el personalmente los escogería. No quería que personas inútiles escogieran mas personas inútiles, eso no ayudaría en nada, solo empeoraría.
-Señor Kaiba, aquí le traigo esclavos, son los mas recientes. –dijo el mismo tipo que había capturado a Joey.
-Bien, quiero a ese- apunto a Joey
-¡Señor! Pero el nunca había sido un esclavo, no le servirá de nada. Ayer que lo trajimos trato de escaparse y golpeo a uno de los nuestros, rompiéndole la nariz.- comento, tratando que no lo tomaran por su mal comportamiento.
-No me importa, ¡Lo quiero!- miro fijamente al tipo. –si no me lo vendes, cortare tu cabeza, ¿me entiendes?
-Si señor.
Joey se quedo sorprendido. ¿Aun así lo querrá? Miro con calma como escogía a otros, y como le mostraban lo que sabían hacer. A decir verdad, no recordaba si podía hacer algo bien. Su padre siempre le recriminaba todo lo que hacía, que siempre hacía las cosas mal, que era un bueno para nada, que debería de hacer su trabajo bien, no descansar, no entretenerse, servirle solo a el. Ya estaba cansado, no le gustaba que su padre le vendiera, y menos ver como mataba a sus 'dueños' a sangre fría. Vivió y vio muchas cosas, cosas que nunca quiso saber que se hacían en este mundo, que ahora, a su punto de vista, era cruel.
Después de esperar, no mucho, terminaron de escoger esclavos. Los demás se fueron, y lo vieron con desagrado. El miraba el suelo, teniendo miedo, y su cuerpo volvía a doler ¿Qué rayos le habían hecho? Se tomo del brazo, le empezó a doler, y vio como su ropa se pegaba a su piel, por la sangre que empezaba a brotar. Se sorprendió, no recordaba cuando se había hecho daño. Al girar la mirada, vio de reojo que sus manos estaban maltratadas. Las vio detenidamente y tenían rastros de sangre. ¿Qué demonios pasó? La atención que le estaba dando a su cuerpo desapareció cuando una voz volvió a silenciar el lugar.
-Bien, los escogí por que los necesito en este lugar, así que espero que hagan un buen trabajo, si no, los regresare a donde estaban, y les aseguro que cuando pasa eso, su regreso no será nada agradable.- al escuchar eso Joey se estremeció, seguramente les darían un buen sermón junto con golpes que no olvidaría un buen rato.
Todos los esclavos hicieron una fila, listos para retirarse y ver cual seria sus nuevos empleos, pero Joey al formarse e igual, irse con ellos, la voz de aquel joven lo detuvo.
-Espera, tu no iras a ninguna parte.- dijo en tono frío. Joey empezaba a acostumbrarse a su tono.
-...¿Por qué?- pregunto curioso.
Al preguntar, todos los de su alrededor hicieron un ademán de sorpresa o/y disgusto. Uno de los de seguridad se aproximaba a Joey, seguramente le golpearía y haría que pidiese perdón por algo que esté aun no entendía.
-No, déjenlo así. El no es de aquí, y no sabe quien soy, retírense. Sígueme perro.
Joey se quedo asombrado. ¿le había nombrado 'perro'? No le agrado eso, pero al parecer no podía ni preguntar, por que los demás le harían daño. Entonces...su nuevo dueño era alguien muy importante, de carácter frió, como lo demostraban sus ojos y su voz. ¿Qué mas aprendería de el en poco tiempo? Bien dicen que los perro aprenden rápido.
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Disclaimer: Los personajes de Yu-Gi-Oh! no me pertenecen, son de su respectivo dueño Kazuki T.
Categoría: Yaoi/Lemon
Parejas: Seto/Joey, Joey/Seto, Seto/Yami, Yami/Joey, Yami/Yugi, Bakura/Ryo, Marik/Malik
Notas de la autora:
¡Hola! Este es un nuevo fic que acabo de hacer, es de UA Universo Alterno y pues, se muestra como Joey ahora si tiene amo, será algo largo este fic al parecer y pues también saldrá Yugi, Yami, Tea, Tristan, Mai, Bakura, Ryo, Malik y Marik.
Espero que hasta ahora, este fic sea de su agrado. Gracias por su tiempo
Este dic va dedicado para:
Pandora-chan, Nakuru, Kaede-san que sufre bloqueo mental.-., y Jazmín tienes un bonito nombre, no te avergüences
Ja ne!
