HIJO DE LA LUNA

Por Maytelu

Disclaimer: Inuyasha y todos sus personajes pertenecen a Rumiko Takahashi. La canción 'Hijo de la luna' es interpretada por Mecano. Yo solo los tome prestados para hacer esta obra sin ningún fin de lucro.

Advertencia: Esta historia es un AU, así que los personajes pueden estar algo fuera de lugar. La pareja Sesshomaru/Kagome NO existe, pero esto es un fanfic y aquí muchas cosas pueden pasar. ¿Nombres japoneses en la edad media Europea? No, tampoco existe eso, pero es más bizarro si a Inuyasha le cambio el nombre por Esteban y a Sango por Isabel, así que sin más que decir ¡A leer!


PROLOGO: Heredero de la luna

Rojas, naranjas, azules, amarillas. Las llamas del fuego danzaban, jugaban a entrelazarse, subían y bajaban. Sonidos crepitantes salían de aquella hoguera que calentaba esa noche, al tiempo que vistosas chispas eran observadas por tan peculiar comunidad: hombres, mujeres, niños, ancianos, todos en derredor de esa calidez que parecía demostrar la naturaleza de su ser.

Tsuki miraba con profunda melancolía aquella escena, de la que no era parte. Su familia y amigos bailaban, cantaban y lanzaban exclamaciones de alegría como solo un gitano sabe hacerlo, mientras ella apartada del campamento meditaba sobre la extensa plática que había tenido con su madre esa mañana. Le había sugerido encontrar marido, aunque más que sugerencia le pareció una orden. Tsuki acababa de pasar la segunda década de vida, su tiempo de contraer nupcias y formar familia se estaba yendo como agua entre los dedos, pero eso poco le importaba… mentía, se mentía a si misma. Si le importaba.

El cielo de aquella noche se adornaba de hermosos astros que parecían escoltar una luna llena. Aquel era un espectáculo hermoso a la vista de cualquiera, pero fue simplemente cautivador para la mujer de ojos aceituna. Su atención entonces, se centro en el firmamento, tomo asiento sobre el verde pasto que se tendía por toda aquella pradera y abrazo sus piernas, mientras posaba su barbilla sobre sus rodillas.

Un marido. Un hombre para la eternidad.

Muchas veces había pensado en aquello. ¿Qué sucedería si su madre se enterase de la cantidad de jóvenes que rechazó en el pasado? Sonrió ante desatinada pregunta. Era obvio que su madre lo sabia, aquel tipo de sucesos no quedaban externos al conocimiento de cada integrante de su comunidad.

Pero Tsuki no era frívola, como la hacían ver algunas mujeres de su edad que tan solo gustaban de la intriga y el embuste, sencillamente no había encontrado en alguno de aquellos mozos de buen ver, al hombre con el que debía compartir el resto de su vida, ninguno de ellos le ofrecía lo que ella esperaba, porque aquella chica, de piel morena y cabellos oscuros como el azabache, había crecido con los cuentos de amor que su abuela le contaba cuando niña y su pensamiento al respecto estaba rodeado de magia y misticismo.

Mientras meditaba en todo esto, su vista permanecía fija en el cielo. Una nube había cubierto la magnifica luna, brillante como nada más en el aquel campo oscuro.

-Parece triste.-

Tsuki giró su rostro contrariada ante la voz desconocida. Parpadeo un par de veces antes de dar completo crédito a lo que sus ojos observaban: ahí a unos metros de ella, se encontraba un joven alto, de pálida tez y cabello largo tan blanco que resplandecía, lo llevaba atado en una sencilla coleta y sus ojos, esos, se habían quedado grabados en lo más profundo de su alma, con su maravilloso ámbar. La elegancia de su vestir y el porte en su andar, lo distinguieron como un hombre de familia noble y eso hacia de su presencia, un suceso insólito.

El hombre volvió a hablar, sacándola de tal asombro -Lamento si le he incomodado, me he de retirar si mi presencia le causa malestar, es solo que…-

-Lo estoy.- contestó Tsuki mecánicamente, urgida por manifestar que no estaba molesta –Me refiero a la aseveración que me hizo al llegar, estoy triste.- enuncio con más calma y sonrió.

-Vaya, no creí que alguien pudiese admitir de forma tan natural sus sentimientos.- comentó él entre divertido y sorprendido.

Tsuki giro su rostro nuevamente hacia el cielo, aquella nube seguía ocultando a quien noche tras noche le había pedido por un buen amor, la luna. –A decir verdad, yo tampoco sé la razón del porque le he respondido de esa forma.- dijo mientras esperaba que aquella nube dejara de opacar su vista.

Se estableció un lapso de silencio.

-Ha de concederle su deseo.- murmuró él al percatarse a donde dirigía su atención la gitana.

-¿Disculpe?- Tsuki lo miró de reojo pero con atención, era imposible que él supiera sobre los conjuros que hacia ella al ocultarse el sol.

-Estoy seguro de eso, ha de concederle su deseo.- respondió con una sonrisa que tan solo expresaba amabilidad.

-Usted…-

-Mi nombre es Inutaisho.- interrumpió el joven, mientras tomaba asiento al costado de Tsuki.

Tsuki recorrió rápidamente las facciones en aquel blanco rostro, algo había extraño en ese hombre, pero no podía estar segura de que era, además, no le causaba inseguridad o temor, si no un sentimiento calido, algo que nunca pensó encontrar en un payo –Inutaisho¿cómo puede saber usted que he pedido un deseo?-

Inutaisho sonrió nuevamente y recorrió con delicadeza la mejilla de la mujer con el torso de su mano –Me ha dicho que esta triste y desde que llegue aquí, no ha dejado de observar el sitio donde debería estar mi… la luna.- Tsuki frunció un poco el seño al notar la corrección que había hecho aquel joven en su enunciado. –Bien, admito que no son pruebas evidentes, pero al menos me dio esa impresión.-

La gitana de ojos aceituna sonrió amablemente –Debo irme.- exclamó haciendo un curioso ademán con la cabeza, no por formalidad, sino por juego.

Inutaisho se levanto de forma rápida y parpadeo un par de veces antes de tenderle la mano a Tsuki –Es una lastima, aún no sé cual es su nombre.-

-Significa luna.- dijo ella sacudiendo su falda y dándole la espalda, dispuesta a retirarse.

-Pero…-

-Tsuki es mi nombre, Inutaisho. Ahora debo irme, no puedo estar a solas con un payo, mis hermanos pueden verme o tal vez sus mujeres.-

-No soy un payo.- dijo él.

La gitana rió ante la seriedad de Inutaisho -Tal vez no, pero eso no cambia el que sea tarde ya. Buena noche.-

El joven de pálida tez observo a la gitana alejarse a paso lento. Su figura se perdió en la lejanía y sus últimas palabras fueron cubiertas por la música que era tocada en el campamento vecino. –Buena noche.- susurró casi para si.

Era ella.

-Madre…- exclamó el joven mirando al cielo. Ya no existía el rastro de una sola nube que opacara aquella hermosa luna. Inutaisho continuo hablando mientras sonreía ampliamente -He encontrado a la elegida. Aquella que dejará un heredero a nuestra raza ¿recuerdas cuando le vi? Desde hace cien años le busco y cuando la observe por la rendija del manto oscuro, aquella primera vez, que hermosa te suplicó que le encontraras un hombre para la eternidad, yo le amé.-

No es posible hijo mío.

El mensaje fue llevado por una cortina de viento que llego alborotando los plateados cabellos que enmarcaban el rostro del joven.

Ella te amara, pero si no quieres verle sufrir, regresa a mi lado. Esa mujer tiene trazado un camino.

-¡NO! Yo le quiero, ella es mía.-

Entonces, así será.

FIN DEL PROLOGO

POR

MAYTELU


Nota de la autora: Este es mi primer Universo Alterno y mi primer Sesshomaru/Kagome. La verdad es que tenia esta idea desde hace mucho tiempo, pero se me hacia algo escalofriante ya que no estoy acostumbrada a salirme de la norma, en fin, no quise quedarme con las ganas.

Debido a que ubicaré a los personajes en un ambiente gitano, tengo que aclarar algo: la historia estará basada en información que encontré en internet sobre la cultura gitana, por lo que su procedencia no es necesariamente confiable; algunas otras cosas no son meramente parte de la cultura gitana, son mas bien mitos o 'leyendas negras' sobre ellos. Hago las debidas aclaraciones, ya que respeto cualquier cultura antigua y se ha mal informado a la gente sobre los gitanos, no quiero ser parte de esa mala información. De todas formas, si agregaré anexos al final de cada parte, cuando sea necesario explicar algo de esta cultura. ¡Dejen un review!

Visita a la cultura gitana:

-Payo, es todo aquel que no es gitano.

-El padre y los hermanos ejercen sobre la mujer un estricto control, sobre todo en época de la juventud hasta el matrimonio. La mujer debe obediencia a sus hermanos, aún cuando estos son mas pequeños que ella.