Capítulo 2

Irisviel volvió su vista al altar, para segundos después volver a buscar a esa misteriosa chica de ojos verdes, pero cuando miro el lugar donde la había visto esta ya no estaba, por lo que decidió no pensar más en ella y prestar atención a su prometido. Ya en el altar su padre la entrego a Kiritsugu ceremonialmente y después se retiró. Kiritsugu se sintió aliviado cuando por fin pudo tener a Irisviel a su lado, pero la notaba un poco ida.

- ¿Todo bien? – pregunto con calma.

- Todo en orden – respondió a cambio tratando de creérselo.

Mientras Arturia salía de la iglesia intentando calmar los raros latidos de su corazón.

- Queridos hermanos estamos aquí… – se dejó oír la voz del sacerdote a cargo, dando inicio a la ceremonia.

- Estas preciosa – alabo Kiritsugu, a quien pronto seria su futura esposa.

Irisviel solo lo miro sonriendo, fuera de la iglesia estaba Arturia queriendo saber que eran esas raras sensaciones que había sentido cuando vio a esa hermosa mujer de ojos rojos. Pero decidió ignorarlo y terminar de hacer su trabajo, que por eso estaba ahí en primer lugar.

Ya terminada la ceremonia Irisviel y Kiritsugu estaban afuera de la iglesia siendo fotografiados mientras personas a su alrededor le tiraban pétalos de flores. Ellos solo sonreían tan perfectamente cual sonrisa de comercial de pasta de dientes, para luego darse un beso frente a todos.

Ya en recepción la fiesta se llevaba a cabo, con música moderna, Kiritsugu estaba bailando con la pequeña Illya al igual que Kenta y la señora Naomi, quien intentaba no perder los estribos al ver la forma tan horrorosa con la que su esposo bailaba.

- Al menos mantén las manos de tu lado pareces chango – regaño la señora sabiendo que no podía hacer una escena con tanta gente a su alrededor.

La madrina simplemente paseaba por el lugar lamentándose de que ningún chico la haya invitado a bailar. Arturia también estaba en la recepción y pudo ver a la mujer de ojos rojos a un lado del ponche, parecía como si estuviera tratando de ver algo en este, llevada por su curiosidad y deseo que querer estar cerca de la mujer (además de sentir algo de sed), se acercó hasta ella, quien noto su presencia antes de que esta llegara.

- Hola – saludo Arturia aparentando tranquilidad.

- Hola – respondió Irisviel intentando ocultar los nervios que sentía al tener esa mujer tan cerca de sí.

- No nos conocemos, mi nombre es Arturia Pendragon – dijo la rubia con una sonrisa.

- Soy Irisviel – se presentó, celebrando internamente el conocer su nombre mientras con su cuerpo trataba de ocultar el ponche a su espalda.

- Soy la florista – dijo intentando sacarle platica.

- ¿Si?, son muy lindas – por más que Irisviel deseara pasar más tiempo hablando con la rubia, en ese momento estaba pasando una situación algo bochornosa y no deseaba quedar mal frente a ella.

- Yo solo vine por un… - se decidió a decir, notando que la peliocre no deseaba hablar, pero Irisviel le impidió el paso con su cuerpo, lo cual le sorprendió – trago – finalizo.

- Jajaja no lo hagas – una sonrisa nerviosa se formó en su rostro, buscando en su mente una manera de librarse de esto.

- ¿Por qué? ¿No está rico? – Dijo la rubia, con un poco de gracia - ¿Puedo ayudar? – pregunto notando que era algo más.

- Mi anillo – confeso Irisviel, mientras daba la vuelta quedando frente al ponche, incapaz de encontrar una excusa creíble – me serví un poco de ponche y… -

- Oh, tu anillo de bodas – le corto Arturia entendiendo.

- Se me callo – alcanzo a decir Irisviel para después escuchar la pequeña risa que la rubia soltó después de eso, haciendo que ella riera también – en medio de esto – continuo, mientras revolvía el ponche con un cucharon – mi anillo se hundió ahí –

- Ya intentaste… - dijo la rubia refiriéndose a buscarlo con el cucharon.

- Nada – respondió para afirmar que si lo había intentado.

- No puedes vaciarlo, no puedes –

- Claro –

- Amm solo hay una solución, cúbreme – dijo Arturia, mientras se remangaba la polera.

- Ara ¿Qué? – pregunto Irisviel no creyendo lo que iba a hacer la rubia.

- Usa el vestido, voy a sacarlo – dicho esto, la tomo de la cintura y la coloco delante de ella de modo que nadie pudiera verla si pasaban por ahí.

- Jajaja no puedes… - detuvo su habla cuando noto que la rubia iba a hacerlo si o si – claro que lo harás – dijo ya resignada. Para luego notar a otro conocido de Kiritsugu que se acercaba justo donde estaban ellas – hola – saludo intentando aparentar la situación.

- Dicen que el blanco es el color de las vírgenes – hablo este refiriéndose a su vestido de novia – conociendo a Kiritsugu, lo único virgen aquí es el aceite de olivo. – termino de decir mientras tomaba algunos de los aperitivos en la mesa.

- Esos chistes son los mejores ¿no crees? – respondió la castaña con calma, sinceramente no le importaba ese tipo de comentarios.

- Soy Shinji Matou, Kiritsugu trabaja para mí, pero no en el sentido estricto – (supongo que no tengo que describir a este idiota) para cuando termino de hablar, Arturia ya había encontrado el anillo.

- Eres tal como te describió – dijo Irisviel recordando el momento en que Kiritsugu le hablo de él. Arturia se dedicó a secar el anillo para dárselo a la castaña.

- Necesito un trago, acabo de conocer una mujer y – mientras este parloteaba Arturia tomo la mano de Irisviel poniéndola en su espalda para ponerle el anillo – así será más fácil hablarle – dijo mientras se servía el ponche.

- Hola – saludo Arturia cuando termino de colocarlo para aparentar la situación.

- Hola – contesto Shinji quedando embobado con la divina mujer a su percepción.

- Amm ella es Arturia, es la florista – presento Irisviel ignorando la pequeña molestia que sintió al ver el obvio interés que mostraba el hombre hacia la rubia.

- Me llamo Shinji, pero puedes decirme como quieras – le ofreció su mano con una expresión coqueta.

- Te aseguro que lo hare – afirmo Arturia estrechando su mano con la que había usado para hurgar el ponche, el hombre era igual de tonto que Shiro, pero al menos había dicho algo más coherente.

Cuando soltaron sus manos, Shinji se froto su palma con los dedos sintiendo una capa pegajosa en ella, pero lo ignoro y le dedico una sonrisa a Arturia.

La fiesta seguía y los señores Von Einzbern disfrutaban de un baile un poco movido, pero llevadero.

- Amigo me haces un favor y me pones algo lento – hasta que Shiro se acercó al DJ, deseando poder utilizar eso como excusa para bailar con Arturia.

- Claro con mucho gusto – respondió el DJ, iba ponerla una vez terminara la canción.

Satisfecho con lo que consiguió el pelinaranja se dispuso a buscar a Arturia entre la multitud, la hallo bailando a un lado de los recientes esposos, con la hermana menor de Irisviel, se acercó a ella a paso calmo.

- Illya, Illya por que no vas con tus amigas deben extrañarte – pidió a la niña para poder hablar con la ojiverde. Recibiendo un asentimiento por parte de esta, se puso frente a Arturia justo cuando Illya se fue, la canción término siendo cambiada por la que él había pedido – Oh, me toca esta canción creo – dijo este viendo que la rubia soltaba una ligera risa para después acomodar sus manos, una en el hombro del chico y la otra uniéndola a la de él mientras este posaba la otra en su cintura.

Arturia no se esperaba eso, debía admitir que fue muy ingenioso de su parte.

- Nos vemos bien juntos ¿no? – susurro en el oído de la chica.

- Si – dijo la ojiverde tratando de no burlarse.

- Déjame acercarme – pidió este soltando la mano sujetada para poder estrecharla a su cuerpo, sintiéndose victorioso al notar que la rubia se dejaba hacer - ¿estás bien? – pregunto, queriendo ver si la había puesto nerviosa.

- Si, un poco apretada – respondió Arturia con calma, no importándole mucho de hecho.

- Perdí mi virginidad con esta canción – le informo Shiro, mientras se mecía lentamente con ella y daban una vuelta, momento que Arturia uso para observar a la pareja de esposos que bailaban a un lado de ellos, Irisviel estaba con la cabeza oculta entre el hombro y cuello de Kiritsugu, en tanto el rodeaba la cintura de su esposa con los ojos cerrados dejándose llevar por la melodía suave.

Dicha imagen hizo que sintiera una ligera presión en el estómago, pero al igual que las nuevas sensaciones que había experimentado ese día, lo ignoro o intento. Mientras en una de las mesas, la madrina se seguía lamentando el hecho de estar sola en la fiesta.

- Me gusta bailar contigo – alabo Shiro y hubiera seguido, de no ser porque un pequeño golpeteo lo interrumpió.

Era el padre de Irisviel con un micrófono en mano deseando poder decir unas palabras. En cuanto, todos fijaron su atención en él, Arturia aprovecho para separarse del joven que la estaba asfixiando con su fuerte agarre.

- Hola a todos – inicio – ¿Ahh? ¿Esta cosa esta encendida? – pregunto Kenta al micrófono, parecía un poco tomado. Mientras su esposa se acercaba a Arturia y Shiro.

- Shiro aquí estas, quita a Kenta del micrófono y has un brindis apropiado – pidió Naomi.

- No estoy acostumbrado… -

- ¿Qué estás haciendo? – pregunto Naomi con el ceño fruncido.

- A hablar en público – su esposo simplemente la ignoro – pero… - ya no pudo hablar más porque Naomi se acercó quitándole el micrófono, provocando que el resto de los invitados riera.

Momentos después cuando ya todos estaban sentados en las respectivas mesas Shiro decidió hablar.

- Escuchen ellos están enamorados y creo que eso es… aburrido – bromeo provocando una risa general (incluyendo de la madrina, no se olviden de la madrina) – se han amado por años, años – hizo énfasis como si eso fuera lo más sorprendente del mundo – años que han visto grandes cantidades de drogas consumirse – de nuevo rieron los presentes – y mucho sexo que he disfrutado yo – de acuerdo, más risas – ellos se quedan en casa sieeemmprree – alargo para aclarar lo tonto que era eso y más risas (¿en serio?) – Han sido como una pareja casada desde hace mucho – dejo en claro lo que para él era el matrimonió (nada muy lejos de la realidad) – y se casaron – eso último fue dicho con burla generando más risas (Shiro debería ser comediante) – así que, antes de hacer lo necesario como padrino y acostarme con la madrina ella sabe quién es – lo último lo "susurro" al micrófono mientras desde su sitio la madrina solo rolo los ojos sabiendo perfectamente que él hablaba de Tohsaka – quisiera hacer un brindis por Irisviel y Kiritsugu, que envejezcan juntos compartiendo la misma almohada. Por Irisviel y Kiritsugu – alzo su copa y de inmediato los demás hicieron lo mismo.

- Salud – se escuchó de todos al mismo tiempo

- Ah y ahora esto es importante – hablo una vez más Shiro una vez todos terminar de darle un sorbo a sus copas, sin notar la cara de Kiritsugu que se mostraba algo nervioso y terminaba con todo el champagne en su copa para darse valor – algunos dicen que la razón por la que tardaron tanto para casarse era el miedo de tener que hablar, pero ahora lo hará, no está seguro de poder hacerlo igual que yo, sé que lo hará por favor un aplauso para Kiritsugu – presento como un maestro de ceremonias para luego darle micrófono.

Kiritsugu se puso de pie, en tanto escuchaba los aplausos.

- Amm… Amm… – no sabía que decir, no era muy bueno dando discursos emotivos.

- Esto te ayudara Kiritsugu, imagina a todos desnudos – quiso ayudar Naomi, sin saber que eso solo lo pondría más nervioso.

Irisviel sintió pena por su esposo así que se levantó y decidió ser ella la que hablara.

- Hola a todos soy Kiritsugu – dijo tratando de aligerar el ambiente, causando que el resto riera (de nuevo) – y bienvenidos a mi boda, me alegra que estén aquí mirándome, porque quiero que sepan cuanto amo a Irisviel – siguió la peliplateada, los demás solo reían – lo maravillosa, increíble y fantástica persona que es – Arturia solo podía observarla mientras estaba de pie, el que ella se quedara en la boda no estaba en los planes de nadie y pues para ella no había asiento - ¿quieres continuar? – pregunto a Kiritsugu en voz baja.

- No tú lo haces perfecto, me sentare – le respondió en cambio el susodicho, sentándose después. Mientras Arturia salía con discreción del lugar.

- Entonces ahora soy yo – anuncio Irisviel, ya afuera Arturia se decidió a irse a su casa, no tenía nada que hacer ahí – toda mi vida he esperado este día y… me alegra compartirlo con tantas personas queridas – Irisviel noto la ausencia de la rubia, pero prefirió seguir con su discurso – y algunas que no conocía, pero estoy segura de que son geniales – se detuvo un momento pensando que más decir – siento que conozco a Kiritsugu de toda mi vida y sé que lo conoceré por el resto de ella, es mi mejor amigo – en un edificio común la rubia entraba queriendo calmar el raro malestar que le dio cuando salió del lugar – dicen que los cuentos tienen finales felices aunque a veces es difícil – Irisviel seguía hablando con calma – pero Kiritsugu fuimos amigos, luego amantes y siempre ha sido fantástico – Arturia ya en su apartamento se dirigió a su habitación creyendo que el dormir lograría calmarla – tal vez es mejor un cuento así – Irisviel mostraba una calmada sonrisa – así que no haremos un brindis, pero si nos desean suerte Kiritsugu y yo se los agradeceremos ¿listos? 1, 2, 3 – finalizo con su copa alzada, todos los invitados también estaban de pie.

- Buena suerte – gritaron a coro, deseando que el amor que se profesaban no se extinga.

En tanto Arturia terminaba de apagar la luz de su cómoda dando por finalizado ese día.

Muchas gracias a:

Zaisooh: Obviamente será yuri amigo, que más hermoso que eso, qué bueno que te gusto la adaptación, espero que te haya gustado este capítulo.

Pd: Tengo pagina de facebook por si quieren leer doujin traducidos de love live, symphogear, Mai hime, los espero con ansias, me pueden encontrar como:

Mapache Curioso, espero su visita ansiosamente.

Pd: Si quieren otra historia adaptada o traducida no duden en pedirla.